Tras los pasos del Bien-amado
Episodio 6: La primera semana después de la Revelación
Antes de seguir con la biografía del
Profeta (Sira), me gustaría preguntarte cómo te va
Ramadán. ¿Estás contento? ¿Te sientes más próximo a
Al·lâh? ¿Cómo van tus oraciones nocturnas y cómo va tu
súplica? ¿Cómo va la lectura del Corán? ¿Cuántas veces
piensas completar su lectura? Estamos ahora en el sexto
día de Ramadán, lo que significa que casi la cuarta
parte del mes ha pasado.
Puedo imaginar a Ramadán diciéndonos:
"Vendré y me iré, tanto si te gusta como si no, tanto si
has adorado a Al·lâh como si Le has desobedecido. Pero
cuando me vaya, tomaré una parte de tu vida conmigo.
Vendré todos los años y tomaré una parte de tu vida y
así hasta que te mueras. Entonces, seré una de las
razones de tu éxito o de tu remordimiento."
Un joven me conmovió cuando me escribió
diciendo que se había imaginado que Ramadán era para él
como una última oportunidad, que había hablado con
Al·lâh y le había dicho que reconocía que era malo y le
pedía una última oportunidad… Entonces, Al·lâh le había
dado el mes de Ramadán como su última oportunidad".
¿Por qué no imaginamos que Al·lâh nos ha dado también
esta última oportunidad para adorarLe como nunca lo
habíamos hecho antes?
Ahora permitidme volver a nuestro
episodio. Hoy, nuestro episodio consta de un solo tema:
"La primera semana después de la revelación".
Me gustaría pedirte hoy que utilizaras
tu imaginación, y visualizaras qué hizo el Profeta, que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, en esa
primera semana. Quiero que le veas correr bajando de la
montaña, sintiendo miedo, temblando de frío. Volvió a
casa cansado y sudoroso, diciendo a su esposa,
¡"Cúbreme, cúbreme"! ¿Puedes imaginar lo que el Profeta
estaba sintiendo? Quiero que sigas visualizando su
estado. Sentía frío y miedo. Este hecho demuestra por
sí solo que no sabía todavía que él era un Profeta o que
la criatura que le había visitado era el ángel Gabriel.
Ni siquiera sabía si lo que le había pasado era bueno o
malo. Estaba asustado porque Gabriel se le apareció en
su forma de ángel y no en su forma humana. Eso debe
haber sido verdaderamente sobrecogedor para el Profeta,
sobre todo cuando recordamos la aleya en que Al·lâh Dice
lo que se puede traducir como: " Si hubiéramos
hecho descender este Corán a una montaña, la habrías
visto humillada y partida en dos, por temor de Al·lâh.
Estos son los ejemplos con los que llamamos la atención
de los hombres para que puedan reflexionar."; (Sura59,
aleya 21) [1]
Cuando su esposa le preguntó qué había
pasado, le dijo: "Temí por mi propia vida” y empezó a
narrarle la extraordinaria experiencia que había vivido.
¿Cómo respondió la Señora Jadiya? Su respuesta fue
rápida y firme. Ella dijo, "¡No, Por Al·lâh! ¡Al·lâh
nunca te deshonraría! Mantienes la relación con tus
familiares; apoyas y ayudas al débil; ayudas al pobre y
al necesitado; eres generoso con los invitados y
soportas las injurias en el camino de la Verdad”.[2].
Fue reportado que el Profeta al oír sus palabras se
relajó y se tranquilizó.
Estas palabras contienen un significado
precioso. Quiero aconsejar a las mujeres una fórmula que
consta de tres habilidades que les ayudaran a conservar
a sus maridos a su lado. Como sabéis, hay numerosas
tentaciones en este mundo y la vida es difícil. Por
consiguiente, si quieres conservar a tu marido, y hacer
que nunca desee abandonarte, haz como tu madre Jadiya
hizo.
¿Qué hizo la señora Jadiya, aunque no
tenía una solución para él?
1-
Le
dio firmeza y levantó su moral.
Los hombres son fuertes como norma general, pero cuando
un hombre encuentra algunos problemas o algo le sale
mal, necesita que su esposa le conforte, incluso aunque
ella misma se sienta débil en esa situación. Entonces,
ella será los brazos que siempre le amparan y en los que
puede refugiarse. Cuando un hombre siente el apoyo de su
esposa, no te puedes imaginar la enorme energía que
adquiere. Glorificado Sea Al·lâh que ha creado al hombre
y a la mujer complementarios el uno con respecto del
otro. Al·âh Dice lo que puede traducirse como:
"¡Hombres! Temed a vuestro Señor, que os creó a partir
de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a
partir de ambos muchos hombres y mujeres. Y temed a
Al·lâh, por Quien os pedís unos a otros, y respetad los
lazos de sangre. Realmente Al·lâh os está observando",
Sura de las Mujeres, aleya 1.
2-
La segunda cosa
que hizo la señora Jadiya, después de darle ánimo y de
recordarle sus grandes cualidades fue escucharle.
Daos cuenta de que muchas mujeres cuando se encuentran
en esta situación lloran y lamentan el infortunio de sus
maridos, lo cual aumenta aún más su preocupación. No,
primero debes tranquilizarlo, y después, escucharlo. La
señora Jadiya le escuchó. Sabéis, un hombre cuando llega
el final del día está cansado del trabajo y desea hablar
con alguien íntimo a él. ¿Quién es más íntimo al hombre
que su esposa? Él desea hablar contigo, y tú debes
escuchar atentamente sin hacerle reproches. Si el hombre
siente que cada vez que habla con su esposa ésta le
critica, dejará de explicarle sus problemas o sus
sentimientos, y buscará a alguien fuera de casa para
hablarle; y ya sabes a donde puede llevar eso. La
señora Jadiya solía escucharle sin reprocharle nunca
nada. Por eso el Profeta se dirigió a ella, en vez de
buscar a su tío o a su mejor amigo, como hacen tantos
hombres hoy. Estos hombres están equivocados. No dan a
su esposa la oportunidad de estar a su lado, no hablan
con ella.
3-
Compartir sus intereses.
¿Cómo puedes acercarte a tu marido si no tenéis nada en
común, si no compartís vuestros intereses? Cuando el
Profeta estaba en la Cueva de Hira', la señora Jadiya
hubiera podido perfectamente enviarle la comida por
medio de los criados en lugar de ir ella misma. Sin
embargo, prefirió compartir esta experiencia con su
marido. Así, cada diez días iba hasta la cueva y se
quedaba allí con él durante dos o tres días. No quería
que aquella separación temporal supusiera una brecha más
grande entre ella y su marido. Pero observa que la
señora Jadiya solía quedarse sólo dos o tres días, y no
todo el periodo, porque lo que quería era compartir su
experiencia, acercarse más a él, pero sin estorbarle.
Algunas mujeres continúan tratando a sus
maridos de la misma manera que solían hacer durante los
primeros días del matrimonio. No comprenden que sus
maridos van evolucionando. De esta manera, el hueco se
va ensanchando hasta que desaparece la comunicación
entre los dos.
Éstos son los tres rasgos de la fórmula
que te aconsejo seguir. Creo firmemente que si te
propones imitar a tu madre Jadiya, puedes comportarte
como ella: primero, dando ánimo y apoyo a tu marido;
segundo, escuchándole y tercero, compartiendo con él
sus intereses.
Compara la postura que adoptó la señora
Jadiya en esa difícil situación con respecto a su
marido, y tu reacción en un caso parecido. ¿Cuál sería
tu posición con respecto a la señora Jadiya? Podrías
decir: "¡Pero el marido de Jadiya era el Profeta!". Te
contestaré diciendo: compórtate con tu marido como ella
lo hacía con el Profeta, para que tu marido intente
seguir los pasos del Profeta. Sólo pruébalo y verás que
tu marido, al fin y al cabo, te necesita. Él necesita
hablar contigo y necesita que le escuches.
Observa que el Profeta amó a la señora
Jadiya hasta después de su muerte y eso debido a su
noble conducta. Fíjate en qué se concentró la señora
Jadiya cuando alabó las cualidades del Profeta. No
insistió en el hecho de que era religioso, sino en su
buena moral. Las virtudes morales son muy importantes.
Actualmente, la gente en el mundo árabe
es de dos tipos:
1-
Religiosos con una baja moral.
2-
Personas con una noble moral pero que no son religiosos.
Ninguno de los dos es aceptable. El
religioso con malos modales hará que la gente se aleje
de la religión a causa de su mal comportamiento. El
segundo dará a la gente una impresión errónea, es decir,
les confundirá, les hará creer que la religión no es
importante con tal de que los modales sean buenos. ¿Por
qué no podemos ser las dos cosas: religiosos y con
buenas maneras?
Hay muchos Hadices que invitan a adoptar
las virtudes morales. En uno de ellos, el Profeta dijo,
"El hecho más pesado en la balanza del creyente en el
Día de Juicio es su buena moral".
[3] En otro dijo, "Los
más perfectos en la fe, entre vosotros, son
aquéllos que tienen la mejor moral".
[4] En otro dijo, "La
cosa más común que lleva la gente al Paraíso es
la piedad y la buena moral " (Tirmidhi) y todavía en
otro dijo, "El más querido y más íntimo a mí en el
Día de Juicio será aquél de entre vosotros, que tiene la
mejor moral".
[5]
Ahora, Mira la confianza que tenía la
Señora Jadiya en Al·lâh. Dijo: "No, por Al·lâh, Al·lâh
nunca te deshonrará". ¿De dónde le vino esa confianza?
Se dio cuenta de que las buenas acciones nunca se
pierden. Si alguna vez pasas por tiempos duros en tu
vida, recuerda las palabras de tu madre Jadiya, y sabrás
que Al·lâh nunca te deshonrará si haces buenas acciones.
Haz todas las cosas buenas que puedas, y puedes estar
seguro de que Él nunca te deshonrará.
El profeta dijo a la señora Jadiya:
"Temí por mi propia vida", le contestó "No, por Al·lâh,
Al·lâh nunca te deshonrará". ¿Por qué? Porque el profeta
tiene buenas cualidades.
¿Sabes ahora quién era la señora
Jadiya?
¿Qué hizo más tarde? ¿Lo tranquilizó y
ya está? No, una narración nos dice que le tomó de la
mano, y dijo: "Vamos a consultar esto con alguien". ¿Ves
qué positiva era?
¿Pero a dónde lo llevó? Le dijo: "Tengo
un primo cuyo nombre es Waraqa Ibn Nawfal. Se trata de
un hombre muy anciano, tiene casi noventa años, pero es
un hombre sabio que ha estudiado la Torá y el Evangelio
muy bien". La señora Jadiya quiso consultarle.
Waraqa Ibn Nawfal era un hombre muy
anciano que había perdido la vista a causa de su
dedicación exhaustiva a la lectura de la Torá y el
Evangelio. Era el único cristiano en Meca. No se
interesaba por los ídolos de Quraysh. Creyó en el
verdadero Cristianismo. Es posible que Al·lâh le hiciera
llegar hasta esa avanzada edad sólo para decir al
Profeta estas palabras. ¡Glorificado Sea Al·lâh Quien le
hizo estudiar tanto, saber la verdad y decirla!
¡Glorificado Sea Al·lâh Quien hizo que el primer hombre
que dio al profeta la buena nueva de la profecía fuera
un cristiano!
Permitidme que me detenga aquí un
momento para ver a quien ha ido a ver la Señora Jadiya:
ha ido a ver a un experto que era fidedigno. Me gustaría
decir eso a los jóvenes que piden el consejo a personas
que no son fidedignas; personas que pueden llevarlos al
camino de la pérdida y la violencia. Me gustaría
decírselo a los jóvenes que hacen las cosas sin saber si
son buenas o malas. ¿Has consultado a una persona
fidedigna?
Aprende a consultar, aprende de tu madre
Jadiya.
La señora Jadiya fue con el Profeta a
casa de su primo Waraqa Ibn Nawfal y le dijo: "primo,
escucha a tu sobrino". El Profeta empezó a contar lo que
le había sucedido, que había visto una criatura
extraordinaria - no le dijo que era un ángel porque
todavía no lo sabía. El Profeta estaba hablando y Waraqa
escuchaba atentamente. Waraqa a veces se asombraba y a
veces sonreía. Estaba escuchando lo que los Libros
Sagrados explicaban sobre el último profeta que había
de llegar. Cuando el Profeta acabó de explicarle todo lo
que le había sucedido, Waraqa respondió sólo con cuatro
frases. La reunión duró aproximadamente 20 minutos, y no
más. Era una reunión corta para que nadie dijera que el
Profeta había aprendido la religión de Waraqa.
Escuchemos lo que le contestó. Quiero
que te imagines cómo se sentía el Profeta mientras lo
escuchaba. Dijo lo siguiente:
1-
Tú eres
el profeta del Final de los Tiempos, eres el profeta de
esta nación.
2-
Te
ha visitado el mismo que guarda los secretos (el ángel
Gabriel) que Al·lâh había enviado a Moisés (Musa).
3-
Tu
gente te tratará de mentiroso, te herirá, te golpeará,
luchará contra ti y te expulsará.
4-
Me
gustaría ser joven para llegar a la época en que tu
pueblo te expulsará de tu tierra.
El Profeta en ese momento le interrumpió
por primera vez para decirle: "¿Mi pueblo me expulsará?"
Waraqa dijo: “Sí. Cualquier hombre que ha venido antes
de ti con algo similar a lo que se te ha dado, ha sido
tratado con hostilidad. Si yo veo ese día, te ayudaré
íntegra y sinceramente”.
Analicemos lo que Waraqa Ibn Nawfal
dijo. Sus palabras son extraordinarias, y merecen
escribirse con oro, como dice el refrán.
La primera frase:
“Eres el Profeta de la última era. Eres el Profeta de
esta nación”. Quiero que imagines cómo se sentía el
Profeta al oír estas palabras: "¿Yo? ¿Yo? ¿Yo soy el que
Al·lâh ha escogido para ser profeta? ¿Soy el último de
los profetas, y por consiguiente el mejor? ¿Yo seré el
responsable de reformar la tierra?"
¿Por qué? Seguro que el Profeta se hizo
esta pregunta: "¿por qué yo?" La respuesta vendría
pronto en la aleya en la que Al·lâh Dice lo que se puede
traducir como: "Pero Al·lâh sabe mejor donde pone Su
mensaje”, Sura de los Rebaños, aleya 124.
Fíjate que nuestro señor Gabriel todavía
no le había dicho que él sería un profeta. ¿Por qué?
Porque el Profeta no habría podido asimilarlo viniendo
de un ángel. En cambio, si es un humano como él quien se
lo dice, le es más fácil de absorber. Si alguna vez
encuentras que alguien consigue un trabajo u otra cosa
en tu lugar, no te sientas enfadado o frustrado,
simplemente recuerda esta aleya.
La segunda frase:
"El que has visto es Gabriel”. "¿El que he visto y me ha
sostenido tan fuerte era un ángel?” Sí, es un ángel, y
se quedará contigo durante 23 años en los que estaréis
comunicados.
La tercera frase:
"Tu pueblo te tratará de mentiroso, te herirá, te
golpeará, luchará contra ti y te expulsará”. Te hará
daño e intentará asesinarte varias veces. ¿Sabes cuántas
veces intentaron matar al Profeta? ¡9 veces! ¿Pero cómo
Waraqa pudo afirmar eso con tal certeza? Él sabía que el
camino de la verdad es así. El camino de la verdad se
cruza con los intereses de los opresores. Ellos no
permitirán que la verdad y lo bueno prevalezcan. Estás
trayendo la verdad, entonces, ellos no te dejarán.
La cuarta frase:
"Me gustaría ser joven para llegar a la época en que tu
pueblo te expulsará de tu tierra”. El Profeta le
preguntó: “¿Es que ellos me expulsarán'?, ¿por qué me
expulsarían de mi tierra natal? ¿Qué habría hecho? ¿Qué
mal habría hecho? Waraqa contestó: " Cualquier hombre
que ha venido con algo similar a lo que se te ha
entregado a ti ha sido tratado con hostilidad". Y esto
sirve para los jóvenes que dicen que desean que suceda
el Renacimiento de la Nación Musulmana: el camino de la
reforma está lleno de sacrificio, paciencia y entrega.
Esa es la regla, y eso es exactamente lo que dijo Waraqa
Ibn Nawfal al Profeta. Pero ¿cómo sabía que sucedería
todo eso? Porque sabía que la historia de todos los
profetas había sido así. También comprendía cómo
funcionaba la política. Entendió perfectamente la
política de Quraysh.
Él sabía que Quraysh había colocado 360
ídolos alrededor de la Ka'aba, no por razones religiosas
sino para beneficiar sus propios intereses con las
diferentes tribus. Quraysh tenía intereses económicos
con las tribus de Yemen y del Sham (actualmente Siria y
Líbano). Por eso trajeron sus ídolos y los colocaron
alrededor de la Ka'aba, para que sus caravanas fuesen
protegidas por esas tribus situadas en el camino hacia
El Sham y Yemen. Si quitaran esos ídolos, Quraysh
perdería su liderazgo religioso y, por ende, sus
alianzas y los caminos dejarían de ser seguros. La
respuesta a la llamada del Profeta por supuesto sería
negar “que no hay más dios que Al·lâh” y Waraqa entendía
todas esas dimensiones. Por esa razón, él dijo al
Profeta lo que sucedería. El profeta dejó a Waraqa y se
fue.
Ahora quiero que imagines los
pensamientos que pasaban por su mente. Me dañarán,
lucharán contra mí, y me expulsarán. El profeta se fue
primero, y Waraqa dijó a la señora Jadiya algo extraño.
Le dijo: "dile que se mantenga firme". Habló con ella y
no con él porque sabía que ella era capaz de ayudarle y
hacerle permanecer firme. Además, él sabía que el camino
que debía recorrer necesitaba paciencia y sacrificio.
Hoy, tengo un mensaje para ti similar al de Waraqa.
Observa que
Waraqa Ibn Nawfal dijo eso al profeta en un momento en
el que el mundo vivía en oscuridad; yo creo que hoy
estamos viviendo en una situación similar a la época de
Waraqa Ibn Nawfal. Vosotros habéis oído hablar de la
Primera y Segunda Guerra Mundial… ¿Creéis que la gente
que vivía en esos días era consciente de que estaba
sucediendo una Guerra Mundial? No, sabía que había
guerras aquí y allí, pero no llamaron explícitamente a
esos períodos Primera y Segunda Guerra Mundial.
¿Quién
entonces las llamó así? Fueron después los
historiadores los que las llamaron así. Cuando todo
había terminado, las llamaron “Guerras Mundiales”. ¿No
piensas que estamos viviendo la Tercera Guerra Mundial
sin darnos cuenta? Puede que alguien venga de aquí a
veinte años y califique este período así, partiendo del
11 de septiembre, pasando por la Guerra de Irak…, etc.
Estamos pasando por una época difícil. Tenemos que
trabajar duro para conseguir un Renacimiento. Estamos
viviendo un tiempo anormal. Necesitamos despertarnos;
es la hora de despertar.
Debes saber
que el camino de la reforma requiere sacrificio y
paciencia. Éstas son las mismas palabras que Waraqa
dijo. Debes saber que Al·lâh te ha elegido para
realizarlo. Quiero que te des cuenta de que estás
viviendo en un tiempo similar a aquél en que vivía el
profeta.
Tenemos un grave problema. Por favor,
¡siente que tú eres responsable de reformar la tierra!
Aprende cómo puedes hacer el bien, aunque sea mínimo.
Eso permitirá que cuando te halles de pie ante Al·lâh
puedas decirLe que has hecho lo que podías.
Debemos saber cómo hacerlo lo mejor
posible.
Ese era el
mismo mensaje que Waraqa aconsejó para el profeta.
"¡dile que se mantenga firme!" Por favor manteneos
firmes, todos vosotros, hombres, mujeres, y jóvenes.
Haced todo lo que podáis por vuestra religión y vuestro
país. En nuestros días necesitamos recordar las palabras
de Waraqa: "¡díle que se mantenga firme", “Tu gente te
hará daño y luchará contra ti!".
"¡Desearía ser
joven y fuerte! ¿Has notado algo en estas palabras?
Parece como si Waraqa dijera al profeta que el Mensaje
necesita a la gente joven.
“¡Desearía ser joven y fuerte!”
Observa una
cosa más. Waraqa dijo: "¡Desearía ser joven y fuerte!”
Sus palabras significan que esta misión necesita jóvenes
que se mantengan firmes junto a Mohammad, que los Rezos
y la Paz de Al·lâh sean sobre él, y apoyen su causa.
Pero lo más sorprendente es que Waraqa murió sólo unos
días más tarde, como si Al·lâh le hubiera hecho vivir 90
años con el único fin de explicar a Mohammad lo qué le
había ocurrido. Él cumplió el propósito para el que
Al·lâh le había creado y su muerte en aquel preciso
momento era necesaria para que nadie dijera que él había
enseñado a Mohammad cualquier cosa de la religión.
Se encontraron
sólo durante algunos minutos. Sin embargo, no debemos
olvidar que Waraqa tenía intenciones sinceras de apoyar
el mensaje de Mohammad, como le dijo, "si yo veo ese
día, te ayudaré íntegra y sinceramente". Esta sincera
intención colocó a Waraqa al nivel de los Compañeros del
Profeta y de los mártires musulmanes. Una palabra
sincera era todo lo que necesitó para alcanzar ese
nivel. Así, si emprendes esta intención sincera ahora
para ayudar a la Umma –la Nación Musulmana-, tu país, y
el Islam lo máximo posible, de la misma manera que
hicieron los Compañeros, alcanzarás su nivel aunque
murieses mañana. Di estas palabras con tus labios
mientras que Al·lâh está atestiguando la sinceridad en
tu corazón. Di: "Seguiré con constancia el camino recto
y viviré para él”. Pero, recuerda, si vives después,
tienes que demostrar lo que has afirmado a Al·lâh.
Fíjate en otra cosa. Waraqa pasó toda su
vida estudiando y buscando la Verdad, y la primera
palabra revelada a Muhammad fue "¡Lee!" Esto indica
claramente que el Saber tiene un gran valor en el
Islam.
Después de la
muerte de Waraqa, Mohammad esperaba que el ángel Gabriel
descendiera otra vez para confirmar lo que le había
dicho Waraqa, pues no estaba todavía seguro de que él
tuviera razón en su explicación de lo ocurrido. Sin
embargo, Gabriel no descendió durante algunos días…
Al·lâh quería dejar que Mohammad pensara primero y
decidiera si estaba dispuesto o no a asumir esa difícil
misión. Mohammad lo vio una semana más tarde sentado en
un trono entre la tierra y los cielos llenando el
horizonte entero, diciéndole: "Mohammad, tú eres el
Mensajero de Al·lâh y yo soy Gabriel de los cielos."
¡Has observado cómo Al·lâh lo preparó
gradualmente para recibir el Mensaje! ¡Glorificado Sea!
Gabriel
descendió a la tierra y llevó a Mohammad fuera de La
Meca para darle la primera lección. Golpeó la tierra con
su ala y apareció un manantial. Después, comenzó a
realizar la ablución y las oraciones mientras que
Mohammad lo miraba e imitaba. Luego, Gabriel le dijo
que rezara dos Raka'as (unidades de oración) por la
mañana y dos Raka'as por la tarde.
Así comenzaron
las oraciones, basadas en el método de imitación, antes
de que se le diera cualquier otra teoría al respeto.
Después de al-Israa y al-Míraj (el Viaje Nocturno del
profeta Mohammad, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean
sobre él, de La Meca a Jerusalén y su ascensión al
séptimo cielo), Al·lâh impuso definitivamente a los
musulmanes rezar cinco veces al día, pero aún en la
forma de dos Raka'as cada vez. Solamente después del
Hijrah (la inmigración de La Meca a Medina), el número
de Raka'as se ajustó a lo que ahora conocemos (dos,
cuatro, cuatro, tres, y cuatro).
¿Te das cuenta
ahora de la importancia de las oraciones? Es un pilar
muy significativo en el Islam, como el profeta, que los
Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, ha dicho en los
siguientes Hadices:
“El Islam es
el núcleo del asunto, y la oración es su pilar”.[6]
"Narró Ibn
Omar, que Mohammad dijo: "El Islam se basa en cinco
pilares:
1-
Atestiguar que
no hay más dios que Al·lâh y que Mohammad es el
Mensajero de Al·lâh.
2-
Hacer las
oraciones (las obligatorias) siempre y perfectamente.
3-
Pagar el Zakat
(limosna anual obligatoria)
4-
Realizar el
Hayy (Peregrinaje a La Meca).
5-
Ayunar durante
el mes de Ramadán.”
Digo eso para que sepáis que quien no
reza tiene que saber que está golpeando el pilar de la
casa que le conecta con Al·lâh. Imagínate que alguien
entra en tu casa y rompe algunas cosas o la ventana…
Todo eso se lo puedes perdonar. Sin embargo, si se
dirige al muro maestro y comienza a golpearlo, ¿se lo
dejarías pasar? Por lo tanto, aunque Al·lâh Sea el Más
Misericordioso, sin embargo, hay una línea que nadie
debería sobrepasar, ya que desataría la cólera de
Al·lâh. Sobrepasar esta línea incluye dos puntos
básicos:
1- Abandonar las oraciones prescritas.
2- desobedecer a los padres.
Así, aunque cometas otros pecados
mayores, ¡por favor, no cruces jamás esta línea! No
realizar las oraciones significa simplemente que adorar
a Al·lâh algunos minutos cada día es una tarea que te
resulta muy pesada, sin embargo, tienes tiempo de ver la
televisión, salir con los amigos, o hablar por teléfono.
Si no realizas las oraciones, o si desobedeces a tus
padres, y mueres antes de arrepentirte sinceramente,
estarás en una posición muy difícil cuando te encuentres
delante de Al·lâh. Por lo tanto, lleva a cabo la oración
nada más oír el Adhan –llamada a la oración-.
El profeta,
que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, dijo en
un hadiz narrado por Abdul·lâh: Pregunté al
profeta:"¿Qué acción es la más apreciada por Al·lâh?" Él
contestó: "Realizar las oraciones en el tiempo
prescrito”. Pregunté: "¿Y después?" Contestó: "Hacer el
bien a tus padres". Pregunté otra vez, "¿Y después?"
Contestó: "Participar en el Yihad por la causa de
Al·lâh". Abdul·lâh agregó: "Pregunté solamente estas
cosas y si hubiera preguntado más, el Profeta me habría
dicho más".
Además, las primeras tres suras que
fueron reveladas al Profeta, que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él, después de "Lee" nos permiten
comprobar la importancia y el significado de las
oraciones:
Sura del Envuelto en el Manto: "¡Oh
tú que te envuelves en el manto! ¡Permanece rezando por
la noche a excepción de un poco! La mitad o algo menos,
o algo más. Y recita el Corán pausadamente”. Sura
73, aleyas 1-3.
Sura
del Arropado: "¡Oh tú que te
arropas! ¡Levántate y advierte! Y a tu señor engrandece.
Y tu vestido, purifícalo. De lo abominable aléjate. No
dés esperando recibir más. Y sé constante con tu Señor.”
Sura del Arropado, aleyas 1-7.
Sura que abre el libro: "En
el nombre de Al·lâh, El Más Compasivo, el Muy
Misericordioso. Las alabanzas a Al·lâh, Señor de los
mundos. El Más Compasivo, el Muy Misericordioso. Rey del
Día de la Retribución. Sólo a Ti te adoramos, sólo en Ti
buscamos ayuda. Guíanos por el camino recto, el camino
de los que has favorecido, no el de los que son motivo
de ira, ni el de los extraviados.”
Sura que abre el Libro.
Las primeras suras que se revelaron a
Mohammad indican los requisitos de la gran reforma que
Muhammad iba a hacer:
1- Adquirir conocimiento (“Lee”).
2- Energía espiritual (El envuelto en el
manto).
3- Trabajo y actividad (El arropado).
4- El camino que debe seguir, siendo
constante, para obtener la salvación en los dos mundos
(La que abre el Libro).
Tras informar
a Mohammad sobre estos requisitos, la revelación se
detuvo durante dos meses para que Mohammad estableciera
un plan para su misión puesto que ésta era su tarea y no
la del ángel Gabriel. Durante estos dos meses, el
profeta estaba realmente preocupado, pensando que había
hecho algo incorrecto y que Al·lâh lo había abandonado.
Por eso, Al·lâh hizo descender palabras cariñosas para
confortarlo en la Sura de la claridad de la mañana, en
la cual Al·lâh Dice lo que se puede traducir como:
"¡Por la luz de la mañana! ¡Por la
noche cuando está en calma! Que tu Señor no ha
prescindido de ti ni te desdeña. La última vida será
mejor para ti que la primera. Tu señor te dará y
quedarás satisfecho. ¿Acaso no te halló huérfano y te
amparó? ¿Y no te halló perdido y te guió? ¿Y no te halló
pobre y te enriqueció? Por eso, no abuses del huérfano.
Ni ahuyentes al mendigo. Y habla del favor que tu Señor
te ha dado”. Surat Al
Duha “La claridad de la mañana”
El profeta rezaba toda la noche hasta el
punto de que sus pies se hinchaban. Aprovecho esta
ocasión para pedirte que intentes leer el Corán entero
al menos una vez durante las oración del Taraweeh
en este Ramadán. Intenta seguir los pasos del Profeta y
concentrarte en los mismos cuatro requisitos: 1)
Adquirir conocimiento, 2) Llevar a cabo las oraciones,
3) Trabajar duro, 4) Seguir el camino recto. Sin estos
requisitos, nunca habrá un Renacimiento en la nación.
Pues éstos son los pilares esenciales a través de los
cuales Mohammad pudo llevar a cabo su plan. Siguiendo
sus pasos, si no tienes ningún conocimiento, ve y
aprende; planea bien y esfuérzate en trabajar.
¿Sabes cómo comenzó el Profeta, que los
Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él? Él no comenzó
destruyendo los ídolos que Quraysh había puesto
alrededor de la Ka'aba, ya que sabía que se retirarían
pacíficamente cuando se estableciera el Islam. Él no
comenzó explicando el Mensaje en lo alto de una
montaña., pues nadie lo habría escuchado. Su plan era
elegir de entre cada familia de Quraysh los que tenían
éxito en su vida práctica (gente comprometida en su
sociedad pero sin ser necesariamente rica o descendiente
de grandes familias) y conocido por su excelente moral.
Aquí, quiero que cada uno se haga a sí mismo esta
pregunta: ¿si hubieras estado allí en aquella época, te
habría elegido el Profeta? Si fallas en tus estudios,
si obtienes malas notas, no te habría escogido. En pocas
palabras, su plan era constituir un grupo de gente
distinguida que se comprometiesen a apoyar y hacer
llegar el Mensaje.
Uno de ellos fue Abu-Bakr: 38
años, comerciante famoso, apreciado por Quraysh y
experto y gran conocedor de la genealogía de los árabes
que habitaban la península arábiga.
Otra persona era Jadiya, no
simplemente porque fuera su esposa, sino porque era
distinguida.
La tercera persona era Ali Ibn Abi
Taleb, que Al·lâh esté complacido de él. Tenía 10 años,
era un muchacho reflexivo y vivía en la casa de Mohammad
en aquella época. Cuando vio rezar al Profeta, que los
Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, le preguntó
acerca de esa religión. Después, pidió tiempo para
reflexionar sobre el asunto. Al día siguiente, cuando el
profeta le preguntó si adoptaría la nueva religión o no,
Ali contestó: "repíteme lo que me dijiste ayer".
Reflexionó unos segundos y abrazó el Islam y pronunció
la declaración de fe (As-Shahada). ¡Observa la
diferencia entre este muchacho distinguido de 10 años y
muchos hombres jóvenes de 20 años hoy en día, que
todavía no saben qué meta tienen en vida! Dos días más
tarde, Abu-Taleb vio a Ali rezando y le preguntó acerca
de ello. Ali contestó, "He seguido a Mohammad y me he
comprometido con el camino verdadero. Éste es el camino
verdadero." Abu-Taleb dijo, "Sigue así, pues Mohammad
sólo te mandará hacer lo correcto".
Ten esto muy
en cuenta: El Islam comenzó con Mohammad, un hombre, una
mujer, y un muchacho. Cuatro personas son el núcleo de
todo este éxito. Mañana, hablaremos de todo el
sufrimiento y las dificultades que tuvieron que soportar
de Quraysh.
Ahora, quiero repetir las dos preguntas
que he formulado anteriormente y te pido que grabes tus
respuestas sinceras en mi web sitio:
1) ¿Puedes comprometerte como hizo
Waraqa a apoyar al Profeta, que los Rezos y la Paz de
Al·lâh sean sobre él, si Al·lâh te permite vivir?
2) Si hubieras estado allí, cuando
Mohammad constituyó el grupo, ¿te habría elegido?
¿Serías lo suficientemente distinguido como para que te
escogieran en esos primeros tres años de la llamada
profética? En otras palabras, ¿tienes éxito en tu vida y
posees una excelente moral? Esta pregunta no va
dirigida sólo a los jóvenes, sino también a los de
mediana edad y a los ancianos.
Fin
[1] Leer el
significado traducido del Corán no puede reemplazar su
lectura árabe, el idioma en que fue revelado.
[2] Sahih
Bujari, Libro 1: Volumen 1, Libro 1, Número 3.
[3] Reportado
por Al-Bujari en Al-Adab Al-Mufrad. También por
Al-Tirmidhi, Ibn Hibban y Al-Baihaqi en la narración de
Abi Al-Darda ', Sahih Al-jami ' Al-Saghir, No.135.
[4] Reportado
por AI-Tirmidhi en la narración de Abu Huraira y dijo:
es un Hadiz auténtico y bueno.
[5] Reportado
por Tirmidhi, 4/249, en Abwab al-birr, 70. Dijo que es
un Hadiz bueno.
[6] Hadiz
auténtico, Ibn-Al-Qayem. Al-Salah y Hukm Tarikha (La
oración y cómo se juzga el que la abandona), página o
numéro 34.
[7] Proporción
de la riqueza (2.5%) que cada musulmán paga anualmente
en beneficio del necesitado en la comunidad musulmana.
[8] Hadiz
auténtico, Sahih Al-Bujari. Volumen 1, Libro 2, Número
7.
[9] Hadiz
auténtico, Sahih Al-Bujari, volumen 1, libro 10, número
505.