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												La 
Historia de Al-Andalus 
  
 
												
												Cuando en la vida de las 
												personas ha ocurrido un 
												acontecimiento de mucha 
												importancia para toda la 
												humanidad y las formas de vivir 
												han cambiado, los historiadores 
												dicen que ha finalizado una 
												época y ha comenzado otra.   
												 
												
												Así finalizó 
												
la 
												Prehistoria 
												y comenzó la Historia: cuando el 
												ser humano descubrió la 
												escritura y pudo dejar por 
												escrito la narración de los 
												acontecimientos que le 
												ocurrieron. Gracias a los textos 
												escritos que han ido dejando, 
												podemos saber con mayor 
												exactitud qué es lo que ocurrió 
												en el pasado.
 
												
												 
												Las etapas en 
												las que se ha dividido la 
												Historia y los acontecimientos 
												que lo han causado son las 
												siguientes:
     
1.  
Edad 
Antigua: 
desde la aparición de la escritura hace unos 3.000 años, hasta la finalización 
del Imperio Romano en el año 476 después de Cristo. 2. 
Edad Media:  
desde el año 476 hasta el descubrimiento de América en 1.492.
 3.  
Edad 
Moderna: 
desde el descubrimiento de América hasta la Revolución francesa en 1.789.
 4. 
Edad 
Contemporánea: 
desde la Revolución francesa hasta la actualidad.
     El 
esquema de esta parte del tema es el siguiente:   LA HISTORIA: 
1. La Edad Antigua
  
La Edad 
Antigua en España y en Andalucía  Autoevaluación 
1 
2. La 
Edad Media
  
¿Qué es 
el Islam? El 
dominio musulmán en la Península Ibérica
 Los 
reinos cristianos
 Monumentos medievales andaluces
  Autoevaluación 
2 
 
 1. La Edad Antigua 
   La Edad 
Antigua es la etapa de la Historia que comenzó cuando se inventó la escritura, 
aproximadamente en el año 3.000 antes de Cristo y finalizó cuando terminó el 
Imperio Romano, en el año 476 después de Cristo.    Cuando se inventó la escritura no se hacía como lo 
hacemos hoy, sino que se trazaban símbolos y dibujos sobre piedras u otros 
materiales. Tampoco sabía escribir mucha gente sino solamente unos pocos. Pero 
gracias a lo que ellos escribieron hemos podido conocer mucho sobre aquellos 
tiempos.
  Al principio de la Edad Antigua en Andalucía habitaba el 
pueblo de Tartesos y en el resto de la Península otros pueblos que tenían entre 
sí muchos rasgos que los diferenciaban, como los íberos del este de la 
Península, los galaicos, astures, cántabros y vascos del norte y los celtíberos 
del centro.
  Otros pueblos de lugares más lejanos vinieron a la Península 
y se establecieron en ella. Eran los 
pueblos colonizadores
que enseñaron a los habitantes de este lugar sus costumbres y sus 
conocimientos y crearon o fundaron bastantes poblados o ciudades a los que 
llamaron  colonias. Estos pueblos 
fueron los fenicios, los griegos y los cartagineses.
  Pero algún tiempo después existió  el pueblo 
romano que desarrolló una gran civilización, aprendida en parte de 
los griegos y que ha influido muchísimo en nuestra cultura y formas de vida.
 
Hace unos 2.000 años el pueblo romano consiguió ser el más 
poderoso de su época. Formaron un 
 imperio, es decir, un inmenso territorio 
bajo el poder de su  emperador. Este imperio 
llegó a extenderse por el Mediterráneo ocupando casi toda Europa y parte de Asia 
y de África. El primer emperador del Imperio Romano fue Octavio César Augusto en 
el año 27 antes del nacimiento de Cristo.
  La capital del imperio fue  Roma 
y en ella comenzaban grandes vías o calzadas que la comunicaban con el resto del 
imperio.
 
En las familias eran los hombres los que tenían toda la 
autoridad sobre los demás. Las mujeres trabajaban en la casa y cuidaban a los 
hijos. Los niños y niñas iban a la escuela desde los 7 a los 12 años de edad. 
Los esclavos hacían los trabajos más duros.
  En todo el imperio se hablaba la misma lengua: el
latín, que luego se ha ido transformando en las lenguas que hoy 
hablamos. También eran las mismas leyes las que existían para todos los 
habitantes de ese gran territorio.
  Los romanos eran  politeístas, 
es decir, creían en la existencia de muchos dioses a los que adoraban en sus 
templos respectivos.
  Se divertían en grandes espectáculos, como la lucha de 
gladiadores que se hacía en los anfiteatros, 
las comedias en el
teatro y las carreras en el circo.
 Acudían a bañarse a los baños públicos llamados 
termas.
  Crearon grandes ciudades que tenían amplias calles 
empedradas, edificios públicos, monumentos y fuentes. En cada ciudad el acueducto 
llevaba  agua a las fuentes y a las termas. En los  
templos se adoraba al dios correspondiente. El  
foro era el centro de la ciudad y allí se reunían para comentar 
asuntos importantes. Las  murallas protegían 
la ciudad de los ataques de los enemigos del Imperio.
 La Edad Antigua 
en España y en Andalucía.       Al 
territorio de la Península Ibérica los romanos le llamaron Hispania. En ella 
había tres provincias: la Tarraconense, Lusitania y la Bética, al sur.   Este nombre era debido al 
río 
Guadalquivir,  al que ellos llamaron 
Betis y que usaban para comunicar con barco algunas ciudades de la Bética.
 
 Aquí, en el sur, los romanos vencieron al pueblo cartaginés y 
con el tiempo los habitantes de la Bética se romanizaron, es decir, aprendieron 
el latín y aceptaron las leyes, la religión y las costumbres romanas.
     En la Bética nacieron 
algunos personajes muy importantes del imperio, como los emperadores 
 
Trajano y  
Adriano, el filósofo  Séneca y el 
escritor 
 Lucano.  
  Con los romanos aumentaron su tamaño o se fundaron las 
primeras grandes ciudades de Andalucía. Además de  
Cádiz 
(Gades) o
Málaga 
(Malaca) que ya existían fundaron otras como Itálica (junto a Santiponce, en 
Sevilla),
Sevilla 
(Hispalis), Écija (Astigi) o 
Córdoba 
(Corduba) que era la capital de la Bética.
  
Construyeron templos y vías o calzadas de las que aún quedan 
restos. Los puentes fueron muy resistentes. Muchos perduran aún, como el de 
Córdoba y Utrera. También quedan restos de  
anfiteatros en Cádiz, Carmona y otros 
lugares. El 
acueducto 
de Nerja es uno de los que mejor se conserva.
  La Bética se convirtió en una zona muy próspera pues los 
romanos supieron aprovechar bien sus recursos.
  Seguro que has comido alguna vez bacalao o incluso 
sardinas-arenques que se compran saladas en las tiendas. Bien, pues esta técnica 
de conservar el pescado por más tiempo añadiéndole sal la inventaron  las 
personas que vivieron en la Edad Antigua.  Hoy seguimos haciéndolo igual.
     El 
pescado lo salaban en las fábricas de salazón, como la que había en Almuñécar, 
en la provincia de Granada, a la que continuaron llamando Sexi. Después 
exportaban el pescado, es decir, se llevaba a muchos lugares del imperio, 
algunos muy lejanos, en donde lo podían consumir sin que se alterara.   
Ejercicio de 
autoevaluación 1   
 
2. La Edad Media 
       Es 
la etapa histórica que comenzó en el año 476 después de Cristo,cuando cayó el 
Imperio Romano y finalizó en 1.492 en que se descubrió América.   En otros lugares la Edad Media fue una época oscura, sin que los seres 
humanos progresaran apenas, pero en Andalucía la Edad Media fue una etapa 
especialmente interesante. Cambió las ideas y la forma de vivir de las personas 
que habitaban en nuestro territorio.
  ¿Cómo comenzó la Edad Media? Te lo voy a contar enseguida.
  El Imperio Romano que había sido tan potente y que tanto 
mundo había conquistado, fue perdiendo importancia poco a poco. Hubo grandes 
problemas económicos, políticos y sociales que hicieron su poder cada vez más 
débil.
  Incluso la religión romana que había sido politeísta, fue 
cediendo creyentes a una nueva religión  a la que llamaron 
cristianismo y que había predicado un hombre 
llamado Jesús de Nazareth.
Esta religión decía que hay que amar a Dios y a las demás personas y 
predicaba, entre otras cosas, que sólo existe un único dios y que ningún rey o 
emperador puede ser considerado dios, como consideraban los romanos a su 
emperador. Así los romanos persiguieron a los cristianos hasta que, en el siglo 
IV, autorizaban esta religión que fue propagándose por todo el imperio.
 
Además, los pueblos bárbaros, 
que era así como los romanos llamaban a los pueblos guerreros que 
habitaban en el este de Europa, invadieron por fin muchos territorios del 
imperio romano, aprovechando su debilidad.
  Así, por ejemplo, los visigodos, 
uno de estos pueblos bárbaros, vinieron hacia el sur y se establecieron en 
nuestra península.
  Los historiadores piensan que en el año 476 después de 
Cristo, en que los pueblos bárbaros invadieron el Imperio Romano, comienza la 
Edad Media, porque todo volvería a cambiar en la vida de las personas.
  Los  visigodos desarrollaron en 
la Bética una cultura floreciente. Pero se llevaban a cabo muchas luchas entre 
los propios visigodos. Estas luchas las aprovecharon los musulmanes del norte de 
África para invadir la península, en el año 711.
  Algunos visigodos se refugiaron en las montañas del norte 
peninsular y crearon los primeros reinos cristianos. Deseaban reconquistar los 
territorios perdidos, o sea, conquistarlos de nuevo. Desde  el norte de la 
Península iniciaron la Reconquista  
para expulsar a los musulmanes del territorio que conquistaron. Esta lenta 
reconquista tardaría casi ochocientos años en finalizar, hasta que los Reyes 
Católicos, en el año 1.492, expulsaron al último rey árabe del 
Reino de
Granada.
 ¿Qué es el Islam?   El Islam es una 
religión monoteísta, es decir, que predica la existencia de un solo dios.    Hace unos 1.400 años un comerciante llamado Muhammad
 predicó en la ciudad de La Meca, en Arabia, esta nueva religión. Los que la 
practican se llaman musulmanes y el libro en 
donde se escribió esta doctrina religiosa se llama El 
Corán. Los musulmanes se reunen para rezar en un templo llamado mezquita.  
Los cinco mandamientos básicos que debe cumplir cualquier musulmán son:
 - creer que hay un sólo Dios, al que llaman Allah, y Muhammad
 es su profeta
 - orar, es decir, rezar cinco veces al día
 - ayunar durante el mes llamado Ramadán
 - dar limosna
 - peregrinar a la ciudad de La Meca al menos una vez en la vida.
 El dominio 
musulmán en la Península Ibérica.       
Los musulmanes llamaron Al-Andalus 
al territorio que conquistaron en la Península Ibérica. Así nació el nombre 
actual de Andalucía.    Los territorios dominados por los musulmanes se dividían en  
califatos, siendo el Califato de 
Córdoba uno de los 
más importantes de la época. En cada califato había un califa que era la persona 
que tenía la máxima autoridad política y religiosa; además dictaba las leyes que 
el pueblo debía cumplir y era el juez más importante.
  En las familias eran los hombres los que trabajaban el campo 
o se dedicaban a la artesanía y al comercio. Las mujeres debían obediencia 
absoluta a su esposo, a su padre o a su hermano. Los hijos aprendían a leer y a 
escribir y sólo los hijos de los ricos  iban a la universidad, que ya 
empezaban a existir. Las hijas permanecían en casa. Los esclavos trabajaban en 
el campo o en los talleres artesanales.
  La lengua que se hablaba en todo el Islam era el
árabe. Durante aquellos siglos los musulmanes desarrollaron una 
cultura muy importante.
  Para divertirse los musulmanes iban a espectáculos musicales, 
cómicos o poéticos; hacían bailes, jugaban al ajedrez o acudían a baños 
públicos.
  Los musulmanes estuvieron en la península casi ochocientos 
años, por lo que nos dejaron una gran influencia en nuestra cultura. Así por 
ejemplo, las  matemáticas las desarrollaron 
mucho y hoy usamos las cifras que ellos nos enseñaron. En la agricultura 
introdujeron nuevos sistemas de riego, desconocidos aquí hasta entonces, y el 
cultivo de plantas que no se conocían, como el arroz, las naranjas o el azafrán. 
En la artesanía 
y en la industria desarrollaron la fabricación de objetos de cuero, tejidos, 
vidrio y cerámica.
  Muchas palabras del castellano tienen origen árabe, como 
Guadalquivir, azulejo, almohada, alcachofa,... También gran parte de nuestros 
platos típicos tienen este origen.
 
	
	     
Pero donde se percibe más notablemente su huella es en las construcciones que 
nos dejaron y que en gran número siguen en pie. Hoy día son 
monumentos de gran 
interés que visitan anualmente millares de personas de todo el mundo.
 Los reinos 
cristianos 
     En la 
Edad Media se  llamaba  La Cristiandad 
a todo el territorio que ocupaban los distintos reinos cristianos.  
   El  Papa ya era la máxima 
autoridad religiosa; incluso  sus decisiones las obedecían casi todos los 
reyes cristianos.
  Dentro de cada reino cristiano reinaba un  
rey 
que gobernaba el reino con la ayuda de los nobles. A finales de la Edad Media 
había en la península varios reinos cristianos, como por ejemplo los reinos de 
Castilla,  de Aragón,  de León,  de Navarra o el reino de 
Portugal.
      
Otras personas con mucho poder eran los nobles, 
dueños de grandes extensiones de tierra y que vivían en 
castillos para 
defenderse de sus enemigos. Ayudaban al rey en las guerras y este les premiaba 
dándoles grandes extensiones de tierra.    Los  campesinos 
trabajaban las tierras de los señores; cada año debían entregar parte de la 
cosecha a los nobles y a la iglesia. Vivían en aldeas cercanas a los castillos. 
Cuando estaban en peligro por las guerras se refugiaban en el castillo del 
noble.
  Los monjes vivían en 
monasterios y se dedicaban a la oración, a la agricultura y a la artesanía. Eran 
los únicos que tenían un poco de cultura pues casi nadie sabía leer en aquellos 
tiempos. La actividad más importante de los monjes fue copiar a mano documentos 
muy antiguos. Por eso muchos de ellos han podido conocerse en nuestros días.
  
Al principio de la Edad Media la mayor parte de la población 
peninsular hablaba el latín, la lengua de Roma; pero fue transformándose y de él 
se formaron las  lenguas romances: 
castellano, catAllahn, gallego, francés, italiano,...
  Cuando poco a poco casi toda Andalucía fue reconquistada por 
los cristianos,  muchos musulmanes fueron expulsados de las ciudades y 
otros huyeron al norte de África. Las ciudades fueron  
repobladas 
por cristianos de los reinos de Castilla y de León que trajeron también nuevas 
formas de organización y costumbres. En aquellos tiempos nacieron los primeros
ayuntamientos andaluces.
 Monumentos 
medievales andaluces
     
Durante la Edad Media se realizaron en Andalucía muchas construcciones que se 
usaban principalmente para celebraciones religiosas.    Cuando los 
musulmanes 
construyeron sus edificaciones lo hicieron con unas formas y características 
determinadas. A esta manera de construir se le llamó  
estilo islámico. Por primera vez en nuestra tierra se usaban 
ladrillos y yeso, arcos con forma de herradura y se adornaban los interiores de 
los edificios con patios, fuentes, azulejos y decoración geométrica, como se ve 
en 
La 
Alhambra.
 
 De la época musulmana Andalucía posee numerosos monumentos y 
construcciones de gran belleza. De todos ellos los más importantes y 
mundialmente conocidos son:
 
	
	
	La 
	Alhambra de Granada 
	es el palacio donde residían los últimos reyes musulmanes hasta que fueron 
	expulsados de la Península. Es una gran fortaleza construida en lo alto de 
	una colina y está formada por un conjunto de habitaciones, patios y jardines 
	muy bonitos. Junto con los jardines del Generalife   
	es uno de los monumentos más visitados de todo el mundo.  
	
	
	La 
	Mezquita de Córdoba 
	 
	es una de las más hermosas del mundo. Las mezquitas son 
	los lugares donde se reúnen los musulmanes para rezar.  
	
	En las mezquitas hay un minarete o torre, 
	desde ella se llama a la gente para la oración. La 
	Giralda  sevillana es el minarete 
	que tenía una antigua mezquita que ya no existe.  
	
	Las alcazabas 
	eran unos recintos amurallados que se usaban para defenderse, al igual que 
	los castillos cristianos; algunas se conservan aún, como la de 
	
	
	Almería 
	 o la de 
	
	
	Málaga.  
	     Además de las 
construcciones musulmanas, durante la Edad Media los reyes cristianos mandaron 
construir gran número de edificios. Pero estos edificios se construían  de 
forma distinta al estilo islámico, con unas características determinadas que 
eran comunes al resto de la Cristiandad; a esta forma de construir se le llamó 
 estilo gótico 
y lo podemos observar en muchas iglesias y catedrales.    Estas construcciones se decoraban con grandes ventanales de 
vidrieras, algunas circulares que se llaman 
rosetones y arcos apuntados por arriba.
 Algunas construcciones de los reinos cristianos eran:
 
	
	Los castillos 
	eran fuertes construcciones de piedra  que se edificaban sobre colinas 
	para poder ver al enemigo a tiempo cuando se acercaba . Para defenderlos 
	mejor se rodeaban de altas murallas y de un foso lleno de agua 
	que no podía cruzarse sin bajar el puente levadizo. El señor del 
	castillo vivía en la torre principal que se llamaba torre del homenaje.  
	En el castillo se guardaba ganado, trigo y agua en depósitos que los 
	musulmanes llamaban 
	aljibes. Cuando había guerra los atacantes sitiaban 
	el castillo, es decir, lo rodeaban durante meses sin dejar entrar ni salir a 
	nadie, hasta que los sitiados, que eran los que estaban dentro del castillo, 
	se quedaban sin agua o sin comida y se rendían.
 En Andalucía quedan aún muchos castillos medievales como los de Almodóvar 
	del Río (Córdoba) y Cortegana (Huelva), además de las alcazabas árabes de  
	
	
	Almería y
	
	
	Málaga.
	También quedan en las ciudades restos de 
	las altas  murallas con las que se 
	protegían de los ataques y sólo se podía entrar a la ciudad por unas pocas 
	puertas.  
	
	Las catedrales 
	eran grandes iglesias construidas por los cristianos. Al final de la época 
	medieval se construyeron las catedrales de 
	
	
	Sevilla y
	
	
	
	Granada.
	 
	
	Los 
	
	monasterios 
	eran edificios donde vivían una comunidad de frailes o de monjas, como el 
	Monasterio de San Isidoro del Campo que está situado en Santiponce 
	(Sevilla).   |