Muhammad Profeta de Dios
Muhammad Profeta de Dios
El Profeta del Islam. ¿Por qué
estudiar su vida?
Descripción del Profeta Muhammad
(SAS)
Muhammad. El último mensajero
Muhammad y su auténtica Profecía
Muhammad Profeta de Dios
Entre los
profetas que Dios ha enviado a
la humanidad, el único que tiene
una biografía que ha sido
conservada es el profeta
Muhammad, la suya es un relato
completo de su vida, de sus
palabras y sus instrucciones.
El profeta Muhammad nació en la
Meca en el año 570 de la era cristiana, a las 9 AM. un lunes 12 de Rabi I, 29 de
abril. Su padre, Abdulah, murió poco antes de su nacimiento; su madre, Amina,
por ser muy pobre, buscó ayuda y refugio con AbdulMuttalib, abuelo de Muhammad,
quien era muy generoso , pero estaba arruinado. La situación era muy difícil
para la madre y su hijo .
Amina no pudo alimentar a su
hijo más que unas pocas semanas, pues su pecho se secó y tuvo que buscar una
nodriza beduina de nombre Halima bint Zu´aib, quien era muy pobre y vivía en un
valle del desierto; pero desde el momento en que tomó al niño, les llegó la
lluvia y crecieron los pastos trayéndoles bienestar. Los beduinos decían que
Muhammad tenía Baraka, bendición.
Al cumplir los cinco años de
edad, Amina, la madre de Muhammad lo reclama, añorando a su hijo; y Halima,
aunque triste, comprende y lo entrega a su madre. Al poco tiempo su madre Amina
cae enferma y muere, quedando Muhammad huérfano de padre y madre a los seis
años. Su abuelo, Abdulmutta-lib, se queda con el niño, pero al cumplir Muhammad
los ocho años, su abuelo y primer tutor también fallece, quedando el niño
nuevamente solo.
Su tío, Abu Tálib, le recibió
en su casa, pero también era muy pobre y tenia una familia muy numerosa.
Muhammad tuvo que trabajar para ayudar al mantenimiento de la familia, como
pastor, dependiente de comercio, aguador, recadero y ayudante en las caravanas.
Muhammad no mintió nunca. Su
gente era testigo de su lealtad; incluso sus peores enemigos no le acusan de
haber proferido una mentira en toda su vida. Habló cortésmente, nunca empleo un
lenguaje obsceno. Su personalidad y modales eran encantadores; en sus relaciones
con sus semejantes siempre siguió los preceptos de justicia. Nunca engañó a
nadie en el comercio; la comunidad entera le llamaban Amín (el sincero y digno
de confianza); incluso sus enemigos le depositaban sus bienes para tenerlos en
seguridad.
El pueblo donde vivía
consideraba la embriaguez y el juego como virtudes, pero Muhammad no bebió
jamás, ni jugó juegos de azar. Aunque su pueblo era idólatra, Muhammad siempre
tuvo un alma pura sabiendo que nada en los cielos y la tierra es digno de
adoración salvo el único y verdadero Dios, y que ninguna imagen puede ser el
Dios Omnisapiente y Omnipotente. Así pues, Muhammad no se inclinaba ante ninguna
criatura y no participaba de las ofrendas hechas a los ídolos.
En el año 595, era cristiana,
Muhammad , de 25 años de edad, se casa con Jadiya, quien tenía 40 años y le dió
seis hijos.
LA KAABA
En la Meca se encuentra la
Kaaba, el altar que el profeta Abraham (PBSE) y su hijo Ismael (PBSE) levantaron
para adorar a Dios. En la época del profeta Muhammad llegaban a la Kaaba muchas
tribus y cada una traía un dios diferente, un ídolo diferente, que era colocado
en la Kaaba para ser adorado, llegando a más de 360 dioses e imágenes. Esto
hacía de la Meca una ciudad con mucho peregrinaje y comercio, que eran
explotados por los gobernantes de la ciudad.
LA PRIMERA
REVELACIÓN
La revelación de Dios llegó a
Muhammad cuando éste tenía 40 años de edad. Estando en uno de sus frecuentes
retiros y me-ditaciones en la cueva de Hirá, le sucedió algo que cambiaría la
historia de la humanidad.
Una de las últimas noches del
mes de Ramadán, Muhammad ve como una luz intensa penetra la cueva y escucha una
voz que le dice: "Lee", Muhammad responde: "No se leer". La aparición le ordena:
"Lee", Muhammad responde nuevamente: "No se leer", y la luz le dice: "Lee en el
nombre de tu Señor, el que creó; creó al hombre de un espermatozoide. ¡Lee! tu
Señor es el más Generoso, que ha enseñado al hombre lo que no sabía." (Corán
96:1-5) Después de esto, Muhammad siente que el mensaje le queda grabado en el
corazón y la memoria.
Cuando salía de la cueva oyó
una voz procedente del cielo que le dijo: "Oh Muhammad, tu eres el profeta de
Dios, yo soy el ángel Gabriel." Muhammad levantó los ojos y vio la figura del
ángel, que ,radiante, le seguía donde quiera que fijaba la vista.
Las revelaciones llegan al
profeta a través del Arcángel Gabriel y descienden en los momentos más
inesperados: cuando Dios lo dispone. Durante los siguientes 23 años, Dios revela
a Muhammad los mensajes que contienen las enseñanzas del Islam y se encuentran
en el Sagrado Corán.
La característica principal del
Islam es que no admite separación alguna entre los asuntos de la vida terrena y
los asuntos de la vida espiritual. No se limita sólo a purificar la parte
espiritual del hombre sino que su dominio se extiende al orden social, político,
moral, económico, etc. Sin que nada se escape al veredicto de Dios en la forma
de vida islámica.
LA PRÉDICA
DEL ISLAM EN LA MECA
Cuando Dios el Todopoderoso
ordena a Muhammad que divulgue el Islam, éste congrega a su gente en la colina
de Safa y les dice: "¿Os gustaría vencer a vuestro mayor enemigo?" La multitud
preguntó: "¿Quién es y donde está ese enemigo?". Muhammad contestó: "El enemigo
sois vosotros mismos y se esconde en vuestro corazón, boca y mente...está en
vuestro corazón, pues adoráis a falsos dioses; y en vuestras mentes, pues sois
idólatras, y en vuestras palabras, porque alabáis a fetiches, imágenes y objetos
inanimados. Dios es único y no tiene intermediarios, mediadores ni copartícipes.
Si Les adoráis y cumplís con Sus ritos y creencias, yo os ofrezco en Su nombre
las bendiciones de este mundo y las delicias del paraíso. Volved al camino
recto. Glorificad a Dios, Creador de los Mundos, Señor del Día del Juicio
Final".
La gente se sorprendió mucho al
oír estas palabras, pues creían en muchos dioses y adoraban a los más de 360
dioses e imágenes en la Kaaba. Adorar a un solo Dios Omnipotente y Omnipresente
significaba acabar con sus dioses y cambiar su forma de vida. Si se sometían a
Dios tenían que dejar sus pasiones, vicios y corrupción, que los gobernantes de
La Meca explotaban. Abu Sufián lidera la oposición al profeta y llama a Abu
Tálib para que acalle a su sobrino, porque pretendió "prohibir el culto de los
dioses que nuestros padres adoraban" y añade: "Le declararemos la guerra si no
le haces callar. Dile que le daremos riqueza, poder y oro; lo que pida." Abu
Tálib cuenta esto a su sobrino Muhammad y este responde: "¡Oh tío mío! ¡Cuán
grato sería complacerte! Pero, por Dios, aunque me pongan el sol en mi derecha y
la luna en mi izquierda para que deje el mensaje de Dios no lo dejaré, aunque me
cueste la vida".
Ante la negativa del profeta,
se inició una fiera persecución en contra de los musulmanes; fueron torturados,
asesinados y desterrados; se emplearon los medios más radicales y más violentos.
Abu Sufián afirmaba: "Cualquier medio es lícito, ante la imperiosa necesidad de
acallar a quien habla mal de los dioses de nuestros antepasados..."
Los habitantes de la Meca,
idólatras y materialistas, no podían admitir las prédicas del profeta, que
cambiarían un sistema de vida al cual no quieren renunciar. Las ideas de
Muhammad les eran inadmisibles por dos razones. Una moral: aceptar que sus
padres y antepasados adoraban a dioses falsos, ídolos e imágenes; esto implicaba
una censura y un castigo eterno, lo que destruiría la gloriosa imagen de sus
antepasados. Otra de tipo económico: La Meca no tiene industrias ni zonas
agrícolas, ni minerales ni artesanías; toda la economía se basa en los
peregrinos y las caravanas, trayendo los vicios, la bebida alcohólica, la
prostitución y la usura, que eran bien explotados y beneficiaban a los
gobernantes de la Meca.
Cuando Muhammad intentaba
predicar, una turba de asalariados de Abu Sufián cubría su voz con gritos y
cantos obscenos; por las noches dejaban basura y restos de carroña en su puerta.
No le podían matar por temor a la venganza de su tribu, que era muy influyente.
Una tarde, cuando el profeta
rezaba, Abu Yahl, cubre su cabeza con el estómago de un camello, lleno de sangre
y excrementos; Ruqaiya, la hija de Muhammad, corta las ataduras salva a su padre
de la asfixia. Lleno de sangre e inmundicias, el profeta dijo: "Vamos a casa,
debo cumplir con la oración, el más sagrado y reconfortante de los deberes."
Muhammad envía un grupo de
musulmanes a refugiarse en Abisinia, gobernada por el Negus, un rey cristiano.
Este los recibe fraternalmente, porque los fundamentos de la religión islámica
no varían mucho de la religión cristiana monoteísta. Los enemigos del profeta en
la Meca enviaron emisarios y presentes valiosos para que se les entregue los
"rebeldes fugitivos", pero el rey, conocedor de la religión islámica, que tanto
respeto muestra por Jesús y María, les dijo después de trazar una línea en el
suelo: "La diferencia entre su religión y la nuestra es menor que esta línea,
recoged vuestros presentes, los musulmanes son mis huéspedes y se pueden quedar
el tiempo que quieran".
Los musulmanes que quedaron en
la Meca, fueron torturados o muertos, casi todos perdieron sus bienes, como
Suhaib Arrumi. Los camellos de sus caravanas se contaban en centenares y poseía
una de las villas más suntuosas en Taif, aún así prefirió renunciar a sus bienes
antes que abandonar la fe islámica.
PRIMERA
MEZQUITA DEL ISLAM
Los musulmanes emigraron
finalmente a Medina, donde fueron acogidos por sus nuevos hermanos de fe; el
profeta fue el último en dejar la Meca, a pesar del gran riesgo que le
significaba. Una vez llegado a Medina empezó la construcción de la primera
mezquita del Islam. El profeta trabaja como albañil durante varias horas al día,
y ya no es joven, pues ya pasó de los cincuenta años. Piensa que cualquier
trabajo es digno, pero la construcción de una casa para adorar a Dios es algo
realmente meritorio y se siente muy feliz de hacerlo. Para llamar a la oración
se elige la voz humana; el muecín llama a los creyentes a la oración, a la
felicidad , la recompensa y el éxito en ésta vida y en la otra por venir.
En Medina se forma el primer
Estado Islámico, y Muhammad hace las veces de gobernante y juez, además de Jefe
militar en las campañas, la situación fue bastante difícil al principio, pero
,con mucha paciencia y devoción , los musulmanes soportan los ataques de los
idólatras de la Meca y las intrigas de los hipócritas y judíos de Medina.
El profeta se dirigía a los
musulmanes de pie, recitándoles las suras del Corán, que hablan de la unicidad
de Dios, de Su magnificencia, Su justicia y misericordia. El profeta ordena a
los musulmanes practicar la caridad , la cual tiene matices muy variados - La
sonrisa frente a un hermano desconsolado es caridad - Dar agua al sediento es
caridad - Orientar al que anda perdido es caridad - guiar a un ciego es caridad
- Hacer compañía al solitario es caridad - Hospedar al viajero es caridad.
También enseña que no es un creyente quien se acuesta con el estómago lleno
mientras sus vecinos pasan hambre.
EL ÚLTIMO
MENSAJE
Después de varias batallas y la
entrada de multitud de pueblos en el Islam, los musulmanes lograron entrar en la
Meca victoriosos, y sin derramar sangre. Limpiaron la Kaaba de todos los ídolos
a los que se rendía culto y entonces rezaron al Dios Único, el Clemente, el
Misericordioso, Dueño y Creador de los mundos.
El profeta se siente muy feliz
de volver a su ciudad natal, pero su lugar está ahora junto a los musulmanes en
Medina, la capital del primer Estado Islámico, fundado con la premisa de
practicar el bien y prohibir el mal, adorar solo a Dios, el Único.
El profeta volvería a la Meca
un poco antes de morir, en la llamada "Peregrinación de la Despedida". Allí,
ante alrededor de cien mil personas, recuerda a los fieles el cumplimiento de
los preceptos islámicos: Queda prohibido el adulterio, la prostitución y las
obscenidades - Queda prohibido el asesinato, el falso testimonio, el robo, la
usurpación, el pillaje - Queda prohibida la usura y la calumnia. todos los
asuntos de la nueva nación quedan reglamentados: La tenencia de tierra, el uso
del agua, la propiedad privada, el tráfico comercial, los tributos legales y las
relaciones internacionales. El profeta les dice: "Sed testigos que cumplí con la
misión y os hice llegar el mensaje, sed testigos." les recomienda: Cuidar de los
bienes de los huérfanos, ser considerados con las viudas y los ancianos,
generosos con los necesitados, respetuosos con las mujeres; ser recatados en el
lenguaje y la forma de vestir, ser justos ante todo y no olvidar que los
creyentes son hermanos. Todos los hombres son iguales, excepto en el temor y la
adoración de Dios. Todos los musulmanes integran, en igualdad de derechos, la
Umma (Comunidad Islámica) .
Después de esto retorna a
Medina y empieza a debilitarse. Ya se había completado la revelación divina y él
cumplió con la divulgación de su mensaje, la historia no sería igual después de
él, el Sello que cerró la larga lista de profetas de Dios. Se iba dejando una
generación de creyentes que llevarían el mensaje de la adoración de Dios, el
Único,(el Monoteísmo) por todo el mundo, trayendo luz y salvación para la
humanidad. "Procurad la ciencia, aunque sea en la China" les dijo. Había nacido
la civilización islámica.
A los 63 años de edad, el 12 de
Rabi I del año 11 de la Hégira (632 EC), murió el Profeta - La Paz y Bendiciones
de Dios sean con él - Mientras le sobrevenía la muerte no dejaba de aconsejar a
su gente: "No hagáis de mi tumba objeto de adoración, como lo hicieron las
gentes anteriores con sus profetas... Sed asiduos a la oración." Desde ese día,
este hombre extraordinario que, como mínimo, estuvo a la altura de los más
grandes profetas, estadistas, guerreros, teólogos, legisladores, oradores y
filósofos, reposa en Medina, en el lugar donde le sobrevino la muerte. Solo cien
años después de su deceso, el mensaje del Islam llegaba a Francia y España en
Occidente y a China en el Oriente. (Hoy, sus seguidores suman más de mil
cuatrocientos millones de personas en todos los países del mundo y el Islam es
la religión de más crecimiento en la tierra.)
Los musulmanes no adoran a
ningún profeta, sino que siguen a todos los mensajeros y profetas en la
adoración exclusiva de Dios, el Único, el Todopoderoso.
Musulmán: Es quien se somete a
Dios y cumple con Sus leyes, puede ser de cualquier nacionalidad.
Árabe: No es igual que
Musulmán, el árabe se refiere a un idioma y una raza, la raza árabe profesa
diferentes religiónes, aunque en su mayoría son musulmanes.
El Profeta del Islam. ¿Por qué
estudiar su vida?
1.
Loado sea Dios, Señor de los mundos; a Ti únicamente adoramos, y a Ti imploramos
ayuda.
En cuanto a Muhammad, que Dios
se incline sobre él y lo acoja en su seno, le testimoniamos nuestra gratitud y
nuestro respeto por todo lo que ha hecho por el bien de la humanidad.
2.
El concepto de mensajero de Dios puede variar según los países, el medio y las
épocas.
Para los musulmanes, si el
hombre es la más digna de todas las criaturas, el mensajero de Dios es el más
perfecto de todos los hombres. Evidentemente, esto no se concibe más que bajo
los mejores aspectos de la humanidad.
3.
La vida humana tiene dos grandes aspectos: material y espiritual. El guía ideal
para los hombres sería aquel que lograra crear un equilibrio armónico entre
ambas facetas y dar un ejemplo práctico de vida al resto de los hombres.
4.
La historia ha conocido innumerables casos de reyes, sabios, santos y otros
destacados personajes, cuya vida aporta los mejores ejemplos a imitar. ¿Por qué
estudiar la vida de Muhammad, un hombre como los demás, trece siglos después de
su muerte, y cuando la ciencia ha logrado un desarrollo increíble y las
circunstancias e incluso las concepciones de nuestra vida se han transforma do
profundamente?.
5.
Para un musulmán, la respuesta es sencilla: no se puede ser musulmán sin seguir
la conducta del guía. Pero para quién todavía no conozca los detalles de la
Sîrah (biografía de Muhammad) es importante recordar ciertos hechos:
a)
Su enseñanza fue redactada bajo su dirección y conservada para la
posteridad de manera fidedigna. De entre los funda dores de las distintas
religiones, Muhammad tuvo la feliz idea de no sólo comunicar a su pueblo las
revelaciones y mandamientos divinos que recibía de vez en cuando, sino también
de dictarlos a sus escribas y de asegurar la difusión de sus copias entre sus
discípulos. Por lo que se refiere a la conservación de sus enseñanzas, fue para
los musulmanes un deber religioso recitar en sus oficios los pasajes de la
revelación. Se debía aprender de memoria copias escritas de la revelación, EL
Corán, así como aprenderlo íntegramente de memoria. Ambos procedimientos son
legítimos para la correcta transmisión del mensaje divino en la lengua original.
El texto coránico es más voluminoso que el Pentateuco y los cuatro evangelios
juntos. No nos extrañemos pues, de que rija todos los aspectos de la vida
humana.
b)
Muhammad, no se proclama el único mensajero de Dios; al contrario, afirma que
Dios ha enviado antes que a él, a otros mensajeros para todos los pueblos del
mundo. De entre estos, nombra algunos como, Adán, Noé, Abraham, Moisés, David,
Jesús, añadiendo además que hubo otros a los que no cita. No reclama para sí,
más que la función de restaurar la verdad eterna, revivificar lo que los
antiguos profetas habían enseñado y que se había degradado por las guerras y
revoluciones acaecidas en la triste historia de los descendientes de Adán y Eva.
Muhammad, no se vio defraudado en la convicción de que su enseñanza del mensaje
divino, se mantuviera intacta tras él, sin que Dios tuviera que mandar un nuevo
mensajero. Efectivamente, poseemos el Qur’ân y el Hadîth en su lengua original.
c)
Desde el principio de su misión, Muhammad se dirige al mundo entero, sin
limitarse a un pueblo, ni a una época cualquiera. No reconoce desigualdades de
raza o clase: para el Islam, la igualdad absoluta entre los hombres y la
superioridad individual por las buenas obras, es la norma.
d)
En la sociedad humana, el bien y el mal absoluto, constituyen raras excepciones
y la mayoría se agrupa en una categoría intermedia. Muhammad no limitó su
mensaje a una "élite" del género humano, sino que lo destinó fundamentalmente a
la gente corriente, es decir, a la inmensa mayoría de los mortales. Según las
palabras del Qur’ân, lo que el hombre debe de buscar es "El bien en esta vida y
el bien en la última".
e)
En la historia humana, no faltan grandes reyes, conquistadores, reformadores,
ascetas, etc. Pero la mayoría de ellos sólo tienen un valor limitado a su propio
entorno. La unión de todos estos aspectos en un único hombre, como ocurre con
Muhammad, es no sólo muy raro, sino que además, en su caso, la doctrina tiene el
privilegio de ser puesta en práctica por el mismo que la enseña: la dirección
está equilibrada por la experiencia.
f)
Como reformador, basta decir que Muhammad es el fundador de una de las más
grandes religiones del mundo actual, que se mantiene activamente y cuyas
pérdidas comparadas con las ganancias diarias, son casi inapreciables. Como
asceta y practicante de sus propias doctrinas, vemos que la vida de Muhammad fue
irreprochable. Como organizador social sabemos que partiendo de la nada, en un
país de bellum omnium contra omnes, terminó al cabo de diez años constituyendo
un Estado de más de tres millones de kilómetros cuadrados, en los que se
incluían la totalidad de la península arábiga y las regiones meridionales de
Irak y Palestina. Este territorio lo transmitió a sus sucesores que lo ampliaron
por Europa, Asia y África, en sólo quince años después de su muerte. Como
conquistador, las pérdidas de ambos lados en sus guerras, no sobrepasaron más
que algunos centena res de hombres y sin embargo en todos sus territorios la
obediencia era perfecta. En efecto, reinó más sobre los corazones que sobre los
cuerpos. En cuanto al triunfo de su misión, durante su vida, coincidiendo con la
última peregrinación a la Meca, pudo dirigirse en ‘Arafat, a un grupo de
aproxima demente unos 150.000 fieles, mientras que un número todavía mayor de
musulmanes se había quedado en este momento, en sus casas.
g)
Muhammad no se consideró nunca por encima de las leyes que imponía a sus fieles,
más bien al contrario, rezaba, ayunaba y daba limosna mucho más de lo que exigía
a sus discípulos. Como veremos, era justo y compasivo incluso con sus enemigos,
tanto en época de paz como de guerra.
h)
En cuanto a sus enseñanzas, le interesan todos los aspectos de la vida humana:
las creencias, prácticas espirituales, moral, economía, política, en resumen
todo lo que concierne a la vida individual y colectiva, espiritual o temporal.
Por lo demás, ha dejado su propio ejemplo de cada uno de estos puntos
6.
Es obligado estudiarlo antes de juzgarlo.
Descripción del Profeta Muhammad
(SAS)
Dios, Todopoderoso y Exaltado,
adorno al Profeta Muhammad (SAS) con Sus Luces Divinas y Sus Modales . Luego
agrego más diciéndole, " Ciertamente eres de una naturaleza sublime" (Corán
68:4).
El Profeta Muhammad (SAS) no
era ni alto ni bajo sino de una estatura media. Sus hombros eran fornidos. Su
color era claro, ni oscuro ni blanco. Tenia una frente amplia con tupidas cejas,
no conectadas, pero con una llama plateada que brillaba en el medio de ellas.
Sus ojos eran grandes. Sus dientes eran muy blancos como las perlas. Su pelo no
era ni enrulado ni lacio, sino que estaba en el medio.Su cuello era largo. Su
pecho amplio, sin mucha carne. El color de su pecho era claro, y entre su pecho
y su ombligo había una línea de pelo. No tenia otro pelo sobre su pecho que no
fuese esa línea. Sus hombros eran anchos y tenían pelo. Sobre los hombros había
dos sellos de profecía. Todos sus compañeros solían mirarlos. El hombro derecho
tenia un lunar negro y alrededor de el habia algunos pelos gruesos como los
pelos de un caballo. Sus antebrazos eran grandes, sus muñecas largas. Su palma
era mas suave que la seda. Cuando el ponia su mano sobre la cabeza de un niño o
de un hombre, un hermoso aroma a almizcle venia de el. Cuando el se movia una
nube se movía con el la cual lo protegia del calor del sol. Su sudor era como
perlas blancas y su aroma como almizcle y ámbar. Los Compañeros dijeron que
nunca habían visto algo parecido.
El Profeta Muhammad (SAS) solía
bajar la cabeza en lugar de levantarla.Quien lo veía de lejos se asombraba ante
el. Quien lo conoció en la intimidad lo amo. Era el mas bello, tanto en su
aspecto exterior como en su aspecto interior.
Amar ibn al-As dijo," Ninguno
era más querido para mi que el Profeta Muhammad (SAS) , ni en mis ojos había
otro más glorioso que él. Tan brillante era su gloria que nunca pude mirarle el
rostro por demasiado tiempo. Es asi, que si alguien me pidiera que lo
describiera, no podría hacerlo, ya que nunca pude fijar la vista en el por
demasiado tiempo".
El Profeta Muhammad (SAS) era
el de más coraje entre la gente, el más justo y el más generoso. Solía caminar
entre sus enemigos, solo y sin custodia. No temió a nada en este mundo. Era el
más modesto entre los hombres, el más sincero y el más piadoso. Nunca hablaba
solo para pasar el rato, prefirio el silencio a la palabra. Nunca mostró
orgullo, aunque era el más elocuente disertante.
Dios dio al Profeta Muhammad
(SAS) maestria en politica y maestria en conducta privada. Aunque no leía ni
escribía, Dios lo elevó de la tierra de la ignorancia, y le ensenó los mejores
de los modales y lo mejor de la ética.
El era el más gentil de los
hombre, el más tolerante, y el más misericordioso, como Dios mismo lo llamo, "
El más amable y el misericordioso" (Coran 9:128). Sonreía a todos y a todos
hacía bromas de manera decente. Solo lloraba y a Dios pedía perdon por su
Comunidad. Estaba continuamente en un estado de contemplación y meditación. A
menudo solía sentarse y recordar a Dios recitando dhikr. Solía caminar con la
viuda y el huerfano. Se mostraba humilde ante los incredulos, deseando que se
convirtieran en creyentes. Una vez alguien le pidió que rezara a Dios para que
maldiga a los incredulos. El respondió, " No fui enviado como maldición sino
como misericordia. Rezaré para que sean guiados porque ellos no saben".
Convoco a todos hacia Dios.
Nunca humillo al pobre. Nunca temio a rey alguno. Siempre eligio el camino menos
complicado segun la voluntad de Dios (Coran2:185,20:2). Se reía sin hacer
sonido,nunca lo hacía en voz alta. Siempre decia, " Sirve a tu gente". Solía
ordenar sus cabras, servir a su familia, emparchar su ropa. Caminaba descalzo
para visitar a los pobres, aunque estos fuesen incrédulos o hipocritas. Visitaba
las tumbas de los creyentes y los saludaba. Se entreno con la espada, el arco y
la flecha, andaba a caballo, en camello y burro. Comía con los pobres. Siempre
aceptaba los regalos agradecido, aunque fuese una cucharada de yogurt y premiaba
por ello. Nunca se alimento de la caridad, sino que inmediatamente la pasaba a
los pobres. Nunca se guardo un dinar o un dirham en su casa, si no fuese para
darselo a los pobres. Nunca volvia a su casa hasta haber gastado en caridad todo
lo que Dios le habia dado.
Era muy bueno con su familia y
sus amigos. Alentaba a sus amigos para que caminaran frente a él y caminando él
detrás. Decía, " Que a mis espaldas caminen los ángeles". Su companerismo era el
companerismo de la paciencia y la modestia. El que discutía con él veía
paciencia en él. No respondía a aquellos que lo insultaban. Nunca se volvió
contra alguien con ira y jamás usó mal lenguaje. Nunca se enojó por si mismo,
sino solo se enojaba por su Señor. Solía comer con sus sirvientes. Nunca golpió
a nadie con su mano. Nunca castigó por un error, siempre perdonó. Su siervo Anas
dijo, " En toda mi vida, jamás el me questionó,' por que hiciste esto, o por que
no hiciste aquello'".
LA VESTIMENTA
DEL SANTO PROFETA
Utilizaba lo que encontraba,
sea de algodón o de lana, pero en general usaba prendas de algodón. Le gustaba
la ropa verde. Abu Hurayra dice, " Lucia camisas holgadas, capas, turbante y
manto. Usaba el turbante con un velo para el rostro y con la punta suelta. Faja
en la cintura, y túnica ". Jabir ibn Samurah dice " Vi al Profera en una noche
de luna llena. Tenía una capa roja sobre su cuerpo. Miré atentamente hacia él y
luego hacia la luna. Seguramente, era más hermoso que la luna misma. Solía usar
un turbante blanco, uno negro y a veces uno rojo. Solía dejar una tira en la
parte trasera de su turbante. Imam Tabari dijo, " Tenía un turbante de siete
brazos de largo". Tenía un turbante llamado ' las nubes' que le regalo Alí .
Usaba un anillo de plata en la mano derecha grabado con las palabras 'Muhammadun
Rasul Allah'. Usaba medias de cuero en sus pies. Le gustaban los perfumes y los
aromas agradables.
Nunca buscó la facilidad y la
comodidad. Nunca fue dueno siquiera de una cama ya que el deseaba hacer su hogar
en el otro mundo. Su colchon estaba hecho de hojas de arbol. Tenía una gran capa
que solía poner sobre el piso, sobre la cual se sentaba. A veces dormía sobre
una estera de junco o directamente sobre el suelo.
Muhammad. El último mensajero
Sus dos grandes milagros son el
Corán y sus cualidades singulares por las que Al-lah le hizo digno de llevar el
mensaje del Islam. La biografía de Muhammad, la paz sea con él, es en sí misma
un milagro. Fue un humano. Al-lah le ordenó declarar esta verdad y anunciarla a
la gente para que no le tomaran por Dios o le dieran atributos divinos. Le dijo
su Señor el Altísimo:
" Diles: Soy tan sólo un humano
como vosotros, que me ha sido revelado".
Un humano igual que nosotros en
los fundamentos generales de éste carácter. Pero, no hay entre los
humanos(definitivamente) quien se iguale a él en grandeza, pues Al-lah no creó
de esta clase, de entre los hijos de Adán, más que a un hombre único, Muhammad
Ben Abdullah, Al-lah le bendiga, y a su padre Abraham, Moisés, Jesús y todos los
profetas.
Muhammad (P.B.D.E) es el único
que reúne la grandeza en todas sus formas. La grandeza es por el carácter, la
moral, las cualidades o las características personales; o por las huellas que
quedaron en la historia de su nación y del mundo.
Cada grande tiene de estos
aspectos que son los parámetros que determinan la grandeza.
En cuanto a la grandeza de
Muhammad, se mide por todos ellos, porque reunió la grandeza en todas sus
formas. Era grande en sus cualidades, en sus actos y en sus huellas.
Los grandes, o lo son
únicamente para sus pueblos y benefactores de estos, a la par que perjudicadores
de otros, como la grandeza de los héroes combatientes y los caudillos invasores
su grandeza es mundial, pero en un aspecto limitado como descubrir una de las
leyes puestas por Al-lah en la naturaleza, pero que ocultó para hacer trabajar a
nuestro cerebro para llegar a ella, o bien descubrir un medicamento contra una
enfermedad, escribir uno de los símbolos de la retórica, una historia genial o
una antología poética elocuente.
En cuanto a Muhammad, su
grandeza es universal en toda su extensión y total en todos los aspectos. El era
creyente de lo que predicaba, nunca dio una conferencia en la que abarcara la
aclaración de todas las leyes del Islam, ni constituyó una escuela con horarios
y clases, así como tampoco se sentó en un congreso de predicación. El anunciaba,
lo que le había sido revelado, en casa, en la mezquita y en el camino; llaman al
bien y a alejarse de lo ilícito, cuando era necesario. Pero él decía esto con su
lengua y sus hechos y los expresaba en sus palabras y prácticas, siendo su ética
y sus modales el Corán. Vosotros oís esas palabras y no reparáis en su
significado. Y su significado, señores, es que cada uno de sus actos, así como
su ética y modales son aleyas recitadas, una conferencia dada, una reunión de
clase o un consejo de predicación, porque todos se identifican con lo que se
ordena en el Corán. Rezaba durante la noche , hasta que se le hinchaban los
pies, pidiendo indulgencia a Al-lah siempre. En cierta ocasión, le preguntaron:
Acaso Dios no perdonó todas tus culpas pasadas y futuras?
Dijo: Acaso no seré un siervo
agradecido?
Todos sus actos eran oración,
pues consistían en procurar el bien y evitar el mal y así es, que el trabajo
para el interés común si su realizador lo ha hecho por la causa de Al-lah, será
para él una oración.
Me basta dar un ejemplo para
demostrar que creía en lo que predicaba y que se aferraba en su aplicación de
una manera total, elevándose de todas las consideraciones. Me sirvo para este
ejemplo de una situación real.
Si una joven de las más nobles
familias, - es decir, de la familia de un ministro o príncipe, es acusada de
robo creéis que se la va a encarcelar igual que a una gitana? , si ésta fuera la
ladrona? Se ejecutará la sentencia de la ley lo mismo en una que en la otra? O
se extenderán a su causa cien dedos para tapar el delito, favorecerla en el
juicio y aliviar el castigo?
Ocurrió una situación como ésta
en la época del Apóstol. Una Joven de las más nobles familias de la tribu de
Kuraish, de la tribu de Makhzum; la familia de Al-Walid llamado el único. Era la
tercera familia en nobles, después de la Hachim y Humeya. Robó esta joven, se la
declaró culpable y se dictó la sentencia. Entonces, mucha gente procuró
interceder por ella, creyendo que el Apóstol, - por lo que conocían de su amor,
tolerancia y perdón -, la perdonaría. Pero, él se enfureció y les hizo
comprender que ésta fue la predicación de muchas de las gentes que les
precedieron; aquellos que cuando el noble cometía un delito le perdonaban y
cuando lo cometía el débil le castigaban. Les dijo uno de sus dichos
maravillosos, que fortaleció un pilar estable en la vida del Islam y quedó
sentado definitivamente que en las leyes divinas no se escuchan las
intercesiones. Por tanto no habría indulgencia
"Oh por Dios, si Fátima, hija
de Muhammad, hubiera robado, cortaría su mano ". Todo era para él una cosa
natural, porque vivía con y para su mensaje. Sus pretensiones estaban
subordinadas a lo que fue revelado y todo cuanto le vinculaba a la gente por
familiaridad, amistad o interés, quedaba desvinculado si interfiera en el camino
del mensaje.
Si bien se despreocupó (P.B.D),
de aquello por lo que la gente normalmente vive, en cuanto al comer y vestir, y
de todas las demandas del ego, no se empeñó en la austeridad o en pasar hambre
como hacen algunos que se atribuyen el ascetismo, ni adoptó por siempre las
vestiduras de la pobreza ni la lana, sino que comía cuanto de sabroso le
presentaba, y lo que no le gustaba (de lo que no es vedado) no lo comía, pero no
le sacaba defectos.
Mencionamos a continuación
algunos hechos históricos sobre su tolerancia y piedad con los demás hasta con
los enemigos:
Imagina que un hombre matara a
tu ser más querido y amado y luego viniera rendido a tu mensaje (siendo tu el
predicador). Olvidarías las lágrimas que por tu ser querido derramaron tus ojos
y esparció tu corazón..., y perdonarías?
Pues, el Apóstol perdonó a
Wahshi (Un esclavo de Abisinia mercenario quien asesinó al tío del profeta en la
Batalla de Bader), cuando se convirtió al Islam.
Pero le venció su naturaleza
humana en lo que no se contrapone al Islam ni daña al hombre y le dijo
"No dejes que te vea"
A Hind, esposa de Abi Sufián (Abou
Sufian, uno de los Jefes de la Tribu de Kuraish) llegó el rencor hacia Muhammad
y su mensaje hasta tal punto, que hizo lo que no hace ninguna mujer, ni hombre,
ni aun el lobo o el tigre. Abrió el pecho de Hamza(el tío del profeta), extrajo
su corazón y lo comió... Hind, que sirvió para combatir al Apóstol de las
mayores atrocidades fue perdonada por éste y aceptó que ella le reconociera y su
conversión a la fe.
Fijamos en la memorable actitud
, el ejemplo sublime por excelencia de todas las épocas. Los habitantes de Meca
que le hicieron tragar acíbar e hiel, le dañaron física y psíquicamente,
denostaron su doctrina, le calumniaron, tuvieron a su alcance tanto a él como a
sus compañeros, le marginaron, no permitieron a nadie hablarle y tratar con él;
le confinaron en una quebrada, pusieron espinas en su camino, arrojaron a su
cabeza los intestinos de una camella mientras estaba postrado; se mofaron de él
con toda clase de burlas. Esto continuó así, no un día ni dos, ni un ano ni dos,
sino trece anos. Luego le combatieron y degollaron a sus familiares y
compañeros. Fue así hasta que les venció, y heles ahí delante suya, alrededor
del Caaba, humildes e indefensos.
Había llegado la hora de la
venganza...No; dejad la palabra de la venganza, pues no es acorde con su
posición ni con la hora del castigo legítimo, en la que está la réplica a esta
larga serie de agravios y hostilidades. Entonces el Profeta les Dijo:
"Qué pensáis
que haré con vosotros?"
Recordaron cuanto habían
cometido y esperaron su merecido , pero también recordaron la moral de Muhammad
y conociendo su ejemplaridad dijeron:
"Eres un hermano generoso, hijo
de un hermano generoso".
Y callaron aguardando la
sentencia decisiva. Aunque ésta hubiera sido ejecutarles a todos, no
encontraríamos entre los historiadores, tanto amigo como enemigo , quien hubiera
reprochado una sola palabra de tal sentencia.
Pero, la sentencia de Muhammad
era otra. Era una sorpresa que nadie esperaba, una sorpresa que fue causa de
asombro en su época y en todas las épocas venideras. Les dijo:
"Id, pues sois
libres"
Otro acontecimiento asombroso
de los innumerables hechos históricos podemos destacar la emigración del Profeta
de Meca a la ciudad de Medina durante la persecución por parte de la Tribu de
Kuraish. El Profeta dejó a su primo Alí en su lugar para devolver lo que la
gente de Kuraish había depositado con él. Habéis reparado alguna vez qué
historia tienen estos depósitos? Los devolvería a la gente de Kuraish, no a los
musulmanes, pues no quedó ninguno de ellos en la Meca cuando emigró el Apóstol,
ya que él fue el último en hacerlo, permaneciendo como el capitán de un barco
embarrancado sin abandonarlo hasta que hayan bajado todos los pasajeros y
alcanzado los botes de salvavidas.
La historia de los depósitos
consiste en que la tribu de Kuraish (a pesar de lo que acaecía entre ellos y el
Apóstol) no encontraba a quien confiarlos más que a Muhammad.
Imaginen dos bandos
adversarios, al rojo vivo, la guerra declarada entre ellos, por la palabra, las
manos, los principios y la doctrina, que confían los miembros de un partido, su
dinero y sus documentos a un hombre del otro bando.
Habéis oído algo semejante a
este hecho? Cómo lo depositarían con un adversario si no fuera su moral y su
fidelidad uno de los milagros y la ayuda en él uno de los imposibles?
!Así era Muhammad!
En la batalla de Bader, cuando
revisaba las filas del ejército antes del combate, sostenía una vara en su mano
(bastón) y vio a Sawad Ben Ghezih fuera de la fila. Entonces, con el bastón le
empujó golpeándole en el vientre, y le dijo:
" Ponte en la fila Sawad"
Este le dijo: "Oh Apóstol de
Dios. Me has hecho un daño y Dios te envió con la verdad y la justicia "
Imaginen esta escena, el jefe
del ejército al que se enfrenta un soldado raso con esas palabras. Cómo creen
que va a actuar con él? Le disciplina? Se desentiende de él? Brota la tolerancia
de su pecho y la nobleza de su carácter y le perdona y absuelve ? o se excede a
la norma y le dice?
" Perdóname, me disculpo"
Pero, el Apóstol de Al-lah hizo
que nadie haría ni se le ocurría. Le franqueó su vientre, le dio la vara y le
dijo:
"Haz igual". Es decir, hazme
daño como yo te hice.
Se hizo igual al otro, siendo
el más señorial de los humanos.
!Así era Muhammad!
Toda su biografía es un
milagro. Todos los grandes del mundo son incapaces de presentar otra igual. En
cada aspecto de ella hay gloria y grandeza; en la fuerza de su cuerpo, su
constitución atlética y su espíritu abierto; no era prepotente hasta el exceso
en la victoria, ni le estremecía la derrota hasta los héroes de sus compañeros
se protegían en él; ante su valentía humillaban los hombres más heroicos, su
humildad era para el indigente, el pobre y para auxiliar a la viuda y a la
anciana.
Era tal su firmeza en la verdad
y en la sinceridad de la revelación de Al-lah que anunció, incluso, aquellas
aleyas que revelaban sus equivocaciones y eran reproche. Así era también, en
cuanto a respetar los compromisos y a mantener su palabra, por más esfuerzos y
dificultades que costara, tanto en sus tratos personales como en los asuntos
públicos.
Por su gusto y su fina
sensibilidad fue quien promulgó las normas de la comida y dictó las bases de la
limpieza. En cuanto a la relación con sus compañeros, les enseñaba, trabajaba
con ellos y vivía como ellos; les pedía consejo y les escuchaba; se sentaba
donde encontraba un sitio vacío, en el último lugar de la reunión. Tan era así,
que quien venía a verle miraba las caras de los presentes y preguntaba: Quién de
vosotros es Muhammad?
Era así porque Muhammad no se
distinguía de ellos en su manera de sentarse ni en sus vestidos; era igual que
ellos en todo. Era educado en sus modales, delicado en sus maneras y recatado
con las mujeres. Por su conducta en su casa, con su familia, por sus bromas
inocentes y su carácter abierto, era querido en todos los corazones, y también
por su humildad rechazando ser un rey.
Prohibió a sus compañeros
levantarse para él; cumplía con las necesidades de su familia, remendaba sus
zapatos con sus propias manos. Vivió en la pobreza, despreocupado de la
opulencia, no por incapacidad, pues si hubiera querido su palacio habría sido
más fastuoso que el de Cosroes o César. Pero, optó por la otra vida. Tan era así
que las casas de todas sus esposas (Son las casas de sus nueve esposas. En ella
está la alcoba noble donde fue enterrado) no llegaba su longitud a los
veinticinco metros.
La casa de Aisha (Esposa del
Profeta, Madre de los creyentes, es hija de Abou Baker, el primer gobernador de
la nación Islámica después de la muerte del Profeta) era una habitación
construido de barro y adobe. Tan reducida era que no alcanzaba para dormir y
rezar a la vez. Así, cuando el Profeta se prosternaba, ella tenía que desplazar
un poco la pierna de ella de su sitio para poder hacerlo.
En cuanto a su comida, relató
Aisha que pasaban uno y dos meses y no se encendía en su casa el fuego para
hacer pan. Entonces le preguntaron:
" Qué comes pues? "
Ella les dijo:
" Dátiles y agua. Esa es la
comida de la familia del Apóstol de Dios. "
En su retórica y elocuencia era
más profundo que quién precisa la retórica.
Esto es un milagro y la prueba
de que Al-lah le seleccionó para llevar el mensaje más sublime y no lo convirtió
en el selló de los profetas hasta que le preparó para ello, de tal manera que le
convirtió en uno de los hijos de Adán con un carácter sin par, la paz y las
bendiciones de A-lah sean con él.
Al-lah sabe sobre quien pone su
mensaje.
Muhammad y su auténtica Profecía
Si comparamos la
vida de Muhammad ( la paz y las
bendiciones de Dios sean co él )
antes de su misión como profeta
con su vida después de que
comenzó su misión, concluiremos
que es irracional pensar que
Muhammad (PBSE) era un falso
profeta; que pretendía la
profecía para obtener ganancias
materiales, grandeza, gloria, o
poder.
Antes de empezar su misión como
profeta, Muhammad (PBSE) no tenía problemas financieros. Como un exitoso y
respetado mercader Muhammad (PBSE) tenía un satisfactorio y confortable ingreso.
Después de su misión; y por causa de la misma, su situación económica empeoró
drásticamente. Para clarificar esto un poco más, revisemos los siguientes textos
sobre de su vida:
n Aa'isha, la esposa de
Muhammad (PBSE), dijo dirigiéndose a su sobrino : "Oh sobrino mío, a veces
pasaban dos meses sin que se encendiera un fuego (para cocinar la comida) en las
casas del Profeta (PBSE)". Su sobrino le pregunto: “Oh tía, ¿qué los sostuvo
entonces?", ella dijo: " El agua y los dátiles, pero el profeta (PBSE) tenía
algunos vecinos de entre los Ansar quienes tenían camellos que le proporcionaran
leche y solían mandarle al Profeta PBSE) algo de su leche. »
Say' Ibn Sa'ad, uno de los
compañeros de Muhammad (PBSE), dijo: “El profeta de Dios (PBSE) no volvió a ver
(comer) pan hecho con harina fina desde que fuera comisionado como Profeta hasta
el día en que murió.”
n Aa’isha la esposa de
Muhammad (PBSE), dijo; "El catre sobre el que el Profeta (PBSE) dormía estaba
hecho de cuero rellenado con fibra de hojas de dátiles.”
Amr Ibn Al Hariz, uno de los
compañeros del profeta (PBSE) dijo que cuando el profeta (PBSE) murió no dejó
dinero o cosa alguna, excepto su mula blanca sobre la que montaba sus armas y un
pedazo de terreno que dio a la caridad.
Muhammad (PBSE) vivió esta vida
difícil hasta el día en que murió a pesar de que el tesoro de los musulmanes
estaba bajo su disposición, la mayor parte de la península arábiga ya era
musulmána antes de que muriera y los musulmanes fueron victoriosos dieciocho
años después del comienzo de su misión.
¿Será posible que
Muhammad (PBSE) hubiera pretendido ser profeta para conseguir estatus, grandeza
y poder? El deseo de tener poder y status está usualmente asociado con la buena
comida, la ropa fina, palacios monumentales, guardias a su servicio y la
autoridad indisputable. ¿Acaso alguno de estos parámetros se puede aplicar a
Muhammad (PBSE)? Unos cuantos vistazos a su vida nos pueden ayudar a responder
esta pregunta.
A pesar de sus
responsabilidades de profeta, maestro, hombre de estado y juez, Muhammad (PBSE)
solía ordeñar su cabra, remendaba su ropa, reparaba sus calzados, ayudaba en las
tareas caseras, y visitaba a la gente pobre cuando se enfermaban. También ayudo
a sus compañeros a cavar una trinchera y a sacar la arena junto con ellos. Su
vida fue un increíble modelo de humildad y sencillez.
Sus seguidores lo amaban,
respetaban y confiaban en él de una forma impresionante. Aún así, él continuaba
insistiendo que la deificación debía ser dirigida a Dios y no a su persona.
Anas, uno de los compañeros del profeta, dijo que no había persona a la que
ellos amaran tanto como al profeta Muhammad (PBSE), pero que cuando él llegaba a
ellos no se ponían de pie, como reverencia a él, pues odiaba que lo
reverenciaran, tal como otras personas hacen con sus grandes hombres.
Mucho antes de que hubiese
alguna perspectiva de éxito para el Islam, y al comienzo de una larga y dolorosa
era de tortura, sufrimiento y persecución en contra de Muhammad (PBSE) y sus
compañeros, él recibió una interesante propuesta. Un mensajero de los líderes
paganos, llamado Utba, llegó diciéndole: “... Si lo que quieres es dinero,
juntaremos el dinero necesario para que seas el más rico de nosotros. Si lo que
quieres es el liderazgo, te haremos nuestro líder y nunca decidiremos sobre
algún asunto sin tu aprobación. Si lo que quieres es un reino te haremos nuestro
rey...".Tan solo una condición le fue requerida a Muhammad (PBSE) a cambio de
todo aquello, que renunciara a su prédica; que dejara de atraer la gente al
Islam y a la adoración de un solo Dios sin asociarle nada. ¿Acaso no es
tentadora esta oferta para alguien que busca el beneficio mundano? ¿Acaso se
mostró Muhammad (PBSE) vacilante cuando le fue hecha la oferta? ¿Acaso la
rechazó a manera de estrategia de regateo dejando la puerta abierta para una
mejor oferta? La siguiente fue su respuesta:
{ En el Nombre de Dios, el
Clemente, El Misericordioso } y posteriormente le recitó a Utba los versos
Coránicos del capítulo 41, del 1 al 38. Los siguientes son algunos de los
versos mencionados:
« Revelación descendida por el
Misericordioso, el Compasivo. Un libro cuyos signos son un claro discernimiento,
que ha sido expresado en una Recitación árabe para gente que sabe. Es portador
de buenas noticias y advertidor, pero la mayoría de ellos se han apartado y no
escuchan. » (Corán, 41:2-4)
En otra ocasión y en respuesta
a la súplica de su tío para que detuviera su prédica; la respuesta de Muhammad (PBSE),
fue tanto decisiva como sincera:
{ !Juró en el Nombre de Dios,
Oh tío!, que aunque ellos colocasen el sol en mi mano derecha y la luna en la
izquierda ,en recompensa, por renunciar a esta cuestión (invitar a la gente al
Islam), nunca desistiré hasta que Dios lo haga (Al Islam), triunfar o yo perezca
defendiéndolo. }
Muhammad (PBSE), y sus pocos
seguidores sufrieron no solo muchas formas de tortura y sacrificio durante trece
años, sino que los incrédulos también lo trataron de asesinar varias veces. En
una ocasión trataron de romperle la cabeza y asesinarlo con una roca gigante,
que apenas podían alzar. En otra ocasión trataron de matarlo poniendo veneno en
su comida. ¿Son estas las características de un hombre ególatra y hambriento de
poder? ¿Qué podría justificar tal vida de sufrimiento y sacrificio aún después
de que fuera totalmente victorioso sobre sus adversarios? ¿Qué podría explicar
la humildad y nobleza que demostró en sus más gloriosos momentos cuando insistió
que el éxito se debe tan solo a la ayuda de Dios y no a su propio genio??
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