La entrada principal, en el centro de la sala de

oración de la Gran Mezquita de Damasco, está

enteramente revestida de mosaicos suntuosos. Por

encima de los tres vanos coronados por ventanas

bajo un arco de descarga, la decoración de follajes

y moradas paradisíacas cubre la fachada desnuda,

dominada por el apretado frontón Ğa la antiguağ.