Pueblos Desaparecidos
HARUN YAHYA
Fuente: www.harunyahya.com
INDICE
PREFACIO
INTRODUCCION
Generaciones Preteritas
CAPITULO 1
El Diluvio En La Epoca De Noé
CAPITULO 2
La Vida Del Profeta Ibrahim
(Abraham)
CAPITULO 3
El
Pueblo De Lot Y La Ciudad Que
Fue
Vuelta De Arriba Abajo
CAPITULO 4
El
Pueblo De "Ad Y Ubar, La "Atlantis
De Las Arenas"
CAPITULO 5
Tamud
CAPITULO 6
El Faraón Que Fue Ahogado
CAPITULO 7
El Pueblo De Saba Y La
Inundación Del Arim
CAPITULO 8
El Profeta Salomón Y La Reina
De Saba
CAPITULO 9
Los Compañeros De La Cueva
CONCLUSION
NOTAS
PREFACIO
"Te contamos estas cosas de las ciudades: algunas de ellas están aún en pie,
otras son rastrojo. No hemos sido Nosotros quienes han sido injustos con sus
habitantes, sino que ellos lo han sido consigo mismos. Sus dioses, a los que
invocaban, en lugar de invocar a Dios, no les sirvieron de nada cuando vino la
orden de tu Señor: sólo acrecentaron su perdición" (C. 11:100-101)
Dios crea a los seres humanos y les da forma física y espiritual, los conduce a
una cierta forma de vida y luego los lleva a Su presencia al dar lugar a la
muerte de ellos. Dios crea a los seres humanos como dice el versículo: "¿No
va a saber Quien ha creado…?" (C. 67:14). Es El quien conoce y otorga Su
reconocimiento al ser humano, Quien lo educa y cubre sus necesidades. Por lo
tanto, el único propósito genuino que tiene el ser humano en la vida es alabar a
Dios, suplicarle y adorarle. En consecuencia, la única guía que tiene el ser
humano es el mensaje puro, es decir, la revelación de Dios comunicada a las
personas por medio de Sus mensajeros.
El Corán es el
último libro de Dios y su revelación sin alteraciones.
De ahí la
responsabilidad de asumir el Corán como nuestra verdadera guía y de prestar una
atención meticulosa a todos los criterios o dictámenes que estipula. Este es el
único camino de salvación en este mundo y en el otro.
Por lo tanto necesitamos investigar muy cuidadosa
y atentamente lo que nos relata el Corán, para luego reflexionar sobre ello.
Dios nos dice en el Corán que el propósito de la revelación del Libro es hacer
que la gente piense, medite:
"Este es un
comunicado dirigido a los hombres para que, por él, sean advertidos, para que
sepan que El es un Dios Uno y para que los dotados de intelecto se dejen
amonestar" (C. 14:52).
Toda la información
sobre los pueblos de la antigüedad, de lo cual el Corán se ocupa largamente, es
por cierto un tema sobre el que deberíamos meditar. La mayoría de esos pueblos
rechazaron a los profetas que les fueron enviados y, además, exhibieron
animadversión hacia ellos. Debido a semejante atrevimiento, se atrajeron la
cólera de Dios y fueron barridos de la faz de la tierra.
El Corán nos dice
que la destrucción de esos pueblos debería servir de advertencia a las
generaciones que les sucedieron. Por ejemplo, inmediatamente después del castigo
dado a un grupo de judíos que se rebelaron contra Dios, se dice en el Corán:
"E hicimos de ello un castigo ejemplar para los contemporáneos y sus
descendientes, una exhortación para los temerosos de Dios" (C. 2:66).
En este libro
haremos una revisión de las sociedades del pasado que han sido destruidas debido
a que se rebelaron contra Dios. Nuestro propósito es poner de relieve todos los
incidentes del caso, cada uno de los cuales es "un castigo ejemplar para los
contemporáneos y sus descendientes", de modo que les pueda servir de
"exhortación".
La segunda razón que
nos lleva a examinar la destrucción de esos pueblos es hacer conocer la
autenticidad de lo que dice el Corán respecto del mundo. Dios afirma en el Corán
que la realidad de sus versículos son observables en el mundo exterior: "Di
también: '¡Alabado sea Dios! El os mostrará Sus signos y vosotros los
reconoceréis. Tu Señor está atento a lo que hacéis'" (C. 27:93).
Y conocer y
caracterizar los signos de Dios es una de las formas primeras que conducen a la
fe.
Casi todos los
incidentes de destrucciones relatados en el Corán pudieron ser "mostrados" y "reconocidos"
gracias a los actuales descubrimientos arqueológicos y documentación lograda. En
este trabajo nos ocuparemos de los vestigios o huellas que quedaron de las
destrucciones mencionadas en el Corán (Hay que tener en cuenta que algunas de
las comunidades a las que se refiere el Corán no se incluyen en el estudio de
este libro porque hay casos en los que no se menciona ningún dato de tiempo y
lugar, sino que solamente se los describe por la conducta rebelde y opuesta a
Dios y a Sus profetas, motivo por el cual sufrieron desastres diversos a los
cuales se evoca para que la gente extraiga de ellos la advertencia
correspondiente).
Nuestro propósito es
arrojar luz, en base a los descubrimientos actuales, sobre las realidades que
manifiesta el Corán, y así mostrar a todos --creyentes y no creyentes-- la
verdad de la religión de Dios.
INTRODUCCION
Generaciones Preteritas
"¿No se han enterado
de lo que pasó a quienes les precedieron: el pueblo de Noé, los aditas, los
tamudeos, el pueblo de Abraham, los madianitas y los de las vueltas (probablemente
aquí se refiere a Sodoma y Gomorra) de arriba abajo? Sus enviados vinieron a
ellos con las pruebas claras. No fue Dios quien fue injusto con ellos, sino que
ellos lo fueron consigo mismos" (C. 9:70)
El mensaje divino
transmitido por Dios a través de Sus mensajeros, nos ha sido comunicado desde
que el ser humano fue creado. Algunas sociedades aceptaron ese mensaje, en tanto
que otras lo negaron, lo rechazaron. Ocasionalmente una minoría, en una sociedad
que aceptó el mensaje, siguió al mensajero.
Pero la mayoría de las comunidades que recibieron
el mensaje no lo han aceptado. Y no solamente no lo tuvieron en cuenta sino que
también intentaron dañar, agredir al mensajero y a quienes lo seguían. Era algo
común que se denigre a los mensajeros, acusándolos de "falsedad, magia, locura
y engaño". Incluso los dirigentes de muchos de esos pueblos preferían verlos
muertos, instigaban su asesinato.
Todo lo que querían los profetas era que la gente
obedezca a Dios.
No pedían dinero ni ningún
otro beneficio mundanal a cambio de su mensaje.
Tampoco presionaban
a las personas para que acepten su palabra. Lo único que hacían era invitar a la
gente a la religión verdadera y a que inicien una vida distinta de la que
llevaban.
Lo que sucedió entre Suayb y el pueblo de los
madianitas, a donde fue enviado, ilustra respecto a las relaciones entre el
profeta y la comunidad. Es muy interesante apreciar la reacción que tienen con
Suayb y como terminaron los miembros de su tribu, a quienes llamó a creer en
Dios y renunciar a las injusticias que estaban cometiendo:
"Y a los madianitas
(enviamos) su hermano Suayb.
Dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios!
No tenéis a otro Dios que El. ¡No
defraudéis en la medida ni en el peso! Os veo con el bienestar, pero temo por
vosotros el castigo de un día de alcance universal. Y, ¡pueblo!, ¡dad la medida
y el peso equitativos! ¡No defraudéis a los demás en sus bienes! ¡No obréis mal
en la tierra corrompiendo! Lo que Dios os deja es mejor para vosotros, si es que
sois creyentes. Y yo no soy vuestro
custodio'. Dijeron: '¡Suayb! ¿Acaso
te ordena tu religión que dejemos lo que nuestros padres servían o que dejemos
de utilizar libremente nuestra hacienda? Tú eres, ciertamente, el benigno, el
honrado'. Dijo (Suayb): '¡Pueblo! ¿Qué os parece? Si yo me baso en una prueba
clara venida de mi Señor y El me provee de un bello sustento venido de El…
Yo no pretendo contrariaros cuando os
prohibo algo. No pretendo sino
reformaros en la medida de mis posibles (en la medida que yo pueda). Mi éxito no
depende sino de Dios. En El confío y a El me vuelvo arrepentido. Y, ¡pueblo!,
¡que la oposición a mí no os cause los mismos males que alcanzaron al pueblo de
Noé o al pueblo de Hud o al pueblo de Salih! Y el pueblo de Lot no está lejos de
vosotros. ¡Pedid perdón a vuestro Señor!
Luego, ¡volveos a El!. Mi
Señor es misericordioso, lleno de amor'. Dijeron: '¡Suayb! No entendemos mucho
de lo que dices. Entre nosotros se te tiene por débil. Si no hubiera sido por tu
clan, te habríamos lapidado. No nos
impresionas'. Dijo (Suayb): '¡Pueblo!
¿Os impresiona mi
clan más que Dios, a Quien habéis pospuesto con desprecio? Mi Señor abarca todo
lo que hacéis. ¡Pueblo! ¡Obrad según vuestra situación! Yo también obraré…
Veréis quién va a recibir un castigo humillante y quién es el que miente… ¡Vigilad!
Yo también vigilaré con vosotros'. Cuando vino Nuestra orden, salvamos por una
misericordia venida de Nosotros a Suayb y a los que con él creían. El Grito (es
decir, el Castigo) sorprendió a los que habían sido impíos y amanecieron muertos
en sus casas, como si no hubieran habitado en ellas. ¡Sí! ¡Atrás los madianitas!,
como también se había hecho a los tamudeos" (C. 11: 84-95).
El pueblo de Madián
fue castigado por la cólera de Dios y pereció como se describe en los versículos
arriba mencionados debido a que estaba maquinando "lapidar a Suayb", aunque lo
que había hecho éste era llamar a la gente al bien. El ejemplo del pueblo de
Madián no es el único. Por el contrario, como lo advirtió Suayb al hablar con su
pueblo, muchas comunidades anteriores habían perecido por razones parecidas. Y
después de lo sucedido al pueblo de Madián, muchas otras comunidades también
fueron destruidas por la cólera de Dios.
En las páginas que
siguen describiremos a esas comunidades que perecieron y los restos que de ellas
quedaron. El Corán describe detalladamente a esas comunidades e invita a la
gente a sopesar esos ejemplos y advertir el fin que tuvieron.
El Corán llama la
atención sobre el hecho de que la mayoría de las comunidades que perecieron
habían establecido civilizaciones de un alto nivel, característica que se
enfatiza: "
¡A cuántas
generaciones hemos hecho antes perecer, más temibles que ellos y que recorrieron
el país en busca de escape (del castigo divino)" (C. 50:36).
Y en particular se
subrayan dos características. La primera es que se trata de las comunidades "más
temibles", es decir, que fueron destruidas cuando contaban con un sistema
administrativo y militar muy fuerte y disciplinado, mediante el cual
conquistaron por la fuerza el territorio en donde vivían. La segunda
característica es que fundaron grandes ciudades que se distinguían por sus
particularidades arquitectónicas.
Vale la pena tener
en cuenta que ambas características se encuentran también en las actuales
civilizaciones --logradas por medio de la ciencia y de la tecnología-- que,
asimismo, niegan e ignoran a Dios, olvidándose que todo se hace posible por Su
potestad, es decir, porque El lo permite. Pero como se señala en los versículos
mencionados, las civilizaciones con que contaban esos pueblos no pudieron
salvarlos de la destrucción porque se basaban en la negación de Dios. El fin de
la actual civilización no será distinto en tanto se base en la negación de Dios
y en el mal obrar sobre la tierra.
Una considerable
cantidad de eventos que llevaron a esas destrucciones, algunos de los cuales son
relatados en el Corán, han sido confirmados por investigaciones arqueológicas
hechas en tiempos modernos. Dichos hallazgos, que prueban definidamente que han
ocurrido los incidentes a que hace referencia el Corán, explica la necesidad de
estar "prevenido", lo cual es un rasgo distintivo en las anécdotas coránicas.
Dios nos dice en el Corán que es necesario "viajar a lo largo de la tierra" y
ver "cómo terminaron sus antecesores".
"Antes de ti, no
enviamos más que a hombres de las ciudades, a los que hicimos revelaciones. ¿No
han ido por la tierra y mirado como terminaron sus antecesores? Sí, la Morada de
la otra vida es mejor para los que temen a Dios. ¿Es que no razonáis…? Cuando ya
los enviados desesperaban y pensaban que se les había mentido, les llegó Nuestro
auxilio y fue salvado el que quisimos. Pero Nuestro rigor no respetará a la
gente pecadora. Hay en sus historias motivo de reflexión para los dotados de
intelecto… No es un relato inventado, sino confirmación de los mensajes
anteriores, explicación detallada de todo, dirección y misericordia para gente
que cree" (C. 12:109-111).
En realidad, hay
ejemplos en la historia de las comunidades pasadas para aquellos dotados de
intelecto. Las comunidades mencionadas, al haber perecido por la rebeldía frente
a Dios y por el rechazo de Sus órdenes, nos revelan lo débil e impotente que es
el género humano respecto a El. En las páginas que siguen examinaremos esos
ejemplos en un orden cronológico.
CAPITULO 1
EL DILUVIO EN LA EPOCA DE NOE
Enviamos a Noé a su pueblo y permaneció con él durante mil años menos
cincuenta. Luego, el diluvio les sorprendió en su impiedad (C. 29:14)
En casi todas las
culturas hay referencias al Diluvio en la época de Noé, y se alude al mismo en
el Corán ampliamente. La indiferencia del pueblo del profeta Noé a los consejos
y advertencias de éste, sus reacciones y los hechos que tuvieron lugar, se
relata detalladamente en muchos versículos.
El profeta Noé fue
enviado a advertir e instar a su pueblo a que adore solamente a Dios y abandone
la rebelión en la que cayó al apartarse de Su mensaje y asociar a otros a El. Si
bien el mensajero Noé aconseja muchas veces al pueblo a que se someta a las
órdenes de Dios y le advierte de Su cólera, el mismo siguió rehusándose a ello y
continuó asociando otros a El:
"Enviamos Noé a su
pueblo y dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios!
No tenéis a otro
Dios que El. ¿Y no Le temeréis?'. Los dignatarios del pueblo, que no creían,
dijeron: 'Este no es sino un mortal como vosotros, que quiere imponerse a
vosotros. Si Dios hubiera querido, habría hecho descender a ángeles. No hemos
oído que ocurriera tal cosa en tiempo de nuestros antepasados. No es más que un
poseso. ¡Observadle durante algún tiempo!'. '¡Señor!', dijo (Noé). '¡Auxíliame
que me desmienten!'" (C.23:23-26).
Como se dice en estos versículos, los jefes de la
comunidad intentaron acusar al profeta Noé de buscar imponerse sobre ellos, es
decir, de sobresalir y beneficiarse personalmente por medio del liderazgo
mundanal, la riqueza y un elevado nivel social, a la vez que pretendieron
caracterizarlo como un "poseso" y decidieron soportarlo durante un tiempo
mientras lo tenían bajo observación.
Debido a esto Dios
dijo al mensajero Noé que quienes rechazaban la fe y hacían el mal serían
castigados y perecerían ahogados, en tanto que quienes creían serían salvos.
Cuando llegó el
momento del castigo las aguas brotaron de la tierra causando grandes
inundaciones que, junto a lluvias excesivas, provocaron un gran diluvio. Dios le
dijo a Noé que haga "entrar en ella (el arca) una pareja (macho y hembra) de
cada una (de las especies animales) y a tu familia, salvo a aquél de ellos cuya
suerte ya ha sido echada" (C. 23:27). Todas las personas que habitaban esas
tierras fueron ahogadas, incluido el "hijo" de Noé, quien pensaba que podía
salvarse refugiándose en una montaña cercana. Todos perecieron ahogados, excepto
quienes subieron a la nave junto con el profeta Noé. Cuando las aguas
descendieron al finalizar el Diluvio y "el episodio llegó a su fin", el
Arca se posó en el Chudi --es decir, en un lugar elevado--, como nos informa el
Corán (en 11:44).
Los estudios arqueológicos, geológicos e históricos exhiben que este episodio
tuvo lugar precisamente como se relata en el Corán. El Diluvio es descrito
también de una manera muy similar en muchos registros de las civilizaciones
antiguas y en muchos documentos históricos, aunque el carácter y los nombres de
los lugares varían, y todo lo que "sucedió a un pueblo extraviado" se presenta a
los contemporáneos como una advertencia.
Además de relatarse
el Diluvio en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, se lo encuentra de manera muy
similar en los registros sumerios y asirio-babilonios, en las leyendas griegas,
en la épica Shatapatha, Brahmana y Mahabharata de la India, en algunas leyendas
galesas de las islas británicas, en las Eddas nórdicas, en las leyendas lituanas
e incluso en algunos cuentos de origen chino.
¿Cómo pudo ser
recogida una información detallada y pertinente en lugares culturalmente
distintos y muy alejados geográficamente uno del otro y de la región del diluvio?
Hay una respuesta
clara: el hecho que el mismo episodio se relate en registros e inscripciones de
una serie de comunidades que tenían muy poca probabilidad de comunicarse entre
sí, es en realidad una clara evidencia que esos pueblos recibieron ese
conocimiento de una fuente divina. Parece que el Diluvio, uno de los sucesos más
grande y destructivo de la historia, fue narrado por muchos profetas enviados a
distintas civilizaciones con el propósito de establecer un ejemplo. Es por eso
que las noticias acerca del Diluvio fueron difundidas en distintas culturas.
Por otra parte,
además de narrarse la historia del Diluvio y del profeta Noé en muchas culturas
y fuentes religiosas, ha sufrido una gran alteración como producto de la
falsificación, de la transmisión incorrecta o incluso de la mala intención,
apartándose así de la versión original. Las investigaciones revelan que de entre
todas las narraciones del Diluvio que relatan básicamente el mismo suceso, con
algunas diferencias, la única descripción coherente es la del Corán.
El Profeta Noé y el Diluvio en el Corán
El Diluvio en la
época de Noé se menciona en muchos versículos del Corán. A continuación
exponemos los versículos reordenados en función de la secuencia de los sucesos.
El
Profeta Noé Invita a Su Pueblo a la Religión de Verdad
"Enviamos a Noé a su
pueblo.
Dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios!
No tenéis a otro
Dios que El. Temo por vosotros el castigo de un día terrible'" (C. 7:59).
Tenéis en mí a un
enviado digno de confianza.
¡Temed, pues, a Dios y
obedecedme! No os pido por ello ningún salario. Mi salario no incumbe sino al
Señor del universo. ¡Temed, pues, a Dios y obedecedme!"
(Shuara:107-110)
"Enviamos a Noé a su
pueblo y dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios!
No tenéis otro Dios
que El. ¿Y no le temeréis?'" (C. 23:23).
El
Profeta Noé Advierte a Su Pueblo del Castigo de Dios
"Enviamos a Noé a su
pueblo: 'Advierte a tu pueblo antes que le alcance un castigo doloroso'" (C.
71:1).
"Veréis quién
recibirá un castigo humillante y sobre quién se abatirá un castigo permanente"
(C. 11:39).
"¡No sirváis sino a
Dios! Temo por vosotros el castigo de un día doloroso!'" (C. 11:26).
El
Pueblo de Noé Impugna el Mensaje
"Los dignatarios de
su pueblo dijeron: 'Sí, vemos que estás evidentemente extraviado'" (C. 7:60).
"Dijeron: '¡Noé! No
paras de discutir con nosotros. ¡Tráenos, pues, aquello con que nos amenazas, si
es verdad lo que dices!'" (C. 11:32).
"Y, mientras
construía la nave, siempre que pasaban por allí dignatarios de su pueblo se
burlaban de él. Decía: 'Si os burláis de nosotros, ya nos burlaremos de vosotros
como os burláis" (C. 11:38).
"Los dignatarios del
pueblo, que no creían, dijeron: 'Este no es sino un mortal como vosotros, que
quiere imponerse a vosotros. Si Dios hubiera querido, habría hecho descender a
ángeles. No hemos oído que ocurriera tal cosa en tiempo de nuestros antepasados"
(C. 23:24).
"Antes de ellos ya
el pueblo de Noé había desmentido. Desmintieron a Nuestro siervo y dijeron: '¡Un
poseso!', y fue rechazado" (C. 54:9).
Desprecio Hacia Quienes Siguieron al Profeta Noé
"Los dignatarios de
su pueblo. que no creían, dijeron: 'No vemos en ti más que a un mortal como
nosotros y no vemos nadie que te siga sino la hez de nuestro pueblo, que lo hace
irreflexivamente. Ni vemos que gocéis de ningún privilegio sobre nosotros. Antes
bien, creemos que mentís'" (C. 11:27).
"Dijeron: '¿Vamos a
creerte a ti, siendo que son los más viles los que te siguen?' Dijo:' ¿Y qué sé
yo de sus obras?' Sólo a mi Señor tienen que dar cuentas. Si os dierais cuenta…
¡No voy a rechazar a los creyentes! ¡Yo no soy más que un monitor que habla
claro!'" (C. 26:111-115).
Dios Recuerda a Noé Que No Se Aflija
"Y se reveló a Noé:
'De tu pueblo sólo creerán los que ya creían. ¡No te aflijas, pues, por lo que
hicieren!'" (C. 11:36).
Las Súplicas del Profeta Noé
"¡Falla, pues, entre
yo y ellos, y sálvame, junto con los creyentes que están conmigo!" (C. 26:118).
"Entonces invocó a
su Señor: '¡Estoy vencido! ¡Defiéndete (porque no puedes contar con mi auxilio)!'"
(C. 54:10).
"Dijo: '¡Señor! He
llamado a mi pueblo noche y día. Mi llamamiento sólo ha servido para que huyan
más.'"
(C.71:5-6).
"'¡Señor!', dijo.
'¡Auxíliame
que me desmienten!'" (C. 23:26).
"Noé Nos había
invocado. ¡Qué buenos fuimos escuchándole!" (C. 37:75).
La
Construcción del Arca
"¡Construye la nave
bajo Nuestra mirada y según Nuestra inspiración y no me hables de los que han
obrado impíamente! ¡Van
a ser anegados!'"
(C: 11:37).
Destrucción del
Pueblo del Profeta Noé Por
Medio del
Anegamiento
"Pero le
desmintieron. Así, pues, les salvamos, a él y a quienes estaban con él en la
nave, y anegamos a quienes habían desmentido Nuestros signos. Eran, en verdad,
un pueblo ciego." (C. 7:64).
"Luego, después,
anegamos al resto." (C. 26:120).
"Enviamos Noé a su
pueblo y permaneció con él durante mil años menos cincuenta. Luego, el diluvio
le sorprendió en su impiedad" (C. 29:14).
"Así, pues, salvamos
a él y a los que con él estaban, por una misericordia venida de Nosotros. Y
extirpamos a quienes habían desmentido Nuestros signos y no eran creyentes." (C.
7:72).
Forma en Que Termina la Vida del "Hijo" del Profeta Noé
El Corán relata un diálogo entre Noé y su hijo, al principio del Diluvio:
"Y navegó con ellos
entre olas como montañas. Noé llamó a su hijo, que se había quedado aparte: '¡Hijito!
¡Sube con nosotros, no te quedes con los infieles!'. Dijo (el hijo de Noé):'Me
refugiaré en una montaña que me proteja del agua'. Dijo (Noé a su hijo):'Hoy
nadie encontrará protección contra la orden de Dios, salvo aquél de quien El se
apiade'. Se interpusieron entre ambos las olas y fue (el hijo de Noé) de los que
se ahogaron." (C. 11:42-43).
Los Creyentes se Salvan del Diluvio
"Les salvamos, pues,
a él y a quienes estaban con él en la nave abarrotada" (C. 26:119).
"Les salvamos, a él
y a los de la nave, e hicimos de ella un signo para todo el mundo." (C. 29:15).
La
Naturaleza Física del Diluvio
"Abrimos las puertas
del cielo a una lluvia torrencial y en la tierra hicimos manar fuentes. Y el
agua (del cielo y de la tierra) se encontró, según una orden decretada. Le
embarcamos (a Noé) en aquello (el arca) de planchas y de fibras,…" (C.
54:11-13).
"Hasta que, cuando
vino Nuestra orden y el horno hirvió, dijimos (Dios a Noé): 'Carga en ella (el
arca) a una pareja de cada especie, a tu familia --salvo a aquél cuya suerte ha
sido ya echada (se trata del cuarto hijo de Noé, no mencionado en la Biblia y
del que el Corán no da su nombre. Era pecador, al igual que la mujer de Noé)-- y
a los creyentes'. Pero no eran sino pocos los que con él (Noé) creían. Dijo
(Noé): '¡Subid a ella! ¡Que navegue y llegue a buen puerto en el nombre de Dios!
Mi Señor es,
ciertamente, indulgente, misericordioso'.
Y navegó con ellos
entre olas como montañas. Noé llamó a su hijo, que se había quedado aparte: '¡Hijito!
¡Sube con nosotros, no te quedes con los infieles!'" (C. 11:40-42).
"Y le inspiramos: '¡Construye
la nave bajo Nuestra mirada y según Nuestra inspiración!. Y cuando venga Nuestra
orden y el horno hierva, haz entrar en ella a una pareja de cada y a tu familia,
salvo a aquél de ellos cuya suerte ha sido ya echada. ¡Y no me hables de los que
han obrado impíamente! ¡Van a ser anegados!" (C. 23:27).
El
Arca se Posa en un Lugar Elevado
"Y se dijo: '¡Traga,
tierra, tu agua! ¡Escampa, cielo!' Y el agua fue absorbida, se cumplió la orden
y se posó (el arca) en el Chudi (montaña de Arabia). Y se dijo: '¡Atrás el
pueblo impío!'" (C.
11:44).
El Aspecto
Aleccionador en el Episodio del Diluvio
"Cuando las aguas lo
inundaron todo, os llevamos en la embarcación, para hacer de ello un recuerdo
para vosotros, para que el oído atento lo retuviera." (C. 69:11-12).
Dios Alaba al Profeta Noé
"¡Paz sobre Noé,
entre todas las criaturas! Así retribuimos a quienes hacen el bien. Es uno de
Nuestros siervos creyentes." (C. 37:79-81).
¿Fue
el Diluvio un Desastre Local o Mundial?
Quienes niegan la
realidad del Diluvio en la época de Noé, se apoyan en que sería imposible que
abarcase todo el mundo. Además, esa negación se usa para atacar al Corán. Según
esa gente, todos los libros revelados, incluido el Corán, al defender la
existencia de un diluvio mundial caen en el error.
Pero eso no es así.
El Corán fue
revelado por Dios y es el único libro divino sin alteraciones. El Corán
considera el Diluvio desde un punto de vista muy distinto al del Pentateuco y al
de otras leyendas narradas en distintas culturas. El Pentateuco, es decir, los
cinco primeros libros del Antiguo Testamento, dice que el Diluvio fue mundial,
que cubrió todo el planeta.
Pero el Corán no dice eso. Por
el contrario, los versículos pertinentes implican que el Diluvio fue regional y
que no cubrió todo el mundo, ya que solamente anegó a las personas del caso,
como castigo, al no prestar atención a las advertencias de Noé.
Al examinar las
narraciones sobre el Diluvio que aparecen en el Antiguo Testamento y en el Corán,
vemos como se manifiesta esa diferencia. El Antiguo Testamento, que sufrió
muchas alteraciones y adiciones a lo largo de la historia, y por lo tanto no
puede ser tomado como una revelación original, describe así el Diluvio:
"Viendo Yahvéh que
la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que
ideaba su corazón eran puro mal de continuo, le pesó a Yahvéh de haber hecho al
hombre en la tierra, y se indignó en su corazón. Y dijo Yahvéh: 'Voy a
exterminar de sobre la faz del suelo al hombre que he creado, --desde el hombre
hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves del cielo-- porque me pesa
haberlos hecho'. Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahvéh." (Génesis 6:5-8).
Sin embargo el Corán
exhibe claramente que el diluvio no ocurrió en todo el mundo, puesto que
solamente fue destruido el pueblo de Noé. Así como Hud fue enviado solamente a
'Ad (C. 11:50), Salih a Tamud (C. 11:61) y todos los demás profetas anteriores a
Muhammad fueron solamente enviados a sus respectivos pueblos, de la misma manera
Noé fue enviado solamente a su pueblo, y el Diluvio provocó la desaparición del
pueblo de Noé.
"Y ya enviamos a Noé
a su pueblo: 'Soy para vosotros un monitor que habla claro: ¡No sirváis sino a
Dios! Temo por vosotros el castigo de un día doloroso'" (C. 11:25-26).
Quienes perecieron
fueron esos que no tuvieron en cuenta para nada la proclama del mensaje del
profeta Noé y persistieron en la rebelión. Los versículos persistentes son
bastante explícitos:
"Pero le
desmintieron. Así, pues, les salvamos, a él y a quienes estaban con él en la
nave, y anegamos a quienes habían desmentido Nuestros signos. Eran, en verdad,
un pueblo ciego." (C. 7:64).
"Así, pues, salvamos
a él y a los que con él estaban, por una misericordia venida de Nosotros. Y
extirpamos a quienes habían desmentido Nuestros signos y no eran creyentes." (C.
7:72).
Además Dios subraya
en el Corán que El no destruye una comunidad antes que le haya sido enviado un
mensajero. La destrucción tiene lugar solamente después que un exhortador que
llega a un pueblo en particular es desmentido y/o calumniado. Dice Dios:
"Tu Señor nunca ha
destruido ciudades sin haber antes mandado a su metrópoli a un enviado que les
recitara Nuestras aleyas. Nunca hemos
destruido ciudades,
a menos que sus habitantes fueran impíos." (C. 28:59).
No es una práctica
de Dios destruir pueblos a los que no envió mensajeros. Noé fue enviado como
exhortador solamente a su pueblo. Por lo tanto Dios no destruyó a otras
comunidades a las que no había mandado amonestadores, sino que solamente
destruyó al pueblo de Noé.
Por lo expresado en
el Corán podemos estar seguros que el diluvio de la época de Noé fue un desastre
regional, no mundial. Las excavaciones hechas en los yacimientos arqueológicos
donde se supone que ocurrió el diluvio --lo que examinaremos después-- muestra
que éste no fue mundial sino solamente una catástrofe de amplias dimensiones que
afectó determinada parte de la Mesopotamia.
¿Subieron a Bordo del Arca Todas las Especies de Animales?
Los intérpretes de
la Biblia creen que Noé llevó a bordo del arca a todas las especies animales que
existían en el planeta, cosa que las salvó de la extinción. De acuerdo a dicha
creencia, fueron subidas a bordo un par de cada una (macho y hembra).
No cabe ninguna duda
que quienes defienden esa afirmación enfrentarán serias dificultades en todo
sentido. La cuestión de cómo fueron alimentados los animales que subieron a
bordo, cómo se acomodaron arriba del arca o cómo se mantuvieron las especies
separadas entre sí, son preguntas imposibles de responder. Además, queda
planteada la siguiente pregunta: ¿cómo fueron reunidos animales de distintos
continentes, como ser mamíferos de los polos, canguros de Australia o los
peculiares bisontes del norte de América? A ello hay que agregar: ¿cómo animales
muy peligrosos --víboras venenosas, escorpiones y animales salvajes en general--
fuero subidos al arca y se los mantuvo apartados de su habitat natural hasta que
finalizó el diluvio?.
Estos son los
interrogantes a los que tiene que hacer frente el Antiguo Testamento. En el
Corán no hay ninguna expresión que implique que todas las especies animales
existentes en la tierra fueran llevadas a bordo. Como lo señalamos antes, el
Diluvio tuvo lugar en una región determinada. Por lo tanto, los animales que
subieron al arca eran únicamente los que vivían en la región donde residía el
pueblo de Noé.
Sin embargo, es
evidente que incluso es imposible reunir a todas las especies que se encontraban
en esa región. Es difícil pensar que Noé, junto a unos pocos creyentes (11:40),
fuesen por todos lados reuniendo una pareja de cada una de las cientos de
especies animales de los alrededores. Incluso es mucho más imposible que hayan
reunido las cientos de especies de insectos de la región, y además, ¡que fuesen
capaces de discriminar los machos de las hembras!. Por eso creemos que lo más
probable es que hayan reunido los animales que podían ser llevados y alimentados
más fácilmente, especialmente los domésticos y provechosos para el ser humano.
Lo más probable es que el profeta Noé llevó a bordo animales como vacunos,
lanares, equinos, camélidos, etc., dado que eran los animales cuya necesidad era
elemental para establecerse nuevamente en alguna región que había perdido gran
parte de sus reservas debido al Diluvio.
Lo importante aquí
es que la determinación divina en la orden que Dios da a Noé es para que reúna
los animales requeridos para iniciar una nueva vida, y no tanto para que proteja
a todo el género animal. Dado que el Diluvio fue regional, no existía la
posibilidad de que se extinguiesen todas las especies de animales. Lo más
probable es que animales de otras regiones emigrasen a esa área y la repoblasen
después del Diluvio, y de ese modo retomase la actividad o animación que tenía
antes.
¿Qué
Altura Alcanzaron las Aguas?
Otro debate respecto
del Diluvio es si las aguas se elevaron lo suficiente para cubrir todas las
montañas. Como se sabe, el Corán nos informa que el arca se posó sobre el Chudi
después del Diluvio. La denominación de Chudi se refiere generalmente a un sitio
montañoso específico, en tanto que en árabe significa "asentamiento elevado o
colina". En consecuencia, no deberíamos olvidar que "Chudi" pudo no haber sido
usado como nombre para un sitio montañoso específico, sino para indicar que el
arca se posó en un lugar elevado. Además, el sentido antes mencionado de la
palabra "Chudi" puede estar señalando también que el agua había alcanzado una
cierta elevación, pero no el pico de una montaña. Es decir, lo más probable es
que el diluvio no abarcó toda la tierra y todas las montañas, como se describe
en el Antiguo Testamento, sino que solamente cubrió una región.
Lugar Geográfico Donde Tuvo Lugar el Diluvio
Se ha sugerido como
ubicación del Diluvio la zona de la llanura mesopotámica. Allí estuvieron las
civilizaciones más antiguas. Además, al estar la Mesopotamia entre los ríos
Eufrates y Tigris, se trata de una región geográficamente propensa para una gran
inundación. Uno de los factores que probablemente contribuyó a ello es que los
ríos se salieron de cauce y sumergieron la región.
La segunda razón por
la que se consideró a la zona el lugar donde se produjo el Diluvio histórico
reside en que en los registros de muchas civilizaciones de la región se
encuentra gran cantidad de documentación referida al diluvio que tuvo lugar en
el mismo período. Esas civilizaciones habrían sentido la necesidad de registrar
cómo se produjo el desastre y sus resultados, después de ser testigos de la
destrucción del pueblo de Noé. Se sabe que la mayoría de las leyendas sobre el
diluvio son de origen mesopotámico. Para nosotros son más importantes los
descubrimientos arqueológicos, los cuales nos enseñan que una vez ocurrió una
gran inundación en dicha región. Como ya veremos enseguida de manera detallada,
esa inundación motivó que la civilización se interrumpa allí temporalmente. En
las excavaciones se han hallado claros rastros de ese desastre tan enorme.
Esas revelan que a
lo largo de la historia la zona sufrió muchas veces diversos desastres como
resultado de las inundaciones y la salida de curso de los ríos Tigris y Eufrates.
Por ejemplo, alrededor de dos mil años AC (antes de Jesucristo), en la épica de
Ibbi-sin --quien gobernó la gran nación de Ur situada en el sur de la
Mesopotamia-- hay un año al que se lo registró como "el año siguiente a un
Diluvio que aniquiló los límites entre los cielos y la tierra"1.
Alrededor del 1700
AC, en la época del babilonio Hamurabi, se señaló a un año como aquél en que
ocurrió el incidente de "la ruina de la ciudad de Eshunna con una inundación".
En el siglo X AC, en
la época del gobernante Nabu-mukin-apal ocurrió una inundación en la ciudad de
Babilonia
2. Después de
'Isa (Jesucristo), en los siglos VII, VIII, X, XI y XII, tuvieron lugar
inundaciones importantes en la región. En el siglo XX, sucedió lo mismo en 1925,
1930 y 19543.
Está claro que la zona ha estado siempre sujeta al desastre de la inundación y,
como se indica en el Corán, es muy probable que un diluvio masivo pudo haber
destruido un pueblo completo.
Evidencias Arqueológicas del Diluvio
No es para nada
casual que hoy día estemos tras los rastros de las comunidades que según el
Corán han sido destruidas. La evidencia arqueológica sostiene el hecho de que
cuanto más repentinamente desaparece una comunidad, es más probable que nos
encontremos con algunos de sus vestigios.
En el caso de una
civilización que desaparece repentinamente, lo cual puede suceder como resultado
de un desastre natural, una emigración masiva o una guerra, es más probable que
sus ruinas se preserven mucho mejor. Las casas donde vivía la gente, las
herramientas o los elementos que usaban en la vida diaria, quedan sepultados
rápidamente. De esa manera se mantienen preservados por un largo período del
manoseo humano y luego reditúan importantes evidencias del pasado, al ser
sacados a la luz del día.
Así es como se ha
descubierto en la actualidad mucha de la evidencia del Diluvio en época de Noé.
Consideramos que el Diluvio ocurrió unos tres mil años AC, que ese suceso puso
fin a una civilización de manera repentina y que ello hizo que más tarde
surgiera a una civilización totalmente nueva en su lugar. Es así como la
evidencia palmaria del Diluvio quedó preservada durante miles de años de modo
que podamos sacar lecciones de allí.
Se han hecho muchas
excavaciones para investigar el diluvio que cubrió la llanura mesopotámica. En
las hechas en cuatro lugares principales, se encontraron rastros de lo que debe
haber sido un diluvio particularmente prolongado. Se trataba de importantes
ciudades de la Mesopotamia: Ur, Erech, Kish y Shuruppak. Las excavaciones
revelan que fueron sometidas a un diluvio alrededor del siglo III AC.
Echemos una mirada a
las excavaciones hechas en la ciudad de Ur.
En esa ciudad,
rebautizada actualmente "Tell al-Muqqayar", se ha puesto al descubierto una
serie de ruinas, remontándose las más antiguas a siete mil años AC. Al ser un
lugar que hospedó a una de las primeras civilizaciones, la ciudad y sus
alrededores fueron asentamiento de muchas culturas que se sucedieron.
Los descubrimientos
arqueológicos de la ciudad de Ur exhiben que allí la civilización fue
interrumpida después de un enorme diluvio, apareciendo más tarde nuevas
civilizaciones. R. H.
Hall, del Museo Británico, hizo allí las primeras excavaciones. Leonard Woolley,
quien llevó a cabo los mismos trabajos después de Hall, supervisó también la
labor organizada de manera mancomunada por el Museo Británico y la Universidad
de Pensilvania. El trabajo conducido por Woolley, de resonancia mundial, se
realizó entre 1922 y 1934.
Las excavaciones de Sir
Woolley se desarrollaron en medio del desierto entre Bagdad y el Golfo Pérsico.
Los primeros
fundadores de la ciudad de Ur eran gente que había llegado del norte de la
Mesopotamia y se autodenominaban "Ubaidianos". Las primeras perforaciones
brindaron información sobre esos pobladores. El arqueólogo alemán Werner Keller
describe así el trabajo de Woolley:
«"Las tumbas de los
reyes de Ur", fue así como Woolley, en la exhuberancia del entusiasmo al
descubrirlas, había apodado las tumbas de los nobles sumerios, cuyo esplendor,
verdaderamente regio, había quedado expuesto cuando las palas de los arqueólogos
atacaron un montículo de 50 pies (más o menos 15,5 mts.) al sur del templo y
encontraron una larga hilera de tumbas superpuestas. Las bóvedas de piedra eran
verdaderos cofres de tesoros, pues estaban llenas de copas suntuosas, jarros y
vasos maravillosamente moldeados, artículos de mesa hechos en bronce, mosaicos
de nácar, lapislázuli y plata, que rodeaban los cuerpos ya convertidos en polvo.
Arpas y liras descansaban recostados en las paredes. "Casi simultáneamente",
escribió después Woolley en su diario, "se hicieron descubrimientos que
confirmaron nuestras sospechas. Directamente debajo del piso de una de las
tumbas de los reyes, encontramos, dentro de un estrato de ceniza de algodón,
tablillas de arcilla con caracteres de símbolos más antiguos que las
inscripciones sobre las tumbas. Juzgando por la naturaleza del escrito, se podía
calcular que las tablillas eran de unos tres mil años AC. Por lo tanto
correspondían a dos o tres siglos anteriores a las tumbas".
La excavación se
profundizaba y en los nuevos estratos aparecían fragmentos de jarras, tazas y
ollas. Los expertos advirtieron que la alfarería se presentaba,
sorprendentemente, sin alteraciones. Tenía exactamente la misma apariencia a la
encontrada en las tumbas de los reyes. En consecuencia, parecía que durante
siglos la civilización sumeria no había emprendido ningún cambio radical. Es
decir, debió haber alcanzado un elevado nivel de desarrollo sorprendentemente
precoz. Cuando después de varios días uno de los operarios dijo a Woolley "llegamos
al fondo", éste bajo allí y lo primero que pensó fue "aquí terminamos". Se
trataba de un piso de arena que, por su tipo, podía haber sido depositada allí
solamente por el agua.
Entonces decidieron
seguir cavando: un metro, dos metros, y seguía el limo puro. Repentinamente, a
los tres metros el limo dejó de aparecer tan abruptamente como se presentó. Bajo
ese depósito de barro de casi tres metros de espesor, se encontraron con
evidencias de (restos de) una vivienda humana. La apariencia y calidad de la
alfarería se presentaba notablemente alterada. Se veía que fue hecha a mano. No
se encontraron rastros de metal en ninguna parte. Los implementos primitivos que
allí había, estaban hechos de pedernal tallado. ¡Deben pertenecer a la Edad de
Piedra!
La única explicación
posible de este gran depósito de limo o barro debajo del cerro en Ur, el cual
separaba claramente dos épocas de colonizaciones distintas, era el Diluvio. El
mar había dejado sus huellas imborrables en la forma de restos de pequeños
organismos marinos metidos en el limo4».
El análisis
microscópico reveló que este gran deposito de barro se había acumulado allí como
resultado de una inundación tan grande como para aniquilar la civilización
sumeria. La época de Gilgamesh y la historia de Noé se unieron en este profundo
pozo excavado bajo el desierto mesopotámico.
Max Mallowan relató
los pensamientos de Leonard Woolley, quien dijo que una masa aluvional tan
grande formada en una sola capa podía ser solamente el resultado de un gran
diluvio. Woolley también describió el estrato del diluvio que separó la ciudad
sumeria de Ur de la ciudad Al-Ubaid, cuyos habitantes usaban alfarería pintada,
encontrada en los restos del Diluvio5.
Esto muestra que la
ciudad de Ur fue uno de los lugares afectados por el Diluvio. Werner Keller
expresó la importancia de la excavación antes mencionada diciendo que lo que se
observaba en los restos de la ciudad debajo del estrato de limo prueba que allí
existió un diluvio6.
Otra ciudad
mesopotámica que exhibe los rastros del Diluvio es "Kish de los Sumerios",
conocida actualmente como Tall Al-Uhaimer. Según antiguas fuentes sumerias, esta
ciudad fue el "asentamiento de la primer dinastía postdiluviana"7.
La ciudad de
Shuruppak en el sur de la Mesopotamia, la cual hoy día se llama Tall Fa'rah,
también muestra claros rasgos del Diluvio. Los estudios arqueológicos en esta
ciudad fueron encabezados por Erich Schmidt, de la Universidad de Pensilvania,
entre 1920-1930. Esas excavaciones descubrieron tres estratos de habitaciones
que se extienden en el tiempo desde el final del período prehistórico hasta la
tercera dinastía de Ur (2112-2004 AC). Los descubrimientos más característicos
fueron casas bien edificadas, tablillas cuneiformes de registros administrativos
y listas de palabras, las cuales indican una sociedad altamente desarrollada
hacia el fin del cuarto milenio AC8.
Lo principal en esto
es que se comprendió que un gran diluvio tuvo lugar en la ciudad alrededor de
3000-2900 AC. De acuerdo al informe de Mallowan, Schmidt había llegado, a los
cuatro o cinco metros de profundidad, a un estrato de suelo amarillo (formado
por la inundación) consistente de una mezcla de arena y barro. Este estrato
estaba más cerca del nivel de la llanura que los túmulos (funerarios),
pudiéndose observarlo alrededor de todos éstos... Schmidt determinó que "la
arena (de dicho estrato) tenía su origen en el río", que estaba allí desde la
época del Antiguo Reino de Cemdet Nasr y que se relacionaba con el Diluvio en la
época de Noé9.
En las excavaciones
hechas en la ciudad de Shuruppak se encontraron restos de un diluvio que databan
aproximadamente de 3000-2900 AC. Posiblemente la ciudad de Shuruppak fue
afectada por la inundación como las otras10.
El último lugar que
se vio afectado por el Diluvio es la ciudad de Erech, al sur de Shuruppak,
conocida hoy día como Tall al-Warka. En esta ciudad, como en otras, se encuentra
un estrato del diluvio, el cual data, al igual que en las otras, del 3000-2900
AC11.
Como se sabe muy
bien, los ríos Tigris y Eufrates atraviesan la Mesopotamia de un extremo a otro.
Parece que durante el episodio del diluvio ambos ríos y muchas otras fuentes de
agua, grandes y pequeñas, se salieron del curso y, al unirse con las aguas de
las lluvias, provocaron una gran inundación. El suceso se describe en el Corán:
"Abrimos las puertas
del cielo a una lluvia torrencial y en la tierra hicimos manar fuentes. Y el
agua se encontró, según una orden decretada" (C. 54:11-12).
Cuando se examinan
uno por uno los factores que provocaron el Diluvio, se los ve a todos como
fenómenos muy naturales. Lo que hace al suceso milagroso es que tuvo lugar al
mismo tiempo y que Noé advirtió a su pueblo anticipadamente del desastre que
ocurriría.
La evaluación de las
evidencias, a partir de los estudios completos, reveló que el área del Diluvio
tenía (un ancho) de aproximadamente 160 kms. de este a oeste, y 600 kms. (de
longitud) de norte a sur. Esto muestra que el Diluvio cubrió toda la llanura
mesopotámica. Cuando examinamos como están ubicadas las ciudades de Ur, Erech,
Shuruppak y Kish, las cuales muestran los rastros del Diluvio, vemos que están
alineadas a lo largo de una ruta.
Por lo tanto el Diluvio debe
haber afectado esas cuatro ciudades y sus alrededores.
Se debería advertir
además que alrededor del 3000 AC la geografía de la llanura mesopotámica era
distinta de la actual. En aquellos momentos el lecho del río Eufrates estaba más
al este que hoy día. Su curso se colocaba antes en una línea que pasaba a través
de Ur, Erech, Shuruppak y Kish. Y cuando se abrieron "las fuentes del cielo y de
la tierra", parece que el Eufrates se salió de su curso y al expandirse llegó a
destruir las cuatro ciudades citadas.
Religiones y Culturas Que Mencionan el Diluvio
Casi todos los
pueblos conocieron el Diluvio por boca de los profetas que comunicaron la
Religión de Verdad, pero esas comunidades, además de transformarlo en una
leyenda, le agregaron cosas y corrompieron el relato original.
Dios había
transmitido a los pueblos las noticias del Diluvio en la época de Noé a través
de los mensajeros y libros que había enviado a distintas comunidades de modo que
puedan servir de advertencia y ejemplo. No obstante, los textos originales han
sido alterados y a las descripciones les habían sido agregado elementos
mitológicos: resultaron corrompidos los pueblos y el mensaje. El Corán es la
única fuente que sustancialmente concuerda con los descubrimientos de las
observaciones empíricas. Y ello ocurre solamente porque Dios ha cuidado del
Corán para que no sufra siquiera un solo cambio, no permitiendo que sea
corrompido. De acuerdo al juicio coránico "Somos Nosotros Quienes hemos
revelado la Amonestación y somos Nosotros sus custodios" (C. 15:9), el Corán
está bajo la protección especial de Dios.
En la última parte
de este capítulo que trata del Diluvio, veremos cómo es visualizado el episodio
--aunque de manera bastante alterada-- en distintas culturas, en el Antiguo
Testamento y en el Nuevo Testamento.
El
Diluvio en la Epoca de Noé en el Antiguo Testamento
El libro revelado al
profeta Moisés fue la Torá. Hoy día no queda casi nada de esa revelación y el
libro bíblico denominado "Pentateuco" ha perdido hace mucho tiempo su
concordancia con la revelación original. Incluso gran parte de esa entidad
incierta ha sido alterada por los rabinos de la comunidad judía. De la misma
manera, las revelaciones comunicadas a todos los otros profetas enviados a los
Hijos de Israel después del profeta Moisés, también sufrieron el mismo
tratamiento y fueron muy alteradas. Esta característica, que hace que al "Pentateuco"
llamemos ahora "Pentateuco Modificado", porque ha perdido su coherencia con el
original, nos lleva a considerarlo un producto de los intentos de los seres
humanos por registrar la historia de sus tribus antes que tomarlo como un libro
divino. Sin que nos cause asombro, encontramos que la naturaleza del Pentateuco
Modificado y sus contradicciones, se revelan también en el relato de la historia
de Noé, aunque tenga algunos paralelismos con el Corán en algunas partes.
De acuerdo al
Antiguo Testamento, Dios anunció a Noé que todos, excepto los creyentes, serían
destruidos, porque la tierra estaba llena de violencia. Con ese objeto le ordenó
que construya el Arca y le describió con detalles cómo hacerla. Dios también le
dijo que lleve a sus tres hijos, a las tres nueras, a la esposa, a un par de
cada ser viviente y acopio de víveres para todos.
Siete días más
tarde, cuando llegó el momento del Diluvio, todas las fuentes de agua
subterránea reventaron al exterior, se abrieron las ventanas del cielo y un gran
diluvio abarcó todo. Duró cuarenta días y cuarenta noches. La embarcación navegó
sobre las aguas que cubrieron todas las montañas y cerros elevados. De esa
manera, quienes estaban con Noé a bordo fueron salvos y el resto fue arrastrado
por las aguas, muriendo ahogados. Después del Diluvio --que duró cuarenta días y
cuarenta noches-- se detuvo la lluvia y las aguas empezaron a descender después
de los 150 días.
Por lo tanto, el
decimoséptimo día del séptimo mes la embarcación se posó en las montañas Ararat
(Agri). Noé envió una paloma para que vea si las aguas habían descendido
totalmente o no, cosa que supo cuando el animalito no volvió. Dios le dijo
entonces que desembarque y que pueble la tierra.
Una de las
contradicciones en el Antiguo Testamento es que, siguiendo esta reseña, en la
versión Yahvista del texto, se dice que Dios ordenó a Noé que tome siete parejas
--machos y hembras-- de cada uno de esos animales que El llamó "puros", y
solamente parejas --macho y hembra-- de los que denominó "impuros". Esto se
contradice con el texto que reseñamos. Además, en el Antiguo Testamento la
duración del Diluvio también es distinta. De acuerdo al Yahvista la elevación de
las aguas duró 40 días, mientras que los seglares (versión sacerdotal) señalaron
150 díasI.
Algunas partes de la
narración del Diluvio en el Antiguo Testamento dicen:
"Dijo, pues Dios a
Noé: 'He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de
violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la
tierra. Hazte un arca de maderas resinosas… Por mi parte, voy a traer el diluvio,
las aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene hálito de vida
bajo el cielo: todo cuanto exista en la tierra perecerá. Pero contigo
estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las
mujeres de tus hijos contigo. Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en
el arca una pareja para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra…' Así lo
hizo Noé y ejecutó todo lo que le había mandado Dios" (Génesis 6:13-22).
"y en el mes séptimo,
el día diecisiete del mes, varó el arca sobre los montes de Ararat" (Génesis
8:4).
"De todos los
animales puros tomarás para ti siete parejas, el macho con sus hembras, y de
todos los animales que nos son puros, una pareja, el macho con su hembra… para
que sobreviva la casta sobre la haz de toda la tierra" (Génesis 7:2-3).
"Establezco mi
alianza con vosotros, y no volverá nunca más a ser aniquilada toda carne por las
aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra" (Génesis 9:11).
Según el Antiguo
Testamento, de acuerdo al dictamen de que "todo cuanto exista en la tierra
perecerá" en el diluvio que cubriría al mundoII, todas las personas del planeta
perecieron, excepto los que estaban a bordo en el Arca con Noé.
El
Diluvio en la Epoca de Noé en el Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento
que tenemos hoy día tampoco es un libro divino en el real sentido de la palabra.
Comprende las palabras y acciones de 'Isa (Jesús). Empieza con los cuatro "Evangelios"
redactados un siglo después de la ascensión al cielo de 'Isa, por gente que
nunca lo vio o estuvo con él, es decir, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Entre los
cuatro Evangelios hay contradicciones muy obvias. El Evangelio de Juan, en
particular, difiere en gran medida de los otros tres (Evangelios Sinópticos),
que son en cierto grado --pero no totalmente-- comparables entre sí. Los otros
libros del Nuevo Testamento comprenden las cartas escritas por los Apóstoles y
Saúl de Tarso (más tarde llamado San Pablo), en las que se describen las
acciones de los mismos después de de 'Isa.
Por lo tanto el
nuevo Testamento de hoy día no es un texto divino sino más bien un libro
semihistórico.
En el Nuevo
Testamento el Diluvio se explica resumidamente como sigue.
Noé fue enviado como
mensajero a una comunidad desobediente que estaba extraviada, pero el pueblo no
le hizo caso y continuó en su perversión. Entonces Dios le ajustó las cuentas
con el Diluvio a esos que habían rechazado la fe, y salvó a Noé y a los
creyentes poniéndolos en el Arca. El Nuevo Testamento lo expresa de la manera
que sigue.
"Como en los días de
Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que
precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día que
entró Noé en el Arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los
arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre" (Mateo
24:37-39).
"si no perdonó al
mundo antiguo, aunque preservó a Noé, heraldo de la justicia, y a otros siete,
cuando hizo venir el diluvio sobre un mundo de impíos" (2 Pedro 2:5).
"'Como sucedió en
los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían,
bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día que entró Noé en el arca; vino el
diluvio y los hizo perecer a todos" (Lucas 17:26-27).
"en otro tiempo
incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los día que Noé
construía el Arca, en las que unos pocos, es decir ocho personas, fueron
salvados a través de las aguas" (1 Pedro 3:20).
"Porque ignoran
intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra
surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios, y que,
por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio" (2
Pedro 3:5-6).
Relato del Diluvio en Otras Culturas
Cultura sumeria:
Un dios llamado Enlil dijo al pueblo que otros dioses intentaban destruir la
humanidad pero que él deseaba salvarla. El héroe de la historia es Ziusudra, rey
devoto de la ciudad de Sippur. El dios Enlil dijo a Ziusudra qué hacer para
salvarse del Diluvio. La parte del texto donde se relata quiénes subieron a la
embarcación, se ha perdido. Pero que existió se revela en la parte donde dice
como se salva Ziusudra. Si nos apoyamos en la versión babilonia llegamos a la
conclusión que en la versión sumeria deben existir detalles muchos más amplios
del porqué del Diluvio y como fue construida la embarcación.
Cultura babilónica:
Ut-Napishtim es el equivalente babilonio de Ziusudra, el héroe sumerio del
Diluvio. Otra referencia importante es Gilgamesh. Según la leyenda éste decidió
buscar y encontrar a sus ancestros para obtener el secreto de la inmortalidad.
Se le advirtió de los peligros y dificultades de ese viaje. Se le dijo que debía
saber que tenía que cruzar las "montañas Mashu y las aguas de la muerte", y que
ese viaje había sido realizado hasta entonces solamente por el dios sol Shamash.
No obstante, Gilgamesh enfrentó todos los peligros de la marcha y finalmente
consiguió llegar donde se encontraba Ut-Napishtim.
El texto se vuelve
ilegible cuando se relata la reunión de Gilgamesh y Ut-Napishtim. Y cuando se
puede leer de nuevo, Ut-Napishtim dice a Gilgamesh que "los dioses reservaron el
secreto de la muerte y de la vida a ellos" (es decir, que no se lo tenían que
dar a conocer a la gente).
Entonces Gilgamesh preguntó a
Ut-Napishtim cómo había adquirido la inmortalidad.
Y Ut-Napishtim le
contó la historia del diluvio como respuesta. El diluvio también aparece en las
famosas "doce tablas" de la épica de Gilgamesh.
Ut-Napishtim comenzó
diciéndole que la historia que iba a contarle era "algo secreto, un secreto de
los dioses". Le dijo que él era de la ciudad de Shuruppak, la más antigua entre
las ciudades de la tierra de Akkad. Según este relato el dios Ea le habría
hablado a través de las paredes de una choza de cañas y le comunicó que los
dioses habían decidido destruir todas las semillas de vida con un diluvio,
aunque en esta versión no se explica la razón de esa decisión. En el relato
sumerio del Diluvio tampoco se da la razón del mismo. Ut-Napishtim dijo que Ea
le había comunicado que construya una embarcación en la cual reuniría y pondría
las "semillas de todas las cosas vivientes". Ea le informó respecto al tamaño y
la forma de la embarcación: el ancho, el largo y el alto eran de igual medida.
La tormenta puso todo patas arriba durante seis días y seis noches. El séptimo
día vino la calma. Ut-Napishtim vio que en el exterior (de la nave) todo "se
había convertido en un barro pegajoso". La embarcación se posó sobre el monte
Nisir.
De acuerdo a los
registros babilonios y sumerios, Xisuthros (o Khasistara) se salvó del Diluvio
junto con su familia, los amigos, pájaros y otros animales, gracias a una
embarcación de 925 metros de largo. Se dice que "las aguas se expandieron hacia
los cielos, que los océanos cubrieron las costas y que los ríos se salieron de
sus cursos". Después la embarcación se posó en la montaña Corydaena.
Según los registros
asirios-babilonios, Ubar-Tutu (o Khasisatra) fue salvado junto con su familia,
sirvientes, rebaños y animales salvajes en una embarcación de 600 codos de
largo, 60 codos de ancho y 60 codos de alto. El Diluvio duró seis días y seis
noches. Cuando la embarcación llegó a la montaña Nizar, la paloma que fue
liberada volvió, pero el cuervo no.
Según otros
registros sumerios, asirios y babilonios, Ut-Napishtim y su familia
sobrevivieron al Diluvio, el cual duró seis noches y seis días. Se dice: "En el
día séptimo Ut-Napishtim miró al exterior.
Todo estaba muy quieto.
El hombre había
vuelto nuevamente al barro". Cuando la embarcación se posó en la montaña Nizar,
Ut-Napishtim mandó afuera una tórtola, un cuervo y un gorrión. El cuervo se
detuvo para comer de los cadáveres, pero los otros dos pájaros no regresaron.
Cultura hindú:
En las épicas Shatapatha Brahmana y Mahabharata de la India, la persona llamada
Manú se salva del diluvio junto con Rishiz. De acuerdo a la leyenda, Manú había
atrapado un pez, al que no mató. En forma imprevista el pez creció y le dijo que
construya una embarcación y amarre allí sus cuernos. Se acepta que ese pez era
la manifestación del dios Vishnú. El pez condujo a la embarcación sobre las
altas olas y la llevó hacia el norte, donde se encontraba la montaña Hismavat.
Cultura galesa:
Según la leyenda galesa [de Gales, una región celta de (Gran ) Bretaña], Dwynwen
y Dwyfach escaparon del gran desastre en una embarcación. Cuando descendió la
espantosa inundación que ocurrió a partir del estallido de Llynllion, que fue
llamado el Lago de Olas, Dwynwen y Dwyfach empezaron a repoblar nuevamente (Gran)
Bretaña.
Cultura escandinava:
Las leyendas nórdicas Edda relatan que Bergalmir y su esposa escaparon del
diluvio en una gran embarcación.
Cultura lituana:
En la leyenda lituana se dice que unos pocos pares de seres humanos y animales
se salvaron refugiándose en la cresta rocosa de una montaña muy alta. Cuando los
vientos y las inundaciones, que duraron doce días y doce noches, alcanzaron lo
alto de la montaña, de modo que casi se engulle todo lo que estaba allí, el
Creador les arrojó una cáscara de nuez gigante. De ese modo se salvaron los
antes señalados, al navegar en la cáscara de nuez.
Cultura china:
Las fuentes chinas relatan que una persona llamada Yao, junto a otras personas o
Far Li con su esposa e hijos, fueron salvados de la inundación y los terremotos
navegando en una embarcación. Se dice que "la tierra estaba completamente en
ruinas. El agua brotó al exterior de la tierra y cubrió todo". Finalmente las
aguas retrocedieron.
El Diluvio en la
Epoca de Noé en la Mitología Griega:
El dios Zeus decidió destruir al pueblo con un diluvio porque cada día que
pasaba se convertía en más malhechor. Solamente Deucalion y su esposa Pyrrha
fueron salvados de la inundación porque el padre de Deucalion, Prometeo, había
aconsejado con anterioridad a su hijo que construya una embarcación. La pareja
hizo pie en el Monte Parnassos el noveno día a contar de la fecha en que se
embarcaron.
Todas estas leyendas indican
una realidad histórica concreta.
A lo largo de la
historia cada comunidad recibió el mensaje, es decir, todos recibieron la
revelación Divina. Así es como muchas comunidades aprendieron acerca del Diluvio.
Desgraciadamente, como la gente se apartó de la esencia de la revelación Divina,
el relato del Diluvio sufrió muchos cambios y se convirtió en leyendas o mitos.
La única fuente
donde podemos encontrar la historia real de Noé y del pueblo que lo rechazó, es
el Corán, única fuente de la revelación Divina que permanece sin alteraciones.
El Corán provee la
información correcta no solamente sobre el Diluvio en época de Noé sino también
de otros sucesos y pueblos de la historia. En los capítulos que siguen nos
ocuparemos de ellos.
CAPITULO 2
LA VIDA DEL PROFETA IBRAHIM (ABRAHAM)
"Ibrahim no fue judío ni
cristiano, sino que fue hanif, sometido a Dios, no asociador. Los más allegados
a Ibrahim son los que le han seguido, así como este Profeta y los que han
creído.
Dios es el Protector
de los creyentes" (C. 3:67-68).
En el Corán se hace
referencia de continuo al profeta Ibrahim (Abraham) y es distinguido por Dios
como un ejemplo para el pueblo. Transmitió el mensaje de Dios a su pueblo, el
que era idólatra, y les aconsejó para que obedezcan a El. Pero esa gente no
solamente no escuchó sus advertencias sino que se le opuso. Cuando el
comportamiento calamitoso del pueblo fue en aumento, Ibrahim tuvo que irse a
otra parte con su esposa, el profeta Lot y otras pocas personas más.
Ibrahim era
descendiente de Noé. El Corán dice que también siguió el camino de Noé:
"¡Paz sobre Noé,
entre todas las criaturas! Así retribuimos a quienes hacen el bien. Es uno de
Nuestros siervos creyentes.
Luego, anegamos a los otros.
Ibrahim era,
sí, de los suyos (de Noé)" (C. 37:79-83).
En la época del profeta Ibrahim mucha gente que
vivía en las llanuras mesopotámicas y en el centro y este de Anatolia, adoraban
los cielos y las estrellas. El dios más importante de esa gente era "Sin", el
dios luna. Fue personificado como un humano de larga barba que vestía un atuendo
con una media luna impresa. También hicieron cuadros en relieve y esculturas de
esos dioses para adorarlos. Se trataba de un sistema de creencia ampliamente
extendido que se mantuvo por mucho tiempo y que encontró suelo propicio en el
Cercano Oriente. La gente que vivía en la región continuó adorando esos dioses
hasta alrededor del año 600 DC. Una consecuencia de estas creencias, fue la
construcción de algunos edificios conocidos como "ziggurats", que eran usados
tanto como observatorios y templos --donde se adoraban diversos dioses,
especialmente el mencionado dios luna "Sin"--, extendiéndose la zona de los
mismos desde la Mesopotamia hasta el interior de Anatolia12.
Esta tipo de
creencia, descubierta recientemente en las excavaciones actuales, se menciona en
el Corán, donde se dice que Ibrahim rechazó la adoración de estas deidades y se
volvió solamente a Dios, el Dios uno. En el Corán se redacta así la conducta de
Ibrahim:
"Y cuando Ibrahim
dijo a su padre Azar: '¿Tomas a los ídolos como dioses?. Sí, veo que tú y tu
pueblo estáis evidentemente extraviados'. Y así mostramos a Ibrahim el reino de
los cielos y de la tierra, para que fuera de los convencidos. Cuando cerró la
noche sobre él, vio una estrella y dijo: '¡Este es mi Señor!' Pero, cuando se
puso, dijo: 'No amo a los que se ponen'. Cuando vio la luna que salía, dijo:
'Este es mi Señor'. Pero, cuando se puso, dijo: 'Si no me dirige mi Señor, voy a
ser, ciertamente, de los extraviados'. Cuando vio el sol que salía, dijo: '¡Este
es mi Señor!
¡Este es mayor!'
Pero, cuando se puso, dijo: '¡Pueblo!
Soy inocente de lo que Le asociáis. Vuelvo mi rostro, como hanif, hacia Quien
ha creado los cielos y la tierra.
Y no soy asociador'" (C.
6:74-79).
En el Corán no se
menciona específicamente donde nació y vivió Ibrahim. Pero se indica que él y
Lot, que eran contemporáneos, vivían cerca uno del otro, ya que los ángeles
antes de ir a ver a Lot fueron a visitar a Ibrahim para anunciarle a su esposa
la buena nueva de un niño.
Algo importante
respecto a Ibrahim en el Corán, que no se menciona en el Antiguo Testamento, es
la construcción de la Caaba. En el Corán se nos dice que la Caaba fue construida
por Ibrahim y su hijo Ismail. Hoy día, lo único conocido por los historiadores
acerca del pasado de la Caaba es que ha sido un lugar sagrado desde épocas muy
lejanas. La colocación de ídolos allí durante la época de la Ignorancia, antes
del profeta Muhammad, fue consecuencia de la degeneración y distorsión de la
religión divina revelada en su momento a Ibrahim.
Ibrahim
Según el Antiguo Testamento
Posiblemente el Antiguo
Testamento es la fuente más detallada sobre Ibrahim, incluso aunque mucho de lo
que relata puede no ser confiable.
De acuerdo a lo dicho allí, Ibrahim
nació alrededor del 1900 AC en la ciudad de Ur, una de las ciudades más
importante de la época, ubicada al sudeste de las llanuras mesopotámicas.
Al nacer no lo llamaron "Abraham" (Ibrahim)
sino "Abram".
El nombre se lo
cambió Dios (YHWH) más adelante.
Un día, según el
Antiguo Testamento, Dios pidió a Abram que emprenda un viaje, dejando su país y
su pueblo, para ir a un país indefinido y dar inicio allí a una nueva comunidad.
Abram escuchó ese llamado a los 75 años y se lanzó al viaje con su esposa Sarai
--quien más tarde será conocida como "Sarah", que significa princesa-- y su
sobrino Lot. Mientras se dirigía la Tierra Prometida se quedó en Hanan un tiempo
y luego continuó viaje. Cuando arribó a la tierra de Cannan, prometida a la
comitiva por Dios, se le dijo que ese lugar fue elegido específicamente para
ellos y (Dios) se los concedió. Después de cumplir los 99 años Abram hizo un
pacto con Dios y pasó a llamarse Abraham. Murió a los 175 años y fue enterrado
en la cueva de Machpelah cerca de la ciudad de Hebrón (el-Jalil). Esa tierra que
compró Ibrahim por cierta cantidad de dinero, fue suya y la primer propiedad de
su familia en la Tierra Prometida.
El
Lugar Donde Nació Ibrahim Según el Antiguo Testamento
Siempre ha sido
cuestión de debate el lugar donde nació Ibrahim. Mientras que judíos y
cristianos dicen que nació en el sur de la Mesopotamia, en el mundo islámico
prevalece la idea que nació cerca de Urfa-Harran. Los nuevos descubrimientos
muestran que las tesis judías y cristianas no reflejan la verdad plenamente.
Judíos y cristianos
se basan en el Antiguo Testamento, dado que allí se dice que Ibrahim nació en la
ciudad de Ur, al sur de la Mesopotamia. Se dice que después de criarse allí
recibió el mandato de partir hacia Egipto, lugar adonde arriba después de un
largo viaje, pasando por la región de Harran en Turquía.
Sin embargo, un
manuscrito del Antiguo Testamento recientemente hallado, generó serias dudas
acerca de la validez de esa información. En ese manuscrito griego del siglo III
AC, aceptado como la copia más antigua del Antiguo Testamento encontrada hasta
ahora, en ninguna parte se menciona a Ur. Muchos investigadores actuales del
Antiguo Testamento dicen que la palabra "Ur" es una equivocación o una adición
posterior. Esto implica que Ibrahim no nació en Ur y que Mesopotamia nunca fue
la región en la que vivió.
Además, los nombres
de algunos lugares, y las regiones a los que se ligan, cambian con el paso del
tiempo. Actualmente, se entiende por llanuras mesopotámicas al margen sur de la
tierra iraquí entre el Eufrates y el Tigris. No obstante, hace dos mil años la
Mesopotamia significaba una región más al norte que llegaba hasta Harran y
abarcaba lo que hoy día son tierras de Turquía. Por lo tanto, incluso si
aceptamos la expresión "llanuras mesopotámicas" como algo correcto en el Antiguo
Testamento, sería equivocado pensar que la Mesopotamia de hace dos mil años y la
de hoy día se refieren exactamente a los mismos lugares.
Aunque hay serias
dudas y desacuerdos respecto a si Ur es el lugar donde nació Ibrahim, hay una
aceptación general de que Harran y la región en su entorno fue el lugar donde
vivió. Además, una breve investigación del Antiguo Testamento aporta información
que sostiene el punto de vista de que Ibrahim nació en Harran. Por ejemplo, la
región de Harran se designa en el Antiguo Testamento "la región de Aram" (Génesis
11:31 y 28:10). Se dice que quienes provienen de la familia de Ibrahim son "hijos
de un aramí" (Deuteronomio 26:5). La identificación de Ibrahim como un aramí
muestra que vivió en esa región.
En las fuentes
islámicas hay una fuerte evidencia de que el lugar de nacimiento de Ibrahim es
Harran y Urfa. En Urfa, llamada "la ciudad de los profetas", hay muchas
historias y leyendas acerca de Ibrahim.
¿Por
Qué Fue Alterado el Antiguo Testamento?
Parecería que el
Corán y el Antiguo Testamento al describir a Ibrahim están hablando de dos
profetas casi distintos, llamándose uno Abraham y el otro Ibrahim. Según el
Corán, Ibrahim es enviado a un pueblo idólatra como mensajero (de Dios), pues
ese pueblo adoraba la luna, las estrellas y diversos ídolos. Ibrahim combate
esas creencias e intenta apartar a la gente de las creencias supersticiosas, e
inevitablemente se gana la enemistad de toda la comunidad, incluida la de su
padre.
Pero nada de esto se
menciona en el Antiguo Testamento, donde tampoco se relata que a Ibrahim lo
arrojan al fuego o que él rompe los ídolos de su comunidad. En general, en el
Antiguo Testamento se lo describe como el ancestro de los judíos, punto de vista
que evidentemente fue elevado al primer plano por los jefes de la comunidad
judía con el objeto de establecer el concepto de "raza". Los judíos creen que
Dios les dio para siempre el carácter de pueblo elegido y superior. (Los jefes)
judíos alteraron su libro divino, agregando y sacando parte de lo escrito, para
que concuerde con sus creencias y opiniones del momento. Es por esto que a
Ibrahim se lo describe en el Antiguo Testamento simplemente como ancestro de los
judíos.
Los cristianos que
creen en el Antiguo Testamento piensan que Ibrahim es el ancestro de los judíos,
pero con una diferencia: no lo consideran judío sino cristiano. Los cristianos
no le dieron tanta importancia al concepto de raza como los judíos y la
diferencia antes señalada se volvió parte del desacuerdo entre ambas religiones.
Dios explica así la cuestión en el Corán:
"'¡Gente de la
Escritura! ¿Por qué disputáis de Ibrahim, siendo así que la Torá y el Evangelio
no fueron revelados sino después de él? ¿Es que no razonáis? ¡Mirad cómo sóis!
Disputabais de lo que conocíais. ¿Vais a disputar de lo que no conocéis? Dios
sabe, mientras que vosotros no sabéis.
Ibrahim no fue judío ni
cristiano, sino que fue hanif, sometido a Dios, no asociador. Los más allegados
a Ibrahim son los que le han seguido, así como este Profeta y los que han creido.
Dios es el
Protector de los creyentes" (C. 3:65-68).
Para el Corán, de
manera muy distinta a lo que se escribe en el Antiguo Testamento, Ibrahim es una
persona que advirtió a su pueblo para que cumpla con Dios y discutió de manera
vehemente con esa gente para hacer eso posible. Desde joven advirtió a su pueblo
para que abandone la práctica de adorar ídolos. La gente reaccionó intentando
matarlo pero él consiguió salvarse de los ataques de ese pueblo ruin y
finalmente emigró.
CAPITULO 3
EL PUEBLO DE LOT Y LA CIUDAD QUE FUE VUELTA DE
ARRIBA ABAJO
"El pueblo de Lot
desmintió las advertencias. Enviamos contra ellos una tempestad de arena.
Exceptuamos a la familia de Lot, a la que salvamos al rayar el alba, en virtud
de una gracia venida de Nosotros.
Así retribuimos al agradecido.
Les había
prevenido contra Nuestro rigor, pero pusieron en duda las advertencias." (C.
54:33-36).
Lot fue
contemporáneo de Ibrahim y fue enviado como mensajero a una comunidad vecina a
la de éste. Como nos relata el Corán, esa gente practicaba una perversión
desconocida hasta entonces en el mundo, es decir, la sodomía. Rechazaron a Lot
como personero de una misión profética, siguieron con su práctica corrupta y no
le prestaron atención cuando les dijo que renuncien a esa perversión,
haciéndoles conocer las advertencias de Dios. Finalmente ese pueblo fue
destruido por medio de un desastre espantoso.
En el Antiguo
Testamento es conocida como Sodoma la ciudad donde residía Lot. Situada al norte
del Mar Rojo, se entiende que ha sido destruida de la manera que lo señala el
Corán. Estudios arqueológicos la ubicaron en el área del Mar Muerto, el cual se
extiende a lo largo de la frontera jordano-israelí.
Antes de examinar
las ruinas que quedaron, veremos porqué el pueblo de Lot fue castigado de esa
manera. El Corán nos cuenta cómo advirtió Lot a ése pueblo y lo que éste le
respondió:
"El pueblo de Lot
desmintió a los enviados. Cuando su hermano Lot les dijo: '¿Es que no vais a
temer a Dios? Tenéis en mí un enviado digno de confianza.
¡Temed, pues, a Dios y
obedecedme! No os pido por ello ningún salario. Mi salario no incumbe sino al
Señor del universo.
¿Os llegáis a los
varones, de las criaturas, y descuidáis a vuestras esposas, que vuestro Señor ha
creado para vosotros? Sí, sois gente que viola la ley'. Dijeron: 'Si no paras,
Lot, serás, ciertamente, expulsado'. Dijo: ¡Detesto vuestra conducta!" (C.
26:160-168).
La gente detestaba a
Lot porque les mostraba el camino correcto. Por eso mismo lo amenazaron y
querían desterrarlo a él y a otros creyentes que lo acompañaban: "Y a Lot.
Cuando dijo a su pueblo:
'¿Os entregaréis a
una deshonestidad que ninguna criatura ha cometido antes? Por concupiscencia, os
llegáis a los hombres en lugar de llegar a las mujeres. ¡Sí, sois un pueblo
inmoderado!'. Lo único que respondió su pueblo fue: '¡Expulsadles de la ciudad!
¡Son gente que se las da de puros!'" (C. 7:80-82).
Lot convocó a su
pueblo a una verdad muy obvia y le advirtió explícitamente sobre el peligro,
pero esa gente no prestó atención a ningún tipo de advertencia y continuó
rechazando a Lot y continuó rechazándolo y negando el castigo que le sería
aplicado.
"Y a Lot.
Cuando dijo a su pueblo: 'Os entregáis a una deshonestidad que ninguna criatura
ha cometido antes. ¿Os llegáis a los hombres, salteáis y cometéis actos
reprobables en vuestras reuniones?' Lo único que respondió su pueblo fue:
'¡Tráenos el castigo de Dios, si es verdad lo que dices!'" (C. 29:28-29).
Al recibir Lot esa
respuesta, pidió la ayuda de Dios.
"Dijo: '¡Señor! ¡Auxíliame
contra el pueblo corruptor!'" (C. 29:30).
"¡Señor! ¡Sálvanos,
a mí y a mi familia, de lo que hacen!'" (C. 26:169).
Después que Lot rezó
e hizo la súplica, Dios envió a dos ángeles bajo la forma de hombres. Primero
visitaron a Ibrahim para darle la buena nueva de que su esposa daría a luz un
niño y para explicarle porqué fueron enviados: iba a ser destruido el pueblo
insolente de Lot.
"Dijo (Ibrahim): 'Y,
¿qué es lo que os trae por aquí, ¡enviados!?' Dijeron: 'Se nos ha enviado a un
pueblo pecador para enviar contra ellos piedras de barro cocido, marcadas junto
a tu Señor para los inmoderados'" (C. 51:31-34).
"No incluimos a la
familia de Lot, a los que salvaremos todos, salvo a su mujer '. Determinamos:
sería de los que se rezagaran." (15:59-60).
Después esos ángeles
se dirijieron hasta donde estaba Lot, quien, como antes no había recibido
mensajeros --no los conocía--, estaba algo temeroso. Pero a continuación de
hablar con ellos se serenó.
"Y cuando Nuestros
enviados vinieron a Lot, éste se afligió por ellos y se sintió impotente para
protegerles. Dijo: '¡Este es un día terrible!'" (C. 11:77).
"dijo: 'Sois gente
desconocida'. Dijeron: '¡No, sino que te traemos aquello de que han dudado! Te
traemos la Verdad. ¡Sí, es como decimos! ¡Ponte en camino con tu familia,
durante la noche! ¡Ve el último y que ninguno de vosotros se vuelva! ¡Id a donde
os se ordena!' Y
decidimos respecto a él este asunto: iban a amanecer todos ellos, hasta el
último, despedazados" (C. 15:62-66).
Entretanto su pueblo
se había enterado que Lot tenía visitantes. No vacilaron en acercárseles con
fines perversos, como lo habían hecho antes con otras personas. Rodearon la
casa. Temiendo por quienes lo visitaban, Lot dijo a su pueblo lo siguiente:
"Dijo (Lot): '¡Estos son huéspedes míos! ¡No me deshonréis! ¡Temed a Dios y no
me llenéis de vergüenza!!'" (C. 15: 68-69).
El pueblo de Lot replicó:
"Dijeron: '¿No te habíamos prohibido que trajeras a nadie?'"
(C. 15:70).
Pensando que él y
sus visitantes serían sometido a mal trato, dijo Lot:
"¡Ah! Si os pudiera…
o si pudiera recurrir a un apoyo fuerte…' (C. 11:80).
Sus "visitantes" le
recordaron que eran enviados de Dios y dijeron:
Dijeron (los
huéspedes): '¡Lot! ¡Somos los enviados de tu Señor!
¡No se llegarán a ti!
¡Ponte en camino con
tu familia durante la noche y que ninguno de vosotros se vuelva! Tu mujer, sí,
que se volverá y le alcanzará el mismo castigo que a ellos. Esto les ocurrirá al
alba. ¿No está cercana el alba?" (11:81).
Cuando la
perversidad de la gente de la ciudad alcanzó su más alto grado, Dios salvó a
Lot por medio de los ángeles. Al alba esa gente fue destruida por el desastre
que Lot les había anticipado.
"Le exigieron a sus
huéspedes y les apagamos los ojos. '¡Gustad Mi castigo y Mis advertencias!' A la
mañana siguiente, temprano, les sorprendió un castigo duradero" (C. 54:37-38).
Otros versículos
describen como sigue la destrucción de ese pueblo.
"Y les sorprendió el
Grito a la salida del sol. La volvimos de arriba abajo e hicimos llover sobre
ellos piedras de arcilla. Ciertamente, hay en ello signos para los que prestan
atención. Está situada, ciertamente, en un camino que aún existe." (C.
15:73-76).
"Y cuando vino
Nuestra orden, la volvimos de arriba abajo e hicimos llover sobre ella piedras
de arcilla a montones, marcadas junto a tu Señor. Y no está lejos de los
impíos." (C. 11:82-83).
"Luego, aniquilamos
a los demás. E hicimos llover sobre ellos una lluvia. ¡Lluvia fatal para los que
habían sido advertidos! Ciertamente, hay en ello un signo, pero la mayoría no
creen. En verdad, tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso!" (C. 26:172-175).
Cuando las personas
fueron destruidas, sólo Lot y los creyentes, que eran tan pocos como los
miembros de un hogar, fueron salvados. La esposa de Lot tampoco era creyente y
también fue destruida.
"Y a Lot.
Cuando dijo a su pueblo: '¿Os entregaréis a una deshonestidad que ninguna
criatura a cometido antes? Por concupiscencia, os llegáis a los hombres en lugar
de llegaros a las mujeres. ¡Sí, sois un pueblo inmoderado!' Lo único que
respondió su pueblo fue: '¡Expulsadles de la ciudad! ¡Son gente que se las da de
puros!' Y les salvamos, a él y a su familia, salvo a su mujer, que fue de los
que se rezagaron. E hicimos llover sobre ellos una lluvia: ¡Y mira cómo
terminaron los pecadores!" (C. 7:80-84)
Como se describe en
el Antiguo Testamento, Lot emigró junto con Ibrahim, en tanto que el pueblo
pervertido fue destruido y su moradas arrasadas hasta los cimientos.
Los "Signos Obvios" en el Lago de Lot
El versículo 82 del capítulo 11 del Corán dice
claramente que tipo de desastre sobrevino al pueblo de Lot:
"Y cuando vino Nuestra orden, la volvimos de arriba abajo e hicimos llover sobre
ella piedras de arcilla a montones".
La expresión "la
volvimos (a las ciudades) de arriba abajo" implica que la región fue destruida
totalmente por un terremoto violento. En consecuencia, el Lago de Lot, donde
ocurrió la destrucción, muestra "obvias evidencias" de ese desastre.
Dice el arqueólogo
alemán Werner Keller:
"El Valle de Siddim,
que incluye a Sodoma y Gomorra, se hundió un día en el abismo junto con el
basamento de la enorme fisura que pasa precisamente a través del área. La
destrucción aconteció en los momentos que se produjo un gran terremoto, el cual
posiblemente fue acompañado de explosiones, efectos luminosos, pérdidas de gas
natural e incendios de todo tipo"13.
En realidad, el Lago
de Lot, o Mar Muerto, como también se lo conoce, está directamente colocado en
la superficie de una región sísmica activa, es decir, en una zona de terremotos:
"El basamento del
mar Muerto se ubica en una profunda depresión tectónica. El valle que lo
comprende está colocado en una zona donde la corteza terrestre se ve sometida a
tensión, entre el Lago Tiberiades al norte y el valle Arabe al sur"14.
El evento fue mencionado como "(Nosotros)… e
hicimos llover sobre ella piedras de arcilla a montones" en la última parte
del versículo. Con toda probabilidad esto se debe entender en el sentido de que
tuvo lugar una explosión volcánica en la costa del Lago de Lot, debido a la cual
fueron expulsadas del seno de la tierra "piedras de barro (arcilla) cocido"
(C. 51:33). (Lo mismo se relata en 26:173:
"E hicimos llover sobre ellos una lluvia ¡Lluvia
fatal para los que habían sido advertidos!").
En relación con esto
escribe W. Keller:
"El hundimiento
liberó las fuerzas volcánicas que yacían dormidas muy abajo, a lo largo de toda
la falla geológica. En el Alto Valle del Jordán, cerca de Bashan aún hay
cráteres sobresalientes de volcanes extintos. Sobre la superficie de piedra
caliza se han depositado grandes tramos de lava y profundas capas de basalto"15.
Esa lava y las capas
de basalto constituyen la mayor evidencia de que alguna vez allí hubo una
explosión volcánica y un terremoto. Lo más probable es que el Corán esté
señalando dicha explosión volcánica cuando al describir la catástrofe dice "…e
hicimos llover sobre ella piedras de arcilla a montones" Y Dios sabe mejor. En
tanto, en el mismo versículo, la expresión "Y cuando vino Nuestra orden, la
volvimos (a las ciudades) de arriba abajo", se debe referir al terremoto, el
cual provocó que los volcanes erupcionen con un impacto devastador, como así
también a las grietas y ruinas del caso. Y solamente Dios conoce la verdad de lo
sucedido.
Son muy interesantes
los "signos obvios" que presenta el Lago de Lot. En general, los sucesos que son
relatados en el Corán tuvieron lugar en el Medio Oriente, en la península
arábiga y en Egipto. En medio de esas tierras está el Lago de Lot, el cual, al
igual que los episodios que han tenido lugar a su alrededor, merecen ser
observados desde la perspectiva geológica. El Lago está ubicado unos 400 mts.
más abajo que la superficie del mar Mediterráneo. Este es el punto más bajo en
la tierra. En otras áreas con zonas por debajo del nivel del mar, la profundidad
mayor es de 100 mts. Otra propiedad del Lago de Lot es que la concentración de
sal en sus aguas es muy alta, con una densidad de alrededor del 30 % (el Mar
Muerto tiene una concentración de sal siete veces más elevada que la de los
océanos). Debido a esto
en sus aguas no puede morar ningún organismo vivo.
Este es el motivo
por el que se lo llama Mar Muerto en la literatura occidental.
El episodio del
pueblo que se relata en el Corán, según las estimaciones, ocurrió alrededor del
año 1800 AC. El alemán W. Keller, basado en sus investigaciones arqueológicas y
geológicas, se percató de que en realidad las ciudades de Sodoma y Gomorra
estuvieron ubicadas en el Valle de Siddim, en la región más extrema y más baja
del Lago de Lot, y que por allí existieron, alguna vez, grandes ciudades muy
pobladas.
La característica
estructural más interesante del Lago de Lot, según Keller, es algo a lo que se
refiere el Corán:
"En la costa
oriental del Mar Muerto la península de El-Lisan sobresale como una lengua que
se mete en el agua. En árabe "El-Lisan" significa "la lengua". Se hunde bajo el
agua en un ángulo prodigioso, que no es visible desde tierra, dividiendo al mar
en dos partes. La parte derecha de la península tiene un talud que alcanza los
1200 pies de profundidad (más o menos 36 mts.). En cambio, a la izquierda, el
agua es, notablemente, poco profunda. Los sondeos hechos en los últimos años
establecieron una profundidad de solamente 50 ó 60 pies (1,50 a 1,80 mts.). Esa
parte extraordinariamente playa del Mar Muerto, desde la península de El-Lisan
hasta el punto más al sur, es lo que constituía el Valle de Siddim"16.
W. Keller observó
que esa parte playa --que después se descubrió se formó con posterioridad a la
cuenca marítima--, era el resultado del terremoto mencionado y del colapso
masivo que produjo el mismo. Ese era el lugar donde estuvieron Sodoma y Gomorra,
es decir, donde vivía el pueblo de Lot.
En alguna época esa
región se podía atravesar caminando. Sin embargo, ahora, el lugar donde
estuvieron Sodoma y Gomorra está cubierto por el agua y constituye la parte más
playa del Mar Muerto. El colapso del basamento como resultado de una espantosa
catástrofe que sucedió a comienzos del siglo II AC, hizo que el agua salada del
mar fluyera en la cavidad recientemente formada.
Los rastros de lo
acontecido son visibles en el Lago de Lot… Si se va remando en un bote hasta el
punto mas sureño, se ven cosas realmente fantásticas. A alguna distancia de la
costa y muy visible bajo la superficie acuática, encontramos la figura
preservada de un bosque, gracias al altísimo contenido de sal del Mar Muerto.
Los troncos y las ramas muy antiguos resplandecen en las aguas verdes. Hubo un
tiempo en que el valle de Siddim, con los árboles en floración y un verde
follaje, llegó a ser el sitio más hermoso de la región.
El aspecto mecánico
del desastre que sobrevino al pueblo de Lot es revelado por las investigaciones
arqueológicas, las cuales muestran que el terremoto que lo destruyó se produjo
como consecuencia de una ruptura muy grande en la tierra (rompimiento de la
falla geológica) a lo largo de los 190 kms. que forman el lecho del río Sheri'at.
Este río tiene una pendiente total de 180 mts. Esto, y el hecho de que el Lago
de Lot está 400 mts. por debajo del nivel (del Mar Mediterráneo), son dos
elementos importantes de las evidencias del enorme acontecimiento geológico
sucedido allí.
Las llamativas
estructuras del río Sheri'at y del Lago de Lot, son solamente una pequeña parte
de la resultante del resquebrajamiento o cisma que afectó esa región de la
tierra. Hace muy poco que se ha descubierto la forma en que se produjo ese
rompimiento y la medida lineal del mismo.
La falla se inicia
en las cercanías del Monte Taurus, se dirige hacia las costas sureñas del Lago
de Lot y prosigue en el desierto arábigo hasta el Golfo de Aqaba, cruza el Mar
Rojo y finaliza en el Africa. A lo largo de este recorrido se observan fuertes
actividades volcánicas. El basalto negro y la lava se encuentran en las montañas
de Galilea en Israel, en las altas llanuras de Jordania, en el Golfo de Aqaba y
en otras áreas cercanas.
Todas las evidencias
geográficas y todos los vestigios existentes demuestran que en el Lago de Lot
ocurrió un suceso geológico catastrófico, el cual fue descrito por W. Keller,
como ya vimos antes:
"El Valle de Siddim,
que incluye a Sodoma y Gomorra, se hundió un día en el abismo junto con el
basamento de la enorme fisura que pasa precisamente a través del área. Su
destrucción aconteció por causa de un gran terremoto, el cual posiblemente fue
acompañado de explosiones, efectos luminosos, emisiones de gas natural e
incendios de todo tipo"17.
"National Geographic"
hace el siguiente comentario en diciembre de 1957:
"El monte de Sodoma,
una tierra árida, se destaca notablemente sobre el Mar Muerto. Nunca nadie ha
encontrado las ciudades destruidas de Sodoma y Gomorra, pero los estudiosos
creen que estaban en el Valle de Siddim frente a esos riscos. Posiblemente las
aguas del Mar Muerto las sumergieron después de un terremoto18.
Pompeya Tuvo Un Fin Similar
El Corán señala que
las leyes de Dios son inmutables:
"Juraron
solemnemente por Dios que, si venía un monitor a ellos, iban a ser dirigidos
mejor que ninguna otra comunidad. Y, cuando ha venido a ellos un monitor, esto
no ha hecho sino acrecentar su repulsa, portándose altivamente en la tierra y
tramando maldad. Pero el tramar maldad no recae sino en sus propios autores. ¿Es
que esperan una suerte diferente de la que cupo a los antiguos? Pues encontrarás
la práctica de Dios irremplazable, y encontrarás la práctica de Dios inmutable."
(C. 35:42-43).
Sí, "encontrarás
la práctica de Dios inmutable". Cualquiera que se opone a Sus leyes y se
rebela contra El, queda sujeto a la misma ley divina. Pompeya, el símbolo de la
degeneración del Imperio Romano, también estaba envuelta en la perversidad
sexual. Su fin fue similar al del pueblo de Lot.
La destrucción de
Pompeya se produjo por medio de la erupción del volcán Vesubio, símbolo de
Italia y originalmente de la ciudad de Nápoles. Aunque el volcán no entra en
actividad hace dos siglos, se lo llama "la Montaña de la Advertencia", lo que no
carece de motivo. El desastre que sobrevino a Sodoma y Gomorra es muy similar al
que destruyó Pompeya.
A la derecha del
Vesubio está Nápoles y al este Pompeya. La lava y la ceniza de una gran erupción
volcánica sorprendió de manera imprevista a los habitantes de la última. El
desastre ocurrió tan repentinamente que a todo y a todos los agarró en medio de
su rutina diaria, por lo que, hasta hoy día, dos siglos después, el conjunto de
lo allí existente quedó exactamente como cuando sucedió la catástrofe. Todo
quedó como si el paso del tiempo se hubiese paralizado.
Hacer desaparecer
Pompeya de la faz de la tierra no fue un desastre sin un motivo. Los registros
históricos señalan que la ciudad era precisamente un centro de libertinaje y
contumacia. La prostitución tuvo tal incremento que la cantidad de prostíbulos
se volvió incontable. En las puertas de los burdeles se colgaban molduras o
figuras de órganos sexuales masculinos de tamaño natural. Según una tradición,
enraizada en la creencia mítrica --en la que se habría basado esa gente--, los
órganos sexuales y las relaciones sexuales no deberían ocultarse sino
desplegarse abiertamente.
Pero las lavas del
Vesubio sacaron de golpe a la ciudad del mapa. Lo que llama la atención es que
nadie escapó a pesar de la terrible violencia de la erupción, es decir, del
ruido que debieron escuchar anticipadamente. Parecería que no se llegaron a
percatar de la catástrofe, como si estuviesen hechizados (hipnotizados, drogados).
Por ejemplo, una familia que estaba almorzando quedó petrificada en esa postura.
También se encontraron en la misma situación parejas realizando el acto sexual.
Sumamente interesante es que había tanto parejas del mismo sexo como de sexos
opuestos. Los rostros de algunos de ellos estaban intactos y, en general, la
expresión que mostraban era de perplejidad.
Este es el aspecto
más incomprensible de la calamidad: ¿qué sucedió para que a miles de personas
les llegase la muerte sin ver ni escuchar nada previamente?.
Esto muestra que la
desaparición de Pompeya fue similar en los hechos a la relatada en el Corán en
lo que hace a "una aniquilación repentina" como sucede con "los habitantes de la
ciudad" que murieron de forma súbita:
"No hubo más que un
solo Grito y ¡helos sin vida!" (C. 36:29).
En 54:31 se enfatiza
nuevamente la "aniquilación instantánea" al relatarse la destrucción de Tamud:
"Les lanzamos un
solo grito y fueron como hierba seca que se emplea para levantar una cerca".
Así, de manera
instantánea, tuvo lugar la muerte de la gente de Pompeya.
A pesar de todo, las
cosas no cambiaron mucho en la región donde estuvo esa ciudad. Los distritos de
Nápoles donde prevalece la lujuria, no se quedan atrás de los barrios
licenciosos de Pompeya. A la Isla de Capri, residencia de homosexuales y
nudistas, se la representa en el turismo comercial, precisamente, como "el
paraíso homosexual". No solamente en Capri o Italia, sino en casi todo el mundo,
se expande la degeneración moral. La gente insiste en no aprender de las
horribles experiencias que debieron soportar anteriormente otros pueblos.
CAPITULO 4
EL PUEBLO DE 'AD Y UBAR, LA
"ATLANTIS DE LAS ARENAS"
"Los
aditas fueron aniquilados por un viento glacial, impetuoso, que desencadenó (Dios)
contra ellos para devastarlo todo durante siete noches y ocho días. Se veía a la
gente yacer en ellas (en sus casas) como troncos de palmeras derribadas. ¿Puedes
tú ver algún rastro de ellos?" (C. 69:6-8).
Otro pueblo que fue destruido y del que se habla
en distintos capítulos del Corán es 'Ad, después de la mención sobre el pueblo
de Noé.
A ese conglomerado
humano fue enviado Hud para que lo inste --como lo habían hecho todos los otros
profetas-- a creer en Dios sin adscribirle iguales, y a obedecerle a él, el
profeta de la época. El
pueblo reaccionó con rencor frente a Hud.
Lo acusaron de
descaro, falsedad e intentos de cambiar el sistema que había sido establecido
por sus ancestros.
En el capítulo "Hud"
del Corán se describe todo esto:
"Y a los aditas (le
enviamos) su hermano Hud.
Dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios! No tenéis otro Dios que El. No
hacéis más que inventar. ¡Pueblo! No os pido salario a cambio. Mi salario
incumbe sólo a Aquél Que me ha creado. ¿Es que no razonáis? Y, ¡pueblo!, ¡pedid
perdón a vuestro Señor y, luego, volveos a El!
Enviará sobre vosotros del cielo una
lluvia abundante y os fortalecerá. ¡No volváis la espalda como pecadores!'.
Dijeron: '¡Hud! ¡No nos has traído
ninguna prueba clara! ¡No
vamos a dejar a nuestros dioses porque tú lo digas! ¡No tenemos fe en ti!. Lo
único que (te) decimos es que uno de nuestros dioses te ha causado mal'. Dijo (Hud):
'¡Pongo a Dios por testigo y sed vosotros también testigos de que soy inocente
de lo que vosotros asociáis en lugar de El!
¡Urdid algo todos contra mí y no me hagáis
esperar!'. Yo confío en Dios,
mi Señor y Señor vuestro. ¡No hay ser que no dependa de El! Mi Señor está en una
vía recta. Si volvéis la espalda… yo ya os he comunicado aquello con que he sido
enviado a vosotros. Mi Señor hará que os suceda otro pueblo y no podréis hacerle
(a Dios) ningún daño. ¡Mi Señor todo lo
vigila!
Cuando vino Nuestra
orden, salvamos por una misericordia venida de Nosotros a Hud y a los que con él
creyeron y les libramos de un duro castigo. Así eran los aditas. Negaron los
signos de su Señor y desobedecieron a Sus enviados, siguiendo, en cambio, las
órdenes de todo tirano desviado. En la vida de acá fueron perseguidos por una
maldición y también lo serán el día de la Resurrección. ¡No! ¡Los aditas no
creyeron en su Señor! ¡Sí! ¡Atrás los aditas, pueblo de Hud!" (C. 11:50-60).
Otro capítulo del
Corán en donde se menciona al pueblo de 'Ad es el 26, donde se subrayan sus
características. Ahí se dice que 'Ad fue un pueblo que "construyó en cada
colina un monumento", y que sus miembros "hacían esas construcciones con
la idea de ser inmortales". Esa gente además era maliciosa y se comportaba
brutalmente. Cuando Hud les advirtió por sus conductas, contestaron: "No
hacemos sino lo que acostumbraban a hacer los antiguos". Confiaban en que
nada les sucedería.
"Los aditas
desmintieron a los enviados. Cuando sus hermano Hud les dijo: '¿Es que no vais a
temer a Dios? Tenéis en mí un enviado digno de confianza.
¡Temed, pues, a
Dios y obedecedme! No os pido por ello ningún salario. Mi salario no incumbe
sino al Señor del universo. ¿Construís
en cada colina un monumento para divertiros y hacéis construcciones esperando,
quizá, ser inmortales? Cuando usáis de violencia lo hacéis sin piedad.
¡Temed, pues, a Dios y obedecedme!
¡Teméis a
Quien os ha proveído de lo que sabéis: de rebaños e hijos varones, de jardines y
fuentes! ¡Temo por vosotros el castigo de un día terrible!' Dijeron: '¡Nos da lo
mismo que nos amonestes o no! No hacemos sino lo que acostumbraban a hacer los
antiguos. ¡No se nos castigará!' Le desmintieron y les aniquilamos. Ciertamente,
hay en ello un signo, pero la mayoría no creen. En verdad tu Señor es el
Poderoso, el Misericordioso." (C. 26:123-140).
El pueblo que mostró
animosidad hacia Hud y se rebeló contra Dios fue destruido. Una terrible
tormenta de arena aniquiló al pueblo de 'Ad como si "nunca hubiese existido".
Los Descubrimientos Arqueológicos de la Ciudad de Iram
A inicios de 1990
apareció una nota en conocidos periódicos del mundo, diciendo "Mítica ciudad
árabe perdida encontrada", "Encontrada Ciudad Arabe de Leyenda", "La Atlantis de
las Arenas, Ubar". Lo que hizo más interesante este descubrimiento fue que
también el Corán escribía sobre ella. Mucha gente que pensaba que lo relatado en
el Corán respecto al pueblo de 'Ad era una leyenda o que se trataba de algo que
nunca se iba a poder comprobar, no pudo ocultar el asombro, interés y curiosidad
ante el descubrimiento de la ciudad que habitaron, la cual era mencionada,
asimismo, en la transmisión oral de los beduinos.
El que halló la
legendaria ciudad fue Nicolás Clapp19 --amante
de lo árabe, arqueólogo amateur y afortunado realizador de películas
documentales--, quien durante su investigación de la historia árabe encontró un
libro muy interesante, "Arabia Felix", escrito por el investigador inglés
Bertram Thomas en 1932. Los romanos habían designado así la parte sur de la
península arábiga, zona que hoy día incluye Yemen y gran parte de Omán. Los
griegos llamaron a esa área "Eudaimon Arabia" y los eruditos árabes medievales "Al-Yaman
as-Saida"20.
Todos esos nombres
significan "La Arabia Feliz", y se debe a que los pueblos que vivían allí en los
tiempos antiguos eran conocidos por ser los más venturosos de esa época.
Y esa buena fortuna
se debía en parte a su ubicación estratégica, pues servía de corredor comercial
en el negocio de especies entre la India y lugares del Norte de la península
arábiga. Además, los pueblos que vivían allí producían y distribuían incienso,
una resina aromática de determinados árboles muy apreciada por las comunidades
antiguas, usada como sahumerio en diversos ritos religiosos. En aquél entonces
esa resina valía, como mínimo, tanto como el oro.
El investigador
inglés Thomas describió ampliamente a los "afortunados" habitantes de la zona y
reivindicó que había encontrado los restos de una ciudad antigua fundada por una
de las tribus de ese entorno21.
Los beduinos conocían a esa ciudad por el nombre de "Ubar". En uno de los viajes
que hizo Thomas, los beduinos del desierto le mostraron caminos antiguos y le
dijeron que conducían a la ciudad de Ubar. El inglés mostró gran interés en el
tema, pero murió antes de poder completar la investigación.
Clapp había
examinado lo escrito por Thomas y estaba convencido de la existencia de la
ciudad perdida descrita en el libro, cosa que intentó probar siguiendo dos vías
de investigación. Primero encontró los caminos indicados por los beduinos. A
continuación solicitó a la NASA imágenes satelitales del área y luego de una
larga lucha consiguió persuadir a sus autoridades para que fotografíen la región22.
También estudió los
manuscritos y mapas antiguos de la biblioteca Huntington de California. Quería
encontrar un mapa de la región, lo cual consiguió. Había sido trazado por el
geógrafo greco-egipcio Ptolomeo, en el año 200 DC. En el mapa se señalaba la
ubicación de una ciudad antigua establecida en la región y estaban marcados los
caminos que conducían a ella.
Mientras estudiaba
el mapa se enteró que la NASA había tomado las fotos. Allí se veían los rastros
de senderos de caravanas, difíciles de identificar a simple vista, pero sí
posible de conseguirlo desde el cielo en una vista integral de la zona. Al
comparar Clapp esas fotos con el mapa antiguo en su poder, llegó al objetivo que
estaba buscando: las huellas en el mapa antiguo correspondían con los senderos
que aparecían en las fotos satelitales. El destino final de esos caminos era un
sitio amplio que se entendió que correspondió alguna vez a una ciudad.
Finalmente se
encontró la ubicación de la ciudad legendaria que había sido tema de relato oral
por parte los beduinos. Después de un tiempo se iniciaron las excavaciones y
bajo las arenas empezaron a evidenciarse los restos de una ciudad antigua. Fue
descrita como "Ubar, la Atlantis de las Arenas".
Ahora bien, ¿qué era
lo que probaba que esta ciudad era la de 'Ad mencionada en el Corán?
Apenas se hicieron
los primeros descubrimientos se comprendió que se estaba en presencia de los
pilares de Iram mencionados en el Corán, porque entre las estructuras puestas al
descubierto se encontraban las torres a las que se hace referencia en particular
en el Libro Sagrado.
El Dr. Zarín,
miembro dirigente del equipo que conducía la excavación, opinó que si se
consideraba que el rasgo distintivo de Ubar eran sus torres, y que así se la
mencionaba a Iram, es decir, con torres o pilares, se estaba ante el elemento
más decisivo para considerar que se había desenterrado Iram, la ciudad del
pueblo de 'Ad, mencionada en el Corán:
"¿No has visto cómo
ha obrado tu Señor con los aditas, con Iram, la de las columnas, sin par en el
país…" (C. 89:6-8).
El
Pueblo de 'Ad
Hasta ahora vimos
que era posible que Ubar se tratara de la ciudad de Iram mencionada en el Corán,
y que, según éste, sus habitantes no prestaron atención al profeta Hud --quien
les había traído un mensaje y la amonestación--, motivo por el cual perecieron.
La identidad del pueblo de 'Ad
ha movido a una gran discusión. En los registros históricos no aparece
mencionado ningún pueblo que haya establecido esa civilización o cultura
desarrollada.
Aunque se podría considerar
muy extraña semejante situación, no debería sorprendernos.
La razón de ello
estriba en que resultaba común que no se hiciesen registros históricos de
estados o pueblos poco conocidos, y los habitantes de 'Ad vivían en el sur de
Arabia, bastante distante de la región mesopotámica, de Medio Oriente y de otros
pueblos con los que mantenían una relación muy restringida. De todos modos, como
dijimos antes, se pueden encontrar relatos orales del pueblo de 'Ad entre los
pueblos de Medio Oriente.
El motivo más
importante por el que no se menciona a 'Ad en los registros escritos es que ello
no era común en esa región en aquella época. Por lo tanto es posible que el
pueblo de 'Ad haya fundado una civilización pero que ésta no se mencione en los
registros históricos de otras civilizaciones que sí documentaban su vida. Si esa
cultura hubiese prolongado su existencia en el tiempo, posiblemente hoy
tendríamos una importante información gracias a sus "descendientes" y, a la luz
de la misma, habríamos tenido una idea más estructurada acerca de la tribu de
'Ad.
Los Hadramitas, Descendientes del Pueblo de 'Ad
Al investigarse los
rastros de la civilización que presumiblemente estableció el pueblo de 'Ad o sus
descendientes, el primer lugar que debe someterse a la observación es el sur de
Yemen, donde se encuentra "Ubar, la Atlantis de las Arenas", a la que se la
conoce también como "La Arabia Afortunada". En el sur de Yemen existieron cuatro
pueblos a los que los griegos denominaron "árabes afortunados": los hadramitas,
los sabeos, los quatabeos y los minaenos. Los cuatro reinaron en el mismo
período, cerca uno del otro.
Muchos científicos
contemporáneos dicen que la tribu de 'Ad se sumergió en una etapa de
transformación y luego reapareció en el escenario de la historia. El Dr. Mikail
H. Rahman, investigador de la Universidad de Ohio, cree que los habitantes de
'Ad son los ancestros de los hadramitas. Éstos, que aparecen 500 años antes de
Cristo, son los menos conocidos de las comunidades denominadas "árabes
afortunados". Reinaron sobre una región del sur de Yemen durante un período muy
prolongado y desaparecieron totalmente en el 240 DC, a continuación de una larga
etapa de declinación.
El nombre "Hadrami"
indica o insinúa que pueden ser los descendientes del pueblo de 'Ad. El escritor
griego Plinio, que vivió en el siglo III AC, se refirió a esa tribu como "Adramitai",
es decir, "la tribu Hadrami"23.
La terminación del nombre griego ("itai") es un sufijo sustantivo, y corresponde
al nombre o sustantivo "Adram". Esto sugiere que posiblemente se trate de una
corrupción de "Ad-i-Iram", que es como se menciona a ese pueblo en el Corán.
El geógrafo
egipcio-griego Ptolomeo (100-170 DC) señala el sur de la península árabe como el
lugar donde vivía el pueblo llamado "Adramitai". Esta región ha sido conocida
hasta hace poco por el nombre de "Hazramaut". Shabwah, la ciudad capital del
estado Hadrami, estaba situada al oeste del Valle de Hazramaut. Según muchas
leyendas antiguas, la tumba del profeta Hud, enviado a la tribu de 'Ad como
mensajero, está en Hazramaut.
Otro factor que
tiende a confirmar que los hadramitas son una continuación de la población de
'Ad, reside en la riqueza que disponían. Los griegos los describieron como "la
estirpe más rica del mundo…". Lo que se conoce de ellos los señala como muy
desarrollados en el cultivo de las plantas productoras de incienso, una de las
más valiosas de la época. Ampliaron tanto el cultivo como el uso de la planta,
que en aquella época se producía más que actualmente.
Las excavaciones en
Shabwah --capital de los hadramitas-- se iniciaron en 1975 y fueron
extremadamente difíciles debido a lo profundo que estaban los restos de la
ciudad bajo las dunas de arena. Pero lo descubierto allí fue lo más sobrecogedor
encontrado hasta entonces. La muralla de la ciudad tenía una extensión superior
a la de cualquier otra ciudad yemení y al palacio allí existente se lo consideró
una edificación verdaderamente magnífica.
Indudablemente, era
muy lógico suponer que los hadramitas habían heredado esa superioridad
arquitectónica de sus antecesores, es decir, del pueblo de 'Ad. Hud le había
dicho al pueblo de 'Ad al llamarle la atención sobre su conducta:
"¿Construís en cada
colina un monumento para divertiros y hacéis construcciones esperando, quizá,
ser inmortales?" (C. 26:128-129).
Otra característica
interesante de la edificación encontrada en Shabwah fue el tipo de columnas tan
trabajadas. Se presentaban como únicas en su forma cilíndrica y su disposición
en un atrio circular, en tanto que en todos los otros lugares de Yemen se los
había encontrado columnas cuadradas monolíticas. Fotius, Patriarca Bizantino
griego de Constantinopla en el siglo IX DC, hizo una amplia investigación de las
actividades comerciales en el sur de Arabia, dado que tuvo acceso a los
manuscritos antiguos, los cuales hoy día ya no existen, y en particular al libro
de Agazarachides (132 AC), referido al Mar de Eritrea (Mar Rojo). Dice Fotius en
una de sus notas: "Se cuenta que los árabes del sur han construido muchas
columnas de plata o cubiertas con oro. Resultaban admirables los espacios entre
las columnas"24.
Aunque lo antedicho
no se refiere directamente a los hadramitas, da una idea de la opulencia y de
los métodos de construcción avanzados de que disponía la gente que vivía en la
región. Los escritores griegos clásicos Plinio y Strabo, al describir las
ciudades de la zona las presentan "adornadas con bellos templos y palacios".
Cuando consideramos
que los propietarios de esas ciudades eran los descendientes de la tribu de 'Ad,
se comprende claramente porqué el Corán define a la ciudad capital de 'Ad como
ya mencionamos antes en (89:7-8).
Las Fuentes y Jardines de la Zona de 'Ad
El paisaje con el
que uno se puede encontrar hoy día más frecuentemente al viajar por el sur de
Arabia, es el de su desierto amplio. La mayoría de los lugares, con la excepción
de las ciudades y regiones con forestaciones hechas relativamente hace poco,
están cubiertas de arena. Esos desiertos han estado allí durante cientos o,
incluso, miles de años.
Pero en el Corán se
da una información interesante en uno de los versículos que relata lo sucedido
al pueblo de Ad. Mientras advierte a su pueblo el profeta Hud, les hace notar
los jardines y fuentes con que Dios los proveyó:
"¡Temed, pues, a Dios y obedecedme!
¡Temed a Quien os ha
proveído de lo que sabéis: de rebaños e hijos varones, de jardines y fuentes!
¡Temo por vosotros el castigo de un día terrible!" (C. 26:131-135).
Pero como advertimos
antes, Ubar, identificada como la ciudad de Iram, y cualquier otro lugar que
probablemente haya sido residencia de la tribu de 'Ad, hoy día está totalmente
cubierto con el desierto. ¿Por qué uso Hud la expresión que aparece en el Corán
para advertir a su pueblo?.
La respuesta está
oculta en los registros de los cambios climáticos, los que revelan que las áreas
que ahora están desiertas en otra época fueron tierras verdes y productivas. Una
gran parte de esa zona estaba cubierta de plantas y fuentes de agua, como lo
dice el Corán, situación de la que se aprovechó el pueblo de entonces. La
foresta seguramente suavizaba el riguroso clima de la región, haciéndolo más
habitable. El desierto existía pero no cubría un área tan vasta como hoy día.
En el sur de Arabia,
donde vivía el pueblo de 'Ad, se han obtenido indicios o pistas que indican que
allí las personas se valían de un sistema de irrigación muy desarrollado. Lo más
probable es que esa irrigación sirviera a un solo propósito: la agricultura. En
esas regiones, que hoy día no son apropiadas para la vida, en un tiempo se
cultivaba la tierra.
Las imágenes
satelitales han revelado también un extenso sistema de canales en los
alrededores de Ramlat como de Sab'atayan, estimándose que prestaban sus
servicios a unas 200.000 personas25.
Doe, uno de los investigadores, dijo: "Era tan fértil el área alrededor de
Ma'rib, que se puede suponer que toda la región entre Ma'rib y Hazramaut alguna
vez estuvo cultivada"26.
Plinio, el escritor
clásico griego, ha descrito esta región como muy fértil y cubierta por la
neblina que producían la forestación de las montañas, los ríos y el bosque
virgen. En las inscripciones encontradas en algunos templos antiguos cercanos a
Shabwah, la ciudad capital de los hadramitas, se relata que en la región se
cazaban animales y que algunos eran sacrificados. Esto revela que esa región
tuvo alguna vez tierras fértiles, además de desierto.
La velocidad con que
puede avanzar el desierto es verificable por medio de algunas investigaciones
hechas por el Instituto Smithsoniano en Pakistán, donde un área que se sabía
fértil en la Edad Media, se ha convertido en un desierto arenoso, con dunas de
seis metros de altura, advirtiéndose a la vez que el desierto avanza a un
promedio de seis pulgadas por día (más o menos 16 cms.).
A esa velocidad las arenas
pueden devorarse incluso los edificios más altos y cubrirlos como si no hubiesen
existido nunca.
Es así que las
excavaciones hechas en Timna, Yemen, en el decenio de 1950, ya han sido
cubiertas casi completamente (por la arena) nuevamente. También las pirámides
egipcias estuvieron en un momento totalmente bajo las arenas y fueron sacadas a
la luz del día después de excavaciones que duraron mucho tiempo. En resumen,
está claro que las regiones que hoy día son desiertos, pudieron tener una
apariencia distinta en el pasado.
¿Cómo
Cayó en Ruinas el Pueblo de 'Ad?
En el Corán se dice
que el pueblo de 'Ad ha perecido por medio de "un viento glacial". Se dice que
duro 7 días y ocho noches y destruyó totalmente a las tribus de 'Ad.
"Los aditas
desmintieron y ¡cuáles no fueron Mi castigo y Mis advertencias! En un día
nefasto e interminable enviamos contra ellos un viento glacial, que arrancaba a
los hombres como si hubieran sido troncos de palmeras descuajadas" (C.
54:18-20).
"Los aditas fueron
aniquilados por un viento glacial, impetuoso, que desencadenó (Dios) contra
ellos para devastarlo todo durante siete noches y ocho días. Se veía a la gente
yacer en ellas (en las ciudades) como troncos de palmeras derribadas" (C.
69:6-7).
Aunque esos pueblos
fueron advertidos previamente, no prestaron ninguna atención a las advertencias
y rechazaron permanentemente a quienes les amonestaban. Vivían en medio de tal
engaño que ni siquiera podían entender lo que estaba sucediendo cuando vieron
que se les venía encima la destrucción, en tanto continuaban rechazando el
mensaje.
"Cuando lo vieron
como una nube que se dirigía a sus valles dijeron: 'Es una nube que nos trae la
lluvia'. ¡'No!(dice el profeta). Es más bien aquello cuya venida reclamabais, un
viento que encierra un castigo doloroso" (C. 46:24).
En el versículo se
dice que la gente vio la nube que le traería la calamidad pero no pudo
comprender de qué se trataba y pensó que se trataba de una nube de lluvia. Esta
es una indicación importante porque el ciclón que avanza azotando la arena del
desierto se asemeja también a una nube de lluvia desde cierta distancia.
Es posible que el
pueblo de 'Ad se engañare con esa apariencia y no advirtiera la calamidad que le
caería de improviso. El investigador Doe, nos da una descripción (que parece
producto de una experiencia personal) de esas tormentas de arena:
"El primer signo es
una densa pared de arena que, debido a las fuertes corrientes ascendentes puede
tener varios miles de pies de altura, la cual es agitada por un fuerte viento
regular"27.
"Ubar, la Atlantis
de las Arenas", considerada lo que resta de Iram, ha quedado cubierta bajo una
capa de arena de varios metros de espesor. Parece que el viento furioso que duró
"siete noches y ocho días" según la descripción del Corán, al acumular toneladas
de arena sobre la ciudad enterró vivas a las personas. Las excavaciones hechas
en Ubar apuntan o señalan eso. La revista francesa "Ça M'Interesse" dice
lo mismo: "Ubar fue enterrada bajo un manto (de arena) de doce metros de
espesor como resultado de una tormenta"28.
La evidencia más
importante de que el pueblo de 'Ad fue enterrado por una tormenta de arena es la
palabra "aqhaf" usada en el Corán para señalar la ubicación de la tribu de 'Ad.
"Y recuerda al
hermano(es decir, el profeta Hud) de los aditas, que advirtió a su pueblo en
al-Aqhaf --y hubo otras advertencias antes y después de él--: '¡No sirváis sino
a Dios! Temo por vosotros el castigo de un día terrible'" (C. 46:21).
"Aqhaf" significa en
árabe "dunas de arena", y es la forma plural de "hiqf", es de decir, de "duna de
arena". Esto señala que el pueblo de 'Ad vivía en una zona llena de "dunas de
arena", lo cual provee el fundamento más lógico posible para pensar que sus
habitantes fueron enterrados por una tormenta de arena. Según una
interpretación, "aqhaf" perdió su sentido de "cerro de arena" y se convirtió en
el nombre de la región del sur de Yemen, donde vivía el pueblo de 'Ad. Ello no
modifica el significado de la palabra sino que indica que se convirtió en
peculiar de esa área debido a las abundantes dunas de arena que hay allí.
La destrucción
mencionada en el Corán en 54:20 debió haber aniquilado a todo ese pueblo que
vivía del cultivo de la tierra fértil, y de la construcción de diques y canales
de irrigación, en un tiempo muy breve, enterrándolo vivo en la arena. Después de
eso el desierto se expandió, y cubrió la zona con el tiempo, no dejando en la
superficie rastro de nada.
En consecuencia, se
puede decir que los descubrimientos históricos y arqueológicos señalados indican
que el pueblo de 'Ad y la ciudad de Iram existieron y fueron destruidos como lo
señala el Corán. Quienes recuperaron esas ruinas de debajo de las arenas, así
como quienes las observan, deberían sacar una lección, percibir el sentido de lo
allí sucedido, que es lo que enfatiza el Libro Sagrado, pues dice que el pueblo
de 'Ad se extravió del sendero recto debido a la arrogancia mostrada cuando sus
habitantes expresan: "…'¿Hay alguien más fuerte que nosotros?'…" (C.
41:15). Después dice el versículo: "¿No veían que Dios, Que les había creado,
era más fuerte que ellos?…" (C. 41:15).
Lo que tiene que
hacer la gente es tener siempre presente este proceder inmutable (de Dios) y
comprender que El es el más grande y el mas digno de respeto, y que uno puede
prosperar solamente si Le adora.
CAPITULO 5
TAMUD
"Los tamudeos
desmintieron las advertencias y dijeron: '¿Vamos a seguir a un solo mortal (alusión
al profeta Salih), salido de nosotros? ¡Estaríamos extraviados y deliraríamos!
¿A él, entre
nosotros, se le iba a confiar la Amonestación? ¡No, sino que es un mentiroso, un
insolente!' (Dice Salih) ¡Mañana verán quién es el mentiroso, el insolente!" (C.
54:23-26).
Como se dice en el
Corán, el pueblo de Tamud rechazó la advertencia proveniente de Dios, como lo
hizo antes el pueblo de 'Ad, y en consecuencia, desapareció. Hoy día, como
resultado de estudios arqueológicos e históricos, salieron a luz muchas cosas
que se desconocían, como ser la ubicación de las poblaciones de Tamud, las casas
que construyeron y la forma en que vivían. El pueblo de Tamud mencionado en el
Corán representa un hecho histórico confirmado por bastantes descubrimientos
arqueológicos actuales.
Antes de entrar a
ver éstos, resulta provechoso examinar lo relatado en el Corán y examinar la
lucha o discusiones de esa gente con su profeta. El Corán es un libro que se
dirige a los seres humanos de todas las épocas y el rechazo del pueblo de Tamud
a las advertencias que se le hace es un incidente que también sirve a los
habitantes de todas las épocas.
Transmisión del Mensaje del Profeta Salih
El Corán dice que
Salih fue enviado al pueblo de Tamud para que lo amoneste. Salih era una persona
reconocida en la sociedad tamudea, pero ésta se mostró sorprendida al no esperar
que proclamase la religión de Verdad y llamase a todos a abandonar el camino
desviado en que se encontraban. La primera reacción de esa sociedad fue
condenarlo y difamarlo.
"Y a los tamudeos
(les enviamos) su hermano Salih.
Dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios!
No tenéis otro Dios que El. El os ha
creado de la tierra y os ha establecido en ella.
¡Pedidle perdón! Luego, ¡volveos a El! Mi Señor
está cerca, escucha'. Dijeron: '¡Salih!
Habíamos puesto en
ti hasta ahora nuestra esperanza. ¿Nos prohibes que sirvamos lo que servían
nuestros padres? Dudamos seriamente de aquello a que nos llamas'". (C.
11:61-62).
Una pequeña parte de
la sociedad accedió al llamado de Salih, pero la mayoría lo desoyó.
Especialmente los líderes de la comunidad eran los que rechazaron y se opusieron
a Salih. Intentaron molestar o estorbar a quienes creían en el mensaje que
llevaba Salih y quisieron oprimirlos. Esos dirigentes estaban encolerizados con
Salih porque los llamaba a adorar a Dios. Pero esa cólera no era únicamente
manifestada por el pueblo de Tamud, sino que éste repetía el error cometido por
los pueblos de Noé y de 'Ad, anteriores a él. Por eso dice el Corán de esas tres
comunidades:
"¿No os habéis
enterado de lo que pasó a quienes os precedieron: el pueblo de Noé, los aditas,
los tamudeos y los que les sucedieron, que sólo Dios conoce? Vinieron a ellos
sus enviados con las pruebas claras, pero llevaron las manos a sus bocas y
dijeron: 'No creemos en vuestro mensaje y dudamos seriamente de aquello a que
nos invitáis'" (C. 14:9).
A pesar de las
advertencias del profeta Salih, el pueblo siguió dominado por las dudas y el
rechazo. No obstante, hubo un grupo que creyó en la misión profética de Salih,
el cual se salvó junto con éste cuando aconteció la gran catástrofe. Los líderes
de la comunidad intentaron someter a ese grupo que creía en la misión de Salih:
"Los dignatarios de
su pueblo, altivos, dijeron a los débiles que habían creído: '¿Sabéis si Salih
ha sido enviado por su Señor?' Dijeron: 'Creemos en el mensaje que se le ha
confiado'. Los altivos dijeron: 'Pues nosotros no creemos en lo que vosotros
creéis'" (C. 7:75-76).
Los tamudeos aún
continuaban dudando respecto de Dios y la misión profética de Salih. Además, un
grupo lo desconocía abiertamente. Pero un grupo que rechazaba abiertamente a
Salih --supuestamente en el nombre de Dios--, hizo planes para matarlo.
"Dijeron: 'Os
tenemos, a ti y a los que te siguen, por aves de mal agüero' Dijo: 'Vuestro
augurio está en manos de Dios. Sí, sois un pueblo sujeto a prueba'. En la ciudad
había un grupo de nueve hombres, que corrompían en la tierra y no la reformaban.
Dijeron: '¡Juramentémonos ante Dios que hemos de atacarles de noche a él (a
Salih) y a su familia! Luego, diremos a su pariente próximo que no presenciamos
el asesinato de su familia y que decimos la verdad'. Urdieron una intriga sin
sospechar que Nosotros urdíamos otra" (C. 27:47-50).
Para ver si ese
pueblo seguiría las órdenes de Dios, y Le obedecería o no, Salih les presentó
una camella y les dijo que tendrían que compartir el agua con ella y que no
deberían dañarla. Pero esa gente reaccionó matándola.
"Los tamudeos
desmintieron a los enviados. Cuando su hermano Salih les dijo: '¿Es que no vais
a temer a Dios? Tenéis en mi un enviado digno de confianza.
¡Temed, pues, a
Dios y obedecedme! No os pido por ello ningún salario. Mi salario no incumbe
sino al Señor del universo.
¿Se os va a dejar en seguridad con lo que aquí abajo tenéis, entre jardines y
fuentes, entre campos cultivados y esbeltas palmeras, y continuaréis excavando
hábilmente , casas en las montañas?
¡Temed, pues a Dios y obedecedme!
¡No obedezcáis las
órdenes de los inmoderados, que corrompen en la tierra y no la reforman!'.
Dijeron: '¡Eres sólo un hechizado! ¡No eres sino un mortal como nosotros! ¡Trae
un signo, si es verdad lo que dices!'. Dijo: '¡He aquí una camella. Un día le
tocará beber a ella y otro día a vosotros. ¡No le hagáis mal! ¡Si no, os
sorprenderá el castigo de un día terrible!'. Pero ellos la desjarretaron… y se
arrepintieron." (C. 26:141-157).
La pelea del profeta
Salih con su pueblo se relata como sigue:
"Los tamudeos
desmintieron las advertencias y dijeron: '¿Vamos a seguir a un solo mortal
salido de nosotros? ¡Estaríamos extraviados y deliraríamos! ¿A él, entre
nosotros, se le iba a confiar la Amonestación? ¡No, sino que es un mentiroso, un
insolente!'.(Dijo Dios): ¡Mañana verán quién es el mentiroso, el insolente!
Vamos a enviarle la camella para tentarles. ¡Obsérvales y ten paciencia!
Infórmales que el agua debe repartirse entre ellos y de que beberán por turno.
Llamaron a su paisano, que se hizo cargo y desjarretó" (C. 54:23-29).
El hecho de que no
fueron castigados en ese mismo momento incrementó la insolencia del mismo.
Atacaron a Salih, lo criticaron y lo acusaron de mentiroso.
"Y desjarretaron la
camella e infringieron la orden de su Señor, diciendo: '¡Salih! Tráenos aquello
con que nos amenazas, si de verdad eres de los enviados!'" (C. 7:77).
Dios diluyó los
planes y las artimañas de los incrédulos y salvó a Salih de las manos de quienes
querían dañarlo. Después de este suceso, al ver Salih que aunque había llevado
el mensaje a muchas personas, de las formas más diversas, nadie le prestaba
atención sinceramente, les dijo que serían destruidos al cabo de tres días:
"Pero la
desjarretaron y dijo: '¡Gozad aún de vuestros bienes durante tres días! Es una
amenaza que no dejará de cumplirse'" (C. 11:65).
Tres días más tarde
la advertencia se concretó y el pueblo de Tamud fue destruido.
"El Grito sorprendió
a los que habían sido impíos y amanecieron muertos en sus casas, como si no
hubieran habitado en ellas. ¡No! ¡Los tamudeos no creyeron en su Señor! ¡Sí! ¡Atrás
los tamudeos!" (C. 11:67-68).
Descubrimientos Arqueológicos Relativos al Pueblo de Tamud
En el Corán se
mencionan una serie de pueblos y del que más se conoce es del pueblo Tamud.
Se piensa que la
comunidad al-Hijr, que se la nombra en el Corán, se trata de personas que
pertenecían al pueblo de Tamud. Otro nombre de Tamud es, precisamente, Ashab al
Hijr. Es decir, el nombre del pueblo es "Tamud" y la ciudad de al-Hijr es una de
las tantas fundadas por ese pueblo. Las descripciones del geógrafo Plinio
concuerdan con esto. Plinio escribió que Domatha y Hegra correspondían a sitios
donde vivía el pueblo de Tamud, el cual después dio lugar a la ciudad de al-Hijr29.
Las referencias más
antiguas de las tribus de Tamud están en los anales del triunfo del rey
babilonio Sargón II (siglo VIII AC), rey que los derrotó en una campaña
realizada en el norte de Arabia. Los griegos se refieren a ello en los escritos
de Aristo, Ptolomeo y Plinio30.
Desaparecieron totalmente antes de la presencia del Profeta Muhammad,
aproximadamente entre los años 400 y 600 DC.
En el Corán se
mencionan siempre juntos los pueblos de 'Ad y Tamud. Además, los versículos del
caso aconsejan al pueblo de Tamud a sacar una lección de lo sucedido al pueblo
de 'Ad, lo que indica que los primeros tenían una información detallada de los
segundos.
"Y a los tamudeos
(enviamos a) su hermano Salih.
Dijo: '¡Pueblo!
¡Servid a Dios! No tenéis a otro Dios que a
El…"
(C. 7:73).
"Recordad cuando os
hizo sucesores, después de los aditas, y os estableció en la tierra.
Edificasteis palacios en las llanuras y excavasteis casas en las montañas.
Recordad los beneficios de Dios y no obréis mal en la tierra corrompiendo'" (C.
7:74).
De lo que entendemos
del versículo, hay una relación entre 'Ad y Tamud, e incluso 'Ad pudo haber sido
parte de la historia y cultura de Tamud. Salih pidió al pueblo de Tamud que
recuerde el ejemplo de 'Ad y saque lección de allí.
Al pueblo de 'Ad se
le hizo conocer el ejemplo del pueblo de Noé, anterior históricamente. Entonces,
así como el pueblo de 'Ad tuvo una importancia histórica para el pueblo de Tamud,
el pueblo de Noé lo tuvo para el pueblo de 'Ad. Estos pueblos se conocían
mediante esa relación histórica y posiblemente correspondían al mismo linaje.
Sin embargo, ambos
pueblos vivían alejados geográficamente, por lo que puede parecer que no había
relación entre ellos. ¿Por qué se dice entonces al pueblo de Tamud en el
versículo (7:74) que recuerde lo sucedido al pueblo de 'Ad?
La respuesta se
presenta después de una breve investigación. La distancia entre la región del
pueblo de 'Ad y la región del pueblo de Tamud es ilusoria. Fuentes históricas
revelan que en realidad existe una relación muy fuerte entre ambos pueblos. El
pueblo de Tamud conoció al pueblo de 'Ad, porque probablemente provenían de un
mismo origen. Bajo el título de "Tamud" dice la "Britannica Micropaedia":
"En la Arabia
antigua, tribu o grupo de tribus que aparentemente fueron importantes. Aunque
probablemente Tamud tuvo su origen en el sur de Arabia, aparentemente poco
después un grupo grande se dirigió hacia el norte, asentándose en las faldas del
monte Athab. Recientes trabajos arqueológicos han puesto al descubierto dibujos
y rocas con escrituras en tamudeo, no solamente en el lugar mencionado sino
también a lo largo del Asia Central"31
En el sur de Arabia
y hacia el norte, a lo largo del Hijaz, se ha encontrado una escritura de grafía
similar a la del alfabeto Smáitico (llamado tamúdico)32.
Primero se identificó un manuscrito en la región del Yemen central conocida como
Tamud, la cual limita al norte con Rub'al Khali, al sur con Hadramaut y al oeste
con Shabwah.
Habíamos visto antes
que el pueblo de 'Ad se trataba de una tribu que vivía al sur de Arabia. Es muy
significativo que algunos restos del pueblo de Tamud fueron encontrados en la
región donde había vivido el pueblo de 'Ad, especialmente alrededor de la región
donde vivían los Hadramitas --es decir, los descendientes de 'Ad-- y donde
estuvo su ciudad capital.
Esto explica la
relación señalada en el Corán en 7:73-74 --transcripta antes--entre ambas
comunidades, a la que se refiere el profeta Salih cuando dijo a su gente que el
pueblo de Tamud vino a reemplazar al pueblo de 'Ad.
En resumen, el
pueblo de Tamud pagó el precio correspondiente por desobedecer a su mensajero:
fue destruido. Los edificios que construyeron y las obras de arte realizadas no
pudieron protegerlos del castigo. El pueblo de Tamud fue destruido por medio de
un azote terrible, al igual que los pueblos anteriores y posteriores que
rechazaron la Verdad.
CAPITULO 6
EL FARAON QUE FUE AHOGADO
"Como ocurrió a la
gente de Faraón y a los que les precedieron: desmintieron los signos de su Señor
y les hicimos perecer por sus pecados. Anegamos a la gente de Faraón: todos eran
impíos" (C. 8:54)
La Antigua
Civilización Egipcia, junto con otras ciudades estados establecidas en la
Mesopotamia en la misma época, es conocida por ser una de las civilizaciones más
vetusta y se le reconoce un estado organizado con el más avanzado orden social
de ese entonces. El haber inventado la escritura alrededor del siglo III AC y
hacer uso de ella, el usufructo el río Nilo y el hecho de que estaban protegidos
de peligros externos debido a la naturaleza de la región donde se establecieron,
contribuyó en gran medida al desarrollo de la civilización egipcia.
Pero en esa sociedad
"civilizada" prevalecía "el reino de los faraones", sistema de dominio incrédulo,
pagano, que el Corán menciona y expone del modo más claro y pleno. Henchidos de
orgullo, se convirtieron en blasfemos. Pero en definitiva, ni sus avances en
materia de civilización, ni su orden político-social, ni sus éxitos militares,
pudieron salvarlos de la destrucción.
La
Autoridad de los Faraones
La civilización
egipcia se fundamentó en la fertilidad del río Nilo. Los egipcios se asentaron
en el valle del mismo, debido al caudal de agua que aportaba, por lo que podían
cultivar las tierras sin depender de las lluvias estacionales. El historiador
Ernst H. Gombrich dice en su escrito que Africa es muy calurosa y a veces no
llueve nada durante meses, debido a lo cual tiene áreas extremadamente secas,
cubiertas por vastos desiertos. Ambas márgenes del río Nilo también están
cubiertas por desiertos y resulta difícil que en Egipto se produzcan
precipitaciones pluviales. Pero, como dijimos, las lluvias no son tan necesarias
porque el río Nilo recorre todo el país por el medio de su geografía de arriba
abajo.33
Así, quien tuviese
el control del río Nilo, que es de una importancia muy grande, posee también la
posibilidad de controlar la mayor fuente del comercio y de la agricultura. De
ese modo los faraones pudieron establecer su dominio sobre Egipto.
La forma estrecha y
vertical (norte-sur) del valle del Nilo no permitía que las unidades
residenciales alrededor del río se expandan mucho, por lo que los egipcios
desarrollaron ciudades y aldeas en pequeña escala en vez de grandes
conglomerados urbanos. Este factor fortaleció el dominio de los faraones sobre
el pueblo.
El faraón Menes es
conocido por ser el primero en unir al antiguo Egipto, alrededor de 3000 años
AC. En realidad, el término "faraón" se refería originalmente al palacio donde
vivía el rey egipcio, pero en su momento se convirtió en el título del mismo.
Entonces los reyes que gobernaban Egipto empezaron a ser llamados "faraónes".
Al ser éstos los
propietarios, administradores y gobernantes de todo el estado y sus tierras,
fueron aceptados como un reflejo del dios principal en la religión politeísta
tergiversada del antiguo Egipto. La administración y división de las tierras;
las rentas; todas las propiedades, servicios y producción dentro de las
fronteras del país, eran dirigidos por cuenta y orden del faraón.
El absolutismo del
régimen proveyó al faraón gobernante de un poder tal que le permitía tener todo
lo que deseaba. Inmediatamente después del establecimiento de la primera
dinastía, cuando Menes se convirtió en el primer rey de Egipto al unir el Alto y
Bajo Egipto, el Nilo empezó a ser puesto al servicio del público a través de
canales. Además, el control absoluto de la producción de mercancías de todo tipo
y los servicios, pasaron a manos del rey, y éste distribuía esos bienes entre el
pueblo en las proporciones que él decidía. Los reyes pudieron someter fácilmente
al pueblo a su dominio gracias a la supremacía que tenían. El rey, o con el
nombre que luego tendría, el faraón, era contemplado como un ser sagrado muy
poderoso que cubría todas las necesidades del pueblo: se lo transformó en un
dios. Y los faraones llegaron a creer que realmente lo eran.
Algunos de los
términos usados por el faraón cuando habla con Moisés, y que se mencionan en el
Corán, demuestran que intentó intimidar a éste: "Dijo (faraón): '¡Si tomas
por dios a otro diferente de mí, he de enviarte a la cárcel!'" (C. 26:29), a
la vez que dijo a quienes estaban allí: "'¡Dignatarios! Yo no sé que tengáis
a ningún otro dios que a mí. ¡Haman! ¡Cuéceme unos ladrillos y hazme una torre!
Quizás, así, pueda llegarme al dios de Moisés. Sí, creo que miente" (C.
28:38), porque se autoconsideraba un dios.
Creencias Religiosas
Según el historiador
Herodoto, los egipcios de la antigüedad eran los seres más "devotos" del mundo.
Sin embargo, la religión que seguían no era la de Verdad, sino una religión
politeísta contumaz que no podían abandonar debido a un conservadurismo extremo.
Los egipcios de la
antigüedad estaban muy influenciados por el ambiente natural en el que vivían.
Las características geográficas protegían perfectamente al país de ataques desde
el exterior por encontrarse rodeado de montañas, desiertos y mares por todas
partes. Una probable agresión contra Egipto se podía hacer por dos rutas y ambas
eran muy fácilmente defendibles. Gracias a esos factores naturales los egipcios
permanecieron aislados del resto del mundo. Pero el paso de los siglos
transformó ese aislamiento en una atroz intolerancia. De ese modo se mantuvieron
extremadamente conservadores respecto de la religión y empezaron a tener una
opinión contraria al perfeccionamiento y el progreso. La "religión de sus
ancestros", como lo menciona frecuentemente el Corán, se convirtió en la entidad
más importante de ese pueblo.
A eso se debió que
el faraón y su círculo íntimo le dieran la espalda a Moisés y Aarón cuando éstos
les anunciaron la religión de Verdad: "Dijeron (faraón y sus amigos): '¿Has
venido a nosotros con objeto de apartarnos de lo que nuestros padres seguían,
para que la dominación de la tierra pase a vosotros dos? ¡No tenemos fe en
vosotros!'" (C. 10:78).
La devoción del
antiguo Egipto se dividía en ramas, y las más importantes eran: la religión
oficial del estado, las creencias populares y la creencia en la vida después de
la muerte.
De acuerdo a la
religión oficial del estado, el faraón era un ser sagrado. Se trataba de un
reflejo sobre la tierra, de los dioses que adoraba el pueblo, y su propósito era
dispensar justicia y proteger a las personas en sus vidas terrenales.
Las creencias
difundidas entre la población eran extremadamente complicadas y las
particularidades en discrepancia con la religión oficial quedaban supeditadas a
lo que imponían los faraones. Básicamente, el pueblo creía en muchos dioses, a
los que se describía en general con cabezas de animales y cuerpos humanos.
También se podían encontrar tradiciones locales, es decir, creencias que
diferían de región en región.
La vida después de
la muerte constituía la parte más importante de la creencia egipcia, opinándose
que después que el cuerpo moría el alma seguía con vida y era llevada por
determinados ángeles ante Dios, quien era el Juez, mientras que otros cuarenta y
dos jueces hacían de testigos. El alma era puesta en una balanza y pesada. Las
más generosas o excelentes pasaban a vivir felices en un lugar hermoso, en tanto
que las almas más ruines eran enviadas a un lugar donde quedaban sometidas por
la eternidad a grandes tormentos por parte de una criatura extraña denominada
"Comedor de Muertos".
La creencia de los
egipcios en el Más Allá muestra claramente un paralelismo con la fe monoteísta y
la religión de Verdad. Es menester considerar incluso que esa creencia en la
otra vida prueba solamente que la religión de Verdad, es decir, el mensaje (de
Dios), había llegado a la civilización del antiguo Egipto, aunque más tarde fue
corrompido y el monoteísmo transformado en politeísmo. Ya se sabe que los
amonestadores que llaman a las personas a Dios Uno y las convocan a ser Sus
servidores obedientes, fueron enviados a Egipto de época en época, al igual que
a todos los pueblos de la tierra, en uno u otro momento. Uno de esos enviados
fue el profeta Yusuf (José), cuya vida se relata detalladamente en el Corán. La
historia de este profeta también es muy importante porque incluye el arribo de
los Hijos de Israel a Egipto así como su asentamiento allí.
Por otra parte, en
las fuentes históricas hay referencias a algunos egipcios que invitaron al
pueblo a las religiones monoteístas, incluso antes de Moisés. Uno de ellos es el
faraón más interesante en la historia de Egipto, es decir, Amenhotep IV.
Amenhotep IV, el Faraón Monoteísta
En general, los
faraones fueron brutales, opresores, beligerantes y despiadados. Prácticamente
todos ellos adoptaron la religión politeísta del país y se autodivinizaron
valiéndose de la fe en vigencia.
Pero en la historia
de Egipto existe un faraón muy distinto de los demás. Defendía la fe en un solo
Creador y fue muy resistido por los sacerdotes de Amón, quienes se beneficiaban
--al igual que algunos soldados que los apoyaban-- de la religión politeísta;
finalmente fue asesinado. Dicho faraón fue Amenhotep IV, quien llegó al trono en
el siglo XIV AC.
Al asumir en 1375
AC, se topó con un tradicionalismo paralizante, el cual se venía prolongando a
lo largo de los siglos: hasta antes de asumir este faraón, tanto la estructura
social como las relaciones del pueblo con el palacio real, no habían sufrido
ningún cambio. La sociedad en su conjunto mantenía firmemente cerradas las
puertas del país a todo lo que ocurría en el exterior y al tratamiento de nuevos
temas o situaciones por parte de la religión. Ese conservadurismo enervante,
observado también por los viajeros de la antigua Grecia, era causado por las
condiciones geográficas naturales ya explicadas.
La religión oficial,
impuesta sobre el pueblo por los faraones, requería una fe incondicional en todo
lo pretérito y tradicional (ya corrompido).
Pero Amenhotep IV no adoptó la
religión oficial. Escribe el historiador Ernst Gombrich:
"Él (Amenhotep IV)
rompió con muchas de las costumbres, santificadas por una tradición antigua. No
deseaba rendir culto a esa cantidad de dioses populares que la gente moldeaba,
dándole formas extrañas. Para él había un solo dios supremo, Atón, a quien
adoraba y lo representaba con la forma del sol, por lo que se cambió el nombre
por el de Akhenatón, en seguimiento de su dios, y puso a su corte fuera del
alcance de los sacerdotes politeístas al trasladarse al palacio que ahora se
denomina El-Amarna"34
Después de la muerte
de su padre, el joven Amenhotep IV se vio sometido a grandes presiones, porque
desarrollaba una religión basada en el monoteísmo, porque modificaba o
reemplazaba la religión politeísta tradicional y porque buscaba introducir
cambios radicales en todos los terrenos. Pero los líderes de Tebas no le
permitieron hacer conocer el mensaje de esa religión. Amenhotep IV y su gente
salieron de Tebas y se establecieron en Tell-El-Amarna. Allí crearon una ciudad
nueva y moderna llamada "Akh-et-aton". Es allí donde cambió el nombre que
llevaba (que significa "Satisfacción de Amón") por el de Akh-en-atón (que
significa "Sometido a Atón"). Amón era el nombre con el que se designaba al
tótem más grande en el politeísmo egipcio. Según Amenhotep IV, Atón es "el
creador de los cielos y de la tierra", con lo que lo hacía equivalente a Dios.
Los sacerdotes,
afligidos por lo que estaba sucediendo, quisieron arrebatarle el poder
aprovechándose de una crisis económica del momento. Finalmente fue envenenado
por los conspiradores politeístas. Los faraones que le sucedieron se cuidaron de
mantener la influencia de los sacerdotes.
Después de
Akhenatón, los faraones que llegaban al poder lo hacían con un gran respaldo
militar y el politeísmo tradicional se expandió por todas partes, retornándose
al pasado después de un considerable esfuerzo en tal sentido. Aproximadamente un
siglo más tarde llegó al trono Ramsés II, quien fue en el faraón que más tiempo
estuvo en el poder. Según muchos historiadores, éste fue quien atormentó a los
Hijos de Israel y luchó contra Moisés35.
La
Llegada del Profeta Moisés
Los egipcios, debido
a la profunda intolerancia que los envolvía, no iban a abandonar las creencias
idólatras. Algunas personas les llevaron el mensaje de no adorar más que a Dios,
pero el pueblo de faraón volvía siempre a sus creencias pervertidas. Por último
Dios envió a ellos como mensajero (rasul) a Moisés, debido a que habían adoptado
ese sistema falso, contrario a la religión de Verdad y debido a que habían
esclavizado a los Hijos de Israel. Moisés recibió la instrucción con respecto a
ambas cosas: invitar a los egipcios a la religión de Verdad y salvar a los Hijos
de Israel de la esclavitud, mostrándoles el sendero recto. Se dice en el Corán:
"Te recitamos la
historia de Moisés y de Faraón, conforme a la verdad, para gente que cree.
Faraón se condujo altivamente en el país y dividió a sus habitantes en clanes.
Debilitaba a un grupo de ellos, degollando a sus hijos varones y dejando con
vida a sus mujeres. Era de los corruptores. Quisimos agraciar a los que habían
sido humillados en el país y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos,
darles poderío en el país y servirnos de ellos para hacer que Faraón, Haman y
sus ejércitos experimentaran lo que ya recelaban" (C. 28:3-6).
Faraón quiso impedir
que los Hijos de Israel se multiplicaran y para ello decidió asesinar a los
niños recién nacidos. Es por eso que Dios inspiró a la madre de Moisés para que
lo ponga en una cesta y lo deje en el río. Así es como entra en el palacio de
Faraón. El Corán lo explica así:
"Inspiramos a la
madre de Moisés: '¡Dale de mamar y, en caso de peligro, ponlo en el río! ¡No
temas por él, no estés triste! Te lo devolveremos y haremos de él un enviado'.
La mujer de Faraón dijo: 'Mi alegría y la tuya. ¡No le mates! Quizá nos sea útil
o le adoptemos como hijo'.
No presentían…" (C. 28:7-9).
La esposa de Faraón
impidió que fuera asesinado y lo adoptó. De ese modo Moisés pasó su infancia en
el palacio de Faraón. Con la ayuda de Dios, su propia madre fue a palacio para
amamantarlo.
Un día, siendo ya
adulto, Moisés vio que uno de los Hijos de Israel estaba siendo maltratado por
un egipcio y le dio a éste un golpe a raíz del cual murió. A pesar de que estaba
viviendo en el palacio de faraón y de que había sido adoptado por la reina, las
personalidades de la ciudad decidieron que el castigo que merecía era la muerte.
Al enterarse Moisés de ello huyó de Egipto y se fue a Madián. Después del
período que pasó allí, Dios le habló directamente y le dio el rango de profeta.
Le ordenó que regrese y se encuentre con faraón para hacerle conocer el mensaje
de la religión de Dios.
El
Palacio de Faraón
Moisés y Aarón,
obedeciendo a Dios, se dirigieron al encuentro de faraón y le comunicaron el
mensaje de la religión de Verdad. Le pidieron que no atormente más a los Hijos
de Israel y que les permita irse de allí con ellos. Para faraón era inaceptable
que Moisés, quien convivió con él en palacio durante años y quien posiblemente
lo sucedería en el trono, lo enfrente así y le hable de esa manera, motivo por
el cual lo acusó de ingrato.
"Dijo (faraón): '¿No
te hemos educado. cuando eras niño, entre nosotros? ¿No has vivido durante años
de tu vida entre nosotros? Desagradecido, hiciste lo que hiciste'" (C.
26:18-19).
Faraón buscaba
incidir sobre los sentimientos y consciencia de Moisés. Le dio a entender que
como él y su esposa lo habían criado, debía obedecerles. Además, Moisés había
matado a un egipcio, lo cual tenía penas muy graves. Al intentar hacer creer que
en Moisés había sentimientos de culpa, faraón buscaba también lograr el pleno
apoyo de las personalidades de su sociedad.
Por otra parte, el
mensaje de la religión de Verdad proclamado por Moisés minó la (postura de)
superioridad de faraón y lo redujo al nivel de la gente común. Luego se
revelaría que él no era un dios y además sería constreñido a obedecer a Moisés.
Se encontraba en una situación difícil. Si liberaba a los Hijos de Israel,
perdería una importante fuerza de trabajo, lo cual podría llevar a pasar apuros
o a enfrentar una escasez en la producción de bienes.
Todo eso hizo que
faraón ni siquiera escuche a Moisés e intentó burlarse de él y cambiar el tema
de conversación a través de hacerle preguntas sin sentido. Al mismo tiempo buscó
que se vea a Moisés y a Aarón como anarquistas y los acusó de perseguir
objetivos políticos. En definitiva, ni faraón ni las personalidades dentro de su
estrecho círculo íntimo, con excepción de los magos, obedecieron a Moisés y a
Aarón. No siguieron la religión de Verdad que se les enseñaba. Por lo tanto Dios,
en primer lugar, le envió algunas calamidades.
Las Desgracias Que
Acontecieron a Faraón y a las Personas Más Cercanas a él
Faraón y los
allegados a él eran gente muy arraigada en el politeísmo y la idolatría, es
decir, estaban muy apegados a "la religión de sus ancestros", la que se habían
propuesto seguir para siempre.
Incluso dos milagros
de Moisés --la transformación del color natural de una de sus manos en blanca
(como si se tratase de lepra, aunque estaba sana) y la transformación de la vara
que usaba para apoyarse, en una serpiente-- no fueron suficientes para apartar a
faraón y sus amigos de las supersticiones que seguían. Además manifestaban
abiertamente: "Dijeron (faraón y sus amigos):
"Sea cual sea el
signo que nos traigas para hechizarnos con él, no te creeremos" (C. 7:132)
Debido a esa
conducta Dios les envió una serie de calamidades, como "milagros diferentes",
para que sufran el tormento en este mundo, antes que padezcan el tormento eterno
en el otro. El primero de ellos fue la sequía y la escasez de granos. Dice el
Corán:
"Infligimos a Faraón
años (de sequía) y escasez de frutos. Quizás, así, se dejaran amonestar" (C.
7:130)
El sistema agrícola
egipcio dependía de las aguas del Nilo, debido a lo cual no se veía afectado por
otros cambios en las condiciones naturales. Pero les sobrevino un desastre
inesperado debido a que rechazaron al profeta de Dios. Lo más probable es que,
por diversas razones, bajaran mucho el nivel del río y los canales de irrigación
se quedaran sin agua suficiente para las áreas bajo cultivo. Y el calor extremo
hizo que la siembra se seque. La desgracia cayó sobre faraón y su grupo de
íntimos cuando menos la esperaban, lo cual produjo la consternación del
gobernante, pues tenía por costumbre decir a su pueblo:
"…'¡Pueblo! ¿No es
mío el dominio de Egipto, con estos ríos que fluyen a mis pies? ¿Es que no
veis?" (C. 43:51)
Sin embargo, en vez
de "prestar atención", rehusó creer, como relatan los versículos coránicos.
Faraón y sus amigos sostuvieron que lo que sucedía se debía a la mala suerte que
les trajeron Moisés y los Hijos de Israel, de lo cual estaban convencidos debido
a las supersticiones y a la religión de sus ancestros. Prefirieron sufrir la
zozobra de lo que les acontecía con la esperanza de que vendrían tiempos
mejores. Pero lo que les estaba sucediendo era recién el comienzo. Dios les
envió otras desgracias, como lo describe el Corán:
"Enviamos contra
ellos la inundación, las langostas, los piojos, las ranas y la sangre, signos
inteligibles. Pero fueron altivos, eran gente pecadora." (C. 7:133)
Esos mismos
desastres están descritos también en el Antiguo Testamento, en concordancia con
lo que dice el Corán:
"… hubo sangre en
todo el país de Egipto" (Exodo 7:21).
"Si te niegas a
dejarle partir, infestaré de ranas todo tu país. El río bullirá de ranas, que
subirán y entrarán en tu casa, en tu dormitorio y en tu lecho, en las casas de
tus servidores y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas" (Exodo 7:27-28).
'"Dijo Yahvéh a
Moisés: ''Di a Aarón: 'Extiende tu cayado y golpea el polvo de la tierra que se
convertirá en piojos sobre todo el país de Egipto' " "' (Exodo 8:12).
"La langosta invadió
todo el país de Egipto, y se posó en el territorio egipcio, en cantidad tan
grande como nunca había habido antes tal plaga de langosta ni la habrá después"
(Exodo 10:14).
"Dijeron los magos a
Faraón: '¡El dedo de Dios está aquí!' Pero el corazón de faraón se endureció, y
no les escuchó, como había dicho Yahvéh." (Exodo. 8:15)
A faraón y sus
colaboradores cercanos les acontecieron desastres horrorosos, algunos de ellos
causados por los objetos que el pueblo idólatra adoraba. Por ejemplo, tenían por
sagrados el Nilo y las ranas, a los que habían divinizados. Mientras esperaban
que sus "dioses" los ayuden y orienten, Dios los castigó por medio de esas
"deidades", de modo que pudiesen ver el error en el que estaban y pagaran por
las injusticias cometidas.
Según algunos
intérpretes del Antiguo Testamento, la "sangre" era la transformación del Nilo
en ese elemento. De acuerdo a otra interpretación el color rojo que tomó el Nilo
se debió a un tipo de bacteria. También están los que consideran que se trata de
una expresión metafórica.
Para los egipcios de
entonces el Nilo era la principal fuente de vida. Cualquier daño que se le
hiciera a esa fuente podía significar la muerte de todo Egipto. Si la bacteria
había cubierto el río tan completamente como para volverlo de color rojo, todo
lo viviente que usaba esa agua debería haber sido infectado por la misma.
Explicaciones
recientes de esa coloración roja señalan como sus causantes a los protozoarios,
al zooplancton, a las florescencias algáceas de agua salada y dulce
(fitoplancton) y a los dinoflagelados. Todas esas distintas florescencias --de
plantas, hongos o protozoos-- quita oxígeno al agua y produce toxinas nocivas
para los peces y las ranas.
Patricia A. Tester,
del Servicio de Pescadores de la Marina Nacional, al citar el relato del Exodo
que aparece en la Biblia, advirtió que de las aproximadamente cinco mil especies
de fitoplancton conocidas, menos de cincuenta son tóxicas y pueden ser
peligrosas para la vida acuática. En la misma publicación, Ewen C. D. Todd, de
la Sanidad Canadiense, se refiere a los datos históricos y prehistóricos y cita
unas dos docenas de ejemplos de fitoplanctons específicos que producen diversos
principios de epidemias en el mundo. W. W. Carmichael e I. R. Falconer hicieron
una lista de enfermedades asociadas con el alga verde-azul de agua dulce. El
ecólogo de medios acuíferos Joann M. Burkholder de la Universidad Estatal de
Carolina del Norte, descubrió un dinoflagelado --Pfiesteria piscimorte (encontrado
en las aguas del estuario)-- que es capaz de asesinar peces, como lo denota su
nombre36.
Parece que este tipo
de encadenamiento de desastres ocurrió en la época de faraón. De acuerdo con el
escenario planteado, los peces también murieron cuando se contaminó el Nilo y
los egipcios quedaron privados de una importante fuente de nutrientes. Al
desaparecer los peces carroñeros, las ranas pudieron alimentarse libremente
tanto en distintas fuentes como en el río, sobrepoblándolo. Eventualmente, se
escaparon del ambiente anóxico, tóxico y putrefacto, dirigiéndose a tierra
firme, donde iban a morirse y descomponerse al igual que los peces. De ese modo
el Nilo y las tierras adyacentes se volvieron fétidas y resultaba peligroso
beber el agua o bañarse en ella. Además, la extinción de las ranas provocó que
insectos como las langostas y los piojos se reprodujeran excesivamente.
En definitiva, ni
los desastres y efectos acontecidos hicieron que faraón y su pueblo se volviesen
a Dios y le prestasen la atención debida. Por el contrario, mantuvieron la
actitud arrogante.
Faraón y sus
colaboradores más cercanos eran tan hipócritas, que pensaron que podían engañar
a Moisés, y en consecuencia a Dios. Cuando el horrendo castigo se les vino
encima, llamaron de nuevo a Moisés para que los salve.
"Y, cuando cayó el
castigo sobre ellos, dijeron: '¡Moisés! Ruega a tu Señor por nosotros en virtud
de la alianza que ha concertado contigo. Si apartas el castigo de nosotros,
creeremos, ciertamente, en ti y dejaremos que los Hijos de Israel partan contigo'.
Pero, cuando retiramos el castigo hasta que se cumpliera el plazo que debían
observar, he aquí que quebrantaron su promesa" (C. 7:134-135)
El
Exodo de Egipto
Como una forma de
advertirles sobre su conducta, Dios explicó a faraón y a su círculo de amigos
íntimos, a través de Moisés, el comportamiento que debían seguir. Pero en
respuesta a esa advertencia se rebelaron y lo acusaron al profeta de mentiroso y
poseído. Entonces Dios les preparó un fin humillante y reveló a Moisés lo que
iba a suceder.
"E inspiramos a
Moisés: '¡Parte de noche con Mis siervos! ¡Seréis perseguidos!'. Faraón envió a
las ciudades a gente que convocaran (a personas de guerra): 'Son una banda
insignificante y, ciertamente, nos han irritado. Nosotros, en cambio, somos todo
un ejército y estamos bien prevenidos'. Les expulsamos de sus jardines y fuentes,
de sus tesoros y suntuosas residencias. Así fue, y se lo dimos en herencia a los
Hijos de Israel. A la salida del sol, les persiguieron (los egipcios a quienes
iban con Moisés). Cuando los dos grupos se divisaron, dijeron los compañeros de
Moisés: '¡Nos han alcanzado!'" (C. 26:52-61)
En esas
circunstancias, cuando los Hijos de Israel pensaban que estaban atrapados, y los
hombres de faraón consideraban que ya los tenían cercados, Moisés, que nunca
perdió la fe en la ayuda de Dios, dijo: "¡No! ¡Mi Señor está conmigo! ¡Él me
dirigirá!" (C. 26:62).
En ese momento Dios
salvó a Moisés y a los Hijos de Israel por medio de separar el mar. Faraón y su
gente se ahogaron en las aguas que se volvieron a juntar sobre ellos después que
los Hijos de Israel cruzaron el mar y se habían puesto a salvo.
"E inspiramos a
Moisés: '¡Golpea el mar con tu vara!'. El mar, entonces, se partió, y cada parte
era como una imponente montaña. Hicimos que los otros se acercaran allá y
salvamos a Moisés y a todos los que con él estaban.
Luego, anegamos a los otros.
Ciertamente, hay en ello un signo, pero la mayoría no creen. ¡Sí, tu Señor es el
Poderoso, el Misericordioso!" (C. 26:63-68)
La vara o bastón de
Moisés tenía cualidades maravillosas. En su primera revelación Dios la había
convertido en una serpiente, la cual devoró los encantamientos realizados por
los magos de faraón. Después Moisés separó las aguas del mar con esa vara. Este
fue uno de los principales milagros concedido al profeta Moisés.
El Incidente de la
Separación de las Aguas, ¿Tuvo Lugar en las Costas Mediterráneas de Egipto o en
el Mar Rojo?
No existe acuerdo
respecto del lugar donde Moisés separó las aguas. Como en el Corán no se dan
detalles en tal sentido, no podemos estar seguros de la corrección de los puntos
de vista en la materia. Algunas fuentes indican las costas mediterráneas de
Egipto como el lugar donde ocurrió el evento. Se dice en la Enciclopedia
Judaica:
"La opinión
mayoritaria identifica el Mar Rojo del Exodo con una de las lagunas próxima a la
costa del Mar Mediterráneo"37.
David Ben Gurión
dijo que el hecho pudo haber ocurrido lugar durante el reinado de Ramsés II,
posiblemente después de la derrota de Kadesh. En el Libro del Exodo en el
Antiguo Testamento, se dice que el evento sucedió en Migdol y Baal-Sefón,
ubicados en el norte del delta.38
En las traducciones
del Libro del Exodo del Antiguo Testamento se dice que faraón y sus hombres
fueron ahogados en el Mar Rojo. Pero según los que sostienen ese punto de vista,
la palabra traducida como "El Mar Rojo", en realidad significa "El Mar de los
Juncos". En muchas fuentes se identifica la palabra como "Mar Rojo" y se la usa
para esa ubicación. Sin embargo, la denominación "Mar de los Juncos" se usa para
referirse a las costas mediterráneas de Egipto. Al mencionarse en el Antiguo
Testamento la ruta recorrida por Moisés y quienes lo seguían, se mencionan
Migdol y Baal Sefón, localidades ubicadas al norte del delta del Nilo, en las
costas egipcias. Por inferencia, la mención de "El Mar de los Juncos" aporta la
posibilidad de que el acontecimiento haya tenido lugar en las costas
mediterráneas porque en esa región, de acuerdo con el sentido del nombre, se
multiplican los juncos gracias a las inundaciones del delta.
Faraón y sus Hombres Se Ahogaron en el Mar
El Corán nos informa
acerca de los aspectos más importantes de la división del Mar Rojo. Según ese
relato, Moisés se preparó para partir de Egipto con los Hijos de Israel, y así
lo hicieron. Sin embargo, faraón no podía aceptar que se fueran si su permiso,
debido a lo cual los persiguió con sus soldados "con espíritu de rebeldía"
(C. 10:90), alcanzándolos a orillas del mar. Algunos de los Hijos de Israel, al
observar esto, empezaron a lamentarse. Según el Antiguo Testamento dijeron a
Moisés: "…Porque mejor nos es servir a los egipcios (es decir, seguir siendo
esclavos) que morir en el desierto" (Exodo 14:12). Esta debilidad de la
comunidad de Moisés también se describe en el Corán:
"Cuando los dos
grupos se divisaron, dijeron los compañeros de Moisés: '¡Nos han alcanzado!'"
(C. 26:61)
En realidad, esta no
fue ni la primera ni la última vez que los Hijos de Israel exhibían tal
comportamiento, por medio del cual mostraban que para nada eran obedientes. La
comunidad se había quejado antes a Moisés diciéndole:
"Hemos sufrido antes
de que tú vinieras a nosotros y luego de haber venido…" (C. 7:129).
Contrariamente a la
conducta vacilante de su gente, Moisés expresaba una confianza plena en todo lo
que hacía pues tenía una profunda fe en Dios. Desde que empezó su misión tuvo la
promesa de Dios de que le ayudaría y lo respaldaría:
"Dijo: '¡No temáis!
Yo estoy con
vosotros, oyendo y viendo" (C. 20:46)
Cuando Moisés se
encontró por primera vez con los magos de faraón "temió en sus adentros"
(C. 20:67). Entonces Dios le reveló que ya no temería y que finalmente se
impondría, como lo expresa el versículo 20:68. De ese modo Dios educó a Moisés,
quien adquirió una enseñanza completa de Sus caminos. En consecuencia, cuando
algunos de los suyos temían que los soldados de faraón les dieran alcance, dijo:
"¡No! ¡Mi Señor está
conmigo, Él me dirigirá!" (C. 26:62)
Dios reveló a Moisés
que debía golpear el mar con su vara. Al hacerlo, "El mar entonces, se partió
y cada parte era como una imponente montaña" (C. 26:63). Faraón, al ver tal
milagro, debería haber comprendido que estaba en presencia de algo
extraordinario y de la intervención Divina. El mar se separó para (permitir el
paso) del pueblo que faraón quería destruir. Pero nada garantizaba que no se
uniese de nuevo apenas lo cruzasen. No obstante, faraón y su ejército se
lanzaron tras los Hijos de Israel, por lo que lo más probable es que hayan
perdido la cordura debido a su "espíritu de rebeldía", incapaces de comprender
la naturaleza milagrosa de esa situación.
El Corán describe
los últimos momentos de faraón:
"Hicimos que los
hijos de Israel atravesaran el mar. Faraón y sus tropas les persiguieron con
espíritu de rebeldía y hostilidad hasta que, a punto de ahogarse, dijo: '¡Sí,
creo que no hay más dios que Aquel en Quien los Hijos de Israel creen!; y soy de
los que se someten a El' ". (C. 10:90)
Aquí es posible ver
otro milagro de Moisés:
"Moisés dijo:
'¡Señor! Tú has dado a Faraón y a sus dignatarios lujos y bienes en la vida de
acá para terminar, ¡Señor!, extraviando a otros de Tu camino. ¡Señor! Borra sus
bienes y endurece sus corazones a fin de que no crean hasta que vean el castigo
doloroso!'. Dijo (el
Señor): 'Vuestra plegaria ha sido escuchada.
¡Id los dos por la
vía recta y no sigáis el camino de los que no saben!'" (C. 10-88-89)
De estos versículos
se comprende claramente que Moisés fue informado que faraón creería en Dios en
el momento en que enfrentara el doloroso castigo. Efectivamente, faraón dijo que
creía en Dios cuando las aguas empezaron a cubrirlo. Sin embargo, resultaba
evidente que esa actitud (de reconocimiento de Dios) era falsa, no sincera. Lo
más probable es que dijera lo que dijo buscando salvarse de la muerte segura que
se le venía encima.
Pero la aceptación
de la fe en los últimos momentos y el pedido de perdón no fue tenido en cuenta
por Dios. Faraón y su ejército no podían salvarse de morir ahogados.
(Responde Dios al
pedido de faraón):
"'¿Ahora (lo pides)?
¿Después de haber desobedecido y de haber sido de los corruptores? Esto no
obstante, hoy te salvaremos en cuanto al cuerpo a fin de que sea signo para los
que te sucedan'. Son muchos, en verdad, los hombres que no se preocupan de
Nuestros signos…" (C. 10:91-92)
También se nos hace
saber que faraón y sus hombres recibieron el castigo que les correspondía.
Puesto que los soldados de faraón tenían "espíritu de rebeldía" (C.
10:90), eran "pecadores" (C. 28:8), "impíos" (C. 28:40) y como
"Creían que no iban a ser devueltos a Nosotros" (C. 28:39) --al igual que
faraón--, tenían bien merecido el castigo. Es por eso que Dios se apoderó de
faraón y sus huestes y los precipitó en el mar, como expresa el Corán en 28:40.
Es así como Dios,
debido a que rechazaron Sus signos, no prestaron atención a los mismos y Le
desmintieron, les retribuyó puntualmente ahogándoles en el mar, como también lo
indica el Corán en 7:136.
Dios describe en el
Corán en 7:137 todo lo que sucedió después de la muerte de faraón.
"Y dimos en herencia
al pueblo que había sido humillado las tierras orientales y las occidentales,
que Nosotros hemos bendecido. Y se cumplió la bella promesa de tu Señor a los
Hijos de Israel, por haber tenido paciencia. Y destruimos lo que Faraón y su
pueblo habían hecho y lo que habían construido" (C. 7:137)
CAPITULO 7
EL PUEBLO DE SABA Y LA INUNDACION DEL ARIM
"Los saba tenían
un signo en su territorio: dos jardines, uno a la derecha y otro a la izquierda.
'¡Comed del sustento de vuestro Señor y dadle gracias! Tenéis un buen país y un
Señor indulgente'. Pero se desviaron y enviamos contra ellos la inundación de
los diques (Sayl al-Arim). Y les cambiamos aquellos dos jardines por otros dos
que producían frutos amargos, tamariscos y unos pocos azufaifos" (C. 34:15-16)
La comunidad de Saba fue una de las civilizaciones más grandes que vivió en el
sur de Arabia. Se estima que se estableció allí entre el 1000 y el 750 AC, y que
colapsó alrededor de 550 DC, después de dos siglos de ataques más o menos
continuos por parte de persas y árabes.
Es muy discutida la
fecha en que los saba se constituyeron como civilización.
Empezaron a registrar las
acciones gubernamentales alrededor del año 600 AC, y no se cuenta con
anotaciones anteriores a esa fecha.
Las fuentes más
antiguas que se refieren al pueblo de Saba son las crónicas de guerras dejadas
por el rey asirio Sargón II (722-705 AC), donde aparece el nombre del rey de
Saba, Yith'i-amara (It'amara) como pagador de impuestos. Como dijimos, este
documento es el escrito más antiguo con información acerca de la civilización
saba. No obstante, no sería correcto concluir de ello que la cultura saba se
estableció recién en esa fecha (700 AC), porque es muy probable que ya existiese
antes que se hiciesen anotaciones escritas. En las inscripciones de Arad-Nannar,
uno de los principales reyes del estado de Ur, fue usada la palabra "Sabum", que
se traduciría como "el país de Saba"39.
Si fuese así, significaría que la historia de Saba se remonta a unos 2500 años
AC.
Las fuentes
históricas que hablan de Saba expresan generalmente que se trataba de una
cultura parecida a la de los fenicios, ocupada principalmente en actividades
comerciales. Por lo tanto, este pueblo controlaba y administraba algunas de las
rutas comerciales que cruzaban hacia el norte de Arabia. Para llevar mercaderías
al Mediterráneo y Gaza, los comerciantes saba debían contar con el permiso de
Sargón II, amo de la región, o pagarle impuestos. En consecuencia, cuando los
saba empiezan a oblar sus obligaciones impositivas, aparece el nombre de Saba en
los anales del estado receptor.
A los saba se los
conoce por la civilización con que contaron. Palabras como "restaurar", "dedicar"
y "edificar", se usan con frecuencia en las inscripciones que sus gobernantes
ordenan grabar. La represa de Ma'rib, uno de los monumentos más importante de
este pueblo, es un indicio importante del nivel tecnológico que habían alcanzado.
Además, su ejército, uno de los más poderosos en la región, permitió junto a
otros factores, la prolongación de esa cultura por un período muy largo y la
adopción de una política expansionista. Conquistó las tierras de la antigua
Qataba y se apropió de muchas tierras en el continente africano. En el 24 AC,
durante una expedición al Magreb, el ejército de Saba derrotó completamente al
ejército de Marco Aurelio Gallus, quien gobernaba Egipto por cuenta del Imperio
Romano, el más poderoso de entonces en la zona. Los saba pueden ser retratados
como los poseedores de un estado que seguía políticas moderadas, si bien, cuando
era necesario, hacía uso de la fuerza. Con una cultura y un ejército avanzados,
el estado de Saba, indiscutiblemente, fue uno de los "superpoderes" de la región
en aquellos tiempos.
El Corán también
describe a ese ejército fuerte y extraordinario. Una expresión de los
comandantes del ejército saba exhibe el grado de confianza que se tenían, pues
los mismos dijeron a la reina gobernante:
"Poseemos fuerza y
poseemos gran valor, pero a ti te toca ordenar. ¡Mira, pues, qué ordenas!" (C.
27:33).
Muy cerca de
Ma'arib, ciudad capital de Saba --muy rica gracias a su ventajosa posición
geográfica--, se encontraba el río Adhanah, el cual en un punto de su recorrido
denominado Jabal Balq reunía las condiciones propicias para la construcción de
una represa, cosa que se hizo y se aprovechó para la irrigación. Esto dio a los
saba un alto nivel de prosperidad y convirtió a la capital en una de las
ciudades más desarrolladas de la época. El escritor griego Plinio, que visitó la
región y la alabó mucho, también hizo mención al verdor de la zona40.
Las dimensiones de
la represa eran: 16 metros de alto, 60 metros de ancho y 620 metros de largo.
Según los cálculos, el área total que podía ser irrigada por la represa era 9600
hectáreas, de las cuales 5300 pertenecían a la planicie sur y el resto a la
planicie norte. A esto se hace referencia en las inscripciones saba, donde se
lee "Ma'rib y las dos planicies"41.
En el Corán, la expresión "dos jardines, uno a la derecha y otro a la
izquierda" (C. 34:15), señalan los imponentes jardines y viñedos en los dos
valles. Gracias a la represa y el sistema de irrigación la región se volvió
famosa y el área de Yemen más productiva. El francés J. Holevy y el austríaco
Glaser demostraron en base a documentos escritos que esa represa de Ma'rib
existió efectivamente. En documentos escritos en dialecto Himer, se relata que
dicha represa hizo muy productivo al territorio.
Durante los siglos V
y VI de la era cristiana se le hicieron grandes reparaciones. No obstante, no se
pudo evitar que colapsase en el año 542 DC, debido a la "inundación del Arim",
mencionada en el Corán, y que provocó un gran daño. Los viñedos, jardines y
demás cultivos, mantenidos durante cientos de años, fueron completamente
destruidos. Se sabe también que los saba entraron enseguida en un período de
recesión y que desaparecen de la historia al final de ese período que se inicia
con la destrucción de la represa.
La
Inundación del Arim Enviada al Estado de Saba
Cuando examinamos el
Corán a la luz de los datos históricos antedichos, observamos que hay una
concordancia substancial. Los hallazgos y datos históricos verifican lo que
registra el Corán, donde se dice que las personas que no prestaron oído a la
exhortación de su profeta y rechazaron la fe con indiferencia, finalmente fueron
castigados con un diluvio espantoso.
"Los saba tenían un
signo en su territorio: dos jardines, uno a la derecha y otro a la izquierda. '¡Comed
del sustento de vuestro Señor y dadle gracias! Tenéis un buen país y un Señor
indulgente'. Pero se desviaron y enviamos contra ellos la inundación de los
diques (Sayl al-Arim). Y les cambiamos aquellos dos jardines por otros dos que
producían frutos amargos, tamariscos y unos pocos azufaifos. Así les retribuimos
por su ingratitud. No
castigamos sino al desagradecido" (C. 34:15-17)
Como se hace notar
en los versículos, los saba vivían en una región notable por su sorprendente
belleza, jardines y viñedos fructíferos. Y, por las características
anteriormente indicadas, Ma'arib resultaba una de las ciudades más favorecidas
de la época.
En circunstancias tan positivas, los saba deberían
haber cumplido con "¡Comed del sustento de vuestro Señor y dadle gracias!", pero
no lo hicieron. Decían que la prosperidad de la que gozaban no se la debían a
nadie y que habrían sido solamente ellos quienes habrían hecho posible todos los
elementos extraordinarios que les favorecían. Prefirieron la arrogancia a la
gratitud, como lo dice el versículo coránico:
"Pero se desviaron (de Dios)"…
Debido a que dijeron
que todo lo que tenían se debía solamente a ellos, perdieron todo. Como se
relata en el Corán, la inundación del Arim destruyó todo lo que tenían.
El castigo enviado
al pueblo de Saba se denomina en el Corán "Sayl al-Arim", que significa "la
inundación del Arim". Esta expresión también nos informa cómo sucedió el
desastre. La palabra "Arim" significa "dique" o "barrera". La expresión "Sayl
al-Arim" describe una inundación que se produce por el colapso de la barrera.
Los comentaristas islámicos han resuelto la cuestión de la época y el lugar de
ese acontecimiento guiándose por los términos usados en el Corán al respecto.
Escribe Mawdudi en su comentario:
"… En la expresion
'Sayl al-Arim', la palabra 'arim' se deriva de la palabra 'arimen' usada en el
dialecto del sur de Arabia, con el significado de 'dique' o 'barrera'. En las
ruinas desenterradas en Yemen se encontró que esa palabra se usaba
frecuentemente con ese sentido. Por ejemplo, en las inscripciones ordenadas por
el monarca Habesh de Yemen, llamado Ebrehe (Abraha), después de la restauración
de la gran pared (de la represa) de Ma'rib en 542-543 DC, dicha palabra aparece
repetidamente para expresar 'dique' (barrera). Por lo tanto, la expresión 'Sayl
al-Arim' significa 'una desastrosa inundación que ocurre después de la
destrucción del dique'.
'Y les cambiamos
aquellos dos jardines por otros dos que producían frutos amargos, tamariscos y
unos pocos azufaifos.' (C. 34:16). Es decir, después del colapso de la pared de
la represa, todo el país se vio inundado por el diluvio. Al ser destruidos los
canales y otros diques (barreras) construidos por los saba, colapsó todo el
sistema de irrigación. En consecuencia, el territorio que antes había sido como
un jardín, se transformó en un zarzal. Desaparecieron todos los frutos, excepto
uno parecido al cerezo producido por árboles llenos de tocones"42.
El arqueólogo
cristiano Werner Keller, autor de la obra "El Libro Santo Tenía Razón" (Und
Die Bible Hat Docht Recht), aceptó que la inundación del Arim ocurrió según
la descripción coránica y dijo que la existencia de la presa y la destrucción de
todo el país debido al colapso producido, demuestra que lo que dice el Corán
respecto del pueblo del jardín (los saba) es algo que aconteció realmente43.
Después de ese
desastre la región empezó a convertirse en un desierto y el pueblo de Saba
perdió su fuente más importante de ingreso al desaparecer las tierras aptas para
la agricultura. Ese pueblo, que no había atendido el llamado de Dios para que
crean en El y sean agradecidos con El, fue castigado finalmente como vimos.
Entonces la comunidad empezó a desmembrarse, abandonando sus hogares y emigrando
al norte de Arabia, a Meca y a Siria44.
Como este suceso
tuvo lugar después de la redacción del Antiguo y Nuevo Testamento, se lo
describe solamente en el Corán.
La ciudad de Ma'arib
que es ahora solamente una ruina desolada, se transforma, indudablemente, en una
advertencia para esos que repiten los mismos errores del pueblo de Saba. Esta no
fue la única comunidad destruida por un diluvio. En el capítulo "La Caverna" del
Corán, se relata la historia de dos propietarios de sendos viñedos. El de uno de
ellos era muy hermoso y productivo, como el de los saba. Sin embargo, cometió el
mismo error que éstos: se apartó de Dios. Creía que lo que tenía se debía
únicamente a él mismo:
"Propónles la
parábola de dos hombres, a uno de los cuales dimos dos viñedos, que cercamos de
palmeras y separamos con sembrados. Ambos viñedos dieron su cosecha, no fallaron
nada, he hicimos brotar entre ellos un arroyo. Uno tuvo frutos y dijo a su
compañero, con quien dialogaba: "Soy más que tú en hacienda y más fuerte en
gente". Y entró en su viñedo, injusto consigo mismo. Dijo: "No creo que éste
(este viñedo) perezca nunca. Ni creo que ocurra la Hora. Pero, aun si soy
llevado ante mi Señor, he de encontrar, en cambio algo mejor que él (que el
viñedo)". El compañero con quien dialogaba dijo: "¿No crees en Quien te creó de
la tierra, luego, de una gota y, luego, te dio forma de hombre?. En cuanto a mí,
El es Dios, mi Señor, y no asocio nadie a mi Señor. Si al entrar a tu viñedo,
hubieras dicho: '¡Que sea lo que Dios quiera! ¡La fuerza reside sólo en Dios!'.
Si ves que yo tengo menos que tú en hacienda e hijos, quizá me dé Dios algo
mejor que tu viñedo, lance contra él rayos del cielo y se convierta en campo
pelado, o se filtre su agua por la tierra y no puedas volver a encontrarla". Su
cosecha fue destruida y, a la mañana siguiente, se retorcía las manos pensando
en lo mucho que había gastado en él: sus cepas estaban arruinadas. Y decía: "¡OjAllah
no hubiera asociado nadie a mi Señor!". No hubo grupo que, fuera de Dios,
pudiera auxiliarle, ni pudo defenderse a sí mismo. En casos así sólo el Dios
verdadero ofrece protección. El es el Mejor en recompensar y el Mejor como fin"
(C. 18:32-44)
Como se comprende de
estos versículos, el error del propietario de ese viñedo no fue negar la
existencia de Dios. Por el contrario, suponía con seguridad que "aun si soy
llevado ante mi Señor, he de encontrar, en cambio algo mejor que él (que el
viñedo)". El error consistía en creer que todo lo que tenía no se lo debía a
nadie, que era producto, únicamente, de su propio esfuerzo.
Pensar así es
exactamente lo mismo que creer que Dios tiene iguales a El, reclamar como
exclusivamente propio lo que en realidad pertenece a Dios, pues de esa manera se
Le pierde el respeto debido, al pensar que uno tiene méritos suficientes por uno
mismo para que Dios, de alguna manera, obligadamente nos "privilegie".
Así es como,
precisamente, procedió el pueblo de Saba. La destrucción de todo su territorio
fue el castigo recibido para que comprendan que los "dueños" de la omnipotencia
o supremacía no eran ellos, sino que lo que llegaron a tener solamente se
trataba de un favor concedido por Dios a ellos…
CAPITULO 8
EL PROFETA SALOMON Y LA REINA DE SABA
"Se le dijo (a la
reina): '¡Entra en el palacio!'. Cuando ella lo vio, creyó que era un estanque
de agua y se descubrió las piernas. Dijo él (Salomón): 'Es un palacio
pavimentado de cristal'. Dijo ella: '¡Señor!
He sido injusta conmigo misma,
pero, como Salomón, me someto a Dios, Señor del universo'" (C. 27:44)
Los registros históricos consideran que el
encuentro de Salomón y la reina de Saba se produjo a la luz del día, según las
investigaciones hechas en el antiguo país de Saba en el sur de Yemen. Los
estudios de las ruinas revelaron que una "reina" vivió allí entre los años 1000
y 950 AC, y que viajó hacia el norte (Jerusalén).
Detalle de lo
sucedido entre ambos gobernantes, las capacidades políticas y económicas de los
mismos y los respectivos regímenes que tuvieron y otros datos, se explican en el
Corán en el capítulo "Las Hormigas". La historia, que abarca una gran parte de
ese capítulo, da inicio a las referencias sobre la reina de Saba con las
noticias que el Hudhud (el pájaro llamado abubilla) --miembro del ejército de
Salomón-- da a éste:
"No tardó (la
abubilla) en regresar y dijo: 'Sé algo que tú no sabes, y te traigo de los saba
una noticia segura. He encontrado que reina sobre ellos una mujer, a quien se ha
dado de todo y que posee un trono augusto. He encontrado que ella y su pueblo se
postran ante el sol, no ante Dios. El demonio les ha engalanado sus obras y,
habiéndoles apartado del Camino, no siguen la buena dirección, de modo que no se
prosternan ante Dios, Que pone de manifiesto lo que está escondido en los cielos
y en la tierra, y sabe lo que ocultáis y lo que manifestáis.
Dios, fuera del Cual no hay
otro dios, es el Señor del Trono augusto'.
Dijo él (Salomón): 'Vamos
a ver si dices verdad o mientes" (C. 27:22-27)
Después de recibir
esas noticias de la abubilla, Salomón le dio las siguientes órdenes (al pájaro):
"Lleva este escrito
mío y échaselo. Luego, mantente aparte y mira qué responden" (C. 27:28)
A continuación de
eso el Corán nos relata los acontecimientos desarrollados a partir de que la
reina de Saba recibió el escrito.
"Dijo ella: "¡Dignatarios!
Me han echado un escrito respetable. Es de Salomón y dice: '¡En el nombre de
Dios, el Compasivo, el Misericordioso! ¡No os mostréis altivos conmigo y venid a
mí sumisos!'". Dijo ella: "¡Dignatarios! ¡Aconsejadme en mi asunto! No voy a
decidir nada sin que seáis vosotros testigos". Dijeron: "Poseemos fuerza y
poseemos gran valor, pero a ti te toca ordenar. ¡Mira, pues, qué ordenas!". Dijo
ella: "Los reyes, cuando entran en una ciudad, la arruinan y reducen a la
miseria a sus habitantes más poderosos.
Así es como hacen.
Yo, en cambio, voy a enviarles(a
Salomón y sus súbditos) un regalo y ver con que regresan los enviados". Cuando
llegó a Salomón, dijo: "¿Queréis colmarme de hacienda? Lo que Dios me ha dado
vale más que lo que El os ha dado. No, sino que sois vosotros quienes están
contentos con vuestros regalos. ¡Regresa
a los tuyos! Hemos de marchar
contra ellos con tropas a las que no podrán contener y hemos de expulsarles de
su ciudad, abatidos y humillados". Dijo él (Salomón): "¡Dignatarios! ¿Quién de
vosotros me traerá su trono antes de que vengan a mí sumisos?". Uno de los
genios, un ifrit (entre los genios el más poderoso), dijo: "Yo te lo traeré
antes de que hayas tenido tiempo de levantarte de tu asiento. Soy capaz de
hacerlo, digno de confianza". El que tenía ciencia de la Escritura dijo: "Yo te
lo traeré en un abrir y cerrar de ojos". Cuando lo vio puesto (junto) a sí, dijo:
"Este es un favor de mi Señor, para probarme si soy o no agradecido.
Quien es agradecido, lo es en
realidad, en provecho propio. Y quien es desagradecido… Mi Señor Se basta a Sí
mismo, es generoso". Dijo (Salomón):
"¡Desfiguradle su trono y veremos si sigue la buena dirección o no!". Cuando
ella llegó se dijo: "¿Es así su trono?". Dijo ella: "Parece que sí". "Hemos
recibido la ciencia antes que ella. Nos habíamos sometido (a Dios). Pero lo que
ella servía, en lugar de servir a Dios, la ha apartado. Pertenecía a un pueblo
infiel". Se le dijo: "¡Entra en el palacio!". Cuando ella lo vio, creyó que era
un estanque de agua y se descubrió las piernas. Dijo él: "Es un palacio
pavimentado de cristal". Dijo ella: "¡Señor!
He sido injusta conmigo misma, pero, como
Salomón, me someto a Dios, Señor del universo"".
(C. 27:29-44)
El
Palacio de Salomón
Según otros detalles
que se dan en el Corán, Salomón tenía la tecnología más avanzada de la época. En
su palacio tenía conspicuas obras de arte y objetos valiosos, que impresionaban
a cualquiera que los viese. El Corán describe el palacio en el último versículo
visto, con su entrada hecha de cristal, y los efectos que produjo en la reina de
Saba:
"Se le dijo: '¡Entra
en el palacio!' Cuando ella lo vio, creyó que era un estanque de agua y se
descubrió las piernas. Dijo él: 'Es un palacio pavimentado de cristal'. Dijo
ella: '¡Señor! He sido
injusta conmigo misma, pero, como Salomón, me someto a Dios, Señor del universo'
". (C. 27:44)
El palacio del
profeta Salomón es llamado "El Templo de Salomón" en la literatura judía. Hoy
día solamente está en pie la "Pared Occidental", a la que los judíos denominan
"El Muro de los Lamentos". La razón por la que este palacio y muchas otras
construcciones fueron demolidas en Jerusalén en otro momento histórico, se debe
a la conducta perjudicial y arrogante de los judíos de entonces. El Corán nos
informa de esto como sigue:
"Decretamos en la
Escritura respecto a los Hijos de Israel: 'Ciertamente, corromperéis en la
tierra dos veces (por lo que dos veces serían castigados) y os conduciréis con
gran altivez. Cuando, de las dos amenazas, se cumpla la primera (la conquista de
Jerusalén por Nabucodonosor y la destrucción de su templo, probablemente en 586
AC), suscitaremos contra vosotros a siervos Nuestros, dotados de gran valor y
penetrarán en el interior de las casas. Amenaza que se cumplirá'. Más tarde, os
permitimos desquitaros de ellos. Os dimos más hacienda e hijos varones e hicimos
de vosotros un pueblo numeroso. El bien o mal que hagáis redundará en provecho o
en detrimento vuestro. 'Cuando se cumpla la última amenaza, os afligirán y
entrarán en el Templo como entraron una vez primera y exterminarán todo aquello
de que se apoderen'" (C. 17:4-7)
Todos los pueblos descritos hasta ahora merecieron
el castigo debido a su rebelión e ingratitud frente a los favores de Dios. Por
eso mismo sufrieron los desastres relatados. Los judíos, después de deambular de
un lado a otro durante siglos, sin un país o estado propio, encontraron
finalmente un hogar en las tierras santas en época de Salomón. Pero fueron
destruidos nuevamente debido a las transgresiones cometidas más allá de todos
los límites y debido a su desobediencia y corrupción. Los judíos modernos que se
asentaron hace muy poco en la misma región, de nuevo están corrompiendo la
tierra y actúan y se conducen "con gran altivez", como lo hicieron antes de la
primera advertencia.
CAPITULO 9
LOS COMPAÑEROS DE LA CUEVA
"¿Crees que los de la caverna y de ar-Raqim constituyen una maravilla entre
Nuestros signos?" (C. 18:9)
El capítulo 18 del
Corán, denominado "Al-Khaf" (La Caverna) nos relata la historia de un grupo de
gente joven que se refugió en una cueva para apartarse de un gobernante que
negaba a Dios y era injusto y opresor con los creyentes. Los versículos que
siguen son los que se ocupan de ese relato.
"¿Crees que los de
la caverna y de ar-Raqim constituyen una maravilla entre Nuestros signos?.
Cuando los jóvenes, al refugiarse en la caverna, dijeron: '¡Señor! ¡Concédenos
una misericordia de Ti y haz que nos conduzcamos correctamente!'. Y les hicimos
dormir en la caverna durante muchos años. Luego, les despertamos para saber cuál
de los dos grupos calculaba mejor cuánto tiempo habían permanecido. Nosotros
vamos a contarte su relato verdadero. Eran jóvenes que creían en su Señor y a
quienes habíamos confirmado en la buena dirección. Fortalecimos su ánimo cuando
se levantaron y dijeron: 'Nuestro Señor es el Señor de los cielos y de la tierra.
No invocaremos a más Dios que a El. Si no, diríamos una solemne mentira. Este
pueblo nuestro a tomado a dioses en vez de tomarle a El. ¿Por qué no presentan
alguna autoridad clara en su favor? ¿Hay alguien que sea más impío que quien
inventa una mentira contra Dios?. Cuando os hayáis alejado de ellos y de lo que,
en lugar de Dios, sirven, ¡refugiaos en la caverna!. Vuestro Señor extenderá
sobre vosotros algo de Su misericordia y dispondrá de la mejor manera de vuestra
suerte'. Habrías visto que el sol, al salir, se desviaba de su caverna hacia la
derecha y, al ponerse, los rebasaba hacia la izquierda, mientras ellos estaban
en una oquedad de ella. Ese es uno de los signos de Dios. Aquél a quien Dios
dirige está bien dirigido, pero para aquél a quien El extravía no encontrarás
protector que lo guíe. Les hubieras creído despiertos cuando, en realidad,
dormían. Les dábamos vuelta a derecha e izquierda, mientras su perro estaba en
el umbral con las patas delanteras extendidas. Si les hubieras visto, te habrías
escapado de ellos, lleno de miedo. Así estaban cuando les despertamos para que
se preguntaran unos a otros. Uno de ellos dijo: '¿Cuánto tiempo habéis
permanecido?'. Dijeron (los otros): 'Permanecimos un día o menos'. Dijeron:
Vuestro Señor sabe bien cuánto tiempo habéis permanecido. Enviad a uno de
vosotros con esta vuestra moneda a la ciudad. Que mire quién tiene el alimento
más fresco y que os traiga provisión del mismo. Que se conduzca bien y que no
atraiga la atención de nadie sobre vosotros, pues, si se enteran de vuestra
existencia, os lapidarían u os harían volver a su religión y nunca más seríais
felices'. Y así los descubrimos para que supieran que lo que Dios promete es
verdad y que no hay duda respecto a la Hora. Cuando discutían entre sí sobre su
asunto. Dijeron: '¡Edificad sobre ellos! Su Señor les conoce bien'. Los que
prevalecieron en su asunto dijeron: '¡Levantemos sobre ellos un santuario!'.
Unos dirán: 'Eran tres, cuatro con su perro'. Otros dirán: 'Eran cinco, seis con
su perro', conjeturando sobre lo oculto. Otros dirán: 'Eran siete, ocho con su
perro'. Di: 'Mi Señor sabe bien su número, sólo poco les conocen'. No discutas,
pues, sobre ellos, sino someramente y no consultes sobre ellos a nadie. Y no
digas a propósito de nada: 'Lo haré mañana', a no ser que añadas: 'si Dios
quiere'. Y, si te olvidas de hacerlo, recuerda a tu Señor, diciendo: 'Quizá mi
Señor me dirija a algo que esté más cerca que eso de lo recto'. Permanecieron en
su caverna trescientos años, a los que se añaden nueve. Di: 'Dios sabe bien
cuánto tiempo permanecieron. Suyo es lo oculto de los cielos y de la tierra. ¡Qué
bien ve y qué bien oye! Fuera de El, los hombres no tienen protector. Y El no
asocia a nadie en Su decisión'" (C. 18:9-26)
Según la creencia más extendida, los Compañeros de
la Cueva, ensalzados tanto por fuentes cristianas e islámicas, estaban sometidos
a la cruel tiranía del emperador romano Decio. Esos jóvenes advirtieron muchas
veces a su pueblo que no abandonen la religión de Dios para poder enfrentar las
prácticas malvadas de Decio. Pero dada la indiferencia de la gente, el aumento
de las vejaciones por parte del gobernante y las amenazas de muerte recibidas,
los jóvenes abandonaron sus casas.
Como lo verifican documentos históricos, en
aquella época muchos emperadores llevaban a cabo, en amplia escala, políticas de
terror, injusticia y sojuzgamiento sobre los cristianos de la primera hora que
permanecieron firmes en sus creencias.
En una carta escrita
al emperador Trajano (98-117 DC.) por el gobernador romano Pilinius (69-113
DC.), quien estaba en la Anatolia noroccidental, se refirió a "los compañeros
del Mesías (los cristianos) que fueron castigados debido a que se resistían a
adorar la estatua del Emperador". Esa carta es uno de los documentos más
importantes en lo que hace al relato de la opresión que cayó sobre los primeros
cristianos. En esas circunstancias es que se pidió a los jóvenes mencionados que
se sometan a un sistema no religioso y que adoren a un emperador como si se
tratase de un dios distinto de Dios. Los jóvenes no aceptaron esa propuesta y
dijeron:
"Nuestro Señor es el
Señor de los cielos y de la tierra. No invocaremos a más dios que a El. Si no,
diríamos una solemne mentira. Este pueblo nuestro ha tomado dioses en lugar de
tomarle a El. ¿Por qué no presentan alguna autoridad clara en su favor? ¿Hay
alguien más impío que quien inventa una mentira contra Dios?" (C. 18:14-15)
En cuanto a la
región donde vivieron los Compañeros de la Cueva, hay distintas opiniones. Los
lugares más razonables son Efeso y Tarso.
Casi todas las fuentes cristianas exhiben a Efeso
como la zona donde está la Cueva que sirvió de refugio a los jóvenes. Algunos
investigadores musulmanes y comentaristas coránicos concuerdan en esto con los
cristianos. Algunos otros dieron los pormenores de porqué no podía ser Efeso el
lugar donde estaba la Cueva, e intentaron demostrar que se ubicaba en Tarso.
Aquí nos ocuparemos de ambas posibilidades. En lo que concuerdan todos
--musulmanes y cristianos-- es en que el suceso tuvo lugar en la época del
emperador romano Decio, alrededor del 250 DC.
Decio --junto con Nerón-- es considerado el
emperador romano que más maltrató y torturó a los cristianos. Durante su corto
reinado dictó una ley que obligaba a todos sus súbditos a ofrecer sacrificio a
los dioses romanos, hecho que debía ser certificado por escrito oficialmente
para ser exhibido cuando fuera requerido. Quienes no obedecían esa orden eran
ejecutados. Según las fuentes cristianas escritas, la gran mayoría de los
seguidores de Jesús rechazaron ese acto idólatra y huían "de una ciudad a otra"
o se ocultaban en lugares secretos. Lo más probable es que los Compañeros de la
Cueva fueran un grupo de esos primeros cristianos.
Es necesario
puntualizar aquí que ese evento narrado como una historia por algunos musulmanes
y cristianos, se convirtió en una leyenda a raíz del agregado de muchas
falsedades y herejías. Pero, efectivamente, se trata de una realidad histórica.
¿Está en Efeso la Cueva de los
Compañeros?
En distintas fuentes
se indican distintos lugares como el de la posible ubicación de la cueva que
sirvió de albergue y refugio a los jóvenes. Las principales razones que hacen a
esa diferencia de opiniones son dos: a) el deseo de las personas de que esos
jóvenes tan valientes y sinceros hayan vivido en la misma zona o ciudades que
ellas residían; y b) la gran similitud de las cuevas de la región. Por ejemplo,
en casi todos esos lugares hay un sitio de adoración construido sobre las
cuevas.
Como es bien conocido, Efeso fue aceptado como un
lugar santo por los cristianos porque allí se encuentra una morada que parece ha
pertenecido a la Virgen María, la cual fue transformada más tarde en una iglesia.
Por lo tanto es altamente probable que los Compañeros de la Cueva hayan residido
en uno de esos lugares santos. Además, algunas fuentes cristianas aseguran que
ese fue el lugar.
El antecedente más
antiguo en la materia es el que brinda el sacerdote sirio James de Saruc (nacido
en 452 DC.). El renombrado historiador Gibbon tomó muchas citas del estudio de
James en su libro "Declinación y Caída del Imperio Romano". Según este libro, el
nombre del emperador que torturó a los siete jóvenes creyentes cristianos,
obligándoles a ocultarse en la Cueva, fue Decio, quien gobernó el Imperio Romano
entre 249-251 DC., período ampliamente conocido por el sojuzgamiento y represión
que impuso a los seguidores de 'Isa (Jesús). De acuerdo a comentaristas
musulmanes, la región donde tuvo lugar el acontecimiento fue "Aphesus" o "Aphesos".
Para Gibbon el nombre de dicho lugar era Ephesus. Situado en la costa occidental
de Anatolia, se trata de uno de los puertos y ciudades más grande del Imperio
Romano. Esas ruinas se conocen hoy día como "La Antigua Ciudad de Efeso".
El nombre del
emperador que reinaba en el período en que los Compañeros de la Cueva
despertaron de su largo sueño es Tezusius, según los investigadores musulmanes,
mientras que para Gibbon se trata de Teodosio II. Este emperador gobernó entre
408 y 450 DC. después que el Imperio Romano se había convertido al cristianismo.
En algunos
comentarios se dice que la entrada de la cueva miraba hacia el norte, por lo que
la luz del sol no podía penetrar allí. De ese modo, quien hubiese pasado por
allí no hubiera podido ver nada en su interior, como lo refiere el Corán:
"Habrías visto que
el sol, al salir, se desviaba de su caverna hacia la derecha y, al ponerse, los
rebasaba hacia la izquierda, mientras ellos estaban en una oquedad de ella. Ese
es uno de los signos de Dios. Aquél a quien Dios dirige está bien dirigido, pero
para aquél a quien El extravía no encontrarás amigo que lo guíe". (C. 18:17)
El arqueólogo Dr.
Musa Baran, en su libro "Efeso", señala a dicha ciudad como el lugar donde vivió
este grupo de jóvenes creyentes, y agrega:
"En el año 250 AC.
siete jóvenes que vivían en Efeso escogieron el cristianismo y rechazaron la
idolatría. Buscando donde escapar, encontraron una cueva en la falda oriental de
la montaña Pion. Los soldados romanos vieron (la cueva) y levantaron una pared
en la entrada"45.
Hoy día se reconoce que sobre esas antiguas ruinas
y tumbas se hicieron muchas construcciones religiosas. Las excavaciones
realizadas por el Instituto Arqueológico Austríaco en 1926, revelaron que los
vestigios encontrados en la falda oriental de la montaña Pion pertenecían a una
edificación construida en defensa de los Compañeros de la Cueva a mediados del
siglo VII C. (durante el gobierno de Teodosio II)46.
¿Está en Tarso la
Cueva de los Compañeros?
El segundo lugar
presentado como la ubicación en donde vivieron los Compañeros de la Cueva es
Tarso. En verdad, hay allí una cueva muy similar a la descrita en el Corán y
está situada en una montaña conocida como Encilus o Bencilus, al noroeste de
Tarso.
Muchos eruditos musulmanes creen que Tarso es el
sitio donde se encuentra la cueva en cuestión. At-Tabari, uno de los más
importantes analistas del Corán, determinó que la montaña donde se ubica la
cueva es "Bencilus", cosa que expresa en su libro "Tarikh al-Umam",
agregando que está en Tarso47.
Otro conocido
comentarista del Corán, Muhammed Emin, dijo que el nombre de la montaña era "Pencilus"
--pronunciada muchas veces como "Encilus"-- y que la diferencia en la
pronunciación se debe a la distinta modulación de la letra "B" o a la pérdida de
una letra de la palabra original, lo cual se denomina "desgaste histórico de la
palabra"48.
Fakhruddin ar-Razi,
otro conocido erudito del Corán, explica que "aunque este lugar es llamado
Efeso, lo que se quiere decir es Tarso, porque Efeso es otro nombre de Tarso"49.
Además, en los
comentarios de Qadi al-Baidawi y an-Nasafi, en los de al-Jalalayn y en "At-Tibyan",
en las explicaciones de Elmali y O. Nasuhi Bilmen, y en las de muchos otros
estudiosos, dicho lugar se especificas como "Tarso". Todos los intelectuales
mencionados explican la sentencia del versículo 18:17 (el sol, al salir, se
desviaba de su caverna hacia la derecha y, al ponerse, los rebasaba hacia la
izquierda) diciendo que la boca de la cueva en la montaña mira hacia el norte50.
La residencia de los
Compañeros de la Cueva también fue tema de interés en la época del Imperio
Otomano, y se hicieron algunas investigaciones en la materia. Existen
correspondencia e intercambio de informaciones en tal sentido en los Archivos
Otomanos del Primer Ministro. Por ejemplo, en una carta enviada al Ministerio de
Hacienda del estado Otomano por parte de la administración local de Tarso, hay
un pedido formal, y un mensaje adjunto apoyando el pedido, para que se pague un
salario a quienes se ocupan de la limpieza y mantenimiento de la cueva de los
Ashab-i Kahf (Compañeros de la Cueva). La respuesta a esa carta decía que con el
objeto de que se paguen salarios con dinero del Tesoro del Estado a los
trabajadores, era necesario determinar si en realidad dicho sitio era el lugar
donde habían residido los Compañeros de la Cueva. La investigación hecha con ese
fin fue muy provechosa para la determinación real del lugar donde se encontraba
la Cueva.
En un informe
preparado después de una investigación hecha por el Consejo Nacional, se dice:
"A dos horas de Tarso, una provincia de Adana, hacia el norte, hay una cueva en
una montaña. Y la abertura de esa cueva mira hacia el norte, como se dice en el
Corán"51.
Los debates en cuanto a quiénes fueron los
Compañeros de la Cueva, dónde y cuándo vivieron, siempre condujo a las
autoridades a investigaciones y a que se hagan muchos comentarios sobre el tema.
No obstante, ninguna explicación puede ser considerada cierta, por lo que,
interrogantes como: en qué período vivieron esos jóvenes creyentes y dónde
estaba la cueva a la que aludimos, siguen sin respuestas seguras.
odos los pueblos que hemos analizado hasta ahora
tenían algunas características en común: ofendieron a Dios, adjudicaron iguales
a Dios, se comportaron con arrogancia, unos devoraron injustamente la propiedad
de otros, se inclinaban hacia la perversión sexual y la insolencia. Otro rasgo
en común era el carácter opresor y la iniquidad hacia los musulmanes (hacia los
respetuosos de Dios) en su vecindad.
El propósito de las
advertencias que aparecen en el Corán no tiene el objetivo de dar lecciones
sobre historia. El Corán dice que las historias sobre los profetas se relatan
solamente a modo de "ejemplos".
Esos pueblos que fueron destruidos y se mencionan
en el Corán deberían servir como ejemplo para que quienes vengan después se
conduzcan por el sendero recto:
"¿Es que no les dice
nada que hayamos hecho perecer a tantas generaciones precedentes, cuyas
viviendas huellan ellos (las caravanas comerciales de la Meca) ahora?
Ciertamente, hay en ello signos para los dotados de entendimiento" (C. 20:128)
Si consideramos como
"ejemplos" a todas esas generaciones desaparecidas, en base a ello podemos
observar algunos sectores de nuestra sociedad y ver que para nada son mejores,
en términos de degeneración y transgresión.
Por ejemplo, la mayoría de las sociedades actuales
poseen un alto nivel de población sodomita y homosexual, lo cual nos hace
recordar al pueblo de Lot. Los invertidos que participan de fiestas sexuales con
"gente importante de la sociedad", despliegan todo tipo de corrupción,
eclipsando a sus equivalentes de Sodoma y Gomorra. Aún más, en las grandes
ciudades del mundo están esos que van "más allá" de sus similares de Pompeya.
Todas las sociedades que hemos examinado han sido
castigadas por medio de desastres naturales, como lo son terremotos, tempestades,
diluvios, etc. Por lo tanto, las sociedades que se extravían y se atreven a
cometer los mismos agravios de pueblos que existieron antes, pueden ser
castigadas de la misma manera.
No se debe olvidar
que Dios puede sancionar a cualquier persona o pueblo que El desee, y en el
momento que El elija. O también, puede llevar a quien El quiera por una vida
rutinaria, corriente, en este mundo y castigarle en el Más Allá. Dice el Corán:
"Sorprendimos a cada
uno por su pecado. Contra unos enviamos una tempestad de arena. A otros les
sorprendió el Grito. A otros hicimos que la tierra se los tragara. O otros les
anegamos. No fue Dios quien fue injusto con ellos, sino que ellos lo fueron
consigo mismos." (C. 29:40)
El Corán también nos
cuenta acerca de un creyente que era de la familia de faraón y vivió durante el
período de Moisés, pero ocultó su creencia.
"El que creía dijo:
'¡Pueblo! Temo por vosotros un día como el de los coalicionistas, como ocurrió
al pueblo de Noé, a los aditas, a los tamudeos y a los que vinieron después de
ellos. Dios no quiere la injusticia para Sus siervos. ¡Pueblo! Temo que viváis
el día de la Llamada Mutua, día en que volveréis la espalda y no tendréis a
nadie que os proteja de Dios. Aquél a quien Dios extravía no tendrá quien lo
dirija" (C. 40:30-33)
Todos los profetas advirtieron a sus pueblos
señAllahndoles el Día del Juicio, e intentaron que se preocupen por la sanción de
Dios (a los pecadores). Así actuó ese creyente que ocultaba su fe. Los profetas
se pasaron la vida explicando esto a sus pueblos una y otra vez. No obstante, la
mayoría de las personas a las que fueron enviadas los acusaban de mentirosos, de
buscar beneficios materiales o de intentar imponerse sobre ellos como
autoridades mundanales. Por lo tanto, la mayoría de esos pueblos siguieron con
sus sistemas de vida desviados, sin tomar en cuenta lo que decían los profetas o
sin cuestionarse sus propias acciones. Algunas de esas personas incluso fueron
más lejos e intentaron matar o extraviar a los creyentes.
Por otra parte, aunque casi siempre fue muy
reducida la cantidad de creyentes que seguían y obedecían a los profetas, unos y
otros eran salvados cuando Dios castigaba a las comunidades rebeldes.
A pesar de los miles
de años que han pasado y de las profundas modificaciones habidas en los
distintos lugares, en las costumbres, en las tecnologías y en las civilizaciones,
nos encontramos con que fueron reducidos los cambios en las estructuras sociales
y en los sistemas de los incrédulos.
Como remarcamos antes, cierta parte de la sociedad
en la que vivimos tiene todas las características de corrupción de los pueblos
descritos en el Corán. Al igual que en el caso del pueblo de Tamud, pero en otra
dimensión, hoy día también existe una gran cantidad de personas espurias o
estafadoras. (También) existe una "comunidad homosexual" que es defendida en
cualquier oportunidad que se presente y cuyos miembros no van a la zaga del
pueblo de Lot, en donde la corrupción sexual había llegado al extremo. Gran
parte de la sociedad esta constituida por gente ingrata y rebelde como la de
Saba, desagradecida a pesar de la riqueza otorgada, como la del pueblo de Iram,
desobediente y ultrajante como la del pueblo de Noé, desatenta o indiferente
respecto a la justicia social como la del pueblo de 'Ad.
Todos esos son signos muy significativos…
Deberíamos tener siempre presente que las
diferencias entre unas y otras sociedades en lo que hace al nivel de avance
tecnológico o a sus posibilidades potenciales, no son importantes para nada.
Nadie puede salvarse de la sanción que determina Dios. El Corán nos recuerda
esta realidad:
"¿No han ido por la
tierra y mirado cómo terminaron sus antecesores? Eran más poderosos, araban la
tierra y la poblaban más que ellos. Sus enviados vinieron a ellos con las
pruebas claras. No fue Dios quien fue injusto con ellos, sino que ellos lo
fueron consigo mismos" (C. 30:9)
"¡Gloria a Ti!
No sabemos más que
lo que Tú nos has enseñado. Tú eres, ciertamente, el Omnisciente, el Sabio" (C.
2: 32).
NOTAS
1. Max Mallowan, Nuh's Flood Reconsidered, Iraq: XXVI-2, 1964, p. 66.
2. Ibid.
3.
Muazzez Ilmiye Cig, Kuran, Incil ve Tevrat'in Sümer'deki Kökleri (Las Raíces del
Corán, del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento en Sumeria), 2.b., Istanbul:
Kaynak, 1966.
4.
Werner Keller, Und die Bibel hat doch recht (La Biblia Como Historia; Una
Confirmación del Libro de los Libros), New York: William Morrow, 1964, pp.
25-29.
5. Max
Mallowan, Nuh's Flood Reconsidered, Iraq: XXVI-2, 1964, p. 70.
6. Werner Keller, Und die Bibel hat doch recht, New York, W. Morrow, 1964, pp.
23-32.
7. "Kish",
Britannica Micropaedia, Volumen 10, p. 893.
8. "Shuruppak",
Britannica Micropaedia, Volumen 10, p. 772.
9. Max
Mallowan, Early Dynastic Period in Mesopotamia, Cambridge Ancient History 1-2,
Cambridge: 1971, p. 238.
10.
Joseph Campbel, Eastern Mythology, p. 129.
11. Bilim ve Ütopya, Julio 1996, 176.
Apostilla Foonote p. 19.
I Si en el Antiguo Testamento alguien lee los siguientes textos: Génesis 7:4,
Génesis 7:12 y Génesis 8:3, tanto de la Biblia Católica como de la Biblia
Evangelista (Reina-Valera, edición revisada 1960), puede decir que no encuentra
ninguna contradicción como la que señala Harun Yahya cuando indica que en
Génesis se dice, por un lado, que la elevación de las aguas duró cuarenta días,
mientras que en otra parte se indica que la cantidad de días de la inundación
fue de ciento cincuenta días. Pero, desgraciadamente, la contradicción existe y
se debe a algo señalado aquí: la manipulación del texto del Antiguo Testamento
por parte de los hombres.
Efectivamente, si nos fijamos en lo que dice el "Diccionario Ilustrado de la
Biblia", (Editorial Caribe, 1977, Miami, EEUU) el cual se basa en la Biblia de
Reina-Valera mencionada, encontramos lo siguiente: "Al cabo de ciento cincuenta
días la lluvia cesó (Génesis 8:2)" (pag. 168). Pero si leemos la Biblia de
Reina-Valera, no en Génesis 8:2, pues allí dice otra cosa, sino en Génesis 8:3,
encontramos: "Y las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra; y se retiraron
las aguas al cabo de ciento cincuenta días". Lo que dice el "Diccionario
Ilustrado de la Biblia" es precisamente lo que señala Harun Yahya, y por lo
tanto contradictorio con Génesis 7:4 y 7:12.
Además,
como vimos, no dicen lo mismo respecto a Génesis 8:2 (u 8:3), la Biblia y el
Diccionario referido.
Como es
lógico suponer, los autores de ese Diccionario también se han dado cuenta de la
contradicción y entonces tratan de explicarla, aunque lo que expresen suene
rebuscado o no creíble: "La aparente discrepancia en los datos cronológicos del
diluvio desaparecen si entendemos que el final del capítulo 7 del Génesis resume
los resultados de los 40 días de lluvias mencionando los 150 días, y el capítulo
8 empieza inmediatamente después de los 40 días, mencionando de nuevo los 150
días.
Así, el año (mes de 30 días) y 10 días se divide como sigue:
Llueve
por 40 días (7:21).
Aguas crecen y prevalecen (7:24) 110 días. [El texto de la Biblia dice, en
cambio, "150 días…….." (pag. 168), es decir, no habla de 40 días por un lado y
110 días por otro]. (Nota del traductor al castellano).
II Dice el "Diccionario Ilustrado de la Biblia": "Diferentes opiniones se
contraponen en cuanto al alcance del diluvio y muchos factores científicos hacen
difícil pensar en un diluvio universal….. Además, el lenguaje bíblico bien puede
interpretarse en sentido relativo indicando un diluvio local o limitado." (pag.
168).
Sin lugar a dudas, aclaraciones como éstas no hacen más que aumentar el
descreimiento en unos y las incoherencias en otros.
(Nota
del traductor al castellano)
12.
Everett C. Blake, Anna G. Edmonds, Biblical Sites in Turkey, Istanbul: Redhouse
Press, 1977, p. 13.
13. Werner Keller, Und die Bibel hat doch recht, New York, W. Morrow, 1964, p.
75-76.
14. "Le Monde de la Bible", Archéologie et Histoire, Julio-Ağusto 1993.
15. Werner Keller, Und die Bibel hat doch recht, New York, W. Morrow, 1964, p.
76.
16.
Ibid, pp. 73-74.
17.
Ibid, pp. 75-76.
18. G.
Ernest Wright, "Bringing Old Testament Times to Life", National Geographic, Vol.
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