LOS MAS BELLOS NOMBRES IV
A L - F A T T A H
A L - ' A
L I M
A L - Q A B I D , A L - B
A S I T
A L - K H
A F I D , A R - R A F I '
A L - M U ' I Z Z , A L - M
U D H I L L
A S - S A M I '
A L - B A
S I R
El
es el Descubridor y el
Solucionador, el Facilitador de
todo cuanto está cerrado, atado
y endurecido. Existen cosas que
a uno le están cerradas. Hay
estados y problemas que están
atados en un nudo. Existen cosas
endurecidas a través de las
cuales uno no puede ver o
atravesar.
Algunas son cosas materiales:
profesiones, trabajos,
ganancias,
posesiones, lugares, amigos que
no están disponibles para uno.
También hay corazones trabados
con un nudo de tristeza, mentes
atadas en dudas o
cuestionamientos que ellas son
incapaces de responder.
Allah al-Fattah las abre a
todas. No existe nada
inalcanzable para el amado
servidor de Allah, para quien
“al-Fattah” abre todas las
entradas. No hay fuerza alguna
que pueda mantener esas puertas
cerradas. Pero si Allah no abre
las puertas de Sus bendiciones,
ninguna fuerza puede lograr que
esas puertas se abran. El posee
la llave del tesoro de los
sagrados secretos que es el
corazón del hombre, la mismísima
mansión de Allah.
Yérgase a la entrada de la
misericordia de Allah, y golpee
en la
puerta de “al-Fattah”. En
verdad, El abrir la puerta tarde
otemprano. Suplique y desee
cosas de Allah incesantemente,
siempre. Usted es pobre, El es
Rico. Usted está en necesidad,
El es el Saciador de las
necesidades. Usted se halla en
la obscuridad, El es la Luz. Si
Allah lo desea usted verá a
“al-Wahhab” cuando él abra los
portales.
Usted, usted mismo, abra sus
propias puertas de misericordia
y generosidad; ayude a quienes
están más débiles que usted a
fin de que usted sea salvo de la
tiranía de aquellos que están
más fuertes que usted. Ayude a
los que están caídos, para que
usted sea ayudado cuando usted
caiga. Por encima de todo, no
hiera a nadie, porque esa es la
llave que cierra las puertas de
la misericordia y las
bendiciones.
" 'Abd al-Fattah" es aquél a
quien le ha sido dada la clave
de los
secretos de todo
conocimiento. El desata los
nudos que creíamos
apretados, secretos que están
escondidos, corazones que son
mezquinos, dones que están
reservados.
El es aquél que lo sabe todo. El
sabe lo que ha ocurrido, lo que
está ocurriendo, y lo que
ocurrirá , desde el comienzo
hasta el fin. Toda existencia
está presente en todo momento en
el conocimiento de
“al-'Alim'’. Nada puede ser
dejado afuera, nadie puede
esconderse. Toda existencia
existe por Su creación, dentro
de las limitaciones de las
condiciones que El ha creado;
cada existencia sabe tanto como
Allah le ha permitido saber. No
obstante no hay límite al
conocimiento de Allah.
En comparación con lo que uno
sabe de esta creación, aquello
que uno no sabe, es infinito.
Este mundo nuestro es como
nuestra mismísima propia casa.
Por estos millones de años
nosotros la hemos habitado, sin
embargo aún no sabemos que hay
escondido en los armarios, en
el desván y en el sótano.
Algunas veces nosotros somos
como alguien que está muriendo
de hambre mientras que tiene un
tesoro enterrado a veinte
centímetros debajo de él.
Nuestro conocimiento -que
contiene unas muy pocas cosas-
permanece en la superficie. Es
cuando intentamos mirar debajo,
más en profundo, que vemos
nuestra propia impotencia.
“Y qué hay en cuanto al
futuro? Ignoramos qué es lo que
va a ocurrir con nosotros al
momento siguiente. “¿Qué es la
vida humana en comparación con
el pasado sin límite y el futuro
infinito? Es un abrir y cerrar
de ojos. Durante ese instante,
¿cu nto puede uno ver? Aquel que
constata que nada puede ver, es
afortunado.
Sin duda Allah le ha conferido
toda suerte de bendiciones,
perfecciones en la proporción
adecuada para usted. El le ha
enseñado Sus nombres, y lo que
es correcto y lo que es erróneo.
Pero su conocimiento es
limitado. Usted es limitado.
Intente sentir la perfección
ilimitada, el ilimitado
conocimiento de Allah, Conocedor
de todo, y busque Su placer. La
salvación eterna está contenida
dentro de todo ello.
" 'Abd al-' Alim" es aquél a
quien le es dada sabiduría sin
aprendizaje de nadie, sin
estudio ni pensamiento,
solamente debido a
la pureza y la luz con las
cuales él fue creado. Este
conocimiento que
“Abd al-'Alim'” recibe es
llamado “'irfán” , que es
conocer la Verdad
como la Verdad.
El es aquél que oprime, y El es
el que libera. Toda existencia
está en la palma de la Mano de
Poder de Allah. El puede cerrar
Su mano e impedir que la
riqueza, la felicidad, una
familia, los hijos o las
comodidades lleguen hasta uno.
Los ricos se tornan pobres, los
sanos se convierten en enfermos,
la felicidad se hace tristeza.
El corazón confortable se
convierte en oprimido, la mente
clara se hace depresiva. Estas
son las manifestaciones del
atributo de Allah de “al-Qabid”.
Entonces El abre Su mano y
libera abundancia, alegría,
alivio y bienestar. Estas son
las manifestaciones de Su
atributo “al-Basit'”.
Allah lo sabe todo. El es el
Todo-Misericordioso, El es el
Juez, El es aquél que guía la
vida de Su creación. El es la
voluntad. La vida
en este planeta es una prueba
para nosotros, pero Allah no
pone a
prueba Sus servidores por encima
de sus capacidades. El nos
somete a examen con
dificultades que El sabe que
nosotros podemos vencer.
Durante los momentos de
opresión, su “nafs” y su carne
habrán de sufrir, pero su
esencia debiera equilibrar ese
estado con paciencia (“sabr'”),
que es la compañera de la fé.
"Allah ama aquellos quienes son
pacientes."
Extraiga provecho de las
épocas de opresión (“qabd”) que
pueden ser los medios de
vigorizar su fe, acercándole a
su Creador, haciéndole Su amado.
No permita que lo envicien los
momentos de comodidades y
bienestar (“bast”), cuando todo
anda bien, olvidando a Allah en
su excitación y placer, y
haciéndose arrogante, pensando
que usted es la causa de su
éxito y su seguridad. Estas son
las épocas para recordar al
otro compañero de la fe, el
agradecimiento (“shukr'”).
“Adab”, la correcta conducta,
es el medio por el cual uno
logra
enfrentar y resolver los
problemas que pueden surgir
durante las
situaciones de opresión (“qabd”)
y liberación (“bast'”). Esto
impedirá que uno vaya a caer en un estado
de desorientación, confusión y
duda en las épocas de depresión
“qabd”, o en la exagerada
exuberancia en las épocas de
liberación, “bast”.
Mantenga una condición de
equilibro con el conocimiento de
que:
"todo lo bueno y todo lo malo
proviene de Allah,"
y que una aguda sabiduría,
desconocida para nosotros, está
dentro del juicio de Allah.
Ocurra lo que ocurra, ate su
corazón a las prescripciones de
Allah y al placer de Allah, y
continúe cumpliendo con sus
deberes como un buen servidor de
Allah.
Tales fieles, bien
equilibrados y serios, ganarán
seguramente, la ayuda de Allah,
su aprobación, y su amor.
" 'Abd al-Qábid" es el que
cierra su propio ser impidiendo
que
penetren influencias carentes de
mérito y colabora para que otros
así
lo hagan. Al mismo tiempo, él
sabe que no es correcto
aferrarse
demasiado estrechamente al ego
propio ni al de otros, ya que:
“Allah
es el Mejor Juez y sabe mejor”.
Si uno tomase el control de su
propio ego demasiado
fuertemente, sería como
intentar controlar el propio
destino. “Abd al-Qabid'” aferra
con la mano de Allah y tan
estrechamente como es la
voluntad de Allah, “al-Qabid'”.
"'Abd al-Basit" otorga con
largueza de sus esfuerzos, y de
aquello que posee, en acuerdo
con la voluntad de Allah, para
llevar alegría a los corazones
de los servidores de Allah. El
es generoso en el exterior y
generoso en su ser interior. En
él también se manifiesta el
secreto de al-Batin, la
Existencia Interna. El extrae a
la superficie aquello que es
interno en él y en otros, pero
en esto, así como en otras
acciones, él no ejecuta nada
que sea opuesto a la “sharia”,
los dictados de Allah.
El es el Degradador y el
Exaltador.
Allah El Más Elevado es el que
eleva Sus criaturas al honor y
la fama y el que puede
precipitarlas para que sean lo
más bajo de lo
bajo. A menudo este acto del
Creador se manifiesta en los
estados de aquellos quienes no
reconocen a Allah, se rehusan a
obedecer Sus reglas, y se
exaltan a sí mismos en
arrogancia, haciéndose tiranos
que pisotean los derechos de
otros. El que es degradado por
Allah solamente puede ser
elevado por El.
Allah es misericordioso. Un
tratamiento tal puede sacudir a
los irreflexivos y extraerlos de
su sueño. Entonces, no obstante
que sea doloroso, el estado de
degradación en manos de
“al-Khafid'” se convierte en un
gran don para quien despierta y
contempla la mano que eleva y la
mano que humilla.
Sepa que a pesar de que Allah
es quien exalta y quien degrada,
la causa es siempre usted. En Su
misericordia, El demora Sus
ásperas lecciones para que pueda
tomar consciencia y cambie su
dirección. Usted no ha de
sentirse seguro, ya que su
estado, sus acciones tanto
materiales como espirituales,
inequívocamente resultarán
siempre en la terrible
degradación o la recompensadora
exaltación.
Allah exalta aquellos que
tienen la conducta de ángeles,
que poseen dulces lenguas, que
prefieren dar antes que recibir,
que esconden las faltas de otros
en lugar de criticarles, a los
que construyen en lugar de
destruír,que son fuertes y sin
embargo apacibles. El los
dignifica iluminando sus
corazones con fe, conocimiento y
verdad, y hace que Sus criaturas
les amen y los respeten. En
tanto ellos persistan en sus
conductas iluminadas, Allah
eleva más y más su condición.
Pero a quienes se niegan a
reconocer el propósito de su
creación, permitiendo que sus
egos los cabalguen y les
conduzcan al desvío dentro de
las mentiras y el engaño,
armando trampas el uno al otro
peleando desembozadamente el uno
con el otro - son estos los
infieles que semejan animales
ataviados en finas vestiduras de
reyes. Ellos hacen montones de
ruidos y levantan un montón de
polvo; en esto sólo logran
atraer la atención, pero no son
nada más que perros luchando
por un hueso.
Allah el Degradador los
desviste de sus finos ropajes y
los muestra en su formas reales.
Es dable aguardar que ellos
aprendan; es de esperar que
ellos sirvan como lección para
otros.
"'Abd al-Khafid" se protege a sí
mismo y a otros de la
degradación. La protección del
servidor de Allah de las
influencias que causan
abyección es una oportunidad
para ver la Verdad.
"'Abd ar-Rafi'" contempla la
magnificencia del Creador en lo
creado, incluyéndose a sí
mismo, y con esta elevación a
más altos niveles de conciencia,
logra estar más cerca de Allah.
El es exaltado y a su vez él
exalta a otros que son dignos de
ello. Aquél que intenta elevarse
lo hace porque es su deseo y
ruega alcanzar la Beneficencia
de Allah. Aquél en quien el
nombre de ar-Rafi” , El
Exaltado, se manifiesta, a
menudo también recibe la
expresión del atributo de Allah
de ar-Rahim, el Benevolente; la
benevolencia llega a través de
él a todos cuantos le rodean.
El es el que honra y el que
humilla.
En honor y en humillación
existe la implicancia de
elevación y de caída. Aquél que
posee honor ha recibido un
estado de orgullo y dignidad
(“`'izzah'”). Pero esta
condición de orgullo y dignidad
obtenida desde Allah, El que
Honra, es muy diferente del
orgullo que el hombre imagina
que merece (“`kibr”'). El
orgullo y dignidad de quien es
honrado por Allah no es orgullo
de sí mismo, sino respeto
rendido al honor que ha
recibido, y a Aquél que lo ha
otorgado.
En verdad, él es aún un ser
humano. El necesita comer y
beber - y lo hace legítimamente,
y en buena medida. Es que Allah,
como porción del honor que El le
ha otorgado, le ha dado la
sabiduría y la alegría de
obtener las necesidades y los
gozos de este mundo con Su buen
placer .
Esa clase de servidor de Allah
no se desviar del permiso y la
complacencia de Allah ni
siquiera si ello trae aparejada
para él, la
muerte, porque dentro del don
del Honrador al honrado hay una
salvaguarda contra el
envilecimiento del divino don.
No obstante, el honor que uno
atribuye a sí mismo o que es
asignado a uno por otras
criaturas de Allah, es una
maldición que distorsiona
nuestra propia realidad,
haciendo que uno imagine
encontrarse en otro nivel
diferente del que tiene. El
conocimiento de uno mismo
conduce a uno a su Señor. Pero
imaginarse que uno mismo es otro
diferente de nuestro ser real,
conduce al Diablo. Su rasgo
distintivo es la arrogancia, la
causa de su expulsión de la
presencia de Allah. Ese fué el
primer acto de Allah en Su
manifestación del Humillador.
Luego se encuentran aquellos
que no poseen ni la dignidad y
el honor otorgados por Allah ni
el falso orgullo que ellos
mismos construyen, sino que son
indignos, desvergonzados y
degradados. Sus corazones están
ardiendo con la ambición de este
mundo. De ellos no proviene nada
bueno para cosa alguna, o para
nadie, porque son egoístas y
avaros. No tiene límite el grado
de humillación al que se
arrastrarán para mendigar los
bienes de este mundo. Al
endiosar las manos temporales
que les arrojan huesos, están
atribuyendo iguales a Allah y
por ello son culpables de
“shirk”.
Aquél que pide y espera de
Allah únicamente, sabe que todo
honor es Suyo y que solamente
puede provenir de El. Aquellos
que piensan ser los modeladores
de sus propios destinos y que
creen obtener lo que desean
por sí mismos, que buscan los
elogios de las criaturas y son
arrogantes - estos son los
seguidores del Diablo. Ellos
recibirán el castigo del Diablo,
y serán expulsados de la
presencia y la protección de
Allah.
Los que se rebajan a sí mismos
y adoran criaturas, esperando
recibir de ellas algo bueno,
serán aún más humillados por
Allah, y tiranizados por esos
seres a los que ellos toman por
sus dioses temporales.
" 'Abd al-Mu`izz" es honrado con
la amistad de Allah, elevándose
así a la cumbre más alta del
honor y de la fortuna, y
presentándose así a la creación
entera.
" 'Abd al-Mudhill" es aquél
quien es hecho un ejemplo de
degradación.
A menudo Allah manifiesta Su
atributo de humillador en Sus
enemigos.
El es quien lo escucha todo -lo
que viene desde los labios, lo
que pasa a través de las mentes,
lo que es sentido por los
corazones; el crujido de las
hojas en el viento, los pasos de
las hormigas y los tomos
moviéndose a través del vacío.
No existe obstáculo que impida
al sonido llegar hasta El, y en
medio de un casi infinito número
de voces hablando a la vez, no
hay ningún rumor que sea
registrado menos que otro.
“As-Sami”, el Escuchador de
Todo, es un atributo de
perfección, porque el caso
opuesto, la sordera, constituye
una imperfección. Hay dos
niveles de perfección. Uno es
la perfección absoluta, el otro
es la perfección relativa. La
perfección absoluta no depende
de medios, condiciones ni
limitaciones. La perfección
relativa se apoya en los medios
y las condiciones, y es
limitada.
En el universo, desde el
comienzo hasta el fin, desde un
confín hasta el otro, existen
una casi infinita cantidad de
sonidos y voces. Algunos son tan
fuertes como las más grandes
explosiones; otros son mínimos y
casi imperceptibles. Todos y
cada uno de ellos son escuchados
por el Escuchador de Todo, el
Omni-Oyente, uno por uno al
mismo tiempo, tan claramente el
uno como el otro. Esta escucha
no es ociosa, ya que todo es
registrado, los significados
comprendidos, las necesidades
satisfechas, las respuestas
dadas, respondidas las
llamadas, los errores
corregidos.
Si un tomo de esta infinita
capacidad para escuchar, es
dado al hombre, es a fin de que
le guíe hacia su perfección
absoluta. El no ha dado Sus
perfectos atributos, en
vestigios, en signos dentro y
alrededor nuestro, con el
propósito de que el hombre los
conozca. Es así, para que
podamos conocerlo a El, y
encontrarlo a El y amarlo a El y
ser con El. Pero cuando quienes
poseen los mejores oídos y la
más sensitiva maquinaria para
escuchar -si en algún momento
comienzan a comparar su
capacidad de escuchar, con la de
Allah el Omni-Oyente, se
convertirán en mentirosos. Peor
aún serán culpables de `shirk',
atribuyendo iguales a Allah.
No existe nadie como El en
cualquiera de Sus atributos y
manifestaciones. Las huellas y
signos de sus atributos dentro
del hombre y sobre el universo
son, en el mejor de los casos,
un reflejo, un símbolo, una
palabra, un medio, un sendero
para comprender y alcanzar la
verdad.
" 'Abd as-Sami " y " 'Abd
al-Basir" son aquellos que
escuchan y ven la Verdad con los
ojos y los oídos de Allah, como
El dice en un divino Hadiz:
"Mi servidor se acerca a mí con
su continua devoción hasta que
Yo lo amo y cuando Yo lo amo Yo
me convierto en sus oídos con
los cuales él escucha, y sus
ojos con los cuales él ve, y su
lengua con la cual él habla, y
su mano con la cual él toma".
El es aquél que Todo lo Ve.
El ve todo lo que ha
ocurrido, todo lo que es y todo
lo que será
hasta el fin del tiempo - desde
el momento cuando El indujo el
mar de
la no-existencia en “alam
al-lahut” hasta el Día del
Juicio y el Juicio Final. El ha
dado asimismo a Sus criaturas la
capacidad de contemplar Su
creación. Algunas de Sus
criaturas ven formas y colores y
movimientos mejor que los
hombres, pero El ha otorgado al
hombre un ojo del corazón,
para ver más profundamente que
el registro de la visión normal
-un ojo interno que ve al hombre
interno.
Ese ojo se llama “basírah”. No
obstante que nosotros no podemos
ver a Allah - únicamente El
puede verse a Sí mismo - con el
“basírah” somos capaces de
vernos a nosotros mismos. Al
hacerlo así, sabremos que a
pesar que no lo podemos ver a
El, El nos está mirando a
nosotros, viendo no solamente lo
que está en nuestro exterior,
sino también lo que está en
nuestras mentes y en nuestros
corazones. Aquél que se vé a sí
mismo y se conoce a sí mismo,
sabe que Allah lo vé.
Cuando usted se encuentra
delante de alguien a quien
respeta y teme, se comporta
apropiadamente, con buena
conducta; se para con respeto;
vigila lo que hace y lo que
dice. Sin embargo esa persona
solamente puede ver su exterior;
su respeto y temor dependen
únicamente de su interés
temporal mundano y de su
cuidado. El que le ha creado a
usted y a los anteriores, el que
verdaderamente controla su
vida, le sostiene, le ama, le
protege, tiene misericordia de
usted, está a su lado noche y
día, aquél de quien su vida
depende por la eternidad en el
Más Allá - El está más cerca
suyo que su vena yugular. El le
ha dicho con toda claridad a
travé de Sus profetas y en Sus
sagrados libros, lo que El
desea que haga, cómo El desea
que sea su conducta, hasta el
más mínimo detalle. Sin embargo
delante de Sus ojos, no vacila
en ejecutar los más vergonzosos
y desconsiderados actos, sin
respeto ni temor.
¿Es porque usted no lo vé a
El, que cree que Allah al-Basir
no lo
puede ver?