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Tras los pasos del Bien-amado

 

Episodio 25: La batalla de Jaybar

 

En el nombre de Al·lâh[1], El Más Compasivo, El Muy Misericordioso. Las alabanzas son para Al·lâh, El Señor de los mundos, y los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre nuestro Profeta Mohammad (SAAWS) [2].

Bienvenidos a este nuevo episodio. Ya estamos en las últimas noches de Ramadán. Invocamos a Al∙lâh que Acepte nuestras acciones, y que Esté Complacido con nosotros.

Faltan pocos días en el mes de Ramadán. Ruego a Al·lâh que acepte todas nuestras buenas obras y que Esté Satisfecho con nosotros.

Antes de empezar el episodio de hoy trataremos cuatro puntos: Una pregunta, un agradecimiento por una merced, referencias, y un comentario.

Y después, pasamos a hablar del episodio que trata un solo tema: La batalla de Jaybar.

 

Comenzamos primero con la pregunta.

 

Mucha gente nos hace siempre la misma pregunta diciéndonos que cada día pedimos de cada uno llevar a cabo una tarea y asumir la responsabilidad. Entonces ¿Qué puede uno hacer después del Ramadán? 

 

Yo repito cada día: “Nunca os olvidéis de vuestra responsabilidad después del Ramadán, ni os preocupéis sólo por vuestros asuntos personales”. Los que sienten amor por el Mensajero de Al∙lâh (SAAWS) deben sentirse responsables hacia su mensaje; sentir que está transmitiendo algo grande y extraordinario. Ya no hay tiempo para las palabras, sólo para los hechos. Mis palabras están dirigidas a toda la gente empezando por mi mismo, los jóvenes y las personas distinguidas en todos los dominios.

 

Esforcémonos, busquemos y realicemos proyectos para el resurgimiento de nuestros países, y de este modo se moverán las ruedas. Nos encontraremos y trabajaremos juntos, si Al∙lâh Quiere. Pongámonos en acuerdo sobre esto después del mes de Ramadán. Después de este mes, pasamos a la acción, empezando con nuevos proyectos pequeños, eliminando el analfabetismo o enseñando cursos de informática…etc. Lo más importante es determinar lo que necesitan nuestros países y llevarlo a cabo. Y repito que nos encontraremos para trabajar juntos, si Al∙lâh Quiere.

 

El segundo punto es un agradecimiento a Al·lâh por una de Sus mercedes. ¡Podéis imaginar el gran favor con que Al·lâh, Glorificado y Enaltecido sea, nos ha Favorecido permitiéndonos transmitir este programa desde un lugar frente a la mezquita del Profeta – los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- en La Medina! Es realmente una gran merced por la cual uno debe prosternar cada día agradeciendo a Al∙lâh. Es que nunca se ha hablado de la biografía del Profeta –los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- desde los lugares que fueron testigos de los eventos de su vida, como la Caverna de Hirâ’, La Caverna de Zawr, la montaña Uhud, etc. Es una bendición tan grande, y por ella alabamos mucho a Al·lâh  que Permitió a millones de personas escuchar la vida del profeta (SAAWS) desde su casa.

El tercer punto, mucha gente pregunta por las fuentes bibliográficas sobre la vida del Profeta, ¿dónde se puede hallar las historias, los acontecimientos y el análisis de la biografía del Profeta?

Os digo que hay que diferenciar entre dos cosas: Los acontecimientos históricos de la biografía, y el análisis que hago.

Respecto a los acontecimientos os aconsejo leer el mejor libro –para mí- que haya encontrado sobre este tema, reúne todos los relatos y las narraciones auténticos. Este libro fue escrito por Dr. Samira Al-Zayed, y se llama “Al- Ÿâmi’ Assahîh fi As-sîrah An-nabawiyya” (La colección auténtica de la biografía del Profeta). Es un libro magnífico que incluye todo sobre la biografía del Profeta (SAAWS) desde su nacimiento hasta su muerte, incluidos los relatos correctos y las aleyas coránicas relacionadas con la biografía.  Y si no podéis encontrar este libro, hay otro llamado: “Al-Rahîk Al -Majtûm”, (El Néctar Sellado), muy famoso y conocido. Sin embargo, estos dos libros hablan de los acontecimientos y no incluyen análisis parecidos a los que presento en estos episodios. No digo esto por jactancia, que Al∙lâh nos Perdone, ni para decir que esto es más importante que viene en los libros, sino porque este análisis viene en el año 2005. ¿Habéis entendido lo que quiero decir? Este análisis se basa sobre las circunstancias y situaciones actuales de la comunidad musulmana, del mundo árabe, de los musulmanes y del mundo entero. Estas  circunstancias no eran las mismas hace unos 10, 15 o 30 años. Y todos los libros que hablaron de la biografía del Profeta, trataron lo que imaginaron sobre la época del profeta (SAAWS). Y lo curioso en la biografía del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- es que es válida para todos los tiempos y lugares. He tomado los acontecimientos de la biografía –desde luego los libros de la biografía del Profeta me fueron de gran utilidad- y los he tratado de un punto de vista diferente, porque lo que nos importa hoy en día es la reforma del mundo, la coexistencia y la ciudadanía. 

También quiero deciros otra cosa, después de Ramadán el programa será retransmitido en el canal Iqra´ con subtítulo en inglés. También los episodios serán publicados en libros árabes e ingleses, y cintas para que todo el mundo sepa quien es el Profeta Mohammad –que los Rezos y  la Paz de Al·lâh sean sobre él.

El punto siguiente es un comentario. ¿Habéis notado que las aleyas y los Hadices (dichos) del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- ocurrieron exactamente en el momento oportuno?, según las necesidades de los musulmanes en cada situación. Os doy un ejemplo: cuando el Profeta –SAAWS- llegó a La Medina, se necesitaba una unión y coexistencia entre los emigrantes mecanos y los partidarios medinenses. Entonces las aleyas de la fraternidad fueron reveladas. Hoy leemos las aleyas de fraternidad sin saber los contextos en las que fueron descendidas. Hay que saber esas circunstancias para poder usar esas aleyas en sus situaciones adecuadas. Esto es un mensaje muy importante para los predicadores y los jóvenes que quieren impregnar el camino de la Da’wa (convocación al camino recto de Al·lâh). Hay que entender qué hay que utilizar y cuando. Asimismo las aleyas que tratan de al yihâd fueron reveladas cuando los musulmanes iban a luchar contra los incrédulos para animarles. De hecho tenía que haber aleyas que hablan del martirio y de la paciencia. Toda  nación publica cartas militares cuando va a entrar en una guerra para aliviar a los soldados. ¿Por qué tenemos vergüenza cuando el Islam hace lo mismo? No debemos avergonzarnos de nuestra religión.

Empezamos el tema de hoy. Estamos en el año 7 de la hégira.

El Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- ya había firmado el año pasado el tratado de al-Hudaybiyya con Quraysh que establece una tregua de diez años. Entonces, el Profeta –SAAWS- dirigió su atención hacia Jaybar.  ¿Por qué precisamente Jaybar? Porque se había convertido en un foco de  conspiración contra los musulmanes. Cualquier persona que quería conspirar contra los musulmanes se dirigía a Jaybar. Los conspiradores judíos llevan reuniéndose en Jaybar 43 años. Cada vez el Profeta derrota a algunos traidores, que encuentran refugio en Jaybar. 

¿Recordáis a los Judíos de Banî-Al-Nadîr? Cuando salieron de La Medina, fueron a Jaybar. Huyayy Ibn Al Ajtab, el líder de esta tribu, era muy rico, llevó todo su dinero al salir de La Medina y los musulmanes no tomaron nada de él aunque fueron pobres. Sin  embargo, se lo dejaron porque era un ciudadano que tenía derechos además de obligaciones. Entonces cuando traicionó a los musulmanes, le hicieron salir de La Medina. El Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo a los judíos después de su traición: “No vais a convivir conmigo en mi país después de la traición que habéis cometido”.

Huyayy Ibn Al Ajtab llevó su dinero y dijo, “¡Oh musulmanes! ¿Sabéis para qué sirve todo este dinero? Para hacer caos en la tierra. Aunque hemos dejado las palmeras en La Medina, Jaybar tiene muchas más.” Diciendo esto los musulmanes tenían que quitarle su dinero, pero no, no lo hicieron porque no es propio de nuestras conductas.

En aquel tiempo, Jaybar tenía por lo menos cuarenta mil palmeras. También Huyayy Ibn Al Ajtab fue a Abû Sufyân para colaborar en unificar las tribus para que luchen contra el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él. 

Además, Ka’b Ibn Al Ashraf escribió poemas insultando al Profeta, sus esposas y compañeros, y atacando el honor de los musulmanes. En esa época, la poesía desempeñaba el papel de los medios de comunicación. Tales poemas fueron propagados en Jaybar.

Por otra parte, Jaybar apoyó al ejército de Al Ahzâb en la batalla de Al-Jandaq, y a los judíos de Banî Qurayda para que rompan el tratado con el Profeta. Cada vez que el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él-  trate un problema que ocurra en la península arábiga, los fugitivos iban a Jaybar.

El Profeta  –SAAWS- no era un sanguinario, sólo conducía una guerra cuando era absolutamente necesario, cuando se ve obligado a luchar porque le impidieron transmitir su mensaje, o luchaba para alcanzar la paz (como vamos a ver en el episodio de hoy). Desafío a cualquier orientalista que intente probar lo contrario.

Jaybar presentaba también otro problema. Empezó a enviar cartas a los romanos y  persas, para colaborar en destruir este nuevo Estado. Fíjense que los persas y los romanos tenían informaciones sobre el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- y los musulmanes. Os acordáis de las letras del Profeta que empezaron por: “Por parte de Mohammad, Mensajero de Al·lâh” como vimos ayer. Por eso, Jaybar era muy peligrosa, preparaba una guerra internacional contra los musulmanes.

Describimos Jaybar:

·        Jaybar estaba muy cerca de La Medina, de sólo 150 kilómetros de distancia (unas 80 millas).

·        Tenía un enorme poder militar y económico. Disponía de muchas regiones agrícolas, sólo en la zona de Al-Kutayba había 40 mil palmeras. Es una potencia económica y militar a la vez, tenía unos 10 mil soldados armados.

·        Todos vivían dentro de fortalezas. Jaybar fue dividida en dos regiones: la primera tenía cinco fortalezas y la segunda tenía tres.  

·        Dichos recintos fortificados se situaban una detrás de otra, algunas construidas sobre cimas de montañas. No se puede llegar a la cuarta fortaleza sin pasar por la tercera y para llegar a ella hay que pasar por la segunda y así. La primera fortaleza fue la más armada y la más difícil de franquear.

·        Las fortalezas tenían provisiones de agua y alimentos para satisfacer sus necesidades por un año. Excavaron pozos dentro de las fortalezas. 

·        Si la primera fortaleza fue conquistada, pueden trasladarse a la segunda y cerrarla por detrás de ellos y lo mismo para las demás. 

 

Si los musulmanes no reaccionaron, iban a abrir el camino a más conspiración. De hecho, Jaybar sería una amenaza aún mayor.

Por eso el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- tuvo que combatirles. Cualquier político en su lugar habría hecho lo mismo. Ese fue el motivo de la batalla.

 

El Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- salió con 1.400 soldados solamente, pero no para asesinarles sino forzarles a vivir en paz. Prueba de ello, el total de los que fueron matados en Jaybar fue 96 soldados, solamente 96 de 10 mil soldados. 

También la batalla se ha acabado con un tratado de paz. Los judíos de Jaybar tenían que saber que hay una fuerza en la zona: los musulmanes. Esa fuerza no quería matarles pero no toleraría que alguien la amenazara.

El Profeta  –los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- tenía un plan genial. Mirad el pensamiento militar tan inteligente y el  profundo análisis político del Profeta. Él sabía que la táctica militar de Jaybar no es de ataque sino de defensa, por eso construyeron todas estas fortalezas para esconderse en ellas, no son atacantes valientes. Entonces el Profeta –SAAWS- sabía que nunca iban a atacar a los musulmanes en el desierto. También Jaybar sabía que el Profeta ganó todas las guerras que codujo en el desierto, por lo tanto esta tribu no saldrá al desierto aunque disponega de 10 mil soldados.

Al·lâh Dijo: “No combatirán unidos contra vosotros sino en poblados fortificados o protegidos por murallas”. (Sura 59: Al-Hashr "La Congregación": Aleya14) TSQ[3]

El Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- era un innovador, nadie pensaba que 1.500 soldados pueden enfrentar a 10 mil. Pero él sabía que esos 10 mil son defensores, no delanteros, y sabía que tuvo otra arma que Jaybar no tenía, que es la fe.

El plan del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- era combatirles y asediarles en la primera fortaleza, luego en la segunda y después en la tercera, etc. hasta que se resignen y pierdan la guerra. Por tanto, aceptarían todas sus condiciones. 

Cuando los musulmanes llegaron a la  tercera fortaleza, los soldados de Jaybar empezaron a sentir una debilidad en sus fortalezas, entonces tuvieron que elegir entre salir a luchar contra los musulmanes, y firmar un tratado de paz, pero con las condiciones del Profeta. Entonces, el objetivo de la guerra era alcanzar la paz.

Habéis notado que el Profeta y los musulmanes no estropeaban las fortalezas, ni mataban a los judíos cuando pasaban a cada fortaleza sino que dejaron a los judíos moverse de una fortaleza a otra porque sabían que al final van a resignar. Entonces un plan inteligente acompañado con la fe puede lograr muchas cosas. Así terminó Jaybar y eso fue lo que hizo el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él.

¿Cuál era el objetivo entonces? El poder que nos amenazaba ya coexiste con nosotros en paz. Nadie puede decir que el Profeta era un sanguinario. Mirad la claridad de objetivos del Profeta, necesitamos en nuestros países una Ummah (una nación) que tiene un mensaje y que vive para trasladarla con paz. Una nación con virtudes morales, que no mienta ni engañe.

Al·lâh, Glorificado y Enaltecido sea, Dice: “Sois la mejor comunidad humana que jamás se haya suscitado. Ordenáis la conducta recta, prohibís lo que está mal y creéis en Al∙lâh” (Sura 3 Âle-‘Imrân " La familia de ‘Imrân: Aleya 110)

Fíjense que el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- sólo salió a luchar después de firmar el tratado de Al Hudaybiyya con Quraysh, aunque Jaybar venía creando problemas desde el año 5 y estamos ahora en el año 7. El Profeta no quería tratar dos problemas al mismo tiempo. Y así el Profeta analfabeto enseñó esos métodos a todo el mundo. Cualquier persona puede aprender del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él: el político, el diplomático, el militar,  el occidental, el orientalista, el musulmán y  el no-musulmán, todos pueden aprovechar de la biografía del Profeta, SAAWS.

Cada vez que recuerdo que sólo faltan 3 episodios para llegar al último en el que hablaremos de la muere del Profeta, me siento triste. He escuchado muchas veces las palabras de ‘Omar –que Al·lâh Esté Complacido con él: “Cada vez que me toque una desgracia, recuerdo mi desgracia en perder el Profeta”, pero nunca las entendí hasta ahora. Voy a extrañar al Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- aunque no le vi. Los compañeros vivieron con él, no puedo imaginar como se sintieron al perderlo. ‘Omar tenía razón al decir estas palabras.

Continuamos, entonces el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él-  iba a salir con los 1.500 soldados, y las mujeres le dijeron: “¡Oh Mensajero de Al·lâh! queremos salir con vosotros.” El Profeta aceptó, entonces las mujeres salieron con el ejército. Veinte mujeres fueron con ellos.

En medio de las 20 mujeres, el Profeta vio una  pequeña concubina de unos doce años de edad. El Profeta la dijo: “Ven, ¿Por qué viniste?” Le contestó: “Para estar contigo, Mensajero de Al·lâh”. Le dijo: “Monta detrás de mi”.

Y la llevó detrás de él durante toda la batalla.  ¡Qué cariño!

La muchacha dice: “Juro por Al·lâh que cuando el Profeta quería descansar, bajaba el camello, tomaba mi mano y me ayudaba a bajar. Y si quería montar, primero preguntaba por mí. Cuando conquistó a Jaybar, mientras estaba distribuyendo los botines, encontró un collar, me buscó entre la gente hasta que me vio y me dijo: “ven, es tuyo”. Iba a cogerlo de su mano para ponerlo, pero él me dijo: “no, yo te lo pongo”.

Después dice: “Luego el  Profeta lo puso en mi cuello y juro por Al·lâh que no lo quité de mi cuello desde que me lo puso el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- y he ordenado enterrarlo conmigo para ir al Profeta el Día del Levantamiento y decirle: “¿Me recuerdas, Mensajero de Al·lâh? Soy la muchacha de Jaybar a quien habías dado este collar.”

Estamos desprovistos de este cariño. Pero os digo una cosa, nuestras obras se exponen ante el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- los jueves. Si son obras buenas, el Profeta alaba a Al·lâh, Glorificado y Enaltecido sea, y si son malas pide a Al·lâh que nos Perdone. El Profeta es misericordia para todo el mundo, en su vida y en su muerte.

Antes de que el ejército salga, uno de los judíos que quedaban en La Medina llamado Abû Shahm quería su dinero que había prestado a un musulmán llamado ‘Abdul·lâh Bnu Abî Hadraÿ. Fíjense que no todos los judíos salieron de La Medina, sino sólo los que habían traicionado a los musulmanes. Los otros son ciudadanos y conviven en paz con los musulmanes y tienen derechos y obligaciones.

Abû Shahm quería su dinero antes de que los musulmanes salgan a combatir porque temía que ‘Abdul·lâh muera en la guerra. Le debía cinco dirhams.

Dijo a ‘Abdul·lâh: “¿A dónde vas? No salgas antes de darme mi dinero”.  Le contestó: “Todavía no ha llegado el tiempo para devolverlo”.

Abû Shahm dijo: “¿Crees que vas a volver? Combatir a Jaybar no es lo mismo que combatir a los árabes. Juro por Al·lâh que Jaybar tiene 10 mil soldados bien armados”

‘Abdul·lâh quería esperar hasta que regrese de Jaybar y conseguir los botines para poder devolver el dinero que debía a Abû Shahm. Luego fueron al Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- líder del país. El Profeta dijo a ‘Abdul·lâh: “tiene razón (Abû Shahm), no salgas antes de devolverle su dinero”. ‘Abdul·lâh dijo: “Mensajero de Al·lâh, nos has prometido ganar botines en Jaybar y aún no ha llegado el momento de devolverle el dinero”. Pero el Profeta le dijo que tiene que devolver el dinero antes de que salga a la guerra. Mirad la justicia del Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él.

‘Abdul·lâh Bnu Abî Hadraÿ dice: “no tenía nada excepto dos vestidos, entonces vendí mi ropa por tres dirhams. Vendí mi turbante que me protege del calor del desierto, conseguí los cinco dirhams y se los devolví, y me sentí triste”.

Mirad como son los derechos de ciudadanía, y como ‘Abdul·lâh cuidaba de que salga con el Profeta – los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él,  ¡vendió su ropa para acompañar al Profeta! , ¿Podéis imaginarlo?

‘Abdul·lâh dice: “mientras estaba sentado triste, una anciana de los musulmanes de La Medina me preguntó: “¿Qué te pasa, Abâ Al Hadraÿ?, ¿Qué te pasa, compañero del Mensajero de Al·lâh?”  Dije: “vendí mi ropa y sólo tengo lo que llevo para poder salir con el Profeta”. Me dijo: “toma mi manto y así estaría con vosotros en la batalla y recibiré retribución por ese día.”

La mujer  quitó su manto que le protegía del frío en el invierno y se lo dio. Después ‘Abdul·lâh dijo: ¿Y tú? Le contestó: “Voy a quedarme en casa hasta que regreses, y así recibo retribución con vosotros, lleva mi manto contigo.”  Miren la unidad dentro de esa sociedad. No son como nosotros en la actualidad, cada uno piensa en sí mismo, sólo piensa en sus hijos, su familia y sus asuntos personales y nada más. No le importa la gente, no tiene un mensaje ni un objetivo mayor.  Nuestra civilización estaba sufriendo por 200 años, basta ¿No? Hay que hacer algo, tenemos que renacer.

De las ganancias de ‘Abdul·lâh era una mujer cautiva. Todavía había esclavitud, pero después el Islam liberó a los esclavos. Esa cautiva era una pariente de Abû Shahm, por lo tanto este último tenía que pagar 1.000 dirhams a ‘Abdul·lâh para liberarla.

Cuando el ejército se acercaba de las fronteras, el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo: “¡Esperad! Después dijo: “Moveos en colas”.

Había orden y disciplina entre el ejército. Una noche de plena luna, el ejército encontró a alguien llevando un casco brillante enfrente de ellos e iban a matarlo pensando que era un enemigo cuando se dieron cuenta de que era un compañero que se había adelantado al ejército. Era Abû ‘Ads Ibnu Ÿebr. El Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- enfadado con él, le preguntó: “¿Por qué nos has adelantado? “, el compañero dijo “¡Oh mensajero de Al·lâh! Mi camello es rápido”. El Profeta le dijo: “¿No te he dicho que no nos adelantes?”. El compañero sintió que el Profeta estaba enfadado con él. Después el Profeta le ordenó ir al fin del ejército.

Quiero decir algo a los jóvenes que conducen muy rápido, es muy peligroso, mucha gente muere en accidentes a causa de la velocidad. ¡Por Dios, no lo hagáis! Ruego a Al·lâh que perdone los que murieron en tales accidentes.

Antes de llegar a Jaybar, un ejército de 4.000  soldados de Ghatfân encabezados por ‘Uyayna Ibn Hesn, sorprendieron a los musulmanes por detrás. ¡Vinieron para ayudar a Jaybar aunque tenía 10.000 soldados dentro de fortalezas bien armadas!

El profeta envió a Ibn Hesn con un mensaje: “Vuelve y la mitad de la cosecha de Jaybar sería tuya.” Ibn Hesn rechazó la propuesta y cuando el Profeta supo que Jaybar le prometió la cosecha de un año, le envió otro mensaje diciéndole: “Vuelve y la cosecha de un año sería tuya”. Ibn Hesn  rechazó otra vez y el Profeta le amenazó: “Vuelve antes de que no te quede más que la espada (la guerra)”. Ibn Hesn dijo: “No, tengo 10.000 soldados en Jaybar”. Entonces el Profeta –que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él- dijo: “¡vamos a ver!”.

Entonces, el Profeta  contaba con Talha Ibnu ‘Ubaydil·lâh y Sa’îd Ibnu Zayd, los servicios de inteligencia del Islam. Tenían amigos musulmanes de Ghatfân que escondían su Islam y  les dijeron hacer circular que el Profeta envió un ejército para conquistar a Ghatfân. Entonces gritaban: “¡Socorro!, Mohammad y su ejército se dirigen a Jaybar y otro ejército va a salir de la Medina a Ghatfân”. Y así, el ejército de Ghatfân se dirigió rápidamente a su tribu para salvarla, pero cuando volvieron no encontraron nada.

El Islam no es únicamente rezar y ayunar, el musulmán debe tener otras habilidades para poder ayudar en el desarrollo de su país.  La adoración es muy importante pero insuficiente, los musulmanes tienen que ser brillantes en la medicina, la tecnología, las investigaciones científicas, las invenciones, etc.

Antes de llegar a Jaybar, el Profeta -que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre el- ordenó que el ejército se detenga y no entre a Jaybar,¿Por qué? preguntaba el ejército. El Profeta les contestó que tenían que recitar la súplica de entrar en el pueblo. Fijémonos bien en la súplica en el tiempo de la guerra. ¿Es un ejército, gente devota, o creyentes, o qué son exactamente? Por eso tenemos que decir esta súplica cada vez que entremos en una ciudad, o viajemos a otro país. Tenemos que decir la súplica de nuestro Profeta, es muy bonita, escucha:

Al·lâh nuestro... Al·lâh de los siete cielos y lo que asombran (se refiere a todo lo que está debajo del cielo). Al·lâh de las siete tierras y lo que esconden  (de joyas o de petróleo). Al·lâh del viento y lo que lleva (el bien que trae el viento). Al·lâh de los diablos y lo que hacen, Te pido de lo bueno que tiene esta ciudad y de su pueblo y busco refugio en Ti del malo que tiene esta ciudad  y de su pueblo. ¡Que bonitas palabras! que sólo pueden ser dichas por un Profeta. Si pensamos un poco, vemos que no es lógico que una persona diga esto, va a destruir la ciudad y matar a su gente. Es verdad, entonces él no iba a destruir la ciudad sino a obligar a su pueblo para que firme un acuerdo de paz con él, pero para conseguirlo tenía que demostrar su fuerza militar, por eso salió encabezando un ejército.

Ya estamos de noche cuando llegó el ejército a las murallas de la ciudad, y el Profeta mandó el ejercito que se pare y espere, no atacamos hasta la mañana por la mañana, ¿Por qué ahora no? Aunque es el mejor tiempo para atacar: “Para que no asustemos a los niños y a las mujeres”, dijo el Profeta. Fijémonos bien en que no es la primera vez que el Profeta dice esto sino que siempre daba sus órdenes a su ejército de que no maten en la batalla  a niños, ni a mujeres, ni quemar los campos, ni destruir casas, y siempre les decía que vais a encontrar gente en sus templos rezando, adorando, que no son musulmanes. Estos tenéis que dejarlos en este estado.

¡Esto es una religión, o morales militares!! Os juro por Al·lâh que los occidentales no conocían nada de las morales militares hasta 1945 después de la segunda guerra mundial, pero el Profeta Mohammad –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- aplicaba estos principios desde haces más de 1.400 años.

Acamparon cerca de la ciudad, luego vino un hombre llamado Al Habâb Ibn Al Mondher, es el mismo hombre que aconsejó al Profeta antes en la batalla de Badr de cambiar de sitio, y le preguntó que si es Al·lâh  Quien ha ordenado con quedarse en este sitio, porque en este case guardará el silencio, pero si no es así dará su opinión.

¡Miren la educación!, está preguntando para saber si puede proponer sus ideas, o no.

“No es una orden, puedes decir lo que piensas”, le contestó el Profeta. “Nos hemos acercado demasiado de las murallas  del enemigo, donde no le podemos ver pero ellos sí que nos pueden ver, por lo tanto sería mejor que quedemos en un lugar lejos para que no sepan nuestras novedades y para que no estemos al alcance de sus flechas” dijo Al Habâb. “tienes razón, pero nos quedamos hoy aquí y nos iremos mañana, para que no digan que somos cobardes y hemos huido del primer día” le contestó el Profeta.

En este tiempo empezó el asedio de los musulmanes a la primera fortaleza  que durará 15 días.

Los soldados empezaron a tener mucha hambre y la primera fortaleza era muy fuerte. El desánimo y la desesperación  empezaron  a ganar terreno entre los soldados. Uno de ellos, ‘Abdul·lâh Bnu Maghfal Al Maznî, contó que mientras que todo el mundo sufría mucha hambre, hasta el punto de que algunos de ellos ataban piedras alrededor de sus barrigas, yo estaba un poco lejos, encontré una bolsa con un poco de grasa. Imaginaos el estado del ejército que está sitiando a 10.000 habitantes, está sitiando toda la comida que tienen dentro.

Sigue ‘Abdul·lâh: “Cogí la bolsa y juré que no iba a dar a nadie”, y de repente encontró al Profeta que le estaba mirando sonriendo, una sonrisa de enfado –la educación  por la mirada- ‘Abdul·lâh sintió mucha vergüenza del profeta, pensó cómo iba a dejar a sus hermanos en el Islam sufriendo de hambre mientras él comerá. Al final repartió la grasa con cinco compañeros del Profeta.

Habéis visto como el Profeta, sin hablar, ha cambiado la manera de pensar del otro, sólo por una sonrisa y una mirada,

Poco  después, el Profeta notó el desánimo entre los soldados, por eso pidió de ‘Ấmer Ibnu Al  Akwa’ que cante un canción, porque tenía un voz muy bonita, para animar un poco a los soldados. Fíjense bien en que el Profeta  siempre utilizaba el arte en las situaciones difíciles, luego empezó ‘Ấmer a cantar estas bonitas palabras;

“Al·lâh  nuestro sin Ti, estuviéremos perdidos          

                    Ni estuviéremos rezando, ni hubiéramos dado limosna

Te rogamos que Desciendas la tranquilidad sobre nuestros corazones     

                    Y Dejes que nuestros pies sean firmes a la hora del combate

Los tiranos atentaron contra nosotros

                     Rechazamos cualquier intento de escisión

Entonces el Profeta se puso a repetir: “rechazamos, rechazamos, rechazamos”, es la misma canción que cantaron en la batalla de al Jandaq. Miren como anima el Profeta a sus soldados. ¡Qué magnífico es! Era magnífico en todos los ámbitos: en el comercio, la planificación, la política.

El Profeta nunca había dicho que el arte es prohibido, pero tenemos que fijarnos bien en qué y cuando hay que utilizarlo.

El Profeta siempre acudía al arte para animar a la gente o para conseguir el renacimiento. Por eso, era un arte elevado con grandes objetivos. Si estudiamos  el arte en la época del profeta nunca encontraremos cualquier tipo de arte bajo, sino que era elevadísimo. No como el arte ahora, como las canciones de video clips que hunden más a los jóvenes. Sólo aceptamos el arte que hace subir nuestro nivel cultural y nos conduce al desarrollo de nuestros países.

Al día décimo tercero frente a la primera fortaleza denominada “An-nâ’em”, el profeta sintió que esto no llevará a ningún resultado. Empezó a sufrir de la jaqueca, que no le deja salir de su tienda. El Profeta aguantó muchísimo, hermanos, sabéis por qué el Profeta tenía este dolor, os acordáis de la batalla de Ohod cuando Ibn Qami´a golpeó al Profeta en su cabeza con la espada, hasta el punto de que el casco que llevaba se dividió en dos y entró el hierro en la cara del Profeta SAAWS. Desde aquel día el Profeta lleva sufriendo de la jaqueca.

Entonces  el Profeta, estando enfermo, mandó a su mejor amigo, Abû Bakr, a coger la bandera y a conquistar la fortaleza. Este último le obedeció y combatió con todas sus fuerzas sin poder conquistarla. El día siguiente mandó a ‘Omar Ibn Al Jattâb (el día 14), que llevó la bandera encabezando al ejército para conquistar la primera fortaleza, pero tampoco pudo conseguirlo. En estos momentos el desánimo y la desesperación se apoderaron de los soldados. Ahora vamos a ver cómo el Profeta va a animar al ejército en un segundo. Después de la oración de al ‘ishâ´, dijo: “Mañana voy a dar la bandera, después de la oración del alba a un hombre que va a conquistar la ciudad, un hombre valiente, que quiere a Al·lâh y a Su Mensajero y que Al·lâh y Su mensajero le quieren. En efecto, todo el mundo se olvidó del cansancio, sólo pensaban  en una sola cosa: ¿Quién es esta persona que quiere a Al·lâh y a su Mensajero, y ellos le quieren? Cada uno de ellos esperaba que fuera él.

Hasta ‘Omar  cuando se convirtió más tarde en califa dijo: “Juro por  Al·lâh que quisiera ser califa ese día”. Y otro hombre llamado Burayda dijo: “todo el mundo se puso en el camino del Profeta para que le vea. Él les sonreía, entonces cada uno creía que era la persona del que hablaba el Profeta”. Incluso Burayda que no fue un guerreo aspiraba a llevar la bandera.

Fíjense bien en la ambición que tenía esta gente y cuanto querían a Al·lâh y a Su mensajero.

Sabéis ahora porque el renacimiento de nuestros países debe ser acompañado de la fe, ¿Habéis visto qué ha hecho la fe con la gente? Es la llave para emprender cualquier camino.

El día sigiente, vino el Profeta SAAWS después la oración del alba, todo el mundo le estaba esperando, y cada uno estaba luchando para que esté primera fila para estar delante del Profeta, luego el Profeta preguntó por la bandera. ¿Veis como anima a la gente? y ¿Cómo despierta su anhelo por la bandera cuando la trajo para que todo el mundo la vea? Luego mandó que la planten. Miró a la gente y llamó a ‘Alî, le contestaron que estaba enfermo, que le dolían los ojos “¿Qué pasó a sus ojos?” preguntó el profeta. “Le duelen mucho, apenas puede ver” le contestaron. Luego el Profeta mandó que le llamaran. Cuando vino ‘Alî, el profeta le preguntó sobre lo que le ha pasado. ‘Alî le contestó que tenía los ojos inflamados y casi no veía nada. “Túmbate en el suelo y pon tu cabeza en mi regazo” le mandó el Profeta  –que los rezos y la paz de Al·lâh  sean sobre él. El profeta levantó sus manos hacia el cielo y pidió a Al·lâh que le cure y luego sopló en sus manos y las puso encima del ojo de ‘Alî. Este último cuenta que suplicaba a Al·lâh que sus ojos sigan inflamadas para que el Profeta deje sus manos encima de su ojos más tiempo.

Miren cómo el Profeta se comportaba con mucho cariño, ¿Quieres que te trate así? Pues tienes que preguntar a ti mismo si tú eres como ‘Alî o no, si estás haciendo lo que estaba haciendo él para el Islam. Cuando el Profeta levantó su mano del ojo de ‘Alî, se había recuperado totalmente. ‘Alî dijo que no se acordaba del ojo que estaba enfermo, añadiendo que a partir de aquel día nunca se le inflamaron los ojos. Luego el Profeta le pidió que tomara la bandera, el entusiasmo fue muy grande y la gente estaba muy animada.

“Lleva la bandera, entra a la fortaleza, Al·lâh  Estará contigo, y no mires atrás” le dijo el Profeta –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él.

Nos cuenta ‘Alî que él cogió la bandera y se lanzó como una flecha  hacia la fortaleza, pero se preguntó: “¿Por qué emprendemos esta guerra? Tengo que volver a preguntarlo al Profeta”, porque va a conquistar la fortaleza. Pero al mismo tiempo, se acordaba de que el Profeta le dijo que no mire atrás, pues volvió de espalda.

¿Os habéis fijado bien en lo que ha pasado ahora? que ‘Alî no quiere ir sin entender el por qué de esta guerra, aunque es el profeta quien le mandó hacerlo. Los jóvenes de hoy fijaos en ‘Alî que, para que obedezca el orden del Profeta, tenía que entender y saber el por qué, los jóvenes que matan a inocentes sin entender, sólo por orden de una persona normal que no es profeta. Si nos fijamos, ‘Alî no ha mirado atrás como le ordenó el Profeta, pero tiene que entender. ¿Podemos combinar la obediencia y entendimiento? Hay gente que obedezcan ciegamente a las órdenes sin entender, como el hecho de poner bombas y matar a inocentes, u otro tipo de gente que pregunta demasiado para entender y al final no hace nada. Pero ‘Alî era un hombre querido por Al·lâh y por Su mensajero, además era muy valiente.

‘Alî volvió atrás para preguntar al Profeta: “¿Por qué vamos a hacer esta guerra? ¿Cuál es el motivo de esta guerra?”. “Para erradicar las amenazas de los judíos de una vez, pero invítales al Islam primero, a lo mejor Al·lâh guía a uno de ellos a la fe gracias a ti, y si uno de ellos sigue el camino de Al·lâh será mucho mejor de todas las riquezas de Jaybar”, respondió el profeta. Habéis visto que el objetivo del Profeta SAAWS es guiar a la gente hacia lo bueno, es decir, que tenemos un mensaje y tenemos que comunicarlo a todo el mundo. Después de escuchar las palabras del Profeta ‘Alî se lanzó hacia las murallas de la ciudad y cuando llegó ahí, fijó la bandera frente la puerta de la muralla. ‘Alî nos cuenta: “salió un judío y me preguntó quién soy, le contesté: ‘Alî Ibnu Abî Tâleb”. “Juro por lo que fue revelado a Mûsâ que estamos derrotados” dijo el judío. Es que estaba escrito en sus libros sagrados que el conquistador de Jaybar será un hombre llamado ‘Alî Ibnu Abî Tâleb, por eso cuando el judío escuchó el nombre de ‘Alî supo que los judíos van a perder. Luego salieron 4 hombres que eran hermanos, para luchar contra los musulmanes. Todos eran gigantes y fuertes, nunca han perdido en una batalla. Así que no habrá una guerra sino un combate de uno a uno, como tradición o normas de la guerra antiguamente.

Vino el primero de los cuatro hermanos soldados llamado Marhab, era el lider y uno de los mejores en la lucha con espada, y empezó decir algunos versos con que se alababa:

Jaybar sabe que soy Marhab, el héroe conocido

A lo que ‘Alî le contestó diciendo: “Yo soy  quien me llamó mi madre Haydara”. Haydara es uno de los nombres del león. ¿Quién es su madre? Es Fâtima Bintu Asad. Empezaron a combatir y ‘Alî venció a su rival. Luego  salió el hermano de Marhab, se llamaba Yâser, del que dijo el Profeta cuando le vio: ¡Qué gigante es! ¿Acaso mide cinco brazos?,‘Alî se preparaba para la lucha, pero le llamó Az-zubayr, diciéndole: “has matado a Marhab, pues, deja el otro para mi”. “Vale, este es tuyo” le contestó ‘Alî. Mientras Az-zubayr estaba luchando, su madre, la señora Safiyya bintu ‘Abdilmottalib que estaba entre las veinte mijeres, preguntó asustada al profeta si su hijo morirá. Pero el Profeta SAAWS la tranquilizó diciéndole: “tu hijo matará al otro si Al·lâh Quiere”, y poco después ganó Az-zubayr la batalla y el profeta se puso muy alegre y dijo: “Cada profeta tenía su apóstol y mi apóstol es Az-zubayr Ibn Al ‘Aw-wâm”.

¿Podría alguien de nosotros ser uno de los apóstoles del Profeta  en el año 2005 o 2006 o 2010? Cuando le vio el profeta le dijo: “¡Qué espada tan fuerte tienes¡”. “La espada no es fuerte pero le he obligado a serlo” le contestó Az-zubayr. Veis a Az-zubayr y a ‘Alî, fueron educados en la casa del Profeta en La Meca, por eso hay que tener mucho cuidado con los niños, para tener jóvenes como ellos, tenéis que tratar a tus niños como héroes desde pequeños  para que lo sean cuando crezcan, pero si tratas a tu hijo como un niño seguirá siempre así, un niño. Si queremos cambiar y llevar a cabo un  renacimiento para nuestros países, para salir de la oscuridad a la luz, tenemos que crear a verdaderos hombres.

Ganó ‘Alî y conquistó la primera fortaleza el día 15 y se dirigió a la otra, sin olvidar que el Profeta y los musulmanes cuando entraron no mataron a nadie, y dejaron a cada uno escoger entre quedarse o irse de la ciudad. El profeta quería obligarles a pedir la paz y firmar un acuerdo de paz. El plan del Profeta seguía con éxito hasta el momento, y con muy pocos muertos.

Mientras el Profeta se trasladaba con el ejército de una fortaleza a otra, y teniendo mucha hambre, vieron un pastor del ejército enemigo de los judíos, con un rebaño de corderos, y el Profeta dijo: “¿Quién nos trae algunos corderos de este rebaño?” ¿Es posible que el Profeta  diga esto? Pues sí, no pasa nada, porque están en la guerra. Entonces salió uno que llamado Abû Al Yusr Ka’b Ibnu ‘Amr, diciendo: “Yo te los traigo”. Y se fue corriendo, cogió dos corderos al Profeta. Luego le ha mirado el Profeta sonriendo y le dijo: “Que Al·lâh Te dé larga vida”. Y efectivamente, fue el último que murió de los compañeros del Profeta. Y siempre  contaba llorando esta historia diciendo: “El Profeta suplicó a Al·lâh  que me dé una larga vida, pero murió el Profeta y todos sus compañeros   y yo sigo vivo, ¿cuándo me encontraré con mi querido Mohammad?”.

En la otra fortaleza, venía un esclavo con un rebaño de Marhab, el judío que murió en la primera fortaleza. Este pastor estaba seguro de que el camino de Mohammed, el profeta, es la vía recta, porque escuchó a los judíos diciéndolo. Cogió su rebaño y se fue al Profeta y le dijo: “Me he enterado que tu camino es el correcto por eso atestiguo que no hay más dios que Al·lâh, y que tú eres Su mensajero y su Profeta.”

Luego el esclavo preguntó al Profeta: “¿Qué me vas a dar después de convertirme al Islam?”, “el paraíso” le contestó el Profeta. El esclavo le preguntó: ¿Qué es el paraíso?

Luego el Profeta se puso a describirle el paraíso. Ahora, queremos cerrar los ojos e imaginr juntos el paraíso, imaginar sus ríos, el palacio de cada uno, los árboles, los campos de fútbol, los yates y cómo corren los ríos por debajo de los suelos de los palacios. El techo es el trono de Al·lâh, y cuando abrimos las ventanas vemos el palacio  del Profeta y tú puedes invitar al Profeta, a su mujer y a sus compañeros Abú Bakr y ‘Omar... Este es el paraíso hermanos, en el que encontramos la felicidad y el verdadero amor, no el amor de hoy que están buscando los chicos y las chicas que conduce a los pecados. Después de que el Profeta terminó de contar al esclavo todo sobre el paraíso, éste le contestó enseguida: “estoy contigo, pero ¿Si muero hoy en la batalla entraré al paraíso?

 

“Sí” le contestó el Profeta. “Pero soy feo, negro, y de mal olor, mi ropa es sucia, ¿Aún así entro en el paraíso si me muero? preguntó el esclavo. “Claro que sí” le contestó el Profeta y añadió: “tu ropa será limpia, olerás muy bien, y tendrás mucho dinero” luego pidió el esclavo del Profeta que le diera permiso para devolver los rebaños, que están con él, a sus dueños”. El Profeta admiró su petición y le dijo: “Suelta los rebaños que tienes y tíralos con piedras y así cada uno volverá a su dueño”.

Pero ¿Por qué el Profeta cogió antes dos corderos del otro pastor y ahora suelta los rebaños  para que vuelvan a sus dueños? ¿Cuál es la diferencia? Porque el primer pastor era del ejército enemigo, era un guerrero y estamos en una situación de guerra, pero este esclavo era un ciudadano inocente, entonces los musulmanes no tienen derecho en lo que tiene, por eso tenía que devolver los rebaños a sus dueños. Esto es muy importante hermanos, el derecho de la ciudadanía, por eso los musulmanes que viven en Europa y en los países occidentales tienen que respetar las leyes y las tradiciones de los países donde viven pero seguir siempre orgullosos por ser musulmanes.

Luego entró el esclavo en la batalla y murió. Cuando el profeta preguntó por él,  le dijeron que murió, entonces pidió a sus compañeros que le traigan su cadáver. Al verlo el Profeta le abrazó y dijo: “Juro por Al·lâh que le veo ahora en el paraíso con su mujer de las al Hur al ‘în quitando el polvo de su ropa y diciéndole: Que Al·lâh mate a quien te ha matado, tú eres mi marido en el paraíso.”

Murió el esclavo negro, se conquistó la segunda fortaleza, y los musulmanes ganaron muchos botines y se los repartieron  entre ellos. Uno de los compañeros del Profeta le tocaron 1.400  corderos y le dijeron que el Profeta le mandó su parte de los botines, pero este hombre les contestó: “Que no, por Dios, no estoy aquí para los botines sino para una flecha aquí (refiriéndose a su cuello)”. Justamente después de haberlo dicho, un judío lanzó una flecha que le vino en el cuello. Después de contarlo al Profeta, preguntó que si la flecha le vino en el mismo sitio que ha señalado. Le contestaron que sí, luego dijo el Profeta: “Este hombre era muy sincero con Al·lâh, por eso Al·lâh Fue sincero con él.”

Habéis visto hermanos qué hace la sinceridad con Al·lâh. Por eso tenéis que ser sinceros con Al·lâh, y si Al·lâh Ve tu seriedad y sinceridad en tu trabajo, en tus adoraciones, te Otorgará más prestigio y grandeza que te conducirá a hacer muchas cosas grandes e importantes, y te llevarás el mensaje del Islam. Pero lo que pasa ahora es que mucha gente cuando asisten a una clase de religión o leen un libro, se entusiasman mucho pero un poco después pierde este entusiasmo. Por eso nuestro Al·lâh nos somete a pruebas para distinguir entre el que actúa con sinceridad y quien no lo hace.

Ahora  hemos conquistado tres fortalezas, y los judíos se trasladan de una fortaleza a otra, hasta que los musulmanes llegaron a la última. En ese tiempo, el Profeta SAAWS mandó a coger las armas de los judíos, de estas armas había un arma nueva que es la catapulta que no conocían los musulmanes, que lanzan el fuego hasta llegar dentro de las fortalezas porque eran muy altas. Luego el Profeta mandó a poner las catapultas en un sitio donde los judíos las puedan ver, él no quería utilizarlas sino que pretendía hacer llegar el miedo a sus corazones. Una guerra psicológica. En efecto, pudo conseguir lo que quería, porque cuando los judíos vieron las catapultas, se asustaron pensando que el Profeta va a lanzar fuego contra ellos. Por eso mandaron a Kanâna  Ibnu Abî Al Haqîqî, uno de los adinerados y respetados de su ciudad. Este hombre se fue al Profeta SAAWS solicitando un pacto de paz para acabar la guerra. “Pero con mis condiciones” le dijo el Profeta. El otro aceptó.

Habéis entendido la batalla de Jaybar, esa combinación mágica entre la fe y la planificación. Juro por Al·lâh que nuestros países no se van a desarrollar sin utilizar el arma más fuerte y el más eficaz que es la fe. Aunque lo intenten con los medios y la tecnología más sofisticada no lo van a conseguir sin la fe y la religión, sean musulmanes o cristianos. Ahora vamos a ver las condiciones del Profeta  y las negociaciones que se llevaron a cabo entre él y Kanâna. Primero: desarmar toda la ciudad, para que no amenacen otra vez a los musulmanes. Segundo: desalojar la ciudad de la gente, pero el Profeta, en realidad, quería otra cosa, pero es la política. Lo judíos pidieron del Profeta que deje la cuidad en manos de su gente para cultivarla, porque ellos eran muy buenos agricultores. “Bueno estoy de acuerdo que quedéis en vuestra tierra, con dignidad, pero tenéis que pagar una parte de la cosecha casi la mitad para los musulmanes cada año” dijo el Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él.

Ambas partes se pusieron de acuerdo, y se acabó la guerra con muy buenos resultados a favor de los musulmanes. Todo ello gracias a la inteligencia y planificación del profeta, y lo más importante es que los musulmanes acabaron con el foco más activo que podría atacar a las tribus musulmanas.

Luego, vino el responsable de la parte musulmana, es como un agente judicial que viene para valorar la cosecha y calcular lo que toca a la parte musulmana. La enemistad se convirtió en una convivencia pacífica, sin amenazas porque ya no tienen armas.

Debemos fijarnos también en que el Profeta quiso dejar que el pueblo de Jaybar viva en su pueblo, para que cultive su tierra, ya que nadie sabrá hacerlo mejor que los dueños de esta tierra. Otra cosa, imaginaos si el Profeta les hubiera echado de su pueblo, entonces esta gente estaría en paro. Por consiguiente se convertirán otra vez en enemigos, y a lo mejor se prepararán bien esta vez para atacar a los musulmanes. Miren la política del Profeta, hizo que los musulmanes se encarguen de la consolidación de la religión y los de Jaybar se encarguen de la agricultura y vivan felices, sin paro. ¡Qué grande es nuestro Profeta¡ En todo, en la paz y la planificación, como político y negociador, que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él.

Ocurrió un evento gracioso en el año siguiente. El Profeta –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- envió a ‘Abdul·lâh Ibnu Rawâha para que valore la cosecha y traiga la parte musulmana. En efecto, este último llevó muy bien a cabo su trabajo en el año del pacto de paz. El año siguiente cuando se fue para hacer lo mismo, los judíos le trajeron el ¼ de los dátiles de Jaybar diciéndole que es un regalo por ser un hombre trabajador, pero tiene que reducir un poco la parte del Profeta. Entonces ‘Abdul·lâh Ibnu Rawâha quitó su zapato como gesto de amenaza diciendo: “¿Me estáis corrompiendo para traicionar al Profeta? ¿Creéis que mi conciencia se vende?” Se enfadó mucho aunque tener el ¼ de los dátiles de Jaybar significa una fortuna, pudo haberse convertido en una persona  muy rica, pero ¿A costa de quién? A costa de los pobres y necesitados. Tenemos que pensar mucho en eso, para ser rico puedo robar y violar los derechos de los pobres, pero pensamos en el Día del Levantamiento cuando nos encontraremos con el Profeta, que en lugar de abrazarnos nos despreciará y te nos considerará como enemigos.

Esta fue la batalla de Jaybar. Sólo queda una cosa: a los 1.400 musulmanes se añadió uno nuevo que se llama Al Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq. La batalla de Jaybar tuvo un efecto muy importante sobre Quraysh, porque fue su última esperanza para combatir al Profeta y a su religión. Por eso se dice que la Meca se conquistó gracias a tres cosas:

1-         El pacto de Al Hudaybiyya                 

2-         El envío de cartas a todos los reyes del mundo para invitarles al Islam, y gracias a ello el Profeta fue una persona conocida a nivel internacional

3-         La tercera era la conquista de Jaybar

Se dice que el Profeta –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- conquistó La Meca de forma pacífica sin derramar ni una gota de sangre gracias a la conquista de Jaybar. Pero si el Profeta no hubiera  conquistado Jaybar primero, hubieran corrido ríos de sangre a la hora de conquistar la Meca.

Ahora el Profeta –que los rezos y la paz de Al·lâh sean sobre él- tiene dos pactos de paz, con Jaybar y con Quraysh. Por eso la paz es un principio muy importante en nuestra religión y nuestra vida, pero para conseguirlo a veces se necesita  recurrir a la fuerza, o por lo menos demostrarla.

¿Cómo la tribu de Quraysh recibirá la noticia de la caída de Jaybar en manos de los musulmanes?

Vamos a ver, Al Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq que era un comerciante musulmán debía dinero a algunos comerciantes en Quraysh. Este hombre se fue al Profeta para pedirle  permiso para que vaya él primero a La Meca antes de que Quraysh se entere de la conquista de Jaybar para recuperar su dinero. Además, Quraysh no sabía que Al Haÿâÿ se había convertido al Islam. Pues, el Profeta le dio su permiso. Pero él pidió también al Profeta que le permitiese hablar mal de los musulmanes y del Islam con Quraysh, y el profeta le dijo que no pasa nada, que puede decir lo que quiera para recuperar su dinero, y efectivamente el hombre se fue a la Meca. Ellos no se habían enterado de nada, por eso le preguntaron sobre lo que ha pasado en Jaybar. Él les dijo: “Voy a daros las buenas noticias después de recuperar mi dinero por la tarde”. Luego vinieron con todo su dinero para escuchar las noticias de Jaybar. Al Haÿâÿ se puso a contar que el pueblo de Jaybar venció a los musulmanes y a Mohammed, que el Profeta está cautivado ahí y que se los mandarán muy pronto. Quraysh se alegraron mucho de esta noticia. Luego salió Al Al Haÿâÿ Ibnu ‘Alâq de La Meca después de haber recuperado su dinero, pero al salir le llamó Al ‘Abbâs, el tío del Profeta, y le dijo: “Por favor dime la verdad sobre lo que ha pasado. Esto que acabas de contar ¿Es cierto?”. “Salimos primero de La Meca y te digo la verdad” contestó Al Haÿâÿ. Después le contó todo lo que ha pasado sobre la victoria del Profeta, de que volvió todo el ejército a La Medina sin problemas y que sólo murieron 16 de los musulmanes y 96 de los judíos.

“Muchas gracias y que Al·lâh te Cuide” le contestó Al ‘Abbâs, pero Al Haÿâÿ le pidió que no dijera nada hasta que salga de Quraysh.

Después de muchas fiestas celebradas por Quraysh, se enteraron de la verdad y su felicidad se convirtió en tristeza.

Ya hemos llegado al final, pero ¿Qué es la lección más importante que podemos sacar de la batalla de Jaybar?

La lección que podemos sacar de la batalla es: 1-cómo utilizar la fe en el desarrollo, y la importancia de la fe en el proceso del renacimiento.

2- La paz es el eje principal de nuestra religión, pero a veces se necesario el uso de la fuerza para conseguirlo.

3- Habéis visto que no tenemos que ser egoístas. No tienes que vivir por ti sólo. Lo hemos aprendido del hombre que encontró la bolsa con grasa, la repartió con cinco de los compañeros del Profeta, y hemos visto a ‘Alî y Az-zubayr, dos jóvenes que vivían para alcanzar sus grandes objetivos y para la religión.

Hermanos míos, el objetivo principal de los 30 episodios es que cuando se acabe el mes de Ramadán, sabremos que nuestro objetivo en la vida es desarrollar nuestros países ¿Pero cómo? Podemos hacerlo mediante la tecnología, la eliminación del paro a través de pequeños proyectos, del estudio de la  informática, etc.

Cada uno tiene que pensar que él puede participar. Claro que nos encontraremos y haremos algo, porque no tenemos otra solución que despertarnos y quitar la desesperación. No tenemos que desanimarnos después de Ramadán, sino que hay que moverse y empeñarse en algo para conseguirlo y para sacar adelante nuestros países y defender nuestra religión.

Yo ya he llegado al final, mañana será el mejor episodio: la conquista de La Meca y escucharemos la palabra por la cual lucharon durante 25 años: “Y di “ha venido la verdad y se ha disipado lo falso, lo falso tiene que disiparse” (sura 17: Al-Isrâ´ "El Viaje Nocturno" , Aleya 81). Esta aleya fue la llave de La Meca, por  eso, el Profeta quedó todo el día de la conquista repitiéndola, y mañana lo veremos si Al·lâh Quiere.

 

Que la Paz, la Misericordia y las Bendiciones de Al·lâh sean con vosotros.

Equipo de Dar Altarÿama-El convoy español

 

[1] Al∙lâh= significa Dios. Es el Nombre Más Grande que ostenta el Único Creador que posee todos los atributos propios de la divinidad, tal como fue revelado en el Qor´ân.

[2] (SAAWS): Sal·la Al·lâhu Alayhi Wa Sal·lam: Los Rezos y la Paz  de Al∙lâh sean sobre él, que es explicada por los ulemas como sigue:

Sal·la Al·lâhu Alayhi: significa que le cubra con su misericordiaEl motivo de traducirlo literalmente es porque estas palabras son repetidas por los musulmanes de todo el mundo, siguiendo el precepto divino de decir esta expresión siempre que se mencione al Profeta, en la llamada a la oración (Al Âdhân) o en cualquier circunstancia, como veneración concedida por Al·lâh a Su último Mensajero, que ha sido enviado a toda la humanidad. Wa sal·lam: significa:  y derrame Su Paz sobre él.

[3] TSQTraducción de los Significados de Al Qor'ân. Es imposible transmitir exactamente los verdaderos significados que contienen las palabras de Al Qor'ân o imitar su elocuente retórica. Se han traducido los significados de Al Qor'ân y no se puede decir que sea una traducción de Al Qor'ân. Esta traducción nunca podrá reemplazar la lectura de Al Qor'ân en lengua árabe -la lengua en que fue revelado-.

 

 Fuente: www.amrkhaled.net

 

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