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Allah. Obra compuesta por la palabra Allah repetida
cuatro veces. La primera muy sutil en la parte superior,
con la cabeza del alif iluminada significando la
infinita inteligencia. La segunda, visible, navegando
sobre las aguas de todo aquello que implica mutabilidad
permanente (nuestra dimensión), produce además una
sombra indicando la dualidad del mundo material
simbolizando, además, la manifestación del ser humano en
sus dos formas, una visible - la presencia física y la
sombra - su interioridad oculta. Finalmente la cuarta
debajo del agua e invertida, muestra la presencia del
Creador aún en el proceso de la extinción física del ser
humano. La inversión simboliza la incomprensión del ser
humano ante un proceso inexorable y misterioso. |
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Rueda de los derviches.
Círculo de ocho derviches recordando a Allah por medio
de la palabra AHaD, cuya traducción es “único”. Cada una
de las ocho alif centrales de siete módulos de largo
cada una, simbolizan el rayo de creación del universo.
También representan al ser humano con su cabeza dirigida
al centro buscando el eje de la rueda en la cual todos
los anhelos individuales se unifican en el equilibrio y
comunión de aquellos que comprenden el por qué del paso
por esta dimensión de la prueba. La letra Ha – escrita
en blanco – es la vestidura del derviche y sus
inmaculadas acciones. Lo rojo del centro indica la
pasión del corazón que experimenta en su adoración hacia
el Creador. Finalmente, los círculos que se entrecruzan
muestran las energías individuales formando una armónica
figura de interrelación mutua. |
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El nombre del Cuarto Califa
Alí Ibn Abi Talib – escrito con letras de color negro,
simbolizando su comprensión profunda de la revelación
Coránica. Está iluminado por el verde del Islam y es el
centro de la “sílsila” (cadena de maestros) del sufismo
– simbolizado por 48 estrellas octogonales unidas entre
sí. |
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Cuadrado numérico
En un cuadrado de 3 x 3 se inscribe el nombre de Allah
por medio de los siguientes números:
18-19-20-21-22-23-24-25-26, los cuales suman 198 que
descifrado equivale a la palabra Allah (66) 3 veces. El
ordenamiento de los nueve números precedentemente
citados da como resultado un cuadrado en el cual se
puede leer la cifra 66 tanto horizontalmente como
verticalmente y también en forma diagonal. Los 4 diseños
que lo rodean también inscriben Allah cuatro veces. |
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HU
El pronombre personal de tercera persona singular
masculino EL, como espíritu divino, está realizado tres
veces con diferentes intensidades de dorado
incorruptible simbolizando la creación en el rojo de la
ignición primal. |
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Dhikr
Los ocho derviches integrantes de la rueda de
recordación de Dios repiten: “Ia Hu” (Oh, El) sin
principio ni final. La letra alif medial de cada uno de
los derviches, sale del nivel de la materia para tratar
de encontrar la dimensión de lo sublime en la luz
central en una permanente recurrencia conciente. |
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Allah, Oh curación
(Allah, Ia shifa’) en un diseño octogonal. |
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El Navío.
(La verdad inmutable) Las letras de La Básmala, “En
el nombre de Allah el más Clemente, el más
Misericordioso” forman el Navío. Dicha frase
encabeza 113 de las 114 suras que componen el Sagrado
Corán. La sura 09 no es encabezada por la misma, no
obstante La Básmala ocurre nuevamente en la sura 27 An-naml
(Las hormigas) versículo 30. El Navío está iluminado por
la luna de las ilusiones y proyecta una sombra sobre las
aguas del devenir en constante cambio. El observador de
la nave se encuentra situado desde el lugar del sol –
símbolo de la verdad – y ve la verdad de la afirmación
de la Básmala en su magnificencia. La nave no navega
dado que la misma es una verdad inmutable que desafía al
tiempo y al espacio, son las aguas las que se desplazan
en el eterno devenir de los hechos. Las verdades por su
trascendencia no poseen movimiento sino que “son”. El
ser humano mezclado entre las aguas siempre cambiantes
del no saber – la obscuridad espiritual – imagina
transcurrir, no advirtiendo que está sometido a las
inflexibles leyes de lo que se da por llamar vida, la
que no es tal sino se está en la Clemencia y la
Misericordia de Dios, en este caso el Navío Salvador. |
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Jarrón con flores
Cada una de las flores lleva escrito Allah cinco veces
lo cual suma 330 (66 x 5). Decodificando a letras dicho
número obtenemos el atributo divino “Oh! Testigo”,
correspondiente al quincuagésimo “Bello Nombre de Dios”
según la Tradición. Cada una de las flores posee un
tallo – la letra Al-alif – los cuales se introducen en
el cuaternario – el jarrón – simbolizando la energía
Divina de la creación a través de un principio activo,
uno pasivo y uno neutralizante. La tres flores emanan el
número 330 (Oh! Testigo) para cada uno de los principios
recientemente enumerados. |
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Adam.
Para hacer un octógono es necesario dividir 360º por
ocho. Se obtiene como resultado 45, la medida del ángulo
a utilizar. La cifra 45 es la suma de los números 1 al
9, equivale a la suma de todas las posibilidades.
Transformando dicho número en letras obtenemos el nombre
Adam – el primero de los hombres – el arquetipo por
excelencia. El diseño nos muestra ocho hombres – que son
uno porque todos y cada uno de ellos está construido con
la palabra Allah. Se dan la mano, unidos en una misma
intención, vivir en la luz de la verdad estando cada uno
de ellos sobre el rojo – la pasión de vivir en esa
verdad. La palabra verdad en árabe se dice HaQ, la suma
de sus letras da como resultado la cifra 108. Si sumamos
8 + 1 obtendremos 9. |
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Arte Caligráfico Árabe
Copyright Ricardo Panizza
Buenos Aires, Junio 2005
www.caligrafiarabe.com
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