En Tu Nombre Vivimos
Episodio 7:
El nombre de Al·lâh
Ar·raqîb
(El Atento Vigilante)
En el nombre de Al·lâh
([1]),
el Más Compasivo, el Muy Misericordioso; Alabado sea
Al·lâh. Los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre
su Profeta (SAAWS).
([2])
Bienvenidos. Vamos a proseguir, si
Al·lâh quiere, nuestro
programa viviendo cada día con los nombres más bellos de
Al·lâh. Todos esperamos que antes de que termine el
Ramadán sintamos que hemos conocido a Al·lâh,
Glorificado y Enaltecido sea. Este es el objetivo del
programa, el conocimiento de Al·lâh, Glorificado y
Enaltecido sea. Un conocimiento que conduce a la
obediencia y que lleva a la felicidad en la vida
mundana y en la Última Vida, porque cada día vivimos
con uno de sus nombres más bellos y procuramos sentirlo,
y cuando termine el episodio, que no acabe nuestra
relación con el nombre sino que continuemos nuestro día
y el día siguiente viviendo con este nombre y los demás
que le precedieron. Así, continúa el proceso
acumulándose en nuestros corazones y mentes hasta que
salgamos, si Al·lâh quiere, con el siguiente lema: en
Tu nombre vivimos todo el resto de nuestra vida y no
sólo en Ramadán.
Antes de abordar el nombre de hoy,
quiero plantear una pregunta: ¿Cómo nos encontramos en
Ramadán? ¡Son días contados! Ya ha pasado una semana
¿Veis como corren los días? Hay que desplegar un
esfuerzo. ¿Estamos ya a salvo? Ruega a
Al·lâh, Glorificado y
Enaltecido sea, con sus más bellos nombres y pídele que
te libere del infierno. Si te llega a liberar no volverá
más a tenerte prisionero. Quedan pocos días, tenéis
entonces que hacer el máximo esfuerzo.
El episodio de hoy trata sobre
Ar·raqîb (El Atento Vigilante). Es un nombre que figura
tres veces en el Qor´ân. Pero su significado aparece en
cada una de sus páginas. El nombre de Ar·raqîb (El
Atento Vigilante) figura en la sura de
An·nisâ´ (Las
Mujeres): [¡Hombres! temed a vuestro Señor Que os
ha creado de un solo alma, de la que ha creado su
cónyuge, y de los que ha diseminado un gran número de
hombres y de mujeres, ¡Temed a vuestro Señor, en cuyo
nombre os reclamáis
vuestros derechos, y
respetad la consanguinidad! Al·lâh siempre os vigila]
(Las Mujeres, aleya 1), y aparece también cuando el
profeta Isa (Jesús) dice: [pero
después de que me llevaste contigo fuiste Tú Quien les
vigiló. Tú eres testigo de todas las cosas.].
(TSQ,)
(Al-Mâ´ida,
La Mesa Servida, aleya 117).
Antes de adentrarse en el
significado de Ar·raqîb (El Atento Vigilante), deseo
empezar por el objetivo de este episodio. ¿Cuál es el
objetivo? ¿Cuál es el objetivo de vivir con el nombre de
Ar·raqîb (El Atento Vigilante)? El objetivo es: ¡Estoy
contigo, Atento Vigilante! ¿Por qué no establecemos esta
intención? Estoy contigo, Atento Vigilante, en Ramadán y
en cada paso hasta el final del Ramadán. Estoy con El
Atento Vigilante que me ve. Tengo entre mis ojos la
siguiente aleya: [Está con vosotros dondequiera
que os encontréis] (Al-Hadîd, El Hierro, aleya
4).
El objetivo de este episodio
consiste en corregir nuestro interior, porque Ar·raqîb
(El Atento Vigilante) nos está mirando, tanto en lo
oculto como en lo visible. Si determinamos esta voluntad
acabaremos el Ramadán de una forma diferente. Es un
episodio central entre la serie de episodios que tratan
sobre los nombres más bellos de
Al·lâh. Lo hemos retrasado un
poco para que estemos más preparados y capaces para
asimilarlo, porque requiere concentración: Al·lâh me
ve, Al·lâh me vigila, y Al·lâh es testigo de mis actos.
Nosotros conocemos este significado, pero queremos vivir
con él. No basta con conocer el significado sino que
tenemos que vivirlo también en cada partícula, cada
suspiro y cada movimiento en nuestra vida. El resultado
es que nuestro exterior se torna como nuestro interior
porque El Atento Vigilante está contigo.
Todo el mundo se embellece. Existe una
hipótesis denominada “la punta del iceberg”, lo que está
encima de la tierra (lo que es visible) es el 20% y lo
que se encuentra por debajo de ella el 80%.
Todo el mundo se empeña en centrarse en
la proporción del 20%, que corresponde a aquello que se
ve. Pero nosotros queremos embellecer el interior, algo
que no vamos a conseguir sin el nombre de Al·lâh
Ar·raqîb (El Atento Vigilante)…. ¿Solamente soy lo que
se ve de mi o lo que queda oculto? [¿Es que no
sabe que Al·lâh ve?] (La sura de Al- ‘Alaq, El
Coágulo, 14)
Pero si vivimos con el nombre de Al·lâh
Ar·raqîb, se subsanará nuestro interior y será como
nuestro exterior, ya que si nos equivocamos sabremos que
Al·lâh nos ve, y si hacemos el bien nos alegraremos
porque sabremos que también Al·lâh nos ve.
Al·lâh no es Ar·raqîb sólo en los malos
actos, también lo es en los buenos. Y no todo eso es una
muestra de miedo, ya que las familias que educan a sus
hijos basándose en el miedo a Al·lâh se equivocan, es
necesario que les enseñemos que Al·lâh también les ve
cuando llevan a cabo un buen acto. Cuando vivamos con
este nombre, será ineludible vivir una felicidad eterna,
es uno de los Nombres de Al·lâh que más te hacen vivir
con Él cada momento de tu vida [y está con
vosotros dondequiera que estéis, Al·lâh ve lo que
hacéis] (La sura de Al-Hadîd, El Hierro, 4).
El episodio de hoy se compone de cuatro
apartados, lo que hacíamos antes es contar el
significado de un Nombre en cada episodio, pero esta vez
queremos vivir el significado:
-
Primer apartado: ¿Cómo puedes vivir
con Ar·raqîb?
-
Segundo apartado: ¿Cuáles son lo
motivos para que se dé esta vigilancia?
-
Tercer apartado: una vigilancia
afable, bella
-
Cuarto apartado: ¿Cómo avivarnos y
avivar la Umma, si sentimos este significado?
¿Cómo puedes vivir con Ar·raqîb?
¿Qué significa el que Al·lâh te vigila?
No empezaré con palabras hipotéticas sino que lo haré
con tres historias que le ocurrieron a ‘Omar Ibn
Al·Jattâb, que Al·lâh esté complacido con él.
La primera historia:
estaba ‘Omar Ibn Al·Jattâb caminando cuando se encontró
a un pastor, y quiso examinarle, quería saber cómo
estaba la Umma a partir del comportamiento de este
pastor y le dijo: “¡Chico!, quiero que me vendas esta
cabra” y le contestó el joven: “no es de mi
propiedad, es de mi señor”. Entonces le dijo ‘Omar,
que Al·lâh esté complacido con él: “entonces
véndemela y le dices a tu señor que se la ha comido un
lobo”. El joven pastor de ovejas, cuyos
conocimientos son limitados, simples, le miró y le dijo:
“¡Al·lâh es Grande, pues ¿qué hay de Al·lâh?!”
Entones ‘Omar lloró y dijo: “Sí, por Al·lâh, ¿¡qué
hay de Al·lâh!?”. Le dedico esta historia a toda
persona que haya estafado para vender su mercancía, o
haya engañado, pues, ¿qué hay de Al·lâh?... ¡Al·lâh te
está vigilando!.
El pastor ha resumido el espíritu del
Dîn (la Religión). Hay personas que exteriorizan la
adoración a Al·lâh, su apariencia es de adoración a
Al·lâh, estudio del Qor´ân..., pero su interior más
profundo está corrompido.
La segunda historia
de ‘Omar Ibn Al Jattâb, que Al·lâh esté complacido con
él, es que paseaba por la noche como solía hacer para
asegurarse de la situación de su pueblo, cuando escuchó
la voz de la lechera ordenando a su hija: Hija mía,
añade agua a la leche. La chica le preguntó:
madre, ¿no sabes que el
Príncipe de los creyentes ha prohibido mezclar la leche
con el agua? Le contestó:
‘Omar Ibn Al Jattâb no nos ve ahora. La muchacha le
dijo: Madre, si ‘Omar no nos ve, el Señor de ‘Omar
nos ve. ‘Omar marcó esta casa, fue a sus hijos y les
dijo: En esta casa vive una chica. ¿Cuál de vosotros
quiere casarse con ella? Juro que esta chica no se
casará con nadie que no sea de la familia de Ibn Al
Jattâb, y si no estáis de acuerdo en casaros con ella,
me casaré yo... Después ‘Âsem Ibnu ‘Omar Ibn Al Jattâb
se casó con esta lechera. Estaba predestinado que
vendría de su descendencia ‘Omar Ibnu ‘Abdel ‘Azîz y fue
el fruto bendito de las palabras de la muchacha: Si
‘Omar no nos ve, el Señor de ‘Omar nos ve, y aquél
fue el quinto califa y el realizador de grandes logros.
Así la justicia se extendió a través de una mujer que
tuvo en cuenta la vigilancia de Al∙lâh en sus
acciones.
La tercera historia
es de un joven en tiempo de los tártaros, que quería
seguir el camino recto pero no podía… Fue a un sabio y
le dijo: oí un hadîz (dicho) del Profeta, los Rezos y la
Paz de Al·lâh sean sobre él, que fue dicho cuando un
hombre se le dirigió exclamándole: enséñame un dicho
en el Islam, para no pedir a nadie nada después de ello.
El Profeta, los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él,
le contestó: [Di: creo en Al·lâh y después mantente
firme] Entonces el joven interrogó al sabio: ¿cómo
lo realizo? Éste no le contestó teóricamente sino que le
dio una prescripción práctica. Le dijo: Cuando vayas a
la cama y antes de dormir, repite varias veces hasta que
te duermas: Al·lâh me mira, Al·lâh me observa, Al·lâh
es Testigo sobre mí. Continúa diciendo estas
palabras hasta que te duermas, y cuando te levantes para
empezar un nuevo día, recítalas hasta que salgas de
casa. El sabio quería que este significado se
estableciera en la mente del joven día y noche. En
seguida le ordenó: repítelas durante el día cuanto
puedas y ven a verme después de un año para informarme
de lo que hiciste. El chico no volvió a ver al sabio
al año siguiente, pero después de este encuentro su
situación cambió. Cuenta el chico: Cada vez que
estaba a punto de cometer un pecado, decía, Al·lâh me
mira, Al·lâh me observa, Al·lâh es Testigo sobre mí.
De este modo es como fui cambiando poco a poco.
Un año pasó sin que el joven volviera a ver al sabio, se
inscribió en el ejército, empezó a progresar en él y
tuvo un sueño en el que vio que estaba perdido en el
desierto, que estaba sentado sobre una roca llorando y
apareció una muchedumbre de caballeros encabezados por
un hombre blanco y elegante. Cuando éste le vio llorar
se puso en pie, le tomó, le sacudió, empujó su pecho y
le ordenó: Levántate, Mahmûd, pues tu camino hacia
Egipto comienza desde aquí, reinarás en Egipto y
vencerás a los tártaros. Este joven era Kotoz, luego
despertó después de este sueño y fue al venerable sabio
Ezz Ibnu Abdessalâm quien le dijo: se trata de una
visión de bien. Esta visión se realizó con Wâ Islamah
(¡Oh, mi Islam!). El comienzo de este joven
arranca con: Al·lâh me mira, Al·lâh me observa,
Al·lâh es Testigo sobre mí.
¿Habéis entendido de lo que vamos a
hablar en el episodio de hoy? De Ar·raqîb, El Atento
Vigilante, el que observa, vigila y conoce todos los
respiros de sus siervos: [Él conoce los ojos
traicioneros y lo que encierran los pechos] (Sura
de Ghâfir, El Perdonador, aleya 19).
El Atento Vigilante que conoce todos tus
movimientos y tus silencios: [Y tanto si guardáis
en secreto lo que decís como si lo divulgáis... Él es el
Conocedor de lo que encierran los pechos] (La
sura de Al-Mulk, la Soberanía, aleya 13).
[¿Acaso no lo va a saber Quien todo lo
creó? Él es Sutil, y está bien informado de cuanto
hacéis.]. (Sura
Al-Mulk La Soberanía, aleya 14).
El mismo Atento Vigilante que dice en la
Sura de Tâ-Ha, aleya 7: [Y hables en voz alta (o
no), Él conoce lo oculto y aún más que eso].
Además en la Sura de la Discusión “Al-Muÿâdala”,
aleya 7, Al·lâh, Enaltecido sea, dice: [¿Es que no
ves que Al·lâh conoce lo que hay en los cielos y lo que
hay en la tierra? No hay confidencia de tres en la que
Él no sea el cuarto, o de cinco en la que Él no sea el
sexto, o de menos o más que eso, sin que Él no esté con
ellos dondequiera que estén. Luego el Día del
Levantamiento les hará saber lo que hicieron. Es cierto
que Al·lâh es Conocedor de todas las cosas].
Todos nosotros estamos descubiertos ante
Al·lâh, puedes ocultar mil secretos a tu mujer, o mil
ideas a tu jefe, pero lo cierto es que Al·lâh te observa
y te vigila, el secreto y la manifestación para Él son
lo mismo. Pues, puedes sonreír a fulano mientras en tu
interior le odias, pero que sepas que Al·lâh te observa.
Escucha el dicho del Profeta, que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él, que dice: [¡Al·lâh, Tú eres el
compañero en el viaje y el protector de la familia!].
Nunca hemos pensado y reflexionado sobre
la súplica del viaje. Al·lâh, Eneltecido sea, es el
único que puede acompañarte en tu viaje y ser el
protector de tu familia al mismo tiempo. [Él tiene
las llaves de lo invisible y sólo Él conoce y sabe lo
que hay en la tierra y en el mar. No cae una sola hoja
sin que Él no lo sepa] (Sura de Al-An'âm, Los
Rebaños, aleya 59).
Al·lâh, Glorificado sea Su nombre,
preestableció las cantidades de las cosas más pequeñas y
minúsculas, incluso el grano de arena que se mueve en el
desierto. Entonces, si también la hoja está vigilada por
Al·láh, ¿no vas a ser tú vigilado en cada segundo de tu
vida?
Hay personas que cometen pecados.... ¿No
saben que Al·lâh les vigila? Y aquel médico que aconseja
al paciente realizar una operación que él no necesita, o
el dueño de la fábrica que produce y vende materiales
dañinos para los niños, y aquella chica que sale con un
chico sin que sus padres lo sepan, o también aquel joven
que tiene una relación (en secreto) con una chica. La
aleya 189 de la Sura de Al-Baqara, la Vaca, dice:
[... La virtud no consiste en que entréis en las casas
por su parte trasera, sino que tengáis temor (de Al·lâh).
¡Entrad en las casas por sus puertas!].
El episodio de hoy quiere decirte y
enseñarte que Al·lâh está contigo y que te acompaña en
cada momento de tu vida. Entonces, ¿Puedes vivir este
mes aplicando este significado?.
Pues si hubiéramos
sido educados sobre este sentido, habría cambiado
nuestra situación y nuestra sociedad. Siendo así,
Ar·raqîb (El
Atento Vigilante) resulta más eficaz que mil policías
que controlan a la gente, más eficaz que mil cámaras de
supervisión instaladas en establecimientos y calles…
etc.
¡Padres y
madres! procurad que nuestros hijos tengan una
formación, tanto en la escuela como en casa, basada en
el nombre de Al·lâh, Ar·raqîb
¿Cómo seríamos si nuestros gobernantes, responsables y
profesores tuviesen presente este nombre en nuestra
vida?. ¡Médicos, ingenieros, estudiantes y artesanos!
¿Cómo sería nuestra sociedad si hubiéramos vivido y
sentido con viveza el significado de Al·lâh,
Ar·raqîb? ¡Medios de
comunicación, jóvenes, tomemos de una vez por todas la
decisión y fijemos nuestra intención de vivir con este
nombre, ya es hora de clamar: ¡Viviré con este
nombre y nunca volveré a engañar ni a falsificar!
¿Ya lo tenéis claro? ¿Lo habéis sentido
con todo el alma?. El objetivo es que lo que
aparentas, sea igual a lo que sientas en tus entrañas.
Abû Bakr Assiddîq, cuando quiso nombrar a ‘Omar Ibn Al
Jattâb, como Califa, los musulmanes le objetaron y le
dijeron: ¿Cómo le designas si ya sabes de antemano que
es una persona implacable? Abû Bakr Assedîq les dijo: lo
hice porque yo sé que es un hombre cuyo interior es
mejor que su apariencia.
A este respecto, os cuento una célebre
historia que fue citada en varios libros. Se trata
de un hombre que fue atacado, le robaron grandes sumas
de dinero, sin embargo se armó de paciencia y aguantó
esta calamidad. Una vez cayó enfermo y sintió que había
llegado la hora de su muerte así pues, en su último
aliento llamó a su hijo mayor y le dijo cuando me muera
pasad con mi ataúd cerca de la tienda del hombre que me
timó y dale esta carta, léela ante él en el mismo
momento que pase el funeral. Y así fue, cuando murió, su
hijo llevó a cabo su última voluntad, pasó cerca de su
tienda y le dijo: El difunto le envía esta misiva, la ha
escrito en su agonía. El hombre leyó la carta: "Ya
estoy muerto, y ten certeza que Al·lâh sabe lo que has
hecho porque Él nos ve a los dos y tú dentro de poco te
presentarás ante Él. Nos veremos muy pronto para tomar
justicia, la justicia de Al·lâh".
Los que habéis
cometido injusticias, que sepáis que existe Al·lâh,
Ar·raqîb
(El Atento Vigilante). Debes tener presente a
Ar·raqîb no sólo cuando
cometes pecados sino también en lo grato y gustoso.
Puede que tengas la
intención de hacer algo pero sin revelarlo, sin
embargo, Ar·raqîb,
Enaltecido sea, lo sabe todo. No se trata, pues, de
tenerle presente sólo en lo que temes sino también en lo
agradable. Ciertamente pecarás, pero si es el caso,
vuelve a Al·lâh y pídele perdón. Si quieres saber tu
verdadera relación con Al·lâh, no la busques en la
oración ni en la peregrinación, más bien búscala en tu
relación con la gente, en tu comportamiento con tu
esposa, tu familia y tus allegados... vivamos cada
instante que queda de este mes con el nombre de Al·lâh,
Ar·raqîb. ¿Recuerdas
la historia del profeta Yûnus (Jonás)?:
[¡Profeta!, Recuerda la historia de Yunus, el de la
ballena, que se afligió por el rechazo de su pueblo a su
misión y se separó de ellos trasladándose lejos y
enfurecido, suponiendo que Al·lâh le permitiría
abandonarlos y que se sustraería a Sus disposiciones.
Hicimos que la ballena le tragara y que permaneciera
vivo en las oscuridades del mar y entonces invocó a su
Señor suplicándole y reconociendo su error: ¡Señor! Tú
eres el Único, en verdad, digno de adoración, con
exclusión de todo otro, y yo Te exalto de todo lo que no
coincide con tu majestad y reconozco que me he
perjudicado a mí mismo, haciendo lo que no Te
complacía.] (Al-Anbiyâ´, Los Profetas, aleya:
87).
Ponte en su lugar,
no digo que te metas en lo más hondo del océano, sino
¿cómo te sentirías encerrado en una habitación a solas?
Cuando los ángeles oyeron la voz de
Yûnus dijeron: “¡Señor! Una voz conocida procedente de
un lugar desconocido” Les contesto, Alabado sea:
“¿Acaso no la reconocéis? Ese es mi siervo Yûnus”.
¿Te ha conmocionado la historia del
profeta Yûnus? ¿Puedes dirigirte a tu Señor cuando
hablas contigo mismo y decirle: “¡Mi Señor! ¡El
Atento Vigilante! ¿Estás complacido conmigo?”
Sinceramente, espero que haya llegado este mensaje a tu
corazón.
Métodos de vigilancia:
La primera vigilancia
es la de Al·lâh, Alabado sea: [Realmente Al·lâh os
está observando] (An·nisâ´, Las Mujeres, aleya
1).
La segunda vigilancia
es la de los ángeles [No hay nada que diga sin que
tenga a su lado, presente, un atento vigilante]
(Qâf, aleya 18), tanto a tu derecha como a tu izquierda
hay un ángel que te vigila en cada momento. ¿Alguna vez
cuando has hecho algo bueno te has dirigido al ángel del
lado derecho para decirle: ¡Apunta! ésta es una buena
obra” o viceversa, cuando hayas cometido alguna falta
te has dirigido al ángel del lado izquierdo para
decirle: “Me he arrepentido, pediré perdón”? ¿Te has
percatado alguna vez de tu relación con ambos ángeles?
Hubo un hombre que fue a un sabio para
que éste le permitiera cometer un pecado pero este sabio
le quiso recordar el concepto de la vigilancia y le
dijo:
“Sí, puedes cometer el pecado, pero
solamente si cumples cuatro condiciones” le preguntó el
hombre: ¿y cuales son? Dijo el sabio: “La primera
condición es que no lo cometas sobre Su Tierra” dijo el
hombre: y ¿A donde me voy si todo el universo es Su
propiedad? Le contestó el sabio diciéndole: Entonces
¡¿no te avergüenzas de desobedecer a Al·lâh sobre su
propia Tierra?! Le preguntó sobre la segunda condición,
entonces le dijo el sabio: “Si aun así quieres
desobedecerle entonces hazlo en un lugar donde no te
pueda ver” Le dijo el hombre:
¿Adónde me voy si me ve en todos los
lugares? Le contesto el sabio y le dijo: entonces ¡¿no
te avergüenzas si te ve desobedeciéndole?! Le preguntó
sobre la tercera condición; y le respondió el sabio: “si
aun así quieres desobedecerle entonces no comas de su
sustento”. Le dijo el hombre: ¿de donde me sustento
entonces? Y le preguntó acerca de la cuarta condición;
le dijo el sabio: “si aun así quieres desobedecerle
entonces ordena a tu ángel de la derecha y al de la
izquierda y diles: dejadme ahora mientras desobedezco a
mi Señor, luego volved a mí” Entonces dijo el hombre:
¿Acaso te estas burlando de mí? Pero el sabio le
contestó diciendo: “Tu eres el que se está burlado de si
mismo”
La tercera vigilancia
se basa en tu propia
conciencia: Al·lâh ha creado el cuerpo humano pero
también ha creado dentro del mismo un sistema de alerta
altamente sensible ya que cuando le desobedeces se
enrojece tu rostro de vergüenza y se acelera el latido
de tu corazón, sin embargo cuando haces algo bueno se
refleja la felicidad en el mismo.
Por lo tanto Al·lâh te vigila, los
ángeles también y además tienes un sistema de control
que funciona perfectamente y que controla tus
movimientos. Observa la aleya que relata la historia del
pueblo de Sâleh cuando desjarretaron la camella:
[Entonces llamaron a su compañero que tuvo la osadía y
la desjarretó] (Al-Qamar, La Luna, aleya 29).
Ingirió alcohol para enajenar su conciencia. Actualmente
hay quien asegura que cualquiera que decida cometer un
crimen tiene que enajenar su conciencia para atreverse a
cometerlo, por eso consume alcohol o cualquier tipo de
droga a pesar de que Al·lâh les ha creado con un sistema
de control, el fuero interior, mejor que miles de leyes,
ampliamente distribuido, con la función de vigilarles.
Hay quien ha matado su conciencia. Pero
si vives en este mundo insistiendo en vivir lejos del
Atento Vigilante, tendrás que saber que hay un Día de
Levantamiento en el que: [Y
cargarán sus faltas sobre la espalda...]
(Al-Ana‘âm, Los Rebaños, aleya 31),
[Y se colocará el libro, entonces veréis a los que
hayan hecho el mal atemorizados por lo que pueda
contener. Dirán: ¡Ay de nosotros! ¿Qué tiene este libro
que no deja nada ni pequeño ni grande sin enumerar? Y
encontrarán delante lo que hicieron.] (Al-Kahf,
La Caverna, Aleya 49)
¿Imaginas que incluso los guiños de los
ojos o el hecho de burlarse de los otros, todo se
colocará en el platillo de la balanza de las malas
obras? Todo eso aparecerá encarnado el Día del
Levantamiento, con figura y voz: […habíamos
mandado escribir lo que hacíais] (Al-ÿâziyya,
La Arrodiada, aleya 29).
Hoy, el que infringe una señal de
tráfico, le identifican porque hay cámaras que han
grabado lo que hizo. ¿Como será el Día del
Levantamiento, en el que encontrarás todas tus obras con
los menores detalles, encarnadas con fecha y hora?:
[¡Lee tu libro! Hoy te bastas a ti mismo para llevar
tu cuenta] (Al-Isrâ´, El Viaje Nocturno, Aleya
14). Es más: [Hoy les sellaremos la boca y serán
sus manos las que nos hablen y serán sus pies los que
den testimonio de lo que se ganaron] (Yâ-Sîn,
Aleya 65), [Y le dirán a su piel: ¿Por qué dais
testimonio en nuestra contra? Dirá: Al·lâh, que hace
hablar a todas las cosas, es Quien nos hace hablar]
(Fus·silat, Expuestos con Claridad, aleya 21). Tus
propias manos y pies darán testimonio en tu contra y no
podrás pronunciar nada como objeción.
No quiero que limites tu mirada al
Atento Vigilante con temor, considera también al Atento
Vigilante que observa las obras bellas. Es El Atento
Vigilante, por ejemplo, sobre la intención de una chica
que se dijo: “Si Al∙lâh quiere que me case y tenga
hijos, deseo que mi hijo sea como Salâh Addîn para que
traiga la gloria a esta nación musulmana. Aunque puede
que ella no tuviera hijos en este mundo, basta con esta
buena intención para que sea encarnada ante ella el Día
del Levantamiento.
¿Nos damos cuenta del nombre El Atento
Vigilante en este mundo? ¿Y qué resultado tendrá esta
vigilancia en esta vida mundanal el Día del
Levantamiento cuando los registros de las obras se estén
mostrando ante ti, mientras tu estés recibiendo el tuyo
con tu mano derecha? ¿Cómo sería tu júbilo? ¿Qué alegría
sentirías mientras estés diciendo?: […
¡Venid! ¡Leed mi libro!]
(Al-Hâqqa,La Verdad Indefectible, aleya 19), el libro en
el que los ángeles han registrado todas tus obras. La
palabra ¡Venid! Significa que estarías
llamando en voz alta a tu familia para que lean lo que
ha sido registrado de buenas obras.
Precisamente en este mes de Ramadán hay
que vivir con El Atento Vigilante porque seguro que si
comienzas, el resultado será que al final de este mes,
te convertirás en otra persona.
Si lográsemos aplicar este episodio,
saldríamos de Ramadán con un nuevo nivel de adoración,
el nivel de hacer el bien, lo que significa:
adorar a Al·lâh como si estuvieses
viéndole, y aunque no puedas verle, ciertamente Él te
ve.
¿Os acordáis del dicho del Profeta, que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, cuando le
vino Ÿibrîl (El Ángel Gabriel) mientras estaban sentados
sus compañeros, y le dijo: [Mohammad,
infórmame del Islam]? Le respondió el Profeta:
[El Islam es testificar que no hay otro dios que Al·lâh
y que Mohammad es el mensajero de Al·lâh,
establecer la salât (los rezos), pagar la Zakât (la
limosna) y hacer la peregrinación mayor (Haÿÿ)],
Dijo: [Has dicho la verdad], luego volvió a
decirle: [Infórmame, pues, sobre la creencia], el
Profeta le dijo: [Es creer en Al·lâh, en Sus ángeles,
en sus Libros, en sus mensajeros, en el Día del Juicio
Final y creer en el destino, sea bueno o malo].
Dijo: [Has dicho la verdad], luego le dijo:
[Háblame de hacer el bien], el Profeta le dijo:
[Es adorar a Al·lâh como si estuvieses viéndole, y
aunque no puedas verle, ciertamente Él te ve].
Ciertamente si vives con El Atento
Vigilante, lograrás este nivel de hacer el bien en tus
obras, en toda tu vida ya que la vigilancia se mostrará
el Día del Levantamiento, la hora de pesar las obras y
revelar los registros de las mismas.
Una vigilancia amable:
A veces la vigilancia es una fuente de
molestias, pero Al∙lâh, Alabado y Enaltecido sea, está
contigo en todo, en tus secretos, en tu casa, en tu
trabajo, en todo lugar. Sin embargo es una vigilancia
amable. Imagina si el cielo estuviera repleto de
cámaras, pero por la bondad
de Al∙lâh con nosotros, no
podemos ver a los ángeles de modo que resulta una
vigilancia amable, invisible. Una vigilancia que no te
hace sentir siempre que estás bajo vigilancia.
Las cámaras de la carretera te
inquietan. A veces la vigilancia de un padre sobre sus
hijos, o un marido sobre su esposa resulta fastidiosa,
pero Al∙lâh, Glorificado sea, es Bondadoso en su
vigilancia. Y lo que lleva a la alegría es que no es una
vigilancia sobre las malas obras solamente, sino que
también sobre las buenas obras. Estás vigilado para
entrar en el paraíso, es como cuando vigilan al
candidato a una profesión diplomática o de alta posición
para asegurarse de que está cualificado para este
cargo. A ti, Al∙lâh te vigila para calificarte a fin de
hacerte entrar en el paraíso, de ahí que estés contento
si los ángeles testificasen sobre tus buenas obras.
Además hay una otra buena ventaja
en esta vigilancia. Pues cuando estás con la gente
tratas de explicar tu punto de vista o tu intención
cuando quieres una cosa de ellos, pero con Al·lâh
Ar·raqîb (El Atento
Vigilante) no necesitas todo eso porque te conoce
muy bien y sabe todo lo que tiene relación contigo. Con
Al·lâh Ar·raqîb (El
Atento Vigilante) no necesitas explicarle nada
porque conoce tus secretos y tu alma. A veces lloras
durante tus súplicas a Al·lâh y las acepta
solamente por tu llanto sin mencionar tu ruego, porque
está contigo y te observa. ¡Al·lâh
me Vigila,
Al·lâh, me
observa, Al·lâh
es Testigo sobre mí!,
ésta buena vigilancia te
hace feliz, te protege y te salva
en el Día del Levantamiento.
¿Cómo nuestros países deben aplicar
este nombre?
Los países establecen las leyes
para vigilar a la gente y corregir sus acciones y sus
actos. Si podemos aumentar la conciencia de la gente por
el nombre de Al·lâh Ar·raqîb (El
Atento Vigilante) todo cambiará. ¿Imaginas cuánto
dinero ahorraríamos? Lo que ocurre en los colegios, en
las relaciones sociales y en los problemas conyugales,
todo cambiaría. ¿Qué pasaría
en la comunidad si todos comprendiesen cómo
aplicar el nombre de Al·lâh Ar·raqîb (El
Atento Vigilante)? Espero que todos los que me escuchan
ahora contemplen sus actos, se dirijan a Al·lâh
y digan: '' ¡Al·lâh,
mi Atento Vigilante, Quien observa mis obras, Te
obedeceré en todas mis acciones durante este mes...
en cada obra!''…
¿Nos ponemos de acuerdo sobre esto, lo realizamos y
observamos qué va a ocurrir
Te voy a
contar una historia. Un hombre se casó con una mujer en
secreto estando ya casado con otra. Su mujer supo que su
marido se había casado con otra a escondidas. Después de
asegurarse de esto,
no se enfrentó a él y disimuló estar al tanto de este
secreto. Cuando éste hombre murió, dejó una gran
herencia Entonces la primera esposa envió la parte
correspondiente a la segunda esposa. Lo más importante
de todo esto es que la segunda esposa rechazó cogerla
porque se habían divorciado antes de su muerte.
¿Podemos vivir así con Ar·raqîb (El
Atento Vigilante)? No hablo de los pecados solamente
sino del fraude, etc... ¿Puedes contemplar tus obras y
determinar tus debilidades? ¿Puedes tener un alma pura
como eres por fuera?
Espero que Al·lâh nos ayude
y que aprendamos de estos relatos que : ''Al·lâh
me vigila... Al·lâh me observa... Al·lâh
es Testigo sobre mí”.
Nuestro deber práctico para hoy:
¡Vivamos con Al·lâh,
Ar·raqîb (El Atento
Vigilante), Alabado y
Enaltecido Sea, durante el resto del mes de Ramadán!.
Que la Paz, la Misericordia y las
Bendiciones de Al·lâh sean con vosotros.
Equipo de Dar Altarÿama-El convoy español
Al∙lâh=
significa Dios. Es el Nombre Más Grande que
ostenta el Único Creador que posee todos los
atributos propios de la divinidad, tal como fue
revelado en el Qor´ân.
(SAAWS):
Sal·la Al·lâhu Alayhi
Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz de
Al∙lâh
sean sobre él, que es explicada por los ulemas
como sigue:
Sal·la
Al·lâhu Alayhi:
significa que le cubra con su misericordia…El
motivo de traducirlo literalmente es porque
estas palabras son repetidas por los musulmanes
de todo el mundo, siguiendo el precepto divino
de decir esta expresión siempre que se mencione
al Profeta, en la llamada a la oración (Al Âdhân)
o en cualquier circunstancia, como veneración
concedida por Al·lâh a Su último Mensajero, que
ha sido enviado a toda la humanidad. Wa
sal·lam:
significa: y derrame Su Paz sobre él.
Fuente:
www.amrkhaled.net