En el nombre de Al·lâh, 
						El Más Compasivo, El Muy Misericordioso. Las alabanzas 
						son para Al·lâh, El Señor de los mundos, y los Rezos y 
						la Paz de Al·lâh sean sobre nuestro Profeta Mohammad (SAAWS).
						
						
						Bienvenidos 
						a este nuevo episodio. Ya estamos en las últimas noches 
						de Ramadán. Invocamos a Al∙lâh que Acepte nuestras 
						acciones, y que Esté Complacido con nosotros. 
						
						
						
						Faltan pocos 
						días en el mes de Ramadán. Ruego a Al·lâh que acepte 
						todas nuestras buenas obras y que Esté Satisfecho con 
						nosotros.
						
						
						Antes de empezar 
						el episodio de hoy trataremos cuatro puntos: Una 
						pregunta, un agradecimiento por una merced,
						referencias, y un comentario.
						
						
						Y después, 
						pasamos a hablar del episodio que trata un solo tema: La 
						batalla de Jaybar. 
						
						
						
						 
						
						
						Comenzamos 
						primero con la pregunta. 
						
						
						 
						
						
						Mucha gente nos 
						hace siempre la misma pregunta diciéndonos que cada día 
						pedimos de cada uno llevar a cabo una tarea y asumir la 
						responsabilidad. Entonces ¿Qué puede uno hacer después 
						del Ramadán?  
						
						
						 
						
						
						Yo repito cada 
						día: “Nunca os olvidéis de vuestra responsabilidad 
						después del Ramadán, ni os preocupéis sólo por vuestros 
						asuntos personales”. Los que sienten amor por el 
						Mensajero de Al∙lâh (SAAWS) deben sentirse responsables 
						hacia su mensaje; sentir que está transmitiendo algo 
						grande y extraordinario. Ya no hay tiempo para las 
						palabras, sólo para los hechos. Mis palabras están 
						dirigidas a toda la gente empezando por mi mismo, los 
						jóvenes y las personas distinguidas en todos los 
						dominios. 
						
						
						 
						
						
						Esforcémonos, 
						busquemos y realicemos proyectos para el resurgimiento 
						de nuestros países, y de este modo se moverán las 
						ruedas. Nos encontraremos y trabajaremos juntos, si Al∙lâh 
						Quiere. Pongámonos en acuerdo sobre esto después del mes 
						de Ramadán. Después de este mes, pasamos a la acción, 
						empezando con nuevos proyectos pequeños, eliminando el 
						analfabetismo o enseñando cursos de informática…etc. Lo 
						más importante es determinar lo que necesitan nuestros 
						países y llevarlo a cabo. Y repito que nos encontraremos 
						para trabajar juntos, si Al∙lâh Quiere. 
						
						
						
						 
						
						
						El segundo punto 
						es un agradecimiento a Al·lâh por una de Sus mercedes. 
						¡Podéis imaginar el gran favor con que Al·lâh, 
						Glorificado y Enaltecido sea, nos ha Favorecido 
						permitiéndonos transmitir este programa desde un lugar 
						frente a la mezquita del Profeta – los Rezos y la Paz de 
						Al·lâh sean sobre él- en La Medina! Es realmente una 
						gran merced por la cual uno debe prosternar cada día 
						agradeciendo a Al∙lâh. Es que nunca se ha hablado de la 
						biografía del Profeta –los Rezos y la Paz de Al·lâh sean 
						sobre él- desde los lugares que fueron testigos de los 
						eventos de su vida, como la Caverna de Hirâ’, La 
						Caverna de Zawr, la montaña Uhud, etc. Es una 
						bendición tan grande, y por ella alabamos mucho a Al·lâh  
						que Permitió a millones de personas escuchar la vida del 
						profeta (SAAWS) desde su casa. 
						
						
						El tercer punto, 
						mucha gente pregunta por las fuentes bibliográficas 
						sobre la vida del Profeta, ¿dónde se puede hallar las 
						historias, los acontecimientos y el análisis de la 
						biografía del Profeta? 
						
						
						Os digo que hay 
						que diferenciar entre dos cosas: Los acontecimientos 
						históricos de la biografía, y el análisis que hago.
						
						
						
						Respecto a los 
						acontecimientos os aconsejo leer el mejor libro –para 
						mí- que haya encontrado sobre este tema, reúne todos los 
						relatos y las narraciones auténticos. Este libro fue 
						escrito por Dr. Samira Al-Zayed, y se llama “Al- 
						Ÿâmi’ Assahîh fi As-sîrah 
						An-nabawiyya” (La colección auténtica de la 
						biografía del Profeta). Es un libro magnífico que 
						incluye todo sobre la biografía del Profeta (SAAWS) 
						desde su nacimiento hasta su muerte, incluidos los 
						relatos correctos y las aleyas coránicas relacionadas 
						con la biografía.  Y si no podéis encontrar este libro, 
						hay otro llamado: “Al-Rahîk Al -Majtûm”, 
						(El Néctar Sellado), muy famoso y conocido. Sin embargo, 
						estos dos libros hablan de los acontecimientos y no 
						incluyen análisis parecidos a los que presento en estos 
						episodios. No digo esto por jactancia, que Al∙lâh nos 
						Perdone, ni para decir que esto es más importante que 
						viene en los libros, sino porque este análisis viene en 
						el año 2005. ¿Habéis entendido lo que quiero decir? Este 
						análisis se basa sobre las circunstancias y situaciones 
						actuales de la comunidad musulmana, del mundo árabe, de 
						los musulmanes y del mundo entero. Estas  circunstancias 
						no eran las mismas hace unos 10, 15 o 30 años. Y todos 
						los libros que hablaron de la biografía del Profeta, 
						trataron lo que imaginaron sobre la época del profeta 
						(SAAWS). Y lo curioso en la biografía del Profeta –que 
						los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- es que es 
						válida para todos los tiempos y lugares. He tomado los 
						acontecimientos de la biografía –desde luego los libros 
						de la biografía del Profeta me fueron de gran utilidad- 
						y los he tratado de un punto de vista diferente, porque 
						lo que nos importa hoy en día es la reforma del mundo, 
						la coexistencia y la ciudadanía.  
						
						
						También quiero 
						deciros otra cosa, después de Ramadán el programa será 
						retransmitido en el canal Iqra´ con subtítulo en inglés. 
						También los episodios serán publicados en libros árabes 
						e ingleses, y cintas para que todo el mundo sepa quien 
						es el Profeta Mohammad –que los Rezos y  la Paz de 
						Al·lâh sean sobre él.
						
						
						El punto 
						siguiente es un comentario. ¿Habéis notado que las 
						aleyas y los Hadices (dichos) del Profeta –que los Rezos 
						y la Paz de Al·lâh sean sobre él- ocurrieron exactamente 
						en el momento oportuno?, según las necesidades de los 
						musulmanes en cada situación. Os doy un ejemplo: cuando 
						el Profeta –SAAWS- llegó a La Medina, se necesitaba una 
						unión y coexistencia entre los emigrantes mecanos y los 
						partidarios medinenses. Entonces las aleyas de la 
						fraternidad fueron reveladas. Hoy leemos las aleyas de 
						fraternidad sin saber los contextos en las que fueron 
						descendidas. Hay que saber esas circunstancias para 
						poder usar esas aleyas en sus situaciones adecuadas. 
						Esto es un mensaje muy importante para los predicadores 
						y los jóvenes que quieren impregnar el camino de la 
						Da’wa (convocación al camino recto de Al·lâh). Hay 
						que entender qué hay que utilizar y cuando. Asimismo las 
						aleyas que tratan de al yihâd fueron reveladas 
						cuando los musulmanes iban a luchar contra los 
						incrédulos para animarles. De hecho tenía que haber 
						aleyas que hablan del martirio y de la paciencia. Toda 
						 nación publica cartas militares cuando va a entrar en 
						una guerra para aliviar a los soldados. ¿Por qué tenemos 
						vergüenza cuando el Islam hace lo mismo? No debemos 
						avergonzarnos de nuestra religión.
						
						
						Empezamos el 
						tema de hoy. Estamos en el año 7 de la hégira. 
						
						
						
						El Profeta –que 
						los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- ya había 
						firmado el año pasado el tratado de al-Hudaybiyya 
						con Quraysh que establece una tregua de diez años. 
						Entonces, el Profeta –SAAWS- dirigió su atención hacia 
						Jaybar.  ¿Por qué precisamente Jaybar? Porque se había 
						convertido en un foco de  conspiración contra los 
						musulmanes. Cualquier persona que quería conspirar 
						contra los musulmanes se dirigía a Jaybar. Los 
						conspiradores judíos llevan reuniéndose en Jaybar 43 
						años. Cada vez el Profeta derrota a algunos traidores, 
						que encuentran refugio en Jaybar.  
						
						
						¿Recordáis a los 
						Judíos de Banî-Al-Nadîr? Cuando salieron de La 
						Medina, fueron a Jaybar. Huyayy Ibn Al Ajtab, el 
						líder de esta tribu, era muy rico, llevó todo su dinero 
						al salir de La Medina y los musulmanes no tomaron nada 
						de él aunque fueron pobres. Sin  embargo, se lo dejaron 
						porque era un ciudadano que tenía derechos además de 
						obligaciones. Entonces cuando traicionó a los 
						musulmanes, le hicieron salir de La Medina. El Profeta 
						–que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo a 
						los judíos después de su traición: “No vais a convivir 
						conmigo en mi país después de la traición que habéis 
						cometido”.
						
						
						Huyayy 
						Ibn Al Ajtab llevó su dinero y dijo, “¡Oh musulmanes! 
						¿Sabéis para qué sirve todo este dinero? Para hacer caos 
						en la tierra. Aunque hemos dejado las palmeras en La 
						Medina, Jaybar tiene muchas más.” Diciendo esto los 
						musulmanes tenían que quitarle su dinero, pero no, no lo 
						hicieron porque no es propio de nuestras conductas.
						
						
						En aquel tiempo, 
						Jaybar tenía por lo menos cuarenta mil palmeras. También
						Huyayy Ibn Al Ajtab fue a Abû Sufyân para 
						colaborar en unificar las tribus para que luchen contra 
						el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre 
						él.  
						
						
						Además, Ka’b Ibn 
						Al Ashraf escribió poemas insultando al Profeta, sus 
						esposas y compañeros, y atacando el honor de los 
						musulmanes. En esa época, la poesía desempeñaba el papel 
						de los medios de comunicación. Tales poemas fueron 
						propagados en Jaybar. 
						
						
						Por otra parte, 
						Jaybar apoyó al ejército de Al Ahzâb en la 
						batalla de Al-Jandaq, y a los judíos de Banî Qurayda 
						para que rompan el tratado con el Profeta. Cada vez que 
						el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre 
						él-  trate un problema que ocurra en la península 
						arábiga, los fugitivos iban a Jaybar. 
						
						
						El Profeta  
						–SAAWS- no era un sanguinario, sólo conducía una guerra 
						cuando era absolutamente necesario, cuando se ve 
						obligado a luchar porque le impidieron transmitir su 
						mensaje, o luchaba para alcanzar la paz (como vamos a 
						ver en el episodio de hoy). Desafío a cualquier 
						orientalista que intente probar lo contrario. 
						
						
						
						Jaybar 
						presentaba también otro problema. Empezó a enviar cartas 
						a los romanos y  persas, para colaborar en destruir este 
						nuevo Estado. Fíjense que los persas y los romanos 
						tenían informaciones sobre el Profeta –que los Rezos y 
						la Paz de Al·lâh sean sobre él- y los musulmanes. Os 
						acordáis de las letras del Profeta que empezaron por: 
						“Por parte de Mohammad, Mensajero de Al·lâh” como vimos 
						ayer. Por eso, Jaybar era muy peligrosa, preparaba una 
						guerra internacional contra los musulmanes.
						
						
						Describimos 
						Jaybar:
						
						
						·       
						
						Jaybar 
						estaba muy cerca de La Medina, de sólo 150 kilómetros de 
						distancia (unas 80 millas). 
						
						
						·       
						
						Tenía 
						un enorme poder militar y económico. Disponía de muchas 
						regiones agrícolas, sólo en la zona de Al-Kutayba había 
						40 mil palmeras. Es una potencia económica y militar a 
						la vez, tenía unos 10 mil soldados armados. 
						
						
						
						·       
						
						Todos 
						vivían dentro de fortalezas. Jaybar fue dividida en dos 
						regiones: la primera tenía cinco fortalezas y la segunda 
						tenía tres.   
						
						
						·       
						
						Dichos 
						recintos fortificados se situaban una detrás de otra, 
						algunas construidas sobre cimas de montañas. No se puede 
						llegar a la cuarta fortaleza sin pasar por la tercera y 
						para llegar a ella hay que pasar por la segunda y así. 
						La primera fortaleza fue la más armada y la más difícil 
						de franquear.
						
						
						·       
						
						Las 
						fortalezas tenían provisiones de agua y alimentos para 
						satisfacer sus necesidades por un año. Excavaron pozos 
						dentro de las fortalezas.  
						
						
						·       
						
						Si la 
						primera fortaleza fue conquistada, pueden trasladarse a 
						la segunda y cerrarla por detrás de ellos y lo mismo 
						para las demás.  
						
						
						 
						
						
						Si los 
						musulmanes no reaccionaron, iban a abrir el camino a más 
						conspiración. De hecho, Jaybar sería una amenaza aún 
						mayor. 
						
						
						Por eso el 
						Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- 
						tuvo que combatirles. Cualquier político en su lugar 
						habría hecho lo mismo. Ese fue el motivo de la batalla.
						
						
						 
						
						
						El Profeta –que 
						los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- salió con 
						1.400 soldados solamente, pero no para asesinarles sino 
						forzarles a vivir en paz. Prueba de ello, el total de 
						los que fueron matados en Jaybar fue 96 soldados, 
						solamente 96 de 10 mil soldados.  
						
						
						También la 
						batalla se ha acabado con un tratado de paz. Los judíos 
						de Jaybar tenían que saber que hay una fuerza en la 
						zona: los musulmanes. Esa fuerza no quería matarles pero 
						no toleraría que alguien la amenazara. 
						
						
						
						El Profeta  –los 
						Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- tenía un plan 
						genial. Mirad el pensamiento militar tan inteligente y 
						el  profundo análisis político del Profeta. Él sabía que 
						la táctica militar de Jaybar no es de ataque sino de 
						defensa, por eso construyeron todas estas fortalezas 
						para esconderse en ellas, no son atacantes valientes. 
						Entonces el Profeta –SAAWS- sabía que nunca iban a 
						atacar a los musulmanes en el desierto. También Jaybar 
						sabía que el Profeta ganó todas las guerras que codujo 
						en el desierto, por lo tanto esta tribu no saldrá al 
						desierto aunque disponega de 10 mil soldados. 
						
						
						
						Al·lâh Dijo:
						“No combatirán unidos contra vosotros sino en 
						poblados fortificados o protegidos por murallas”. 
						(Sura 59: Al-Hashr
						
						"La Congregación": 
						Aleya14) TSQ
						
						
						
						El Profeta –que 
						los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- era un 
						innovador, nadie pensaba que 1.500 soldados pueden 
						enfrentar a 10 mil. Pero él sabía que esos 10 mil son 
						defensores, no delanteros, y sabía que tuvo otra arma 
						que Jaybar no tenía, que es la fe. 
						
						
						El plan del 
						Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- 
						era combatirles y asediarles en la primera fortaleza, 
						luego en la segunda y después en la tercera, etc. hasta 
						que se resignen y pierdan la guerra. Por tanto, 
						aceptarían todas sus condiciones.  
						
						
						Cuando los 
						musulmanes llegaron a la  tercera fortaleza, los 
						soldados de Jaybar empezaron a sentir una debilidad en 
						sus fortalezas, entonces tuvieron que elegir entre salir 
						a luchar contra los musulmanes, y firmar un tratado de 
						paz, pero con las condiciones del Profeta. Entonces, el 
						objetivo de la guerra era alcanzar la paz.
						
						
						Habéis notado 
						que el Profeta y los musulmanes no estropeaban las 
						fortalezas, ni mataban a los judíos cuando pasaban a 
						cada fortaleza sino que dejaron a los judíos moverse de 
						una fortaleza a otra porque sabían que al final van a 
						resignar. Entonces un plan inteligente acompañado con la 
						fe puede lograr muchas cosas. Así terminó Jaybar y eso 
						fue lo que hizo el Profeta –que los Rezos y la Paz de 
						Al·lâh sean sobre él.
						
						
						¿Cuál era el 
						objetivo entonces? El poder que nos amenazaba ya 
						coexiste con nosotros en paz. Nadie puede decir que el 
						Profeta era un sanguinario. Mirad la claridad de 
						objetivos del Profeta, necesitamos en nuestros países 
						una Ummah (una nación) que tiene un mensaje y que vive 
						para trasladarla con paz. Una nación con virtudes 
						morales, que no mienta ni engañe. 
						
						
						Al·lâh, 
						Glorificado y Enaltecido sea, Dice: “Sois la mejor 
						comunidad humana que jamás se haya suscitado. Ordenáis 
						la conducta recta, prohibís lo que está mal y creéis en 
						Al∙lâh” (Sura 3 Âle-‘Imrân " La familia de 
						‘Imrân: Aleya 110)
						
						
						Fíjense que el 
						Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- 
						sólo salió a luchar después de firmar el tratado de Al
						Hudaybiyya con Quraysh, aunque Jaybar venía 
						creando problemas desde el año 5 y estamos ahora en el 
						año 7. El Profeta no quería tratar dos problemas al 
						mismo tiempo. Y así el Profeta analfabeto enseñó esos 
						métodos a todo el mundo. Cualquier persona puede 
						aprender del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh 
						sean sobre él: el político, el diplomático, el militar,  
						el occidental, el orientalista, el musulmán y  el 
						no-musulmán, todos pueden aprovechar de la biografía del 
						Profeta, SAAWS.
						
						
						Cada vez que 
						recuerdo que sólo faltan 3 episodios para llegar al 
						último en el que hablaremos de la muere del Profeta, me 
						siento triste. He escuchado muchas veces las palabras de 
						‘Omar –que Al·lâh Esté Complacido con él: “Cada vez que 
						me toque una desgracia, recuerdo mi desgracia en perder 
						el Profeta”, pero nunca las entendí hasta ahora. Voy a 
						extrañar al Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh 
						sean sobre él- aunque no le vi. Los compañeros vivieron 
						con él, no puedo imaginar como se sintieron al perderlo. 
						‘Omar tenía razón al decir estas palabras.
						
						
						Continuamos, 
						entonces el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh 
						sean sobre él-  iba a salir con los 1.500 soldados, y 
						las mujeres le dijeron: “¡Oh Mensajero de Al·lâh! 
						queremos salir con vosotros.” El Profeta aceptó, 
						entonces las mujeres salieron con el ejército. Veinte 
						mujeres fueron con ellos.
						
						
						En medio de las 
						20 mujeres, el Profeta vio una  pequeña concubina de 
						unos doce años de edad. El Profeta la dijo: “Ven, ¿Por 
						qué viniste?” Le contestó: “Para estar contigo, 
						Mensajero de Al·lâh”. Le dijo: “Monta detrás de mi”.
						
						
						Y la llevó 
						detrás de él durante toda la batalla.  ¡Qué cariño!
						
						
						La muchacha 
						dice: “Juro por Al·lâh que cuando el Profeta quería 
						descansar, bajaba el camello, tomaba mi mano y me 
						ayudaba a bajar. Y si quería montar, primero preguntaba 
						por mí. Cuando conquistó a Jaybar, mientras estaba 
						distribuyendo los botines, encontró un collar, me buscó 
						entre la gente hasta que me vio y me dijo: “ven, es 
						tuyo”. Iba a cogerlo de su mano para ponerlo, pero él me 
						dijo: “no, yo te lo pongo”.
						
						
						Después dice: 
						“Luego el  Profeta lo puso en mi cuello y juro por 
						Al·lâh que no lo quité de mi cuello desde que me lo puso 
						el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre 
						él- y he ordenado enterrarlo conmigo para ir al Profeta 
						el Día del Levantamiento y decirle: “¿Me recuerdas, 
						Mensajero de Al·lâh? Soy la muchacha de Jaybar a quien 
						habías dado este collar.” 
						
						
						Estamos 
						desprovistos de este cariño. Pero os digo una cosa, 
						nuestras obras se exponen ante el Profeta –que los Rezos 
						y la Paz de Al·lâh sean sobre él- los jueves. Si son 
						obras buenas, el Profeta alaba a Al·lâh, Glorificado y 
						Enaltecido sea, y si son malas pide a Al·lâh que nos 
						Perdone. El Profeta es misericordia para todo el mundo, 
						en su vida y en su muerte.
						
						
						Antes de que el 
						ejército salga, uno de los judíos que quedaban en La 
						Medina llamado Abû Shahm quería su dinero que 
						había prestado a un musulmán llamado ‘Abdul·lâh Bnu Abî
						Hadraÿ. Fíjense que no todos los judíos salieron 
						de La Medina, sino sólo los que habían traicionado a los 
						musulmanes. Los otros son ciudadanos y conviven en paz 
						con los musulmanes y tienen derechos y obligaciones.
						
						
						Abû Shahm 
						quería su dinero antes de que los musulmanes salgan a 
						combatir porque temía que ‘Abdul·lâh muera en la guerra. 
						Le debía cinco dirhams.
						
						
						Dijo a 
						‘Abdul·lâh: “¿A dónde vas? No salgas antes de darme mi 
						dinero”.  Le contestó: “Todavía no ha llegado el tiempo 
						para devolverlo”. 
						
						
						Abû Shahm 
						dijo: “¿Crees que vas a volver? Combatir a Jaybar no es 
						lo mismo que combatir a los árabes. Juro por Al·lâh que 
						Jaybar tiene 10 mil soldados bien armados”
						
						
						‘Abdul·lâh 
						quería esperar hasta que regrese de Jaybar y conseguir 
						los botines para poder devolver el dinero que debía a 
						Abû Shahm. Luego fueron al Profeta –que los Rezos 
						y la Paz de Al·lâh sean sobre él- líder del país. El 
						Profeta dijo a ‘Abdul·lâh: “tiene razón (Abû Shahm), 
						no salgas antes de devolverle su dinero”. ‘Abdul·lâh 
						dijo: “Mensajero de Al·lâh, nos has prometido ganar 
						botines en Jaybar y aún no ha llegado el momento de 
						devolverle el dinero”. Pero el Profeta le dijo que tiene 
						que devolver el dinero antes de que salga a la guerra. 
						Mirad la justicia del Profeta –que los Rezos y la Paz de 
						Al·lâh sean sobre él.
						
						
						‘Abdul·lâh Bnu 
						Abî Hadraÿ dice: “no tenía nada excepto dos 
						vestidos, entonces vendí mi ropa por tres dirhams. Vendí 
						mi turbante que me protege del calor del desierto, 
						conseguí los cinco dirhams y se los devolví, y me sentí 
						triste”.
						
						
						Mirad como son 
						los derechos de ciudadanía, y como ‘Abdul·lâh cuidaba de 
						que salga con el Profeta – los Rezos y la Paz de Al·lâh 
						sean sobre él,  ¡vendió su ropa para acompañar al 
						Profeta! , ¿Podéis imaginarlo? 
						
						
						‘Abdul·lâh dice: 
						“mientras estaba sentado triste, una anciana de los 
						musulmanes de La Medina me preguntó: “¿Qué te pasa, Abâ 
						Al Hadraÿ?, ¿Qué te pasa, compañero del Mensajero 
						de Al·lâh?”  Dije: “vendí mi ropa y sólo tengo lo que 
						llevo para poder salir con el Profeta”. Me dijo: “toma 
						mi manto y así estaría con vosotros en la batalla y 
						recibiré retribución por ese día.” 
						
						
						La mujer  quitó 
						su manto que le protegía del frío en el invierno y se lo 
						dio. Después ‘Abdul·lâh dijo: ¿Y tú? Le contestó: “Voy a 
						quedarme en casa hasta que regreses, y así recibo 
						retribución con vosotros, lleva mi manto contigo.”  
						Miren la unidad dentro de esa sociedad. No son como 
						nosotros en la actualidad, cada uno piensa en sí mismo, 
						sólo piensa en sus hijos, su familia y sus asuntos 
						personales y nada más. No le importa la gente, no tiene 
						un mensaje ni un objetivo mayor.  Nuestra civilización 
						estaba sufriendo por 200 años, basta ¿No? Hay que hacer 
						algo, tenemos que renacer.
						
						
						De las ganancias 
						de ‘Abdul·lâh era una mujer cautiva. Todavía había 
						esclavitud, pero después el Islam liberó a los esclavos. 
						Esa cautiva era una pariente de Abû Shahm, por lo 
						tanto este último tenía que pagar 1.000 dirhams a 
						‘Abdul·lâh para liberarla. 
						
						
						Cuando el 
						ejército se acercaba de las fronteras, el Profeta –que 
						los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo: 
						“¡Esperad! Después dijo: “Moveos en colas”. 
						
						
						
						Había orden y 
						disciplina entre el ejército. Una noche de plena luna, 
						el ejército encontró a alguien llevando un casco 
						brillante enfrente de ellos e iban a matarlo pensando 
						que era un enemigo cuando se dieron cuenta de que era un 
						compañero que se había adelantado al ejército. Era Abû 
						‘Ads Ibnu Ÿebr. El Profeta –que los Rezos y la Paz de 
						Al·lâh sean sobre él- enfadado con él, le preguntó: 
						“¿Por qué nos has adelantado? “, el compañero dijo “¡Oh 
						mensajero de Al·lâh! Mi camello es rápido”. El Profeta 
						le dijo: “¿No te he dicho que no nos adelantes?”. El 
						compañero sintió que el Profeta estaba enfadado con él. 
						Después el Profeta le ordenó ir al fin del ejército.
						
						
						Quiero decir 
						algo a los jóvenes que conducen muy rápido, es muy 
						peligroso, mucha gente muere en accidentes a causa de la 
						velocidad. ¡Por Dios, no lo hagáis! Ruego a Al·lâh que 
						perdone los que murieron en tales accidentes.
						
						
						Antes de llegar 
						a Jaybar, un ejército de 4.000  soldados de Ghatfân 
						encabezados por ‘Uyayna Ibn Hesn, 
						sorprendieron a los musulmanes por detrás. ¡Vinieron 
						para ayudar a Jaybar aunque tenía 10.000 soldados dentro 
						de fortalezas bien armadas! 
						
						
						El profeta envió 
						a Ibn Hesn con un mensaje: “Vuelve y la 
						mitad de la cosecha de Jaybar sería tuya.” Ibn Hesn 
						rechazó la propuesta y cuando el Profeta supo que Jaybar 
						le prometió la cosecha de un año, le envió otro mensaje 
						diciéndole: “Vuelve y la cosecha de un año sería tuya”. 
						Ibn Hesn  rechazó otra vez y el Profeta le 
						amenazó: “Vuelve antes de que no te quede más que la 
						espada (la guerra)”. Ibn Hesn dijo: “No, 
						tengo 10.000 soldados en Jaybar”. Entonces el Profeta 
						–que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo: 
						“¡vamos a ver!”.
						
						
						Entonces, el 
						Profeta  contaba con Talha Ibnu ‘Ubaydil·lâh y 
						Sa’îd Ibnu Zayd, los servicios de inteligencia 
						del Islam. Tenían amigos musulmanes de Ghatfân que 
						escondían su Islam y  les dijeron hacer circular que el 
						Profeta envió un ejército para conquistar a Ghatfân. 
						Entonces gritaban: “¡Socorro!, Mohammad y su ejército se 
						dirigen a Jaybar y otro ejército va a salir de la Medina 
						a Ghatfân”. Y así, el ejército de Ghatfân se dirigió 
						rápidamente a su tribu para salvarla, pero cuando 
						volvieron no encontraron nada.
						
						
						El Islam no es 
						únicamente rezar y ayunar, el musulmán debe tener otras 
						habilidades para poder ayudar en el desarrollo de su 
						país.  La adoración es muy importante pero insuficiente, 
						los musulmanes tienen que ser brillantes en la medicina, 
						la tecnología, las investigaciones científicas, las 
						invenciones, etc. 
						
						
						Antes de llegar 
						a Jaybar, el Profeta -que los rezos y la paz de Al·lâh 
						sean sobre el- ordenó que el ejército se detenga y no 
						entre a Jaybar,¿Por qué? preguntaba el ejército. El 
						Profeta les contestó que tenían que recitar la súplica 
						de entrar en el pueblo. Fijémonos bien en la súplica en 
						el tiempo de la guerra. ¿Es un ejército, gente devota, o 
						creyentes, o qué son exactamente? Por eso tenemos que 
						decir esta súplica cada vez que entremos en una ciudad, 
						o viajemos a otro país. Tenemos que decir la súplica de 
						nuestro Profeta, es muy bonita, escucha:
						
						
						Al·lâh 
						nuestro... Al·lâh de los siete cielos y lo que asombran 
						(se refiere a todo lo que está debajo del cielo). Al·lâh 
						de las siete tierras y lo que esconden  (de joyas o de 
						petróleo). Al·lâh del viento y lo que lleva (el bien que 
						trae el viento). Al·lâh de los diablos y lo que hacen, 
						Te pido de lo bueno que tiene esta ciudad y de su pueblo 
						y busco refugio en Ti del malo que tiene esta ciudad  y 
						de su pueblo. ¡Que bonitas palabras! que sólo pueden ser 
						dichas por un Profeta. Si pensamos un poco, vemos que no 
						es lógico que una persona diga esto, va a destruir la 
						ciudad y matar a su gente. Es verdad, entonces él no iba 
						a destruir la ciudad sino a obligar a su pueblo para que 
						firme un acuerdo de paz con él, pero para conseguirlo 
						tenía que demostrar su fuerza militar, por eso salió 
						encabezando un ejército.
						
						
						Ya estamos de 
						noche cuando llegó el ejército a las murallas de la 
						ciudad, y el Profeta mandó el ejercito que se pare y 
						espere, no atacamos hasta la mañana por la mañana, ¿Por 
						qué ahora no? Aunque es el mejor tiempo para atacar: 
						“Para que no asustemos a los niños y a las mujeres”, 
						dijo el Profeta. Fijémonos bien en que no es la primera 
						vez que el Profeta dice esto sino que siempre daba sus 
						órdenes a su ejército de que no maten en la batalla  a 
						niños, ni a mujeres, ni quemar los campos, ni destruir 
						casas, y siempre les decía que vais a encontrar gente en 
						sus templos rezando, adorando, que no son musulmanes. 
						Estos tenéis que dejarlos en este estado.
						
						
						¡Esto es una 
						religión, o morales militares!! Os juro por Al·lâh que 
						los occidentales no conocían nada de las morales 
						militares hasta 1945 después de la segunda guerra 
						mundial, pero el Profeta Mohammad –que los rezos y la 
						paz de Al·lâh sean sobre él- aplicaba estos principios 
						desde haces más de 1.400 años.
						
						
						Acamparon cerca 
						de la ciudad, luego vino un hombre llamado Al Habâb 
						Ibn Al Mondher, es el mismo hombre que aconsejó 
						al Profeta antes en la batalla de Badr de cambiar de 
						sitio, y le preguntó que si es Al·lâh  Quien ha ordenado 
						con quedarse en este sitio, porque en este case guardará 
						el silencio, pero si no es así dará su opinión.
						
						
						¡Miren la 
						educación!, está preguntando para saber si puede 
						proponer sus ideas, o no.
						
						
						“No es una 
						orden, puedes decir lo que piensas”, le contestó el 
						Profeta. “Nos hemos acercado demasiado de las murallas  
						del enemigo, donde no le podemos ver pero ellos sí que 
						nos pueden ver, por lo tanto sería mejor que quedemos en 
						un lugar lejos para que no sepan nuestras novedades y 
						para que no estemos al alcance de sus flechas” dijo Al
						Habâb. “tienes razón, pero nos quedamos hoy aquí 
						y nos iremos mañana, para que no digan que somos 
						cobardes y hemos huido del primer día” le contestó el 
						Profeta.
						
						
						En este tiempo 
						empezó el asedio de los musulmanes a la primera 
						fortaleza  que durará 15 días.
						
						
						Los soldados 
						empezaron a tener mucha hambre y la primera fortaleza 
						era muy fuerte. El desánimo y la desesperación  
						empezaron  a ganar terreno entre los soldados. Uno de 
						ellos, ‘Abdul·lâh Bnu Maghfal Al Maznî, contó que 
						mientras que todo el mundo sufría mucha hambre, hasta el 
						punto de que algunos de ellos ataban piedras alrededor 
						de sus barrigas, yo estaba un poco lejos, encontré una 
						bolsa con un poco de grasa. Imaginaos el estado del 
						ejército que está sitiando a 10.000 habitantes, está 
						sitiando toda la comida que tienen dentro. 
						
						
						
						Sigue 
						‘Abdul·lâh: “Cogí la bolsa y juré que no iba a dar a 
						nadie”, y de repente encontró al Profeta que le estaba 
						mirando sonriendo, una sonrisa de enfado –la educación  
						por la mirada- ‘Abdul·lâh sintió mucha vergüenza del 
						profeta, pensó cómo iba a dejar a sus hermanos en el 
						Islam sufriendo de hambre mientras él comerá. Al final 
						repartió la grasa con cinco compañeros del Profeta.
						
						
						Habéis visto 
						como el Profeta, sin hablar, ha cambiado la manera de 
						pensar del otro, sólo por una sonrisa y una mirada,
						
						
						Poco  después, 
						el Profeta notó el desánimo entre los soldados, por eso 
						pidió de ‘Ấmer Ibnu Al  Akwa’ que cante un canción, 
						porque tenía un voz muy bonita, para animar un poco a 
						los soldados. Fíjense bien en que el Profeta  siempre 
						utilizaba el arte en las situaciones difíciles, luego 
						empezó ‘Ấmer a cantar estas bonitas palabras;
						
						
						“Al·lâh  nuestro 
						sin Ti, estuviéremos perdidos           
						
						
						
						
						                    Ni estuviéremos rezando, ni 
						hubiéramos dado limosna
						
						
						Te rogamos que 
						Desciendas la tranquilidad sobre nuestros corazones     
						
						
						
						
						                    Y Dejes que nuestros pies sean 
						firmes a la hora del combate
						
						
						Los tiranos 
						atentaron contra nosotros
						
						
						
						                     Rechazamos cualquier intento de 
						escisión
						
						
						Entonces el 
						Profeta se puso a repetir: “rechazamos, rechazamos, 
						rechazamos”, es la misma canción que cantaron en la 
						batalla de al Jandaq. Miren como anima el Profeta 
						a sus soldados. ¡Qué magnífico es! Era magnífico en 
						todos los ámbitos: en el comercio, la planificación, la 
						política. 
						
						
						El Profeta nunca 
						había dicho que el arte es prohibido, pero tenemos que 
						fijarnos bien en qué y cuando hay que utilizarlo. 
						
						
						
						El Profeta 
						siempre acudía al arte para animar a la gente o para 
						conseguir el renacimiento. Por eso, era un arte elevado 
						con grandes objetivos. Si estudiamos  el arte en la 
						época del profeta nunca encontraremos cualquier tipo de 
						arte bajo, sino que era elevadísimo. No como el arte 
						ahora, como las canciones de video clips que hunden más 
						a los jóvenes. Sólo aceptamos el arte que hace subir 
						nuestro nivel cultural y nos conduce al desarrollo de 
						nuestros países. 
						
						
						Al día décimo 
						tercero frente a la primera fortaleza denominada “An-nâ’em”, 
						el profeta sintió que esto no llevará a ningún 
						resultado. Empezó a sufrir de la jaqueca, que no le deja 
						salir de su tienda. El Profeta aguantó muchísimo, 
						hermanos, sabéis por qué el Profeta tenía este dolor, os 
						acordáis de la batalla de Ohod cuando Ibn Qami´a 
						golpeó al Profeta en su cabeza con la espada, hasta el 
						punto de que el casco que llevaba se dividió en dos y 
						entró el hierro en la cara del Profeta SAAWS. Desde 
						aquel día el Profeta lleva sufriendo de la jaqueca.
						
						
						
						Entonces  el 
						Profeta, estando enfermo, mandó a su mejor amigo, Abû 
						Bakr, a coger la bandera y a conquistar la fortaleza. 
						Este último le obedeció y combatió con todas sus fuerzas 
						sin poder conquistarla. El día siguiente mandó a ‘Omar 
						Ibn Al Jattâb (el día 14), que llevó la bandera 
						encabezando al ejército para conquistar la primera 
						fortaleza, pero tampoco pudo conseguirlo. En estos 
						momentos el desánimo y la desesperación se apoderaron de 
						los soldados. Ahora vamos a ver cómo el Profeta va a 
						animar al ejército en un segundo. Después de la oración 
						de al ‘ishâ´, dijo: “Mañana voy a dar la bandera, 
						después de la oración del alba a un hombre que va a 
						conquistar la ciudad, un hombre valiente, que quiere a 
						Al·lâh y a Su Mensajero y que Al·lâh y Su mensajero le 
						quieren. En efecto, todo el mundo se olvidó del 
						cansancio, sólo pensaban  en una sola cosa: ¿Quién es 
						esta persona que quiere a Al·lâh y a su Mensajero, y 
						ellos le quieren? Cada uno de ellos esperaba que fuera 
						él.
						
						
						Hasta ‘Omar  
						cuando se convirtió más tarde en califa dijo: “Juro por  
						Al·lâh que quisiera ser califa ese día”. Y otro hombre 
						llamado Burayda dijo: “todo el mundo se puso en el 
						camino del Profeta para que le vea. Él les sonreía, 
						entonces cada uno creía que era la persona del que 
						hablaba el Profeta”. Incluso Burayda que no fue un 
						guerreo aspiraba a llevar la bandera.
						
						
						Fíjense bien en 
						la ambición que tenía esta gente y cuanto querían a 
						Al·lâh y a Su mensajero.
						
						
						Sabéis ahora 
						porque el renacimiento de nuestros países debe ser 
						acompañado de la fe, ¿Habéis visto qué ha hecho la fe 
						con la gente? Es la llave para emprender cualquier 
						camino.
						
						
						El día sigiente, 
						vino el Profeta SAAWS después la oración del alba, todo 
						el mundo le estaba esperando, y cada uno estaba luchando 
						para que esté primera fila para estar delante del 
						Profeta, luego el Profeta preguntó por la bandera. ¿Veis 
						como anima a la gente? y ¿Cómo despierta su anhelo por 
						la bandera cuando la trajo para que todo el mundo la 
						vea? Luego mandó que la planten. Miró a la gente y llamó 
						a ‘Alî, le contestaron que estaba enfermo, que le dolían 
						los ojos “¿Qué pasó a sus ojos?” preguntó el profeta. 
						“Le duelen mucho, apenas puede ver” le contestaron. 
						Luego el Profeta mandó que le llamaran. Cuando vino 
						‘Alî, el profeta le preguntó sobre lo que le ha pasado. 
						‘Alî le contestó que tenía los ojos inflamados y casi no 
						veía nada. “Túmbate en el suelo y pon tu cabeza en mi 
						regazo” le mandó el Profeta  –que los rezos y la paz de 
						Al·lâh  sean sobre él. El profeta levantó sus manos 
						hacia el cielo y pidió a Al·lâh que le cure y luego 
						sopló en sus manos y las puso encima del ojo de ‘Alî. 
						Este último cuenta que suplicaba a Al·lâh que sus ojos 
						sigan inflamadas para que el Profeta deje sus manos 
						encima de su ojos más tiempo.
						
						
						Miren cómo el 
						Profeta se comportaba con mucho cariño, ¿Quieres que te 
						trate así? Pues tienes que preguntar a ti mismo si tú 
						eres como ‘Alî o no, si estás haciendo lo que estaba 
						haciendo él para el Islam. Cuando el Profeta levantó su 
						mano del ojo de ‘Alî, se había recuperado totalmente. 
						‘Alî dijo que no se acordaba del ojo que estaba enfermo, 
						añadiendo que a partir de aquel día nunca se le 
						inflamaron los ojos. Luego el Profeta le pidió que 
						tomara la bandera, el entusiasmo fue muy grande y la 
						gente estaba muy animada.
						
						
						“Lleva la 
						bandera, entra a la fortaleza, Al·lâh  Estará contigo, y 
						no mires atrás” le dijo el Profeta –que los rezos y la 
						paz de Al·lâh sean sobre él.
						
						
						Nos cuenta ‘Alî 
						que él cogió la bandera y se lanzó como una flecha  
						hacia la fortaleza, pero se preguntó: “¿Por qué 
						emprendemos esta guerra? Tengo que volver a preguntarlo 
						al Profeta”, porque va a conquistar la fortaleza. Pero 
						al mismo tiempo, se acordaba de que el Profeta le dijo 
						que no mire atrás, pues volvió de espalda.
						
						
						¿Os habéis 
						fijado bien en lo que ha pasado ahora? que ‘Alî no 
						quiere ir sin entender el por qué de esta guerra, aunque 
						es el profeta quien le mandó hacerlo. Los jóvenes de hoy 
						fijaos en ‘Alî que, para que obedezca el orden del 
						Profeta, tenía que entender y saber el por qué, los 
						jóvenes que matan a inocentes sin entender, sólo por 
						orden de una persona normal que no es profeta. Si nos 
						fijamos, ‘Alî no ha mirado atrás como le ordenó el 
						Profeta, pero tiene que entender. ¿Podemos combinar la 
						obediencia y entendimiento? Hay gente que obedezcan 
						ciegamente a las órdenes sin entender, como el hecho de 
						poner bombas y matar a inocentes, u otro tipo de gente 
						que pregunta demasiado para entender y al final no hace 
						nada. Pero ‘Alî era un hombre querido por Al·lâh y por 
						Su mensajero, además era muy valiente.
						
						
						‘Alî volvió 
						atrás para preguntar al Profeta: “¿Por qué vamos a hacer 
						esta guerra? ¿Cuál es el motivo de esta guerra?”. “Para 
						erradicar las amenazas de los judíos de una vez, pero 
						invítales al Islam primero, a lo mejor Al·lâh guía a uno 
						de ellos a la fe gracias a ti, y si uno de ellos sigue 
						el camino de Al·lâh será mucho mejor de todas las 
						riquezas de Jaybar”, respondió el profeta. Habéis visto 
						que el objetivo del Profeta SAAWS es guiar a la gente 
						hacia lo bueno, es decir, que tenemos un mensaje y 
						tenemos que comunicarlo a todo el mundo. Después de 
						escuchar las palabras del Profeta ‘Alî se lanzó hacia 
						las murallas de la ciudad y cuando llegó ahí, fijó la 
						bandera frente la puerta de la muralla. ‘Alî nos cuenta: 
						“salió un judío y me preguntó quién soy, le contesté: 
						‘Alî Ibnu Abî Tâleb”. “Juro por lo que fue revelado a 
						Mûsâ que estamos derrotados” dijo el judío. Es que 
						estaba escrito en sus libros sagrados que el 
						conquistador de Jaybar será un hombre llamado ‘Alî Ibnu 
						Abî Tâleb, por eso cuando el judío escuchó el nombre de 
						‘Alî supo que los judíos van a perder. Luego salieron 4 
						hombres que eran hermanos, para luchar contra los 
						musulmanes. Todos eran gigantes y fuertes, nunca han 
						perdido en una batalla. Así que no habrá una guerra sino 
						un combate de uno a uno, como tradición o normas de la 
						guerra antiguamente.
						
						
						Vino el primero 
						de los cuatro hermanos soldados llamado Marhab, 
						era el lider y uno de los mejores en la lucha con 
						espada, y empezó decir algunos versos con que se 
						alababa:
						
						
						Jaybar sabe que 
						soy Marhab, el héroe conocido 
						
						
						A lo que ‘Alî le 
						contestó diciendo: “Yo soy  quien me llamó mi madre 
						Haydara”. Haydara es uno de los 
						nombres del león. ¿Quién es su madre? Es Fâtima Bintu 
						Asad. Empezaron a combatir y ‘Alî venció a su rival. 
						Luego  salió el hermano de Marhab, se llamaba 
						Yâser, del que dijo el Profeta cuando le vio: ¡Qué 
						gigante es! ¿Acaso mide cinco brazos?,‘Alî se preparaba 
						para la lucha, pero le llamó Az-zubayr, 
						diciéndole: “has matado a Marhab, pues, deja el 
						otro para mi”. “Vale, este es tuyo” le contestó ‘Alî. 
						Mientras Az-zubayr estaba luchando, su 
						madre, la señora Safiyya bintu ‘Abdilmottalib que estaba 
						entre las veinte mijeres, preguntó asustada al profeta 
						si su hijo morirá. Pero el Profeta SAAWS la tranquilizó 
						diciéndole: “tu hijo matará al otro si Al·lâh Quiere”, y 
						poco después ganó Az-zubayr la batalla y 
						el profeta se puso muy alegre y dijo: “Cada profeta 
						tenía su apóstol y mi apóstol es Az-zubayr 
						Ibn Al ‘Aw-wâm”.
						
						
						¿Podría alguien 
						de nosotros ser uno de los apóstoles del Profeta  en el 
						año 2005 o 2006 o 2010? Cuando le vio el profeta le 
						dijo: “¡Qué espada tan fuerte tienes¡”. “La espada no es 
						fuerte pero le he obligado a serlo” le contestó Az-zubayr. 
						Veis a Az-zubayr y a ‘Alî, fueron educados 
						en la casa del Profeta en La Meca, por eso hay que tener 
						mucho cuidado con los niños, para tener jóvenes como 
						ellos, tenéis que tratar a tus niños como héroes desde 
						pequeños  para que lo sean cuando crezcan, pero si 
						tratas a tu hijo como un niño seguirá siempre así, un 
						niño. Si queremos cambiar y llevar a cabo un 
						 renacimiento para nuestros países, para salir de la 
						oscuridad a la luz, tenemos que crear a verdaderos 
						hombres.
						
						
						Ganó ‘Alî y 
						conquistó la primera fortaleza el día 15 y se dirigió a 
						la otra, sin olvidar que el Profeta y los musulmanes 
						cuando entraron no mataron a nadie, y dejaron a cada uno 
						escoger entre quedarse o irse de la ciudad. El profeta 
						quería obligarles a pedir la paz y firmar un acuerdo de 
						paz. El plan del Profeta seguía con éxito hasta el 
						momento, y con muy pocos muertos.
						
						
						Mientras el 
						Profeta se trasladaba con el ejército de una fortaleza a 
						otra, y teniendo mucha hambre, vieron un pastor del 
						ejército enemigo de los judíos, con un rebaño de 
						corderos, y el Profeta dijo: “¿Quién nos trae algunos 
						corderos de este rebaño?” ¿Es posible que el Profeta  
						diga esto? Pues sí, no pasa nada, porque están en la 
						guerra. Entonces salió uno que llamado Abû Al Yusr Ka’b 
						Ibnu ‘Amr, diciendo: “Yo te los traigo”. Y se fue 
						corriendo, cogió dos corderos al Profeta. Luego le ha 
						mirado el Profeta sonriendo y le dijo: “Que Al·lâh Te dé 
						larga vida”. Y efectivamente, fue el último que murió de 
						los compañeros del Profeta. Y siempre  contaba llorando 
						esta historia diciendo: “El Profeta suplicó a Al·lâh 
						 que me dé una larga vida, pero murió el Profeta y todos 
						sus compañeros   y yo sigo vivo, ¿cuándo me encontraré 
						con mi querido Mohammad?”.
						
						
						En la otra 
						fortaleza, venía un esclavo con un rebaño de Marhab, 
						el judío que murió en la primera fortaleza. Este pastor 
						estaba seguro de que el camino de Mohammed, el profeta, 
						es la vía recta, porque escuchó a los judíos diciéndolo. 
						Cogió su rebaño y se fue al Profeta y le dijo: “Me he 
						enterado que tu camino es el correcto por eso atestiguo 
						que no hay más dios que Al·lâh, y que tú eres Su 
						mensajero y su Profeta.”
						
						
						Luego el esclavo 
						preguntó al Profeta: “¿Qué me vas a dar después de 
						convertirme al Islam?”, “el paraíso” le contestó el 
						Profeta. El esclavo le preguntó: ¿Qué es el paraíso?
						
						
						Luego el Profeta 
						se puso a describirle el paraíso. Ahora, queremos cerrar 
						los ojos e imaginr juntos el paraíso, imaginar sus ríos, 
						el palacio de cada uno, los árboles, los campos de 
						fútbol, los yates y cómo corren los ríos por debajo de 
						los suelos de los palacios. El techo es el trono de 
						Al·lâh, y cuando abrimos las ventanas vemos el palacio  
						del Profeta y tú puedes invitar al Profeta, a su mujer y 
						a sus compañeros Abú Bakr y ‘Omar... Este es el paraíso 
						hermanos, en el que encontramos la felicidad y el 
						verdadero amor, no el amor de hoy que están buscando los 
						chicos y las chicas que conduce a los pecados. Después 
						de que el Profeta terminó de contar al esclavo todo 
						sobre el paraíso, éste le contestó enseguida: “estoy 
						contigo, pero ¿Si muero hoy en la batalla entraré al 
						paraíso?
						
						
						 
						
						
						“Sí” le contestó 
						el Profeta. “Pero soy feo, negro, y de mal olor, mi ropa 
						es sucia, ¿Aún así entro en el paraíso si me muero? 
						preguntó el esclavo. “Claro que sí” le contestó el 
						Profeta y añadió: “tu ropa será limpia, olerás muy bien, 
						y tendrás mucho dinero” luego pidió el esclavo del 
						Profeta que le diera permiso para devolver los rebaños, 
						que están con él, a sus dueños”. El Profeta admiró su 
						petición y le dijo: “Suelta los rebaños que tienes y 
						tíralos con piedras y así cada uno volverá a su dueño”.
						
						
						Pero ¿Por qué el 
						Profeta cogió antes dos corderos del otro pastor y ahora 
						suelta los rebaños  para que vuelvan a sus dueños? ¿Cuál 
						es la diferencia? Porque el primer pastor era del 
						ejército enemigo, era un guerrero y estamos en una 
						situación de guerra, pero este esclavo era un ciudadano 
						inocente, entonces los musulmanes no tienen derecho en 
						lo que tiene, por eso tenía que devolver los rebaños a 
						sus dueños. Esto es muy importante hermanos, el derecho 
						de la ciudadanía, por eso los musulmanes que viven en 
						Europa y en los países occidentales tienen que respetar 
						las leyes y las tradiciones de los países donde viven 
						pero seguir siempre orgullosos por ser musulmanes.
						
						
						Luego entró el 
						esclavo en la batalla y murió. Cuando el profeta 
						preguntó por él,  le dijeron que murió, entonces pidió a 
						sus compañeros que le traigan su cadáver. Al verlo el 
						Profeta le abrazó y dijo: “Juro por Al·lâh que le veo 
						ahora en el paraíso con su mujer de las al Hur 
						al ‘în quitando el polvo de su ropa y diciéndole: 
						Que Al·lâh mate a quien te ha matado, tú eres mi marido 
						en el paraíso.”
						
						
						Murió el esclavo 
						negro, se conquistó la segunda fortaleza, y los 
						musulmanes ganaron muchos botines y se los repartieron  
						entre ellos. Uno de los compañeros del Profeta le 
						tocaron 1.400  corderos y le dijeron que el Profeta le 
						mandó su parte de los botines, pero este hombre les 
						contestó: “Que no, por Dios, no estoy aquí para los 
						botines sino para una flecha aquí (refiriéndose a su 
						cuello)”. Justamente después de haberlo dicho, un judío 
						lanzó una flecha que le vino en el cuello. Después de 
						contarlo al Profeta, preguntó que si la flecha le vino 
						en el mismo sitio que ha señalado. Le contestaron que 
						sí, luego dijo el Profeta: “Este hombre era muy sincero 
						con Al·lâh, por eso Al·lâh Fue sincero con él.”
						
						
						Habéis visto 
						hermanos qué hace la sinceridad con Al·lâh. Por eso 
						tenéis que ser sinceros con Al·lâh, y si Al·lâh Ve tu 
						seriedad y sinceridad en tu trabajo, en tus adoraciones, 
						te Otorgará más prestigio y grandeza que te conducirá a 
						hacer muchas cosas grandes e importantes, y te llevarás 
						el mensaje del Islam. Pero lo que pasa ahora es que 
						mucha gente cuando asisten a una clase de religión o 
						leen un libro, se entusiasman mucho pero un poco después 
						pierde este entusiasmo. Por eso nuestro Al·lâh nos 
						somete a pruebas para distinguir entre el que actúa con 
						sinceridad y quien no lo hace.
						
						
						Ahora  hemos 
						conquistado tres fortalezas, y los judíos se trasladan 
						de una fortaleza a otra, hasta que los musulmanes 
						llegaron a la última. En ese tiempo, el Profeta SAAWS 
						mandó a coger las armas de los judíos, de estas armas 
						había un arma nueva que es la catapulta que no conocían 
						los musulmanes, que lanzan el fuego hasta llegar dentro 
						de las fortalezas porque eran muy altas. Luego el 
						Profeta mandó a poner las catapultas en un sitio donde 
						los judíos las puedan ver, él no quería utilizarlas sino 
						que pretendía hacer llegar el miedo a sus corazones. Una 
						guerra psicológica. En efecto, pudo conseguir lo que 
						quería, porque cuando los judíos vieron las catapultas, 
						se asustaron pensando que el Profeta va a lanzar fuego 
						contra ellos. Por eso mandaron a Kanâna  Ibnu Abî Al 
						Haqîqî, uno de los adinerados y respetados de su 
						ciudad. Este hombre se fue al Profeta SAAWS solicitando 
						un pacto de paz para acabar la guerra. “Pero con mis 
						condiciones” le dijo el Profeta. El otro aceptó.
						
						
						Habéis entendido 
						la batalla de Jaybar, esa combinación mágica entre la fe 
						y la planificación. Juro por Al·lâh que nuestros países 
						no se van a desarrollar sin utilizar el arma más fuerte 
						y el más eficaz que es la fe. Aunque lo intenten con los 
						medios y la tecnología más sofisticada no lo van a 
						conseguir sin la fe y la religión, sean musulmanes o 
						cristianos. Ahora vamos a ver las condiciones del 
						Profeta  y las negociaciones que se llevaron a cabo 
						entre él y Kanâna. Primero: desarmar toda la ciudad, 
						para que no amenacen otra vez a los musulmanes. Segundo: 
						desalojar la ciudad de la gente, pero el Profeta, en 
						realidad, quería otra cosa, pero es la política. Lo 
						judíos pidieron del Profeta que deje la cuidad en manos 
						de su gente para cultivarla, porque ellos eran muy 
						buenos agricultores. “Bueno estoy de acuerdo que quedéis 
						en vuestra tierra, con dignidad, pero tenéis que pagar 
						una parte de la cosecha casi la mitad para los 
						musulmanes cada año” dijo el Profeta, que los rezos y la 
						paz de Al·lâh sean sobre él.
						
						
						Ambas partes se 
						pusieron de acuerdo, y se acabó la guerra con muy buenos 
						resultados a favor de los musulmanes. Todo ello gracias 
						a la inteligencia y planificación del profeta, y lo más 
						importante es que los musulmanes acabaron con el foco 
						más activo que podría atacar a las tribus musulmanas.
						
						
						Luego, vino el 
						responsable de la parte musulmana, es como un agente 
						judicial que viene para valorar la cosecha y calcular lo 
						que toca a la parte musulmana. La enemistad se convirtió 
						en una convivencia pacífica, sin amenazas porque ya no 
						tienen armas.
						
						
						Debemos fijarnos 
						también en que el Profeta quiso dejar que el pueblo de 
						Jaybar viva en su pueblo, para que cultive su tierra, ya 
						que nadie sabrá hacerlo mejor que los dueños de esta 
						tierra. Otra cosa, imaginaos si el Profeta les hubiera 
						echado de su pueblo, entonces esta gente estaría en 
						paro. Por consiguiente se convertirán otra vez en 
						enemigos, y a lo mejor se prepararán bien esta vez para 
						atacar a los musulmanes. Miren la política del Profeta, 
						hizo que los musulmanes se encarguen de la consolidación 
						de la religión y los de Jaybar se encarguen de la 
						agricultura y vivan felices, sin paro. ¡Qué grande es 
						nuestro Profeta¡ En todo, en la paz y la planificación, 
						como político y negociador, que los rezos y la paz de 
						Al·lâh sean sobre él.
						
						
						Ocurrió un 
						evento gracioso en el año siguiente. El Profeta –que los 
						rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- envió a 
						‘Abdul·lâh Ibnu Rawâha para que valore la cosecha 
						y traiga la parte musulmana. En efecto, este último 
						llevó muy bien a cabo su trabajo en el año del pacto de 
						paz. El año siguiente cuando se fue para hacer lo mismo, 
						los judíos le trajeron el ¼ de los dátiles de Jaybar 
						diciéndole que es un regalo por ser un hombre 
						trabajador, pero tiene que reducir un poco la parte del 
						Profeta. Entonces ‘Abdul·lâh Ibnu Rawâha quitó su 
						zapato como gesto de amenaza diciendo: “¿Me estáis 
						corrompiendo para traicionar al Profeta? ¿Creéis que mi 
						conciencia se vende?” Se enfadó mucho aunque tener el ¼ 
						de los dátiles de Jaybar significa una fortuna, pudo 
						haberse convertido en una persona  muy rica, pero ¿A 
						costa de quién? A costa de los pobres y necesitados. 
						Tenemos que pensar mucho en eso, para ser rico puedo 
						robar y violar los derechos de los pobres, pero pensamos 
						en el Día del Levantamiento cuando nos encontraremos con 
						el Profeta, que en lugar de abrazarnos nos despreciará y 
						te nos considerará como enemigos. 
						
						
						Esta fue la 
						batalla de Jaybar. Sólo queda una cosa: a los 1.400 
						musulmanes se añadió uno nuevo que se llama Al Haÿâÿ 
						Ibnu ‘Alâq. La batalla de Jaybar tuvo un efecto muy 
						importante sobre Quraysh, porque fue su última esperanza 
						para combatir al Profeta y a su religión. Por eso se 
						dice que la Meca se conquistó gracias a tres cosas:
						
						
						1-         El 
						pacto de Al Hudaybiyya                  
						
						
						
						2-         El 
						envío de cartas a todos los reyes del mundo para 
						invitarles al Islam, y gracias a ello el Profeta fue una 
						persona conocida a nivel internacional
						
						
						3-         La 
						tercera era la conquista de Jaybar
						
						
						Se dice que el 
						Profeta –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- 
						conquistó La Meca de forma pacífica sin derramar ni una 
						gota de sangre gracias a la conquista de Jaybar. Pero si 
						el Profeta no hubiera  conquistado Jaybar primero, 
						hubieran corrido ríos de sangre a la hora de conquistar 
						la Meca.
						
						
						Ahora el Profeta 
						–que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- tiene 
						dos pactos de paz, con Jaybar y con Quraysh. Por eso la 
						paz es un principio muy importante en nuestra religión y 
						nuestra vida, pero para conseguirlo a veces se necesita  
						recurrir a la fuerza, o por lo menos demostrarla.
						
						
						¿Cómo la tribu 
						de Quraysh recibirá la noticia de la caída de Jaybar en 
						manos de los musulmanes?
						
						
						Vamos a ver, Al
						Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq que era un comerciante musulmán 
						debía dinero a algunos comerciantes en Quraysh. Este 
						hombre se fue al Profeta para pedirle  permiso para que 
						vaya él primero a La Meca antes de que Quraysh se entere 
						de la conquista de Jaybar para recuperar su dinero. 
						Además, Quraysh no sabía que Al Haÿâÿ se había 
						convertido al Islam. Pues, el Profeta le dio su permiso. 
						Pero él pidió también al Profeta que le permitiese 
						hablar mal de los musulmanes y del Islam con Quraysh, y 
						el profeta le dijo que no pasa nada, que puede decir lo 
						que quiera para recuperar su dinero, y efectivamente el 
						hombre se fue a la Meca. Ellos no se habían enterado de 
						nada, por eso le preguntaron sobre lo que ha pasado en 
						Jaybar. Él les dijo: “Voy a daros las buenas noticias 
						después de recuperar mi dinero por la tarde”. Luego 
						vinieron con todo su dinero para escuchar las noticias 
						de Jaybar. Al Haÿâÿ se puso a contar que el 
						pueblo de Jaybar venció a los musulmanes y a Mohammed, 
						que el Profeta está cautivado ahí y que se los mandarán 
						muy pronto. Quraysh se alegraron mucho de esta noticia. 
						Luego salió Al Al Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq de La Meca 
						después de haber recuperado su dinero, pero al salir le 
						llamó Al ‘Abbâs, el tío del Profeta, y le dijo: “Por 
						favor dime la verdad sobre lo que ha pasado. Esto que 
						acabas de contar ¿Es cierto?”. “Salimos primero de La 
						Meca y te digo la verdad” contestó Al Haÿâÿ. Después le 
						contó todo lo que ha pasado sobre la victoria del 
						Profeta, de que volvió todo el ejército a La Medina sin 
						problemas y que sólo murieron 16 de los musulmanes y 96 
						de los judíos.
						
						
						“Muchas gracias 
						y que Al·lâh te Cuide” le contestó Al ‘Abbâs, pero Al 
						Haÿâÿ le pidió que no dijera nada hasta que salga de 
						Quraysh.
						
						
						Después de 
						muchas fiestas celebradas por Quraysh, se enteraron de 
						la verdad y su felicidad se convirtió en tristeza.
						
						
						Ya hemos llegado 
						al final, pero ¿Qué es la lección más importante que 
						podemos sacar de la batalla de Jaybar?
						
						
						La lección que 
						podemos sacar de la batalla es: 1-cómo utilizar la fe en 
						el desarrollo, y la importancia de la fe en el proceso 
						del renacimiento.
						
						
						2- La paz es el 
						eje principal de nuestra religión, pero a veces se 
						necesario el uso de la fuerza para conseguirlo.
						
						
						3- Habéis visto 
						que no tenemos que ser egoístas. No tienes que vivir por 
						ti sólo. Lo hemos aprendido del hombre que encontró la 
						bolsa con grasa, la repartió con cinco de los compañeros 
						del Profeta, y hemos visto a ‘Alî y Az-zubayr, dos 
						jóvenes que vivían para alcanzar sus grandes objetivos y 
						para la religión.
						
						
						Hermanos míos, 
						el objetivo principal de los 30 episodios es que cuando 
						se acabe el mes de Ramadán, sabremos que nuestro 
						objetivo en la vida es desarrollar nuestros países ¿Pero 
						cómo? Podemos hacerlo mediante la tecnología, la 
						eliminación del paro a través de pequeños proyectos, del 
						estudio de la  informática, etc.
						
						
						Cada uno tiene 
						que pensar que él puede participar. Claro que nos 
						encontraremos y haremos algo, porque no tenemos otra 
						solución que despertarnos y quitar la desesperación. No 
						tenemos que desanimarnos después de Ramadán, sino que 
						hay que moverse y empeñarse en algo para conseguirlo y 
						para sacar adelante nuestros países y defender nuestra 
						religión.
						
						
						Yo ya he llegado 
						al final, mañana será el mejor episodio: la conquista de 
						La Meca y escucharemos la palabra por la cual lucharon 
						durante 25 años: “Y di “ha venido la verdad y se 
						ha disipado lo falso, lo falso tiene que disiparse” 
						(sura 17: Al-Isrâ´ "El Viaje Nocturno" , Aleya 81). 
						Esta aleya fue la llave de La Meca, por  eso, el Profeta 
						quedó todo el día de la conquista repitiéndola, y mañana 
						lo veremos si Al·lâh Quiere.
						
						
						 
						
						
						Que la Paz, la 
						Misericordia y las Bendiciones de Al·lâh sean con 
						vosotros.
						
							
							
							Equipo de 
							Dar Altarÿama-El convoy español
							 
							
								
								
								
								
								
								Al∙lâh= 
								
								significa Dios. Es el Nombre Más Grande que 
								ostenta el Único Creador que posee todos los 
								atributos propios de la divinidad, tal como fue 
								revelado en el Qor´ân.
 
							
								
								
								
								
								(SAAWS):
								Sal·la Al·lâhu Alayhi 
								Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz  de
								Al∙lâh 
								sean sobre él, que es explicada por los ulemas 
								como sigue:
								
								
								Sal·la 
								Al·lâhu Alayhi: 
								significa que le cubra con su misericordia…El 
								motivo de traducirlo literalmente es porque 
								estas palabras son repetidas por los musulmanes 
								de todo el mundo, siguiendo el precepto divino 
								de decir esta expresión siempre que se mencione 
								al Profeta, en la llamada a la oración (Al Âdhân) 
								o en cualquier circunstancia, como veneración 
								concedida por Al·lâh a Su último Mensajero, que 
								ha sido enviado a toda la humanidad. Wa 
								sal·lam: 
								
								significa:  y derrame Su Paz sobre él.