LOS MAS BELLOS NOMBRES
III
A L - M U ' M I N
A L - M U H A Y M I N
A L - ' A
Z I Z
A L - M U T A K A B B I R
A L - K H
A L I Q
A L - B A R I '
A L - M U
S A W W I R
A L - G H
A F F A R
A L -
Q A H H A R
A L - W A
H H A B
A R - R A Z Z A Q
El es el Iluminador de la luz de
la fé en los corazones.
El es el Sant¡simo Consolador,
el Protector de quienes toman
refugio en El. La fé es la
seguridad que protege a uno de
todos los peligros; en
consecuencia es el más grande de
los dones de Allah. La ausencia
de temor en el corazón del
creyente está en proporción al
grado de su fé.
Los hombres tenemos enemigos
que continuamente intentan
dañarnos, perturbar nuestra
paz, conducirnos al desvío. Los
peores de esos enemigos son
nuestros propios egos y el
maldecido Demonio. Los tiranos,
los calumniadores y los
envidiosos vienen después de
ellos. Cuando uno dice "Me
refugio en Allah", está tomando
refugio en el atributo de
“al-Mu'min”. El no rechaza a
nadie que se refugie en El. Sin
embargo, para tener fé en
“al-Mu’min”, uno ha de tener fé
para comenzar. Dentro del Islam
hay tres grados de fé:
1. Confirmación de nuestra fé
mediante nuestras palabras, de
modo que otros puedan escuchar
que nosotros creemos en Allah,
en Su Profeta (que la Paz y las
Bendiciones de Allah sean con
él) y en la verdad de todo
cuanto él hace y dice.
2. Confirmación por nuestros
propios actos; hacer aquello que
es legítimo, y abstenerse de lo
ilegítimo.
3. Confirmación por el
corazón; la firme creencia,
sin ninguna
condición ni duda, en la verdad
de las tradiciones del Profeta
(que la
Paz y las Bendiciones de Allah
sean con él).
Lo que es esencial es la fé en
el corazón. Si eso nos abandona,
quiera Allah protegernos, uno se
convierte en uno de los
infieles. Aquél que confirma su
fé con sus palabras mientras su
corazón no está con Allah es
un mentiroso. Quien retrocede
hasta actuar como si creyera, es
un hipócrita. Si él es un
creyente en el corazón, y por
alguna razón no puede
declararlo o no puede actuar de
acuerdo con su fé, es aún un
creyente.
Vigile su fé y sus acciones
como creyente. Este es el
reflejo de
“al-Mumin”. Sea aquél confiable
en el cual otros encuentran
seguridad.
Sea aquél que no niega ayuda a
quienes toman refugio en El, y
usted
degustará el sabor de
“al-Mu'min”, el Más Amparador.
" 'Abd al-Mu'min" es aquél a
quien ha sido dado refugio por
Allah de todos los desastres,
dolores y castigos. La
propiedad, el honor y la
vida de otros, está segura con
él y es puesta a cubierto por
este
servidor en quien el nombre de
“al-Mu'min” se ha manifestado.
El es el Protector y el
Guardián. El es aquél que vela
por la evolución y el
crecimiento de Su creación,
conduciéndola adonde ella
está destinada a ir. Nada escapa
a Su atención ni por un momento.
El
es aquél que vigila las buenas
acciones y las recompensa
íntegramente. El cuenta los
pecados con exactitud, sin
añadir a su castigo ni aún por
una cantidad del tamaño de un
grano de mostaza.
Uno puede hallar el reflejo de
“al-Muhaymin” en uno mismo por
medio de la consciencia y
de la atención -a través de
la vigilancia concentrada de
nuestras propias acciones,
palabras, pensamientos y
sentimientos, y mediante la
intención de controlarlos.
"'Abd al-Muhaymin" es aquél que
ve la existencia y las leyes de
Allah en todas las cosas. Como
expresión del nombre
“ya Muhaymin” ‚él vigila sobre
sí mismo y sobre otros,
salvaguardándolos contra el
error y ayudándoles en la
obtención de las cosas a las que
ellos tienen derecho.
El es el Victorioso a quien no
existe fuerza que lo pueda
sobrepujar.
No existe ninguna fuerza en este
universo que pueda resistirse a
su
voluntad. “Al-'Azíz” aparece a
menudo en el Sagrado Corán en
relación versículos sobre
castigo. No obstante que el
poder de Allah es victorioso
sobre todo, como el verdadero
victorioso, El demora el
castigo. El no se apresura a
destruír a quien persiste en la
rebelión y el pecado.
Aquél que es fuerte, pero no
hace uso de su fuerza, alguien
que no es vengativo, refleja el
hermoso nombre de “al-'Azíz”.
Uno puede
descubrir las huellas de
“al-'Azíz” en sí mismo, al ser
capaz de
suprimir las demandas de su
propio ego y carne. También, se
debe
buscar la satisfacción de las
propias y legítimas necesidades
a través
de medios limpios, honestos y
rectos. Si uno permanece dentro
de los límites de la sabiduría y
la perspicacia en todos sus
pensamientos y acciones, es
posible ver una porción del
atributo de Allah de “al-'Azíz”
" 'Abd al-'Azíz" es aquél a
quien Allah ha conferido
seguridad de todos los ataques y
poderes, y al mismo tiempo le ha
garantizado la victoria sobre
cuanta potencia se le oponga.
El es el Reparador de lo roto,
el Completador de lo
insuficiente,
aquél que puede forzar Su
voluntad sin ninguna oposición.
Hz. 'Ali (Quiera Allah ser
complacido con él) acostumbraba
a orar:
“Ya Jábbira kulli kasírin wa
ya musahilla kulli 'asírin"
“Oh Jabbár, aquél que une todo
lo que está roto y aquél que
trae alivio a cada dificultad."
Al mismo tiempo El es aquél
que es capaz de imponer su
voluntad en todo tiempo y lugar
sin oposición ninguna. Esta
energía hace del sometimiento
una necesidad. Su fuerza está
dentro del destino de toda Su
creación. El sol no puede decir,
"Yo no me alzaré nuevamente". El
viento no puede decir, "Yo no
soplaré nuevamente". Sin
embargo al hombre le es otorgada
la elección. También se le
confiere la sabiduría para saber
lo que es bueno y lo que es
malo. Le es dada la libertad; no
obstante, el propósito de su
creación es conocer a Allah,
el encontrar a Allah y el
convertirse en el servidor de
Allah. Pero esto no le es
forzado. Allah lo ha dejado a su
libre albedrío.
Uno encuentra “al-Jabbár” al
saber que Allah es el único
lugar para acudir a reparar sus
esperanzas destruídas, para
hallar paz en la confusión en la
que está sumergido. En estas
desgraciadas ocasiones de
desobediencia y revuelta, si
uno corre para tomar refugio en
la misericordia de Allah, antes
de la llegada de Su castigo (del
cual no existe fuerza capaz de
salvarlo ni lugar adonde
esconderse), podrá así descubrir
en este sentimiento el reflejo
de Allah el Vigoroso.
" 'Abd al-Jabbár" es aquél que
refleja la fuerza de Allah, el
que
domina todo e impone la voluntad
de Allah en la creación material
y en
la espiritual.
El
es el Más Grande, quien muestra
Su grandeza en todas las cosas,
en todas las ocasiones. La
manifestación de la grandeza
corresponde únicamente a Allah.
En la creación, cuya existencia
o no existencia depende de la
voluntad y de la sola orden de
Allah, nadie tiene derecho a
asumir este nombre.
De toda la creación, el primero
que se convirtió en arrogante y
reclamó la grandeza para sí, fué
el maldecido Diablo. Después se
ubican aquellos que han seguido
al Diablo, los que piensan que
les pertenecen el poder, la
inteligencia, el conocimiento,
la posición, la
fama y la fortuna que Allah les
ha prestado de manera
momentánea, convirtiéndose de
tal modo en orgullosos.
Si el hombre pensara sobre su
comienzo y su fin, que están muy
cerca el uno del otro,
recordaría que su "antes" fué
una gota de esperma
transplantada desde el trayecto
urinario de su padre a su
madre. Su fin será el
convertirse en un flojo, frío y
amarillo cadáver que no puede
ser soportado ni siquiera por
aquellos que lo amaron, y que
habrá de ser arrojado adentro de
un hoyo de la tierra.
¿Dónde se encuentran los
Faraones, los Nimrods,
Napoleones y Hitlers?
“`Al-Mutakabbir'” es un honor
apropiado únicamente para
Allah. El que es creado no
puede asumir este atributo.
Allah al-Mutakabbir es el
adversario del hombre
orgulloso. El lo humillará ,
haciéndolo el más
bajo de los bajos. De la misma
manera en que lluvia que
proviene de
los cielos no se reúne en las
cimas de las altas montañas, las
bendiciones y la compasión de
Allah se congregan en los
lugares bajos.
Aquellos que tienen el deseo
de sentir el divino atributo de
“al-Mutakabbir'” lo hallarán
únicamente cuando trabajen
duramente en
tratar de alcanzar el más alto
nivel de su potencial, mientras
que al
mismo tiempo jamás hagan alarde
o ni siquiera revelen su
grandeza.
"'Abd al-Mutakabbir" es aquel al
que le ha sido mostrada su
propia pequeñez y la grandeza de
Allah. Su egoísmo y orgullo son
borrados y reemplazados por la
grandeza de Allah en él
reflejada. El está a salvo de
ser rebajado y se inclina
solamente ante la Verdad.
El es aquél que crea a partir de
la nada, dando existencia al
mismo tiempo a los estados,
condiciones y sustento de todo
lo que El ha creado. El
establece, cómo, cuándo y dónde
tendrá lugar la creación. El
crea de acuerdo con este orden.
Todas las cosas desde el
comienzo hasta el fin de las
existencias creadas han sido
establecidas en bondad y
sabiduría. De acuerdo con el
perfecto orden todo sigue el
sendero que le ha sido
prefijado. No hay accidentes en
el universo.
Allah al-Khaliq no tenía
necesidad de la creación, ni
tampoco El recibe ningún
beneficio de ella. Quizás la
razón para la creación es
que El puede reconocer Su
eterna voluntad de grandeza y de
poder, y ver Su propia belleza y
perfección. Porque El dice:
"Yo era
un tesoro escondido. Yo amaba
ser conocido, de manera que Yo
creé‚ la creación."
Allah existía. Nada existía
con El, sin embargo no había
nada faltante o ausente antes de
que El creara la creación.
Cuando El creó el universo, nada
fué añadido, ni fué ninguna cosa
disminuída.
El hombre, la creación
suprema, debiera saber que
"Allah ha creado todo para el
hombre, y al hombre para Sí
Mismo". Toda la creación, y el
orden que sigue, son
enteramente caridad y
sabiduría. Uno debe hallar
estos dones y esta sabiduría,
usarlos, y sentir la bendición
de ser una parte de esta
creación, la cual es un reflejo
del Creador.
"
'Abd al-Kháliq" es aquél a quien
Allah ha asignado la capacidad
de ejecutar todo de acuerdo con
la voluntad de Allah”.
El es aquél quien ordena Su
creación con perfecta armonía -
no
únicamente cada cosa en
conformidad consigo misma, sino
cada unidad de acuerdo con las
demás. Este universo que parece
infinito trabaja como un reloj.
Todo es para uno y uno es para
todos. Vea como cada parte
dentro suyo está conectada,
trabajando en unión, y como,
cuando una porción falla, lo
demás es afectado en su
integridad.
Las funciones de uno y de todo
dependen cada una de la otra.
Intente llevar a cabo que esta
armon¡a dentro de su naturaleza
se manifieste en su vida. Allah
al-Bari' brindó a usted
inteligencia para ayudarle a
conocer a su Creador. El
también le dió una libre
voluntad y elección de modo tal
que usted puede elegir lo
correcto por sobre lo erróneo.
Pero si usted utiliza su
voluntad para optar por lo
incorrecto, y su mente para
negar la existencia del Creador,
entonces estará intentando
destruir la armonía universal;
usted terminar destruyéndose
a sí mismo.
" 'Abd al-Bári " es aquél que
está a salvo de la
incongruencia, error, injusticia
y confusión. El es llevado a
actuar en perfecto orden,
regularidad y uniformidad con
las divinas leyes que están en
acción en
la naturaleza; él es asimismo
capaz de ayudar e inspirar a
otros para
hacerlo así. El atributo de “`ya
Bári” , aquél que otorga la
armonía,
es en realidad parte del
atributo de Allah “ar-Rahmán”,
el Clemente.
Como está mencionado en la Sura
Arman:
"Tú no
ves inconsistencia alguna en la
Creación del Clemente. Entonces
observa nuevamente, puedes tú
ver alguna incoherencia."
Por lo tanto, “Abd al-Bári'' es
benevolente en su armoniosidad.
El artista perfecto que da a
todas las cosas la más única y
bella
forma es “al-Musawwir'”. El es
aquél quien sin usar ningún
modelo,
configura todo de la manera más
perfecta. No hay dos cosas que
sean idénticas -observe sus
huellas dactilares. Cada, y toda
creación es una creación
elegida, una expresión de la
infinita compasión y
sabiduría de Allah.
Estos tres bellos nombres de
Allah - El Creador, el Hacedor
de la Perfecta Armonía, el
Modelador de la Unica Belleza -
son los atributos de Allah que
se manifiestan de la manera más
cercana y vivida en el hombre.
El ser humano hace, construye,
modela muchas cosas hermosas y
útiles, manifestando ser dueño
de estos atributos -pero su
juicio es erróneo.
El artista afirma "crear"
belleza. El ingeniero "inventa"
una
máquina voladora. Piensan que
son ellos quienes hacen esto.
Inclusive olvidan los otros
hombres que podrían reclamar
que "crearon" la pintura y el
pincel, y las ciencias de la
geometría, física y matemáticas,
sin las cuales la "creación" de
su "creación" no podría haber
sido posible. Descuentan, no
toman en cuenta las fuentes que
produjeron los materiales para
esa "creación."
“Quién creó la mente, los ojos,
y las manos que unieron todo
esto? Aquello que el hombre hace
se apoya en muchas condiciones,
materiales y colaboradores
humanos. El acto creativo de
Allah no depende de ningún
modelo, material, tiempo,
herramienta, ayudante, o de
ninguna otra cosa. Cuando El
crea, El dice “Kun”, "¡Sé !" , y
un universo entero aparece. El
tesoro de Allah est entre dos
letras, "K" y "N",no entre "S" y
"E". Lo que el hombre debe
hacer, en lugar de afirmar que
es un "creador", es tratar de
ver el divino poder de la
creatividad. El debiera intentar
conducir a otros que buscan
encontrar Allah -Khaliq, al-Bari
, al-Musawwir, y ayudarles a
hallarlo a El a través de Sus
manifestaciones creativas.
" 'Abd al-Musawwir" es el
hacedor de cosas de acuerdo con
la belleza que se manifiesta en
todo lo que Allah ha creado,
porque ninguna belleza es
posible en oposición a la que es
creada por Allah, o diferente
de ella.
El es
aquél que acepta el
arrepentimiento y perdona. Si
uno es
culpable de la interrupción de
la armonía dentro de sí mismo y
alrededor suyo, lo cual es
quizás el pecado más grande,
pero se da
cuenta, desea e implora la ayuda
de Allah para no hacerlo
nuevamente, si pide con
lágrimas de vergüenza y suplica
a Allah al-Ghaffar por
absolución, Allah le perdonará y
quizás transforme su pecado en
una buena acción.
Un pecador es como un pobre
individuo que ha caído dentro
de una cloaca. “¿Cuál es la
primera cosa que él debe hacer?
No se puede enfrentar a otros en
tales condiciones, ni él mismo
se soporta así. Ha de lavarse y
limpiarse, a menos que esté
insano, y no se de cuenta de su
ofensiva condición. El jabón y
el agua con los cuales podremos
lavar nuestro interior es el
arrepentimiento. Ay de
aquellos quienes no ven ni
huelen la sucia fetidez que
llena sus interiores!
El arrepentimiento es entre
cada persona y Allah; nadie más
necesita escucharlo. Ni siquiera
precisa ser pronunciado. Allah
conoce lo que pasa a través de
nuestro corazón. La contrición
también debe estar acompañada
por una firme intenció de no
hacer nuevamente el acto
pecaminoso. El signo de la
aceptación desu arrepentimiento
y el otorgamiento del perdón por
Allah al-Ghaffar, es que El no
le permitirá repetir esa errónea
acción.
" 'Abd al-Ghaffar" es aquél a
quien es dada la cualidad de
perdonar una falta, cubrirla y
ocultarla a otros, o de tener la
compasión de no ver una falta
como tal. El hace esto, en casos
y a personas a quien Allah, el
Perdonador, ha perdonado.
El
es el Siempre-Dominador, el que
ha rodeado toda Su creación
desde lo exterior y en lo
interior con Su poder
irresistible. Nada puede escapar
a El. Los mundos y los cielos
inclinan sus cabezas delante de
El. ¡Cuántos universos, razas y
naciones ha destruído El como
castigo!
Allah compensa Su atributo de
“al-Qahhar” con Su atributo de
“al-Latíf”. Ambos están el uno
dentro del otro. El también ha
creado
las causas y los medios que
separan Su punitiva, destructiva
fuerza,
de Su delicada y amante sutileza
(“al-Latíf”). El ha creado los
medios
de la fé, la sinceridad, la
justicia, la compasión, la
generosidad, la
sabiduría, y otros hermosos
rasgos sobre los cuales brilla
la luz de
“al-Latíf”. El ha creado las
causas de la rebelión, la
negación, la
arrogancia, la ignorancia, la
tiranía y la hipocresía, sobre
las cuales es reflejada la
obscuridad de Su terror.
Intente encontrar las huellas
de estas causas ascendentes y
descendentes, y estos dos
espejos - uno pleno de luz, el
otro, de
total obscuridad - en usted y
alrededor suyo. Nosotros tomamos
refugio de Allah al-Qahhar en
Allah al-Latif.
"'Abd al-Qahhar" es aquél a
quien es dado el poder de borrar
la tiranía. Nada lo puede
influenciar ni nadie lo puede
vencer. El se hace todo-poderoso
para ejecutar aquello que es
correcto.
El es el donador de todo, sin
condiciones, sin límites, sin
pedir
ningún beneficio ni retorno,
dando cada cosa a cada uno, en
todo
lugar, siempre. El brinda dinero
a los pobres, salud a los
enfermos,
hijos a los que son estériles,
libertad a los atrapados,
conocimiento
a los ignorantes.
Desde la más mínima carencia
hasta la más grande de las
fortunas, El es el creador de
todo - de aquél que está en
apremios, de sus necesidades, y
de la satisfacción de las
mismas. Si “al-Wahhab” no fuera
un dador tal, nadie recibiría
nada jamás.
Cuando “al-Wahhab” le da a
usted, nadie puede impedir que
esos bienes lleguen a usted. Y
cuando El le da a algún otro,
ninguna fuerza en el mundo
podría lograr que esos bienes se
desviasen para llegarle a usted.
Allah ha dado vida a una
creación de donadores que dan
sin espera nada en cambio. Pero
al no ser creadores de las cosas
que brindan por medio de sus
manos, no son más que signos del
atributo de Allah de
“al-Wahhab”. Un hombre, como un
árbol, puede dar solamente
tanto, para unos pocos, y
únicamente por un tiempo
limitado. Los que reciben de
ellos les aman y les están
reconocidos. “Cuánto
agradecimiento más, es entonces
debido a aquél que dá
infinitamente a toda Su
creación?
Un hombre da, pero está en
necesidad de una respuesta, al
menos del reconocimiento o
agradecimiento de quien recibe.
Por encima de todo, precisa
recibir la cosa a fin de
darla. Un árbol que da fruta,
una cabra que da leche, precisan
cuidados, agua, alimento.
Allah no necesita de nada, de
modo que El es el verdadero don.
" 'Abd al-Wahhab" es aquél a
través de quien Allah da lo que
El
desea. El se hace el donador de
inifinitos presentes, por ningún
propósito en particular, a
aquellos que están en
necesidad, y son
meritorios, sin esperar nada en
retorno.
El es el Sustentador. El
Sustento se necesita para
mantener la creación. Hay un
sustento físico y un sustento
espiritual. En el caso
del hombre, uno debería tomar
como sustento físico no
solamente el alimento, la
bebida, el aire y las ropas sino
también nuestra madre y
nuestro padre, esposo o esposa y
asimismo los hijos. Aún nuestras
posesiones y conocimientos son
parte del propio sustento.
Todo lo que está comprendido
en lo que llamamos leyes
naturales, está también
incluído en el sustento
material. No existe nada
desocupado o inútil en el
universo. Cada creación es, por
sí misma, un tesoro, tal como
está indicado en la ayat:
“Rabban ma khalaqta hadha
batilan”
"Nuestro Señor, Tú no has
creado este universo en vano"
(3:190) .
Todo sustento material es puro
en su origen. Unicamente si es
manchado por la mano del hombre
se convierte en indeseable,
repudiable e ilegitimo. Por lo
tanto el hombre ha de buscar
primeramente y encontrar, los
elementos de sustento en todas
las cosas. Aquél que no puede
recibir su sustento porque no
hace ningún esfuerzo, es de los
carentes de sostén, lo que
constituye una maldición. Y
nuevamente, si un hombre
mancilla por sus sucias manos el
sano sustento que le es dado, él
es de aquellos que participan de
lo que es ilícito.
Los sustentos espirituales
están contenidos en los libros
sagrados, pero algunos de esos
textos, no obstante ser
originalmente puros, han sido
manchados por las manos del
hombre. No es así con el Sagrado
Corán, el último y final libro
sagrado, que no ha sido
alterado. Ni siquiera un punto
ha sido cambiado. De la misma
manera que uno ha de hacer
esfuerzos para ganar sustento
material, uno recibirá su
sustento espiritual del Sagrado
Corán a un grado igual a la
extensión de sus propios
esfuerzos.
" 'Abd ar-Razzaq" es aquél a
quien Allah ha hecho rico. El se
convierte en una fuente para que
otros ganen sus sustentos con
facilidad y en abundancia.