Como hacer el Salat (documento con
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Cómo rezar acorde a la
Sunnah del Profeta Muhammad
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El Salat es la 'Ibada —o acto en el que se reconoce la
absoluta soberanía de Al-lâh— más importante, pues como mínimo se hace cinco
veces al día. Consiste en gestos, recitaciones y una actitud especial en
momentos determinados. La etimología de la palabra nos enseña que significa en
primer lugar "abrasarse, desvanecerse,...en la Unidad de Al-lâh". Con el Salat,
el musulmán se extingue en la Presencia de su Señor, se diluye dejándole "paso".
Sus movimientos simbolizan su absoluta rendición ante quien lo rige, su
recitación es convertirse en simple traductor de la Palabra de Al-lâh, su
actitud es la de entrega a su Verdadero Señor. Con el Salat, lo Eterno, lo
Esencial, se manifiesta, y lo efímero, lo contingente, desaparece absorvido en
el Uno que todo lo contiene. El Salat es un acto de extrema radicalidad: es el
instante en el que todos los ídolos son derrumbados, el momento en el que al
aparecer lo verdadero, lo falso huye. En el Salat hay autenticidad; es cuando el
musulmán se vuelve hacia Al-lâh y es transportado por El, transfigurado
completamente, y se reconoce y reconoce al Dueño de los Mundos.
El Salat es la soledad de Al-lâh, en el Salat Al-lâh se
muestra como Singular, ajeno a todas las quimeras, despojado de todas las
fantasías humanas, y se muestra a Sí mismo extinguiéndolo todo, consumiéndolo
todo, doblegándolo todo. Cuando ya no hay nada, cuando el musulmán se postra
finalmente, Al-lâh aparece como Soberano, como lo es en Su Realidad, y cuanto
existe brilla bajo Su Resplandor. Y el Salat es el instante también en el que el
ser humano proclama su califato, su soberanía, pues con su 'Ibada se desembaraza
de lo que lo confundía, de lo que lo engañaba y esclavizaba: al contemplar la
Unidad de Al-lâh, sus ídolos caen, sus mentiras se disipan, y ahora es la
clarividencia la que ocupa el lugar de la insensatez. Rindiéndose ante su Señor,
desenmascara a los dioses, los denuncia, los aniquila con una mirada
fulminadora. Al igual que Al-lâh, en el Salat aparece el ser humano en su
verdadera dimensión. Al igual que Al-lâh que con el Salat hace desvanecerse todo
lo falso, todo lo que no es El, el hombre se alza y barre lo que era confuso y
se sumerge en el océano de la Grandeza. Por ser un acto de tan alta
trascendencia y sus efectos tan radicales, no puede iniciarse brúscamente: antes
es necesaria la Tahara, despojarse de todo lo que pudiera empañarlo. Por ello
han sido prescritas las abluciones.
Valor del Adzán
El Adzán es la llamada con la que se convoca al Salat, y
el que la realiza es llamado Muádzdzin. Rasulullah (s.a.s) ha dicho: "Hay tres
hombres que el Yáwm al-Qiyama, cuando resurjamos después de la muerte,
aparecerán sobre una colina de almizcle negro (o almizcle oscuro, el más oloroso
y preciado), y no temerán cuando a los hombres Al-lâh les exija cuentas, el
momento en que todos los hombres sentirán terror: el hombre que recite el Corán
sin otro deseo que agradar a Al-lâh y sirva de Imam a las gentes y las gentes
estén complacidas con él, y el hombre que proclame el Adzán en una mezquita
invitando a las gentes a Al-lâh, y el hombre al que se haya puesto a prueba
concediéndosele riquezas y las riquezas no lo hayan hecho desatento". Y también
dijo: "No escuchan la llamada del Muádzdzin ni hombre ni genio, ni ninguna otra
cosa, sin que tengan que dar testimonio a su favor el Yáwm al-Qiyama", es decir,
todo aquello a lo que llegue la voz del Muádzdzin hablará a su favor ante
Al-lâh. Y también dijo: "La Mano del Rahmán está sobre la cabeza del Muádzdzin
desde que comienza hasta que acaba el Adzán".
Y se ha dicho acerca de las Palabras del Corán "¿Quién
dice algo mejor que el que convoca a las gentes hacia Al-lâh y obra rectamente?"
que se refieren a los Muádzdzinin. Y Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Cuando escuchéis
la LLamada, repetid las palabras que pronuncia el Muádzdzin", y así es
recomendable (mustahabb) para todo el que las oiga, salvo las dos "háyyas" en
cuyo lugar dirá: "La háwla wa la qúwwata illa billlah". Y al acabar de oir el
Adzán, la Sunna enseña que debe hacerse el siguiente Du'á: "Alláhumma rábba
hádihi d-dá'wati t-támmati was sAllahti l-qáimati áti Muhámmadan il-wasílata wal
fadílata wad dárayata r-rafí'ata wa b'ázhu l-maqáma l-mahmúda l-ladi wa'ádtah,
ínnaka la tújlifu l-mi'ád", que quiere decir: "Al-lâhumma, Señor de esta LLamada
Perfecta y del Salat establecido, concede a Muhammad el Medio, el Bien y el
Grado elevado, y hazlo aparecer en el Rango Elogiado que le has prometido, y
ciértamente Tú no traicionas tu Palabra". El Sahabi Sa'id ibn al-Musib dijo:
"Quien haga el Salat en una tierra desierta, a su derecha se coloca un Málak y a
su izquierda se coloca un Málak y él hace de Imam para ellos; y si además, antes
de empezar el Salat, proclama el Adzán y la Iqama, hacen el Salat detrás de él
MAllahikas semejantes a montañas".
Valor de los cinco Salawat prescritos (o Maktubas)
Al-lâh dice en el Corán: "El Salat, para los múminin, es
una prescripción determinada para ciertos momentos". Rasulullah (s.a.s.) dijo:
"Hay cinco Salawat que Al-lâh ha prescrito para los hombres. Quien los cumpla
con la atención que requieren sin faltar a ninguno de sus pilares obtiene la
promesa de Al-lâh de hacerle entrar en el Jardín. Quien no los cumpla no tiene
ninguna promesa de Al-lâh: si quiere lo atormentará y si quiere lo hará entrar
en el Jardín". Y también dijo: "Los cinco Salawat son como un río que pasara por
delante de la puerta de vuestras casas y en el que os bañárais cada día cinco
veces, ¿quedaría algún resto de suciedad (idolatría) en vosotros?. Los cinco
Salawat hacen desaparecer vuestros Dzunub (faltas) como el agua elimina la
suciedad". Y también dijo: "Los Salawat os evitan el mal de los Dzunub que
cometáis entre ellos mientras os apartéis de los grandes Haram". Y dijo: "Quien
se encuentre con Al-lâh (después de la muerte) habiendo desperdiciado la ocasión
de los Salawat, encontrará que Al-lâh no dará valor al resto de sus acciones por
meritorias que sean".
Y dijo: "El Salat es la columna del Islam, quien lo
abandone derriba el Din". En cierta ocasión, le preguntaron: "¿Cuál es el mejor
acto que puede llevar a cabo un hombre?", y él (s.a.s.) respondió: "El Salat en
su momento". Y dijo: "Quien persevere en el cumplimiento de los Cinco vigilando
rigurosamente el wudu que los precede y sus momentos, verá -cuando esté junto a
Al-lâh- que son Luz que lo rodea y lo protege, y serán un argumento a su favor
el Yáwm al-Qiyama; y quien los descuide se verá aparecer ante Al-lâh entre
Faraón y Hamán (los que están privados de todo bien)". Y también dijo: "La llave
del Jardín es el Salat". Y dijo: "Nada hay más amable para Al-lâh, después de la
proclamación del Tawhid (la Shahada) que el Salat, pues si lo hubiera lo habría
impuesto a los MAllahika, pero los MAllahika está o bien inclinados, o bien
postrados, o bien erguidos, o bien sentados (las posiciones del Salat)". Y dijo:
"Quien abandone la práctica del Salat a propósito debiera ser contado entre el
número de los káfirs",...es decir, a punto está de desaparecer de él todo
vestigio de Imán. Y también dijo: "Quien abandone a propósito el Salat queda
fuera de la garantía ante Al-lâh que ofrece Muhammad". Y dijo: "Lo primero que
Al-lâh tendrá en cuenta es el Salat de cada uno de vosotros". Abu Bakr decía:
"Cuando escuchéis el Adzán, levantáos para apagar con el Salat el Fuego que
habéis encendido (y que os aguarda)".
Valor del cuidado que debe tenerse en el cumplimiento de
los Pilares del Salat (o Arkan del Salat)
Rasulullah (s.a.s.) dijo: "El Salat Maktuba es como una
balanza y tiene su justa medida, quien la respeta cumple con su equilibrio".
Yaçid ar-Raqqashi dijo: "El Salat de Rasulullah (s.a.s.) era perfecto y parecía
como si estuviera medido". Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Dos hombres de mi Nación
hacen un Salat parecido, sus inclinaciones y sus postraciones son las mismas,
pero son dos Salat tan distantes entre sí como el cielo y la tierra",...se
refiere a que uno de ellos los hace con Jushu' y el otro sin él, y el Jushu' es
la profundidad del Salat y es su principal pilar: de poco sirve un Salat si no
es profundo. Y dijo: "Al-lâh no mirará el Yáwm al-Qiyama al hombre que no se
yergue perfectamente entre la inclinación y la postración".
Y dijo: "¿No teme el que durante el Salat desvía su rostro
(de la orientación debida hacia la Qibla) que Al-lâh se lo trastoque en el
rostro de un asno?". Y dijo: "Quien cumpla el Salat en su momento y realice a la
perfección la ablución que lo precede, y haga con exactitud sus inclinaciones y
postraciones, y no desatienda la profundidad que el Salat exige, ése notará que
el Salat sale de él y asciende siendo una claridad brillante que le dice: Al-lâh
te guarde como me has guardado. Y quien haga el Salat fuera de su momento, y no
realice bien su Wudu, y descuide las formas de las inclinaciones y las
postraciones, y su Salat no sea profundo, verá a su Salat salir de él como algo
oscuro y tenebroso que le dice: Al-lâh te arruine como me has arruinado". Y
dijo: "El peor de los hombres es el que le roba a su Salat".
Valor de la Asamblea (o Yama'a)
Rasulullah (s.a.s.) dijo: "El Salat en grupo supera al
Salat en solitario en veintisiete grados". 'Uzmán dijo: "Quien acuda a hacer el
Salat 'Isha en comunidad es como si hubiera velado media noche entera haciendo
Salat; y quien acuda al Subh es como si hubiera velado toda la noche".
Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Quien hace el Salat en Yama'a es como si se colmara
de 'Ibada". Sa'id ibn al-Musib dijo: "Desde hace veinte años, cada vez que oigo
al Muádzdzin proclamar el Adzán, acudo sin falta a la mezquita". Muhammad ibn
Wási' dijo: "Del mundo sólo tres cosas me parecen apetecibles: un amigo que,
cuando me tuerzo, sabe enderezarme; un alimento Halal que me evite caer en lo
Haram; y un Salat en asamblea que corrige los defectos de mi ignorancia y me
enriquece junto a Al-lâh". Hátim al-Asamm dijo: "Sólo una vez perdí la ocasión
de un Salat en Yama'a y hasta mi casa vino al-Bujari para darme el pésame". Ibn
'Abbas dijo: "Quien escuche al Muádzdzin y no le obedezca es porque Al-lâh no
quiere nada bueno para él". Abu Huráira dijo: "Que a un hombre le llenen los
oídos de plomo fundido es mejor para él que oir la Llamada y no responder a ella".
Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Quien haga durante cuarenta días los Salawat en
Yama'a sin perderse ningún Takbir es protegido por Al-lâh contra dos males: el
de la hipocresía y el del Fuego". Se ha dicho: "En el Yawm al-Qiyama habrá
gentes con rostros resplandecietes como estrellas que dirán: Cuando escuchábamos
el Adzán inmediatamente nos poníamos a hacer el Wudu sin que nada nos detuviera.
Otro grupo tendrá los rostros resplandecientes como lunas, y dirán: Nosotros
hacíamos el Wudu antes de escuchar el Adzán. Y aún otro grupo tendrá los rostros
resplandecientes como soles, y dirán: Nosotros oíamos el Adzán en la mezquita".
Valor de la postracion (o Suyud)
Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Con nada se acerca el hombre a
Al-lâh que sea mejor que un Suyud secreto". Y dijo también: "Cuando un musulmán
se postra ante Al-lâh, Al-lâh eleva su rango y elimina el efecto de sus torpezas".
Un hombre dijo a Habibullah (s.a.s.): "Invoca a Al-lâh para que me proporcione
tu intercesión ante Él y me haga tu compañero en el Yanna", y Rasulullah (s.a.s.)
le contestó: "Ayúdame haciendo muchos Suyud". Y dijo también: "Lo más cerca que
un hombre puede estar de Al-lâh, lo está durante el Suyud". El Corán dice: "Póstrate
y acércate", y también: "Ellos (los múminin) tienen el signo en sus frentes, la
huella del Suyud"... se ha dicho que ese signo es la marca que deja el contacto
de la frente con el suelo, y también se ha dicho que es la Luz del Jushú' o
profundidad del Salat. Se ha relatado que cuando un musulmán hace el Suyud,
Shaytán llora y dice: "A él se le ha ordenado postrarse y se ha postrado y su
destino es el Jardín; a mí se me ordenó que me postrara y me negué y fuí
expulsado del Jardín, y mi destino es el Fuego". Se ha contado que 'Ali ibn
'Abdullah ibn 'Abbás se postraba ante Al-lâh cada día mil veces, y por ello fue
llamado el Sayyád. También se ha contado que el califa 'Omar ibn 'Abdelaziz
nunca se postró sobre alfombra alguna, sino directamente sobre el polvo.
Valor de la profundidad durante el Salat (o Jushú')
Al-lâh ha dicho: " Establece el Salat en mi Memoria", y
también: "No seáis de los que olvidan", y también: "No os acerquéis al Salat
estando ebrios, sino esperad a saber lo que decís"... Se ha dicho que "ebrios"
significa aquí "aturdidos por las preocupaciones". Habibullah (s.a.s.) dijo: "Quien
haga dos Rak'as sin pensar durante ellas en nada del mundo, a ése se le
disculpan todos sus Dzunub anteriores". Y dijo: "El Salat es calma, humildad,
concentración, lamento, retorno a Al-lâh, y que al final extiendas las manos y
digas Al-lâhumma, Al-lâhumma; si no, tan sólo es algo inacabado". Se ha contado
que en los Libros Antiguos Al-lâh ha dicho: "No acepto cualquier Salat, sino
sólo aquél que va acompañado de pequeñez ante mi Inmensidad, aquél en el que no
hay arrogancia y lo hace quien alimenta al hambriento por amor hacia mí".
Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Sólo ha sido prescrito el Salat, y ha sido ordenado
el Hayy y las circunvalaciones (alrededor de la Kaaba), no se han erigido los
estandartes más que para establecer entre los hombres el Dzikr de Al-lâh, para
que Al-lâh sea recordado; si en tu corazón no está la presencia del Recordado,
que es el objeto de la 'Ibada, si en él no hay temor ante la contemplación de la
Grandeza, ¿qué valor tiene tu Dzikr?".
Y también dijo: "Cuando hagas el Salat, hazlo como si
estuvieras a punto de morir y te despidieras del mundo"... es decir, cuando
empieces el Salat, despídete de todo e incluso de tí mismo, recordando las
palabras de Al-lâh: "Oh ser humano, hacia tu Señor te diriges y con Él te
encontrarás". Bakr ibn 'Abdullah dijo: "Si quieres entrar a donde está tu Dueño
y hablar con Él sin necesidad de traductor, puedes hacerlo. Haz bien el Wudú, y
entra en tu Mihrab, y he aquí que has entrado a donde está tu Señor, sin haber
pedido permiso a nadie, y he aquí que te diriges a Él sin intermediario". 'Aisha,
la esposa de Rasulullah (s.a.s.) dijo: "Rasulullah (s.a.s.) nos hablaba y le
hablábamos, pero cuando llegaba el momento del Salat era como si no nos
conociera ni nosotros lo conociéramos"... y era porque estaban completamente
dedicados a la contemplación de la Grandeza de Al-lâh. Y Habibullah (s.a.s.)
dijo: "Al-lâh no mira al Salat del hombre que no une su corazón al cuerpo". En
cierta ocasión, el Nabí (s.a.s.) vio a un hombre que, haciendo el Salat, se
mecía la barba y dijo: "Si su Salat fuera profundo, su cuerpo estaría en calma".
Cuando llegaba el momento del Salat, el Imam 'Ali temblaba y palidecía; al
preguntársele por ello, contestó: "Éste es el instante de algo extraordinario
que Al-lâh ha confiado a los hombres después de habérselo propuesto a los cielos,
a la Tierra y a las montañas, que lo rechazaron por verse incapaces para cumplir
con esa confianza, pero el hombre quiso asumirla". Su nieto, 'Ali ibn al-Husain,
también palidecía durante el Wudu, y lo explicó diciendo: "¿Es que no sabéis
ante Quién voy a ponerme de pié?".
Como hacer el Salat (documento con
fotos)
Adhan desde al Haram Ash-Sharif-Makka
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