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Tras los pasos del Bien-amado

 

Episodio 28: El triunfo de la verdad y del bien

 
 

 En el nombre de Al·lâh [1], El Más Compasivo, El Muy Misericordioso.  Las alabanzas son para Al·lâh, Enaltecido y Glorificado sea, y los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre nuestro Profeta Mohammad (SAAWS)  [2]

 

¡Bienvenidos!. Que Al∙lâh Acepte nuestro ayuno. La verdad no sé si decir que es el último episodio, o el fin de Ramadán o el último día en que finalicemos la lectura del Corán. No sé de qué voy a despedirme ¿Del fin de Ramadán, de la lectura entera del Corán o de la biografía del Profeta? Es un episodio muy duro.

Pero antes de empezar el episodio de hoy de la inmigración de despedida del Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre él-, vamos a señalar cuatro puntos. El primer punto es un agradecimiento a todos los que participaron en el éxito de este programa, que resucitaron la biografía del Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre él-. Agradezco al gobierno y el pueblo saudita, que nos facilitó la tarea de filmar las cuevas de Hirâ’, Zûr, y filmar durante treinta días cerca de la mezquita del Profeta (SAAWS), porque han permitido a la gente ver de cerca la vida del Profeta (SAAWS).

Mi agradecimiento va igualmente al pueblo de la Medina que ha sido muy generoso con nosotros en cuyas venas fluye la sangre del Profeta; finalmente agradezco al Sheij Sâleh Kâmel por su apoyo al programa en el canal ART. Agradezco asimismo al hotel Oberi donde ha tenido lugar este programa y a la dirección del canal satélite Iqra´.

Finalmente quiero agradecer a Al∙lâh, Enaltecido y Alabado sea. Lo he dejado al final porque Al∙lâh nos enseñó agradecer a la gente. Tenemos que agradecer a Al∙lâh por todas las gracias que nos ha regalado como este privilegio de filmar el programa ante la casa del Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre él-. Algo que nunca sucedió en los canales vía satélite.

Asimismo agradezco al Profeta (SAAWS) por su paciencia con los que le dañaron y le hicieron sufrir. Tuvo paciencia para que hablemos de él hoy. Que Al∙lâh le Bendiga, fue un modelo para nosotros del renacimiento de todo el mundo. Toda la humanidad necesita aprender de él, cualquiera que sea su religión. De él hemos aprendido la gerencia, la planificación, la política, la paciencia, la paz y la guerra.

Tengo que presentar asimismo disculpas por el episodio de mañana que será incluido en el de hoy.

Hace ya un mes en el que no he visto a mi mujer y a mi hijo que les hecho de menos. Hace tres años en los que no he pasado la fiesta del fin de Ramadán en Egipto. Entonces os pido permiso a que mañana no habrá episodio para que pueda volver a Egipto a ver a mi familia. Pero después vamos a volver a emitir estos episodios.

Os confirmo que todos los episodios se volverán a emitir el primer martes tras el mes de ramadán acompañado de subtítulo en inglés. Se emitirá cada martes y viernes, porque veo que la biografía de nuestro Profeta necesita ser más asimilada.

Es el último episodio de la biografía del Profeta Mohammad (SAAWS). Tenemos que resumirlo pero, de este modo vamos a pasar por alto importantes detalles, que gente tras nosotros van a tratar exhaustivamente. Los episodios serán a su disposición en nuestra página web www.amrkhaled.net.

Si deseamos darle un título a este último episodio ¿Cuál le atribuiríamos? ¿«Una misión para mejorar la tierra » o «el triunfo de la verdad y del bien sobre el mal y los intereses personales»?

Permítanme recordaros que nos hemos comprometido a seguir sus pasos. De hecho, el título de su misión deberá de ser nuestro lema en la vida.

El Profeta (SAAWS), en sólo veintitrés años logró llevar a cabo la misión de mejorar la tierra. Fue una misión humana por ser una experiencia humana que conlleva revelaciones (wahy). Sin embargo, las revelaciones nunca han planificado, sino que trazan el procedimiento que es el Corán. Hubo milagros para dar más ánimos y elevar el espíritu de los musulmanes, no para cambiar los acontecimientos. Para influir sobre los acontecimientos se contaba con la planificación. Esto es lo que hace de esta historia una experiencia que se adapta a todos los tiempos. Por ello el Corán dice lo que se puede traducir por: «Tenéis en la persona del Profeta un buen ejemplo (para seguir) (TSQ,[3] “Al-Ahzâb” (Los Coaligados): 21.). Esta experiencia respeta ciertos principios que sin los cuales ninguna experiencia llegaría a triunfar. Y son los siguientes:

a-      La planificación flexible, activa y emprendedora. No puede haber renacimiento sin planificación. Cada uno tiene que utilizarla en su campo.

b-     Paciencia, perseverancia y sacrificio incluso de la propia vida. ¿Os acordáis de Sumayya, la primera mártir en el Islam?

c-      El entrenamiento y las prácticas como en la época de Dâr Al-Arqam. Un entrenamiento cultural, espiritual, moral, político y religioso para edificar una notable generación. Si nuestros países no empiezan a proporcionar a la nueva generación y a la juventud el entrenamiento en estos cuatro campos no llegaremos al renacimiento y no hay que avergonzarse de integrar el aprendizaje religioso.

d-     La convivencia con los demás. ¿Os acordáis de la constitución de la Medina que estaba destinada a todas las comunidades? Los mensajes del profeta (SAAWS) dirigidos a los reyes de otros países, o el ejemplo de la firma del tratado de « Al-Hodaybiyya » cuando el Profeta pidió a los musulmanes y no musulmanes que le acompañaran. La regla general es la convivencia con otras civilizaciones y culturas, no la lucha. Pero todo ello sin abandonar nuestros derechos y permanecer orgullosos de nuestra religión. Hago esta recomendación especialmente a los musulmanes que viven en occidente. Para ello tenemos el ejemplo del Profeta (SAAWS) que exigió su derecho de difundir su mensaje y del cual estaba convencido y orgulloso, y al mismo tiempo estaba de acuerdo con firmar un tratado de paz como el de Al-Fodûl.

e-      El Islam es sinónimo de paz, no de guerra.  La guerra en el Islam sólo se hace cuando se nos traiciona o se nos prohíbe difundir el mensaje. ¿Os acordáis de las batallas de Badr y Al-Jandaq? el Profeta Mohammad (SAAWS) hizo la guerra de Al-Jandaq para conseguir un acuerdo de paz con el enemigo. Si hubiera querido, hubiera derramado muchísima sangre, pero no lo quiso ni lo hizo.

f-       Tener el sentimiento de ciudadanía y creer en él. Tal sentimiento supone la convivencia y coexistencia de varias culturas, y religiones según reglas comunes relativas al hecho de vivir en un mismo país. El Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh  sean sobre él- estableció una constitución en la Medina para definir los derechos y deberes de cada uno de los ciudadanos independientemente de su religión. De hecho, nunca ha admitido que los musulmanes de La Meca se aliasen con él para combatir contra sus compatriotas.

g-      La mujer es muy presente en la vida del Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh  sean sobre él-, interactiva social, política y familiarmente. No puede haber renacimiento de la nación sin que la mujer obtenga sus derechos y se libere de las injusticias de las que sufre. Injusticias de las que el Islam es totalmente inocente. Os daréis cuenta que la biografía del Profeta se adapta a cualquier tiempo y espacio. No estoy interpretando la biografía para amoldarla a este tiempo.

h-      Las artes y la cultura a los que siempre recurría el Profeta para dar ánimo a la gente en los momentos difíciles, y para provocar el renacimiento y el resurgimiento de la nación. ¿Os acordáis cómo el Profeta entró a la Medina con una canción?

i-        La política de unificación. Esta política supone unir a los musulmanes en vez de alejarse los unos de los otros a causa de asuntos insensatos como la diferencia de confesiones o doctrinas.

j-       El discurso religioso del Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre él- es válido para todos los tiempos y circunstancias. Durante los tiempos de al-Ÿihâd, se revelaban versículos sobre ello, y cuando es el tiempo de fraternidad, se revelaban versículos sobre fraternidad. Es decir que hay que adaptar y amoldar el discurso religioso a los acontecimientos y necesidades del momento.

k-     Cinco virtudes morales esenciales estaban presentes para realizar el renacimiento de la nación: la sinceridad, la fidelidad, la lealtad, el perfeccionismo (¿Os acordáis cómo el Profeta planeaba muy bien a cada cosa antes de emprenderla?) y la esperanza, ya que el Profeta siempre infundía la esperanza en la gente. La persona que más será querida por el Profera (SAAWS) es la que va infundiendo esperanza entre la gente, pero el peor entre vosotros es el que anda diciendo que no hay esperanza.

l-        El respeto de la opinión del otro y la libertad de expresión eran cosas vitales en la manera de actuar del Profeta (SAAWS). El Profeta cambió el sitio de todo el ejército en la batalla de Badr basándose en la opinión de una sola persona, y puso un nuevo plan en la batalla de al-Jandaq según las recomendaciones de Salmân Al-Fârisî. De esta forma, el pueblo se sentirá unido y su jefe se sentirá fuerte gracias al apoyo de su pueblo. Es un hecho muy importante en la biografía del Profeta (SAAWS) y por ello he querido mencionarlo en vez de pasarlo por alto. Creedme si os digo que el terrorismo y la violencia sólo cesarán con la aplicación de este principio.

m-    No puede haber renacimiento sin un jefe alrededor del cual se pueden reunir los seguidores. ¡Observad al Profeta (SAAWS) con sus compañeros! los orientalistas se preguntan si era un jefe, un político o un Profeta. Pues era las tres cosas a la vez. Necesitamos líderes que sean así, que no tengan vergüenza de la religión, que la fe no sólo surja en las ocasiones, sino que sea en cada momento.

n-      La fe es el fundamento del triunfo. ¿Por qué los compañero del Profeta se sacrificaron en las batallas del Jandaq, Uhud y siguieron al profeta en el tratado de Al-Hodaybiyya si no fuera por la fe? ¿Por qué Sumayya murió si no fuera por la fe? El renacimiento de nuestros países sólo puede estar basado sobre la fe. El que quiera conseguir el renacimiento en una zona pero que se desprende de la fe y religión seguirá sin saber la verdad de estos pueblos. Sólo el impulso de la fe le puede dar la fuerza para realizar lo imposible. Si disociamos la fe y el desarrollo, no llegaremos muy lejos. ‘Omar Ibn Al-Jattâb dijo: “Somos un pueblo honorado por Al∙lâh con el Islam, si queremos el honor sin el Islam seremos humillados por Al∙lâh”. Llevamos muchos años intentando conseguir un desarrollo sin fe y religión, pero fue en vano.

¿Qué debemos hacer después de Ramadán? Seguir los pasos del Profeta –que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre él- y quererlo mucho. Él dijo: «Ninguno  de vosotros creerá hasta que yo sea más amado por él  que sus padres,  sus hijos, sus bienes e incluso más querido que su propia persona».

Encontrarás a miles de ulemas y profesores musulmanes mejores que yo que digan lo mismo. El programa se volverá a emitir después del Ramadán y encontrarás cintas también para que vuelvas a escucharlos y verlos cada vez que olvides al querido Profeta (SAAWS). Cada uno de nosotros tiene que sentir la responsabilidad del mensaje y buscar en uno o varios campos (cultural, tecnológico, etc.) cómo puede serle útil y renovarlo, propagando así el mensaje del Islam. Mis palabras no significan que tenemos que aprender una de las ciencias religiosas para propagar el mensaje islámico, cómo vamos a progresar en este caso. La idea es que cada uno obre bien en su ámbito armado de fe. Hay que adorar a Al∙lâh mediante la mejora de la tierra. Algunos jóvenes dicen que no tienen nada que hacer. Éstos deben invocar a Al∙lâh para reformar en la tierra. Al∙lâh Te ayudará cuando Ve que insistes mucho sobre ello. Cuando trabajas y sacrifiques y te mueres, tendrás mucha suerte porque serás uno de los compañeros del Profeta (SAAWS) en el paraíso. ¿Quién estará junto al Profeta en el paraíso? El que obra para mejorar la tierra, lleva a cabo la oración nocturna y tenga el corazón lleno del amor del Profeta. El amor es el motor de la reforma. Entonces ¡Sed valientes y obrad para el mensaje!

El peregrinaje de despedida:

A los sesenta y tres años, y tres meses y tres días antes de su muerte, el Profeta Mohammad (SAAWS) realizó el peregrinaje de despedida. Fue llamado así porque en él se despidió de los musulmanes. Fue la última vez en que vio a 100.000 musulmanes. ¿Os acordáis que en la gruta de Hirâ´ fue sólo? Ahora han alcanzado 100.000 personas. Durante 23 años se llevó por sí sólo la responsabilidad del mensaje islámico. El Mensajero de Al∙lâh se había ido acompañado de cien mil personas y ‘Alî les alcanzó de Yemen con toda la tribu Hamdân. La  tribu entera abrazó el Islam rápidamente sin resistencia, ‘Alî –que Al∙lâh Esté Complacido con él- no desplegó muchos esfuerzos con ellos. De ahí que compuso el siguiente verso: Si fuera un portero de una puerta del Paraíso/ diría a la tribu Hamdân entrad en él con paz. En el camino del peregrinaje, el Profeta (SAAWS) repetía:

“Labbayka L-lâhomma labbayk (vengo a Ti, O Al∙lâh, estoy aquí presente).”. El arcángel Ÿibrîl vino a decirle: “O Mohammad, di a tus compañeros que repitan esta frase más alto. Imagina que 100.000 personas alzan su voz repitiéndolo, llenos de entusiasmo. El Profeta (SAAWS) quiso hacer el peregrinaje caminando con 63 años de edad. ¿Os dais cuenta? Ahora vemos a jóvenes que no pueden llevar a cabo el peregrinaje desde la Meca a Minâ, de ésta a ‘Arafa hasta Muzdalifa caminando. El Profeta peregrinó caminando, pero cuando la gente que se reunió a su alrededor le resultó difícil seguir caminando, además de que lo tenía que hacer para que la gente lo vea, montó sobre su camello y dijo a la gente: «Aprended de mí vuestros cultos», es decir hagan lo que estoy haciendo.

Hasta hoy en día y después de 1.400 años seguimos emitiendo al Profeta incluso en el tamaño de las piedras que tiramos contra el diablo. Al llegar al monte ‘Arafat dio el célebre discurso de despedida:

 «O escuchad con atención lo que voy a deciros, puede que no os vuelva a ver después de este año –en este momento ‘Abbâs y Rabî’a Bnu Umayya transmiten lo que dice el Profeta a la gente que no puede oírle-. (La gente que mata a los inocentes, que atenta contra el honor y difama a los inocentes y los que roban los bienes de los musulmanes necesitan escuchar estas palabras). ¿Sabéis qué día es este, qué mes y en qué país nos encontramos? Dijeron: Son el día, el mes y el país sagrados.

Entonces el profeta dijo: “Vuestra sangre, vuestros bienes y vuestra reputación deben ser igual de sagrados para vosotros. Todo musulmán le está prohibido atentar contra la vida, los bienes y la reputación de otro musulmán. (Hermanos, éstas son las últimas palabras del Profeta. Los que hablan mal de la gente, atentan contra su fama en los periódicos, atentan contra la castidad de una mujer, matan a los inocentes, y los que perpetran violencia en el país, que sepan que el musulmán le está prohibido atentar contra la vida, los bienes y el honor de los demás). Obedeced a Al∙lâh  en lo que concierne las mujeres que tenéis ahora prisioneras cuando os fueron confiadas para cuidar de ellas y os fueron desposadas con la palabra de Al·lâh. Así que obedeced y temed a Al·lâh en lo que concierne las mujeres, obedeced y temed a Al·lâh en lo que concierne las mujeres. Escuchad lo que os digo y acordaos de ello”. Veis sus últimas palabras cómo son.

El Profeta prosigue: “Los Musulmanes son hermanos, los Musulmanes son hermanos…” dicen que lo repitió tanto hasta que los que estaban allí presentes empezaron a desear que se callara. Entonces el profeta pretende unificar a la gente, no como hoy, uno se reclama sunní y otro chiita. Hermanos escuchen bien sus palabras, haced como si hubierais sido ahí con el Profeta en el peregrinaje de despedida. Es que somos muy cercanos a él. El Profeta (SAAWS) continuó diciendo: «Vosotros seréis mi gloria el día del juicio final, no me avergoncéis. Sed hermanos y yo vendré a salvaros del infierno. Entonces me dirá Al∙lâh: «¡O, Mohammad, déjalos! tú no sabes lo que hicieron después de ti. Entonces yo diré: ¡Alejaos, iros! ¡No me avergoncéis, pues, en el día del juicio final! Nuestro Dios os preguntará por mí. ¿Atestiguaréis que comuniqué y difundí el mensaje? la gente empezó a llorar y a hacer plegarias en voz alta: «Atestiguamos que comunicaste el mensaje, hiciste lo que se te confió, aconsejaste a la Umma (comunidad musulmana) y luchaste por la religión». El Profeta le dijo a Rabî‘a: “Dilo de nuevo a la gente para que vuelva a oír sus voces», y todo el mundo repitió las palabras del Profeta (SAAWS) y él levantó las manos hacia el cielo diciendo: «O Al·lâh Sé Testigo, Al·lâh Sé Testigo». Esto pasó el día de ‘Arafat y al final del día se reveló el versículo que se puede traducir por: «Hoy os Completé vuestra religión y Mi gracia sobre vosotros. Os Consiento el Islam como religión.» (TSQ, Al-Mâ'ida (LA Mesa Servida): 3). ‘Omar y Abû Bakr son dos personalidades diferentes, el primero sonrió y  el segundo lloró. ‘Omar sonrió porque sabía que el versículo significaba que el Islam se completó, lo que significa el triunfo del Islam. En cuanto a Abû Bakr lloró porque sabía que el versículo significaba que el Profeta (SAAWS) le quedaba poco por vivir.

Los compañeros del Profeta cuentan que el Profeta bajó de ‘Arafat hacia Minâ, reunió a la gente y les dijo: « ¡Escuchad! ¿Qué día es hoy? » La gente sorprendida por oír la misma pregunta una segunda vez dice: «Al∙lâh y Su Mensajero lo saben mejor que nosotros ». El Profeta (SAAWS) se quedó callado un buen rato; aunque la gente sabía que era el día del sacrificio se quedó callada, pensaron que le daría otro nombre y entonces volvió a decir: «¿No es hoy el día del sacrificio?! » y le contestaron: « Al∙lâh y Su Mensajero lo saben mejor que nosotros». Y dijo: “¿No es el mes de Dul Hiÿÿa?”. Ellos respondieron: «Sí ». Y dijo: « ¿Qué país es éste ?». Le volvieron a decir: «Al∙lâh y Su Mensajero lo saben mejor que nosotros». Y él pregunto: «  ¿No es el país sagrado?». Le contestaron que sí y él dijo entonces: «Vuestra sangre, vuestros bienes y vuestra reputación son igual de sagrados que el sacrificio de este día, de este mes y de este país».

El Profeta Mohammad (SAAWS) dejó Minâ para ir a La Meca. Allí entró a la mezquita y se puso por última vez frente a la Ka’ba en el rincón llamado « Al-multazim » que se sitúa entre la piedra negra y la puerta de la Ka’ba. Se pegó al muro e hizo plegarias mientras lloraba.

Saliendo de La Meca, el Profeta (SAAWS) reunió de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchadme, soy un ser humano y el mensajero del Señor y casi viene a llevarse mi alma. Se os preguntará por mi cuando estéis entre las manos de mi Señor ¿Qué le diréis a mi Señor? y le contestaron: «Diremos que comunicaste el mensaje integralmente y fielmente, y que hiciste lo necesario, que Al·lâh te lo retribuya con la mejor recompensa jamás dada a un Profeta por su nación y a cualquier mensajero de Al·lâh por su pueblo ». Él les contestó: «Gloria y gracias a Al∙lâh, gloria y gracias a Al∙lâh». Al salir de la Meca, a su lado estaba el joven Al Fadl Ibn Al-‘Abbâs, vino una chica joven y guapa a preguntar al Profeta. Al Fadl se puso a mirar a la Joven. Entonces el Profeta miró a este último, (Veis su método para predicar, veis su fineza, otra persona le hubiera gritado en la cara). Entonces el profeta le miró y le volvió la cara con su mano hacia él, porque tenía que bajar la mirada. Al Fadl miró al profeta con timidez arrepentido, pero el Profeta le sonrió.

A su vuelta a la Medina, el Profeta (SAAWS) reunió a la gente en la mezquita y les dijo: «Estoy satisfecho de Abû Bakr, de ‘Omar, de ‘Ozmân, de ‘Alî, de Talha, de Azzubayr, de Sa’d, de Ibnu ‘Awf, de Bilâl y ‘Ammâr” –dijo el nombre de los diez a los cuales fue anunciado el acceso al paraíso-, los inmigrantes mecanos y los medinenses. Y que lo sepáis de mí (lo que significa que no os peleéis por o con ellos después de mi muerte). Y luego dijo: «Temed a Al∙lâh en lo que concierne a mi familia, temed a Al∙lâh en lo que concierne a mi familia. Proteged a mis compañeros por mí, proteged a mis compañeros por mí, que no me llegue en el día del juicio final alguien que fue injusto con ellos. No habléis mal de los musulmanes, repitió varias veces esta frase (aprovecho la ocasión para abrir un paréntesis y recordárselo a los periodistas y a los medios de comunicación). El Profeta (SAAWS) siguió diciendo: «He visto a la gente el día del juicio final, con cada Profeta había uno o dos adeptos pero luego vi una gran mancha negra (que significa muchas cabezas las unas al lado de las otras) y dije: mi nación, mi nación (veis cuánto nos quiere el Profeta) pero me dijeron que era Moisés con su pueblo, pero mira al otro lado y vi otra congregación aún más grande que la anterior y dije: «mi nación, mi nación». Y se me dijo: «Es la tuya y entre ellos setenta mil entrarán al paraíso sin juicio y sin castigo ». Le pedí a Al·lâh que Aumentara aquella cifra y se me dijo que habría setenta mil con cada mil de ellos (es decir unos 4000 millones aproximadamente). Sólo quedaban dos semanas antes de la muerte del Profeta (SAAWS).

Con sesenta y tres años, el Profeta (SAAWS) volvió de la peregrinación cansado. Cumplía la oración optativa sentado, cuando la gente le preguntó, él les contestó que por tanto preocuparse por la gente. Ÿibrîl venía cada año durante el mes de Ramadán para revisar el Corán con él y aquel año vino dos veces. El Profeta supo que era el fin y dijo a su hija Fâtema: « Ÿibrîl ha venido dos veces este año, de costumbre viene sólo una vez, mi hora se acerca, sé paciente, que eres la musulmana que más sufrirá cuando muera, sé la más paciente aunque eres la que más sufrirá por mi muerte”.

Ella le contestó: “Que Al∙lâh me Infunda paciencia”.

Sólo quedan 15 años para la muerte del Profeta. El último versículo del Corán fue revelado: “Y temed el día que seréis llevados ante Al∙lâh. En ese momento cada alma será plenamente retribuida por lo que tenía y no conocerán injusticia alguna». (TSQ, Al-Baqara (LA VACA): 281).

Os acordéis de Jadîÿa, de los 23 años de lucha sin sueño. Os acordéis de la montaña de A-Ssafâ cuando el Profeta se puso a invitar a la gente al Islam, cuando la gente le insultaba, cuando ‘Uqba Ibnu Abî Ma’ît que trajo intestinos de un camello muerto y los echó encima del Profeta prosternado, y cuando envolvió la ropa alrededor de su cuello que falló matarle, cuando se fue a A-TTâ´if y le echaron con piedras hasta que sangró. Os acordéis de ‘Addâs que se inclinó para besar los pies del Profeta, de la batalla de Uhud cuando el Profeta cayó en un hoyo hasta que se rompieron sus dientes. Cuanto intentó levantarse, Ibn Qumay´a le dio con la espada sobre el casco hasta dividirla en dos entrando así el hierro en la cara del Profeta llenando su rostro de sangre. Cuando la gente le dijo que pida a Al∙lâh que se Vengara de ellos, él les contestó que no fue enviado a la gente como maldición sino como misericordia. Os acordéis cuando le vino el ángel de las montañas pidiéndole el permiso de derribar las montañas sobre ellos, él rechazó pidiendo que Al∙lâh Saque de sus descendientes gente que sea creyente, etc.

Trece días antes de la muerte del profeta (SAAWS) quiso visitar a los mártires de Uhud. Se despidió de los vivos y los muertos. Se puso a mirar el campo de batalla recordando a la gente que sacrificó su vida por Al∙lâh- Instantes después sus compañeros lo vieron llorar y le preguntaron por qué. Les contestó que echaba de menos a sus hermanos. Ellos le contestaron: «Pero estamos aquí» y él dijo: «Vosotros sois mis compañeros y amigos pero mis hermanos son gente que vendrá más tarde –nosotros-, que me querrán y creerán en mi sin haberme visto, me acuerdo de ellos y lloro». Os dais cuenta, él llora porque nos echa de menos, pero nosotros no lloramos por echarle de menos.

Días después, dijo a uno de sus compañeros llamado Abû Muwayhiba que estaba con él: “quiero visitar a Al-Baqî ‘(cementerio de la Medina). Fue allí y dijo a su acompañante: «Sabes, Abû Muwayhiba, se me pidió elegir entre poseer las llaves de la riqueza del mundo y vivir eternamente y luego ir al paraíso o morir e ir al encuentro del Señor. Abû Muwayhiba le dijo: “te quiero más que mi madre y mi padre, elija vivir adinerado en la tierra”. A lo que le contestó el Profeta (SAAWS):

“No, he elegido encontrarme con mi Señor, echo de menos encontrar a mi Señor».    

Enfermo el Profeta trece días antes de su muerte, rezó los once primeros días con sus compañeros con dificultad pero después le pidió a Abû Bakr que dirigiera los rezos ya que él no podía salir de su casa. Aún así, mientras Abû Bakr iba a dirigir la oración, el Profeta entró con dificultad a la mezquita para rezar. Abû Bakr quiso retirarse hacia atrás para que el Profeta dirigiera la oración pero éste le señaló con su cabeza para que siguiera y él (SAAWS) rezó sentado detrás de él. Al final del rezo el profeta (SAAWS) les explicó que antes de que muera cada profeta tenía que rezar dirigido por otra persona. El significado de este acto es que el mensaje divino tiene que continuar y seguir siendo difundido después de la muerte del Profeta.

Durante los tres últimos días de vida del Profeta (SAAWS), su salud se deterioró y reunió a todas sus esposas. Ese día era el turno de su esposa Maymûna para recibirle en su casa. Pero él les pidió permiso para que se quedara definitivamente en casa de ‘Ấisha que le va a cuidar. Todas aceptaron y cuando él quiso levantarse no pudo por lo que hizo llamar a ‘Alî Ibnu Abî Tâleb y a su tío Al ‘Abbâs quien le sostuvieron hasta llegar a casa de ‘Ấisha. Cuando los demás compañeros lo vieron casi en brazos de ‘Alî y Al ‘Abbâs se hicieron muchas preguntas y empezaron a preocuparse realmente por su estado.

Muy cansado, el Profeta (SAAWS) dijo: «No hay más dios que Al∙lâh, la muerte tiene su agonía».

‘Ấisha cuenta que sudaba abundantemente entonces le cogió la mano y se la pasó sobre su cara. Le preguntaron a ella porque no le había limpiado el sudor con su propia mano y ella les contestó porque la mano del Profeta es más noble que la suya. Hermanos, si la muerte resultó difícil para el Profeta qué vamos a decir nosotros. Entonces vivid para el mensaje divino, el hombre es mortal y la vida mundana es pasajera.

‘Ấisha continuó diciendo que se acuerda del Profeta (SAAWS) cuando se sentaba a la cabecera de los enfermos, les ponía su mano sobre sus frentes y decía la plegaria siguiente: « OH Al∙lâh  Señor de toda la gente, Haz que la enfermedad se vaya y Cúrala que Tú Eres quien Cura, y no hay cura aparte de la que Prodigas, Dale cura que no deje lugar a la enfermedad». Entonces ‘Ấisha cogió la mano del Profeta y se la puso en la frente y empezó a repetir la plegaria que solía hacer él para los enfermos. Pero él le quitó la mano y dijo: “No, ‘Ấisha, ya no sirve, eso funcionaba cuando me quedaba tiempo por vivir”. Con estas palabras ‘Ấisha comprendió que estaba agonizando.

La gente que se había reunido en la mezquita empezó a hablar y a preguntarse los unos a los otros sobre la situación del Profeta. La mezquita daba sobre la casa del Profeta, por lo que le llegaron las voces de las multitudes desde la mezquita, el Profeta quiso saber la razón de tal reunión en la mezquita. Le dijeron que todos venían por él y les pidió que lo llevaran junto a ellos.

Volvió a intentar levantarse solo pero tampoco esta vez pudo. Tuvieron que traerle siete cantimploras de agua y echárselas para poder mantenerse despierto. Lo llevaron hasta el pulpito de la mezquita donde les dio a sus compañeros el último sermón, el de despedida.

En cuanto se instaló el profeta en el almimbar, todo el mundo se calló. El Profeta dijo entonces: «Escuchad, me parece que teméis por mí» y ellos le contestaron que sí. Él continuó: «Vuestra cita conmigo no es la vida terrestre, vuestra cita conmigo es alrededor del río (en el paraíso). Por Al∙lâh, que lo miro desde aquí. Os digo que no temo por vosotros del hambre o de la pobreza sino que temo por vosotros por la vida terrestre, por este mundo, que os peleéis por él como lo hicieron los que os precedieron y que os haga perecer como los hizo perecer. Al∙lâh le propuso a un siervo que eligiera entre la vida terrestre y el encuentro con Al∙lâh y eligió el encuentro con Al∙lâh».

Abû Bakr comprendió que el siervo era el mismo Profeta y que les estaba anunciando su muerte y se puso a llorar repitiendo en voz alta: «Sacrifico por ti mi padre, sacrifico por ti mi madre, sacrifico por ti mi hijo, sacrifico por ti mi dinero, sacrifico por ti todo lo que tengo». La gente se enojó por la interrupción de Abû Bakr. Pero el Profeta lo defendió diciendo: «Puedo recompensar todo favor de cualquier persona menos el de Abû Bakr, he dejado su recompensa a Al∙lâh. Todas las puertas se cierran ante la mezquita excepto la de Abû Bakr”

Luego les dijo: « ¡Escuchad! si he azotado la espalda a alguien injustamente ¡Aquí tienen mi espalda! ¡Que me azote! Si he cogido dinero prestado a alguien y no lo he devuelto, aquí tiene mi dinero que coja lo que le debo. ¡Que no guarde rencor de mí, que no es propio de mi persona! Si deshonré a alguien ¡Aquí tiene mi honor para que vengara de mi! Para que me vaya hacia Al∙lâh y lo encuentre con el alma pura.» en este momento se levantó un hombre y le dijo: Mensajero de Al∙lâh, te debo tres dirhams. Él le contestó: que Al∙lâh te recompense. ‘Abbâs dale los tres dirhams”.

Y siguió diciendo: « ¡Escuchad! Os suplico que cuidéis las oraciones, os suplico que cuidéis los lazos familiares. Os suplico que cuidéis de las mujeres, os recomiendo los buenos tratos hacia las mujeres, os recomiendo los buenos tratos con los medinenses. Que Al∙lâh os Preserve y os Dé su victoria, que Al∙lâh os Consolide y os Dé Su apoyo y Haga que triunféis.»

Antes de bajar del almimbar nos dirigió unas palabras a nosotros. Dijo: « ¡Escuchad! transmitid mi saludo a toda mi nación (nación musulmana), aquellos que seguirán mi camino y sendero hasta el día del juicio final». Hermanos que descuidan la oración ¿Qué vais a decir al Profeta en el día del juicio?. No descuidéis la oración del alba después del Ramadán que es una de las oraciones obligatorias.

El Profeta se retiró a la casa de ‘Ấisha. Su hija Fâtima entró y él le pidió que se acercara. Le murmuró algo al oído y ella se echó a llorar. Entonces, volvió a pedirle que se acercara, le murmuró de nuevo algo al oído y ella sonrió. Después de la muerte del profeta (SAAWS) se le preguntó a Fâtima lo que le había dicho. Ella contó que la primera vez, el Profeta le anunció que moriría esa misma noche, razón por la que lloró. Luego viendo que lloraba le dijo que ella sería el primer miembro de su familia que va a morir después de él.

El lunes de madrugada, cuando el Profeta oyó las voces de la gente en la mezquita. Abrió la cortina de su apartamento y se le iluminó su pálida cara con una sonrisa viendo a la gente de pie detrás de Abû Bakr que presidía la oración. La gente sintió su presencia y se alegraron por verlo, se apartaron para dejarle pasar pero él les indicó que prosiguieran y no se movieran. Ellos de vez en cuando le echaban una mirada para verle. La gente contaba que su cara iluminaba como el levantamiento del sol, porque iba a encontrarse con Al∙lâh.

Al amanecer del mismo día, el profeta (SAAWS) murió. Nació al amanecer y murió al amanecer. Su nacimiento fue la señal de la venida de luz a tierra y su muerte es la señal de que esa luz permanecerá iluminando la tierra con el mensaje que trajo a la humanidad.

Pero el Profeta no murió prosternado o leyendo el Corán, sino que murió entre los brazos de nuestra señora ‘Ấisha. Es algo muy significativo. Toda su vida fue una manifestación de amor. El arcángel Ÿibrîl le reveló el Corán la primera vez abrazándole. Jadîÿa, su primera mujer, murió entre sus brazos y ahora él muere con la cabeza apoyada en el pecho de su esposa ‘Ấisha. Esta última cuenta que antes de su muerte, el Profeta decía: «El saludo de Al·lâh a ti también Ÿibrîl », por lo que ella supo que Ÿibrîl estaba en la casa. Este último dijo al Profeta: « ¡Oh Mohammad! Aquí está el ángel de la muerte y te pide permiso para entrar, permiso que nunca pidió a alguien antes de ti y que nunca pedirá después de ti». El Profeta contestó: « ¡Autorízale que entre! » Cuando ‘Ấisha le oyó supo que el ángel de la muerte estaba presente. Este último se puso en frente del Profeta y le dijo: « Al∙lâh me

Ha Enviado a ti y me Ordenó que te obedeciera. Si me ordenas coger tu alma, la cogeré y si me ordenas que la deje, la dejaré». El Profeta levantó el dedo hacia el cielo y dijo: «¡Quiero la compañía del Altísimo, quiero la compañía del Muy Altísimo!».

El ángel de la muerte vino entonces a la cabeza del Profeta (SAAWS) y dijo: «¡O buen espíritu! espíritu de Mohammad hijo de ‘Abdul·lâh,  sal hacia la gracia del que Está Satisfecho de ti y no enojado contigo!».

La cabeza del Profeta se hizo, de repente, pesada en brazos de su esposa ‘Ấisha y su mano cayó sobre su cuerpo. La señora ‘Ấisha supo que el Profeta se había muerto y no supo qué hacer. Confusa, abrió la puerta de su apartamento que daba a la mezquita y gritó: « ¡El Profeta ha muerto, el Profeta ha muerto! y todos los que estaban en la mezquita echaron a llorar.

Los compañeros del Profeta estaban abatidos por la noticia. ‘Alî Ibnu Abî Tâleb cayó a rodillas, paralizado por la tristeza no pudo levantarse. En cuanto a ‘Ozmân, le cogían de la mano como a un niño gimiendo y llorando. Fâtima, en cuanto a ella, se resignó e intentó mantenerse paciente como se lo había recomendado su padre (SAAWS) y ella sólo decía: “O padre !has contestado a la llamada de tu Señor! ¡O padre el alto paraíso del Firdaws es tu casa! ¡O padre! ¡A Ÿibrîl anunciamos tu muerte!

‘Omar estaba aún más conmocionado, él que es acostumbrado a ser firme y resignado en lo que concierne estas cosas, sacó su espada y dijo: «El que me diga que el Profeta ha muerto, le corto la cabeza, sólo fue al encuentro de Al·lâh como lo hizo el profeta Mûsâ».

El más resignado de todos fue Abû Bakr. Entró en el apartamento del profeta (SAAWS), le abrazó y le besó la frente y dijo: “¡O! mi bien amado, ¡O! mi Profeta”. Luego mirando la cara iluminada del Profeta dijo: “Qué bello eres vivo y qué bello eres muerto mi Profeta”. Luego salió y dijo: “tú ‘Omar cállate. Y vosotros: (dirigiéndose a los presentes en la mezquita) a aquellos que adoraban a Mohammad, este último ha muerto y a aquellos que adoran a Al∙lâh, Al∙lâh es Vivo y Eterno». Era firme por el mensaje divino. Yo, por mi parte, os digo que si el Profeta no está aquí, su mensaje sigue existiendo.

Abû Bakr empezó a recitar las siguientes aleyas que se pueden traducir así: "Mohammad sólo es un mensajero -otros mensajeros pasaron antes de él- si muriera, ¿os volveríais atrás entonces? cualquiera que haga marcha atrás no perjudicará a Al∙lâh y Al∙lâh recompensa más bien a los agradecidos. » (TSQ, 'Ale-‘Imrân (LA FAMILIA De IMRAN): 144).

‘Omar dijo: “fue como si hubiera oído esta aleya por primera vez. Entonces supe que había muerto”. Salió de la mezquita buscando un sitio para llorar a solas. Pero Abû Bakr lo retuvo y le recordó: “¡’Omar, el Mensaje!”, ‘Omar comprendió que había que elegir a alguien para dirigir a la nación antes de enterrar al Profeta. Veis la conciencia de los musulmanes para con el mensaje divino. ¿Os habéis olvidado del mensaje de Al∙lâh y os habéis dedicado a vuestros hijos olvidando el mensaje de Al∙lâh y la responsabilidad de reformar la tierra?.

Los musulmanes se reunieron y nombraron a Abû Bakr como califa y la gente le juró fidelidad.

El profeta fue lavado (baño religioso de los muertos) por los miembros de su familia; su primo y cuñado ‘Alî, su tío Al-‘Abbâs, su hijo (primo del Profeta) Al Fadl Ibn Al-‘Abbâs y Usâma Bnu Zayd hijo de Zayd Ibnu Hâriza. Lo lavaron con su ropa como lo había recomendado él mismo a ‘Alî.

Después de ello, entraban las multitudes para despedirse del Profeta. Entraron los compañeros encabezados por Abû Bakr Assidîq y ‘Omar, luego las mujeres y los niños. Luego vino el momento del entierro. No sabían si tendrían la fuerza de enterrar a aquel que fue su bien amado. Se acordaron de su hadîz: «Mi vida tiene efecto benéfico sobre vosotros, y mi muerte tiene buen efecto sobre vosotros. Mi vida tiene efecto benéfico sobre vosotros porque os guío a la vía recta, y mi muerte tendrá buen efecto sobre vosotros porque vuestros actos me serán expuestos cada jueves, si hacéis buenos actos, alabé a Al∙lâh y si cometéis malos actos pediré a Al∙lâh perdón por vosotros. Los compañeros le preguntaron: ¿cómo nos reconocerás, Mensajero de Al∙lâh?». Él les contestó: «Os reconoceré uno a uno por vuestros parentescos y vuestros nombres ». Los compañeros le dijeron: “Cómo será posible si estarás bajo tierra y él respondió que Al∙lâh prohibió a la tierra que coma los cuerpos de los profetas y mensajeros de Al∙lâh”.

Los compañeros enterraron al profeta (SAAWS) con tristeza y dolor en el alma. Al enterrarle, Al Mughîrá Ibn Shu’ba tiró su anillo en la tumba, y dijo a los compañeros que esperen porque le cayó su anillo. Quiso bajar a la tumba, besar al profeta y ser la última persona que se despida de él. Aquella noche la gente entró triste a su casa llorando.

Anas Ibnu Mâlek dijo: «El Profeta entró en La Medina un lunes y toda la ciudad se iluminó con su venida, y la dejó el lunes y toda la ciudad se ensombreció por su ausencia.»

A la mañana siguiente y de madrugada, Bilâl como de costumbre, subió a la mezquita para llamar a la oración. Llegando a la parte donde decía: y Mohammad es el Mensajero de Al∙lâh, no pudo decirlo y se echó a llorar. Le pidió entonces a Abû Bakr que lo dispensara de esa tarea.

¿Llevamos nosotros también ese amor hacia el Profeta? ¿Lo echamos de menos hoy en día?

Hemos llegado al final de esta biografía que hemos contado durante este mes. ¿Estáis preparados a decirle al Profeta (SAAWS): ¡O mensajero de Al∙lâh! Te juro que a partir de ahora seré un siervo y un defensor de tu causa, que llevaré alto el lema del Islam, que viviré por la defensa de la causa del Islam? ¿Me autorizáis ir junto a su tumba esta noche y darle vuestros saludos y decirle en vuestro nombre: nos comprometemos a ir tras tus pasos y en tu camino O Profeta bien amado, te juramos que a partir de hoy viviremos para tu mensaje y reorganizaremos la tierra como lo hiciste...?

Que Al∙lâh Acepte nuestros actos y nuestro ayuno. Mí querido Profeta te vamos a echar de menos.

((¡Al∙lâh, Señor de la Majestad y de la Distinción!, ¡Señor de la Majestad y de la Distinción!

¡Al∙lâh, el Muy Misericordioso, el Muy Distinguido y el Muy Generoso!

Alabado Sea Al∙lâh, Alabado Sea Al∙lâh y Alabado Sea Al∙lâh

Alabado Sea Al∙lâh por este gran Profeta, Alabado Sea Al∙lâh por ser seguidores de Mohammad (SAAWS)

Alabado Sea Al∙lâh por Darnos el Islam, Alabado Sea Al∙lâh por Darnos el Corán y por el queridísimo Profeta, que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre él

Alabado Seas Al∙lâh, cómo le alabamos, cómo le alabamos

Cómo le alabamos por la gracia de la biografía del Profeta (SAAWS)

Le damos las alabanzas de esta tierra, del cielo y de lo que está entre ellos. Le damos las alabanzas de su Majestad y Grandeza

Que los rezos y la paz de Al∙lâh sean sobre nuestro querido Profeta

Que los rezos de Al∙lâh sean sobre nuestro Profeta en el más allá hasta el día del juicio

Al∙lâh, Haz que sigamos su camino y Haz que nos morimos musulmanes

Al∙lâh, Haz que bebamos de manos del profeta, un trago después del cual nunca sentimos sed

Al∙lâh, Ayúdanos en el Día del Juicio y Haz que entremos en el paraíso

Al∙lâh, Haz que seamos compañeros del Profeta en el paraíso, Haz que cada hombre, mujer, joven y niño o niña que nos están escuchando sea entre sus compañeros en el paraíso

Al∙lâh echamos de menos a Tu Mensajero, nos avergonzamos de no haber hecho lo que quería

Al∙lâh, Haz que sigamos más creyentes tras el Ramadán

Al∙lâh, somos humildes, no tenemos otro auxilio que Tú

Al∙lâh, Salva nuestros espíritus del infierno, Perdónanos

Al∙lâh, estamos ante Tu puerta llorando y Te pedimos perdón y auxilio

Perdónanos Al∙lâh

Al∙lâh, Te hemos desobedecido tanto, no nos Devuelvas, perdónanos Al∙lâh

Al∙lâh, Protege a los musulmanes en Palestina e Iraq, Al∙lâh Protéjanos a todos

Al∙lâh, no hemos disfrutado de la compañía del Profeta (SAAWS) en la vida, no nos la Impidas en el Paraíso

Al∙lâh, Te invocamos y pedimos que nos Perdones porque estamos a finales del Ramadán

Al∙lâh, Haz que el fuego del infierno sea lejos de nuestros cuerpos, de los cuerpos de nuestros padres, madres, cónyuges, hijos…

Al∙lâh atestiguamos que hemos hablado del Profeta y que le hemos querido

Al∙lâh no nos Dejas, Toma nuestras manos, Ayúdanos

Al∙lâh Da gloria al Islam, Da gloria al Islam

Al∙lâh, El Salvador, Salva a los musulmanes

Al∙lâh, Haz que salgamos a la oración de la fiesta del Ramadán sin pecados

Al∙lâh, Perdona a toda la comunidad de Mohammad (SAAWS)

Al∙lâh, Danos fidelidad, Deja que tengamos buenas intenciones

Al∙lâh, Háganos llorar por temor a Ti

Al∙lâh, Acepta nuestro ayuno

Al∙lâh, Inculca el amor del Profeta en los corazones de los jóvenes, chicos y chicas

Al∙lâh, Planta el amor del Profeta en el corazón de toda la comunidad musulmana))

  

Que la Paz, la Misericordia y las Bendiciones de Al·lâh sean con vosotros.


 

[1] Al∙lâh= significa Dios. Es el Nombre Más Grande que ostenta el Único Creador que posee todos los atributos propios de la divinidad, tal como fue revelado en el Qor´ân.

[2] (SAAWS): Sal·la Al·lâhu Alayhi Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz  de Al∙lâh sean sobre él, que es explicada por los ulemas como sigue:

Sal·la Al·lâhu Alayhi: significa que le cubra con su misericordiaEl motivo de traducirlo literalmente es porque estas palabras son repetidas por los musulmanes de todo el mundo, siguiendo el precepto divino de decir esta expresión siempre que se mencione al Profeta, en la llamada a la oración (Al Âdhân) o en cualquier circunstancia, como veneración concedida por Al·lâh a Su último Mensajero, que ha sido enviado a toda la humanidad. Wa sal·lam: significa:  y derrame Su Paz sobre él.

[3] TSQTraducción de los Significados de Al Qor'ân. Es imposible transmitir exactamente los verdaderos significados que contienen las palabras de Al Qor'ân o imitar su elocuente retórica. Se han traducido los significados de Al Qor'ân y no se puede decir que sea una traducción de Al Qor'ân. Esta traducción nunca podrá reemplazar la lectura de Al Qor'ân en lengua árabe -la lengua en que fue revelado-.

 Fuente: www.amrkhaled.net

 

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