En Tu Nombre Vivimos
						
						 
						
						
						
						Episodio 8:
						
						
						
						El nombre de Al·lâh
						
						Al·ÿabbâr 
						
						
						“El Omnipotente Reparador, 
						
						
						
						Quien Resarce de toda injusticia”
						
						 
						
						
						En el nombre de Al·lâh ([1]), 
						El Más Compasivo, El Muy Misericordioso. 
						
						
						
						Las alabanzas son para Al∙lâh, el 
						Señor de los mundos 
						
						
						y  los Rezos y la Paz de Al·lâh 
						sean sobre su Profeta. (SAAWS) ([2])
						
						
						 
						
						
						¡Bienvenidos!. Continuamos juntos 
						el programa “En Tu nombre vivimos”. 
						
						
						
						Ojalá que contribuya a enseñarle a 
						cada uno de los que están viéndonos ahora cómo vivir el 
						mes de Ramadán con los nombres más bellos de Al∙lâh.
						
						
						
						Ciertamente, el objetivo por el que 
						denominamos este programa “En Tu nombre vivimos” 
						es que se encaucen todos los asuntos de nuestra vida 
						conforme a los nombres más bellos de Al∙lâh, de modo que 
						no nos limitemos a llorar por pura impresión al 
						escucharlos. 
						
						
						 
						
						
						El nombre de Al∙lâh Al·ÿabbâr “El 
						Omnipotente Reparador”
						
						
						El nombre que trataremos hoy es 
						toda misericordia, ternura, bondad, amabilidad y cariño. 
						Es Al·ÿabbâr “El Omnipotente Reparador”.
						
						
						Alguna gente imagina que los 
						nombres más bellos como: Al·ÿabbâr “El 
						Omnipotente Reparador”, Al·Muntaqim “El Vengador” 
						y Al·Qahhâr “El Que siempre Vence”, son nombres 
						que solo reflejan las cualidades orientadas a castigar a 
						los injustos y vengarse de los tiranos.  
						
						
						
						El problema es que la persona lleve 
						toda su vida sin percibir la grandeza de los nombres más 
						bellos de Al∙lâh. Como la que recoge la sura 112 de Al-Ijlâs 
						(La Adoración Pura) (TSQ,): 
						“Di: Él es Al·lâh, Uno, Al·lâh, el Señor Absoluto”,
						varias veces a lo largo de años sin que conciba o 
						perciba el significado del nombre El Señor 
						Absoluto y sin vivir con él.  
						
						
						El nombre Al·ÿabbâr “El 
						Omnipotente Reparador”, se mencionó en Al-Qor`ân una 
						sola vez, en la sura 59, de Al-Hashr “La 
						congregación” aleya 23: “Él es Al·lâh, Quien no 
						hay dios sino Él, el Soberano, el Purísimo, la Paz, el 
						que da Seguridad, el Atento Vigilante, el Irresistible, 
						el Omnipotente Reparador, el Soberbio. ¡Gloria a Al·lâh 
						por encima de lo que asocian!” 
						
						
						
						Al·ÿabbâr, en la lengua árabe, 
						entre otros significados, quiere decir quien socorre a 
						los oprimidos. Este nombre es el refugio para los 
						afligidos, para quien sufre injusticia, para los 
						huérfanos, para los derrotados y oprimidos injustamente.
						
						
						
						Al·ÿabbâr, es El que te socorre 
						cuando recurres a Él al ser objeto de injusticia, ya que 
						Él es Quien socorre a los oprimidos.
						
						
						La raíz de la palabra “Al·ÿabbâr” 
						en árabe es “ÿabira” o “enyesado” que se utiliza para 
						ayudar a que cicatrice por ejemplo una fractura en la 
						mano. 
						
						
						¡Mujer, tú que sufres injusticia! 
						¡O tú, muchacha, que has sido objeto de murmuraciones, 
						siendo inocente!,... ¿Quién os queda excepto Al·ÿabbâr?.
						
						
						¡O tú, huérfano, quien has sido 
						menoscabado por el mundo! ¡O tú, viuda, o divorciada, 
						que has sido abandonada por todo el mundo incluso por 
						tus vecinos!... ¿Quién os queda excepto Al·ÿabbâr?.
						
						
						
						¡O como asociado,  tú que te has 
						asociado, para fundar una empresa, con alguien que luego 
						te ha estafado apoderándose de todo tu patrimonio! 
						¿Quien te queda excepto Al·ÿabbâr?.
						
						
						¡Y tú, mujer, que has sido objeto 
						de una injusticia insoportable, al padecer maltrato y 
						perjuicio por tu marido! ¿Quien te queda excepto 
						Al·ÿabbâr?.
						
						
						¡Huérfanos y afligidos! ¡Todos 
						aquellos que hayan sufrido alguna injusticia en este 
						mundo!...¿Quien os queda excepto Al·ÿabbâr?.
						
						
						No puedes recurrir a Él como 
						víctima sin que te proporcione el resarcimiento 
						apropiado, ya que Él se puso de nombre a sí mismo 
						Al·ÿabbâr, El Omnipotente Reparador, Quien Resarce de 
						todo quebranto.
						
						
						Si has sido objeto de menoscabo, 
						recurre a Él, en actitud sumisa entre Sus Manos, lloroso 
						y dile: “Me han menoscabado…Esa persona me ha 
						menoscabado”. 
						
						
						Este Nombre es el refugio para los 
						menoscabados, los afligidos, los débiles y los 
						oprimidos. 
						
						
						Existen dos tipos de menoscabos: 
						menoscabo del cuerpo y el del corazón. Si los médicos 
						pueden curar los menoscabos y fracturas del cuerpo, solo 
						Al∙lâh, Glorificado y Enaltecido sea, cura el menoscabo 
						en los corazones. ¡Incluso el menoscabo en los cuerpos 
						se cura por el Al·ÿabbâr (El Omnipotente Reparador)! 
						Cuando te fracturas la mano, el médico te devuelve el 
						hueso fracturado a su sitio colocándote una escayola 
						pero solo se cura gracias al Omnipotente Reparador que 
						ordena a las células óseas que actúen para reparar la 
						fractura y les ordena después de descansar. Este es Su 
						poder en los cuerpos ¡Imagínense Su poder en los 
						corazones!
						
						
						El Profeta, que los Rezos y la Paz 
						de Al∙lâh sean sobre él, dice al orar: “Oh, reparador 
						de toda alma destruida”. Y dice: “Los precarios y 
						temerosos están bajo la protección de Al∙lâh”. Por 
						eso, el Profeta dice: “Al∙lâh, Te ruego que me des el 
						amor de los pobres” porque están bajo la protección 
						del Omnipotente Reparador. Hay un refrán popular que 
						dice: “Al∙lâh repara las almas”. Corre a tomar refugio 
						en Al∙lâh si te fracturas e implórale: “Al∙lâh, repara 
						mi alma”. ¡Qué lástima que hayan pasado años de tu vida 
						sin que conozcas al Omnipotente Reparador! Si alguien 
						pide algo a otra persona le dice: “por favor, puedes 
						hacerlo por mí”, e intentas, con ello, ser amable para 
						que el otro sea amable contigo. Esto lo hacemos con los 
						seres humanos ¿Qué vas a decir del Más Generoso?
						
						
						 
						
						
						¿Reparador u Omnipotente Reparador?
						
						
						La diferencia está en que el 
						reparador te repara una o dos veces, pero El Omnipotente 
						Reparador te repara cuanto más recurres a Él. Una 
						persona puede ser conocida por “reparador”, pero nadie 
						puede ser llamado “el Omnipotente Reparador”  más que 
						Al∙lâh, Glorificado y Enaltecido sea. El Omnipotente 
						Reparador puede hacerte olvidar el daño que te causó una 
						persona por ejemplo. Después de esto, ¿Recurrirás al 
						Omnipotente Reparador o a otro? ¿Recurrimos a la gente 
						pidiéndole que nos consuele mientras que El Omnipotente 
						Reparador te ofrece su consuelo y reparación? El nombre 
						del Omnipotente Reparador implica que existe alguien 
						“roto”, al igual que El Todo Sustentador implica la 
						existencia de un sustentado; El Misericordioso implica 
						la existencia de alguien que pide la misericordia, y El
						Que Concede el 
						arrepentimiento implica un pecador. Así que seguramente 
						has de sentirte con el alma rota para que recurras al 
						Omnipotente Reparador, y entonces, es cuando sientes una 
						dulzura en la adoración que nunca habías experimentado, 
						como el rezar dos Rak'as (inclinaciones), con el alma 
						descompuesta, dirigiéndote al Omnipotente Reparador. ¡La 
						verdadera catástrofe es que no recurras al Omnipotente 
						Reparador cuando te sientes roto! De este modo te verás 
						sometido a la tentación diabólica, a sabiendas de que 
						sentirás los más dulces momentos de adoración cuando 
						recurras con el alma rota al Omnipotente Reparador. Es 
						la máxima cercanía y cariño hacia Al∙lâh, 
						Glorificado y Enaltecido sea. 
						
						
						
						 
						
						
						Una regla en la que tienes que 
						creer
						
						
						“Si te sientes abatido y le 
						suplicas a Al·lâh, no te defraudará”, puede que tarde en 
						curarte por alguna razón que él conoce y tú no, pero no 
						te defraudará. Y un ejemplo de esto es lo siguiente: una 
						persona tuvo un problema en su país y se vio forzado a 
						emigrar, esto le pasó en el mes de Ramadán, y salió 
						dolido sin saber el rumbo que iba a tomar o el país al 
						que iba a viajar, y tuvo la oportunidad de vivir 
						Al·’Omra (La Peregrinación Menor) hasta el trigésimo día 
						de Ramadán. Caminaba entre la gente en La Habitación 
						Sagrada de Al∙lâh sin verles, por la tragedia tan grande 
						que sufría. Y el vigésimo séptimo día de ese mes, empezó 
						la Circunvalación alrededor de la Ka‘ba, y aunque 
						conocía muchas súplicas y plegarias, en ese momento se 
						le trabó la lengua y durante todo su recorrido sólo pudo 
						decir: “¡Oh Al·lâh, apiádate de mí!; ¡Oh Al·lâh, 
						apiádate de mí!” Y es Al·lâh el que le condujo a 
						decir esas palabras. Y en una de las partes de la 
						peregrinación, le detuvo un hombre diciéndole que 
						llevaba buscándole 3 días para decirle que había visto 
						en un sueño al profeta SAAWS diciéndole que le hiciera 
						llegar a ese hombre: que estaba del lado de la Verdad y 
						que tuviera paciencia, pues iba a sufrir durante un año 
						después del cual se le iban a facilitar todas las 
						puertas del éxito. Entonces el hombre lloró por causa de 
						la rapidez con la que había sido respondido con afecto 
						por Al·lâh y porque le ha enviado tal premisa. Después 
						de todo eso, salió de La Habitación Sagrada de Al·lâh 
						sorprendiéndose de la llamada de un buen hombre que le 
						daba la buena noticia de que había conseguido para él el 
						permiso de residencia en un país determinado. Es 
						imposible que recurras al Omnipotente Reparador 
						pidiéndole que se apiade de ti, y que te defraude.
						
						
						Y otro ejemplo es el de la madre de 
						Mûsâ. Ya que el Faraón mataba a los varones recién 
						nacidos, y cuando nació Mûsâ, Al·lâh le reveló a su 
						madre: [Amamántalo y cuando temas por él, déjalo 
						en el río], y después de eso 
						Al·lâh, Enaltecido sea, le dijo: [y no temas ni te 
						entristezcas porque te lo devolveremos y haremos de él 
						uno de los enviados.] Al-Qasas: 7. 
						y esta historia surgió después de la del Faraón y los 
						Hijos de Israel (Asunto de una Nación) lo que significa 
						que Al·lâh nos ha mostrado la historia de una mujer que 
						no se vio abatida después de este asunto tan colosal. 
						¡Qué valioso es para Al·lâh un corazón como este! Y 
						después sigue: [así se lo devolvimos a su madre 
						para consuelo de sus ojos y para que no se 
						entristeciera] Al-Qasas: 13. Llamo 
						a los desalentados, a los apesadumbrados, a los débiles, 
						a los huérfanos, a la Umma de Mohammad (SAAWS), a 
						nuestra gente en Irak, a nuestra gente en Líbano, a 
						nuestra gente en Palestina; si estamos abatidos, sólo 
						podemos recurrir al Omnipotente Reparador. [la 
						promesa de Al·lâh es verídica. Sin embargo la mayoría de 
						ellos no saben.] Al-Qasas: 13. El 
						Omnipotente Reparador jamás te defraudará.
						
						
						
						 
						
						
						El refugio del 
						Profeta (SAAWS) en Al·ÿabbâr:
						
						
						El Profeta (SAAWS) 
						fue apedreado un día en At-Tâef, a la edad de 50 años, 
						cuando buscaba un refugio para él y Zaid bnu
						Hâriza. 
						Suplicó a Al·lâh, dirigiendo su queja a Él sin pedirle 
						nada: ((Oh Al·lâh, a Ti me quejo de mi débil fuerza, 
						de mi impotencia y debilidad frente a la gente, Tú que 
						eres el Más Clemente. ¿A quien me confías?. ¿A un 
						enemigo que me maltrate? – como la condición de la 
						nación actualmente –¿O a un pariente a quien  has de 
						confiar mi suerte? …Si no estás enfadado conmigo 
						entonces no me importa nada... aunque es tu Misericordia 
						la que colma más mi dolor. Me refugio en la Luz de Tu 
						Honorable Faz, por la que resplandecen los Cielos y la 
						Tierra, la que hace que se iluminen las tinieblas y por 
						la que se ordena todo asunto de este mundo y del Otro; 
						en todo ello me refugio de que me alcance Tu ira o 
						descienda sobre mí Tu maldición. Solo Tú tienes derecho 
						a reprenderme hasta que te plazca. Y no hay poderío ni 
						fuerza más que con Tu permiso)) Aprended de vuestro 
						Profeta, los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre 
						él, cómo refugiarse en Al·lâh. Después vino un niño 
						pequeño llamado ‘Addâs, ofreció unas uvas al Profeta (SAAWS) 
						y mantuvo con él una conversación, de la que el chico 
						supo que era el Profeta de Al·lâh. Entonces se inclinó 
						besando los pies del Profeta (SAAWS). 
						
						
						¡Al·ÿabbâr es 
						El Que te Repara! Puede socorrerte gradualmente por Su 
						Saber, pero ha de tranquilizarte incluso con un signo. 
						Desde luego viene después de esto la reparación 
						completa, esto es, Al-Isrâ´  wal-Mi'râÿ.
						
						
						
						En lo que se refiere a nuestra 
						nación, este es el tiempo más adecuado en el que 
						necesita la reparación de Al·ÿabbâr.
						
						
						 
						
						
						Para 
						repararte, Él te resarce del opresor:
						
						
						Al·lâh 
						castiga a quien comete injusticia contigo para 
						repararte. Es Omnipotente 
						Reparador
						para los oprimidos y 
						Omnipotente Reparador contra 
						los injustos. Si aquel que te ha oprimido, no se 
						arrepiente y persiste en lo que ha hecho, Al·lâh te 
						devolverá la confianza restaurándote el derecho frente a 
						quien te ha oprimido. ¡Observa que la palabra 
						“omnipotente” como cualidad humana es rechazable 
						mientras que como nombre de Al·lâh, Glorificado y 
						Enaltecido Sea, “Al·ÿabbâr” (El Omnipotente Reparador) 
						es una expresión de bien y beneficio porque devuelve a 
						los oprimidos sus derechos. Es Omnipotente Reparador 
						para los sometidos y Omnipotente Reparador contra los 
						tiránicos. Al·lâh tiene que penalizar a quien te oprime. 
						Es como si el nombre de Al·lâh “Al·ÿabbâr” tuviera dos 
						partes: una para el injusto y otra para el oprimido.
						
						
						
						 
						
						
						La diferencia 
						entre “Al·ÿabbâr” 
						(El Omnipotente Reparador) y “Al·Muntaqem” 
						(El Vengador):
						
						
						“Al·Muntaqem” 
						se relaciona solamente con los injustos mientras que 
						“Al·ÿabbâr” enlaza principalmente con los oprimidos, 
						pero para reintegrar el derecho de éstos debe tomar de 
						los injustos. De esto desprendemos lo siguiente: “Nunca 
						duermas por la noche siendo injusto” Hay un refrán 
						que dice: “Qué suerte tiene quien pasa su noche 
						oprimido y no injusto”. ¡Oh vosotros que cometéis 
						injusticias contra la gente, tened cuidado! ¡Oh tú, el 
						oprimido que tienes sed de vengarte de quienes te han 
						oprimido, ojo porque Al·lâh ha estado contigo en el 
						momento en que has sido objeto de injusticia! Estás en 
						el regazo de Al·ÿabbâr. ¡Por tanto, nunca oprimas a tu 
						criada!, porque se refugiaría en Al·ÿabbâr por la noche 
						llorándole tu injusticia. ¡Oh dueño del trabajo, no 
						trates tiránicamente a un empleado o a un pobre recadero 
						tuyo, porque recurriría a Al·lâh llorándole tu 
						injusticia y reclamándole que le socorra y que Al·lâh te 
						castigue por su culpa. Si vives con los nombres más 
						bellos de Al·lâh, ¿cómo crees que será la reforma de la 
						tierra? ¡Vosotros que designáis en  los puestos de 
						responsabilidad mediante enchufe a unas personas 
						mientras que otros son más meritorios, obligando de este 
						modo a que éstos se refugien en Al·ÿabbâr, quejándose a 
						Él que están cualificados para estos puestos pero que el 
						enchufismo es el que ha determinado que sea fulano! 
						¡Nunca designases a nadie mediante enchufe porque 
						Al·ÿabbâr te castigará por culpa de aquel a quien has 
						perjudicado haciendo que no acceda a ese puesto! ¿Has 
						notado cómo este Nombre penetra en nuestra vida?  
						
						
						
						 
						
						
						Al·lâh transforma tu castigo en 
						gracia:
						
						
						A veces 
						eres injusto con alguien y entonces Al·lâh te castiga 
						por ello a fin de resarcir al oprimido. Así pues sufres, 
						lloras y te diriges a Al·lâh Al·ÿabbâr ( El 
						Omnipotente Reparador) quien cambia tu pena por una 
						gracia que te hace feliz y te hace reconciliarte contigo 
						mismo haciendo que tu vida cambie a mejor. Transforma tu 
						sufrimiento en una gracia.
						
						
						 
						
						
						Te doy un ejemplo:
						
						
						El ejemplo de Mûsâ (AS) (Moisés) 
						cuando propinó un puñetazo a un hombre y éste cayó 
						muerto al instante. Como consecuencia escapó de Egipto. 
						Este hecho le hizo sufrir mucho pero al final ese 
						sufrimiento se transformó en una gracia, pues estos 10 
						años de huída le prepararon para la profecía.
						 
						
						
						Te doy otro ejemplo:
						
						
						Había un hombre, que no era 
						religioso, que tenía dos hijos. Era una persona que le 
						gustaba burlarse de la gente, reír, contar chistes 
						etc... Quería a sus hijos mucho pero no se preocupaba de 
						ellos. Un día vio a un ciego andando por la calle, 
						entonces caminó a su lado imitándole y burlándose de él 
						para que la gente riera. Seguro que este ciego sufrió 
						mucho por culpa de este comportamiento. Unos meses 
						después, el hombre tuvo un niño ciego y ello le hizo 
						padecer mucho. Al·lâh ha vengado así a quien ha sido 
						ofendido haciéndole padecer al hombre su misma suerte. 
						Observa cómo este castigo se fue transformando en 
						gracia. Después de tener este hijo el hombre estuvo 
						deprimido por unos meses hasta que su relación con este 
						hijo se cortó. Cuidaba de sus otros dos hijos dejando la 
						educación de ese hijo a su madre corriendo solamente con 
						sus gastos. Puesto que no quería cuidarle aunque sufría 
						por dentro viéndolo como un castigo dirigido a él, 
						prefería ignorarle. El padre no quiso tratar con este 
						hijo hasta que tuvo 6 años.
						
						
						Un día la madre salió con los otros 
						dos hijos mayores. El padre se encontró solo en casa con 
						este hijo ciego. Entonces éste le dijo: ''¡Oh papá, hoy 
						es viernes, ¿puedes acompañarme a la mezquita?!''.
						
						
						El hombre se asombró al comprobar 
						que su hijo de 6 años rezaba y quería ir a la mezquita.
						
						
						Entonces le preguntó a su hijo: 
						''¿quién te dijo que debes ir a la mezquita?''. El hijo 
						le respondió: ''mi madre a veces me acompaña''. Su madre 
						era muy devota. Entonces el padre le dijo a su hijo: 
						''te acompañaré a la mezquita''. El hombre sintió como 
						si estuviese acompañando a un gran sheij que iba 
						enseñándole. Entonces el hijo dijo a su padre: ''¡Papá, 
						te voy a recitar la sura de Al-Kahf (La Caverna)!''. El 
						hijo empezó a recitarla y el padre empezó a llorar pues 
						hasta ese momento no había sido consciente de la 
						existencia de Al·lâh. Lo que le había hecho padecer, 
						precisamente, es lo que se transformó en una gran 
						bendición. Empiezas siendo injusto con alguien, Al·lâh 
						te castiga y sufres. Al final te diriges a Él y tu 
						castigo se convierte en una gracia.
						
						
						 
						
						
						La plegaria
						
						
						Una de ellas recoge: ¡Señor, me 
						asombran los que te conocen ¿cómo es que temen a tus 
						siervos siendo Tu el Omnipotente Reparador?!  ¡Señor me 
						asombran los que te conocen: 
						
						
						¿Cómo es que aterrorizan a tus 
						siervos  siendo Tú el Omnipotente Reparador?
						
						
						
						Si has sido oprimido alguna vez, 
						prostérnate ante Él  y dile:
						
						
						“Omnipotente Reparador, repara 
						mi espíritu”  Si has sido injusto con alguien, 
						apresúrate hacia él y pídele perdón, pídele que no te 
						maldiga y procura restaurar su ánimo.
						
						
						 
						
						
						El Omnipotente Reparador en el día 
						del Levantamiento:
						
						
						El momento más difícil durante el 
						día del Levantamiento será cuando la gente sea llamada 
						para mostrarse ante Al·lâh, Glorificado y Enaltecido 
						sea. ¡Imagínate¡  ese día cada persona será llamada “Fulano 
						hijo de Fulano”  Los ángeles te conducirán  hasta 
						colocarte  ante Al·lâh, entonces no habrá ningún 
						traductor entre tú y Él.  Los ángeles te reconocerán por 
						tu notable preocupación y temor. Te llamarán: ¡Fulano 
						hijo de Fulano! Ven para personarte ante el 
						Omnipotente Reparador. En este caso se Le llama a 
						Al·lâh con el nombre “El Omnipotente Reparador” porque 
						durante la vida o has sido oprimido o has sido  opresor. 
						¡Imagínate, de pie entre  las manos de Al·lâh! Vosotros 
						que fuisteis injustos con la gente, ¿seríais capaces de 
						dormir tranquilos esta noche? ¡Tu que has sido injusta 
						con alguna señora y encima lo has divulgado!  ¡Tu que 
						todos los días maltrataste a tu empleada!  ¡Vosotros que 
						arrebatasteis las pertenencias de la gente! ¿Seríais 
						capaces de dormir tranquilamente esta noche?  Cuando 
						pongas tu cabeza sobre la almohada quiero que recuerdes 
						ese Día: “¡Fulano hijo de Fulano! ven para  
						personarte ante el Omnipotente Reparador!” Imagínate 
						que le dices: “Señor, tal como has reparado mi 
						espíritu oprimido en esta vida, ¡repara mi espíritu en 
						el jardín! ¡Repara mi espíritu durante el Día del 
						Levantamiento” Y que entonces te ampare. Y también 
						si Le dices: “Señor fui injusto con alguien en vida 
						pero supe que eras el Omnipotente Reparador, por lo que 
						me fui, al sexto día de Ramadán, y reparé el espíritu de 
						Fulano de ello; Señor, te pido que repares mi espíritu 
						ahora”
						
						
						 
						
						
						Otro tipo de Reparación:
						
						
						Consiste en devolver la confianza a 
						los devotos. Una persona que está muy  entusiasmada por 
						adorar a Al·lâh en el mes de Ramadán y decide, por 
						ejemplo,  hacer dos finalizaciones completas de lectura 
						del sagrado Corán y rezar las oraciones nocturnas de 
						Ramadán (Tarâwîh) colectivamente estando siempre 
						en la primera fila pero que  repentinamente se le 
						presenta mucho trabajo o sufre alguna enfermedad. 
						Entonces empieza a llorar y se entristece.  Al·lâh le  
						restaurará su ánimo y le recompensará. Otro ejemplo 
						reside en lo que dijo nuestro señor Mûsâ “Moisés”:  
						“Y cuando Mûsâ vino a Nuestra cita y su Señor le 
						habló, dijo: ¡Señor mío! Muéstrate ante mí para que 
						pueda verte; dijo: No Me verás, pero mira el monte y si 
						permanece en su sitio entonces Me verás. Y cuando su 
						Señor se manifestó al monte lo pulverizó y Mûsâ cayó 
						fulminado. Al volver en sí, dijo: ¡Gloria a Ti! A Ti me 
						vuelvo y es el primero de los creyentes” 
						aleya 143, sura Al-A'râf (Al-A'râf) 
						
						
						
						Nuestro señor Mûsâ “Moisés pidió un 
						tipo determinado de adoración que no le ha sido 
						concedida pero a pesar de ello no ha cesado ya que como 
						se refleja  en el siguiente versículo dijo: “Dijo:
						¡Mûsâ! Verdaderamente te he 
						escogido por encima de los hombres, dándote Mi mensaje y 
						Mi palabra, así que toma lo que te he dado y sé de los 
						agradecidos” 
						aleya (versículo) 144, sura Al-A'râf 
						, es decir, que si no has conseguido esta plegaria 
						obtendrás otra, es decir, ser “el portavoz del más 
						Compasivo”.
						
						
						Si  Al·lâh te ha impedido la 
						práctica de un acto de adoración Él es quien restaura la 
						confianza en el espíritu de sus devotos concediendo la 
						práctica de otro acto de adoración.
						
						
						 
						
						
						A los que
						Al·lâh 
						más desagravia por excelencia:
						
						
						Es a los 
						padres. No se te ocurra alterar el estado de ánimo de tu 
						madre ni de tu padre, tampoco provocar el llanto en sus 
						ojos, que su cara enrojezca por enfado, o que su corazón 
						esté roto por tu culpa.
						
						
						Por eso, el 
						vocablo ÿabbâr 
						(que refleja en este caso la arrogancia y la tiranía en 
						el trato con los padres) fue mencionado dos veces en el 
						Corán en relación con el trato a los padres 
						advirtiéndonos de no tratarles con tiranía. La primera 
						vez, describiendo las cualidades del profeta Yahyâ: 
						“Y piadoso con sus padres, ni tirano ni 
						desobediente. ] (TSC, Sura 19, Maryam  "María" : 
						Aleya 14).
						
						
						Y la segunda 
						por boca del profeta ‘Îsâ 
						(Jesús) : “Y ser 
						piadoso con mi madre; y no me ha hecho ni tirano ni 
						desgraciado.” (TSC, Sura 19, Maryam  "María" : 
						Aleya 32).
						
						
						Nunca se te 
						ocurra estar avergonzado de tus padres, tampoco darte 
						vergüenza de que tus amigos te vean con ellos, alterando 
						así su ánimo.   
						
						
						 
						
						
						Otros 
						ejemplos de cómo Al·lâh 
						te desagravia: 
						
						
						Nos desagravia 
						cuando acepta el arrepentimiento, cuando acepta remediar 
						las deficiencias  de los rezos obligatorios con los 
						rezos voluntarios o cuando perdona a los creyentes sus 
						fallos por los actos de bien que habían hecho antes.
						
						
						
						Desagravia y 
						levanta la moral de toda la Umma (Comunidad musulmana) 
						cuando, después de haber sido quebrada implacablemente 
						por los Tártaros, estos abrazan el Islam. 
						
						
						
						Desagravia a 
						los esclavos cuando decreta que todo aquel que cometa 
						cierto pecado libere a un esclavo como indemnización, 
						contribuyendo así a la abolición de la esclavitud.
						
						
						
						Desagravia a 
						los sirvientes. Dice el Profeta (SAWWS): “Dadles de 
						comer de lo que comáis y no les encarguéis hacer más 
						labores que las que puedan aguantar”. 
						
						
						
						Desagravia 
						a la mujer. Dice el Profeta (SAAWS): "Sed tiernos con 
						las frasquillas” (refiriéndose a las mujeres por su 
						naturaleza frágil semejante a la de los frascos 
						de vidrio).  Aparte de asignarles una parte en la 
						herencia, de la que les habían privado antes del Islam. 
						
						
						Consuela a 
						los huérfanos y eleva su ánimo. 
						Al·lâh 
						dice: "Son vuestros hermanos en la religión"  
						y recompensa a quien les consuele. Dice el Profeta (SAAWS):
						“Yo y el que sustente al huérfano estaremos tan 
						cercanos en el paraíso como éstos – señalando la 
						distancia entre sus dos dedos- “
						
						
						 
						
						
						El deber 
						práctico:
						
						
						1) 
						Si eres víctima de injusticia, refúgiate en Al·Ÿabbâr, 
						inclínate ante él y dile “Señor mío, subsana mis 
						ánimos”.  
						
						
						Os emplazo a 
						transmitir este episodio a otras personas para que toda 
						la gente llegue a conocer a 
						Al·lâh.
						
						
						2) 
						Si eres 
						injusto, te ruego que te vayas esta misma noche a quien 
						hayas agraviado, sea un criado, un camarero o una 
						esposa,  y te reconcilies con él hasta que quede 
						complacido, si no quieres que 
						Al·lâh, 
						Enaltecido sea, te inflija un duro castigo.
						
						
						3) 
						Levanta el 
						ánimo de una persona de aquí hasta mañana, busca a un 
						pobre o dirígete a un centro de acogida o a un hospital, 
						llévate contigo un regalo, socorre a un familiar que 
						necesita tu ayuda, sonríe a un necesitado, acaricia la 
						cabeza de un huérfano etc. Para que en el Día del Juicio 
						digas a Al·lâh: «He levantado 
						el ánimo de fulano, levanta mi ánimo, pues». Y para 
						que la gente sepa que el Islam es una religión 
						transformadora del mundo y no se limita solo a la vida 
						espiritual.
						
						
						 
						
						
						Que la Paz, la Misericordia y las 
						Bendiciones de Al·lâh sean con vosotros.
						
						
						Equipo de Dar Altarÿama-El convoy español
						
							
							
								
								
								
								
								
								Al∙lâh= 
								
								significa Dios. Es el Nombre Más Grande que 
								ostenta el Único Creador que posee todos los 
								atributos propios de la divinidad, tal como fue 
								revelado en el Qor´ân.
 
							
								
								
								
								
								(SAAWS):
								Sal·la Al·lâhu Alayhi 
								Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz  de
								Al∙lâh 
								sean sobre él, que es explicada por los ulemas 
								como sigue:
								
								
								Sal·la 
								Al·lâhu Alayhi: 
								significa que le cubra con su misericordia…El 
								motivo de traducirlo literalmente es porque 
								estas palabras son repetidas por los musulmanes 
								de todo el mundo, siguiendo el precepto divino 
								de decir esta expresión siempre que se mencione 
								al Profeta, en la llamada a la oración (Al Âdhân) 
								o en cualquier circunstancia, como veneración 
								concedida por Al·lâh a Su último Mensajero, que 
								ha sido enviado a toda la humanidad. Wa 
								sal·lam: 
								
								significa:  y derrame Su Paz sobre él.
 
							
								
							
								
						 
						
						 
						
						
						 Fuente:
						www.amrkhaled.net