LOS MAS BELLOS NOMBRES VIII
A
L - H A Y Y
A
L - Q A Y Y U M
A L - W A J I D
A
L - M A J I D
A L - W A H I D
A
L - A H A D
A S - S A M A D
A
L - Q A D I R
A
L - M U Q T A D I R
Allah es aquél cuya vida es
perfección y eternidad.
Aquello que está
vivo toma conocimiento y
es activo. Allah es
conocedor de todo y todas las
acciones son Suyas. Todo lo que
se sabe y será sabido está
dentro de Su conocimiento; toda
existencia está comprendida
siempre dentro de Su acción.
Con la sola excepción de
Allah, la vida de todo
lo existente se mantiene
en los límites de acción y
de realización de cada
ser. Esas
realización y actividad
son los signos de la vida y
cuando terminan, esta se acaba.
El valor de cada
existencia está dictaminado
por la extensión del
conocimiento y la
actividad del ser.
Allah El Más Elevado ha otorgado
a Su Creación vidas de
diferentes grados y clases. El
valor de un ser creado
está de acuerdo con el grado de
los signos de vida en él.
Una planta, que está
viva, es más valiosa que la
tierra o la piedra. Las plantas
nacen, comen, beben, crecen, se
propagan, y mueren.
También poseen conocimiento, el
que les permite diferenciar lo
que es beneficioso de lo
que es dañino para ellas.
Igualmente son activas. Buscan y
encuentran lo que necesitan para
su crecimiento y propagación en
el aire, en el agua, y en las
profundidades de la tierra.
Absorben aquello que
precisan, lo
digieren y lo
transforman en alimento,
frutos, remedios, y los
miles de cosas que son
beneficiosas para formas
de vida más altas que la
suya. Sin embargo la
existencia de estas,
escapa a su conocimiento.
La vida en el animal es
más elevada, porque ve, escucha
y se mueve. La vida de la
vegetación es inferior a la vida
del animal; es por ello que el
animal es el amo de la
vegetación. Camina sobre ella,
pasta y la come. Existe vida más
alta que la del animal. El
Creador ha honrado al hombre con
esa superioridad.
La vida del hombre
contiene todas las
cualidades de la vida
del vegetal y del animal, solo
que de manera perfeccionada. Por
añadidura, el hombre posee
el intelecto, con el
que ha sido honrado. Con
él analiza, compara,
extrae conclusiones,
imagina el fin
desde el comienzo, y toma
acción de acuerdo. El hombre
sabe y actúa de acuerdo a
ese conocimiento; por ello
él es el amo de este mundo.
Los signos más elementales de la
vida son el nacimiento, el
comer y beber, el
respirar, el crecimiento y la
propagación. El signo más
elevado de la forma de vida
superior es el saber y el
actuar de acuerdo con
ese conocimiento.
Los hombres difieren
también en cuanto al grado de
sus cualidades de vida, las que
son decretadas por los alcances
de su saber y de su acción. El
grado más bajo de sapiencia en
el hombre es la consciencia y el
conocimiento de sí mismo. Aquél
que no se conoce a sí mismo y
que no es consciente de su
existencia, es como si estuviera
muerto. Las palabras de
los inconscientes hombres
muertos están muertas, y
son mortales; escape de
ellas con premura. Dentro
del sagrado nombre `Hayy'
pronunciado por
hombres de `ma'rifah' a
quienes se ha dado acceso al
misterio del Uno
Siempre-Viviente, existe la
vida. Escúchela de sus bocas y
permita que penetre a su alma,
para que usted también
pueda alcanzar la vida.
" 'Abd al-Hayy" es aquél en
quien Allah ha dado muerte a los
mundanos deseos de su carne,
otorgándole así la vida eterna
del conocimiento de sí mismo.
Allah es el Eterno
Auto-Existente, de quien
depende la existencia de todo.
Su existencia no se apoya
en nadie diferente de El
Mismo, se encuentra por encima
de toda otra. El es quien
da lo que es necesario para
el ser de todas las
cosas. El ha creado las
causas de la existencia de
todas ellas hasta el
momento destinado. Todo
vive, debido a El.
Si el hombre logra ver cómo su
ser, su vida, su cuerpo se
subordinan a su alma,
podrá entender en pequeña
parte cómo todo cuanto
existe depende del Eterno
Auto-Existente. El alma gobierna
el ser entero del hombre. Cuando
el alma abandona el cuerpo, a
pesar que éste conserva la misma
apariencia, no respira, no ve,
no escucha, no se
mueve, y eventualmente se
desintegra, debido a que
aquello que lo gobernaba y lo
mantenía unido y en
funcionamiento, era el alma.
Es el alma la que es responsable
por la vida, la existencia, y el
orden y la armonía dentro
del ser íntegro. El ser -su
sabiduría, su belleza, su
fuerza, su misma vida,
hasta la última célula,
hasta el último de sus átomos-
está en necesidad del alma en
cada momento. Cuando ella
parte, todas estas cualidades
desaparecen.
De igual manera, cada átomo del
universo creado necesita el
divino favor, la
manifestación de al-Qayyum” en
todo instante. Esta gracia
divina es una voluntad especial
de Allah. Está siempre presente,
en diferentes formas y fuerzas,
en acuerdo con la
necesidad de cada cosa en el
universo para su perpetuación y
mejoramiento. Solamente
esta gracia los otorga. Es con
esa divina voluntad que cada
átomo obtiene la causa
para la satisfacción de sus
necesidades. Si Allah
interrumpiese este favor, aún
durante la fracción de un
segundo, nada quedaría sobre sus
pies.
Oh descuidado, Allah, quien
tiene a su cargo infinitas
cantidades de buenos servidores
y la creación entera, no
obstante te cuida y te mantiene
como si fueses su única
creación. A pesar que tú no
posees a nadie que te sostenga
más que a El, te
comportas como si
no Lo necesitases, y te apoyas
en quiméricos protectores que
ilusoriamente crees pueden
cuidar de tí. Peor aún, obras
como si fueses auto-suficiente,
auto-existente. Cuán grande es
el favor de Allah, cuán infinita
es Su misericordia, y cuán
profunda es tu negligencia!
" 'Abd al-Qayyum "
es el que
testimonia que todo existe
debido a Allah, y
se convierte en
un instrumento de la
manifestación de `al-Qayyum” al
cumplir con las necesidades de
otros en Su nombre.
Allah encuentra y obtiene
cualquier cosa que El desea
cuandoquiera que El lo desea.
Allah es capaz de encontrar
instantáneamente cualquiera de
Sus creaciones, especialmente
cuando El desea ejercitar
Su voluntad sobre ella. Es aún
superfluo utilizar el vocablo
"encontrar", porque todo está en
Su presencia en todo momento.
Nadie puede ocultarse o
retirarse a un lugar que se
halle fuera de Su alcance.
Allah posee todo cuanto El
necesita para ejercitar Su
voluntad. El servidor
jamás ha de considerarse
separado de Su Señor. Su Señor
está siempre presente,
dentro y fuera
de él, y el
servidor se
encuentra constantemente ante su
Señor. Cuando el servidor tiene
una necesidad, le es
suficiente sentirla y
decir, "Oh Señor, yo
me hallo en Tu presencia y
mi estado y mis necesidades son
mejor conocidos por Tí que por
mí mismo."
Uno siempre se encuentra falto
de algo. Constantemente hay
problemas para los que uno
precisa alivio. A veces, uno
siente la necesidad de
otros iguales a uno -un
médico, un abogado, un juez.
No es posible buscar una
audiencia con esta gente en
cualquier momento del día o de
la noche; cuánta
ceremonia y dificultades se
deben atravesar para
presentarles a ellos nuestro
caso! Y sin embargo cuán a
menudo hemos de pasar por todo
ello mientras el Señor de todos
esos servidores, el Curador, el
justo Juez, el
rico Sustentador, el
Misericordioso, el Mejor de los
Dueños, el Amante, el
Todo-Poderoso, el
Siempre-Presente, nos invita a
Su presencia cinco veces
al día, en los
momentos apropiados de nuestra
plegaria, y nosotros
descuidamos de ir a El a
presentarle nuestras
necesidades! No solamente
cinco veces al día, sino
dondequiera que nos
encontremos, en cualquier
instante del día o de la
noche, El está allí para
satisfacer sus ruegos con todo
Su amor y compasión y sabiduría
y tesoros. Todo cuanto
usted ha de decir es
`Ya Allah”.
" Abd al-Wajid " es el que
encuentra todo en la esencia del
Unico. El sabe el lugar de cada
cosa y es capaz de
ubicarla allí. Debido al hecho
de que él puede obtener cuanto
desea, no extravía nada, ni pide
nada. El encuentra aquello que
Allah desea que él halle.
Allah es el Más Glorioso, el que
muestra generosidad y
munificencia infinitas para con
aquellos que Le son cercanos.
Por ejemplo, Les otorga
el don de buen carácter y buena
conducta, que les permite
realizar buenas acciones; luego
Les glorifica por el
carácter que Les ha dado, y los
recompensa mediante el perdón de
sus pecados y de sus errores.
Esconde sus pecados y errores de
otros y aún de ellos mismos.
Acepta sus excusas y protege sus
derechos. El alivia sus
dificultades y prepara las
causas para su paz, su
felicidad, y su salvación.
El servidor,
recordando la
munificencia del Glorioso,
debiera amarLe, obedecer Sus
órdenes con alegría y temerLe
por medio del amor a El, por
temor de perder el favor del
Amado.
" 'Abd al-Majid " es aquél
alabado y honrado por Allah, a
quien le es dada la fuerza para
llevar a cabo la responsabilidad
de este honor.
Allah es el Unico. El no tiene
igual, nadie es como El, ni hay
ningún par en Su esencia, ni en
Sus atributos, ni en Sus
acciones, ni en Sus órdenes, ni
en Sus bellos nombres.
El es Uno en Su esencia.
Todo lo demás es Su creación.
¨Cómo podría comparárseLe algo
de lo que El ha hecho y
mantenido?
El es Uno en Sus
atributos. Entre Su creación, y
singularmente en el hombre,
pueden existir signos o símbolos
de Sus atributos a fin que
percibamos un sentido de Sus
cualidades y reforzemos nuestra
fe; salvo ello, las
manifestaciones de Sus atributos
no se asemejan en absoluto a
éstos.
El es Uno en Sus
acciones. El no necesita de
ayuda alguna en Su acto de
creación, ni tampoco para hacer
aquello que es Su voluntad con
Su creación. Aquellas que
aparecen a nosotros como causas
materiales y espirituales
son incapaces de causar nada por
sí mismas.
El es Uno en Sus órdenes
y en Su justicia. El es la
única fuente de recompensa,
castigo, buenas acciones o
pecados. Nadie sino El posee el
derecho de afirmar "Esto está
bien, esto está mal, esto es
legítimo, esto es ilícito."
El es Uno en Sus
bellos nombres, ninguno de los
cuales puede ser atribuído a
otro que no sea El. Cualquiera
que en alguna manera busca la
semejanza de algo con El, es
culpable del solo pecado
imperdonable - el de atribuír
iguales a El. El es el
único merecedor de adoración. Su
unicidad es indivisible. El es
una totalidad carente de partes.
En el hombre, el
signo de la Unicidad se
manifiesta en aquél que ha
alcanzado tal altura en bondad,
moral, carácter y conducta que
no hay otro de tanta
excelencia como él.
Sin embargo la unicidad de
este hombre se encuentra
limitada por la duración de su
tiempo de vida. Otros como él,
pudieron haber existido antes, o
vivirán después que él. Su
unicidad estriba en
relación a su carácter
solamente, y no incluye toda
otra posible consideración.
" 'Abd al-Wahid " es el que ha
penetrado dentro de la
unicidad de su Señor y ha
llegado a conocer el misterio de
este atributo, el que se
convierte en la
clave para la comprensión de
todos las cualidades de Allah,
de modo tal que puede verlo todo
dentro de los bellos nombres.
El comprende todo a través
de los atributos de Allah y hace
todas sus acciones de acuerdo
con ellos. El es el
maestro de la edad. El es
el primero de su tiempo después
de Allah. El es el `qutb'.
El es la unidad en la cual
todos los nombres, atributos, y
sus relaciones con alguno y con
todo, están unidos.
Por sí mismos, ellos han
desaparecido y se han hecho
inexistentes. La Unidad
está despojada de haber
sido creada, de la existencia o
no-existencia, de ser o de
no ser. Es la
manifestación de la esencia de
Allah. Esa Unidad es la más
elevada forma de expresión
de la esencia de Allah,
cuando El descendió como el
todo-impregnante primer chispazo
de luz desde el obscuro vacío en
el cual Allah se encontró a Si
Mismo antes de la creación.
Dentro de esa Unidad, la
esencia se halla libre de todos
los atributos, nombres, signos y
relatividad, y no obstante,
todo está oculto en ella.
Es como una pared,
hecha de piedra,
ladrillo, guijarros,
arena, mortero, y cubierta con
yeso. Usted ve el total, no los
materiales uno por uno. El
muro es la suma total de eso con
lo cual está hecho; pero la
pared no es el pedregullo, el
ladrillo, el mortero, etc. En el
concepto de `pared', todos los
materiales han perdido su
identidad.
Usted es así, en cierto
modo. Se identifica a sí mismo
como "Yo", sin embargo dentro de
ese "Yo" hay varios "yoes".
Usted cuenta muchos valores,
cualidades, atributos,
pensamientos, juicios, algunos
verdaderos, otros imaginarios, y
se relaciona con otras personas
en algún momento con este "Yo" ,
y al siguiente con otro "Yo".
Esto es aplicable a la identidad
de todo en la creación.
Esta aparentemente
infinita multiplicidad se
encuentra dentro de una Unidad,
no-existente en ella, como las
imágenes de un gran espejo. Las
imágenes se desplazan y cambian
y desaparecen; el espejo de la
Unidad subsiste.
En el hombre creado es
imposible la manifestación de la
Unidad, la expresión de la
esencia de Allah.
Pero, si usted es capaz de
sumergirse en ese único "Yo"
que es su
esencia, olvidando
las cualidades que se atribuye o
que le son atribu¡das por otros,
así como sus consideraciones y
sus pensamientos, y se contempla
a sí mismo dentro de esa
sola identidad, siendo el
individuo dentro suyo,
incomparable, no relacionado con
nada más dentro y fuera,
entonces será aquél donde la
unidad se manifiesta hasta
la extensión que ello es posible
dentro de un ser creado.
Allah es el saciador
de todas las
necesidades, y todo
está en necesidad de
El.
El es el solo recurso, el único
lugar de apoyo donde uno puede
acudir para desembarazarse de
toda dificultad y dolor y
para recibir todo cuanto uno
precisa a través de las
bendiciones de este nombre.
Tesoros inextinguibles se
abren y son distribuídos a todas
las criaturas en acuerdo con sus
respectivas necesidades.
Existen hombres y otras
criaturas de Allah que sirven
como fuentes donde uno puede
buscar cura para sus problemas y
satisfacción de lo que nos
falta. No obstante, como
las necesidades varían, las
fuentes correspondientes a ellas
difieren. Si uno precisa
sabiduría, buscará un hombre de
conocimiento. Si uno necesita
dinero, acudirá a alguien rico.
Si uno se encuentra enfermo,
buscará un médico. No
siempre es seguro que el sabio
conteste sus preguntas, ni que
el rico le entregue el dinero
que precisa, ni que el médico
sea capaz de curarle; y además
no están disponibles tan
prestamente. Se ha de ir a
ellos y esperar que dispongan
del tiempo para usted. Estas
fuentes son los signos, las
reflexiones del atributo de `as-Samad',
y son sin duda un gran don de
Allah.
El Saciador de todas las
necesidades
está siempre-presente,
conociéndolas antes de que usted
lo haga, satisfaciéndolas de la
manera en que ellas deben de ser
saciadas, no de la forma que
usted piensa que debieran
serlo. Es bueno que usted
se dé cuenta que necesita, que
pida por su satisfacción y que
acepte y esté agradecido por
cualquiera que sea la manera en
la cual El ve apropiado
atenderle. Esto es beneficioso
solamente para hacerle
consciente de su Creador y para
que sea consciente de usted
mismo. De otra forma, como Allah
es el Todo-Sapiente,
Todo-Poderoso, Generoso,
Compasivo Saciador de todas las
necesidades, estrictamente para
la satisfacción de su
indigencia, no hacen
falta, ni el hecho
de que la perciba
ni el pedir su
satisfacción, ni el
haber usted tomado
conocimiento de que
fué atendida.
Empero, El ama aquellos de Sus
servidores que son atentos
más que los que son negligentes.
El ama a Sus servidores que son
agradecidos más que aquellos que
son desagradecidos.
" 'Abd as-Samad " ha recibido de
Allah el deber del mantenimiento
y la educación de Su
creación. Sus manos, su lengua,
su ser entero son medios a
través de los cuales Allah
satisface las necesidades de la
creación. Ese es el motivo
por el cual todos le buscan para
la solución de sus problemas,
para recibir el bien, para la
aceptación de sus
arrepentimientos, para escapar a
la ira de Dios. El es el
intercesor.
Allah es el Todo-Poderoso que
hace aquello que El dispone, de
la manera en que El decreta.
Allah ha creado el
universo como un espejo para
reflejar Su poder. El creó el
universo por El Mismo, sin
necesitar de la ayuda de nadie,
a partir de la nada, y sin
ningún material ni modelo. El
dijo "Se!" y el universo ingresó
a la existencia. Si El lo desea,
El puede destruírlo todo y
enviarlo de regreso a la nada.
Si una cosa no se ha producido,
no es porque El no posea el
poder para hacerla ocurrir, sino
porque El no la ha deseado.
`Al-Qadir' posee infinita
habilidad. Su posibilidad de
causar que los acontecimientos
se produzcan, Su poder de
invención y de creación se
hallan condicionados por una
sola cosa: Su voluntad.
Resulta apropiado al buen
servidor de Allah que él mire el
espejo que El ha creado con el
fin de reflejar Su poder y ver
los billones de soles y galaxias
dentro de las profundidades
incomensurables arriba en los
cielos, desafiando mente e
imaginación. Asimismo debería él
observar cómo, de la misma
manera en que esas galaxias
surcan los andariveles que les
han sido trazados,
innumerables criaturas
nadan dentro de una
gota de agua debajo de un
microscopio; cómo desde dos
células El crea un ser
humano que se convierte en un
microsomos conteniendo todo
cuanto existe en el
universo; cómo El dá a un
pequeñísimo trozo de hueso en el
oído la habilidad de escuchar y
a un pedazo de carne en la boca
la habilidad de hablar. ¨Acaso
el creyento no se prosternará en
reverente temor y respeto?
Este es su honor más grande.
" 'Abd al-Qadir" es el que es un
testigo a todas las cosas hechas
por la Mano del Poder de Allah.
La manifestación del poder de
Allah es llamada "La Mano
de Allah." Nada puede detener
aquello que hace la mano de
Allah.
Allah es el que crea todo poder
y posee control total
sobre todos los poderes.
Debido a que El posee el
poder total, El es capaz de
crear lo que El dispone y poner
dentro de Su creación cualquier
poder que El disponga. Sin esta
energía que proviene de su
Creador, todas las cosas en sí
mismas son insuficientes,
incapaces, necesitadas; pero si
Allah le otorga el poder y la
capacita, una hormiga puede
mover una montaña. Allah
confiere poder sobre las cosas
sobre la tierra y en el cielo, y
las utiliza de acuerdo con Sus
todo-penetrantes sabiduría y
voluntad. Si El lo dispone, El
vigoriza al débil y debilita al
fuerte, hace la paz entre ambos,
les hace amarse el uno al otro;
o si El lo dispone, El les hace
combatirse el uno al otro.
Allah es el colaborador
del bien intencionado que sirve
por Su amor; Allah es el enemigo
de los tiranos. El da
comodidades, sabiduría,
paciencia, perseverancia y
fuerzas a Sus buenos
servidores. El incrementa la
negligencia, ambiciones,
placeres y confianza en sí
mismos que exhiben
los tiranos. Allah
manifiesta Su nombre
de `al-Muqtadir' simult neamente
con el de `al-Qahhar' el
que es supremo por encima de
todas las fuerzas, y con `al-Shadid'
el que es severo en el castigo,
y quien destruye Sus enemigos,
en defensa de los justos. A toda
la creación le es asignado un
determinado poder por `al-Muqtadir'.
Estos poderes son limitados y
controlados por el Dador del
poder. A nosotros nos parece que
los poderes del hombre son
grandes, permitiéndole ejecutar
hechos imporantes. Más aún,
decimos que él puede inventar,
que puede crear. El hombre no
puede hacer esto. Allah causa
que una cosa ocurra y
conduce al hombre a descubrir
algo que ya ha sido
creado. Es siempre Allah
quien crea, aún si algunas veces
aparece produciéndose a través
de Sus criaturas.
El creyente debiera saber
que todo poder proviene de “al-Muqtadir',
y mediante la sumisión a Su
voluntad, mediante la
obediencia a El, mediante el
amor y el temor a El, uno
debiera intentar obtener
ese poder. Ninguna fuerza puede
superar esa potencia.
Todos aman al que ama a Allah;
todos temen al que teme a Allah.
Cuando se recibe la ayuda
de Allah y se logra la
victoria por medio de
ella, uno no debiera
corromperse y hacerse
presuntuoso. Por el
contrario, debiera mostrar su
agradecimiento activamente a
través del arrepentimiento
de los propios
errores, mediante el
ser justo, clemente, generoso y
compasivo, aún con los propios
enemigos.
" 'Abd al-Muqtadir " es
aquél sobre el cual Allah
ha conferido el
conocimiento del
secreto de Su
primer acto de creación, de
la inteligencia causal primaria,
`an-núr al-Muhammadi' , a
partir de la cual fueron
generadas todas las otras
existencias creadas.