LOS MAS BELLOS NOMBRES VII
A L -H A Q Q
A L - W A K I L
A L - Q A W I
A L - M A T I N
A L - W A L I
A L - H A M I D
A L - M U H S I
A L - M U B D I '
A L - M U ' I D
A
L - M U H Y I
A L - M U M I T
Allah es la Verdad, cuyo ser
permanece siempre inmutable.
Haqq es aquello cuya esencia es
válida en sí misma, que es la
causa y es necesario para toda
otra vida. Como El no deriva Su
existencia de otro sino de Sí
Mismo, El es eterno. Todas las
demás cosas son temporales; como
`Haqq' existe por sí mismo, sin
ser influenciado por ningún
otro, El es carente de
cambio. El es la única
existencia verdadera. Otras, que
aparecen como reales, toman su
verdad de Su ser.
Existen otras cosas,
que son vistas por
el intelecto como
correspondientes a esa
Verdad. Nosotros
también llamamos a éstas
"verdad". No obstante las
verdades de todas las
otras existencias se modifican
en el curso de sus relaciones
entre sí, y finalmente, cuando
desaparecen, la creencia en que
son verdad pierde validez.
No hay nada en
la creación cuya
existencia sea paralela a la
de Allah, el
Verdaderamente Existente, el que
es por siempre antes del antes y
después del después. La creación
se asemeja a la luna; en el
comienzo un fino arco, tan
delgado como un hilo; luego un
creciente; una luna llena; luego
retrocediendo y desapareciendo
nuevamente. Ese es
el orden del
universo. Todo excepto Allah el
Verdaderamente Existente,
comienza, cambia, desaparece,
reaparece.
La manifestación del atributo de
`al-Haqq' toma forma para el
creyente en fé‚ y en palabras.
La verdad es aquello que no
necesita prueba, y cuya negación
es imposible. Así, las creencias
y palabras relacionadas con la
invariante existencia causal son
denominadas "fés verdaderas" y
"palabras verdaderas", porque
ellas son en cierto modo,
también constantes. Allah las
mantiene incesantes y vivas, y
recompensa a los que las hablan,
a los que las escuchan y a los
que creen en ellas.
" 'Abd al Haqq " ha sido salvo
de toda falsedad, en sus
acciones y en sus palabras.
El es consciente de la verdad en
todo momento, en todo lugar; y
por medio de ello, de la unidad
y unicidad de todo - ya que la
Verdad es, para él, siempre
presente y permanente.
Allah es el último y fiel
administrador. El completa el
trabajo que Le es dejado, sin
abandonar nada incumplido.
Los hombres piensan que
ellos son capaces de hacer, pero
El es quien hace todo y
no precisa que nadie
realice cosas para El. El
puede reemplazar todo en el
universo, pero nada puede
sustituirlo, ni puede sostenerse
por sí mismo sin ser dependiente
de El. Ni Sus mensajeros ni Sus
profetas son Sus
administradores. El únicamente
manifiesta Sus mensajes y Su
mandato a través de ellos. Son
Sus servidores; El es el Señor y
el Dueño de todo.
El hace mejor todo lo que
es dejado a El, y sin embargo El
no está sujeto a ninguna
obligación. Nadie puede
influenciar Su voluntad;
ningún poder puede forzar a El
para realizar una cosa. El
hace por usted aquello que es
bueno para usted, y aquello que
le complace a El.
¨Quién es aquél en quien
puede confiar para realizar para
usted, mejor que usted mismo?
El administrador ha de saber
mejor. El ha de ser
más poderoso. El ha de ser
confiable. El que entregue sus
asuntos en manos de otro
debe estar seguro de todo esto.
También ha de tener confianza en
la compasión, amor y lealtad del
administrador para con él.
¨Quién entre los hombres es un
abogado tal que lo represente y
que trabaje para usted?
Qué clase de pago está preparado
a dar por los servicios de un
administrador así? No hay
hombres que sean administradores
de este calibre. Cuando la gente
hace cosas para otros, es
solo una transacción comercial:
se da y se toma. Allah, el
Todo-Sapiente, el Todo-Poderoso,
el Más Compasivo, es
el único en quien Sus servidores
pueden confiar.
En todo aquello que
pretendemos llevar a cabo, en
nuestros negocios, para el
mantenimiento de nuestra
salud, para nuestra familia,
para nuestros hijos, buscamos un
progreso, calculamos,
tomamos precauciones,
consultamos contadores, médicos,
abogados; sin embargo a diario
surgen toda clase de
imprevistos, obstáculos,
oposiciones, y problemas.
El servidor sincero
ejecuta todo lo
mejor que puede, inclusive
para otros, no sólo para
él. Luego, deja
librados los resultados
a Allah, para que El, en Su
liberalidad, se los brinde.
Y suplica a `al-Wakil', cuya
mano controla su vida, para que
realice aquello que sea bueno
para él, ya que él mismo admite
ignorarlo. Este es el
significado de `tawakkul' , el
confiar en Allah. Aquél que
posee esta absoluta
confianza en el
último y fiel
Administrador, es
propietario de un
tesoro mayor que la
fortuna más grande en este
mundo, porque aún en caso de la
total pérdida de sus
esfuerzos, él no cae en la
desesperación; él está en paz.
Si esa paz no existiese, ningún
beneficio mundano, ningún tesoro
material le aportaría felicidad.
Las dificultades que
impiden o destruyen esa paz de
la mente son las ambiciones
desmedidas, la codicia, la
competitividad, los
temores, y la imginación.
Ninguna cantidad de dinero, ni
de seguridad, puede
insuflar alivio a la opresión de
los corazónes afligidos
por estas enfermedades.
`Tawakkul', la
confianza en Allah,
no significa el
ignorar los motivos de las
cosas que ocurren. El
sentarse y no cuidarse
de las causas y sus
efectos es pereza.
La confianza en
Allah es una
obligación en el Islam, y la
desidia es un pecado. Allah ha
revelado a Sus servidores las
causas y las
soluciones de lo que
suceder .
De hecho, El ha dispuesto que la
comprensión de esas causas y
soluciones sea una condición
para que estas cosas ocurran.
Para que una cosas sea creada,
para que una necesidad sea
satisfecha, una razón, una
causa, ha de aparecer.
Esta es la ley y la orden de
Allah, llamada `hikmat al-tasbib',
razón causal. El ignorar
lo que está a nuestro alcance
equivale a arrojarse a las
fauces del dragón de la
ignorancia, enfermedad y
pobreza, lo que está prohibido y
constituye un pecado de acuerdo
al Islam.
Así pues, con plena
comprensión de las causas, uno
ha de orientar sus esfuerzos
hacia aquello que desea,
sabiendo que toda nuestra labor
no es sino un plegaria activa,
un deseo de la ayuda de Allah.
En verdad, esta oración dinámica
se convierte en una prueba
de su confianza en Allah
en cuanto al resultado, y
nada más. El que obra así,
no cuenta con sus esfuerzos sino
que se apoya en Allah el
Benefactor quien dice, "Pide y
Yo te daré."
" 'Abd al-Wakil " es el
servidor que se
convierte en receptor
del atributo de `al-Wakil'. El
evoluciona, desde una
condición en la que ve la mano
de Allah en las causas y
motivos de las cosas, hasta un
estado en el que todo ello
desaparece. El coloca su
vida enteramente en las manos
del Administrador final, y a su
vez se torna un servidor
Suyo totalmente digno de
crédito. Como consecuencia la
confianza de Allah se deposita,
y se manifiesta en él.
Allah es el Más Fuerte, el
Incansable.
El posee todas las
fuerzas. El es capaz de superar
todo, y nadie puede tocarlo. En
el accionar de Su fuerza no
existen condiciones que sean
difíciles ni fáciles. El puede
crear un billón de universos con
la misma facilidad con que
crea una hoja de hierba. Con Su
inextinguible fuerza se ocupa de
la continuidad de la creación y
de la protección de las
criaturas, y guía sus
acciones hasta el
instante prefijado.
" 'Abd al-Qawi" es aquél
servidor que es honrado con la
manifestación de las fuerzas de
`al-Qawi'. Con el poder de Allah
dentro de él, derrota la
lujuria, las ambiciones
mundanas, la ira y la
negatividad, e incluídos los
otros soldados del Diablo. Por
la gracia de la manifestación de
este nombre dentro de él, recibe
la capacidad de destruír,
todos los enemigos - hombres,
demonios, o jinns, siempre, y en
todo lugar. Nadie puede oponerse
a él. Así, rechaza todo oponente
a través del poder de
Allah, cuya fuerza es victoriosa
y superior a todos y a todo.
Allah es perfecto en Su
fuerza y en Su
firmeza. El atributo
de `al-Qawi' concierne a la
perfección de Su poder, mientras
que el atributo de `al Matín' es
la vehemencia, la omni-penetrante
acción de su fuerza. Nadie puede
estar a salvo de ella, ninguna
puede oponérsele. Nada puede
causarle dificultades, nada
puede debilitarla, ni tampoco
precisa de ninguna ayuda.
Allah tiene misericordia y
también castigo. Cuando El
extiende Su compasión a Sus
amados servidores, nadie
impedirá que esta benevolencia
alcance su destino,
ni tampoco puede
ningún poder concebible
entorpecer Su venganza, ira y
castigo para que no golpeen el
blanco. El servidor debiera
colocar sus esperanzas en la
bondad y belleza que provienen
de Allah, y solo habrá de temer
Su castigo. De esta
forma los otros
temores desaparecen de los
corazones de los
servidores que están atados a su
Señor.
" 'Abd al-Matin" es el
servidor a quien es dado
el misterio de la omni-impregnante
fuerza de Allah. Ella le hace
aferrarse a su religión con tal
energía y paciencia que no hay
tentación que lo aleje.
Ninguna dificultad lo cansará ,
y no es posible separarlo de la
Verdad.
En la defensa de la
Verdad, nadie puede
asustarle ni silenciarlo. Sus
efectos actúan sobre todo, y
solamente Allah puede afectarlo.
Allah es el amigo protector de
Sus buenos servidores.
El ayuda a Sus
buenos servidores; El elimina
sus dificultades y les da guía,
paz y éxito en sus asuntos en
este mundo y en el Más Allá. El
los saca de la obscuridad a la
luz e ilumina sus corazones;
estos corazones no permanecen
oprimidos y atados al presente,
sino que se prolongan hasta los
tiempos antes del antes y
después del después. Ellos
llegan a conocer al Señor de
esos reinos, aceptan Su unidad y
unicidad, y son honrados con los
más altos niveles que pueden ser
alcanzados por la humanidad - Su
amistad - a través de ser un
buen servidor de El.
Los amigos de Allah
tienen ojos iluminados por la
luz divina y ven con ella. Toman
lecciones de todo cuanto
escuchan y contemplan. La luz
divina brilla a través de sus
facciones, quien quiera que los
observa, recuerda a Allah. No
existe ni temor ni tristeza para
ellos, ya que no conocen ningún
otro amigo, excepto a Allah.
No temen a nada salvo el
oponerse a la complacencia de
Allah. No necesitan nada ni
esperan nada de nadie, excepto
de Allah.
Intente ganar la
amistad de Allah. Sea
afectuoso con Sus amigos y
aprenda a ser como ellos.
Crea en lo que creen, haga
lo que hacen, rechace
cuanto rechazan, ame a los que
aman, y por sobre todo, ame
a Aquél a quien ellos aman más.
" 'Abd al-Wali" es el servidor
en quien se hace manifiesto el
afecto de cuantos son
creyentes; él es un amigo de
todos aquellos que son
puros y devotos creyentes.
Allah es el Más Loable.
El es el que es alabado
por todo cuanto existe. Alabar
es honrar con respeto y
agradecimiento al Grande que da
infinitos dones. Todo lo que
existe alaba a Allah con sus
lenguas, con sus acciones, o
simplemente por su misma
existencia. El es único que es
merecedor de devoción, de
respeto, de agradecimiento, y de
alabanza. ¨Como puede uno alabar
a otro que El en Su presencia,
cuando todo proviene de
El? El es la fuente
de todos los dones y de todas
las perfecciones.
El nos ha dado
directamente la vida, una
bella forma, fuerza,
inteligencia, lenguaje,
y así sucesivamente.
Por manos de otros
hombres o por medio de los
intermediarios que constituyen
Sus otras creaciones nos
brinda dones traídos
hasta nosotros. Estas dádivas
alaban a Allah; aquellos a
través de cuyas manos estos
dones llegaron, loan a Allah;
¨no habremos nosotros de alabar
a Allah? El hombre inventó
la computadora, que trabaja,
habla, escribe, se
comunica, captura las
formas y sonidos de
las cosas. La máquina
misma, al hacerlo, ensalza a su
inventor. De esta manera toda la
naturaleza elogia a Allah con su
existencia y su funcionamiento.
La gente que usa y se beneficia
de esa computadora encomia a su
inventor. Es así como el
servidor loa al Creador.
Luego el inventor se
ensalza a sí mismo. Allah el
Inventor de todo esto se alaba a
Si Mismo y no está en
necesidad de loas de ningún
otro.
Allah en Su misericordia
y generosidad ha ordenado que el
hombre, para su propio bien,
cumpla determinados deberes, y
que evite ciertos males para su
propia paz y salvación. Existen
obligaciones tales para llevar a
cabo en cada hora de nuestra
vida; cuando se ejecutan
en los momentos prefijados, se
reciben beneficios tanto
materiales como alegrías
espirituales y sabiduría,
acusadamente si esas
tareas son hechas por amor
de Allah. Con ello llega una
recompensa de especial
iluminación. Así mediante, el
hombre aprendió lo que supo, y
con ello progresó. Con lo que
Allah prohibió al
hombre que hiciese, El lo
protege del fuego del Infierno.
El más grande de todos
los pecados es `kufr',
negación; negar es lo
opuesto de la alabanza. Imagine
un benefactor de una comunidad
que ha ayudado a cada uno, por
medio de quien todos se
beneficiaron por igual y aún
más, del cual dependen la vida y
la armonía de la sociedad.
Si alguien insultase este
benefactor, refutara sus buenas
acciones, ¨qué haría la
comunidad que lo ama y lo
respeta? Estarían iracundos,
hostiles, vengativos. Aunque esa
persona no hubiese hecho ningún
daño a la gente, todos ellos le
odiarían, lo maldecirían e
intentarían destruírlo. Como él
había insultado al benefactor,
considerarían el perjuicio como
hecho a todos ellos.
Es así que, si se niega
la existencia de Allah o
se critica Sus
cánones, o se minimizan Sus
perfectas cualidades y
benevolentes actos, uno es
maldecido no solo por los
hombres, sino por toda la
creación. Como no existe lugar
que no sea Suyo, tal individuo
no será capaz de huir. Nosotros
tomamos refugio de El en El.
Toda alabanza es debida al Señor
de la creación entera, quien nos
conduce desde la obscuridad
hasta la luminosidad, quien
libera los corazones de la noche
de la negación y los
llena con la divina luz de la
fé.
`Al-hamdu lillahi rabbil-'alamin'.
" 'Abd al-Hamid" es aquél a
quien Allah se muestra El
Mismo con Sus más bellos
atributos. Todas estas bellezas
se hacen manifiestas en él. En
consecuencia todos los hombres
lo ensalzan, pero él alaba
solamente
a Allah.
Allah es el poseedor de todo el
conocimiento cuantitativo.
El ve y sabe todo tal
como es en realidad. En adición
a conocer toda existencia
como una totalidad
inseparable, El
percibe cada cosa
analíticamente separada de
acuerdo a su clase y tipo;
y así como la conoce
individualmente El diferencia
sus partes, aún sus tomos. El
enumera y calcula hasta la cifra
exacta. El sabe la
cantidad de todas las
existencias en el universo
creado, no obstante que a
nosotros nos parezcan infinitas,
llegando hasta el cómputo de
respiraciones exhaladas e
inhaladas por cada una de Sus
criaturas. El cuenta y pesa, una
por una, todas nuestras buenas
acciones y pecados,
registrando todo en un gran
libro de inventario.
Como en Sus atributos de
`al-`Alim', el que sabe todo
cuanto ocurre, de `al-Khabir',
el que conoce
los acontecimientos
internos, y `ash-Shahid',
el que atestigua todo cuanto
existe, `al-Muhsi', aquél que
analiza, cuenta y
registra en cantidades, es
un atributo que
debiera alentar a
los amigos de Allah que obran
bien y tendría que
amonestar a Sus enemigos
que cometen injusticias.
Aún si una buena acción o
un pecado son tan pequeños
como un grano de
mostaza, se cuentan y no se
extravían.
El buen servidor,
atento a este
atributo, debiera analizar
dentro suyo el acto
que intenta
realizar, verificar
si es correcto
o incorrecto. El
debiera observarse a sí
mismo a cada respiración
y estar consciente. El ha
de hacer sus cuentas a menudo,
cinco veces al día, en el
momento de cada plegaria, y
estar agradecido a Allah por el
bien que llegó a través de su
propio canal, asumir la
responsabilidad por sus pecados,
y arrepentirse. La salvación
está en ordenar nuestros asuntos
ahora, con buena
anticipación al Día del
Juicio Final, el terrible
día del arreglo de cuentas
delante de su Señor.
" 'Abd al-Muhsi" es quien es
honrado con la habilidad y la
voluntad de contar cada cosa,
aquél a quien es hecha saber la
cantidad de todo. El no sólo
registra en anchura y profundad
alrededor suyo, sino
que también conoce
analíticamente sus propios
actos, palabras y su ser, y vive
su vida de acuerdo con ello.
Allah es el originador de todo.
El crea sin modelo ni material.
En el comienzo antes del
tiempo o del espacio, Allah
existía. No había otro que El,
nadie que pudiera obtener
provecho de El o perjudicarLe.
Sin modelos de las cosas que
iban a ser, ni materiales
para hacerlos, Allah el Más
Elevado, para manifestar
Su existencia, dar a
conocer Su belleza y perfección,
y hacer sentir
Su amor y compasión, creó
la creación y produjo los
primeros modelos. A
fin de que la creación
proliferase y continuase,
El hizo de cada
creación original un medio de
perpetuar su propia clase de
acuerdo con causas, condiciones
y leyes de un divino orden, que
El también creó.
Aquellos que estiman que estos
medios son los originadores de
las cosas que existen, y que
piensan que la naturaleza es
Dios, deben examinar qué es lo
que movió el vacío; quién cargó
al protón y al electrón; cuál
es esa fuerza que es
inextinguible, que sostiene la
continuidad de las cosas.
El servidor inspirado por
este atributo debe buscar la
comprensión de los orígenes;
cómo desde la
nada, él y todas las
demás cosas llegaron a ser
criaturas que viven, crecen,
ven, oyen, hablan, piensan
-exquisitas, en perfecto orden-
y confirmar que nadie más
que Allah, el originador de toda
la creación, sin la influencia
ni la ayuda de nada, es
responsable por todo ello.
Cualquiera que concibe un socio
a Allah, se convierte en
culpable del único pecado sin
perdón, el atribuír un
igual a Allah, es decir,
politeísmo.
" ' Abd al-Mubdi "
es el servidor
que recibe el
secreto del Originador,
a quien Allah revela el origen y
la fuente de todas las
cosas, y el que se convierte en
un testigo de sus comienzos.
Allah es el restaurador de las
cosas que El ha creado y
destruído.
El atributo de `al-Mubdí',
el Originador, contiene el
significado de el Inventor,
mientras que `al-Mu'id' es el
Re-creador y el Restaurador a la
forma previa. Todos los
seres y cosas transcurren a
través de su período
predestinado de vida y
desaparecen. Finalmente
nada existe salvo Allah,
tal y como fué en los comienzos.
Sin embargo todas las acciones
de la creación,
especialmente del hombre,
son registradas dentro del
eternamente existente y
eternamente viviente Allah.
Algunos habrán obrado de
acuerdo con Sus leyes, puros y
decentes. Otros han
reclamado "libertad" y se han
rebelado, homicidas y opresores.
La ley del hombre no atrapó y
castigó ni a mil de ellos.
Allah lo sabe todo; El es el Más
Justo; El no ama los tiranos, y
toma venganza en contra de
ellos. Si todo fuese
resuelto con la muerte, no
habría justicia eterna. Entonces
el pecador, el rebelde, el
déspota, escaparían a su
castigo. Ni siquiera la razón
humana puede aceptar esto.
Sin sombra alguna de duda, habrá
un Día del Juicio Final,
en el que el bien y el mal serán
separados el uno del otro.
El bien recibirá su
recompensa, el mal su castigo.
Allah lo promete en Su Corán, y
Allah cumple sus promesas.
En ese día, Allah al-Mu'id
recreará todas las
criaturas, perfectas hasta en
los detalles de sus
huellas dactilares, y les
devolverá sus almas.
El servidor que
está atento a ello, reconoce que
El no solamente es su Creador,
sino también aquél que lo
re-creará. Será así, enteramente
leal a El, y no se rebelará en
contra del Creador por amor de
los que son creados.
" 'Abd al-Mu'id " es
aquél dentro de quien
Allah ha colocado el
conocimiento del secreto de
que las cosas están
continuamente siendo
re-decretadas. A menudo ese
servidor colabora en la
re-creación de ellas y la
recurrencia de los asuntos. El
ayuda a mantener lo
re-creado y lo recurrente.
Allah es el dador de vida a las
cosas sin vida.
Así como Allah puede
hacer que aquello que no
existe llegue a ser, El puede
dar la vida al que carece de
ella, puede matar y restaurar.
Allah es quien ha creado
la vida y la muerte; nadie
más puede hacer eso. Piense en
usted mismo. En algún momento no
tenía existencia, no estaba
vivo. Allah nos ha
creado en los úteros de nuestras
madres y nos ha dado el ser,
nos ha traído a este mundo
para respirar, para comer, para
crecer ... El nos dió
fuerzas, la habilidad de pensar,
de buscar, de encontrar,
de conocer, de escuchar,
de hablar, de
construír, de destruír,
y de propagarnos.
Todo ello, y esta
existencia, no nos pertenece. Es
un don, que nos ha sido
prestado. Lo único uestro
es la elección que hacemos en el
terreno de pruebas que son este
mundo y esta vida:
el creer o
descreer, obedecer o de
rebelarnos - lo que nos
cualificar para el cielo o
el infierno cuando nostros
muramos y seamos traídos de
regreso nuevamente a la vida.
El creyente es
agradecido por la vida que
él ha recibido. Esta
gratitud se traduce en acción
por medio de labor esforzada por
el amor de Allah para servir a
Sus criaturas continuamente como
si él no fuese a morir
jamás. Debiéramos también
recordar sin descanso la muerte,
y trabajar para el Más Allá ,
para nuestra salvación, como si
fuéramos a morir al momento
siguiente.
"'Abd al-Muhyi " es el que
trae su corazón a la vida.
Un corazón lleno de
bestias de este mundo,
está muerto. Un corazón que ha
sido depurado de este mundo y
que contiene solamente a Allah,
está vivo, y es la casa de
Allah. Para tal servidor,
Allah puede aún otorgar el
permiso, así como El hizo con
Jesús (Quiera Allah bendecirle),
para retornar los muertos a la
vida.
A L -
M U M I T
Allah es el creador de la
muerte.
Todos quienes estamos
vivos, con seguridad, moriremos.
La muerte puede llegar en
cualquier momento. Allah el Más
Elevado ha destinado un
tiempo para que cada ser venga
a la existencia, y un
tiempo para abandonarla.
El hombre está hecho de
una combinación de la carne y
del alma. La carne es visible;
el alma está oculta. El cuerpo
es temporal; el alma es
eterna. Así pues hay dos
vidas en el hombre, la temporal
y la eterna. La vida del ser
material comienza con la
concepción y finaliza en la
muerte, cuando el alma abandona
el cuerpo. No obstante que el
alma continúa su existencia sin
el cuerpo, no tiene sensibilidad
física ni movimiento, como si
estuviese inmovilizada. Así como
quien está totalmente
imposibilitado conoce su
condición, el muerto percibe su
estado. La muerte es como una
parálisis total, afectando el
corazón, la mente, los nervios,
la circulación - todo. En vida,
el cuerpo está bajo las órdenes
del alma. En la muerte,
esta es como un rey que ha
perdido su reino. En vida,
el alma es como un mercader que
compra y vende, gana y pierde.
En la muerte es como un
negociante que ha quebrado en
sus negocios; ya no puede
obtener más ganancias. Es
abandonado con lo que pudiese
haber ganado, o perdido, sus
deudas. En su sepulcro, él
espera -ya fuere en
bancarrota, hambriento, con
frío, con dolor, o en
abundancia, con alegría y
paz- hasta el Día del Juicio
Final.
El creyente no teme la
muerte, se prepara para ella. La
Muerte es la Voluntad de Allah.
Ya sea que usted afirme que todo
está aquí y que no existe nada
después de esto, o que crea que
cada día tiene un mañana y que
este mundo tiene un Más Allá,
usted se alejará, más pronto o
más tarde de aquí. Si su
búsqueda es ir solo tras los
placeres mundanos, cuando esta
su vida acabe, su felicidad
terminar. Todos sus trabajos,
planes, y esperanzas, habrán
concluído. Pero si usted
prospera en este mundo
perfeccionando su fé,
adquiriendo sabiduría,
recogiendo sus frutos
y preparándose para el Más
Allá, cuando esta vida
demasiado corta se interrumpa,
habrá llegado a la eterna
beatitud. En Su misericordia y
generosidad, Allah confiere
exactamente aquello que Sus
servidores suplican, sin
importar que tengan
fe o les falte. Si su
deseo es este mundo, lo
recibirá. Si aspira a la vida
eterna en el Más All , le será
otorgada.
" 'Abd al-Mumit" es aquél en
cuyo corazón la lujuria, el amor
de este mundo y la negatividad,
han sido muertos por Allah. Este
corazón encontró así, la
verdadera vida. Cuando en
nuestro corazón han muerto las
fuerzas negativas del ego,
uno es iluminado con la
divina luz. Ella también alumbra
los que se encuentran
alrededor nuestro. Una persona
así, continúa viviendo,
respirando el aire de una
divina y eterna vida.