En el nombre de Al·lâh,
El Más Compasivo, El Muy Misericordioso. Las alabanzas
son para Al·lâh, El Señor de los mundos, y los Rezos y
la Paz de Al·lâh sean sobre nuestro Profeta Mohammad (SAAWS).
Bienvenidos
a este nuevo episodio. Ya estamos en las últimas noches
de Ramadán. Invocamos a Al∙lâh que Acepte nuestras
acciones, y que Esté Complacido con nosotros.
Faltan pocos
días en el mes de Ramadán. Ruego a Al·lâh que acepte
todas nuestras buenas obras y que Esté Satisfecho con
nosotros.
Antes de empezar
el episodio de hoy trataremos cuatro puntos: Una
pregunta, un agradecimiento por una merced,
referencias, y un comentario.
Y después,
pasamos a hablar del episodio que trata un solo tema: La
batalla de Jaybar.
Comenzamos
primero con la pregunta.
Mucha gente nos
hace siempre la misma pregunta diciéndonos que cada día
pedimos de cada uno llevar a cabo una tarea y asumir la
responsabilidad. Entonces ¿Qué puede uno hacer después
del Ramadán?
Yo repito cada
día: “Nunca os olvidéis de vuestra responsabilidad
después del Ramadán, ni os preocupéis sólo por vuestros
asuntos personales”. Los que sienten amor por el
Mensajero de Al∙lâh (SAAWS) deben sentirse responsables
hacia su mensaje; sentir que está transmitiendo algo
grande y extraordinario. Ya no hay tiempo para las
palabras, sólo para los hechos. Mis palabras están
dirigidas a toda la gente empezando por mi mismo, los
jóvenes y las personas distinguidas en todos los
dominios.
Esforcémonos,
busquemos y realicemos proyectos para el resurgimiento
de nuestros países, y de este modo se moverán las
ruedas. Nos encontraremos y trabajaremos juntos, si Al∙lâh
Quiere. Pongámonos en acuerdo sobre esto después del mes
de Ramadán. Después de este mes, pasamos a la acción,
empezando con nuevos proyectos pequeños, eliminando el
analfabetismo o enseñando cursos de informática…etc. Lo
más importante es determinar lo que necesitan nuestros
países y llevarlo a cabo. Y repito que nos encontraremos
para trabajar juntos, si Al∙lâh Quiere.
El segundo punto
es un agradecimiento a Al·lâh por una de Sus mercedes.
¡Podéis imaginar el gran favor con que Al·lâh,
Glorificado y Enaltecido sea, nos ha Favorecido
permitiéndonos transmitir este programa desde un lugar
frente a la mezquita del Profeta – los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él- en La Medina! Es realmente una
gran merced por la cual uno debe prosternar cada día
agradeciendo a Al∙lâh. Es que nunca se ha hablado de la
biografía del Profeta –los Rezos y la Paz de Al·lâh sean
sobre él- desde los lugares que fueron testigos de los
eventos de su vida, como la Caverna de Hirâ’, La
Caverna de Zawr, la montaña Uhud, etc. Es una
bendición tan grande, y por ella alabamos mucho a Al·lâh
que Permitió a millones de personas escuchar la vida del
profeta (SAAWS) desde su casa.
El tercer punto,
mucha gente pregunta por las fuentes bibliográficas
sobre la vida del Profeta, ¿dónde se puede hallar las
historias, los acontecimientos y el análisis de la
biografía del Profeta?
Os digo que hay
que diferenciar entre dos cosas: Los acontecimientos
históricos de la biografía, y el análisis que hago.
Respecto a los
acontecimientos os aconsejo leer el mejor libro –para
mí- que haya encontrado sobre este tema, reúne todos los
relatos y las narraciones auténticos. Este libro fue
escrito por Dr. Samira Al-Zayed, y se llama “Al-
Ÿâmi’ Assahîh fi As-sîrah
An-nabawiyya” (La colección auténtica de la
biografía del Profeta). Es un libro magnífico que
incluye todo sobre la biografía del Profeta (SAAWS)
desde su nacimiento hasta su muerte, incluidos los
relatos correctos y las aleyas coránicas relacionadas
con la biografía. Y si no podéis encontrar este libro,
hay otro llamado: “Al-Rahîk Al -Majtûm”,
(El Néctar Sellado), muy famoso y conocido. Sin embargo,
estos dos libros hablan de los acontecimientos y no
incluyen análisis parecidos a los que presento en estos
episodios. No digo esto por jactancia, que Al∙lâh nos
Perdone, ni para decir que esto es más importante que
viene en los libros, sino porque este análisis viene en
el año 2005. ¿Habéis entendido lo que quiero decir? Este
análisis se basa sobre las circunstancias y situaciones
actuales de la comunidad musulmana, del mundo árabe, de
los musulmanes y del mundo entero. Estas circunstancias
no eran las mismas hace unos 10, 15 o 30 años. Y todos
los libros que hablaron de la biografía del Profeta,
trataron lo que imaginaron sobre la época del profeta
(SAAWS). Y lo curioso en la biografía del Profeta –que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- es que es
válida para todos los tiempos y lugares. He tomado los
acontecimientos de la biografía –desde luego los libros
de la biografía del Profeta me fueron de gran utilidad-
y los he tratado de un punto de vista diferente, porque
lo que nos importa hoy en día es la reforma del mundo,
la coexistencia y la ciudadanía.
También quiero
deciros otra cosa, después de Ramadán el programa será
retransmitido en el canal Iqra´ con subtítulo en inglés.
También los episodios serán publicados en libros árabes
e ingleses, y cintas para que todo el mundo sepa quien
es el Profeta Mohammad –que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él.
El punto
siguiente es un comentario. ¿Habéis notado que las
aleyas y los Hadices (dichos) del Profeta –que los Rezos
y la Paz de Al·lâh sean sobre él- ocurrieron exactamente
en el momento oportuno?, según las necesidades de los
musulmanes en cada situación. Os doy un ejemplo: cuando
el Profeta –SAAWS- llegó a La Medina, se necesitaba una
unión y coexistencia entre los emigrantes mecanos y los
partidarios medinenses. Entonces las aleyas de la
fraternidad fueron reveladas. Hoy leemos las aleyas de
fraternidad sin saber los contextos en las que fueron
descendidas. Hay que saber esas circunstancias para
poder usar esas aleyas en sus situaciones adecuadas.
Esto es un mensaje muy importante para los predicadores
y los jóvenes que quieren impregnar el camino de la
Da’wa (convocación al camino recto de Al·lâh). Hay
que entender qué hay que utilizar y cuando. Asimismo las
aleyas que tratan de al yihâd fueron reveladas
cuando los musulmanes iban a luchar contra los
incrédulos para animarles. De hecho tenía que haber
aleyas que hablan del martirio y de la paciencia. Toda
nación publica cartas militares cuando va a entrar en
una guerra para aliviar a los soldados. ¿Por qué tenemos
vergüenza cuando el Islam hace lo mismo? No debemos
avergonzarnos de nuestra religión.
Empezamos el
tema de hoy. Estamos en el año 7 de la hégira.
El Profeta –que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- ya había
firmado el año pasado el tratado de al-Hudaybiyya
con Quraysh que establece una tregua de diez años.
Entonces, el Profeta –SAAWS- dirigió su atención hacia
Jaybar. ¿Por qué precisamente Jaybar? Porque se había
convertido en un foco de conspiración contra los
musulmanes. Cualquier persona que quería conspirar
contra los musulmanes se dirigía a Jaybar. Los
conspiradores judíos llevan reuniéndose en Jaybar 43
años. Cada vez el Profeta derrota a algunos traidores,
que encuentran refugio en Jaybar.
¿Recordáis a los
Judíos de Banî-Al-Nadîr? Cuando salieron de La
Medina, fueron a Jaybar. Huyayy Ibn Al Ajtab, el
líder de esta tribu, era muy rico, llevó todo su dinero
al salir de La Medina y los musulmanes no tomaron nada
de él aunque fueron pobres. Sin embargo, se lo dejaron
porque era un ciudadano que tenía derechos además de
obligaciones. Entonces cuando traicionó a los
musulmanes, le hicieron salir de La Medina. El Profeta
–que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo a
los judíos después de su traición: “No vais a convivir
conmigo en mi país después de la traición que habéis
cometido”.
Huyayy
Ibn Al Ajtab llevó su dinero y dijo, “¡Oh musulmanes!
¿Sabéis para qué sirve todo este dinero? Para hacer caos
en la tierra. Aunque hemos dejado las palmeras en La
Medina, Jaybar tiene muchas más.” Diciendo esto los
musulmanes tenían que quitarle su dinero, pero no, no lo
hicieron porque no es propio de nuestras conductas.
En aquel tiempo,
Jaybar tenía por lo menos cuarenta mil palmeras. También
Huyayy Ibn Al Ajtab fue a Abû Sufyân para
colaborar en unificar las tribus para que luchen contra
el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre
él.
Además, Ka’b Ibn
Al Ashraf escribió poemas insultando al Profeta, sus
esposas y compañeros, y atacando el honor de los
musulmanes. En esa época, la poesía desempeñaba el papel
de los medios de comunicación. Tales poemas fueron
propagados en Jaybar.
Por otra parte,
Jaybar apoyó al ejército de Al Ahzâb en la
batalla de Al-Jandaq, y a los judíos de Banî Qurayda
para que rompan el tratado con el Profeta. Cada vez que
el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre
él- trate un problema que ocurra en la península
arábiga, los fugitivos iban a Jaybar.
El Profeta
–SAAWS- no era un sanguinario, sólo conducía una guerra
cuando era absolutamente necesario, cuando se ve
obligado a luchar porque le impidieron transmitir su
mensaje, o luchaba para alcanzar la paz (como vamos a
ver en el episodio de hoy). Desafío a cualquier
orientalista que intente probar lo contrario.
Jaybar
presentaba también otro problema. Empezó a enviar cartas
a los romanos y persas, para colaborar en destruir este
nuevo Estado. Fíjense que los persas y los romanos
tenían informaciones sobre el Profeta –que los Rezos y
la Paz de Al·lâh sean sobre él- y los musulmanes. Os
acordáis de las letras del Profeta que empezaron por:
“Por parte de Mohammad, Mensajero de Al·lâh” como vimos
ayer. Por eso, Jaybar era muy peligrosa, preparaba una
guerra internacional contra los musulmanes.
Describimos
Jaybar:
·
Jaybar
estaba muy cerca de La Medina, de sólo 150 kilómetros de
distancia (unas 80 millas).
·
Tenía
un enorme poder militar y económico. Disponía de muchas
regiones agrícolas, sólo en la zona de Al-Kutayba había
40 mil palmeras. Es una potencia económica y militar a
la vez, tenía unos 10 mil soldados armados.
·
Todos
vivían dentro de fortalezas. Jaybar fue dividida en dos
regiones: la primera tenía cinco fortalezas y la segunda
tenía tres.
·
Dichos
recintos fortificados se situaban una detrás de otra,
algunas construidas sobre cimas de montañas. No se puede
llegar a la cuarta fortaleza sin pasar por la tercera y
para llegar a ella hay que pasar por la segunda y así.
La primera fortaleza fue la más armada y la más difícil
de franquear.
·
Las
fortalezas tenían provisiones de agua y alimentos para
satisfacer sus necesidades por un año. Excavaron pozos
dentro de las fortalezas.
·
Si la
primera fortaleza fue conquistada, pueden trasladarse a
la segunda y cerrarla por detrás de ellos y lo mismo
para las demás.
Si los
musulmanes no reaccionaron, iban a abrir el camino a más
conspiración. De hecho, Jaybar sería una amenaza aún
mayor.
Por eso el
Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él-
tuvo que combatirles. Cualquier político en su lugar
habría hecho lo mismo. Ese fue el motivo de la batalla.
El Profeta –que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- salió con
1.400 soldados solamente, pero no para asesinarles sino
forzarles a vivir en paz. Prueba de ello, el total de
los que fueron matados en Jaybar fue 96 soldados,
solamente 96 de 10 mil soldados.
También la
batalla se ha acabado con un tratado de paz. Los judíos
de Jaybar tenían que saber que hay una fuerza en la
zona: los musulmanes. Esa fuerza no quería matarles pero
no toleraría que alguien la amenazara.
El Profeta –los
Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- tenía un plan
genial. Mirad el pensamiento militar tan inteligente y
el profundo análisis político del Profeta. Él sabía que
la táctica militar de Jaybar no es de ataque sino de
defensa, por eso construyeron todas estas fortalezas
para esconderse en ellas, no son atacantes valientes.
Entonces el Profeta –SAAWS- sabía que nunca iban a
atacar a los musulmanes en el desierto. También Jaybar
sabía que el Profeta ganó todas las guerras que codujo
en el desierto, por lo tanto esta tribu no saldrá al
desierto aunque disponega de 10 mil soldados.
Al·lâh Dijo:
“No combatirán unidos contra vosotros sino en
poblados fortificados o protegidos por murallas”.
(Sura 59: Al-Hashr
"La Congregación":
Aleya14) TSQ
El Profeta –que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- era un
innovador, nadie pensaba que 1.500 soldados pueden
enfrentar a 10 mil. Pero él sabía que esos 10 mil son
defensores, no delanteros, y sabía que tuvo otra arma
que Jaybar no tenía, que es la fe.
El plan del
Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él-
era combatirles y asediarles en la primera fortaleza,
luego en la segunda y después en la tercera, etc. hasta
que se resignen y pierdan la guerra. Por tanto,
aceptarían todas sus condiciones.
Cuando los
musulmanes llegaron a la tercera fortaleza, los
soldados de Jaybar empezaron a sentir una debilidad en
sus fortalezas, entonces tuvieron que elegir entre salir
a luchar contra los musulmanes, y firmar un tratado de
paz, pero con las condiciones del Profeta. Entonces, el
objetivo de la guerra era alcanzar la paz.
Habéis notado
que el Profeta y los musulmanes no estropeaban las
fortalezas, ni mataban a los judíos cuando pasaban a
cada fortaleza sino que dejaron a los judíos moverse de
una fortaleza a otra porque sabían que al final van a
resignar. Entonces un plan inteligente acompañado con la
fe puede lograr muchas cosas. Así terminó Jaybar y eso
fue lo que hizo el Profeta –que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él.
¿Cuál era el
objetivo entonces? El poder que nos amenazaba ya
coexiste con nosotros en paz. Nadie puede decir que el
Profeta era un sanguinario. Mirad la claridad de
objetivos del Profeta, necesitamos en nuestros países
una Ummah (una nación) que tiene un mensaje y que vive
para trasladarla con paz. Una nación con virtudes
morales, que no mienta ni engañe.
Al·lâh,
Glorificado y Enaltecido sea, Dice: “Sois la mejor
comunidad humana que jamás se haya suscitado. Ordenáis
la conducta recta, prohibís lo que está mal y creéis en
Al∙lâh” (Sura 3 Âle-‘Imrân " La familia de
‘Imrân: Aleya 110)
Fíjense que el
Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él-
sólo salió a luchar después de firmar el tratado de Al
Hudaybiyya con Quraysh, aunque Jaybar venía
creando problemas desde el año 5 y estamos ahora en el
año 7. El Profeta no quería tratar dos problemas al
mismo tiempo. Y así el Profeta analfabeto enseñó esos
métodos a todo el mundo. Cualquier persona puede
aprender del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh
sean sobre él: el político, el diplomático, el militar,
el occidental, el orientalista, el musulmán y el
no-musulmán, todos pueden aprovechar de la biografía del
Profeta, SAAWS.
Cada vez que
recuerdo que sólo faltan 3 episodios para llegar al
último en el que hablaremos de la muere del Profeta, me
siento triste. He escuchado muchas veces las palabras de
‘Omar –que Al·lâh Esté Complacido con él: “Cada vez que
me toque una desgracia, recuerdo mi desgracia en perder
el Profeta”, pero nunca las entendí hasta ahora. Voy a
extrañar al Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh
sean sobre él- aunque no le vi. Los compañeros vivieron
con él, no puedo imaginar como se sintieron al perderlo.
‘Omar tenía razón al decir estas palabras.
Continuamos,
entonces el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh
sean sobre él- iba a salir con los 1.500 soldados, y
las mujeres le dijeron: “¡Oh Mensajero de Al·lâh!
queremos salir con vosotros.” El Profeta aceptó,
entonces las mujeres salieron con el ejército. Veinte
mujeres fueron con ellos.
En medio de las
20 mujeres, el Profeta vio una pequeña concubina de
unos doce años de edad. El Profeta la dijo: “Ven, ¿Por
qué viniste?” Le contestó: “Para estar contigo,
Mensajero de Al·lâh”. Le dijo: “Monta detrás de mi”.
Y la llevó
detrás de él durante toda la batalla. ¡Qué cariño!
La muchacha
dice: “Juro por Al·lâh que cuando el Profeta quería
descansar, bajaba el camello, tomaba mi mano y me
ayudaba a bajar. Y si quería montar, primero preguntaba
por mí. Cuando conquistó a Jaybar, mientras estaba
distribuyendo los botines, encontró un collar, me buscó
entre la gente hasta que me vio y me dijo: “ven, es
tuyo”. Iba a cogerlo de su mano para ponerlo, pero él me
dijo: “no, yo te lo pongo”.
Después dice:
“Luego el Profeta lo puso en mi cuello y juro por
Al·lâh que no lo quité de mi cuello desde que me lo puso
el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre
él- y he ordenado enterrarlo conmigo para ir al Profeta
el Día del Levantamiento y decirle: “¿Me recuerdas,
Mensajero de Al·lâh? Soy la muchacha de Jaybar a quien
habías dado este collar.”
Estamos
desprovistos de este cariño. Pero os digo una cosa,
nuestras obras se exponen ante el Profeta –que los Rezos
y la Paz de Al·lâh sean sobre él- los jueves. Si son
obras buenas, el Profeta alaba a Al·lâh, Glorificado y
Enaltecido sea, y si son malas pide a Al·lâh que nos
Perdone. El Profeta es misericordia para todo el mundo,
en su vida y en su muerte.
Antes de que el
ejército salga, uno de los judíos que quedaban en La
Medina llamado Abû Shahm quería su dinero que
había prestado a un musulmán llamado ‘Abdul·lâh Bnu Abî
Hadraÿ. Fíjense que no todos los judíos salieron
de La Medina, sino sólo los que habían traicionado a los
musulmanes. Los otros son ciudadanos y conviven en paz
con los musulmanes y tienen derechos y obligaciones.
Abû Shahm
quería su dinero antes de que los musulmanes salgan a
combatir porque temía que ‘Abdul·lâh muera en la guerra.
Le debía cinco dirhams.
Dijo a
‘Abdul·lâh: “¿A dónde vas? No salgas antes de darme mi
dinero”. Le contestó: “Todavía no ha llegado el tiempo
para devolverlo”.
Abû Shahm
dijo: “¿Crees que vas a volver? Combatir a Jaybar no es
lo mismo que combatir a los árabes. Juro por Al·lâh que
Jaybar tiene 10 mil soldados bien armados”
‘Abdul·lâh
quería esperar hasta que regrese de Jaybar y conseguir
los botines para poder devolver el dinero que debía a
Abû Shahm. Luego fueron al Profeta –que los Rezos
y la Paz de Al·lâh sean sobre él- líder del país. El
Profeta dijo a ‘Abdul·lâh: “tiene razón (Abû Shahm),
no salgas antes de devolverle su dinero”. ‘Abdul·lâh
dijo: “Mensajero de Al·lâh, nos has prometido ganar
botines en Jaybar y aún no ha llegado el momento de
devolverle el dinero”. Pero el Profeta le dijo que tiene
que devolver el dinero antes de que salga a la guerra.
Mirad la justicia del Profeta –que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él.
‘Abdul·lâh Bnu
Abî Hadraÿ dice: “no tenía nada excepto dos
vestidos, entonces vendí mi ropa por tres dirhams. Vendí
mi turbante que me protege del calor del desierto,
conseguí los cinco dirhams y se los devolví, y me sentí
triste”.
Mirad como son
los derechos de ciudadanía, y como ‘Abdul·lâh cuidaba de
que salga con el Profeta – los Rezos y la Paz de Al·lâh
sean sobre él, ¡vendió su ropa para acompañar al
Profeta! , ¿Podéis imaginarlo?
‘Abdul·lâh dice:
“mientras estaba sentado triste, una anciana de los
musulmanes de La Medina me preguntó: “¿Qué te pasa, Abâ
Al Hadraÿ?, ¿Qué te pasa, compañero del Mensajero
de Al·lâh?” Dije: “vendí mi ropa y sólo tengo lo que
llevo para poder salir con el Profeta”. Me dijo: “toma
mi manto y así estaría con vosotros en la batalla y
recibiré retribución por ese día.”
La mujer quitó
su manto que le protegía del frío en el invierno y se lo
dio. Después ‘Abdul·lâh dijo: ¿Y tú? Le contestó: “Voy a
quedarme en casa hasta que regreses, y así recibo
retribución con vosotros, lleva mi manto contigo.”
Miren la unidad dentro de esa sociedad. No son como
nosotros en la actualidad, cada uno piensa en sí mismo,
sólo piensa en sus hijos, su familia y sus asuntos
personales y nada más. No le importa la gente, no tiene
un mensaje ni un objetivo mayor. Nuestra civilización
estaba sufriendo por 200 años, basta ¿No? Hay que hacer
algo, tenemos que renacer.
De las ganancias
de ‘Abdul·lâh era una mujer cautiva. Todavía había
esclavitud, pero después el Islam liberó a los esclavos.
Esa cautiva era una pariente de Abû Shahm, por lo
tanto este último tenía que pagar 1.000 dirhams a
‘Abdul·lâh para liberarla.
Cuando el
ejército se acercaba de las fronteras, el Profeta –que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo:
“¡Esperad! Después dijo: “Moveos en colas”.
Había orden y
disciplina entre el ejército. Una noche de plena luna,
el ejército encontró a alguien llevando un casco
brillante enfrente de ellos e iban a matarlo pensando
que era un enemigo cuando se dieron cuenta de que era un
compañero que se había adelantado al ejército. Era Abû
‘Ads Ibnu Ÿebr. El Profeta –que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él- enfadado con él, le preguntó:
“¿Por qué nos has adelantado? “, el compañero dijo “¡Oh
mensajero de Al·lâh! Mi camello es rápido”. El Profeta
le dijo: “¿No te he dicho que no nos adelantes?”. El
compañero sintió que el Profeta estaba enfadado con él.
Después el Profeta le ordenó ir al fin del ejército.
Quiero decir
algo a los jóvenes que conducen muy rápido, es muy
peligroso, mucha gente muere en accidentes a causa de la
velocidad. ¡Por Dios, no lo hagáis! Ruego a Al·lâh que
perdone los que murieron en tales accidentes.
Antes de llegar
a Jaybar, un ejército de 4.000 soldados de Ghatfân
encabezados por ‘Uyayna Ibn Hesn,
sorprendieron a los musulmanes por detrás. ¡Vinieron
para ayudar a Jaybar aunque tenía 10.000 soldados dentro
de fortalezas bien armadas!
El profeta envió
a Ibn Hesn con un mensaje: “Vuelve y la
mitad de la cosecha de Jaybar sería tuya.” Ibn Hesn
rechazó la propuesta y cuando el Profeta supo que Jaybar
le prometió la cosecha de un año, le envió otro mensaje
diciéndole: “Vuelve y la cosecha de un año sería tuya”.
Ibn Hesn rechazó otra vez y el Profeta le
amenazó: “Vuelve antes de que no te quede más que la
espada (la guerra)”. Ibn Hesn dijo: “No,
tengo 10.000 soldados en Jaybar”. Entonces el Profeta
–que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo:
“¡vamos a ver!”.
Entonces, el
Profeta contaba con Talha Ibnu ‘Ubaydil·lâh y
Sa’îd Ibnu Zayd, los servicios de inteligencia
del Islam. Tenían amigos musulmanes de Ghatfân que
escondían su Islam y les dijeron hacer circular que el
Profeta envió un ejército para conquistar a Ghatfân.
Entonces gritaban: “¡Socorro!, Mohammad y su ejército se
dirigen a Jaybar y otro ejército va a salir de la Medina
a Ghatfân”. Y así, el ejército de Ghatfân se dirigió
rápidamente a su tribu para salvarla, pero cuando
volvieron no encontraron nada.
El Islam no es
únicamente rezar y ayunar, el musulmán debe tener otras
habilidades para poder ayudar en el desarrollo de su
país. La adoración es muy importante pero insuficiente,
los musulmanes tienen que ser brillantes en la medicina,
la tecnología, las investigaciones científicas, las
invenciones, etc.
Antes de llegar
a Jaybar, el Profeta -que los rezos y la paz de Al·lâh
sean sobre el- ordenó que el ejército se detenga y no
entre a Jaybar,¿Por qué? preguntaba el ejército. El
Profeta les contestó que tenían que recitar la súplica
de entrar en el pueblo. Fijémonos bien en la súplica en
el tiempo de la guerra. ¿Es un ejército, gente devota, o
creyentes, o qué son exactamente? Por eso tenemos que
decir esta súplica cada vez que entremos en una ciudad,
o viajemos a otro país. Tenemos que decir la súplica de
nuestro Profeta, es muy bonita, escucha:
Al·lâh
nuestro... Al·lâh de los siete cielos y lo que asombran
(se refiere a todo lo que está debajo del cielo). Al·lâh
de las siete tierras y lo que esconden (de joyas o de
petróleo). Al·lâh del viento y lo que lleva (el bien que
trae el viento). Al·lâh de los diablos y lo que hacen,
Te pido de lo bueno que tiene esta ciudad y de su pueblo
y busco refugio en Ti del malo que tiene esta ciudad y
de su pueblo. ¡Que bonitas palabras! que sólo pueden ser
dichas por un Profeta. Si pensamos un poco, vemos que no
es lógico que una persona diga esto, va a destruir la
ciudad y matar a su gente. Es verdad, entonces él no iba
a destruir la ciudad sino a obligar a su pueblo para que
firme un acuerdo de paz con él, pero para conseguirlo
tenía que demostrar su fuerza militar, por eso salió
encabezando un ejército.
Ya estamos de
noche cuando llegó el ejército a las murallas de la
ciudad, y el Profeta mandó el ejercito que se pare y
espere, no atacamos hasta la mañana por la mañana, ¿Por
qué ahora no? Aunque es el mejor tiempo para atacar:
“Para que no asustemos a los niños y a las mujeres”,
dijo el Profeta. Fijémonos bien en que no es la primera
vez que el Profeta dice esto sino que siempre daba sus
órdenes a su ejército de que no maten en la batalla a
niños, ni a mujeres, ni quemar los campos, ni destruir
casas, y siempre les decía que vais a encontrar gente en
sus templos rezando, adorando, que no son musulmanes.
Estos tenéis que dejarlos en este estado.
¡Esto es una
religión, o morales militares!! Os juro por Al·lâh que
los occidentales no conocían nada de las morales
militares hasta 1945 después de la segunda guerra
mundial, pero el Profeta Mohammad –que los rezos y la
paz de Al·lâh sean sobre él- aplicaba estos principios
desde haces más de 1.400 años.
Acamparon cerca
de la ciudad, luego vino un hombre llamado Al Habâb
Ibn Al Mondher, es el mismo hombre que aconsejó
al Profeta antes en la batalla de Badr de cambiar de
sitio, y le preguntó que si es Al·lâh Quien ha ordenado
con quedarse en este sitio, porque en este case guardará
el silencio, pero si no es así dará su opinión.
¡Miren la
educación!, está preguntando para saber si puede
proponer sus ideas, o no.
“No es una
orden, puedes decir lo que piensas”, le contestó el
Profeta. “Nos hemos acercado demasiado de las murallas
del enemigo, donde no le podemos ver pero ellos sí que
nos pueden ver, por lo tanto sería mejor que quedemos en
un lugar lejos para que no sepan nuestras novedades y
para que no estemos al alcance de sus flechas” dijo Al
Habâb. “tienes razón, pero nos quedamos hoy aquí
y nos iremos mañana, para que no digan que somos
cobardes y hemos huido del primer día” le contestó el
Profeta.
En este tiempo
empezó el asedio de los musulmanes a la primera
fortaleza que durará 15 días.
Los soldados
empezaron a tener mucha hambre y la primera fortaleza
era muy fuerte. El desánimo y la desesperación
empezaron a ganar terreno entre los soldados. Uno de
ellos, ‘Abdul·lâh Bnu Maghfal Al Maznî, contó que
mientras que todo el mundo sufría mucha hambre, hasta el
punto de que algunos de ellos ataban piedras alrededor
de sus barrigas, yo estaba un poco lejos, encontré una
bolsa con un poco de grasa. Imaginaos el estado del
ejército que está sitiando a 10.000 habitantes, está
sitiando toda la comida que tienen dentro.
Sigue
‘Abdul·lâh: “Cogí la bolsa y juré que no iba a dar a
nadie”, y de repente encontró al Profeta que le estaba
mirando sonriendo, una sonrisa de enfado –la educación
por la mirada- ‘Abdul·lâh sintió mucha vergüenza del
profeta, pensó cómo iba a dejar a sus hermanos en el
Islam sufriendo de hambre mientras él comerá. Al final
repartió la grasa con cinco compañeros del Profeta.
Habéis visto
como el Profeta, sin hablar, ha cambiado la manera de
pensar del otro, sólo por una sonrisa y una mirada,
Poco después,
el Profeta notó el desánimo entre los soldados, por eso
pidió de ‘Ấmer Ibnu Al Akwa’ que cante un canción,
porque tenía un voz muy bonita, para animar un poco a
los soldados. Fíjense bien en que el Profeta siempre
utilizaba el arte en las situaciones difíciles, luego
empezó ‘Ấmer a cantar estas bonitas palabras;
“Al·lâh nuestro
sin Ti, estuviéremos perdidos
Ni estuviéremos rezando, ni
hubiéramos dado limosna
Te rogamos que
Desciendas la tranquilidad sobre nuestros corazones
Y Dejes que nuestros pies sean
firmes a la hora del combate
Los tiranos
atentaron contra nosotros
Rechazamos cualquier intento de
escisión
Entonces el
Profeta se puso a repetir: “rechazamos, rechazamos,
rechazamos”, es la misma canción que cantaron en la
batalla de al Jandaq. Miren como anima el Profeta
a sus soldados. ¡Qué magnífico es! Era magnífico en
todos los ámbitos: en el comercio, la planificación, la
política.
El Profeta nunca
había dicho que el arte es prohibido, pero tenemos que
fijarnos bien en qué y cuando hay que utilizarlo.
El Profeta
siempre acudía al arte para animar a la gente o para
conseguir el renacimiento. Por eso, era un arte elevado
con grandes objetivos. Si estudiamos el arte en la
época del profeta nunca encontraremos cualquier tipo de
arte bajo, sino que era elevadísimo. No como el arte
ahora, como las canciones de video clips que hunden más
a los jóvenes. Sólo aceptamos el arte que hace subir
nuestro nivel cultural y nos conduce al desarrollo de
nuestros países.
Al día décimo
tercero frente a la primera fortaleza denominada “An-nâ’em”,
el profeta sintió que esto no llevará a ningún
resultado. Empezó a sufrir de la jaqueca, que no le deja
salir de su tienda. El Profeta aguantó muchísimo,
hermanos, sabéis por qué el Profeta tenía este dolor, os
acordáis de la batalla de Ohod cuando Ibn Qami´a
golpeó al Profeta en su cabeza con la espada, hasta el
punto de que el casco que llevaba se dividió en dos y
entró el hierro en la cara del Profeta SAAWS. Desde
aquel día el Profeta lleva sufriendo de la jaqueca.
Entonces el
Profeta, estando enfermo, mandó a su mejor amigo, Abû
Bakr, a coger la bandera y a conquistar la fortaleza.
Este último le obedeció y combatió con todas sus fuerzas
sin poder conquistarla. El día siguiente mandó a ‘Omar
Ibn Al Jattâb (el día 14), que llevó la bandera
encabezando al ejército para conquistar la primera
fortaleza, pero tampoco pudo conseguirlo. En estos
momentos el desánimo y la desesperación se apoderaron de
los soldados. Ahora vamos a ver cómo el Profeta va a
animar al ejército en un segundo. Después de la oración
de al ‘ishâ´, dijo: “Mañana voy a dar la bandera,
después de la oración del alba a un hombre que va a
conquistar la ciudad, un hombre valiente, que quiere a
Al·lâh y a Su Mensajero y que Al·lâh y Su mensajero le
quieren. En efecto, todo el mundo se olvidó del
cansancio, sólo pensaban en una sola cosa: ¿Quién es
esta persona que quiere a Al·lâh y a su Mensajero, y
ellos le quieren? Cada uno de ellos esperaba que fuera
él.
Hasta ‘Omar
cuando se convirtió más tarde en califa dijo: “Juro por
Al·lâh que quisiera ser califa ese día”. Y otro hombre
llamado Burayda dijo: “todo el mundo se puso en el
camino del Profeta para que le vea. Él les sonreía,
entonces cada uno creía que era la persona del que
hablaba el Profeta”. Incluso Burayda que no fue un
guerreo aspiraba a llevar la bandera.
Fíjense bien en
la ambición que tenía esta gente y cuanto querían a
Al·lâh y a Su mensajero.
Sabéis ahora
porque el renacimiento de nuestros países debe ser
acompañado de la fe, ¿Habéis visto qué ha hecho la fe
con la gente? Es la llave para emprender cualquier
camino.
El día sigiente,
vino el Profeta SAAWS después la oración del alba, todo
el mundo le estaba esperando, y cada uno estaba luchando
para que esté primera fila para estar delante del
Profeta, luego el Profeta preguntó por la bandera. ¿Veis
como anima a la gente? y ¿Cómo despierta su anhelo por
la bandera cuando la trajo para que todo el mundo la
vea? Luego mandó que la planten. Miró a la gente y llamó
a ‘Alî, le contestaron que estaba enfermo, que le dolían
los ojos “¿Qué pasó a sus ojos?” preguntó el profeta.
“Le duelen mucho, apenas puede ver” le contestaron.
Luego el Profeta mandó que le llamaran. Cuando vino
‘Alî, el profeta le preguntó sobre lo que le ha pasado.
‘Alî le contestó que tenía los ojos inflamados y casi no
veía nada. “Túmbate en el suelo y pon tu cabeza en mi
regazo” le mandó el Profeta –que los rezos y la paz de
Al·lâh sean sobre él. El profeta levantó sus manos
hacia el cielo y pidió a Al·lâh que le cure y luego
sopló en sus manos y las puso encima del ojo de ‘Alî.
Este último cuenta que suplicaba a Al·lâh que sus ojos
sigan inflamadas para que el Profeta deje sus manos
encima de su ojos más tiempo.
Miren cómo el
Profeta se comportaba con mucho cariño, ¿Quieres que te
trate así? Pues tienes que preguntar a ti mismo si tú
eres como ‘Alî o no, si estás haciendo lo que estaba
haciendo él para el Islam. Cuando el Profeta levantó su
mano del ojo de ‘Alî, se había recuperado totalmente.
‘Alî dijo que no se acordaba del ojo que estaba enfermo,
añadiendo que a partir de aquel día nunca se le
inflamaron los ojos. Luego el Profeta le pidió que
tomara la bandera, el entusiasmo fue muy grande y la
gente estaba muy animada.
“Lleva la
bandera, entra a la fortaleza, Al·lâh Estará contigo, y
no mires atrás” le dijo el Profeta –que los rezos y la
paz de Al·lâh sean sobre él.
Nos cuenta ‘Alî
que él cogió la bandera y se lanzó como una flecha
hacia la fortaleza, pero se preguntó: “¿Por qué
emprendemos esta guerra? Tengo que volver a preguntarlo
al Profeta”, porque va a conquistar la fortaleza. Pero
al mismo tiempo, se acordaba de que el Profeta le dijo
que no mire atrás, pues volvió de espalda.
¿Os habéis
fijado bien en lo que ha pasado ahora? que ‘Alî no
quiere ir sin entender el por qué de esta guerra, aunque
es el profeta quien le mandó hacerlo. Los jóvenes de hoy
fijaos en ‘Alî que, para que obedezca el orden del
Profeta, tenía que entender y saber el por qué, los
jóvenes que matan a inocentes sin entender, sólo por
orden de una persona normal que no es profeta. Si nos
fijamos, ‘Alî no ha mirado atrás como le ordenó el
Profeta, pero tiene que entender. ¿Podemos combinar la
obediencia y entendimiento? Hay gente que obedezcan
ciegamente a las órdenes sin entender, como el hecho de
poner bombas y matar a inocentes, u otro tipo de gente
que pregunta demasiado para entender y al final no hace
nada. Pero ‘Alî era un hombre querido por Al·lâh y por
Su mensajero, además era muy valiente.
‘Alî volvió
atrás para preguntar al Profeta: “¿Por qué vamos a hacer
esta guerra? ¿Cuál es el motivo de esta guerra?”. “Para
erradicar las amenazas de los judíos de una vez, pero
invítales al Islam primero, a lo mejor Al·lâh guía a uno
de ellos a la fe gracias a ti, y si uno de ellos sigue
el camino de Al·lâh será mucho mejor de todas las
riquezas de Jaybar”, respondió el profeta. Habéis visto
que el objetivo del Profeta SAAWS es guiar a la gente
hacia lo bueno, es decir, que tenemos un mensaje y
tenemos que comunicarlo a todo el mundo. Después de
escuchar las palabras del Profeta ‘Alî se lanzó hacia
las murallas de la ciudad y cuando llegó ahí, fijó la
bandera frente la puerta de la muralla. ‘Alî nos cuenta:
“salió un judío y me preguntó quién soy, le contesté:
‘Alî Ibnu Abî Tâleb”. “Juro por lo que fue revelado a
Mûsâ que estamos derrotados” dijo el judío. Es que
estaba escrito en sus libros sagrados que el
conquistador de Jaybar será un hombre llamado ‘Alî Ibnu
Abî Tâleb, por eso cuando el judío escuchó el nombre de
‘Alî supo que los judíos van a perder. Luego salieron 4
hombres que eran hermanos, para luchar contra los
musulmanes. Todos eran gigantes y fuertes, nunca han
perdido en una batalla. Así que no habrá una guerra sino
un combate de uno a uno, como tradición o normas de la
guerra antiguamente.
Vino el primero
de los cuatro hermanos soldados llamado Marhab,
era el lider y uno de los mejores en la lucha con
espada, y empezó decir algunos versos con que se
alababa:
Jaybar sabe que
soy Marhab, el héroe conocido
A lo que ‘Alî le
contestó diciendo: “Yo soy quien me llamó mi madre
Haydara”. Haydara es uno de los
nombres del león. ¿Quién es su madre? Es Fâtima Bintu
Asad. Empezaron a combatir y ‘Alî venció a su rival.
Luego salió el hermano de Marhab, se llamaba
Yâser, del que dijo el Profeta cuando le vio: ¡Qué
gigante es! ¿Acaso mide cinco brazos?,‘Alî se preparaba
para la lucha, pero le llamó Az-zubayr,
diciéndole: “has matado a Marhab, pues, deja el
otro para mi”. “Vale, este es tuyo” le contestó ‘Alî.
Mientras Az-zubayr estaba luchando, su
madre, la señora Safiyya bintu ‘Abdilmottalib que estaba
entre las veinte mijeres, preguntó asustada al profeta
si su hijo morirá. Pero el Profeta SAAWS la tranquilizó
diciéndole: “tu hijo matará al otro si Al·lâh Quiere”, y
poco después ganó Az-zubayr la batalla y
el profeta se puso muy alegre y dijo: “Cada profeta
tenía su apóstol y mi apóstol es Az-zubayr
Ibn Al ‘Aw-wâm”.
¿Podría alguien
de nosotros ser uno de los apóstoles del Profeta en el
año 2005 o 2006 o 2010? Cuando le vio el profeta le
dijo: “¡Qué espada tan fuerte tienes¡”. “La espada no es
fuerte pero le he obligado a serlo” le contestó Az-zubayr.
Veis a Az-zubayr y a ‘Alî, fueron educados
en la casa del Profeta en La Meca, por eso hay que tener
mucho cuidado con los niños, para tener jóvenes como
ellos, tenéis que tratar a tus niños como héroes desde
pequeños para que lo sean cuando crezcan, pero si
tratas a tu hijo como un niño seguirá siempre así, un
niño. Si queremos cambiar y llevar a cabo un
renacimiento para nuestros países, para salir de la
oscuridad a la luz, tenemos que crear a verdaderos
hombres.
Ganó ‘Alî y
conquistó la primera fortaleza el día 15 y se dirigió a
la otra, sin olvidar que el Profeta y los musulmanes
cuando entraron no mataron a nadie, y dejaron a cada uno
escoger entre quedarse o irse de la ciudad. El profeta
quería obligarles a pedir la paz y firmar un acuerdo de
paz. El plan del Profeta seguía con éxito hasta el
momento, y con muy pocos muertos.
Mientras el
Profeta se trasladaba con el ejército de una fortaleza a
otra, y teniendo mucha hambre, vieron un pastor del
ejército enemigo de los judíos, con un rebaño de
corderos, y el Profeta dijo: “¿Quién nos trae algunos
corderos de este rebaño?” ¿Es posible que el Profeta
diga esto? Pues sí, no pasa nada, porque están en la
guerra. Entonces salió uno que llamado Abû Al Yusr Ka’b
Ibnu ‘Amr, diciendo: “Yo te los traigo”. Y se fue
corriendo, cogió dos corderos al Profeta. Luego le ha
mirado el Profeta sonriendo y le dijo: “Que Al·lâh Te dé
larga vida”. Y efectivamente, fue el último que murió de
los compañeros del Profeta. Y siempre contaba llorando
esta historia diciendo: “El Profeta suplicó a Al·lâh
que me dé una larga vida, pero murió el Profeta y todos
sus compañeros y yo sigo vivo, ¿cuándo me encontraré
con mi querido Mohammad?”.
En la otra
fortaleza, venía un esclavo con un rebaño de Marhab,
el judío que murió en la primera fortaleza. Este pastor
estaba seguro de que el camino de Mohammed, el profeta,
es la vía recta, porque escuchó a los judíos diciéndolo.
Cogió su rebaño y se fue al Profeta y le dijo: “Me he
enterado que tu camino es el correcto por eso atestiguo
que no hay más dios que Al·lâh, y que tú eres Su
mensajero y su Profeta.”
Luego el esclavo
preguntó al Profeta: “¿Qué me vas a dar después de
convertirme al Islam?”, “el paraíso” le contestó el
Profeta. El esclavo le preguntó: ¿Qué es el paraíso?
Luego el Profeta
se puso a describirle el paraíso. Ahora, queremos cerrar
los ojos e imaginr juntos el paraíso, imaginar sus ríos,
el palacio de cada uno, los árboles, los campos de
fútbol, los yates y cómo corren los ríos por debajo de
los suelos de los palacios. El techo es el trono de
Al·lâh, y cuando abrimos las ventanas vemos el palacio
del Profeta y tú puedes invitar al Profeta, a su mujer y
a sus compañeros Abú Bakr y ‘Omar... Este es el paraíso
hermanos, en el que encontramos la felicidad y el
verdadero amor, no el amor de hoy que están buscando los
chicos y las chicas que conduce a los pecados. Después
de que el Profeta terminó de contar al esclavo todo
sobre el paraíso, éste le contestó enseguida: “estoy
contigo, pero ¿Si muero hoy en la batalla entraré al
paraíso?
“Sí” le contestó
el Profeta. “Pero soy feo, negro, y de mal olor, mi ropa
es sucia, ¿Aún así entro en el paraíso si me muero?
preguntó el esclavo. “Claro que sí” le contestó el
Profeta y añadió: “tu ropa será limpia, olerás muy bien,
y tendrás mucho dinero” luego pidió el esclavo del
Profeta que le diera permiso para devolver los rebaños,
que están con él, a sus dueños”. El Profeta admiró su
petición y le dijo: “Suelta los rebaños que tienes y
tíralos con piedras y así cada uno volverá a su dueño”.
Pero ¿Por qué el
Profeta cogió antes dos corderos del otro pastor y ahora
suelta los rebaños para que vuelvan a sus dueños? ¿Cuál
es la diferencia? Porque el primer pastor era del
ejército enemigo, era un guerrero y estamos en una
situación de guerra, pero este esclavo era un ciudadano
inocente, entonces los musulmanes no tienen derecho en
lo que tiene, por eso tenía que devolver los rebaños a
sus dueños. Esto es muy importante hermanos, el derecho
de la ciudadanía, por eso los musulmanes que viven en
Europa y en los países occidentales tienen que respetar
las leyes y las tradiciones de los países donde viven
pero seguir siempre orgullosos por ser musulmanes.
Luego entró el
esclavo en la batalla y murió. Cuando el profeta
preguntó por él, le dijeron que murió, entonces pidió a
sus compañeros que le traigan su cadáver. Al verlo el
Profeta le abrazó y dijo: “Juro por Al·lâh que le veo
ahora en el paraíso con su mujer de las al Hur
al ‘în quitando el polvo de su ropa y diciéndole:
Que Al·lâh mate a quien te ha matado, tú eres mi marido
en el paraíso.”
Murió el esclavo
negro, se conquistó la segunda fortaleza, y los
musulmanes ganaron muchos botines y se los repartieron
entre ellos. Uno de los compañeros del Profeta le
tocaron 1.400 corderos y le dijeron que el Profeta le
mandó su parte de los botines, pero este hombre les
contestó: “Que no, por Dios, no estoy aquí para los
botines sino para una flecha aquí (refiriéndose a su
cuello)”. Justamente después de haberlo dicho, un judío
lanzó una flecha que le vino en el cuello. Después de
contarlo al Profeta, preguntó que si la flecha le vino
en el mismo sitio que ha señalado. Le contestaron que
sí, luego dijo el Profeta: “Este hombre era muy sincero
con Al·lâh, por eso Al·lâh Fue sincero con él.”
Habéis visto
hermanos qué hace la sinceridad con Al·lâh. Por eso
tenéis que ser sinceros con Al·lâh, y si Al·lâh Ve tu
seriedad y sinceridad en tu trabajo, en tus adoraciones,
te Otorgará más prestigio y grandeza que te conducirá a
hacer muchas cosas grandes e importantes, y te llevarás
el mensaje del Islam. Pero lo que pasa ahora es que
mucha gente cuando asisten a una clase de religión o
leen un libro, se entusiasman mucho pero un poco después
pierde este entusiasmo. Por eso nuestro Al·lâh nos
somete a pruebas para distinguir entre el que actúa con
sinceridad y quien no lo hace.
Ahora hemos
conquistado tres fortalezas, y los judíos se trasladan
de una fortaleza a otra, hasta que los musulmanes
llegaron a la última. En ese tiempo, el Profeta SAAWS
mandó a coger las armas de los judíos, de estas armas
había un arma nueva que es la catapulta que no conocían
los musulmanes, que lanzan el fuego hasta llegar dentro
de las fortalezas porque eran muy altas. Luego el
Profeta mandó a poner las catapultas en un sitio donde
los judíos las puedan ver, él no quería utilizarlas sino
que pretendía hacer llegar el miedo a sus corazones. Una
guerra psicológica. En efecto, pudo conseguir lo que
quería, porque cuando los judíos vieron las catapultas,
se asustaron pensando que el Profeta va a lanzar fuego
contra ellos. Por eso mandaron a Kanâna Ibnu Abî Al
Haqîqî, uno de los adinerados y respetados de su
ciudad. Este hombre se fue al Profeta SAAWS solicitando
un pacto de paz para acabar la guerra. “Pero con mis
condiciones” le dijo el Profeta. El otro aceptó.
Habéis entendido
la batalla de Jaybar, esa combinación mágica entre la fe
y la planificación. Juro por Al·lâh que nuestros países
no se van a desarrollar sin utilizar el arma más fuerte
y el más eficaz que es la fe. Aunque lo intenten con los
medios y la tecnología más sofisticada no lo van a
conseguir sin la fe y la religión, sean musulmanes o
cristianos. Ahora vamos a ver las condiciones del
Profeta y las negociaciones que se llevaron a cabo
entre él y Kanâna. Primero: desarmar toda la ciudad,
para que no amenacen otra vez a los musulmanes. Segundo:
desalojar la ciudad de la gente, pero el Profeta, en
realidad, quería otra cosa, pero es la política. Lo
judíos pidieron del Profeta que deje la cuidad en manos
de su gente para cultivarla, porque ellos eran muy
buenos agricultores. “Bueno estoy de acuerdo que quedéis
en vuestra tierra, con dignidad, pero tenéis que pagar
una parte de la cosecha casi la mitad para los
musulmanes cada año” dijo el Profeta, que los rezos y la
paz de Al·lâh sean sobre él.
Ambas partes se
pusieron de acuerdo, y se acabó la guerra con muy buenos
resultados a favor de los musulmanes. Todo ello gracias
a la inteligencia y planificación del profeta, y lo más
importante es que los musulmanes acabaron con el foco
más activo que podría atacar a las tribus musulmanas.
Luego, vino el
responsable de la parte musulmana, es como un agente
judicial que viene para valorar la cosecha y calcular lo
que toca a la parte musulmana. La enemistad se convirtió
en una convivencia pacífica, sin amenazas porque ya no
tienen armas.
Debemos fijarnos
también en que el Profeta quiso dejar que el pueblo de
Jaybar viva en su pueblo, para que cultive su tierra, ya
que nadie sabrá hacerlo mejor que los dueños de esta
tierra. Otra cosa, imaginaos si el Profeta les hubiera
echado de su pueblo, entonces esta gente estaría en
paro. Por consiguiente se convertirán otra vez en
enemigos, y a lo mejor se prepararán bien esta vez para
atacar a los musulmanes. Miren la política del Profeta,
hizo que los musulmanes se encarguen de la consolidación
de la religión y los de Jaybar se encarguen de la
agricultura y vivan felices, sin paro. ¡Qué grande es
nuestro Profeta¡ En todo, en la paz y la planificación,
como político y negociador, que los rezos y la paz de
Al·lâh sean sobre él.
Ocurrió un
evento gracioso en el año siguiente. El Profeta –que los
rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- envió a
‘Abdul·lâh Ibnu Rawâha para que valore la cosecha
y traiga la parte musulmana. En efecto, este último
llevó muy bien a cabo su trabajo en el año del pacto de
paz. El año siguiente cuando se fue para hacer lo mismo,
los judíos le trajeron el ¼ de los dátiles de Jaybar
diciéndole que es un regalo por ser un hombre
trabajador, pero tiene que reducir un poco la parte del
Profeta. Entonces ‘Abdul·lâh Ibnu Rawâha quitó su
zapato como gesto de amenaza diciendo: “¿Me estáis
corrompiendo para traicionar al Profeta? ¿Creéis que mi
conciencia se vende?” Se enfadó mucho aunque tener el ¼
de los dátiles de Jaybar significa una fortuna, pudo
haberse convertido en una persona muy rica, pero ¿A
costa de quién? A costa de los pobres y necesitados.
Tenemos que pensar mucho en eso, para ser rico puedo
robar y violar los derechos de los pobres, pero pensamos
en el Día del Levantamiento cuando nos encontraremos con
el Profeta, que en lugar de abrazarnos nos despreciará y
te nos considerará como enemigos.
Esta fue la
batalla de Jaybar. Sólo queda una cosa: a los 1.400
musulmanes se añadió uno nuevo que se llama Al Haÿâÿ
Ibnu ‘Alâq. La batalla de Jaybar tuvo un efecto muy
importante sobre Quraysh, porque fue su última esperanza
para combatir al Profeta y a su religión. Por eso se
dice que la Meca se conquistó gracias a tres cosas:
1- El
pacto de Al Hudaybiyya
2- El
envío de cartas a todos los reyes del mundo para
invitarles al Islam, y gracias a ello el Profeta fue una
persona conocida a nivel internacional
3- La
tercera era la conquista de Jaybar
Se dice que el
Profeta –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él-
conquistó La Meca de forma pacífica sin derramar ni una
gota de sangre gracias a la conquista de Jaybar. Pero si
el Profeta no hubiera conquistado Jaybar primero,
hubieran corrido ríos de sangre a la hora de conquistar
la Meca.
Ahora el Profeta
–que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- tiene
dos pactos de paz, con Jaybar y con Quraysh. Por eso la
paz es un principio muy importante en nuestra religión y
nuestra vida, pero para conseguirlo a veces se necesita
recurrir a la fuerza, o por lo menos demostrarla.
¿Cómo la tribu
de Quraysh recibirá la noticia de la caída de Jaybar en
manos de los musulmanes?
Vamos a ver, Al
Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq que era un comerciante musulmán
debía dinero a algunos comerciantes en Quraysh. Este
hombre se fue al Profeta para pedirle permiso para que
vaya él primero a La Meca antes de que Quraysh se entere
de la conquista de Jaybar para recuperar su dinero.
Además, Quraysh no sabía que Al Haÿâÿ se había
convertido al Islam. Pues, el Profeta le dio su permiso.
Pero él pidió también al Profeta que le permitiese
hablar mal de los musulmanes y del Islam con Quraysh, y
el profeta le dijo que no pasa nada, que puede decir lo
que quiera para recuperar su dinero, y efectivamente el
hombre se fue a la Meca. Ellos no se habían enterado de
nada, por eso le preguntaron sobre lo que ha pasado en
Jaybar. Él les dijo: “Voy a daros las buenas noticias
después de recuperar mi dinero por la tarde”. Luego
vinieron con todo su dinero para escuchar las noticias
de Jaybar. Al Haÿâÿ se puso a contar que el
pueblo de Jaybar venció a los musulmanes y a Mohammed,
que el Profeta está cautivado ahí y que se los mandarán
muy pronto. Quraysh se alegraron mucho de esta noticia.
Luego salió Al Al Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq de La Meca
después de haber recuperado su dinero, pero al salir le
llamó Al ‘Abbâs, el tío del Profeta, y le dijo: “Por
favor dime la verdad sobre lo que ha pasado. Esto que
acabas de contar ¿Es cierto?”. “Salimos primero de La
Meca y te digo la verdad” contestó Al Haÿâÿ. Después le
contó todo lo que ha pasado sobre la victoria del
Profeta, de que volvió todo el ejército a La Medina sin
problemas y que sólo murieron 16 de los musulmanes y 96
de los judíos.
“Muchas gracias
y que Al·lâh te Cuide” le contestó Al ‘Abbâs, pero Al
Haÿâÿ le pidió que no dijera nada hasta que salga de
Quraysh.
Después de
muchas fiestas celebradas por Quraysh, se enteraron de
la verdad y su felicidad se convirtió en tristeza.
Ya hemos llegado
al final, pero ¿Qué es la lección más importante que
podemos sacar de la batalla de Jaybar?
La lección que
podemos sacar de la batalla es: 1-cómo utilizar la fe en
el desarrollo, y la importancia de la fe en el proceso
del renacimiento.
2- La paz es el
eje principal de nuestra religión, pero a veces se
necesario el uso de la fuerza para conseguirlo.
3- Habéis visto
que no tenemos que ser egoístas. No tienes que vivir por
ti sólo. Lo hemos aprendido del hombre que encontró la
bolsa con grasa, la repartió con cinco de los compañeros
del Profeta, y hemos visto a ‘Alî y Az-zubayr, dos
jóvenes que vivían para alcanzar sus grandes objetivos y
para la religión.
Hermanos míos,
el objetivo principal de los 30 episodios es que cuando
se acabe el mes de Ramadán, sabremos que nuestro
objetivo en la vida es desarrollar nuestros países ¿Pero
cómo? Podemos hacerlo mediante la tecnología, la
eliminación del paro a través de pequeños proyectos, del
estudio de la informática, etc.
Cada uno tiene
que pensar que él puede participar. Claro que nos
encontraremos y haremos algo, porque no tenemos otra
solución que despertarnos y quitar la desesperación. No
tenemos que desanimarnos después de Ramadán, sino que
hay que moverse y empeñarse en algo para conseguirlo y
para sacar adelante nuestros países y defender nuestra
religión.
Yo ya he llegado
al final, mañana será el mejor episodio: la conquista de
La Meca y escucharemos la palabra por la cual lucharon
durante 25 años: “Y di “ha venido la verdad y se
ha disipado lo falso, lo falso tiene que disiparse”
(sura 17: Al-Isrâ´ "El Viaje Nocturno" , Aleya 81).
Esta aleya fue la llave de La Meca, por eso, el Profeta
quedó todo el día de la conquista repitiéndola, y mañana
lo veremos si Al·lâh Quiere.
Que la Paz, la
Misericordia y las Bendiciones de Al·lâh sean con
vosotros.
Equipo de
Dar Altarÿama-El convoy español
Al∙lâh=
significa Dios. Es el Nombre Más Grande que
ostenta el Único Creador que posee todos los
atributos propios de la divinidad, tal como fue
revelado en el Qor´ân.
(SAAWS):
Sal·la Al·lâhu Alayhi
Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz de
Al∙lâh
sean sobre él, que es explicada por los ulemas
como sigue:
Sal·la
Al·lâhu Alayhi:
significa que le cubra con su misericordia…El
motivo de traducirlo literalmente es porque
estas palabras son repetidas por los musulmanes
de todo el mundo, siguiendo el precepto divino
de decir esta expresión siempre que se mencione
al Profeta, en la llamada a la oración (Al Âdhân)
o en cualquier circunstancia, como veneración
concedida por Al·lâh a Su último Mensajero, que
ha sido enviado a toda la humanidad. Wa
sal·lam:
significa: y derrame Su Paz sobre él.