Intelectuales de Al-Andalus
MÁSLAMA DE MADRID
SA’ID AL-ANDALUSI
Sa´id Faray Al - Dugali
AL-RUSÂTÎ
IBN AL-ARIF
MÁSLAMA DE MADRID
R. FUENTES GUERRA
En el año 1004, existía en Madrid una Escuela de
Matemáticas y de Astronomía fundada por Maslama al Mayriti (el madrileño).
Fue maestro de la filosofía pura, de la ciencia
exacta, de la precisión astral, de la melodía de los números …..y de los
arcos... y de los puentes.
Maestro de la armonía del universo..., de la
matemática del Cosmos que permite medir distancias terrestres con la sombra de
los astros.
Perfecciono el Astrolabio y el Planisferio de
Tolomeo, pero que hoy nadie le conoce, salvo los historiadores, porque Maslama
era madrileño.
Recuperamos un texto escrito en el
año 1963 por el polígrafo cordobés Fuentes Guerra. En este breve estudio sobre
Máslama de Madrid, hombre de ciencia que pasa por ser uno de los introductores
de la “Enciclopedia de los Hermanos de la Pureza” en Al-Andalus, se hace
referencia a un hecho de gran importancia en la Astronomía: la Resituación de
la “Cúpula de Arin”, o Centro del Mundo, en Córdoba, como referente para todos
los cálculos astrológicos.
Los grupos culturales de Madinat al-Zahra:
Corriendo, probablemente, la vida de Máslama desde
mediados del siglo X a los primeros años del siglo Xl, viene encuadrado su
principal quehacer por el reinado del califa de Córdoba Al-Hakan II, y dentro de
lo que puede llamarse el primer período en el esplendor cultural de la
civilización hispano-árabe, que a finales del siglo X, o sea, en continuidad a
la mayor potencia civil y militar del antecesor en el trono, Abd al Rahman I
tiene en Córdoba, y más detalladamente en Madinat al Zahra, sus mejores y
también más trascendentes luminarias e influencias. Así, para la posible
interpretación de este sabio madrileño, parece conveniente pasar muy somera
revista a cuantos científicos. andaluces y no andaluces, tuvieron su cometido en
la esplendorosa ciudad califal; que con Al-Mustansir y ya pasado el período
instaurador de su padre, llega a ser la residencia de Zahra el gran compendio
del saber mundial, para cuyos fines no escatimaba el califa medios de que a su
ámbito acudieran los mayores investigadores de la Baja Edad Media, que.
organizados en academias y diversos centros culturales, abiertos siempre a las
más amplías y encontradas discusiones, formaban auténtico y distinguido ornato,
teniendo bien lejanas y firmísimas proyecciones, incluso fuera de los términos
de general relación e institucionalmente normativos.
Dejando aparte los estudios y enseñanzas coránicas y
teológicas, reducidas principalmente núcleo súmmico (y a veces aljámico), de la
tan nombrada como esplendorosa ciudad califal, se pueden establecer, y a modo
diferencial, dos fundamentales grupos que, sin embargo, tendrían bastantes
puntos de unión dentro de la conjuntada labor de investigación y asesoramiento.
Como primer grupo hay que considerar el
Astronómico-Matemático, del cual, como veremos, es pieza capital Máslama. En
cuanto al segundo, puede ser definido como Físico-Botánico (y que también con
moderna terminología se debería agregar el, nominal estimativo de Médico);
presentando en el mismo las características de más destacada personalidad, el
cordobés Abulcasis.
Estos dos principales grupos culturales, de Madinat
al Zahra, ahora a diez siglos de distancia, puede interpretarse fácilmente su
excepcional relevancia y al mismo tiempo la valiosísima colaboración que en el
desarrollo evolutivo de las ciencias han representado históricamente.
En Astronomía, aun conservando las teorías
geocéntricas, casi intocables entonces, en los fundamentos astrológicos, y
también en la procedencia autorizada de Aristóteles y Ptolomeo, no hay duda que
estos grupos culturales, en las postrimerías del siglo X, apuntan ya la
posibilidad de un movimiento de rotación de la tierra alrededor de su eje.
Respecto a la Medicina, toma evidentemente con los árabes un carácter estamental
y orgánico hacia las modernas interpretaciones de Fisiología, Anatomía,
etcétera, de las cuales Abulcasis lleva la prioridad en España, seguido no mucho
tiempo después por los también españolísimos Avempace, Averroes, Maimónides.
Máslama, cuya completada genealogía es: Abul-Qasim,
Máslama ibn Ahmad al-Faradi al-Hasib al-Qurtubi al-Mayriti, presenta además un
concepto de vital y extraordinaria importancia en las relaciones de Oriente y
Occidente, pues según autorizadas opiniones fue viajero por el Califato de
Bagdad y conocedor de sus más famosos centros culturales, lo que le permitió
establecer intercambio con Córdoba en las principales y eruditas trayectorias,
incluso se le atribuye la difusión por España de la gigantesca y excepcional
enciclopedia islámica llamada “Los Hermanos de La Pureza”, que, con sus
amplísimas teorías evolutivas, tuvo decisiva influencia en los siglos X al XII.
De todas formas no hay duda del gran e importante simbolismo que representa
Máslama en las fundamentales relaciones de Oriente y Occidente, y que nuevamente
tendremos ocasión de comprobar con sus estudios astronómicos, como también su
ferviente patriotismo, tan destacado en el sintomático cómputo de las Eras
orientales y en la acomodación hacia Andalucía de la cúpula de Arin,
interpretativa entonces del centro del mundo.
Con referencias completas se tienen las siguientes
obras de Máslama:
-
"Tratado del Astrolabio", que se conserva
en la biblioteca del Monasterio de El Escorial con el número 967 del Fondo
Árabe.
-
"Extracto de las tablas de Al Battani",
para posición de los astros y ecuaciones de los planetas”.
-
"Libro de Aritmética práctica". Con los
datos que se tienen en la referencia de Abenabioseida, es más bien
interpretado como compendio de transacciones comerciales, en cuyos
conocimientos fue bien destacado Máslama, siendo calificado por sus
contemporáneos, y en directa continuidad, como el príncipe de los
matemáticos e ilustre alfaradi, es decir, indiscutible autoridad en los
pleitos sobre partición de herencias y valoración de terrenos.
Las obras aritméticas de Máslama también han sido
conocidas por los nombres de “Fi taman ilm al-adad” (Teoría de la perfección de
las ciencias numerales), y también “al-Mu’amalat” (Cálculo comercial).
Luego se tienen las dos tan discutidas obras de
Alquimia y Magia:
“Rutbat al-hakini fil-kimíya” y ‘Gayat alhakim
fil-si”r. Entran plenamente en las características culturales de las
civilizaciones orientales en su evolución hacia Occidente, con su nominativo y
titular simbolismo de la aspiración o perfección del sabio en la Alquimia y en
la Magia (también se han nombrado a estas obras, principalmente la segunda, “El
peldaño del sabio” como en los excepcionales conceptos que desarrolla, lo mismo
en el aprovechamiento exhaustivo de las fuerzas terrestres que en los singulares
y exóticos medios que propone de hacer descender las fuerzas superiores,
extraterrenas, empleándolas y orientándolas hacia un humanismo tan remoto como
original.
No debe quedar la menor duda que Máslama, al margen
del sentido extraviante, e incluso notorio, que presentan estas obras (Fondo
Árabe de El Escorial número 947, Cas-CMXLII), lega a la posteridad conocimientos
documentales de grandísimo valor. En primer lugar se debe tener muy en cuenta el
carácter didáctico en los escritos de Máslama, claramente significativos en sus
obras de Alquimia y Astrología, por donde señala los conocimientos previos en
los aspirantes o todavía no plenamente iniciados. Profundamente fundados en
estudios matemáticos, con referencias, que señala, de Euclides y Ptolomeo, y que
luego deberá completar en lo llamado actualmente ciencia experimental
(laboratorios, seminarios...
En la parte normativa de estas obras, junto a los
conceptos apuntados de influencias astrales, transmutación de metales, elixires,
encantamientos, amuletos, etc., figuran datos de excepcional importancia
relativos a sistemas de pesas y medidas; y también operaciones, en realidad
científicas, de laboratorio, y que en opinión de distinguidos tratadistas,
doctor L. Blas, doctor Holmyard; es la primera vez que, con datos de Historia,
se presentan en formal organización. Así tenemos los ensayos cuantitativos en la
oxidación del mercurio, la copelación del plomo argentífero, purificación por
copelación y de la plata en fusión de azufre. Junto a los conocimientos
experimentales, sorprende en la parte descriptiva la extensa y detallada
relación de productos plenamente conocidos y empleados, como magnesia, talco,
vitriolos, alumbre, marcasita, mercurio, azufre..., significativos de la cultura
científica, excepcionalmente relevante en la por tantos conceptos estimable
civilización hispano-árabe, de hace diez siglos.
Como atribuible a Máslama se viene también señalando
una verdadera enciclopedia que seguramente debe ser adaptación, o nueva forma de
la ya nombrada de los “Hermanos de la Pureza”, y que forma un conjunto de
cincuenta y un tratados de muy diversas materias (Catalogada y referenciada por
Casia).
Respecto al carácter madrileño y cordobés o cordobés
y madrileño de Máslama, es fácilmente interpretable. Córdoba era en el s X el
prepotente y avasallador faro cultural, que con extraordinaria personalidad
destacaba constantemente sobre todas las ciudades del mundo y por ello parece
natural que cuantos hombres de ciencia brillaban en sus estudios, a Córdoba se
encaminaban y se establecían allí con residencia más o menos prolongada; y así
este sabio madrileño desde temprana edad fue presa del singular atractivo de la
gran metrópoli andaluza, y así también se definía en su ilustre genealogía como
“qurtubí’, es decir, cordobés, significando de tal modo su preclara y distintiva
ejecutoria en la fuerte asimilación de la más trascendente cultura. Recientes
estudios y publicaciones de los distinguidos e ilustres escritores señores
Oliver Asín, Sáinz de Robles y Gil Montero presentan la incrementada importancia
del Madrid árabe, que señaladamente va personalidad con Muhammad I, emir
independiente de Córdoba, cuyo reinado se extiende del 852 al 880. Completó este
príncipe omeya el recinto amurallado de la villa, presidido por la estratégica
ciudadela (almudena), que tan excelentes servicios defensivos (y ofensivos)
prestaría potencialmente al emirato y califato frente al voluble reino moro de
Toledo, de tan difusa como debilísima amistad; y también adelantada y vigilante
fortaleza en el fundamental camino de Medinaceli, núcleo de muy excepcional
importancia por toda la frontera superior. Vemos así que el desarrollo del
Madrid árabe marcha paralelamente a la creciente de la España musulmana,
llegando en el esplendor del califato, o sea, en los reinados de Abd al Rahman
III (912-981) yAI-Hakam II (961- 976), a formar un grupo cultural de cierta
importancia en Astronomía (y Astrología), en cuya fácil acomodación debió
naturalmente ser parte muy destacada, el bonancible clima madrileño y la
diafanidad de sus serenas noches.
Volviendo al tema fundamental, en el enlace de las
dos ciudades españolas que por trascendentes períodos históricos han sido y
también vienen siendo sublime representación de nuestra patria, pueden tener
como el mejor resumen en el compendio de los diez siglos transcurridos desde la
culminación del califato cordobés, la excepcional figura de un sabio como
Máslama, de Madrid (y de Córdoba), cuya ejemplar vida ya hemos visto, comprende
desde mediados del siglo X a los primeros años de la undécima centuria.
Ptolomeo Almagesto -
Nuevas orientaciones
La singularísima personalidad del grupo cultural de
Madinat al Zahra, en terrenos de Matemáticas y Astronomía, le concede tan
ínclita categoría, que la conocida como Escuela de Máslama se agiganta
proyectivamente en el curso de los años. A ella pertenecieron muy ilustres
figuras, de las cuales se conocen los nombres de lbn al Samh, lbn al Saffar,
lbn-Kirmani, lbn-Khaldun, Al-Zahrawi, como también los distinguidos
continuadores de su obra: Djabir lbn Aflah, Abu-I-Hassari Al Marrakushi, al
Zarkali, al Gafequi. … que en árabe, y luego en otras lenguas, fueron
meritoriamente transmisores de los escritos de Máslama. Vemos que incluso
algunos de estos sabios llevan el apelativo de Zahrawi como total vinculación a
la famosísimamente espléndida ciudad califal de los alrededores de Córdoba. De
lo mucho ya investigado en ella, y en este aspecto siempre es obligadísimo
mencionar admirativamente a quienes desde hace bastantes años, como los señores
Hernández Castejón y Ocaña, distribuyen allí sus nobles actividades; sorprende
en la meticulosidad de las excavaciones los numerosos restos de relojes solares
encontrados, y que por el esmero y selectos materiales indican utilización en
fines también investigadores. Naturalmente que entonces los estudios
astronómicos, en su mayor parte, tenían sentido orientativo hacia la mejor
Astrología, no debiendo quedar duda de que con la civilización árabe, y aún
mejor con la hispano-árabe, los continuados y cada vez más perfeccionados
estudios astrológicos fueron magnífico camino para el desarrollo, ya en
categoría científica, de la Astronomía con normativa derivación hacia las
modernas teorías.
Destacadamente se presenta lo indicado en el
famosísimo “Tratado del Astrolabio”, tic Máslama, que magníficamente se conserva
en la por tantos conceptos ínclita biblioteca del Monasterio de El Escorial
(manuscrito número 967 del Fondo Árabe). Lo mismo con la profusión, que en la
perfección de sus dibujos forma documento de excepcional valía para los estudios
astronómicos y matemáticos en general, a los cuales suministra Máslama nueva y
vigorosa savia.
Mucho y muy diversamente se han comentado las
difusas teorías a que hubo necesidad de acomodar la Astrología y la Astronomía,
primitivamente inicial, para definir prácticamente los movimientos observados en
los planetas, sin alterar fundamentalmente los conceptos geocéntricos, pues como
dice el profesor Cohen en su atractiva obra “El nacimiento de una nueva Física”,
con epiciclo y deferente (y una dosis de ingenio) se obtenían combinaciones
cinemáticas y también dinámicas, en virtud de las cuales se desplazaban los
centros orbitales aparentes, llegando finalmente al movimiento del astro según
una curva elíptica.
Respecto al españolismo de Máslama, forma también
muy fundamental capítulo que agregar a esa gigantesca evolución hacia Occidente,
que a partir del siglo VIII presentan las ciencias árabes e islámicas;
interpretable primeramente en la reducción de las cronologías erarias persas e
indias a los sistemas generales arábigos para seguidamente adaptarlas a las
específicas nomenclaturas de Al-Andalus en los excepcionales centros
compiladores de Córdoba y Toledo; siendo tal vez el momento más científicamente
estelar (puesto que de estrellas y astros se trata) la adaptación a España de la
llamada cúpula de Arin o centro del mundo, y que en tributo a la cultura
hispano-árabe deseamos presentar, acuerdo tan decisivamente trascendente,
dimanado y amparado desde la inmortal ciudad califal de Madinat al Zahra.
Un día entre los días, el gran califa de Córdoba
Al-Hakam II, completadas en el mayor acierto las líneas generales de su
trayectoria política, por donde exteriormente, y luego de breve como potencial
alarde, se llega a diplomáticas y subordinadas relaciones de los Estados
limítrofes, e interiormente se agrega a una justa e institucional jerarquización
civil, la más grande amplitud cultural conocida por España. Entonces este
ilustre príncipe omeya, deseando dignificar de acondicionada manera la gran
labor científica que en los postreros años del reinado de su padre, produce la
insigne publicación llamada “El calendario de Córdoba», y en donde con su
ejemplar e inicial dedicatoria fue nominalmente honrado; tras los obligados
trámites, se reunió en una memorable tarde del suave otoño cordobés, en el salón
occidental (Al-Garbi) de Madinat al Zahra con el más brillante grupo de sus
consejeros intelectuales científicos y políticos, entre los cuales, además de
Máslama, figurarían:
Muhammad, Ahí Dalim, Umax y Ahmed lbn Yunus, lbn
Duraid, lbn Kutaíba, al-Zubaidi, PA. Yusufal-Wwrak, PA. ibn Harith ai-Kushod,
Ahmad ibn Kadim y. Mushafi, Abul-Qasim Khalaf, Yabya
ibn lshaq
Ali ibu Jafar, M. ibn Tamhih, Jayn lbn
Hassin, Jafar ibn Utman,
Futays, (... )
y efectuados los acatamientos de rigor, se expresó
del siguiente modo el ínclito soberano omeya: Sea ante todo nuestro mayor y más
ferviente tributo al gran Señor de los Mundos, y puesto que desde hace décadas
viene amparando en su benévola omnipotencia a este nuestro universal califato,
es bien que en sumisa alabanza Y luego interpretando tan manifiesta protección,
sea también esta Córdoba el centro del primer motor y núcleo del centro de los
mundos, y así ¡oh Abu al-Qasim Máslama ibn Ahmad al-Faradi al-Hasib al Qurtubi
al-Mayriti, nuestro Primer Astrónomo nuestro Primer Matemático, yo te demando y
te ruego que recogiendo este común sentir de los descendientes imperecedores del
también perenne en su perfecta memoria, nuestro gran Abd Manal (Alláh y los
musulmanes les sean propicios y se apiaden de él), en unión de nuestros visires,
caides, imanes, jefes de la surta y del barid. […..]
y, demás dignidades del imperio del Al-Andalus; que
en el perentorio plazo de dos lunas quede establecida y solemnemente proclamada
la primordial y única referencia tabular de Córdoba en la universa cronología,
lo mismo en Oriente como en Occidente,) también por todos esos mundos que
caminan y navegan más allá de nuestros sentidos.”
Luego de corta pausa, en obligado y respetuoso
homenaje al califa, y a una breve indicación del visir, tomó la palabra el gran
Máslama, quien primeramente recordó que ya en la adaptación de las tablas de
Albattenio venia desde hace algún tiempo efectuándose acomodación a la
nomenclatura occidental. Después se extendió en prolijas consideraciones de la
evolución experimentada por la llamada cúpula de Arin, que con origen en la
ciudad india de Ujjiaini, por donde también existía un importante observatorio,
llevó luego la trayectoria hacia Occidente de las civilizaciones indo-europeas e
irano-europeas, de tal modo, que durante algún tiempo la referencia en los
sistemas orbítales geocéntricos pasó a depender de un nuevo y fugaz observatorio
establecido en la isla de Socotora, ya con integradora acomodación respecto a
los pueblos árabes e islámicos estimando muy natural que al ser el califato de
la Córdoba Omniada el faro cultural más importante y universalmente reconocido,
fuera también la gran capital andaluza el preferente centro de compiladora
referencia para los estudios astrológicos y astronómicos.
Después, y según venía siendo costumbre en las
reuniones de Madinat al Zalira, se debió prolongar bastante tiempo, en animadas
y amigables discusiones, tan distinguida como científica asamblea; que muy
selecta y agradablemente sería obsequiada por el califa con la tradicional
gentileza de la inmortal ciudad omeya.
Es tan importante y trascendente la colaboración
cultural hispano- árabe, que la mayor parte de los conocimientos científicos
transmitidos o creados por los árabes se mantienen ostensiblemente como piezas
fundamentales casi hasta final del siglo XVII, ya que incluso las teorías de
Kepler y Copérnico fueron prestamente arrinconadas por consideraciones
teológicas.
Literariamente, vemos esta cultural influencia en
dos de nuestros mejores escritores: Juan de Mena y Cervantes.
Del genial poeta (y también ilustre prosista
cordobés) Juan de Mena, en su grandiosa y capital obra “El laberinto”, se tienen
numerosas referencias astronómicas, con las mismas acomodadas interpretaciones,
hasta tal punto que sus capítulos vienen encuadrados y amparados bajo los
tradicionales círculos orbítales, (1°, Orden de la Luna; 2°, de Mercurio; 3°, de
Venus; 40, del Sol; 5° de Marte, 6°, de Júpiter, 7°, de Saturno...). Presentando
después, y en la copla 126, que forma parte de las dedicadas a don Enrique de
Villana (o de Aragón), las siguientes estrofas, bien representativas de
divulgados estudios astronómicos en los más puros y directos conceptos
tradicionales:
“Aquel que tú ves estar contemplando
el movimiento de tantas estrellas
la obra, la fuerza, la orden de aquellas,
que mide los cursos de cómo y de cuando,
e ovo noticia filosofando
del movedor e de los conmovidos,
e fuego de rayos, de son de tronidos,
e supo las causas de mundo velando.
De Cervantes, en el capítulo XLI, segunda parte del
Quijote dialoga con Sancho el excepcional protagonista, caballero en Clavileño:
" ya debemos llegar al(a segunda región del aire,
adonde se engendra el granizo o las nieves; los truenos, los relámpagos y los
rayos se engendran en la tercera región, y si es que desta manera vamos
subiendo, presto daremos en la región del fuego, y no sé cómo templar esta
clavija pare que no subamos donde nos abrasemos”
Al regreso del “viaje” refiere Sancho su famosísima
escena con las siete cabrillas, o sea, la llamada constelación de pléyades (del
nombre de la diosa Pleyone). interrumpiendo don Quijote tan eufórica narración
con su más “pensado razonar” (que esta vez sí puede decirse de tal modo):
“Bien es verdad que sentí que pasaba por la región
del aire, y aun que tocaba la del fuego pero que pasásemos de allí no lo puedo
creer, pues estando la región del fuego entre el cielo de la luna y la última
región del aire, no podríamos llegar al cielo donde están las siete cabrillas.”
Finalmente deseamos presentar fragmentadas algunas
de las composiciones poéticas incluidas en “El collar de la Paloma”, y de claras
referencias astrológicas y astronómicas:
“Caen postradas las flores ante su rostro;
rostro perfecto, donde riada sobra ni falta;
cálido, cuando el Sol de la mañana está en
Capricornio;
fresco y placentero, cuerdo el Sol está en Leo.”
“Tenía que pedir a la Fortuna una cosa,
que estaba en conjunción con el lejano planeta
Júpiter.
La fortuna, amablemente, la empujó
hasta dejarla cerca de mi vista.”
¡Parece que soy el guarda de este jardín verde
oscuro del
firmamento,
cuyas altas yerbas están bordeadas de narcisos.
Si Tolomeo viviera, reconocería que soy
el más docto de los hombres en espiar el curso de
los astros.”
Completados estos trozos poéticos con las
invocaciones al séptimo cielo, que igualmente figuran en dicha inmortal obra,
vemos nuevamente relacionados, también científicamente, los dos ilustres
escritores (de Madrid y de Córdoba), que en máximo grado honran este breve
ensayo, con sus, preclaros como inmortales nombres.
El fin del siglo X
La agotadora labor política y cultural de la Córdoba
del siglo X, llevada a extremos muy difícilmente superables, tenía que reflejar,
a finales de este siglo, el intenso jadear, ya en los linderos de consunción,
producido por tan gigantesca trayectoria civilizadora, criando y alimentando a
sus pechos a casi todas las naciones occidentales.
Ya hemos visto que el fallecimiento de Máslama,
históricamente se admite entre los años 1004 y 1007 de nuestra Era Q 6), y así
puede decirse que gustó las mieles del Califato, en el esplendor cultural de Al-Hakam
II y el brillante periodo de Almanzor, sin Regar a las tan amargas hieles de la
Fitna, luego de la trágica muerte del segundo hijo de Almanzor, Abd al Rahman
(Sanchuelo).
El poderío cordobés, en los últimos años del siglo
X, viene a representar tradicionalmente esa tan intensa vitalidad, casi
precursora del colapso, que con todo el “ecumene” ha de hacer vibrar a los dos
califatos y a sus amplísimas zonas de influencia. Parece entonces tomo si todas
las personalidades intelectuales apretadas por esta conmoción de tan amplia
magnitud tuvieran prisa en acumular, y seguidamente difundir, conocimientos
profundos en sus cimientos y dilatados en su evolución; es el intuitivo
discernimiento que vislumbra el declive de una civilización, y en cuyos
conceptos precursores han sido siempre tan particularmente sensibles los
intelectuales, y que años después también podemos tener análogas
características, con Averroes, apresurándose a dejar la más dilatada constancia
de sus estudios al presentir la cercana decadencia del imperio almohade.
Cronistas hispano-árabes comparan la Córdoba madura
de finales del siglo X como una rosa plenamente abierta que va desapareciendo
pétalo a pétalo, en ese otoño que va a ser para ella el siglo xi y que aún entre
el todo que invadirá tanto esplendor han de brillar todavía algunas fugaces
flores otoñales, que suavemente perfumarán la que fue brillantísima capital del
Califato de Occidente.
Políticamente, ya hemos visto que la fecha en que se
admite el término de la vida de Máslama (muy probable, hacia el año 1007)
corresponde todavía al esplendor amirita, ya en sus postrimerías, pues
análogamente que en otras instituciones, el poder personal de su ilustre
fundador ha de ocasionar muy pronto una rápidamente evolutiva transformación
social, a la cual no pueden ser ajenos los hijos de Almanzor, que mueren muy
prematura y cruelmente, en medio de feroz lucha de clases, natural consecuencia
de todas las dictaduras; y entonces plenamente superado y liquidado, el siglo X
dará paso a la anarquía de los reinos de Taifas, por donde determinativamente se
esfuma una de las más brillantes etapas del poderío cordobés.
Pero la perennidad cultural de Córdoba facilita
constantemente savia a todo el mundo occidental y oriental, y así vemos que
reciente el cadáver de Máslama ya empieza a brillar en la misma ciudad del
universal Califato la gigantesca figura de lbn Hazm, en la siempre y continuada
labor civilizadora de Al-Andalus, proyectada esta vez hacia las más amplias
facetas pues todas fueron cultivadas con éxito por el excelso autor de “EI
collar de la Paloma”.
SA’ID
AL-ANDALUSI
-Abd Fatah Checa.
Vino al mundo SA’ID AL-ANDALUSI, en una época de inestabilidad
política para AL-ANDALUS. Tras la muerte del excepcional militar y estadista
Ibn Abi’Amer (Almanzor), ocurrido a comienzos del Siglo XI, se produjo un
enfrentamiento civil (fitna) que produjo la fragmentación del califato Omeya
de Córdoba, apareciendo pequeños estados, los llamados reinos de taifas.
Hay muy pocos datos para reconstruir
la biografía del cadí Sa’id, se dice que era descendiente de notable linaje,
su familia procedía de Córdoba, de donde huyó durante la fitna a Almería,
que entonces era una próspera ciudad comercial y primer puerto de al-Andalus,
donde nació en el año 420/1029 Abu-L-Qasim Sa’id ibn Ahmad ibn ‘Abd al-Rahman
ibn Muhammad ibn Sa’id, llamado posteriormente Sa’id al-Andalusí por las
fuentes árabes orientales, mientras que en su propia tierra se le
denominaría con los toponímicos al-Qurtubí (el cordobés) y al-Tulaytuli (el
toledano), bien debido a su origen familiar, bien por la ciudad donde
residió desde la juventud hasta su muerte. Su abuelo, Abu-L-Mutawif’Abd al-Rahman,
ocupó el cargo de cadí (Juez) en Medina Sidonia; su padre tuvo un cargo
oficial de cierta importancia en Córdoba.
Se desconoce dónde realizó sus
primeros estudios y cuándo abandono su ciudad natal. Es probable, sin
embargo, que en Almería aprendiera a leer y que, dado el ambiente familiar,
pronto recibiera lecciones de Fiqh o derecho islámico y de hadit o
tradiciones, siendo adolescente, Sa’id viajó por al-Andalus y, al parecer,
siguió algunos cursos en Córdoba. Con diecisiete años se instalo
definitivamente en Toledo, ciudad que había vivido momentos políticamente
inestables, durante el califato y que durante los Reinos de Taifas vivía
momentos de esplendor cultural, concretamente bajo la dinastía de los Banu
dí-L-Nun. En la ciudad del Tajo, completó su formación intelectual con
excelentes maestros, según informa el propio Sa’id en su obra Tabaqat al-umam.
Entre estos hay que destacar al ilustre Juez de Talavera Ibn aL-Waqqasi,
natural del pueblo toledano de Huecas, que murió en el 489/1096, tras haber
sobrevivió largos años a su discípulo. Un segundo maestro de Sa’id fue el
científico aragonés aL-Waydis, quien influyó decisivamente en su formación
matemática, como lo reconoce el mismo en las Tabaqat.
Y Abu Ishaqb Ibrahim b. Lupp b. Idris
aL-Tayibi conocido como aL-Quwaydis. Era originario de Calatayud, ciudad
que abandonó para establecerse en Toledo, donde realizó sus estudios.
Destacó en el campo de la aritmética, la geometría y los repartos
sucesorios, materias que enseñó durante largo tiempo, y conoció también la
astronomía. Yo estudié con él muchas de estas ciencias. Tenía, además, un
gran dominio de las lengua árabe, materia que había enseñado durante largo
tiempo en Toledo.
También fue discípulo del gran
escritor e intelectual cordobés Ibn Hazm. En Las Tabaqat Sa’id no lo afirma
explícitamente. Pero, en la larga referencia bibliográfica que le dedica,
muestra haber tenido una relación estrecha con Ibn Hazm, pues alude a una
carta personal de éste a propósito de la fecha de su nacimiento y a una
información oral facilitada por su hijo Abu Rafi al-Fadl, sobre la inmensa
producción literaria del escritor cordobés. Además el cadí toledano escribió
una obra de tema religiosos que parece la continuación del Fisal de Ibn Hazm.
Otro maestro de Sa’id habría sido,
según una fuente fidedigna el tradicionista de Guadalajara Abu Huhammad al-Qasim
ibn al Fath, versado en Corán, Fiqh y Hadit.
También se dice que fue otro de sus
maestros Abu Ya’far Ahmad ibn Jamis ibn ‘Amir ibn Domingo: aunque de éste no
se tienen pruebas documentales de que fuera su maestro, solo aparece en dos
ocasiones citado en la Tabaqat uno como Matemático y después como Médico.
Se puede distinguir de Sa’id, la
amplia formación intelectual con tres núcleos de interés: el científico,
jurídico e histórico; este último es básico para poder valorar la
contribución del cadí toledano a la cultura de al-Andalus.
Como científico, Sa’id se oriento
preferentemente en este campo hacia la astronomía y las matemáticas,
escribió una obra de astronomía que, por desgracia, se ha perdido, pero que
a través de diversas fuentes judías podemos reconstruir su labor científica
en cuanto astronomía. Contribuyó de manera decisiva a la elaboración de las
renombradas Tablas Toledanas junto a su compañero de investigación Walad al-Zarqiyal.
En ella se seguía el método del Sind Hind, de origen indio, modificado
después por Ibn al-Adamí, que Sa’id y al-Zarqiyal perfeccionaron con
cálculos más exactos, y en virtud del cual se formulaba la teoría de la
trepidación de las estrellas fijas, es decir el movimiento de acceso y
receso, contrario a las doctrinas ptolemaicas.
Merece subrayarse la labor de mecenas
y de organizador llevada a cabo por Sa’id a través del círculo científico
impulsado y dirigido por él, pues a partir de éste se consolidará en Toledo
una tradición científica y literaria de cuyos logros se benefició durante
varios siglos la cultura europea medieval, gracias sobre todo a las
traducciones del árabe.
La aportación de Sa’id al-Andalús a la
ciencia medieval como historiador en su obra Tabaqat al-Umam, sus biografías
de matemáticos, astrónomos y médicos han representado en el pasado, y siguen
representando también hoy, un instrumento bibliográfico imprescindible para
el estudio de la ciencia antigua y medieval, en particular de la India,
Grecia y del Islam medieval, tanto oriental como occidental. Incluso
aquellos que no se le han dedicado una nota biográfica, lo utilizan con
frecuencia como fuente histórica.
Es muy considerable la aportación de
Sa’id como jurista. Tuvo un reconocimiento público al ser nombrado Juez de
Toledo por el gobernante de esta ciudad Yahyá ibn Ismail al-Ma’mun. De
hecho, ya entonces comenzó a ser conocido simplemente por “el cadí Sa’id”.
Sabemos que fue un jurista muy prestigioso, pero ninguno de sus biógrafos
indica a que escuela jurídica pertenecía.
Ibn Baskuwal, nos informa de dos
innovaciones procesales introducidas por Sa’id: la admisión como medio de
prueba en un proceso civil de un solo testigo, más el juramento
correspondiente respecto (el derecho islámico obligaba a presentar dos
testigos idóneos como prueba), y la validez jurídica de un testimonio
escrito siempre que fuera confirmado por dos testigos (por lo general, no se
admitía un escrito como prueba, dado el peligro de que pudiera ser
falsificado).
El Sa’id como historiador. Consta que
escribió una Historial Universal y quizá también una Historia de al-Andalus,
que no se ha conservado.
Durante casi dos siglos son cientos
de Andalusíes los que viajaron a Damasco, Alejandria, Qayrawán y Fustat para
aprender de maestros orientales. Desde finales del Siglo X al-Andalus pasa a
un proceso de creación de cultura en todos los campos del Saber. Se
introduce la muwassaha y el zéjel en poesía, renovándose también la prosa
árabe mediante un estudio menos afectado y más lleno de vida. También en
este período en al-Andalus hay un sorprendente florecimiento científico y
filosófico. Ningún país europeo podía rivalizar ya con al-Andalus.
El trabajo incansable del cadí Sa’id y
otros muchos sabios andalusíes convirtió al-Andalus en foco permanente de
cultura a donde viajaban estudiosos orientales y europeos deseosos de
aprender Ibn Hazm de Córdoba decía:
Los andaluces se han abierto un camino amplio,
fértil y dilatado en el dominio de las ciencias de las “lecturas” y las
tradiciones, en el conocimiento de una gran parte del derecho islámico, en
la inteligencia de la gramática, de la poesía, de la lexicografía, de la
historia, de la medicina, de las matemáticas y de la astronomía.
Este insigne juez e investigador astronómico y
gran historiador de las ciencias murió el día 6 de Julio del 462/1070 en
Toledo, a los 42 años de edad, fue el visir de la corte toledana y
prestigioso jurista Ibn al-Hadidi, el que se encargo de todos los detalles
de su entierro, al-Andalus perdía a uno de sus más ilustres sabios.
Solo tenemos constancia de cuatro obras
escritas, tres de ellas están citadas explícitamente por él mismo en Las
Tabaqat al-Umam y que por tanto fueron escritas antes de dicho libro, cuya
redacción concluyó el año 460/1068, y una cuarta obra conservada, las
Tabaqat.
Historia de la filosofía y de las
ciencias o libro de las categorías de las naciones.
Kitab Tabaqat al-Umam (Sa’id al-andalusí)
Sa´id
Faray Al - Dugali
Un granadino en Marruecos ( m. 987 / 1579 )
La
emigración andalusí al Magreb tiene , como es sabido , dos períodos de
singular importancia . El primero , motivado por los desplazamientos de
población que supone las grandes conquistas cristianas del siglo XIII , ha
sido ya en este coloquio , objeto de dos comunicaciones . El segundo , que
se produce entorno a la última etapa y definitiva extinción del reino de
Granada ( sobre el que ha versado la comunicación precedente ) es aún más
considerable y hace que los andalusíes cobren , sobre todo en Marruecos ,
una importancia de primera plana . Esta emigración de los siglos XV y XVI ,
así como su relevancia social , cultural y política en las tierras de
allende del Estrecho , está aún por estudiar de una manera sistemática .
Aquí
voy a intentar examinar algunos aspectos de esta emigración a través de la
trayectoria biográfica de uno de aquellos granadinos , vida ejemplar ,
arquetípica y por lo tanto única , extraordinariamente ilustrativa de la
peripecia de los exiliados , así como de algunos aspectos de lo que su
llegada y asentamiento supone en la historia de Marruecos .
Las
fuentes árabes contemporáneas , y en especial los diccionarios biográficos
, aportan datos de un sin número de personajes y familias de andalusíes , a
veces verdaderas dinastías de letrados y hombres de religión en Tetuán ,
Sasawin , Rabat , Salé , Al - Qasr al - Kabir , Marrakus , pero sobre todo
en Fez , en cuya vida intelectual y política desempeñaron un papel de
primera importancia . Estas familias , pertenecientes a las clases
dirigentes y económicamente acomodadas del Reino de Granada , habían
emigrado a lo largo del siglo XV o en los años en torno a 1492 . No voy a
ocuparme ahora de ninguno de sus miembros . El personaje de que voy a tratar
pertenece a la migración que se produce entre la rebelión fallida de 1501 y
la guerra de las Alpujarras de 1570, emigración de artesanos , labradores ,
campesinos y clases bajas urbanas , cuyo desarraigo se hace en las
circunstancias mas duras y cuya inserción en la sociedad de acogida , es más
conflictiva . Entre otras cosas , esta emigración incrementó el potencial
bélico de Marruecos e hizo más violenta y más activa la guerra del corso .
Uno de
los campos en que más patente se hace el aporte andalusí a partir de la
segunda mitad del siglo XV es , en general , en todo aquello que tiene que
ver con la guerra . Por razones esenciales : en primer lugar , porque los
superiores conocimientos técnicos militares , desde la estrategia a la
fabricación de armas e ingenios , hacen a los andalusíes singularmente
competitivos , cuando no únicos e irremplazables . De hecho , importan al
Magreb técnicas y tácticas de la Península Ibérica . Y en segundo lugar ,
por su belicosidad extrema y su gran combatividad fomentadas por el
desarraigo , consecuencia de la emigración y por el rencor hacia los
habitantes cristianos de la Península Ibérica . Características ambas que el
buen conocimiento de las regiones costeras de aquellas y de la lengua
castellana , hacían particularmente eficaces . Como sus alienaciones o sus
lealtades políticas en la nueva patria no están siempre claras ni en
cualquier caso , muy profundamente enraizadas , en más de una ocasión esta
eficacia guerra se convirtió en armas de doble filo para los gobernantes
magrebíes .
Las
relaciones de los andalusíes con la guerra pueden dividirse en dos apartados
por otra parte y como tendremos ocasión de ver , entretejidos :
1.-
Actividades espontáneas o fuera del control del estado aunque con
autorización más o menos tácita de éste . Desde sus asentamientos ,
geográficamente situados en lugares de la costa Norte , o cercanos a ellas ,
los andalusíes se defienden de los ataques de las tribus árabes locales al
tiempo que hostigan de manera sistemática las cercanas plazas castellanas o
portuguesas . El caso bien conocido de al - Mandari , que solicitó permiso
al sultán Wattasí de Fez para fortificar Tetuán , entonces medio despoblado
y derruido , se repite en una infinidad de lugares menores . Baste como
ejemplo Tazuta , cercano a Melilla , donde según Mármol , “ un moro Andaluz
de los que se pasaron del reino de Granada la pidió al rey de Fez y la
reedificó y pobló de moros andaluces que avía llegado consido y desde allí
hazia siempre guerra a los christianos de Melilla y de Caçaça “ o de Azgán ,
“ sierra en la provincia de Cuzt “ repoblada y hecha fuerte por “ Andaluzes
, gente bellicosa , y tienen más de seys mil hombres de pelea y algunos
cavallos y vallesteros y escopeteros de a pie “ , noticias semejantes se
tienen de Targa , en la costa cercana a Safsawin , de Camis Metgara “ a
cinco leguas de Fez “ , de Sofroy en Cuzt , etc. Recientes prospecciones
arqueológicas en la costa Norte de Marruecos y en torno a una serie de
torres y fortificaciones costeras entre Safsawin , Wadi Law y Abu Ahmad ,
parecen indicar que tales torres fueron construidas por andalusíes imitando
la concepción y la construcción del sistema de vigilancia del reino de
Granada .
También
en la costa atlántica había andalusíes asentados y las crónicas portuguesas
recogen múltiples episodios menores , en torno a Arcila y Larache , de
ataques de granadinos y andaluces , entregados , por su cuenta y riesgo a su
pequeña guerra de desgaste y hostigamiento continuo .
El
fenómeno no es exclusivo de Marruecos , como prueban las fuentes y
documentos castellanos es el más representativo y creo que es ilustrativo
citar el texto de Mármol a su respecto , que le convierte en un ejemplo
arquetípico . Sargel :
“
Estuvo más de trezientos años despoblada hasta que aviendo ganado el
Catholico rey don Hernando la ciudad de Granada en el principio del año del
señor mil y cuatro cientos y noventa y dos , se passaron muchos de los Moros
que vivian en aquel reyno de Berbería y la començaron algunos dellos a
poblar reparando solamente el castillo y aquella parte de casas que hallaron
más commodas para su vivienda y de dia en dia se aydo poblando todo aquel
llano de Mudéjares , Andaluzes y Tagarinos , hombres ingeniosos y valientes
que tienen muchas y muy buenas tierras de labrar y grandes pagos de olivares
y viñas dentro de los muros antiguos y an puesto cantidad de moreras para la
cría de la seda que es su principal grangeria por que la tierra es muy buena
para ella y se an hecho más de cinco mil casa donde ay de ordinario más de
mil escopeteros y vallesteros de los vezinos “ .
Todas
las fuentes que recogen noticias acerca de los lugares de andalusíes ponen
de manifiesto , tanto su belicosidad y su defensa de la costa como su
decidida vocación agrícola, principalmente la horticultura y el cultivo de
árboles frutales , del olivo del cual extraen aceite , caña de azúcar ,
cáñamo , lino , pero sobre todo seda . Todo ello , pues , dentro de la más
fiel tradición granadina . También hacen relación constante a repoblación de
lugares despoblados y semiderruidos y a su necesidad de defenderse de las
tribus locales . Conviene situar estas noticias en su contexto para hacerse
cargo del alcance que pueden tener estos datos . En la primera mitad del
siglo XVI el litoral marroquí estaba prácticamente bloqueado por la
ocupación castellana y portuguesa y asolado por las continuas expediciones y
entradas que los cristianos realizaban tanto desde sus plazas como desde la
propia Península . Este factor redunda sobre las pestes ( la más famosa y
devastadora de las cuales tuvo lugar en torno a 1521 ) y una serie de
Sequías en producir una tremenda despoblación en todo el Norte de Marruecos
, con el consiguiente abandono de amplias zonas agrícolas y la
intensificación del nomadismo más o menos depredador . El aporte andalusí es
pues , en todos estos sentidos ( repoblación , defensa de la costa ,
recuperación de zonas agrícolas ) el único que contrapesa un balance
devastadoramente negativo .
Pero
además de guardar la costa de ataques cristianos y de hostigar fronteras y
presidios , los andalusíes se dedican al corso . Tanto por deseo de lucro ,
ya que el corso es una actividad cuasicomercial universalmente practicada en
el Mediterráneo , como por practicar la guerra santa en contra de los
cristianos de la Península Ibérica , contra los que guardan resentimiento y
deseos de venganza . Pero sobre todo y en el periodo que nos interesa , esta
actividad corsaria obedece también a la necesidad de organizar el transporte
clandestino de mudéjares y moriscos a tierras norteafricanas .
Hay que
recordar que desde los primeros tiempos de la conquista , los castellanos
habían autorizado la marcha legal de la población vencida , previo pago de
unos derechos de salida y tránsito que solo las clases pudientes podían
satisfacer . Para el resto , esto gravámenes y una serie de presiones
indirectas por parte de los vencedores hacían que la emigración resultase
ilusoria . El tráfico clandestino se generalizará a partir de 1500 y es
particularmente intenso en torno a los años 1570-73 .
En
cualquier caso , está suficientemente demostrado ( y es uno de sus aspectos
más conocidos ) el incremento que supusieron y la virulencia que inyectaron
en la guerra del corso , dirigida sobre todo contra naves y contra costas
españolas . Estudios recientes han puesto de manifiesto los efectos que el
acoso constante de los piratas tuvo sobre algunas regiones españolas .
2.- Los
andalusíes participan además en la : “ guerra oficial “ llevada a cabo por
el Estado , tanto integrando cuerpos del ejercito regular como dedicándose a
la fabricación de armas e ingenios de guerra .
Existen
menciones de cuerpos de ejercito integrados por soldados andalusíes desde la
época mariní , principalmente ballesteros , que pasaron a ser arcabuceros y
artilleros en tiempos wattasíes . Muhammad al - Sayj , el primer sultán
sa´dí , emprendió una serie de esfuerzos para mejorar y modernizar el
ejército , entre los cuales se incluía el alquiler de hombres de infantería
que supieran usar armas de fuego . Esta infantería era en su mayoría
andalusí . Pero es su hijo Abd ´Allah el que recurre por primera vez al
reclutamiento sistemático de andalusíes emigrados , con los que formó un
poderoso yays al-nar al que me referiré más abajo .
No sólo
la artillería y la arcabucería pasa a estar en manos de los andalusíes .
Desde el siglo XIII la técnica del sitio es especialidad andalusí ) , así
como la fabricación de ingenio de guerra . Los diccionarios biográficos
recogen ejemplos como el de Muhammad ibn Áli al-Hayy al-Isbili , un mudéjar
de la ciudad de Sevilla instalado en Fez , experto en ingeniería ( hiyal al
- hidasa ) especializado en instrumentos y mecanismos de guerra para
transporte y levantamiento de cuerpos pesados . Fundó la dar al - sina´a de
Salé en tiempos de Ya ´qub al - Mansur al - Marini y murió en 714 . Y para
el sitio de Tremecén el sultán mariní recibió refuerzos de arqueros y
ballesteros de Granada “ habituados a los trabajos del asedio “ .
En
tiempos de Leo Africano , y también en los de Mármol , la fabricación en Fez
, de ballestas y espadas estaba en manos de granadinos , que eran por otra
parte los que monopolizaban la Atarazana donde se fabricaba la pólvora y la
artillería . Hasta el último cuarto de siglo XVI el monopolio andalusí de la
artillería ( tanto en fabricación como en cuerpos de ejercito ) en Marruecos
, parece haber sido absoluto . La afirmación puede hacerse extensible a
otros lugares del Magreb , y en especial , a Argel .
Este es
el contexto en el que , se mueve el personaje en torno al cual gira nuestra
comunicación . Se llamaba Sa´id ibn Faray al - Dugali , y de él se recogen
noticias o briznas de noticias en fuentes árabes contemporáneas , pero
también castellanas , portuguesas y judeo - marroquíes .
A pesar
de lo escuetas y dispersas que son tales noticias , acaban dibujando la
personalidad de un soldado de fortuna singularmente emprendedor , hábil y
ambicioso y su accidental trayectoria vital desde emigrante anónimo ,
guerrillero y corsario a poderoso y rico alto mando del ejercito regular
marroquí con gran capacidad de influencia junto al soberano . Poco
embarazado por escrúpulos ni lealtades personales o políticas , debió pensar
que su poder sobre los destinos del país era suficiente como para intentar
un golpe de estado nada menos que en contra de Ahmad al - Mansur .
No es
el tipo de personaje en el que se complacen las crónicas oficiales
dinásticas ni mucho menos los diccionarios biográficos , y sin embargo ,
ninguna fuente contemporánea que puede evitar mencionarlo . Si su vida es
ejemplar , y por lo tanto excepcional en lo que a la emigración granadina en
Marruecos se refiere , resulta singularmente a tono con las vidas de no
pocos andaluces , anónimos o no , del siglo XVI .
Según
Luis de Herrera era de Motril , según Mármol , era de Órgiva . Al - Fistali
afirma que había nacido en N.tis (?) , una alquería en las montañas de la
región de Granada . Según este mismo autor , cuando la toma de Granada , los
abuelos de al - Dugali fueron de aquellos que prefirieron permanecer en su
patria sufriendo el dominio cristiano , antes que emigrar a tierras
islámicas . Fue el propio Sa´id el que emigró , acompañado por su hermano
Ahmad , en fecha que al - Fistali no especifica , pero que desde luego fue
muy anterior a la rebelión de las Alpujarras . De este hermano Ahmad no
vuelve a saberse más , aunque luego aparece un sobrino Muhammad que quizá
fuera su hijo . Ambos hermanos se instalaron en Tetuán donde “ eran marinos
“ según al - zayyani o “ se dedicaban a viajar por el mar “ según al -
Fistali eufemismos evidentes para señalar la piratería , dedicación inicial
que queda demostrada por datos posteriores , a los que aludiré más adelante
. En cualquier caso , en un momento dado al - Dugali conoció a un alto
personaje de la corte del sultán Abd ´Allah el - Galib , del que no sabemos
más que el nombre , Abu Áli al - Hasan ibn Abi Bakr , y fue su huésped en
Fez . Según al - Fistali y al - Zayyani , este personaje inspiró al sultán
la idea de reunir un ejercito regular de andalusíes bajo las ordenes de Al -
Dugali .
En 907
/ 1562-63 al - Dugali “recibió orden de actuar , recorrió los asentamientos
de los andalusíes en Marruecos , los reunió de grado o de fuerza , inscribió
14.000 en el registro de paga y los transportó a Marrakus “. Allí organizó
bajo su mando un nutrido yays min al - nar , y el soberano les concedió
iqta´at en el lado occidental de su vega ( la de Marrakus ) , donde
sembraron los campos y crearon huertos , unos con árboles y otros sin
árboles , estado de cosas que continúa hoy en día , con lo cual se apaciguó
su nostalgia ( la de los andalusíes ) por su patria “ . El Barrio que
crearon en Marrakus y en el que se asentaron recibió el nombre de Riyad al -
Zaytun .
Mármol
proporciona unas noticias bien similares a las de al - Zayyani y al -
Fistali . En su descripción de la ciudad de Marrakus dice “… Dos lenguas al
Levante desta ciudad passa el rio de Tancift , que riega toda aquella
comarca , y de poco tiempo a esta parte el Xerife Abdala a traydo un gran
golpe de agua que viene desde la sierra de Agmet hasta Marruecos sobre la
tierra , con la qual muelen más de cincuenta molinos repartidos a trechos
por la ribera hasta llegar a los muros de la ciudad y se riegan muchas
huertas que han hecho los moros Andaluzes que passaron de Orgiva y de
Tavernas y de otros lugares del Reyno de Granada . A estos moros da el
Xarife repartimientos de tierras en los términos desta ciudad y acostamiento
ordinario como a soldados y de alli van a Salé y con las fustas que de
ordinario ay en aquel rio viene a correr la costa de España . Y tiene por
alcayde un moro Andaluz llamado Dogali ( que quiere decir tramposo ) y de
nombre propio Ludey , los quales moran en Marruecos en un barrio que está
junto a la alcaçava llamado Arriat Zaytun que ahora llaman Orgiva la Nueva
porque los primeros pobladores del fueron de aquella villa “ .
En
otras fuentes árabes contemporáneas se encuentran noticias más someras ,
aunque coincidentes . Por ejemplo , la Crónica anónima de la dinastía sa´dj
, cuyo autor , en general contrario a los sa´dies , tiene palabras de gran
dureza hacia Abd ´Allah por su actuación respecto a los rebeldes granadinos
y por sus buenas relaciones con la corona castellana . Según su autor , el
sultán Abd ´ Allah , después de haber animado a los musulmanes granadinos ,
con cuyas cabezas estaba en contacto , a la rebelión , prometiéndoles su
apoyo , no sólo no cumplió su palabra , sino que : “ estableció
correspondencia con los cristianos y convino con ellos que saldrían los
andalusíes ( ahl al - Andalus ) hacia las regiones del Magreb y él
establecería poblaciones para ellos en las costas y en las dos ciudades de
Fez y Marrakus , donde luego formó con ellos un enorme cuerpo de ejercito (
yays ) , lo cual redundó en su beneficio y contribuyó a la paz de su reinado
“ . El cronista anónimo insiste en los beneficios reportados por estos
andalusíes y en la dureza de tratamiento impuesta por Abd ´ Allah : “
Reclutó un ejercito de la gente de al - Andalus , aquellos que habían huido
del infiel por causa de su religión , y les impuso penosos servicios y
reunió de entre ellos un ejercito enorme para utilizarlos . Se fortaleció
por medio de ellos y por su causa fue pacifico su reinado “ . La inquina
contra Abd ´ Allah y contra sus imposiciones militares sobre la población
andalusí parece representar un punto de vista de al menos un sector de ésta
. Otras fuentes abundan en el mismo sentido .
Respecto a la actuación de al - Dugali , al - Zayyani continúa : “ los
notables andalusíes y las principales familias le detestaban porque les
hacía servir en la milicia y lo execraban porque les forzaba a llevar armas
de fuego y les imponía jefes que no eran de su agrado “ . La noticia es bien
interesante . Las familias de notables , de hombres de leyes , de buena
posición , habían sido las primeras en exiliarse , y por tanto , las que más
tiempo llevaban asentadas en Marruecos . Es lógico que no fuera de su agrado
el verse a las ordenes de estos recién llegados , hábiles y ambiciosos
soldados de fortuna .
También
según Mármol , al - Dugali se encuentra en los orígenes de la piratería de
Salé . En la descripción de esta villa añade : “ Después que un morisco del
reyno de Granada llamado Dogueili , natural de Orgiva , passo en aquellas
partes , se arman allí fustas con que los Moros hacen daño en tierra de
christianos “.
El
número de 14.000 andaluces registrados que recoge al - Zayyani parece , en
principio , muy elevado . Y más si tenemos en cuenta que estos andalusíes
tenían familias . Aunque la fuente es fiable , ya que al - Zayyani tenía
acceso ( y demuestra haber hecho uso ) a los archivos del Majzen sa´dí ,
durante el reinado de Abd ´Allah y los subsiguientes , las noticias que
tenemos se refieren a actuaciones concretas de cuerpos de ejercito
integrados por andalusíes cuyo número parece oscilar alrededor de los 5000 .
Sobre ello volveré más adelante . El propio al - Dugali aparece a la cabeza
de unos 2.000 soldados de artillería , un cuerpo de “ élite “ que estará
presente en todos los acontecimientos importantes del período .
La
primera actuación de este cuerpo de ejercito de que tenemos noticias está
relacionada con la toma de Tetuán por el sultán Abd ´ Allah en 1567/975
aprovechando las luchas contra los descendientes de al - Mandari y los
surafa ´ Banu Rasid que dividían la ciudad . En Mármol se puede encontrar
una relación pormenorizada de estas rivalidades y su desenlace .
Aprovechando la ausencia de Hascen , alcaide de la ciudad , “ Cidi Hamu ,
cabeça del vando contrario , entró dentro y mató a todos los del linage de
Bu Ali y se alço con ella . Lo qual sabido por el xerife rey de Fez envió
luego un alcayde llamado Ben Halifa con mil de a cavallo y al - Dogueyli se
fue a Marruecos donde estava a la sazón el xerife Abdala y así se acabó el
señorío y el linage del Almandari “ . Linaje , por cierto , también de
andaluces granadinos como es bien conocido .
La
segunda noticia , que únicamente he encontrado en al - Fistali , es su
participación en el intento de rebelión del príncipe al - Nasir contra su
padre , el sultán Abd´Allah . Debió entonces pasar desapercibida , pues no
afectó a su posición , cada vez más encuadrada e influyente . La noticia ,
como demuestran los acontecimientos posteriores , es verosímil , o al menos
indicativa de la inquietud y ambición del personaje que nos ocupa .
Son
ahora las fuentes documentales españolas las que proporcionan noticias
inmediatamente posteriores de la trayectoria de al - Dugali . Confirmando la
noticia de Mármol antes citada de que ejercía la piratería desde Salé ,
sabemos por fuentes canarias que le llaman Dogalí “ el Turquillo “ que a
principio de septiembre de 1571 tenía preparadas y dispuestas en Salé siete
galeras con 400 hombres de desembarco para atacar las islas Canarias . Con
ellas llegó a Arrecife el 21 de ese mismo mes y se apoderó de la violla ,
que no pudo oponer resistencia , la saqueó y la incendió . Luego se dedicó a
correr la isla que quedó totalmente a su merced , pues la guarnición
cristiana permaneció encerrada en la fortaleza de Guanapay sin atreverse a
salir . Al - Dugali y los suyos permanecieron dueños de la isla de Lanzarote
hasta el 7 de octubre , en que se embarcaron con el producto del saqueo y
115 cautivos . La isla quedó destruida y despoblada .
Pero es
en el Archivo General de Simancas donde más documentación puede encontrarse
respecto al personaje . Entre los años 1572 y 1575 , raro es el informe ,
carta o “aviso de Berbería “ que no hace mención a sus movimientos . Esta “
popularidad “ de al - Dugali previene de un ataque que éste dirigió a las
costas españolas , desde Tetuán esta vez , en 1573 , que culmino con el
saqueo de Cuevas de Almanzora y el cautiverio de buena parte de su población
. El episodio tuvo una singular repercusión , mayor que la toma de Lanzarote
dos años antes , ya que se manifiesta en la abundancia de documentación
conservada .
El
primero de estos documentos es de 1572 , muy poco posterior a la terminación
de la Guerra de la Alpujarras y en él Pedro de Deza informa a la Corte de
los preparativos que , según ha tenido noticias , al - Dugali lleva a cabo
en Tetuán para atacar las costas españolas . Días antes , al - Dugali había
cautivado cerca de Cádiz dos naves , de la ruta de Indias “ con mucho oro
hilado , muchos doblones , muchas perlas “ … El 24 de noviembre de 1573 ,
los habitantes de Almuñécar señalan la presencia de 23 naves , las que se
sabía partidas de Tetuán . Arribaron la noche del 27 al 28 a Mesa Roldán ,
uno de los lugares más desiertos de la costa de Almería , desembarcando de
400 a 800 hombres , según los documentos , que pasaron por los pueblos de
Teresa , Cabrera y Bedar , llegando a Cuevas de Almanzora el mismo 28 de
noviembre , localidad que saquearon concienzudamente . Al ataque respondió
una formación de 40 caballeros y 250 hombres de a pie y fue derrotada e
incapaz de impedir que al - Dugali y sus hombres se embarcaran y alcanzaran
Tetuán con el producto del saqueo y con cerca de 250 cautivos en su mayoría
mujeres y niños . La audacia y amplitud de la operación , realizada casi con
total impunidad ( parece que al - Dugali perdió un máximo de 14 hombres ) ,
causó consternación y tuvo una repercusión amplísima . La alarma y el
sentimiento de indefensión fue tal que un buen número de repobladores
prefirió volverse a su lugar de origen . El hecho de que entre los cautivos
fuera tan elevado el número de mujeres y niños influyó también de manera
sentimental en el eco del suceso por otra parte demasiado cercano al fin de
la guerra de las Alpujarras como para pensar en su intención de represalia
ejemplar por parte de un sector de la emigración granadina tan pendiente de
la suerte de aquellos compatriotas que habían permanecido en la Península .
Por
otra parte , es digno de reseñarse que una de las versiones de lo ocurrido
explicaba el éxito de la operación por la complicidad de los moriscos que en
calidad de seises habían permanecido en los lugares , y esta misma versión
afirma que además de los cautivos , con Dugali partieron , voluntariamente
40 moriscos . En cualquier caso , la Corona emprendió una negociación
larguísima y sumamente laboriosa por intentar rescatar los cautivos : las
autoridades españolas se dirigían directamente al Jerife Abd ´Allah , pero
tenían un corresponsal e informador en la figura de Diego de Palma , un
comerciante español instalado en Tetuán quien a su vez tenía relación
constante con al - Dugali . Este Diego de Palma , rescatador de cautivos ,
comerciante e informador de cosas de Berbería era también granadino y parece
haber sido buen amigo de al - Dugali.
Por estos
mismos años fue sospechoso de practicar el espionaje en favor de Marruecos y
se consideró prudente llamarlo a la Península.
Por
parte musulmana es el propio al - Dugali quien prácticamente lleva las
negociaciones y en Simancas se recogen referencias a cartas suyas dirigidas
a Pedro de Deza . En particular contamos con el original de una fechada en
Tetuán a 11 de diciembre de 1573 , en castellano , firmada por “ el alcayde
Dogaly “ , y se llamada con un sello en árabe , documento sumamente
interesante . Al - Dugali comienza por decirla a Deza V. SD. Sepa que en la
guerra , guerra y en la paz , obligados somos los moros a hazer la guerra a
cristianos y los cristianos a moros…” haciendo sin duda referencia a la
situación oficial entre Abd ´Allah y Felipe II de paz y buen entendimiento
que , como es evidente , a al - Dugali no le parecía óbice para mantener la
beligerancia . Afirma también que “ todos los cautivos que yo tomo , el Rey
mi señor me da licencia para podellos rescatar “ . Escribe de la suerte de
las mujeres y los niños por el cautivados y que han sido trasladados a
Marrakus , en términos cuyo objetivo es mover a compasión como modo de
impulsar celebridad y lato precio al pago de los rescates . Pero las
negociaciones iban a implicarse con la muerte , en noviembre de 1574 , del
jerife Abd ´Allah y en virtud de los acontecimientos de que voy a ocuparme
más abajo . No parece que nunca llegaran a buen término . Son en cualquier
caso , muy significativas de la complejidad y ambigüedad en estos años de
las relaciones de la Corona Castellana con Marruecos y del limitado alcance
de los tratados de paz y alianza entre los soberanos . Igualmente complejas
y ambiguas son las actuaciones personales y casos como el de Diego de Palma
son indicativo de lo borroso de las lealtades y de los campos a los que
pertenecían aquéllos obligados a vivir en perpetua : frontera “ .
Desde
febrero del 1574 a julio del mismo año , no dejan de recibirse noticias de
Berbería dando cuenta de los movimientos de al - Dugali, que ha mandado a
prestar 30 navíos en Tetuán , que habrán de echar a tierra unos dos mil
escopeteros andaluces . En mayo , sin embargo , estaba en Fez con el nuevo
jerife . En julio vuelve a cundir la alarma pues se dice que es la luna de
Agosto la fecha que al - Dugali tiene fijada para una nueva salida , “
saldrá con más de 30 navíos al Cabo de Gata y que su destino principal es
dar en Almería y Adra donde dize que a de poner su bandera “ . Los
informadores de Berbería recomiendan , en vista de los preparativos “ que
ocho leguas la tierra adentro no quede mujer ni criatura “ .
Pero
otros acontecimientos más importantes se estaban fraguando en el interior de
Marruecos que habían de desviar la atención y el interés de al - Dugali de
las costas de la Península , para hacerle participar y tomar partido en los
problemas sucesorios de su nuevo país.
Como es
bien sabido , Abd ´Allah había ascendido al trono a la muerte de su padre
Muhammad al - Sayj en 1557 , e inmediatamente había hecho ejecutar a sus
hermanos y sobrinos para evitar problemas sucesorios . No pudo , sin embargo
acabar con todos . En Argel se refugió su hermano Abd al - Mlik al -
Mu´tasim acompañado por otro hermano , el más joven de la familia , llamado
Ahmad , el futuro al - Mansur . Ambos pasaron el reinado de Abd ´Allah entre
Argel y Constantinopla , buscando ayuda para acceder al trono de Marruecos.
A la
muerte de Abd ´Allah subió al trono su hijo Muhammad al - Mutawakkil . Poco
después , a finales del año 1575 Abd al - Malik y Ahmad partían de Argel con
un ejercito turco para reivindicar los derechos sucesorios del primero de
los hermanos . En marzo de 1576 se encontraron con el ejercito de su sobrino
en tierra de los Banu Waritin cerca de Fez . Allí tuvo lugar una batalla de
singular repercusión en que al - Dugali tuvo un protagonismo absoluto . Su
papel en esta batalla es la que justifica su mención , siempre peyorativa .,
en todo tipo de fuentes . La batalla entre Abd al - Malik y Muhammad al -
Mutawakkil se entabló en al - Rukh el 17 de marzo y desde el comienzo de la
jornada quedó claro cual iba a ser el resultado , ya que inesperadamente al
- Dugali se pasó al bando de Abd al - Malik con sus 2.000 escopeteros
andalusíes , las únicas tropas artillería con que el sultán Muhammad contaba
. Como he dicho , todas las fuentes contemporáneas , árabes , judías y
cristianas resaltaban este hecho y en torno a él mencionan de manera más o
menos larga a nuestro personaje , concordando en señalar que fue esta
defección de al - Dugali la que decidió la batalla en favor de Abd al -
Malik y en última instancia , su forma de poder .
Abd al
- Malik había reclutado partidarios en Marruecos antes de su expedición y
parece ser que su propaganda había sido especialmente eficaz en medios
andalusíes . Por otra parte la política de acercamiento a Felipe II del
sultán Abd ´Allah , así como su negativa a ayudar a los rebeldes de la
Alpujarras ( negativa que de las fuentes árabes recogen ) , debió enajenarle
a buena parte de la población andalusí . En particular , la Crónica anónima
de la dinastía sa ´sí expone : “ Había en el ejercito ( de Muhammad ) mil
ochocientos de la gente de al - Andalus , cuyas cabezas habían estado en
correspondencia con Mawlay Abd al -Malik para que este gobernara sobre
ellos , ya que odiaban a Mawlay Abd ´Allah y a su hijo Mawlay Muhammad por
la falsedad con que aquel había actuado con ellos al ponerse de acuerdo en
rebelarse contra los cristianos cuando luego les había traicionado . La
enemiga y el odio hacia ellos por esta causa estaba en sus corazones en
espera de una ocasión en contra de él o de su hijo “ .
Abd al
- Malik , además , había luchado contra los españoles distinguiéndose en la
Goleta y en Túnez , y venía apoyado por un ejercito turco y es bien sabido
que , antes y después de su emigración , los andalusíes veían en el Turco su
representante último , su bastión y esperanza de salvación , y en diversos
momentos de su historia en el Norte de Africa pusieron su lealtad de parte
de Istambul . Probablemente , a demás , al - Dugali pensaría que le sería
más propicio un sultán que le debiera el trono , y así pareció que iba a
ser en principio.
Durante
el reinado de Abd al - Malik , los andalusíes continuaron desempeñando en el
ejercito un papel de primera importancia . Según una crónica anónima
portuguesa contemporánea .
Según
al - Zayyani ( y al - Fistali del cual proceden algunos de los datos ) , Abd
al - Mlik agrupó a los soldados en cuerpos de ejercito según su origen : en
primer lugar , un cuerpo de renegados y turcos , entre los cuales tomaba
aquéllos que estaban a su servicio en palacio y su guardia personal . A
continuación el cuerpo de los andalusíes de Fez y de Marrakus , en número de
14.000 , y cerca de ellos los Zuwawa ( azuagos de las crónicas castellanas y
portuguesas ) y otros bereberes que habían venido con él , procedentes del
Magreb medio . A éstos se les designaba con el nombre de al - a´yam . Luego
los árabes del Este ( al - isaba al - saraqa ) , Yusam , Banu Amir , etc.
Tanto los Zuwawa como las tropas del este fueron entrenados y adiestrados en
el uso de la artillería , con lo cual entre ellos y los andalusíes surgió
una rivalidad irreconciliable . Los Banu Malik y Jult se agrupaban en tropas
de árabes del Oeste . Tanto unos como otros ( del Este y del Oeste ) , en
número de 5.000 cada uno . Otros 5.000 sumaban los reclutados entre las
tribus del Hawz , gentes que desde tiempo de su padre habían estado al
servicio de la dinastía . Un ejercito , de unos 25.000 a 30.000 hombres , de
los cuales los andalusíes , si estos datos son ciertos , alcanzarían más de
la mitad . Lo que dice Mármol parece apoyar la información de al - Zayyani .
Literalmente : “ La gente de Fez po la mayor parte son todos escopeteros y
vallesteros de a pie y quando ay alarde general se juntan treynta mil
tiradores y más , de los quales la mejor gente de guerra son Mudéjares y
Andaluzes … “ .
Pero
volvemos a al - Dugali , basa o pachá ahora según la reorganización del
ejercito a la turca hecha por Abd al - Malik , persona a quien sabemos muy
cercana al soberano “ en quem o Xarife muito confiava “ . Hay documentos que
demuestran que el sultán seguía efectivamente , los consejos de este último
.
Los
primeros meses del reinado de Abd al - Malik transcurren ocupados en luchas
contra Muhammad , refugiado en el Atlas con sus partidarios , pero no
totalmente derrotado , contra los bereberes insumisos que se negaban a pagar
garramas . En ambas empresas encontramos destacada la participación de al -
Dugali y sus escopeteros andalusíes .
Después
de la entrada de Abd al - Malik en Marrakus en julio de 1576 , Muhammad se
refugia en el Atlas buscando la ayuda de los morabitun de la Yazuliyya , la
orden que tanto apoyo había prestado a los Sa ´díes en sus comienzos , y de
las tribus bereberes insumisas . Con su ayuda comienza a rehacerse en el Sus
y Drá , y al - Malik se ve obligado a poner en manos de Ahmad la
organización de la ofensiva final . Pero Ahmad es cercado en Tarudant ,
aprieto del que sale con ayuda de al - Dugali al que el sultán envía con sus
escopeteros . Juntos , Ahmad y al - Dugali persiguen a Muhammad y le
derrotan varias veces , incluso en el corazón de Is sierra donde este último
se había refugiado .
Al -
Fistali y al - Zayyani afirman que Ahmad , que estan en contacto había
estado con al - Dugali en los últimos meses , tenía la sospecha de que los
andalusíes estaban dispuestos a traicionarle . Por eso y de acuerdo con su
hermano , decide dejar en el Sus a otros alcaides andalusíes vigilados por
su propio hijo Muhammad al - Sayj y por las tropas árabes Saraqa . “ Todas
estas preocupaciones se tomaron para impedir que las tropas andaluzas se
pasaran de bando y abandonaran el yihad , como había pasado en al - Rukn .
Abd al
- Malik , como es sabido , muere en la batalla de Alcázar . La mayor parte
de las fuentes concuerdan en que murió envenenado . La primera (
cronológicamente ) fuente árabe en afirmar este hecho es la Durra de Ibn al
- Qadi , que culpa a Riwan al - Ily ( un renegado de origen portugués ) , y
es seguido por la mayor aparte de los historiadores árabes posteriores .
También las fuentes cristianas afirman que Abd al - Malik fue envenenado y
al menos dos , una castellana y otra portuguesa , afirman que el responsable
fue al - Dugali “ Que el Mameluco … le fue dada ponzoña , según fama , por
el Alcaide de Guali , que pretendía alzarse por el rey , y aunque , se
sospecho la traición y fueron castigados algunos Alcaides , el de Guali
quedo sin castigo , o por que del todo no se descubrió o por no atreverse
Muley Maluco en tal tiempo , por que tenía el Alcalde los más de los
soldados de su bando … “ .
Sea
cual fuere , estos datos indican que existía un clima de fuertes sospechas
acerca de la lealtad y de las ambiciones personales de al - Dugali .
Al -
fistali indica que tanto al - Dugali como oros alcaides andalusíes ,
consideraba que Abd al - Malik les debía el reino y que , aunque habían
alcanzado una posición destacada , su ambición no se sentía satisfecha .
Como hemos visto , desde el acceso de Abd al - Malik al trono al - Dugali
había pasado la mayor parte del tiempo guerreando ( con éxito ) en el Sus ,
alejado de las corte de los círculos de poder y además el sultán había
formado otros cuerpos de artillería no andalusíes que le restaban
preeminencias . No cabe duda de que se sentía defraudado , hasta el punto de
intentar una última aventura verdaderamente ambiciosa : un golpe de estado
contra Ahmad al - Mansur que tuvo lugar inmediatamente después de la batalla
de Alcazarquivir . De este intento de rebelión , protagonizado por al -
Dugali y otros alcaides andalusíes , me ha ocupado ya más detenidamente en
otro trabajo y aquí no haré sino recordar brevemente la participación de al
- Dugali en el episodio .
Las
fuentes árabes concuerdan a considerar a al - Dugali el fermento de la
rebelión y hacen el siguiente relato de los acontecimientos : cuan Ahmad al
- Mansur accede al trono , las tropas que había dejado en el Sus y en el Drá
se reúnen en Marrakus , en su camino hacia Fez para prestar juramento al
nuevo sultán . Esta conjunción de tropas impide a al - Dugali apoderarse en
este momento de la ciudad de Marrakus , como había planeado , y se ve
obligado a fingir y acudir a Fez junto con el resto de las tropas . Bernardo
de Cruz añade ( dentro de un relato en general coincidente con el de las
fuentes árabes ) que el alcaide Ridwan al - Ily , enterado de la conjura y
de los designios de al - Dugali , escribió desde Marrakus una carta en
castellano a Muhammad Tabá , otro alcaide andaluz cercano al Xarife . Tabá
no entendió la carta y se la dio para que la tradujesen un cautivo portugués
, de quien Bernardo de Cruz obtuvo la información . De esta manera , afirma
el historiador portugués , tuvo noticias Ahmad de una conjura , que venía
tramándose desde los últimos tiempos del reinado de Abd Al - Malik .
Una vez
hecho su juramento de obediencia , Al - Dugali pide permiso a Ahmad para
ausentarse de Fez , afirmando estar enfermo a causa del clima de esta ciudad
y deseoso de partir hacia Salé , cuyo gobierno le había encomendado Abd al -
Malik . Ahmad le da largas y le dice que es necesario en la corte . Según
Bernardo de Cruz , la enfermedad de al - Dugali se debía a que Ahmad la
había mandado dar veneno y el deseo de al - Dugali de irse de Fez , a que
había sospechado las causas de su enfermedad . Según las fuentes árabes , al
- Dugali partió por fin sin autorización y de manera clandestina con sus
hombres , bagajes y familias . Ahmad ordena que se les persiga y le traigan
las cabezas de al - Dugali y de su sobrino Muhammad . Envía para esta misión
a los alcaides de los otros yays al - nar ( zuwawa y saraqa ) al - Mansur
los escogió debido a la hostilidad que había entre ellos y los andalusíes ,
que hacía imposible el establecimiento de ningún tipo de contacto o
convivencia .
Este
dato es significativo de la habilidad , de la que luego daría más muestras
Ahmad al - Mansur , para explorar en su beneficio las rivalidades de su
ejercito .Indica también que la creación de otras tropas de artillería que
quitaban la exclusiva a las andaluzas era uno más de los motivos de
descontento de éstas . Las tropas de al - Mansur sorprendieron a al - Dugali
y su sobrino en Dahr al - Zawiya , cerca de Ra´s al - Má ; cortaron la
cabeza de ambos y confiscaron su dinero , sus equipajes y sus armas . Había
60.000 dinares de oro y tesoros , que fueron entregados a Ahmad al - Mansur
. Es la ambición económica la comenta al - Fistali como móvil del supuesto
intento de golpe de estado , y las disputas entre Ahmad y los alcaides
andalusíes habrían comenzado en torno al reparto del botín y del producto de
los rescates de la batalla de Alcazarquivir .
Cabe
también pensar que el intento de golpe de estado no fuera sino el pretexto
de Ahmad . Eran los andalusíes tantos y tan influyentes bajo Abd al - Malik
que como dice la crónica portuguesa “ comme ils etaient tres nombreux , ils
se livraient a tant d´insolences que le chérif Ahmed decida qu´ils seraient
ler premieres sur quí se manifesterai son autorité absolue “ .
AL-RUSÂTÎ
Antes que
cualquier otra consideración, los biógrafos de al-Rusâtî nos explican el
origen de su nisba ya que incluso para ellos, ésta representa un extraño
ejemplo pues no corresponde en su realidad, ni en su fonética, a ningún tipo
de gentilicio ni cualidad intelectual como era normal en las nisbas árabes.
“Uno de mis
antepasados tenía un lunar (sâma) grande que se conoce con el nombre de al-warda
y que los no árabes llaman rûsa. En la niñez de este antepasado mío, su
sirvienta cristiana le llamaba Rushatello y de ahí se quedó con al-Rusâtî”.
Realmente no
se conoce su auténtico lugar de nacimiento y se le atribuye como tal la
ciudad alicantina de Orihuela que pertenecía por aquel entonces a la
“provincia” de Murcia. No obstante, en su nisba aparece el gentilicio de al-Bilbîsî
que se cree propio de esta localidad. Fuera o no allí el lugar de su
alumbramiento, sí parece claro que fue en el año 466/68 H. (= 1074 d. C.) y
que allí sólo residió hasta sus seis años. Después se trasladó a Almería
donde continuaría su crecimiento y donde murió a la edad de 63 años, el 17
de Octubre de 1147 d. C.
Como
intelectual de la época, cultivo la ciencia de las genealogías (ansâb) y la
lexicografía. Su obra de autoridad fue el Iqtibâs.
Recibió su formación de varios profesores o magister, como era normal en la
época, entre los cuales podemos contar con seguridad a Abù l-Qâsim b. Fathûn,
de ‘Abd Allâh al-Jawlânî a través de su obra Iyâza así como de Abû Bakr b.
al-‘Arabî.
Otros preceptores de este autor que nos ocupa fueron Abû Marwân ‘Abd al-Malik
b. Ahmad b. Abî Yaddâs al-Sinhâyî e Ibn Qurqûl al-Dabbî.
BIOGRAFÍA DE AL-RUSÂTÎ
SEGÚN LA OBRA
WAFAYÂT DE IBN JALLIKÂN
AbÛ
MuHammad ‘Abd Allâh b. ‘Alî b. ‘Abd Allâh b. ‘Alî b. Jalaf b. Ahmad b. ‘Amr
al-Lajmî conocido como al-Rusâtî al-Andalusî al-Marî.
Estuvo muy interesado por los grandes hombres [sus biografías], el Hadît,
los rapsodas y los historiadores. Tiene una hermosa obra conocida como
Iqtibâs al-Anwâr de la que la gente aprendió beneficiándose de la misma y
coleccionándola [pues es una obra] en absoluto pequeña. Está dentro de las
obras del estilo de Abû Sa‘ad b. al-Sama‘ânî
al-Hâfiz cuyo legado se titula De al-Andalus.
Nació al-Rusâtî
la mañana de un sábado, octavo día del mes de Yumâda II del año 466 [H.], en
una localidad de la “provincia” de Murcia llamada Orihuela: comienza con
hamza, sukûn en el wâw y kasra en la râ’, damma en la yâ’ geminada
[duplicando el sonido i] siguiéndole un wâw con alif y lâm inicial con hâ’.
Ante la llegada de los enemigos, huyó a Almería en la mañana del Viernes 20
del mes de Yumâda I en el año 542.
al-Rusâtî:
con damma en la râ’ y sîn inicial unida a alif, luego tâ’ sin punto
diacrítico vocalizada con i, luego yâ’ geminada.
Esta nisba no corresponde a ninguna qabîla ni topónimo conocido, sino que se
recoge en el libro citado [explicándose el porqué] que alguno de sus
antepasados tuvo un lunar de grandes dimensiones en el cuerpo. Tuvo también
una sirvienta extranjera que lo llevaba en brazos durante la infancia y que
lo llamaba “Rusâtallah” y de tanto decírselo se quedó con al-Rusâtî.
BIOGRAFÍA DE AL-RUSÂTÎ
SEGÚN LA OBRA
BUGYA DE AL-DABBÎ
‘Abd Allâh
b. ‘Alî b. ‘Abd Allâh al-Lajmî al-Rusâtî al-Faqîh al-Nassâba Abû Muhammad.
Suya es la obra Iqtibâs al-Anwâr wa-l-Tamâs al-Azhâr fî Ansâb al-Sahâba wa
Rawâ al-Atâr.
Es un libro extraordinario de compilación de numerosas notas que se
encontró el viejo cadí Abû l-Qâsim de Almería quien posee una obra de
ciencias del Hadît para eruditos y que recoge sus qasîdât alfiyyât.
Nació (al-Rusâtî) el año 460 y vivió hasta el año 542.
IBN AL-ARIF
De
Almería
Abd Fatah
Checa.
Hace
nueve siglos, vino al mundo uno de los más grandes Maestros sufíes, que dio
Al-Andalus.
En aquella
época la ciudad de Almería era uno de los principales focos de sufismo
Andalusi.
La formación
de ese clima espiritual donde había de nacer Ibn Al-Arif. Empezó mucho
antes, cuando en los últimos tiempos del califato, los discípulos (sufíes)
cordobeses de la escuela de Ibn Masarra buscaron refugio en la provincia de
Almería, como lo había buscado Ibn Hazm, el famoso autor de “El collar de la
Paloma”. Y establecieron una comunidad “Tariqa” en la ciudad de Pechina, que
fue, en rigor, el primer núcleo de cultura de la región Almeriense en esa
época. Las comunidades de Pechina representan, sin duda el punto original de
enlace con cuanto iba a vincular más tarde la espiritualidad de Ibn Al-Arif
con el conocimiento de los masarries.
Pero ya
antes estas tierras de Almería, habían sido recorridas por un sufí de
intensa proyección popular como fue Mohamed Ibn ´Isa de Elvira, que
postulaba por las calles y plazas el conocimiento de la Unidad esencial (Tawhid).
El propio
Ibn Arabi (de Murcia) recuerda en el Fotuhat que según testimonio de Al-Gazzal,
había entre los discípulos que acudían a las clases del Maestro Ibn Al-Arif
un hombre particularmente secreto y silencioso, tanto, que inspiraba temor
reverencial, intrigado Al-Gazzal, lo siguió, al termino de una lección, por
las callejas nocturnas de la ciudad y pudo ver con sus propios ojos cómo un
Mala´ika descendía del aire y le daba un pan por alimento.
Este hombre
singular figura indiscutible del sufismo Andalusi fundador de una escuela o
vía(Tariqa), hombre eminente y emocionante, metafísico profundo, poeta
inspirado, maestro universal de conciencias inquietas, autor del Mahasin
Al-Majalis el libro de las “Etapas” del viaje interior” o “vuelo” de una
criatura a través del Tasawwuf.
Nació en
Almería el 2 yumada I del 481(1088). Su nombre completo es Abu-l-Abbas
Ahmad, Ibn Muhammad, ibn Musa, Ibn Ata Allah, Ibn Al-Arif, o Al-Urruf.
Su padre
Muhammad, era originario de Tanger, y formaba parte de la guarnición de la
alcazaba de Almería durante el periodo en que esta ciudad fue capital de uno
de los reinos de taifas, bajo el dominio de la familia de Ma´b Sumadih, que
duró desde el año 433 (1041) hasta el 484 (1091).
Las penurias
económicas forzaron al padre a dedicar a su hijo a un oficio manual,
poniéndolo, ya desde muy pequeño, a servir de aprendiz en casa de un
tejedor, para que le enseñase este oficio: pero al niño no le gustaba otro
trabajo que no fuese el estudio del Alcorán y el trato continuo con los
libros. A fuerza de prohibiciones y amenazas, el padre estuvo a punto de
malograr las felices disposiciones que el joven Ibn Al-Arif mostraba para
el estudio, pero con el tiempo el padre, termino cediendo y al fin lo
abandonó libremente a sus gustos, y el joven acabo por ser un sabio
incomparable. El padre algunos años después, reconocía su error, y a los
admiradores de su hijo acostumbraba a decirles, después de referir los
primeros pasos de su carrera: “Más atinado era su juicio que el mío. En
verdad que yo no pensaba entonces cuánto me había de honrar mi hijo”.
En Almería,
hizo Ibn Al-Arif sus estudios de Al-corán y tradiciones proféticas, bajo la
dirección de acreditados maestros. El libro de Sa´id de Bagdad, titulado
“Las piedras preciosas, fue el texto en que formó su gusto literario y su
erudición filológica. Este libro fue redactado por su autor para Almanzor,
en cuya corte vivió colmado de honores, es una crestomatia de textos
clásicos, en prosa y versos, comentados gramatical y literariamente, a
imitación del Kitab Al-Nawadir de Abu Ali Al-qali. Muy pronto pudo Ibn
Al-arif dedicarse como maestro a la enseñanza de estas mismas disciplinas
literarias, así en Almería, como en Zaragoza y Valencia, donde, además,
ejerció algún tiempo el cargo de almotacén. Su habilidad caligráfica es
también altamente ponderada por sus biógrafos.
Pero no
fueron estas dotes artísticas, ni tampoco su cultura en las ciencias
profanas, la base de su fama. Jurisconsulto, sagaz critico de la
autenticidad de los hadices, lector alcoránico famoso, poeta inspirado,pero
sobre todo esto destaca el conocimiento de la vía sufí (Tasawwuf).
Desgraciadamente no conocemos los nombres de sus maestros en el sufismo. Sus
biógrafos, alfaquíes principalmente, se preocuparon tan sólo de
documentarnos acerca de su formación en las disciplinas que a ellos más les
interesaban, dejando en la penumbra lo que atañe al conocimiento intimo y
espiritual de Ibn Al-Arif, y las fuentes en las que se inspiró. Aunque si
consignan que fue el iniciador de una vía sufí (Tariqa), la cual logró
pronto atraer gran numero de seguidores, que de varios lugares de Al-Andalus
concurrían a Almería para ponerse bajo la dirección del maestro (shaij).
No puede
asegurarse que a este grupo de discípulos personales perteneciesen dos
sufíes que al igual que Ibn Al-Arif, fueron perseguidos por mantener las
mismas ideas y pensamientos, corriendo la misma suerte que Ibn Al-Arif.
Estos
sufíes, Residían uno en Granada y su nombre era Abu Bakr Muhammad Ibn
Al-Hasaym el Mallorquín así apellidado por ser oriundo de la isla de
Mallorca. Este era jurista de la escuela zahiri, había residido en Meca y
Alejandría, varios años para ampliar allí sus estudios.
El otro de
nombre Abu-I-Hakam Ibn Barrayan, residía en Sevilla. Se dice que era oriundo
del norte de Africa, entre las varias obras que escribió, señalan sus
biógrafos como más dignas de nota un comentario de los nombres de Allah y un
comentario de Alcorán que dejó inacabado, pero del cual se conserva hoy un
ejemplar manuscrito.
La gran
cantidad de discípulos que tenia Ibn Al-Arif y el afecto que le procesaban
al maestro (shaij), despertó el temor del emir Ali Yusuf Ibn Tasufin y la
envidia del qadi de Almería Ibn Al-Aswad, que denuncio oficialmente a Ibn
Al-Arif.
El relato de
la prisión y conducción de Ibn Al-Arif ha sido conservado por sus biógrafos
con bastantes por menores. El gobernador de Almería cumpliendo las órdenes
del sultán, metió a Ibn Al-Arif en un barco que salió en dirección a Ceuta;
Pero el qadi Ibn Al-Aswad insinuó al gobernador la conveniencia de que el
reo no fuese suelto, sino con cadenas en los pies. Envió, sin tardar el
gobernador un ministro suyo para que alcanzase al barco en alta mar y
encadenase a Ibn Al-Arif sorprendido éste con la medida empleada, y lleno de
dolor por lo ocurrido, se limito a clamar “ Que Allah le amedrente, como él
nos amedrenta”.Añaden los biografos, que de regreso al puerto de Almería, el
mensajero del gobernador fue capturado por un barco enemigo y hecho
cautivo. Al arribar a Ceuta Ibn Al-Arif, presentóse en el puerto un enviado
del sultán, trayendo de parte de éste órdenes taxativas para ponerlo en
libertad. Ibn Al-Arif al verse libre de los grillos que le encadenaban,
comprendió que el sultán, no queria hacerse cómplice de la injusticia
violenta con que se le trataba. Las autoridades de Almería habianse
excedido, sin duda, y su indiscreto celo, inspirado en el odio a Ibn Al-Arif,
había disgustado al sultán, informado mejor de su sabiduría y virtudes que
le adornaban. Se dice que Ibn Al-Arif es clamo “Yo no quería que el sultán
me conociese, pero puesto que ya me conoce, es fuerza que yo lo vea”. Y
seguidamente se puso en camino para la corte de Marrakus, siendo recibido
honoríficamente por el sultán, que le colmó de muestras de veneración y
respeto. El sultán al preguntarle si deseaba alguna cosa Ibn Al-Arif
respondio, “No deseo otra cosa sino que me dejes en libertad de marchar
donde yo quiera”. El sultán apresuróse a concederle la libertad que deseaba;
pero parece que ya le fue del todo inútil, porque a los pocos días enfermó y
murio sin salir de Marrakus. Se dieron dos explicaciones a su fallecimiento;
para uno, fue debido a muerte natural, mientras otros lo atribuyeron a
envenenamiento.
Se dice que
el qadi de Almería Ibn Al-Aswad, frustrado sus propósitos de odio contra Ibn
Al-Arif por la benévola acogida que el sultán le había dispensado, se la
ingenió para introducirle en la comida una berenjena envenenada, de la cual
murió en Marrakus. Uno de sus más íntimos discípulo, Abu Abd Allah
Al-Gazzal de Almería, daba como más exacta la explicación de muerte natural,
de su sheij y localizaba el hecho en Ceuta mismo, antes de ser conducido a
Marrakus.
La fama de
sabiduría y de gran maestro (sheij) y las circunstancias misteriosas de su
muerte produjeron tan honda impresión en el animo del sultán, que a raíz ya
del entierro de Ibn Al-Arif, cuando vio el publico duelo de la población,
que en extraordinaria muchedumbre quiso acompañar al fúnebre cortejo, se
arrepintió de haber dado oídos a las denuncias del qadi de Almería contra
Ibn Al-Arif, y sospechando de el, ordeno se hiciesen averiguaciones acerca
del hecho y de sus causas. Todas las informaciones coincidieron en atribuir
la persecución de Ibn Al-Arif a la envidia y mala voluntad del qadi de
Almería, que inventó la denuncia con el solo objeto de lograr así su
expatriación y muerte, y que al ver frustrados sus propósitos, lo envenenó.
El sultán entonces juro que había de aplicar a Ibn Al-Aswad la pena del
talión, y en efecto, dio las órdenes oportunas para que cargado de cadenas,
fuese desterrado muriendo envenenado, de igual manera que él lo había hecho
con Ibn Al-Arif.
Ibn Al-Arif
fue sepultado cerca de la mezquita mayor antigua, que está en el centro de
Marrakus, en el jardín (rawda) del qadi Musa Ibn Hamah el Sinhayi – Ibn
Baskuwal. La fecha exacta de su muerte, que acaeció en la noche víspera del
viernes 23 de Safar del 536, o sea 27 de Septiembre del 1.141, teniendo por
tanto la edad de cincuenta y tres años.
El siempre
recomendó a sus discípulos un estudio de todas las Ibadas del Islam, y una
meditación profunda porque es el inicio del conocimiento de la unidad. Como
expresó en su obra, Mahasin Al-Majalis “Oísteis por ventura hablar de un
amor tan ardiente, que hace enfermar el corazón sano hasta el extremo de
sentirse favorecido con el castigo y castigado con el favor"
Ibn ´Arabi
dijo de él “ Nuestro maestro (sheij), Abu-I-Abbas Ibn Al-Arif Al-Sinhayi, el
príncipe en estas materias decía:
Allah no se
ve, como con los ojos, más que cuando las fórmulas se desvanecen.
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