Islam un Modo
de Vida
Capitulo 3
Rasgos Esenciales del Sistema
Político Islámico.
Democracia en el Islam.
El Propósito del Estado Islámico.
Derechos Fundamentales.
Ejecutivo y Legislatura.
Rasgos Esenciales de Sistema
Político Islámico
El
sistema político del Islam ha estado basado en tres principios: «Tawhid» (Unidad
de Dios), «Risalat» (Profecía y «Khilafat» (Califato).
Es
difícil apreciar los diferentes aspectos de la política Islámica sin comprender
completamente estos tres principios. Comenzaré por tanto por una breve
exposición de ellos.
«Tawhid»
(Unidad) significa que solo un Dios es el Creador, sostenedor y Dueño del
Universo y de todo lo que existe en él -orgánico o inorgánico-. La soberanía de
este reino le está conferida solo a El.
Solo
El tiene derecho a mandar o prohibir. La adoración y la obediencia solo a el le
son debidas, y nadie puede compartirlo en grado o forma alguna, la Vida, en
todas sus formas variadas, nuestros órganos físicos y facultades, el control
aparente que tenemos sobre todas las cosas que existen en el universo y las
cosas mismas, ninguna de las cuales ha sido creada o adquirida por nosotros en
nuestro propio derecho. Son las provisiones generosas de Dios y en
concedérnosla, nadie está asociado con El. De aquí que no dependa de nosotros,
decidir la mete o el propósito de nuestra existencia o prescribir los límites en
nuestra autoridad en al mundo ni tampoco ningún otro tiene derecho a tomar estas
decisiones por nosotros. Este derecho solo le está conferido a Dios, que nos ha
creado y nos ha dotado con facultades físicas y mentales y nos ha suministrado
todas las provisiones materiales pare nuestro uso.
Este
principio de la Unidad de Dios niega completamente el concepto de la Soberanía
legal y política de los seres humanos, individual o colectivamente: Nada puede
reclamar soberanía sea un ser humano, una familia, una clase o grupo de gente, o
incluso la raza humane en el mundo como algo total.
Solo
de Dios es la Soberanía y Sus Mandatos son la ley del Islam. El medio a través
del que recibimos la ley de Dios es conocido como «Risalat» (Profecía).
Hemos
recibido dos cosas de esta fuente:
-
El
Libro en el que Dios ha expuesto su Ley.
-
La
ejemplarización y la interpretación autorizada del Libro de Dios por el
Profeta, a través de su palabra y su hecho, en su capacidad como el
representante de Dios. Los amplios principios en el que el sistema de vida
humane debe estar basado, han sido establecidos en el Libro de Dios. Es más,
el Profeta de Dios, ha establecido de acuerdo con la intención del Libro
Divino, pare nosotros un modelo del sistema de vida en el Islam, a través de
cumplir prácticamente la Ley y proveyendo detalles necesarios donde eran
requeridos. La combinación de estos dos elementos, de acuerdo con la
terminología Islámica, es llamada la «Shari'ah».
Ahora
vamos a considerar «Khilafat» que, de acuerdo con el léxico árabe, significa
«representación». La posición y lugar verdadero del hombre, de acuerdo con el
Islam, as el representante de Dios en esta sierra. Su vicegerente; es decir por
virtud de los poderes que le han sido delegados por Dios, él es exigido de
ejercitar la autoridad Divina en este mundo dentro de los límites prescritos por
Dios.
Toma
ahora por ejemplo, el cave de una finca tuya sobre la que alguien ha sido
señalado pare administrarla en tu nombre. Verás que cuatro condiciones son
cumplidas invariablemente en este cave. Primero, la propiedad verdadera de la
finca permanece, conferida a tí y no al administrador; segundo, él solo
administrará tu propiedad de acuerdo con tus instrucciones; tercero, él solo
administrará y ejecutará su autoridad dentro de los límites que tú le has
prescrito; y cuarto, en la administración de lo que le ha sido confiado, debe
ejecutar tu voluntad y cumplir tus intenciones y no las suyas propias. Estas
cuatro condiciones son tan inherentes al concepto mismo de «representación» que
tienen que venir a la mente tan pronto como uno pronuncia la palabra
«Representación». Esto exactamente es lo que el Islam quiere cuando asiente que
el hombre es el califa de Dios en la sierra.
De
aquí que estas cuatro condiciones están también incluidas en el concepto de «Khilafat».
El
estado que sea establecido de acuerdo con esta teoría política será de hecho un
califato humano bajo la Soberanía de Dios y tendrá que llenar el propósito e
intento de Dios a través de trabajar en la sierra de Dios dentro de los límites
prescritos por El y conformidad con Sus instrucciones y mandatos.
Democracia en el Islam
La
explicación antes citada del
término «Khilafat» también trace
abundantemente claro que ningún
individuo o dinastía o clase,
pueda ser Khalifah, sino que la
autoridad del califato es dada
al grupo entero de gente, la
comunidad como una totalidad,
que está preparada pare llenar
las condiciones de
representación después de
suscribirse a los principios de
«Tawhid» (Unidad de Dios) «Risalat»
(Profecía). Una sociedad así
lleva la responsabilidad del
califato como algo completo y
cada uno de sus individuos
comparte el Califato Divino.
Esto es el punto donde la
democracia comienza en el Islam.
Cada
persona en una sociedad Islámica disfruta de los derechos y de los poderes del
Califato de Dios, y a este respecto todos los individuos son iguales. Ninguno
tiene prioridad sobre otro, ni puede privar a ningún otro de sus derechos y
poderes.
La
intervención pare la dirección de los asuntos del estado estará formado en
consonancia con la voluntad de estos individuos y la autoridad del Estado será
sólo un aumento de los poderes que los individuos la delegan. Su opinión será
decisiva en la formación del gobierno que será dirigido con sus consejos y de
acuerdo con sus deseos. Quienquiera que gene su confianza se comprometerá a los
deberes y a las obligaciones del califato en nombre suyo; y cuando él pierda
esta confianza tendrá que dejarlo e inclinarse ante su voluntad. En este sentido
el sistema política del Islam, es una forma perfecta de democracia, tan perfecto
como pueda llegar a ser alguna vez una democracia. Por supuesto, lo que
distingue a la democracia Islámica de la democracia Occidental, es que mientras
la última está basada en el concepto de soberanía popular, la primera se apoya
en el principio de Khilafat popular. En la democracia Occidental, la gente es
soberana, en el Islam la soberanía se confiere a Dios las gentes son Sus califas
o representantes. En la primera la gente trace sus propias leyes («Shari'ah»),
en la segunda tienen que seguir y obedecer las leyes («Shari'ah») dadas por Dios
a través de Su Profeta.
En
una el gobierno se compromete a realizar la voluntad de la gente; en el otro el
gobierno y la gente que lo forman tienen que uno y todos realizar el propósito
de Dios.
En
resumen la democracia Occidental es una clase de autoridad absoluta que ejercita
sus poderes en un modo libre y descontrolado, mientras que la democracia
Islámica es subsirviente a la Ley Divina y ejercita su autoridad en conformidad
con los mandatos de Dios y dentro de los límites prescritos por El.
El
Propósito del Estado Islámico
Ahora
pondré ante vosotros una breve
silueta del tipo de estado que
se construye en los cimientos de
«Tawhid» (La unidad de Dios) «Risalat»-
(la Profecía de Muhammad) y «Khilafat»
(el califato).
El
generoso Corán claramente afirma que la mete y el propósito de este estado es el
establecimiento, mantenimiento y desarrollo de esas virtudes comas que el
Creador de este Universo quiere adornar la vida humane y la prevención y
erradicación de esos males cuya presencia en la vida humane es totalmente
contraria a Dios.
En el
Islam, el propósito del Estado no es solo pare la administración política, ni
pare cumplir a través de él la voluntad colectiva, o de algún grupo particular
de gente, es más, el Islam sitúa un alto ideal ante el estado pare la
consecución del cual tiene que usar todos los medios a su disposición. Y este
estado es que las cualidades de pureza, belleza, bondad, virtud, éxito y
prosperidad que Dios quiere que florezcan en la vida de Sus gentes, deben ser
engendrados y desarrollados y que toda clase de explotación, injusticia y
desórdenes, que a la vista de Dios son ruinosos para el mundo y perjudiciales
para la vida de Sus criaturas sean suprimidos y prevenidos. Simultáneamente al
situar ante nosotros este alto ideal, Islam nos da un claro esquema de su
sistema claramente afirmando las deseables virtudes y los indeseables vicios.
Manteniendo este esquema a la vista, este estado Islámico puede planear su
programada felicidad en cada época y en cada circunstancia.
La
persistente llamada hecha por el Islam, es que los principios de moralidad
tienen que ser observados a todo coste y en todos los pasos de la vida.
De
aquí, que asiente un sistema inalterable para el estado basar su política en la
justicia, la verdad y la honestidad.
No
está dispuesto, bajo ninguna circunstancia, a tolerar el fraude, la falsedad y
la injusticia a causa de ninguna conveniencia, política, administrativa o
nacional.
Ya
sean las relaciones mutuas de los dirigentes y los dirigidos dentro del estado,
o las relaciones del estado con otros estados, siempre le debe ser dada
prioridad a la verdad, y la justicia sobre las consideraciones materiales.
Impone obligaciones similares en el estado como en el individuo, esto es;
cumplir los contratos, las obligaciones, tener medidas y patrones uniformes en
los tratos (conducta, negocios); recordar los deberes junto con los derechos y
no olvidar los derechos de otros cuando esperemos que ellos cumplan sus
obligaciones; usar poder y autoridad para el establecimiento de la justicia y no
para la perpetración de la injusticia; mirar sobre el deber como una obligación
sagrada y cumplirlo escrupulosamente; y mirar el poder como un depósito de Dios
y usarlo con la creencia de que uno tiene que rendir cuentas de sus acciones a
Dios en el Otro Mundo.
Derechos Fundamentales
A pesar de
que un estado Islámico pueda ser
establecido en cualquier porción
de la tierra, el Islam no busca
restringir los derechos humanos
o privilegios a los límites
geográficos de su propio estado.
El Islam ha asentado algunos
derechos fundamentales
universales para la humanidad
como un conjunto, locuelas han
de ser observados y respetados
bajo toda circunstancia si tal
persona reside dentro del estado
Islámico o fuera de él, si él
está en paz con el estado o en
guerra. La sangre humana es
sagrada en cualquier caso y no
puede ser derramada sin
justificación. No es permisible
oprimir a las mujeres, niños,
viejos, personas enfermas o los
heridos, El honor y la castidad
de las mujeres son dignos de
respeto bajo cualquier
circunstancia. La persona
hambrienta debe ser alimentada,
la desnuda vestida, y la herida
o enferma tratada médicamente
sin consideración de si ellos
pertenecen a la comunidad
Islamica o no, incluso si ellos
son de entre sus enemigos. Estas
y algunas otras disposiciones
han sido impuestas por el Islam
como derechos fundamentales para
cada hombre por virtud de su
status como ser humano para ser
disfrutado bajo la constitución
de un estado Islámico. Incluso
los derechos de ciudadanía en
Islam no están limitados a las
personas nacidas dentro de los
límites de su estado sino que le
son otorgados a cada Musulmán
sin consideración de su lugar de
nacimiento.
Un
Musulmán «ipso facto» se convierte en el ciudadano de un estado Islámico tan
pronto como él pone su pie en su territorio con la intención de vivir en él y
así disfruta iguales derechos de ciudadanía por derecho de nacimiento. Por
tanto, la ciudadanía tiene que ser común entre todos los países Islámicos que
puedan existir en el mundo y un Musulmán no necesitará ningún entrar o salir de
ninguno pasaporte de ellos. Y cada Musulmán debe ser considerado como legible y
apropiado para todas las posiciones de la más alta responsabilidad en un estado
Islámico sin ninguna distinción de raza, color o clase.
Islam
también ha concedido ciertos derechos para que los no-Musulmanes puedan vivir
dentro de las fronteras de un estado Islámico, y estos derechos tienen que
formar parte necesariamente de la Constitución Islámica. De acuerdo con la
terminología Islámica, tales, no-Musulmanes son llamados «Dhimis» (ciudadano
no-Musulmán) ha de ser respetada y protegida exactamente como la de un ciudadano
Musulmán y uno no-Musulmán, con respecto a la ley civil o criminal, no tiene
diferencias en absoluto con el ciudadano Musulmán. El estado Islámico no
interferirá con la ley personal de los no-Musulmanes. Tendrán libertad completa
de conciencia y estarán en libertad de realizar sus ritos religiosos y
ceremonias en el modo que quieran. No sólo pueden propagar su religión, sino que
tienen derecho incluso a criticar el Islam dentro de los límites establecidos
por la ley y la decencia.
Los
derechos dados a este respecto no están limita dos, sino que la ley civil del
país, ha de ser totalmente respetada y toda critica tendrá que ser hecha dentro
de su armazón, que será aplicable a todos los ciudadanos del estado. Estos, así
como muchos otros derechos, han sido garantizados a los «Dhimmis» en el Islam.
Estos
derechos tienen una naturaleza irrevocable. Los no-Musulmanes no pueden estar
privado de ellos al menos que renuncien al convenio que les garantiza la
ciudadanía.
Cualquiera que sea el alcance de la opresión que un estado no-Musulmán pueda
perpetrar contra sus ciudadanos Musulmanes no es permisible para un estado
Islámico desquitarse en sus súbditos no-Musulmanes en el grado más mínimo, hasta
tal punto que incluso si todos los Musulmanes fuera de los límites de un estado
Islámico son matados, el estado no puede injustamente derramar la sangre ni de
un sólo ciudadanos Musulmanes no es permisible para un estado Islámico
desquitarse en sus súbditos no-Musulmanes en el grado más mínimo, hasta tal
punto que incluso si todos los Musulmanes fuera de los límites de un estado
Islámico son matados, el estado no puede injustamente derramar la sangre ni de
un sólo ciudadano no-Musulmán viviendo dentro de sus límites.
Ejecutivo y Legislatura
La
responsabilidad por la
administración del Gobierno, en
un estado Islámico, es confiada
a un «Emir» (líder, jefe, guía)
que puede ser asemejado al
Presidente o al Primer Ministro
en un estado moderno
democrático. Todos los hombres y
mujeres adultos que creen en los
fundamentos de la constitución
tendrán derecho pare votar la
elección del jefe.
Los
requisitos básicos pare la elección de un «Emir» son que debe dirigir la
confianza de un gran número de gente con relación a su conocimiento y su
compresión del espíritu del Islam; debe poseer el atributo Islámico del temor de
Dios y estar dotado con cualidad de hombre de estado.
En
resumen, debe tener ambas virtud y capacidad. Un «Shura» (consejo consultivo) es
también elegido por la gente pare asistir y guiar al Amir en la administración
del estado. Incumbirá al Amir, administre el país con el consejo de este «Shura».
El Amir solo puede permanecer en el cargo mientras disfrute de la confianza de
la gente y tendrá que dejar vacante su puesto cuando pierda esa confianza. Pero
mientras conserve esa confianza tendrá autoridad para gobernar y ejercitar los
poderes del Gobierno, por supuesto consultando con el «Shura» (concilio de
consejeros) y dentro de los límites establecidos por la «Shari'ah». Cada
ciudadano tendrá el derecho irreducible a criticar al Amir y su gobierno y todos
los medios razonables pare la difusión de la opinión pública podrán ser usados.
La
Legislación en un estado Islámico estará restringida dentro de los límites
prescritos por la ley de la «Shari'ah». Los mandatos de Dios y su profeta han de
ser aceptados y bendecidos y ningún cuerpo legislativo puede hacer alteración o
modificación alguna en ellos o hacer ninguna ley incompatible con ellos.
En
cuanto a los mandatos que son propensos a dos o más interpretaciones, el deber
de averiguar el propósito verdadero de la «Shari'ah», en tales caves
corresponderá a la gente poseedora de un conocimiento especializado de la ley de
la «Shari'ah».
De
aquí que tales asuntos tendrán que ser conferidos a un sub-comité del concilio
de consejeros compuesto por hombres instruidos en Ley Islámica.
Un
vasto campo estará aún disponible pare la legislación sobre asuntos no cubiertos
por ningún mandato específico de la «Shari'ah» y el consejo consultivo o cuerpo
legislativo estará libre pare legislar con relación a estos asuntos.
En
Islam lo judicial no está situado bajo el control de lo ejecutivo. Deriva su
autoridad directamente de la «Shari'ah» y es responsable ante Dios.
Los
jueces son sin dude designados por el gobierno, que es obligatorio ofrecer
algunas de ellas con la comunidad en forma de congregación, de modo que la
comunidad entera y la sociedad puedan estar preparadas pare este proceso de
desarrollo espiritual. Es una herramienta de entrenamiento individual, así como
social en el camino de la elevación espiritual en el Islam.
El
segundo es el ayuno «Saum» que durante un mes completo cada año entrena el
hombre individualmente, y a la comunidad musulmana como un todo en piedad y
dominio de sí mismo; permite a la sociedad, al rico y al pobre por igual,
experimentar los dolores del hambre, y prepare a la gente pare sobrellevar
cualquier dificultad pare buscar la complacencia de Dios.
El
tercero es «Zakat» que desarrolla el sentido de sacrificio monetario compasión y
cooperación entre los Musulmanes. Hay gente que equivocadamente interpretan el «Zakat»
meramente como una tasa a pesar de que el espíritu subyacente al «Zakat» es
enteramente diferente del que yace en la raíz de una tasa.
A
través de usar esta palabra, el Islam desea inculcar en el hombre el hecho de
que, inspirado por un verdadero amor a Dios la ayuda económica que presta a su
hermano, elevará y purificará su alma.
El
cuarto es «Hayy» (peregrinación) que aspire a promover la hermandad universal de
los creyentes, el cimiento de la adoración a Dios, y ha culminado en un
movimiento que ha estado respondiendo la llamada a la verdad a través de los
siglos y continuará, si Dios quiere, pero una vez que el juez ha ocupado el
tribunal tendrá que administrar la justicia entre la gente de acuerdo con la ley
de Dios de un modo imparcial y los órganos y funcionarios del Gobierno estarán
fuera de su jurisdicción legal hasta tal punto que incluso la más alta autoridad
ejecutiva del Gobierno puede ser llamada a aparecer en un corte deley como
demandante o defendiendo como cualquier otro ciudadano del estado.
Los
dirigentes y los dirigidos están sometidos a la misma ley y no puede haber
discriminación en las bases de posición, poder o privilegio.
El
Islam se alza por igualdad, y escrupulosamente se une a este principio en los
dominas social, económico y político por igual.
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